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Una vez contó Carlos Bilardo, que aquel plantel de Estudiantes pagaba premio doble a los que no se achicaban en el estadio Centenario. "Cuando repartíamos la plata de los premios, decíamos: 'vos fuiste para adelante en el Centenario contra los uruguayos así que tomá', y le pagábamos doble. Es que jugar contra Nacional y Peñarol en Uruguay era bravísimo", recordó Bilardo hace años en una entrevista.
Los duelos de Estudiantes y Nacional se convirtieron en clásicos de aquellas copas. Luis Artime con la blusa alba, y Juan Ramón Verón con la albirroja, eran los símbolos de cada equipo. "La Bruja" Verón recuerda que "con aquel equipo de Estudiantes era posible todo. El temperamento de Pachamé y Bilardo, el vigor y la personalidad de Aguirre Suárez y Malbernat. La base éramos todos muchachos jóvenes que veníamos jugando juntos desde las inferiores. Lo habíamos tenido a 'Pichón' Negri de técnico y después nos agarró Osvaldo Zubeldía. Él le impuso a Estudiantes todo un estilo. Le ganamos el campeonato a Racing en 1967 y para nosotros no fue ninguna sorpresa. En el ataque, junto con Ribaudo y Conigliaro, creo que ya hacíamos lo que después llamaríamos el fútbol total. Jugábamos sin posiciones fijas y se nos acoplaba el 'Bocha' Flores. Yo no exagero: lo dijo el mismo Rinus Michels, el técnico de Holanda en 1974. Él declaró que había sacado cosas del Estudiantes nuestro".

(tomado del blog “Club Nacional de Fútbol”)

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En el fondo de todo superprofesional habita un alma colegial que juega, sobre todo, para el aplauso.

(JORGE VALDANO, ex jugador y entrenador argentino)

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Hubiera dado mi brazo derecho por ser pianista.

(BOBBY ROBSON [1933-2009], recordado jugador y entrenador inglés)

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Milonga de rojo y blanco (Ignacio Copani - Argentina)

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La jornada del 3 de Febrero de 1979 no es cualquier otra en la historia de Belgrano de Córdoba. Ese sábado, el Pirata cordobés se dio el lujo de derrotar en el "Gigante de Alberdi" al campeón de Europa (en la foto, posando en el estadio cordobés).
La selección de Checoslovaquia venía de consagrarse como el mejor en la Eurocopa de Yugoslavia 1976, dejando atrás a la Holanda de Cruyff en semifinales y a Alemania Federal en el cotejo decisivo.
Llegó a La Docta con la mayoría de sus figuras (se destacaban el goleador Zdenek Nehoda y el defensor Anton Ondrus), en busca de la puesta a punto para afrontar el campeonato europeo de Italia 1980, donde defendería el título y en el que finalizó en tercer lugar.
Todo hacía presumir que le ganarían al elenco argentino, sobre todo cuando a los 12 minutos ya llevaban una ventaja de 2 a 0. Sin embargo, Belgrano remontó de forma heroica el encuentro y con un gol de Eduardo Carranza y dos de Enrique Viller se llevó la victoria.

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Todos los hinchas deben recordarlo como una figura cumbre de aquel logro, junto con Osvaldo (Zubeldía) y la Comisión Directiva. Mangano era un caballero, que dejaba su empresa y sus actividades personales por dedicarse al club. Un adelantado como presidente, que hizo inversiones que se tomaron como locas y hoy se disfrutan.

(CARLOS PACHAMÉ, ex jugador de Estudiantes de La Plata, recordando a Mariano Mangano [1912-1970], ex Presidente del cuadro ‘pincharrata’ entre 1960 y 1970)

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Los futbolistas son privilegiados, han hecho de una ilusión su profesión sin pasar por la universidad y ganando mucho dinero.

(DAVID VIDAL, entrenador español)

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TyC Sports, nacimiento y recorrido del deporte en el cable


En la historia de la difusión de los acontecimientos deportivos en nuestro país hay algunos momentos que marcan un antes y un después. Fechas que no pasan desapercibidas, y que dieron el puntapié inicial para lo que hoy son grandes medios periodísticos dedicados exclusivamente a los deportes.

En el caso de la televisión fue la creación de TyC Sports, como primer canal deportivo de la Argentina con transmisión las 24 horas. En la gráfica se destacará unos años más tarde (1996) la aparición del diario deportivo Olé, que surgió para satisfacer las necesidades de miles de lectores que sólo buscaban en los diarios de tirada nacional o local su suplemento deportivo.

De la fusión del Grupo Clarín y de la empresa Torneos y Competencias SA, nace la señal de cable que tuvo su primera transmisión el 3 de septiembre de 1994.

Antes de eso, Torneos y Competencias, empresa de Carlos Avila utilizaba los canales de aire, para la difusión de los eventos deportivos.

En 1982 inició su actividad en los medios con un programa de golf, que dio vueltas por varios de los canales (13, 2, 9 y 7). En 1985 creó el hoy exitoso programa de fútbol "Fútbol de Primera", y a partir de ese momento comenzó a comprar derechos de la mayoría de los deportes con trascendencia nacional.

