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Uno de los goleadores históricos del fútbol argentino fue, sin dudas, Luis Artime (padre de Luis Fabián ‘Luifa’ Artime, ídolo de Belgrano de Córdoba).
Artime comenzó en Atlanta, se consagró en el River de los años 60, y también se cansó de hacer goles en Independiente, Palmeiras, Nacional de Montevideo y el seleccionado argentino, sin ejecutar penales. La única vez que lo hizo en Primera, se desgarró.
Fue un goleador excepcional, querido y respetado por todos y, por sobre todas las cosas, modesto y criterioso en sus procederes y declaraciones.
Pues bien, Luis Artime nunca negó su cariño por Racing, pese a ser el club al que le convirtió muchos goles. Uno de esos partidos en los que estaba inspirado, jugando para River y teniendo enfrente la camiseta de la Academia, se disputó el 26 de Mayo de 1963, en Núñez, por la 5ª fecha del torneo.
Racing era superior y en el segundo tiempo ya ganaba por 2 a 0, y con baile. Pedro Marchetta, de Racing, habilidoso y pícaro, hacía lujos, sombreros y caños, que dio insólito motivo para que el árbitro Roberto Goicoechea lo reprendiera por sus "cargadas".
Claro que sobre el final, Luisito Artime se despachó con 3 tantos en ocho minutos, para dar un vuelco fundamental al partido, ganando River por 4 a 2.
La síntesis de ese cotejo, fue la siguiente:
River Plate (4): Amadeo Carrizo; Ramos Delgado y Grispo; Sáinz, Cap y Varacka; Onega, Pando, Artime, Delem y Roberto.
Racing Club (2): Luis Carrizo; Anido y Mesías; Martín, Reynoso y Sacchi; Mattera, Marchetta, Mansilla, Julio San Lorenzo y Belén.
Goles en el primer tiempo: 35' Mattera (RC).
Goles en el segundo tiempo: 4' Julio San Lorenzo (RC), 25' Onega, de penal (RP), 35', 39' y 43' Luis Artime (RP).

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Quiero volver a Inglaterra. Yo no soy la clase de tipo que pueda mantener sus sentimientos escondidos. Yo siempre he dicho lo mismo: me encanta estar aquí, me encanta estar aquí, me encanta estar aquí.

(JOSÉ MOURINHO, entrenador portugués del Inter de Italia, en el periódico inglés ”The Guardian” del 29/12/09)

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Lazio usa mi nombre para sacudir el ambiente. El año pasado pasó lo mismo, sólo una vez hablé con el Presidente del club, pero nunca llegó una propuesta a mi agente. Si hubiera algún interés, bastaría con un llamado telefónico. Estas cosas me dan pena, porque ilusionan a la gente y no es verdad. Por mi familia, me quedaré en Argentina.

(JUAN SEBASTIÁN VERÓN, entrevistado ayer por una radio italiana, molesto con los dirigentes de la Lazio, quienes lanzaron la versión del retorno de "la Brujita" a la disciplina romana)

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La Copa Pelé de 1987


Presentado como el primer torneo Mundial de Seniors de selecciones campeonas del Mundo, resultó un éxito desde lo comercial ni bien arrancó. La idea era atrapante, juntar a viejas glorias del fútbol mundial (jugadores de más de 35 años que no se encontraran jugando profesionalmente) y hacerlas participar de un Mini-Mundial que se transmitiría por televisión.

La propuesta resultó tan atractiva que muchos se prendieron, incluso el mismísimo Pelé, que le dio su nombre a la Copa, y además disputó un partido de la primera edición.

La red brasileña de TV Bandeirantes, a través del comentarista Luciano do Valle -quien dirigiría a Brasil en este certamen- aprovechó la movida en su país para cautivar nueva audiencia y, como si fuera poco, 50 mil espectadores se hicieron presentes en el estadio Pacaembú, en San Pablo, para ver el debut del scratch ante Italia.

