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Diego 'incendia' al Pibe porque quiere seguir siendo un mito, el mejor en la historia, la historia argentina al menos.

(RENÉ HOUSEMAN, ex internacional argentino, creaba buen revuelo a fines del año pasado -2009-, cuando daba a entender, sin más, que Diego Maradona saboteaba a Messi en la selección)

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La princesa futbolista (cuento infantil)


Había una vez, en un país muy lejano, una princesa que era preciosa. Casi todas las princesas de los cuentos se pasaban el día esperando a que llegase un príncipe azul, sentadas en la ventana bordando servilletas o pañuelos y haciendo todo tipo de cosas raras.

Pero nuestra princesa, la princesa Tesa, era distinta a todas las princesas del mundo: ni le gustaba bordar, ni esperaba a un príncipe azul asomada en la ventana de su palacio. ¡Qué aburrimiento!

A ella le gustaba hacer lo que a todos los niños de su edad: correr, jugar, saltar, divertirse con sus amigos y amigas, recorrer el castillo, ir al campo...

También le gustaba dibujar y leer. Desde que había aprendido a leer, todos los días leía un buen rato. Había leído muchos cuentos de princesas, de duendes y de castillos, por eso sabía que las princesas de los cuentos eran un poco raras y les gustaba hacer cosas extrañas. Ella era distinta, era como todos los niños y niñas de su ciudad.

Pero lo que más le gustaba hacer a la princesa Tesa era jugar al fútbol.

Por eso, le llamaban la princesa futbolista, y a ella le gustaba mucho ese nombre.

Jugaba siempre con otros niños y niñas que vivían en castillos de su barrio. Algunos eran príncipes y princesas azules, o verdes, o amarillas, como ella; otros eran niños y niñas normales, ni príncipes, ni princesas, ni nada parecido. Pero a ella le daba lo mismo: se lo pasaba muy bien con todo el mundo.

La princesa Tesa también iba al colegio y allí aprendía a contar: uno, dos, tres, cuatro... y a numerar: primero, segundo, tercero, cuarto... y a sumar: uno más uno dos, dos más uno tres, tres más uno cuatro. Ella siempre sumaba balones.

También aprendió a conocer todas las monedas de su país. Un euro, dos euros, cinco euros, diez euros, veinte euros... Las monedas son de metal y los billetes de papel, pero no de papel normal, no, sino de un papel especial. Con las monedas y los billetes se pueden comprar balones y muchas cosas más.

Pero la princesa Tesa no quería comprar otras cosas, sólo quería comprarse un balón reglamentario. El que utilizaba en sus juegos estaba ya muy viejo y ella era una gran futbolista. Cuando le pasaban el balón, podía meter muchos goles, ¡muchíííísimos goles!, y con un balón oficial seguro que podría meter muchos más. Pero esos balones eran muy caros, y ella casi no tenía dinero.

Sí, sí... ya lo sé. Como Tesa es princesa, tal vez estés pensando que debía tener mucho dinero ¿no? Pero Tesa era una princesa que tenía poco dinero, tan poco que no podía comprarse un balón.

Un día pensó que su padre, el Rey, y su madre, la Reina, tenían más dinero y que tal vez podría pedirles algo prestado y comprarse un balón. También podría pedirles que le comprasen el balón, como un regalo.

Por eso un día le pidió a su padre, el Rey, que le comprara el balón. Pero el Rey, que estaba en su Palacio, le dijo muy serio:

-Tesa, hija mía, cada domingo te doy unas monedas para que las gastes como quieras. Tú siempre te gastas esas monedas en golosinas. ¡Ahorra y podrás comprarte el balón que quieras!

Y es que, eso de que las princesas tenían todo lo que querían eran sólo mentiras de otros cuentos. Las princesas, los príncipes, las niñas y los niños bien educados, nunca pueden tener todo lo que quieren porque, después, no saben lo que cuesta conseguir las cosas y se vuelven tristes, aburridos y protestones.

El Rey del Palacio, que era el padre de Tesa, la princesa, pretendía dar una lección a su hija porque la quería mucho.

Otro día le pidió a su madre, la Reina del Palacio, que le comprase un balón reglamentario, pero la madre -toda una Reina- le dijo lo mismo que su padre:

-¡Ahorra hija mía! Ahorra y tendrás el mejor balón del mundo si tú quieres. Además, te voy a ayudar, para que empieces a ahorrar.

Y entonces, para sorpresa de su hija Tesa la princesa, le regaló un precioso cerdito de barro, que tenía una ranura en el lomo.

-¿Esto qué es? -preguntó Tesa, muy sorprendida.

-Es una hucha -le contestó su madre, la Reina-. Si vas metiendo monedas por esta ranura, ya verás como, en poco tiempo, te puedes comprar un balón reglamentario. En algunos países, como por ejemplo en Alemania, se dice que los cerdos traen suerte, por eso las huchas tienen forma de cerdito.

La princesa Tesa empezó a pensar que su padre, el Rey, y su madre, la Reina, tenían razón, por eso se puso muy contenta con la hucha de la suerte.

Cuando al domingo siguiente, los reyes, sus padres, llamaron a Tesa para darse la propina que le daban cada domingo, Tesa decidió que era el momento de empezar a ahorrar. En lugar de gastar todas las monedas en caramelos y golosinas para toda la semana, como había hecho otras veces, decidió guardar algunas monedas en el cerdito de la suerte que le había regalado su mamá.

-Así podré comprarme el balón que quiero -pensó.

Además, también pensó otros pensamientos, muy, pero que muy positivos: no tenía por qué comprar sólo caramelos y golosinas.