Con el tiempo creó la Televisión Satelital Codificada y firmó un contrato con la AFA que le garantizaba la exclusividad de transmisión de los encuentros de Primera División por más de una década (luego ese convenio se amplió por varios años más). Hasta ese momento se buscaba una señal específica en los operadores de cable para codificar las señales y emitir los encuentros.

Con la creación de TyC Sports, se encontró una vía para explotar aún más ese beneficio de poder emitir el deporte más popular del país, sin competidor alguno.

Daniel Guiñazú, en la actualidad periodista de Radio Provincia, fue en el inicio del nombrado canal uno de los encargados de la producción periodística de los noticieros y los primeros programas que se emitían desde los estudios de Buenos Aires Televisión, porque no había un canal propio de la señal deportiva.

“TyC Sports surge en un contexto de gran explosión deportiva. Desde los comienzos de la década del 90, hubo en el país un espacio cada vez mayor dedicado al deporte, y así lo interpretó Carlos Avila, que en su primer mensaje recuerdo que expresó que quería crear el ESPN que estaba en Estados Unidos, pero en la Argentina. A partir de ese momento compró los derechos de los principales deportes: básquet, vóley, algunos torneos de tenis, pero nunca pudo con el rugby”, sentenció Guiñazú.

De aquellos primeros días del canal hay recuerdos que están frescos pese a los más de 15 años que pasaron desde la emisión inaugural.

“Recuerdo que la inversión inicial era muy fuerte, pero la estructura no estaba preparada para arrancar con un canal que iba a demandar tanta importancia. No estaba en condiciones de salir, pero salió. Alejandro Fabbri me llamó cuando terminó el Mundial de Estados Unidos, para decirme que me quería a su regreso trabajando con él para el canal que empezaba en unos días”.

El canal tenía el respaldo de la marca que ya era Torneos y Competencias, y comenzó a crecer fuertemente cuando los vínculos con Canal 13 (parte del Grupo Clarín) se hicieron más sólidos.

Cuando estaba por comenzar en septiembre del 94, TyC Sports, los periodistas que iban a conducir el noticiero (Greta Rodríguez, Hugo De Cucco, Ramiro Sánchez Ordóñez) tenían que ir a las 8 de la mañana a Canal 13 para hacer pruebas de cámara, porque no había un lugar físico para hacer los ensayos en una carrera contrarreloj para estar en marcha con la señal.

Destacó Guiñazú en más de una oportunidad que “estábamos dentro de una empresa muy sólida económicamente, pero los comienzos fueron complicados, porque nadie sabía quiénes éramos. Recuerdo que el día que se murió Carlos Monzón, que era un domingo, no había viáticos para mandar a un equipo a realizar la cobertura más importante del momento. Eran dos camarógrafos por turno, no había móvil, no había nada. Y un productor, con su tarjeta de crédito, tuvo que pagar el traslado de los periodistas para cubrir ese información”.

“Eran los momentos en los que se decidía esto va, esto no va, y que muchas cosas se decidían si iban o no estando en la pantalla. Hubo cosas que funcionaron y otras que no”, remarcó el periodista que estaba a cargo de los noticieros que eran la columna vertebral de la emisora.

Hay coincidencia en casi todos los que estuvieron desde el nacimiento de TyC Sports, que el acontecimiento que marcó el quiebre del canal en su crecimiento fue la cobertura de los Juegos Olímpicos de Atlanta ’96.

Hasta ese momento nunca se había efectuado una cobertura de un JJOO con tanta profundidad y detalle. Había antecedentes de emisiones aisladas por los canales de aire de los Juegos de Barcelona, partidos de tenis de Gabriela Sabatini, y no mucho más.

“El gran boom deportivo lo marcó la vuelta de Maradona a Boca en el 95, colaboró desde lo económico el 1 a 1 que había en el país, y sí creo que el quiebre fue Atlanta 96. Porque fue lo distinto. Después sí, el Mundial del 98 en Francia fue impresionante, y varios acontecimientos más”.

“Siempre cuento una anécdota cuando digo que no estábamos preparados, y tiene que ver con el regreso del seleccionado sub 20 campeón del Mundo en Qatar. Nosotros pedíamos un móvil para cubrirlo, y no había. Y mientras TN estaba recibiendo en vivo a los campeones, nosotros estábamos pasando los goles de la fecha del fútbol chileno”, recordó Daniel Guiñazú sobre los inicios de TyC Sports.

Justamente en los comienzos y pese a surgir de la misma familia, porque todos pertenecían a la misma caja grande del Grupo Clarín, parecía existir una gran rivalidad con TN Deportivo, porque desde éste último se observó la aparición de una sombra para el canal de noticias que acaparaba también en la difusión de noticias deportivas.

Hasta se cuenta que hubo una reunión de los encargados de noticias de cada uno de los canales, para interceder en una relación que distaba de ser amistosa.

Hoy TyC Sports cuenta con una estructura sólida de edificio propio, equipos y coberturas que distan de aquellas de mediados del 94.

Desde el 2004 la señal se emite a más de 10 países del continente y hay una señal internacional, que difiere de lo que se ve dentro de la Argentina en muchos de sus contenidos.