Había un motivo importante, claro: Pelé volvía a las canchas tras su despedida de la ‘canarinha’ en 1971.

Pese a que Brasil ganó 3 a 0, Pelé no tuvo una buena jornada y se retiró de la competición. Igualmente el local contaba con figuras como Rivelino, Jairzinho y Edú, material de sobra para llegar a la final, donde enfrentó a Argentina y cayó por 1 a 0 (gol de Felman), pese a ser claramente superior en el desarrollo. No contaban con la extraordinaria actuación del arquero Carlos “Batman” Buttice.

La Copa Pelé se disputó en seis ocasiones siendo la última edición la de 1995. En este enlace pueden verse los detalles de la edición de 1987 así como de las posteriores.

Síntesis de la final de la Copa Masters, disputada el 18 de Enero de 1987:

Brasil (0): Renato; Eurico, Djalma Días, Alfredo (Chicao), Toninho; Carpeggiani, Teodoro (Romeu), Lola (Gil), Rivelino; Jairzinho (Darío) y Edú.
DT: Luciano Do Valle

Argentina (1): Buttice; Piris, Cortés; Squeo, Berta, Mouzo; González, Brindisi (Rocchia), Felman (Cevallos), Babington (Albretch) y Más.
DT: Carmelo Faraone

Gol: Felman 47’

Árbitro: W. Schneiller

Estadio: Pacaembú [San Pablo]





4 de Enero de 1987: Brasil 3 - Italia 0


16 de Enero de 1987: Brasil 2 - Alemania 1

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Racing Club de Avellaneda inauguró su actual estadio (foto) el 3 de Septiembre de 1950, enfrentando a Vélez Sársfield, por la 21ª fecha del campeonato de ese año. Ganó la "Academia" por 1 a 0, con gol de Llamil Simes (las crónicas de la época señalan que lo convirtió en clara posición adelantada).
Un marcador que resultó poco contundente teniendo en cuenta que Vélez jugó con suplentes porque los titulares estaban suspendidos por el Tribunal de Disciplina de la AFA, y que Racing peleaba por ser puntero del certamen.
La construcción del estadio de Racing se gestó en 1944 y culminó durante la presidencia del club de Carlos Alberto Paillot, aunque todos recuerdan la colaboración del directivo Ramón Cereijo, por entonces integrante del gabinete del Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón. Es por eso que a Racing se lo denominada, por aquellos tiempos, irónicamente, como "Sportivo Cereijo".
Lo cierto es que Racing mantuvo invicto su estadio poco más de un año. Perdió dicha condición en el torneo de 1951, cuando recibió la visita de Boca Juniors, que lo venció por 2 a 1. Fue el 28 de Octubre de 1951 y esta es la síntesis del partido:
Racing Club (1): Rodríguez; H. García y García Pérez; Giménez, Rastelli y Gutiérrez; Cupo, Ameal, Blanco, Simes y Sued.
Boca Juniors (2): Diano; Colman y Otero; Sosa, Acosta y Pescia; Pentrelli, Seghini, Borello, Ayué y H. González.
Gol en el primer tiempo: 42m. Borello (BJ)
Goles en el segundo tiempo: 13m. Ameal (RC) y 37m. Ayué (BJ)

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Los estadios de fútbol y sus administraciones son una vergüenza. Sitios sucios, peligrosos, donde la gente sólo acude por amor al deporte.

(editorial del diario inglés "Sunday Times" al día siguiente de la tragedia de Sheffield, en Abril de 1989, donde fallecieron 96 hinchas del Liverpool.
Como dato anecdótico, la victima más joven del desastre, Jon-Paul Gilhooley de 10 años,era primo de Steven Gerrard, y fue uno de los motivos por el que quiso hacerse futbolista y defender al Liverpool por todo el mundo)

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Ya tuve que afrontar muchas discriminaciones en mi vida por ser mujer pero no me preocupa eso, estoy preparada para el reto.