También podría comprar zumos, juguetes, cuentos... Ahora que empezaba a ahorrar podría comprar muchas cosas. El secreto estaba en saber esperar.

Y fueron pasando las semanas en el Palacio del Rey, la Reina y la Princesa. Cada domingo, Tesa guardaba parte de su propina en el interior de su hucha de cerdito y el resto se lo gastaba en cosas muy variadas: caramelos, zumos y otras cosas que compraba en las tiendas de chucherías y de cuentos del Palacio.

El resto del tiempo lo pasaba en el colegio o jugando con sus amigos con la vieja pelota de fútbol.

Ahora sabía, estaba segura, que algún día podría comprar su balón reglamentario. Por eso, para estar preparada, empezó a visitar diferentes tiendas en las que vendían balones. A veces, le acompañaba su hermano mayor; otras, su madre, la Reina, o su padre, el Rey.

Visitó muchas tiendas hasta encontrar el mejor balón, el más bonito y el más barato. Así aprendió que para comprar hay que comparar.

Una mañana, Tesa sintió curiosidad por saber cuántas monedas había ahorrado. Como se había aficionado a guardar monedas en su cerdito de la suerte, ya estaba lleno y no cabía ninguna moneda más. Cuando abrió su hucha y contó las monedas que había dentro, se puso muy contenta. Tenía dinero suficiente para comprar un balón nuevo, el balón que había visto en la tienda mejor de todas las que había visitado.

Pero además, se llevó una gran sorpresa, porque no sólo podría comprar uno, con todo ese dinero podría comprar dos balones.

Entonces se puso a pensar qué podría hacer con dos balones. Y como sucede siempre que piensas mucho, Tesa encontró la solución: se le había ocurrido una gran idea.

Rápidamente, corrió a la feria que se colocaba a las afueras del palacio en la que se podía comprar de todo. Allí estaba también la tienda que vendía los mejores balones, ella lo sabía porque había buscado y comparado antes de decidirse, como debe ser. Se acercó y le pidió al vendedor los dos mejores balones que tuviese.

Por fin tenía ante sus ojos los balones deseados, preciosos balones blancos y negros, hechos de cuero cosido a mano; tenían una pinta fantástica. Contó las monedas que había ahorrado y se las entregó al vendedor.

Él, a cambio, le dio dos balones reglamentarios magníficos. ¡Lo había conseguido!

Al llegar a casa, dejó un balón en su habitación, después se lo enseñaría a sus padres, el Rey y la Reina. Pero antes envolvió muy bien el otro balón y lo llevó a la oficina de correos. Quería enviar ese balón a los niños y niñas más pobres del mundo, tan pobres que ni siquiera podían ahorrar, para que, como ella, pudieran jugar al fútbol con un balón verdadero.

Por la tarde, en el patio del castillo, Tesa jugó por fin con su balón nuevo junto a todos sus amigos y amigas. Era la princesa futbolista más contenta de todas las princesas futbolistas de los cuentos que nunca han existido. Ese balón era suyo, se lo había comprado ahorrando.

Esa tarde metió más de diez goles. Fueron los mejores goles de toda su vida, porque los había metido con un balón que era verdaderamente suyo. Los Reyes dejaron de trabajar durante un rato y bajaron a contemplar el partido de fútbol. ¡Estaban tan orgullosos de su hija!

Los Reyes estaban también muy contentos porque su hija, la princesa Tesa, tenía un gran corazón.

La princesa futbolista en ese instante estaba pensando en comprar una portería nueva. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar?

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De las 8 ediciones disputadas de la Copa Sudamericana (2002-2009) se realizaron 496 partidos, convirtiéndose un total de 1.288 goles. Fueron equipos campeones de Argentina. México, Brasil, Perú y Ecuador. En cuanto a futbolistas, el chileno Humberto Suazo mantiene un récord: actuando para Colo Colo anotó 10 tantos, en 2006. Claro que el argentino Bruno Marioni está en lo alto en cuanto a goleador histórico de la Sudamericana, al haber convertido 11, repartido entre los siguientes clubes: Pumas de la UNAM y el Toluca, ambos de México, e Independiente de Avellaneda.
Por su parte el brasileño Nilmar es el único goleador que fue máximo artillero de la Sudamericana y de la Copa Libertadores: fueron 5 tantos para Internacional de Porto Alegre, en la Sudamericana de 2008 y 5 conquistas en el Corinthians, en la Libertadores de 2006. Colo Colo, en 2006 marcó 25 goles en 10 partidos. Es el club más goleador de la Sudamericana en una edición. Detrás del equipo chileno, aparece Liga de Quito, que en en 2009 anotó 23 tantos en 10 cotejos.
En cuanto a futbolistas ganadores, el paraguayo Claudio Morel Rodríguez es el único tri campeón de la Copa Sudamericana: campeón con San Lorenzo en 2002 y campeón con Boca en 2004 y 2005. De los equipos campeones, se registra algo singular: mientras el ganador de la Copa en la última edición, la Liga de Quito, ganó sus 5 partidos como local y ninguno como visitante (3 empates y 2 derrotas), Arsenal de Sarandí, que obtuvo el título en 2007, no venció en ninguno de sus compromisos en calidad de local (4 empates y una derrota) pero se mantuvo invicto como visitante (venció en 4 partidos y empató el restante).

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Es curioso: sólo juegan once, pero sus hazañas, sus fracasos, sus derrotas, sus victorias, su buen o mal juego, sus goles marcados y encajados, su posición en la tabla, sus lesiones... nos atribuimos todos los aficionados.