El crecimiento del periodismo deportivo y la necesidad de difusión de los acontecimientos llevó luego a que otras cadenas instalen sus propias señales deportivas con emisión en nuestro país, como Fox Sports y la misma estadounidense ESPN.

Pero para la historia televisiva de la difusión de deportes, sin dudas que TyC Sports marcó el camino.


(artículo de Matías Mor Roig)

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De los primeros tiempos de nuestro fútbol profesional existe una enorme lista de habilidosos. Era el puro estilo rioplatense; gambeta y pases cortos. Uno de los más brillantes jugadores técnicos, un verdadero maestro de la gambeta, fue Vicente Zito.
A Zito se lo denominaba "La Bordadora", como símbolo de su endiablada capacidad para quitarse a los adversarios de encima, "bordando" jugadas espectaculares.
Se inició futbolísticamente en 1931 con la camiseta de Quilmes, pero su consagración definitiva la logró en Racing de Avellaneda. Allí actuó desde 1933 hasta 1941. Al año siguiente tuvo un breve paso por Atlanta para retornar en 1943 a la Academia, donde solo jugó esa temporada.
Cuentan memoriosos hinchas 'cerveceros' que en un partido ante Platense, Zito eludió a cuatro defensores y al enfrentar al arquero le pasó la pelota por sobre la cabeza, pero cometió un error; quiso completar la jugada de lujo, de espaldas al arco, para tocar de taquito al gol. La pelota salió apenas desviada. Lo querían matar.
Pero ‘La Bordadora’, tan atrevido como futbolista, era tímido para las fotos. En los testimonios gráficos, posando con el equipo de Racing, siempre aparece con la cabeza gacha. Y no lo hacía por cábala. Vicente Zito jugó un total de 324 partidos, convirtiendo 106 goles.
Falleció en Quilmes el 26 de Julio de 1989, a los 78 años.

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No lo necesitamos, tenemos a un arquero joven que va a ser figura: Jaime Tejeda.

(Dirigentes de Universidad de Chile despreciando a Roberto "Cóndor" Rojas -en la imagen-, quién había quedado sin club, en el año 1982)

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Tienen que vender periódicos. Venden que hay una posible falta a Messi mal sacada cuando no es así. En el gol de Pedro no hubo fuera de juego y cometieron un penalti sobre 'Ibra' en la segunda parte del que no se habla. Lo que pasa es que el Madrid está cinco puntos por debajo del Barça y eso no se digiere en la capital.

(XAVI HERNÁNDEZ, jugador del Barcelona en el programa 'Hat-trick' del canal español TV3)

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Por poquito (Johan Bush Walls - Guatemala)


-El director técnico lo hizo muy bien, ¿no le parece?

El hombre con gafas de montura de oro sonrió, al tiempo que bajó la mano derecha hacia el cenicero y tomó con la otra el grueso tarro de vidrio que contiene una bebida dorada.

-Ha sido un buen movimiento, pero nada comparado con aquella vez que conseguimos que Brasil perdiera la Copa del 98.

-Claro, esas son ligas mayores, igual les dimos la sede del 2014, pero no todos los años hay Mundial, hay que entrarle a lo que venga.

-Como aquella vez que hicimos clasificar a Trinidad y Tobago, no podíamos quedar mal con Jack.

-Lo mejor de todo es que no siempre se trata de dinero, las comunicaciones y los derechos de televisión han cambiado mucho las cosas, ¿recuerda cuando andábamos de arriba para abajo con esos maletines llenos de dinero?

-Eran otros tiempos.

El hombre se sentó derecho, cuidando que su fino traje de diseñador se arrugara lo menos posible, en el exclusivo restaurante del hotel de cinco estrellas se sentía el rey del universo; quizá lo era, su trabajo le permitía darse esos lujos, tantos años en el negocio le habían valido para acceder a toda clase de privilegios; los otros, los directivos, pensaban que él era su empleado, pero al final resultaba lo contrario, dependían de él, dependían de sus negociaciones para que el gran teatro no se les cayera. Es cierto, entre todos decidían quienes jugarían la siguiente Copa del Mundo, cuál sería la próxima sede, y aún más, que país sería el próximo campeón, pero quien tenía los contactos era él.

-La verdad es que esos jovencitos guatemaltecos juegan bien, pero igual no les costó dejarse golear y menos perder por penales.

-Y nosotros logramos deshacernos de los mexicanos, como no les bastó el campeonato Sub-17, siguen necios con ser los próximos campeones, y más necios con seguir apoyando a ese bocón que tienen por técnico, no se dan cuenta que nos perjudican el negocio.

-Por eso hay que tomar medidas drásticas, vaya que los guatemaltecos siempre ayudan.

El mesero recogió los tarros y vació discretamente el cenicero, no es propio que un dirigente deportivo tenga ese feo hábito.

-Nos falta el tema del técnico, bueno, de los dos técnicos ¿a dónde va el tico ahora?

-A donde sea, no podemos darnos el lujo de que haga clasificar a la selección mayor de Guatemala al Mundial.

-¿Y quién se quedará con la bicolor?

-Esas son pequeñeces, las directrices ya están dadas, hay que hacerles creer que son ellos los que deciden.

-Es cierto, para un fútbol de la edad de piedra, un entrenador primitivo.

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Ángel Clemente Rojas (Sarandí 1944) debutó por Boca Juniors en 1963. En los años siguientes se constituyó en un ídolo del equipo y el conductor de los títulos logrados por los xeneizes en 1964, 1965, 1969 y 1970. Amigo de la noche y de la vida disipada se cuenta que en 1972 el presidente de Boca, Alberto J. Armando, cansado de sus indisciplinas y de las del ‘Pocho’ Pianetti los negocia con equipos peruanos en momentos en que en el fútbol incaico se pagaba más que en el argentino.
De esa manera, el 15 de Marzo de 1972 Ángel Clemente Rojas (a la izq. en la imagen) llegó al Perú para ponerse a órdenes de Tito Drago, DT de Deportivo Municipal.
Debutó con el equipo de la comuna el 2 de Abril en un encuentro frente al Defensor Arica que terminó empatado a 2 goles por bando.
Rojitas mostró chispazos de su fútbol pero se presentó con un notorio sobrepeso y fuera de ritmo futbolístico. Durante aquel torneo Rojitas alternó sin lucir su verdadero nivel fuera de haberse complicado su estado físico por las constantes lesiones.
El partido que más se le recuerda a Rojitas es aquel en que vencieron a Universitario por 3-2 con 2 goles suyos y con el mítico baile de Sotil (a la derecha en la foto) a Ballesteros.
En términos generales, Ángel Rojas no fue con la casaquilla del Municipal ni la sombra del gran jugador que brilló en Boca Juniors, equipo al que regresó en 1973 y le dio el pase en blanco a los pocos meses, para jugar luego en Racing, Nueva Chicago, Lanús y Argentino de Quilmes, equipo en el que se retiró del fútbol en 1978.
El fútbol peruano tuvo la suerte de reunir a Rojas y Sotil, dos de los más grandes gambeteadores del fútbol mundial. Fue en el Deportivo Municipal de 1972.

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Por más viejas que sean las jugadas preparadas hay que intentarlas, siempre hay un tonto en el equipo contrario.

(CARLOS BILARDO, ex jugador y entrenador argentino)

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Messi es el Maradona de hoy, pero nunca será Diego.

(HUGO ORLANDO GATTI, ex arquero argentino, en “Radio 10”, 29 de Enero de 2010)

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Así se fabrica la pelota del Mundial 2010

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Al futuro Viejo Gasómetro (Ernesto Pierro - Argentina)


La cancha tenía platea de pibes
con unos asientos pintados de azul;
a nuestras espaldas, un alto alambrado,
mi viejo mirando y la multitud.

Los ojos buscaban después adelante
el otro alambrado, tras el cual creciò
la leyenda santa de un fútbol sagrado
que un cura de barrio al mundo brindó.

Tras ese alambrado del sueño más puro,
el césped, los arcos, las líneas de cal,
y el túnel de donde surgían los héroes
buscando la historia de sesgo inmortal.

La Voz del Estadio traía del cielo
la Marcha sagrada, el canto de amor;
aquella que hablaba del club más querido
que siempre había sido glorioso campeón.

El Alumni, allá enfrente, era incomprensible:
¿qué sería X?, que sería O?
No es O, sino cero, pronto corregía
un pibe de apenas año más que yo.

Carrillo lucía su buzo amarillo,
y en negro enfundado se acercaba el juez
con un ayudante como él ataviado
y entre ambos palpaban la deseada red.

De pronto un murmullo crecía incesante:
la cinco rodaba… ¡Vamos "El Ciclón"!
Mi viejo seguía tras el alambrado
mirando el partido con mi corazón.

¡Pasámela Higinio! -gritaba Facundo-,
en tanto ya "El Nene" picaba hacia el gol.
Un nuevo triunfo llegaba en la tarde
y un mar de pañuelos saludándolo.

Al irse ya todos, vivir la aventura
de subir tablones de a uno, de a dos
mirar Avda. La Plata de arriba…
ver pasar la vida desde el escalón.

Bajo los tablones nacía otro cielo
con la misma honra, con igual honor
por aquel pasillo todo embaldosado
seguía el camino del más ganador:
el hockey, el tenis, natación o tiro
-algunos ejemplos de orgullo sin fin-;
Catedral de básquet, de box y atletismo
que vio aquel gigante salón San Martín.

De un lado la escuela, de otro lado el cine,
y unos Carnavales para no creer;
ajedrez, folklore, y una biblioteca
que solo el más grande podía tener.

Patín, yudo, pesas, en todo campeones,
y en cuanto a pasiones ninguno mejor;
ninguno que luzca más lindos colores
ni hinchada que ame con tan fiel amor.

Volverán las tardes aquellas, te juro,
Gasómetro hermano, aunque yo no esté.
Será en Avda. La Plata, tu calle,
tu barrio Boedo te verá volver.

Se oirá más fuerte que nunca ese grito
de “¡Ciclón!” bajando de la multitud.
Y tendrá la cancha platea de pibes
y asientos pintados de color azul.

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¿Qué características debe tener un técnico ideal?

Saber escoger los jugadores, saber claramente qué es lo que quiere con ese grupo y que ese grupo entienda perfectamente qué es lo que quiere el técnico. Tiene que haber una comunión perfecta. Que el grupo entienda el mensaje.