(CARLOS GOÑI ZUBIETA, doctor en Filosofía y escritor español)

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Me rajaban de todos lados, no me quería nadie. Yo nunca soñé con jugar en Primera... me veían con las zapatillas agujereadas y el físico esmirriado y salían corriendo.

(HÉCTOR CASIMIRO YAZALDE [1946-1997], temible goleador argentino de la década del ’70, recordando sus humildes orígenes)

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Fiorentina derrota al Milan en su casa de Florencia (Walter Molini - Italia)

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Alberto Spencer (Washington "Canario" Luna - Uruguay)

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La televisión fue uno de los acontecimientos más destacados del Mundial de Suiza en 1954. Por primera vez este medio de comunicación iba a transmitir todos los partidos del campeonato del mundo. Equipos como Dinamarca, Alemania Ferderal, Inglaterra o Francia pusieron su granito de arena para que los aficionados del todo el mundo (y que tuvieran televisión) pudieran seguir todo lo que estaba aconteciendo en aquel Mundial.
El primer patrocinador de un Mundial de Fútbol fue Omega, que tras varios meses de reuniones y negociaciones se convirtió en el reloj oficial. Esto hizo que en todos los estadios se pudiera ver el logotipo de esta marca. También comenzaron a aparecer los primeros mensajes publicitarios durante los encuentros del torneo mundialista.
En el libro ‘de Montevideo a Munich’, del periodista Eliezer Pérez también se puede leer que muchas selecciones se quejaron del estado de algunos campos ya que en vez de utilizar cal para pintar las líneas se usó aserrín. Uruguay, que se proclamó campeón del mundo en Brasil 1950, fue sancionado por la FIFA por entregar con varios meses de retraso la Copa Jules Rimet.
En este Mundial fue cuando apareció lo que hoy todavía se conoce como ‘Catenaccio’. El entrenador austriaco Karl Rappan usó este esquema extremadamente defensivo y Suiza lo puso en práctica en 1954, llegando a utilizar en más de una ocasión hasta siete jugadores defendiendo. Este método les ayudó para alcanzar los cuartos de final del campeonato del mundo.
El viaje de la selección de Corea del Sur duró nada más y nada menos que cerca de 50 horas. Además tuvieron que pedir ayuda para viajar a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos debido a que no había mucho dinero. Disputaron dos partidos y recibieron 16 goles en total. Corea del Sur se fue sin marcar ni un solo tanto.

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Usted lo sigue al nueve por donde vaya. Y si tiene que reventar la pelota a la tribuna, la revienta. Después, cuando los periodistas le pregunten, les dice que yo lo mandé a jugar así.

(MIGUEL IGNOMIRIELLO, entrenador argentino -foto-, dirigiéndose a Daniel Tagliani el día que éste debutó en Banfield, en 1970 ante Gimnasia y Esgrima La Plata)

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Analizando sus intereses económicos internacionales, un acercamiento macroeconómico permite considerar al fútbol , y más concretamente a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), como una multinacional con intereses planetarios, mientras que un análisis macroeconómico, a escala de un club, conduce a constatar que éste tiene una necesidad cada vez mayor de adoptar una estrategia de desarrollo internacional.

(JEAN-FRANÇOIS NYS, doctor en Ciencias Económicas y escritor francés)

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La decadencia del imperio albiazul


Una década de desmanejos llevó a Talleres de Córdoba a la situación límite que afronta en la actualidad.

27 de Marzo de 1999, sábado por la noche, Estadio Córdoba. Mientras Diego Garay, José Zelaya y Fernando Nicolás Oliva trataban de convertirle goles a José Luis Chilavert, el arquero de Vélez Sársfield, dos empleados de seguridad de Talleres ingresaban a las boleterías y llenaban sus gruesas camperas con billetes.

Por entonces, los embargos a la tesorería albiazul estaban a la orden del día, los gastos eran demasiados y había que agudizar el ingenio para llegar a fin de mes. Una vez cumplido el trámite, los custodios salieron presurosos en dos autos, acompañados por tres empleados y un directivo de la "T".

Lo que cambió la rutina fue la decisión de parar en un bar a mitad de camino, frente a la plaza Jerónimo del Barco de barrio Alberdi, quizá para brindar por la obtención del nuevo botín. Al bajar de los vehículos, el arma de uno de los policías se disparó, lastimándole el glúteo, el muslo y la rodilla derechos. "Siempre salíamos con los autos. Se manejaba muy mucha plata.

Aquella vez creo que eran 300 mil pesos-dólares"
, le reveló a La Voz del Interior uno de los implicados. Al accidentado, en aquel momento integrante de la fuerza de seguridad provincial, le costaría un año rehabilitarse y reintegrarse a sus labores.

Este episodio, que no figuró en ningún parte policial y tampoco en las crónicas periodísticas de la época, sintetiza como pocos lo que vivió Talleres en los albores del nuevo milenio. En lo deportivo, fue una época de nuevas sensaciones, seguramente dominadas por la embriaguez que provocan las copas. En lo institucional, significó el principio del fin.

Carlos I, el ambicioso

De aquello y mucho más fue capaz la gestión que se extendió entre 1999 y 2004. En ese lapso, fueron moneda corriente la doble venta de pases de futbolistas, las irregulares concesiones de las divisiones inferiores (Dimecor, Norton y Grupo Rex) y los golpes de efecto político que se consumaron a cualquier precio. Ni hablar de los 900 documentos emitidos con nulo respaldo, que le valieron al mandamás albiazul Carlos Dossetti el mote de "El rey de los cheques voladores", tal la expresión que hizo famosa el ex directivo Rogelio Egea durante un mitin opositor.