¿Con qué técnico del mundo se identifica?

Ferguson. Me encanta la forma como dirige sus equipos, como para los equipos en la cancha. Un referente mío para ser entrenador fue Carlos Salvador Bilardo, un hombre campeón del mundo, un hombre trabajador, un hombre honesto. Un hombre que vino a Colombia y enseñó muchísimo.

¿Qué es lo que más recuerda de Bilardo?

Lo que más recuerdo del 'Profe' es que vino y nos demostró que había un gran material humano, que tenía una gran condición en el jugador colombiano, pero faltaba acondicionar esa gran condición a la exigencia, a la concentración, al trabajo mañana y tarde, al profesionalismo, al respeto por una camiseta, por una institución. Cinco o seis años después tenemos la fortuna de jugar el Mundial del 90 con jugadores y técnicos de Bilardo. Las clasificaciones al Mundial del 90, 94 y 98 son el fiel reflejo del paso de Bilardo y Zubeldía y ahí es un punto de partida del fútbol colombiano, ahí el fútbol colombiano se parte en dos. Antes de Bilardo y Zubeldía y después de Bilardo y Zubeldía.

(FERNANDO “El Pecoso” CASTRO, ex jugador y entrenador colombiano en el portal “Fútbolred”)

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Quejarse de que el fútbol sea aburrido es como quejarse de que Rey Lear tenga un final tan triste: es no haber entendido nada.
El fútbol es un universo alternativo, tan serio y tan estresante como el trabajo, con las mismas preocupaciones, esperanzas y desilusiones. Yo voy al fútbol por muchas razones, pero no voy buscando entretenimiento.


(NICK HORNBY, en su libro “Fiebre en las gradas” -1992-)

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Habíamos preparado el partido para ganar 5-0; lamentablemente ese gol nos perjudicó.

(HUGO SÁNCHEZ, entrenador de la selección mexicana Sub-23, el 16 de Marzo de 2008, tras la victoria ante Haití por 5 a 1, con lo que se quedó a un gol de clasificar a los Juegos Olímpicos de Pekín)

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"Aldo Pedro: el jugador hincha" (Roberto Fontanarrosa - Argentina)


-Aldo, he descubierto que te amo.

Aldo Pedro cesó de untarse sus melancólicos bigotes con bálsamo Sloan y miró a lo lejos, como pensando.

-Ahora todos me quieren -musitó, ausente, mientras sorbía un sobrio trago de aceite verde.

-No, no -insistió aquella voluptuosa mujer-, yo siempre te he querido, siempre.

Aldo Pedro echó hacia atrás la pluma que tornaba su sombrero de ala ancha y sacudió su melena de novio en el recuerdo. Rememoraba, tal vez, los insultos, rememoraba, quizás, las amenazas, las ofensas.

-No es cierto -silabeó nuevamente.

-Siempre, siempre -porfió la mujer, retorciendo con desesperación su ceñida blusa azul y oro-; yo nunca te protesté, ni te odié, ni pedí a Dios que te agarrara un cáncer, ni pedí a los rivales que te quebraran en cuatro, ni prometí no volver a la cancha hasta que te echaran a patadas del club, ni me amargué porque no te hiciste mierda con el auto en el bulevar Rondó...

Aldo Pedro entrecerró sus pequeños ojos tornasolados, avezados en la búsqueda del intersticio esquivo, baqueanos en medir la distancia milimétrica del pase a Ramoncito, aguzador en la pesquisa constante de localizar espacios vacíos, o bien en detectar al 'Chango' Gramajo, hábilmente oculto tras sus marcadores.

-Mentira, vos me odiabas, me odiabas como todos...

-No, no... te juro... nadie te odiaba, eran unos pocos apátridas, eran infiltrados en la hinchada, todos te quisimos siempre, te amamos siempre...

Aldo Pedro acomodó su capa, su espada cantora y pareció escuchar. De lejos llegaba un coro celestial de querubines entonando el Opus 9, tocatta y fuga "Gol del Aldo". Recordaba, quizás, aquel remoto equipo de tercera, el de Pignani, el de Palma, y tantos otros que habían sido devorados por el túnel del tiempo, o de los vestuarios.

-Mentira... todos me odiaban...

-No digas eso, Aldo.

La mujer entrelazó sus dedos expertos en lanzar confetti, globos, preservativos inflados y rompeportones, en los revueltos cabellos del Aldo. Sobre aquella cabeza legendaria, sobre ese endemoniado rulo izquierdo que volara un día, certero y cruel como un águila vengadora, hacia una pelota rauda, coqueta, ese endemoniado parietal izquierdo que golpeara el fútbol disparado desde la derecha y lo pusiera lejos, inesperado y seco, de la mano inmóvil de Fenoy, del griterío canalla del Monumental.

-Es que has recorrido un largo camino muchacho -aventuró aquella mujer-; has cambiado mucho, ahora juegas para todos, corres, te prodigas...