Apuntalado por el influyente gerente deportivo Antonio "Pichi" Fauro, el sucesor de Mario Martín (desplazado por una interna feroz, renunció argumentando razones de salud) no escatimó esfuerzos en su afán de cumplir con la ambición de "quedar en el bronce" como un nuevo Amadeo Nuccetelli. Reformó el estatuto a gusto y placer para asegurarse la continuidad sin elecciones, en dos asambleas donde las pocas voces opositoras fueron calladas por miembros de la barra brava "Las Violetas".

Con el constructor Jorge Petrone como Mecenas, Talleres edificó su propio castillo de arena. Y una vez embarcado en la aventura de la Copa Conmebol, a mediados de 1999, promovería una auténtica "timba financiera", seduciendo a prestamistas con tasas que ni la usura podía afrontar. En 2004, ya distanciada de sus principales sostenes económicos, aquella directiva apostó un pleno a la permanencia en Primera. El descenso ante Argentinos Juniors dejaría herido de muerte a su reinado.

Carlos II, el magistrado

"Si (Álvaro) Díaz Cornejo queda a cargo del club, en 10 días pide la quiebra", aseguró Dossetti en uno de sus tantos amagues de paso al costado, ya con el equipo en la B Nacional. Un problema cardíaco, mientras negociaba la venta de un futbolista para pagarle al plantel, que se negaba a concentrar antes de un clásico con Belgrano, precipitó su salida el 22 de Octubre de 2004.

De ahí en más, pasaron 61 días hasta que el vicepresidente pidió el auxilio de la Justicia. Su último acto de gobierno fue aceptar una colecta de 45 mil pesos para evitar el remate de la sede. Hacía rato que los "notables" no aportaban. La última vez había coincidido con un misterioso viaje a Paraguay de un "seguridad" del club, antes del recordado partido con Sportivo Alagoano de Brasil, que arbitró el guaraní Ricardo Grance y que terminó con la obtención de su título internacional.

El 28 de Diciembre de 2004, el juez Carlos Tale decretó la quiebra. Para desgracia de los hinchas albiazules, no se trató de una broma del Día de los Inocentes. El magistrado -ajeno a los desmanejos a pesar de tener a cargo la convocatoria de acreedores- optó por la administración fiduciaria, pero el triunvirato original no tardaría en sugerir el gerenciamiento.

Un semestre le bastó para darse cuenta de que no podía manejar al club vendiendo bonos de 5 pesos en la cancha, compitiendo con los ex socios aportantes y sufriendo las constantes amenazas de "la Fiel", la fracción que ya había usurpado del poder de las tribunas.

Carlos III, el pingüino

Carlos Granero llegó al mundillo del fútbol de la mano de Carlos Quieto, empresario que tuvo su cuarto de hora exportando jugadores al América de Colombia en los ’80, cuando ese club era manejado por el Cartel de Cali. Santacruceño, abogado y peronista, al igual que Néstor Kirchner, acunó en su restaurante de San Telmo la proclamación de la primera fórmula presidencial "K".

En Talleres desembarcó en 1996, como representante del entrenador Ricardo Gareca. Después acercaría sponsors, negociaría con los que reclamaban aquellos aportes que solventaron la campaña de la Conmebol y saldaría deudas del club a cambio de jugadores.

Si lo hizo de su propio bolsillo, nadie lo sabe. Su cercanía con el kirchnerismo siempre lo puso en la sospecha de estar moviendo dinero ajeno. Después de la quiebra, y entusiasmado por Fauro, creó Ateliers, formó una alianza estratégica con el club Saint Ettiene de Francia y se presentó como candidato para gerenciar a la "T". Le alcanzó con muy poco: un capital de 12 mil pesos y su condición de único oferente que se amoldó sin reparos al marco legal impuesto por el juez.

Las malas decisiones deportivas, los desmanejos en el semillero y el recelo de los hinchas por su cercanía a Dossetti (él fue quien regateaba por el pase de González aquel 22 de Octubre) le fueron minando el camino. "Éste es el sueño del pibe", declaró en Julio de 2005, cuando asumió y prometió hacerle una estatua a Emilio Commisso, su primer DT. En Enero de 2008 vendió Ateliers en 2 millones de pesos.

Carlos IV, el enigmático

El 9 de Julio de 2008 los porteños levantaron sus miradas y se sorprendieron con un espectáculo inusual: la nieve que caía en Buenos Aires después de 87 años. Nadie advirtió la llegada del avión que traía entre sus pasajeros a Carlos Ahumada Kurtz, un empresario cordobés que había hecho fortuna en México y que luego de 32 años volvía al país para alejarse de los escándalos y empezar a lavar su imagen.

En el ocaso de la gestión Granero, Ahumada Kurtz llegó como caído del cielo. De él se conocía poco. Que en tierras aztecas había manejado dos clubes (León y Santos Laguna) y que había estado involucrado en episodios de coimas a políticos, que le valieron el apodo de "El señor de los sobornos" y tres años en prisión. Apenas llegó a Córdoba se declaró hincha de Talleres y, bajo la consigna "hechos, no palabras" prometió el ascenso.

Más adelante, protagonizaría en Buenos Aires un intento de fuga, confirmado por Interpol. Con la remodelación de la Boutique se metió a los hinchas en el bolsillo. Sus diferencias con Tale, con quien dice mantener "una batalla", hoy lo ponen en jaque. "Talleres ni va a caer, ni va a morir, ni va a desaparecer", dice ahora. Con ese nuevo eslogan respondió, desafiante, cuando el magistrado comparó la situación del club con la caída del imperio romano.