Aldo Pedro meneó apenas la cabeza. Recordaba, quizás, cuando don Miguel lo mandaba al muere, a buscar contra los laterales los pelotazos de los volantes, a dominar la pelota de alto, de espaldas al arco, con los dos marcadores centrales que le reventaban los riñones a rodillazos, que lo amasijaban contra la raya, cuando debía evitar el anticipo, dominar el fútbol y esperar que Gennoni no se estrellara contra un palo picando en diagonal hacia el centro, o el Oreja no le pidiera la pelota entre una manifestación de defensores; cuando después de todo eso, hecha la pausa que refresca, metido el toque justo, debía salir picando hacia el arco, hacia el gol, porque él era el número nueve, porque llevaba el número nueve en la espalda como una condena y los números nueve deben estar ahí, adelante carajo, que así jugaban Cagnotti, Potro, Guzmán, y no como este malnacido de Poy, que ojalá le dé un síncope en el medio de la cancha; cuando lo odiaban...

-Mentira... -el último romántico se ajustó con morosa lentitud el suspensor-. Yo sé que ahora vendrán caras extrañas. Yo siempre me brindé, nunca pudieron decir de mí, como de otros talentosos, que jugaba cuando quería, ni que era cagón, ni que no quería la camiseta; sin embargo me odiaban, salvo un pequeño grupo al que miraban como descastados, como leprosos... no... como leprosos no, como apestados.

-No es cierto, no es cierto -la mujer sollozaba doblada sobre el bombo-, eres amado, eres el gran ídolo viviente de Rosario, eres hermoso, no morirás nunca, y cuando mueras, en los partidos contra Ñul te sacaremos como al Cid, embalsamado, con la azul y oro, para que tiemblen las huestes del Parque...

Aldo Pedro volvió a mirar hacia el horizonte, apartó con deliberado cariño a la mujer y sonrió apenas. El vaivén de su melena en los hombros eran las palmadas de un viejo amigo. Miró hacia ambos lados, como esperando el anticipo, y finalmente picó raudo. El centro podía llegar en cualquier momento.

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El puesto de arquero es muchas veces muy ingrato. En la soledad de los tres palos, se viven procesos inversos, mientras muchas veces los compañeros se abrazan con un gol, el arquero lo grita en soledad. Cuando se hace una atajada monumental, muchas veces la jugada continúa y a lo más se escucha un “vamos”, “excelente” y nada más. Pero es parte del oficio de ser arquero.
Carlos Fenoy fue un caso inusual en su época, su carrera transitó entre Newell’s Old Boys de Rosario, Vélez Sarsfield y Huracán, hasta que da el salto a España, más precisamente al Celta de Vigo para disputar la temporada 1976-1977.
En aquellos años, que un arquero pateara un penal era algo muy extraño, pero Carlos Fenoy se tenía fe y ya en la tercera fecha logra batir a Luis Arconada de la Real Sociedad, dando inicio a un verdadero ritual donde diversos arqueros de la Liga Española deben sufrir su eficacia en el punto penal: Esteban del Elche, Daniel Carnevali del club Las Palmas, Miguel Ángel del Real Madrid y nuevamente Carnevali, esta vez en el estadio insular. A excepción hecha de ese último partido ante Las Palmas, en las anteriores cuatro ocasiones, sus goles dieron la victoria al Celta.
Lamentablemente, los goles de Fenoy no pudieron evitar lo inevitable, el descenso del Celta de Vigo a la Segunda División producto de la mala campaña. Pasaron los años y Fenoy se retiró jugando en el Valladolid en 1988, pero inolvidable resultó su primer año, donde sentó un precedente para futuros arqueros goleadores.
Carlos Alberto Fenoy Muguerza, nació en Buenos Aires el 15 de Octubre de 1948.
Trayectoria profesional:
* 1970-1972: Newell’s Old Boys
* 1973-1975: Vélez Sarsfield
* 1976: Huracán
* 1976-1980: Celta de Vigo
* 1980-1988: Real Valladolid

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Cuando un equipo anda bien, no anda mal; y viceversa.

(MARIANO PUYOL, ex futbolista chileno, considerado uno de los máximos ídolos de Universidad de Chile de todos los tiempos, haciendo gala en 1985 de una inusitada filosofía socrática)

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El fútbol de los años 30 no admitía pases para atrás; la pelota iba siempre en dirección del gol. No andábamos dando vueltas por el campo, recibíamos el balón siempre de frente para el gol.

(ERNESTO MASCHERONI, Campeón Mundial 1930 con la selección uruguaya de fútbol, en entrevista publicada en el periódico brasileño "Jornal da Tarde", 29 de Mayo de 1978)

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Ivan Haramija (Croacia)

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La recordada pelea Sanfilippo-Goycochea

El domingo 5 de Septiembre del año 1993, en el Estadio "Monumental", Argentina jugaba contra Colombia un partido por las eliminatorias del Mundial de EEUU 1994. El resultado de aquel partido es por todos recordado... Argentina 0 - Colombia 5.
Dos días más tarde, en el programa "Tiempo Nuevo", conducido por Bernardo Neustadt se producía un inolvidable episodio... José Sanfilippo, recordado goleador argentino, criticaba a un sorprendido Goycochea.
Carlos Salvador Bilardo, viendo lo acontecido por televisión, se dirigió a los estudios de TELEFE e ingresó al programa con el fin de defender al arquero...