(artículo del periodista Hugo Caric, publicado en el diario cordobés “La voz del interior” del Domingo 14 de Junio de 2009)

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¿Qué es la mística?

Está dada en la educación y en el fruto de todo un proceso revolucionario que cambió el fútbol argentino, que cambió las clases de equipos chicos a grandes y que demostró en la última década que hay una transfusión sanguínea exclusiva, prioritaria en Estudiantes sobre otros clubes.

¿Lo de transfusión lo hablás por la Bruja?

Verón es un devoto de Bilardo. Y en Verón resucita el cuadro de Zubeldía, de su padre, de Madero... Verón se ha convertido en un "nuevo líder religioso". Verón es un líder joven en un país que se quedó sin liderazgo en todo sentido.

¿Delegás tus esperanzas en ese líder?

Estudiantes en la Copa Libertadores rindió como equipo. La imagen es el comportamiento grupal en el partido de Belo Horizonte. Me gusta que sea en un mundo de fantasía, medio marciano, ideal para un cuento de hadas.

¿Hay similitud entre este Estudiantes y el del 68?

-Son distintos. La del 68 era una situación casi bélica, porque se vivía el inicio de algo que terminó siendo una guerra, y ahora el show le gana a la guerra. Esperemos que el show le dé la razón a la historia.

(OSVALDO PRÍNCIPI, periodista deportivo argentino, desnudando su pasión ‘pincharrata’ en el Diario “Olé” del Miércoles 16 de Diciembre de 2009)

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La vida del jugador de fútbol es injusta. Primero están los aplausos, después el olvido.


(ÁNGEL LABRUNA [1918-1983], ex jugador y entrenador argentino)

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Zagallo es un patriota, y yo admiro a los patriotas. Patriota es aquel que conduce a su país adelante. Zagallo siempre hizo lo que pudo para llevar a Brasil adelante. Esto demuestra que no esconde ante nadie que es patriota. Él dice con coraje lo que piensa.

(SERGIO NORONHA periodista brasileño, opinando sobre Mario 'Lobo' Zagallo)

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El sándwich final (Germán Kijel - Argentina)


El partido se disputaba tranquilamente, el resultado era incierto, al igual que las jugadas que se desarrollaban en una lentitud pasmosa, la pelota repicaba en el pasto con un ruido de ultratumba que atronaba en los espectadores.

Los arqueros miraban, seguían con sus ojos, movían las cabezas siguiendo las acciones por un monitor inexistente. No la habían tocado en los 60 minutos desde que el juez marcara el principio del encuentro.

El técnico del equipo local, estaba muy concentrado, siguiendo cada jugada como si fuese la última, sin embargo no podía gritar, el tedio del balón y el fulgor del domingo secaban su lengua.

Pero en ese momento el orientador táctico visitante estaba realizando su religiosa ceremonia y todos los hinchas, los directivos y hasta los jugadores le prestaban una atención asombrosa.

El técnico visitante se movía lento, acomodaba cada trozo de sombras incandescentes, seleccionaba la carne que iba a poner en la cancha, pinchaba a los jugadores para que dieran todo de sí mismos y los cambiaba de posición en el entretiempo.

En el momento en el que el partido finalizó, los treintidós jugadores, los tres jueces, los ayudantes tácticos y los periodistas acreditados se acercaron hasta el banco de suplentes. El técnico visitante los miró y les dijo:

-Tengo chorizos, asado y vacío, ¿qué quieren, muchachos?

(mi agradecimiento a Germán por permitirme publicar este cuento de su autoría)

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El 16 de Noviembre de 1969, San Martín de Mendoza ganaba en La Boca. Por el torneo Nacional los 'albirrojos' lograban vencer al equipo que dirigía Alfredo Di Stéfano y le sacaban el invicto. Fue la sorpresa del año ese triunfo mendocino, que quedó como uno los más brillantes de la historia.
Fue una hazaña y la historia del fútbol lo seguirá sosteniendo. Los hinchas del Atlético San Martín que vivieron ese momento, hace 40 años, lo seguirán contando tan acaloradamente como esa noche del 16 de Noviembre de 1969.
Porque ese equipo transitaba su segundo torneo Nacional, luego de esos inicios en el '67, y era el mejor entre los cinco equipos del Interior que participaron esa vez. Los otros eran Talleres de Córdoba, Desamparados de San Juan, San Martín de Tucumán y San Lorenzo de Mar del Plata.
Todo era distinto y los jugadores de los equipos de la Primera división del fútbol argentino eran más conocidos por las figuritas, por las revistas “El Gráfico” y “Goles” que por la televisión.
Y además la trascendencia de un triunfo en esos torneos llegaba por la categoría y la calidad del rival. Imagínense tener enfrente al ‘Muñeco’ Madurga, al ‘Conejo’ Roberto Rogel, al peruano Meléndez, a Rojitas, a Silvio Marzolini a jugadores que vestían la camiseta de la selección nacional, a hombres que habían jugado mundiales. Era casi lo máximo que podía aspirar un futbolista de este país cuando no se pensaba y no había transferencias a Europa. Todo se cocinaba en nuestros límites.
Lo que debe haber sido para Eduardo Marillack o para el ‘Chupete’ Márquez enfrentar a esos fenómenos en Buenos Aires.
Y la historia del chico contra el poderoso, del desconocido del interior contra el famoso de la Capital se dio esa noche en La Bombonera.
Boca Juniors había traído nada menos que a Alfredo Di Stéfano, de España, para que lo dirigiera. Y le iba muy bien.
Llegaba con un récord de eficacia muy alta y había igualado la cantidad de puntos lograda por River en 1932 para un inicio de torneo. En 12 partidos había ganado 11 y empatado 1, con 29 goles a favor y sólo 7 en contra.
Y fue el ‘chacarero’ para dar la mayor sorpresa del torneo: El Gráfico tituló "La epopeya mendocina" y decía la crónica "San Martín quebró un invicto, frenó a un puntero, que parecía inexpugnable, pero acaso lo que más importa es la forma en que consolidó la hazaña con claridad futbolística, con limpieza de medios. Al final, el noble aplauso de la tribuna local. Una gran defensa, un inteligente mediocampo y un justo contraataque fundamentaron la victoria".
También se mencionó: "Este San Martín provocó el impacto más conmovedor de la temporada futbolística".
El ‘albirrojo’ manejó el ritmo del partido Márquez encimó a Madurga, Domínguez dejó patear poco al potente Nicolau, Fabián González no dejaba recibir a Ángel Clemente Rojas y así lo dejó a Boca contenido y sin reacción. Hasta que a los 19 del segundo tiempo Adolfo Soto se fue por la derecha y envió el centro para que Achával, de zurda, consiguiera el único gol del partido. La cancha de Boca, se quedó sin latir. Se paralizó.
Ese Nacional Boca salió campeón y la mancha negra, la única derrota fue esa ante San Martín. Frente a ese equipo que dejó su marca en la historia del fútbol argentino al cortarle el invicto a esos notables que salieron de las figuritas y los posters. Tocaron el cielo.

Síntesis: 13ª del Torneo Nacional, 16 de noviembre de 1969
Boca Juniors (0): Sánchez, Suñé, Meléndez, Rogel, Marzolini, Madurga, Nicolau, Medina, Ponce, Rojas y Peña.
DT: Di Stéfano
San Martín (1): Reggi, Vergara, Sosa, González, Marillack, Tebez, Domínguez, Márquez, Czentoricky, Soto y Achával.
DT: Mur
Estadio: Boca Juniors
Arbitro: Álvarez
Gol: ST 19' Achával
Cambios: ST al inicio Aldo Villagra por Peña (B) y Rubén Ambroggi por Domínguez (SM). A los 32' Achával se retiró lesionado.

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No vamos a hacernos el harakiri porque el árbitro se equivocara esta vez a nuestro favor.

(RAYMOND DOMENECH, seleccionador francés, tras negarse a pedir disculpas a Irlanda después de que Thierry Henry facilitara con la mano el gol que clasificó a los galos para Sudáfrica 2010)

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Cuenta la leyenda que la primera pelota utilizada en Inglaterra, país al que se atribuye la paternidad del moderno fútbol, fue la cabeza de un soldado romano muerto en la batalla del año 55 antes de Cristo, en la que los bretones expulsaron a las huestes de Julio César. En el mismo país se relata también que la leyenda de la cabeza impulsada por el empeine parte de los martes de Carnaval de Chester y su antecedente fue el cráneo de un vikingo también muerto en batalla.

(JULIÁN GARCÍA CANDAU, periodista y escritor español)

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Spagna granata (Javier Elizalde Blasco - España)

* dedicada al Torino Football Club


Por hoy nos olvidaremos
del Torino del ayer,
de su romántica historia
que cautivó nuestro ser.

Nuestras almas ahora viajan
caminando sobre el mar
hasta Italia para, juntos,
un solo cuerpo formar.

Bajo la rugosa piel
de toro compartiremos
venas, corazón y sangre,
alegría o desespero.

Fuimos Toro y somos Toro,
nuestras ganas de embestir,
estarán hoy con vosotros,
unidos en un sentir.

A ganar, Toro, a ganar,
que la grandeza os aguarda,
es el grito que hoy os llega
desde la Spagna granata.

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El primer torneo de verano de 1979 que se realizó en la ciudad de Mar del Plata, lo conquistó River Plate, con mayoría de figuras que se habían consagrado campeones del mundo con el seleccionado nacional (Fillol, Passarella, Ortiz, Luque, Alonso) en la Copa del Mundo organizada por nuestro país el año anterior.
Intervinieron Boca, Racing, la selección de Checoslovaquia, Inter de Porto Alegre, y lógicamente, River Plate.
River derrotó a los checos por 4 a 1, a Racing 4 a 0, al Inter 3 a 2, para derrotar en el último partido a su tradicional adversario, Boca Juniors, por 1 a 0.
Este partido, disputado el 12 de Febrero, dejó la siguiente síntesis:
River (1): Fillol; Comelles, Pavoni, Passarella, Saporiti; Juan José López, Lonardi y Alonso; Pedro González, Luque y Commisso (Galletti).
DT: Ángel Labruna
Boca (0): Gatti; Pernía, Bordón, Mouzo (Hugo Alves) Suárez; Benítez (Potente), Suñé y Zanabria; Mastrángelo, Salinas y Perotti.
DT: Juan Carlos Lorenzo
Árbitro: Roberto Barreiro
Gol: Galletti (River) a los 76'

Luego del partido y la vuelta olímpica, las declaraciones: Labruna, dijo: "Nosotros no somos la mitad más uno. Nosotros somos el país, menos algunos". Por su parte, Leopoldo Luque, goleador del torneo, manifestó: "Desde que juego al fútbol profesional es la primera vez que salgo goleador de un torneo". Recuerdos de un fútbol veraniego, allá por 1979.