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En el libro escrito por Daniel Roncoli, "Canilleras en el alma", se relata un hecho singular, con argentinos en un país árabe: "Gabriel Humberto Calderón (en la imagen) tenía una consigna compleja -dice Roncoli-. Nada parecía ser abismal para un hombre que cruzó de vereda para jugar de Racing a Independiente sin que le pusieran precio a sus piernas, pero este desafío planteaba complejidades. Había asumido como técnico de la Selección de Arabia Saudita y a la dificultad que le provocaba para el trabajo la religión -la conflictiva posibilidad de organizar turnos de entrenamiento por las horas de rezo- se sumaba el desconocimiento del medio y del idioma. Con su ayudante e intérprete, Eduardo Anzarda, comenzaron a ver partido por partido del certamen local para escoger a los integrantes para la primera convocatoria.
En uno de esos encuentros, en que 'Caldera' y el 'Chavo' se complementaban para en un listado ir volcando datos, Anzarda descubrió que uno de los equipos tenía diez hombres. Le pareció extraño, creyó estar equivocado. El juego se puso en marcha y repitió la cuenta. Otra vez le daba diez. Le comentó el episodio al técnico principal y a éste, el conteo siguió arrojándole diez hombres.
Lo que más curiosidad les despertaba es que en el banco del equipo disminuido se encontraba la nómina habitual de suplentes. Volvieron a contar a cuatro ojos y a cuatro manos y les seguía faltando uno. Ya enloquecidos por el disparatado ejercicio contable, apelaron al traductor que no parecía muy entusiasmado con el deporte. ¿Estarían observando visiones?, ¿Todo se trataría de un espejismo? El árabe saudí les indicó que tras la zona de bancos había un sillón de peluquero, donde podía percibirse a un hombre rasurando a otro.
Aquí no se puede jugar con pelo largo, la figura de este equipo pretendió entrar al campo con el cabello un poquito más extenso de lo estipulado y las autoridades lo mandaron a pelarse.
Es una situación que está contemplada, siempre hay peluquero y elementos por si esto sucede. Hasta que no estuvo acondicionado el look del desobediente de acuerdo a lo permitido, uno de los clubes se desempeñó con uno menos.
Podían haber incluido a un reemplazo, pero por tratarse de una de las estrellas del conjunto, lo esperaron".

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Brasil nunca puede faltar a un Mundial, ni Paraguay ir a dos consecutivos.

(JOSÉ LUIS CHILAVERT, ex futbolista paraguayo)

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Periodista: ¿Qué tipo de mujer te gusta?

Houseman: La que tengo: Olga, mi esposa.

P: ¿Y sacando a tu esposa?

H: Jessica, mi hija.

P: ¿Y sacando a la familia?

H: TODAS!

(RENÉ HOUSEMAN, ex futbolista argentino, en revista "El Gráfico" -2005-)

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El gol es un relato imaginario


Una costumbre argentina, la de escuchar fútbol por la radio, cumplió recientemente 80 años sin que nadie se diera cuenta. En 1924, coincidiendo con el partido en que Cesáreo Onzari convirtió el primer gol de córner de todos los tiempos y el seleccionado argentino le ganó por 2 a 1 a Uruguay en la vieja cancha de Sportivo Barracas, por LOR Radio Argentina, Horacio Martínez Seeber, un inquieto radioaficionado interesado también por el periodismo, y Atilio Casime, jefe de Deportes del mítico diario “Crítica”, transmitían el primer partido de la historia (en la imagen, antes del comienzo del encuentro); sin saberlo, ataban un lazo emotivo que, a lo largo de ocho décadas, viene uniendo la máxima pasión nacional con varias generaciones de hinchas.

El choque entre Argentina y Uruguay, que estrenaba el título olímpico ganado poco antes en el Estadio de Colombes (Francia), se disputó un 2 de Octubre, aunque debió haberse jugado poco antes, el domingo 28 de Septiembre. Pero la multitud desbordó las tribunas del estadio y el partido se suspendió a los cuatro minutos del primer tiempo. Radio Argentina, la emisora pionera de la radiotelefonía nacional que había iniciado sus emisiones en 1920, narró los tumultos e incidentes en las voces de Martínez Seeber y Casime. Y decidió retornar a la cancha el jueves 2 de Octubre para contar los 86 minutos restantes.

No se trató de un relato clásico, del tipo de los que en hoy en día se escuchan, sino de una simple descripción de las incidencias del juego. Martínez Seeber, un profundo conocedor de los aspectos técnicos de la radiotelefonía, tenía la licencia oficial de radioaficionado número 1, otorgada por el Ministerio de Marina y, esa tarde, hizo a la vez de relator, comentarista y técnico. Instaló tres micrófonos en el puesto al borde del campo de juego: uno para él, otro para Casime, y el tercero de ambiente para registrar el enorme bullicio del partido internacional.

El primer relato íntegro data de 1927 y se lo atribuyó a sí mismo Tito Martínez Delbox, quien dijo haber narrado para Radio Nacional (hoy Radio Belgrano) el partido entre Sportivo Barracas y Estudiantil Porteño por el campeonato de la Asociación Amateurs Argentina, utilizando un teléfono candelero y con don Jaime Yankelevich, el dueño de la emisora, como técnico operador. Allí dio comienzo una historia que reconoce cuatro nombres sobre los que no hay dudas: cada uno con lo suyo y en el orden que se prefiera, Lalo Pelliciari, Fioravanti, José María Muñoz y Víctor Hugo Morales han sido los más grandes, los relatores que marcaron su tiempo.