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Heber Pinto, Kesman, Da Silveira, hace 40 años que veranean en Punta del Este. Tuve que aparecer yo para que el jugador de fútbol pudiera hacerlo.

(FRANCISCO “Paco” CASAL, empresario futbolístico uruguayo, en su libro autobiográfico “Yo, Paco”)

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Era siempre el más bajo y el más gordo. Un hamburgués rechoncho y petiso, de andar oscilante, que tenía un pie más grande que el otro, pero Uwe Seeler era una pulga cuando saltaba, una liebre cuando corría y un toro cuando cabeceaba.

(EDUARDO GALEANO, escritor uruguayo, dando su visión sobre Uwe Seeler)

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El renguito (Luis Quintela - Argentina)


Yo siempre padecí de éste problema, pero los chicos en el barrio y mi profesor de Educación Física en la escuela, nunca me dejaron de lado, El Profe siempre me cargaba y me decía ¡corré más rápido, parecés rengo!. Me hacía creer que no se daba cuenta, de lo que yo tenía.

Pero el igual me hacia correr, me hacía saltar, hacía que los chicos me trataran como a uno más, a veces hasta me hacía enojar, pero después cuando llegaba el boletín y yo me sacaba ‘MS’ (muy satisfactorio) igual que los otros pibes; que jugando al fútbol la rompían o al básquet o a lo que jugaran, yo me sentía bien y muy orgulloso, porque era el premio a tanto esfuerzo.

Me acuerdo que una de esas veces al recibir el boletín uno de los chicos fue a quejarse porque a él le había puesto ‘S’ y a mi ‘MS’, entonces el Profe le dijo:

-Mirá a vos te puse ‘S’ porque vos no te esforzás como lo hace él. Pudiendo rendir mucho más, das hasta ahí, y él de acuerdo a lo que puede hacer cada día mejora más su rendimiento y eso es lo que a mí más me importa. Yo no te pongo la nota porque vos seas más ligero que él o que puedas dar 3 vueltas manzanas sin parar, yo te pongo la nota por lo que vos podrías rendir; lo hago de acuerdo a como vos te esforzás en la clase.

Eso me favoreció para que yo siga luchando y llegara a ser el arquero titular del barrio, y como decían los chicos.

-El renguito es insustituible.

Ahora te voy a contar el partido que jugamos una vez contra los del barrio de Villa Laza.

Ellos tenían un muy buen equipo, jugaba Rubén, el Gurí, Tato, Farafa, Paoletta, Mingo (que pegándole a la pelota era una bestia), y otros pibes más que ya ni recuerdo.

Bueno, el partido se estaba jugando muy limpiamente, por supuesto con un árbitro neutral, que no era de ninguno de los dos barrios; los arcos los habíamos hecho con dos palos de eucaliptus a los que les habíamos sacado punta y los enterramos, eso sí, sin travesaño, y eso a mí me favorecía porque cuando me la tiraban alto si no la podía agarrar gritaba “alto” y era palabra santa, no se hablaba más.

Todo iba bastante bien. El partido estaba muy parejo, íbamos 9 a 9 o sea que el que hacía el último gol ganaba. Ya se estaba haciendo de noche y eso que habíamos empezado a las 3 de la tarde. Ellos ya se estaban cansando Tato Álvarez era un grandote que jugaba de 9 y ya me había hecho como 5 goles, era y es más bueno que el pan, me hacía un gol y me pedía perdón, El Ruso metía pata y pata y el Gama sacaba lo que venía, en una de esas se escapa Atilio y se me viene al humo como para matarme, Pili se le tiró de atrás y limpiamente le sacó la pelota, pero Atilio que a pesar de ser un caballero, se tiro y se revolcó haciendo teatro.

El árbitro se comió la gallina y cobró penal, que despelote se armó que si que no y no sé cuantas cosas más. Bueno yo me recalenté y me recontraenojé, y empecé a saltar en una pata, por supuesto si es la única que podía, y les dije que no era penal, que lo patearan que yo no lo atajaba. Mis compañeros estaban como locos y me decían “no te hagas problema renguín, atajalo, que ya lo cobró”. Yo dije ¡¡no, no y no, no lo atajo!! Porque no fue. Mientras tanto Tato, que era el que lo pateaba de ellos me decía:

-Dale renguito atajalo, que ganar así un partido no es ganar.

La verdad que Tato era un fenómeno, igual que lo demás pibes que me pedían por favor, pero yo me mantuve firme y les dije:

-Patéenlo, que yo no lo atajo.

El árbitro dio la orden.

Tato acomodó la pelota y yo me paré contra un poste maldiciendo y diciendo mil barbaridades y hasta hacia pucheros. Antes que el referee tocara el silbato les dije con todas las ganas:

-Esto es una injusticia y no lo voy a atajar, ¡carajo!

Tato entonces tomó carrera y como me vio parado y apoyado contra un poste, la pateó suave al otro palo. Ahí salí saltando como un rayo con mi única pata sana y se la atajé, mamita mía que quilombo se armó. El Tato me quería matar, el piñerio era terrible hasta que tuvimos que salir corriendo porque sino nos mataban. Es el día de hoy que todavía se recuerda “el penal que atajó el rengo” ellos a piñas nos ganaron, pero a vivos nosotros los matamos.

Que pena que se terminó el potrero…

(cuento extraído de un partido real jugado en la ciudad de Tandil, Pcia. de Bs. As. Los nombres están cambiados, pero algunos de ellos participaron o vieron ese partido jugado cerca del barrio “La Movediza”. Un gracias enorme al Profe Quintela por su generosidad al autorizarme a publicar este cuento)

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Delio Onnis tiene un récord en el fútbol francés al haber convertido un total 299 goles. Onnis nació el 24 de Marzo de 1948 en Frosinone, Italia, un pueblo cercano a Roma. Llegó a la Argentina traído por sus padres cuando estaba por cumplir los 3 años, afincándose la familia en la localidad de Caseros. Comenzó a jugar al fútbol en el equipo del barrio, Almagro, debutando en su Primera División en 1968.
En 1969 pasó a Gimnasia y Esgrima la Plata, donde jugó hasta 1971, teniendo como compañeros a Hugo Gatti, Chiche Diz, Castiglia, Pignani, Diéguez, Zywica, Masnik, el 'Ratón' Leonardi y el 'Gordo' Palma, entre otros muchachos. En 1971 fue transferido al Reims, de Francia, ante una insólita circunstancia: “Vinieron del Reims buscando al 'Mono' Obberti, pero cuando tenían casi todo arreglado en lo económico y solo bastaba firmar, la señora de Obberti no quiso viajar y el pase no se hizo y vinieron por mi. Fiché, sin pensar que cambiaría totalmente mi destino”, decía Onnis. En el Reims estaban los argentinos Zubiría y Larraigné.
En 1973 pasó al Mónaco (foto), jugando al lado de Pastoriza, Tarabini, Correa y Nogués. En 1980 fichó para el Tours, donde estaban el ‘Potro’ Domínguez y Víctor Rogelio Ramos. Finalmente, en 1983 lo contrató el Toulon, donde cerró su campaña en 1983. En todos los clubes se cansó de convertir goles.
Cabe destacar que los 299 goles de Onnis en Francia, son solo los computados en Primera División (donde fue 5 años goleador) y en partidos oficiales. Allí no figuran los 30 goles convertidos en el Mónaco, cuando éste equipo actuaba en segunda división, como tampoco se cuentan los anotados en partidos amistosos y por Copas Europeas.

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Por lo que hablé con Daniel (Passarella), yo creía que iba a ser el técnico de River. Daniel dijo que tenía millones para armar un gran equipo, esperemos que cumpla con la gente. Tengo muchas ganas de dirigir a River, siempre, por más que esté quien esté. Algún día voy a volver. La gente quiere que vuelva... Hace ocho años que no dirijo River, imaginate cuántos campeonatos hubiera ganado si habría estado en el club.

(RAMÓN ÁNGEL DÍAZ, ex jugador y entrenador de River Plate, candidateándose, una vez más, para dirigir a la institución de Nuñez)

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No soy amigo, no tengo relación. Lo único que nos une es tener la misma camiseta y sacar a Boca adelante, transmitir y darle un mensaje a los más chicos. Tenemos que ser una imagen más clara, que las cosas así no van. Hay que encaminarla de otra manera, no sé cuál es el rumbo. A veces busco los motivos o algo que haya causado un malestar en alguien, por algo, pero no sé, se dio así. Yo tengo respeto hacia él.

(MARTÍN PALERMO, goleador histórico de Boca Juniors, 'blanqueando' su nula relación con Juan Román Riquelme, en declaraciones a radio 'La Red')

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Roberto Fontanarrosa (Argentina)

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El más grande de todos, Alfredo Di Stéfano

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José Francisco Sanfilippo y Antonio Roma, fueron compañeros en Boca y en el seleccionado nacional. Pero cuando el 'Nene' jugaba para San Lorenzo y Roma era el arquero de Boca, las cargadas entre ellos eran algo cotidiano.
Según relata Sanfilippo en su biografía, escrita por Alfredo Di Salvo, cuando los dos estaban concentrados con el seleccionado, previo a un clásico entre San Lorenzo y Boca que se disputaría el 12 de Octubre de 1962, ocurrió la siguiente anécdota: "Los chistes y las jodas estaban a la orden del día; lo teníamos de punto a ese gran tipo llamado Antonio Roma; nunca se enojaba y mejor así, porque con su físico era mejor que te agarrara un tren. Estábamos almorzando (con la selección), le guiño el ojo al 'petiso' Menéndez (Norberto) y lo llamo a Don Victorio Spinetto (el técnico).
-Quiero hacerle una apuesta, Don Victorio, al Tano. Usted tiene que dar el consentimiento.
-¿Qué es lo que pasa, Nene?
-El tema es el siguiente; el domingo juegan San Lorenzo y Boca, y hago esta apuesta, a pesar de correr con desventaja, no importa. Si le hago dos goles el domingo a Roma, usted lo desafecta de la Selección. Y si no los hago, el que se va soy yo, ¿de acuerdo?
-Sí, Nene, está todo jugado.
Nos damos la mano en señal de conformidad. Se prendía Don Victorio en las bromas. Todos aplaudieron, formalizando el desafío. Se acerca Antonio y me dice:
-¿A quién le vas a hacer dos goles, enano podrido..?
El partido en cuestión, disputado en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, finalizó 2 a 2. Los dos goles de San Lorenzo los convirtió Sanfilippo (el primero a los 5 segundos, de taco, -en la foto de la izquierda- y el segundo de tiro penal), pero tanto él, como Roma, siguieron siendo titulares de la Selección Argentina.

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Una vez, después de un partido, tuve que quedarme para la prueba antidopaje, y vino una novia que tenía en la época. Se habían ido todos, sólo quedaba un funcionario en la puerta del vestuario y entonces aprovechamos e hicimos el amor ahí.

(ROMARIO, ex internacional brasileño, en entrevista publicada la semana pasada en "O' Globo")

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