Lalo Pelliciari vino de Uruguay en 1935 y relató en Rivadavia, Stentor y Mitre, de la que llegó a ser su dueño. Son muy escasas las grabaciones existentes que pueden dar cuenta de su estilo. Pero quienes lo recuerdan destacan su teatralidad. “Inventaba los partidos, los adornaba”, opinó de él Fioravanti, su comentarista en la ya desaparecida Radio Stentor. Era desprejuiciado, informal, espontáneo, claro y veloz en la descripción de las jugadas. “Vamos muchachos, vamos”, gritaba cuando el partido no tenía el ritmo que él pretendía para hacer ameno su relato. Y cuando veía a un jugador bien ubicado, lo resaltaba diciendo, por ejemplo, “me gusta la posición de Moreno” (o de Sarlanga, o de quien fuera).

Sin embargo, para los mayores, no hubo ni habrá nadie como Fioravanti. Joaquín Carballo Serantes (tal era su nombre completo) fue el creador de la transmisión tal cual se la conoce ahora, el primero en todo. Relató desde una cabina ubicada en lo más alto del estadio y no desde el borde del campo o en la platea para evitar que se cuelen los insultos de los espectadores. Creó las conexiones para tener al instante todo lo que sucedía en las otras canchas.

Tuvo durante años un auspiciante único (cigarrillos Caravana, Bodegas y Viñedos Giol) para que las largas tandas y las voces de sus locutores comerciales no consumieran los mejores momentos de los partidos. Y al final de sus programas resumía la jornada con una vibrante síntesis que remataba con la repetición del relato de los goles. "Más que un relator, soy un narrador", acostumbraba a definirse a sí mismo Fioravanti. Y era tal cual: posaba su voz sobre el partido, acompañando las acciones y subrayaba los momentos de mayor emoción, con un lenguaje pulcro, tan elegante que enriquecía el vocabulario de quienes lo escuchaban. Los lunes, en las escuelas, los chicos les preguntaban a sus maestros el significado de tal o cual palabra porque el domingo la habían escuchado de su boca. Fioravanti fue el número uno, el más popular en los ’40 por Radio Splendid y en los ’50 por El Mundo. En los ’60 debió adaptar su estilo ante la aparición de Muñoz en el aire de Radio Rivadavia. Tuvo que hacerse más enfático sin perder buen gusto y lo consiguió hasta su retiro en 1972, 31 años después de su debut.

Muñoz elevaba la voz, gritaba, dejaba que la emoción lo desbordase y se derramase sobre sus oyentes. Antonio Carrizo no duda cada vez que habla de él: “Fue el personaje más importante de la radiofonía argentina”. Jorge Fontana, su locutor comercial en los ’60, llegó a decir: “Muñoz es al periodismo deportivo y a la radio lo que Troilo es al tango”. En verdad, Muñoz fue un obsesivo de la producción que trabajaba de lunes a lunes, llegaba antes que ninguno a la radio de Arenales y Pueyrredón, y se iba después que todos. Aprovechó la explosión de las comunicaciones de los ’60 y unió al país y al mundo con sus conexiones, Fragata Libertad y Base Marambio inclusive.

“El Relator de América” supuso que hacía patria con sus relatos. Y eso explica su inveterado oficialismo con militares, peronistas y radicales, su periodismo alambicado y meloso, acrítico con el poder y los poderosos de turno. Apoyó sin reservas el Mundial ’78, mandó a la gente que celebraba el título juvenil del ’79 a manifestar en contra de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y movilizó en 1982 a favor de la aventura en Malvinas, porque entendía que era lo mejor para el país. Siempre quedará la duda de si calló cosas durante la dictadura porque estaba demasiado bien informado o porque no sabía la verdad de lo que estaba sucediendo.

El 12 de Febrero de 1992 condujo desde la cama de un sanatorio una previa de dos horas del clásico Boca-River. Dos días después falleció. Sin ser un relator extraordinario, pegándole a menudo a la palabra de al lado, Muñoz revolucionó a la radio.

El hoy es de Víctor Hugo Morales. El uruguayo lleva 23 años de labor ininterrumpida en la Argentina y es, para muchos, el más grande relator de habla hispana de la actualidad y de todos los tiempos. Su relato del segundo gol de Maradona a los ingleses en 1986 ya le ha asegurado un lugar en la historia que él se encarga de defender, partido a partido, con su voz extraordinaria y su talento único. Le tocan tiempos ingratos: la televisión le pelea espacios a la radio, las empresas no invierten en sus transmisiones y hoy ya no se asocian como antes los grandes acontecimientos deportivos con las voces enronquecidas de los narradores.

Sin embargo, después de ochenta años, la magia no se extingue. La radio no puede estar sin el fútbol. El fútbol, tampoco sin la radio.

(artículo de Daniel Guiñazú publicado en el diario “Página 12” del lunes 29 de noviembre de 2004)

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