(PATRICIA AMORIM, ex nadadora brasileña, elegida recientemente Presidente del Flamengo, el club más popular del Brasil)

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Kala (Antonio Queipo Rodríguez - España)


Cuando saltaron a la cancha tan sólo pude contar hasta diez. Miré dentro del túnel y le vi al fondo con la casaca roja y el ocho a la espalda dándole el último lustre a sus borceguíes tribanda.

Todos le conocían por “Kala”. Era pequeño y ligero, apenas ciento sesenta centímetros de talle y cincuenta y ocho kilos de peso. Por eso le cayó ese apodo, de Kaláshnikov, el viejo fusil de asalto ruso. Como aquel, rara vez se encasquillaba y era capaz de encontrar soluciones incluso en las situaciones más comprometidas.

Ya se iba el descuento entre patadas y codos, cuando tiró un desmarque y la bola le buscó en la esquina del área, en el vértice. Cero a cero. La mató con el pecho dejándola descansar junto a la zurda. Con el mentón arriba, puso los ojos en la cruceta y allí mandó la redonda con tal violencia que salió escupida hacia el suelo.

Se levantó un huracán de cal y después apareció girando en el cielo despejada por un defensor.

Tres pitidos.

Final.

Descenso.

Aquel día descubrí el sonido de las lágrimas al golpear la hierba.

Hoy le vi de nuevo por televisión con el ocho cosido a la zamarra de la nacional.

Tiro libre para ser campeones y todos los ojos del planeta puestos en aquella zurda de seda.

Brazos en jarra y el mismo ritual de siempre: barbilla alta y la mirada clavada en la intersección de los palos. Apenas tomó ventaja. La pegó de interior y se fue a dormir allí donde habitan las arañas.

Goooooooooooooool!!

Lo grité con toda el alma mientras pensaba:

-Estás perdonado amigo, somos campeones del mundo.

(Mi agradecimiento a Antonio por su generosidad al cederme este cuento para compartirlo con todos ustedes)

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Ocurrió durante el Sudamericano de fútbol realizado en Montevideo, en 1942. Argentina había derrotado a Paraguay, Brasil, Ecuador (este partido terminó 12 a 0) y a Perú. Y el 2 de Febrero de 1942, los argentinos debían enfrentar a los chilenos. El desarrollo era bastante parejo, aunque todos vaticinaban un fácil triunfo de Argentina.
Sobre el final de la primera etapa, con el resultado 0 a 0, se produjo una jugada que provocó un escándalo. Ante un avance chileno, el zaguero argentino Salomón rechazó con fuerza, pegándole la pelota, de manera casual, en una mano de su compañero Ramos, ubicado dentro de su área. Fue entonces que el árbitro, el peruano Enrique Cuenca, pitó dando señas que iba a sancionar un tiro penal favorable a Chile.
Inmediatamente, medio equipo argentino rodeó a Cuenca para reclamar que no hubo intención de Ramos de tocar la pelota. La insistencia dio sus frutos y entonces el juez sancionó un tiro libre fuera del área a favor de Chile.
En ese momento, los chilenos decidieron retirarse a los vestuarios, muy ofuscados. Durante más de media hora los argentinos se quedaron en el campo de juego, a la espera de novedades, hasta que finalmente también se retiraron.
En los vestuarios, los dirigentes buscaron un arreglo. Los chilenos querían que otro árbitro continuara el partido, pedido que los argentinos no aceptaron.
Finalmente, Chile se decidió por continuar con Cuenca (había transcurrido más de una hora desde la suspensión) pero los argentinos, ya duchados y cambiados, no quisieron saber nada de continuar el partido.
Al otro día, los organizadores dieron por ganado el cotejo a la Argentina. Nuestro seleccionado alineó con Gualco; Salomón y Alberti; Esperón, Videla y Ramos; Heredia, Pedernera, Laferrara, Moreno y Enrique García.
Argentina llegó a la final con Uruguay, partido que se disputó el 7 de Febrero de 1942 ganando el equipo local por 1 a 0 con gol de Bibiano Zapirain, delantero del Club Nacional de Football.

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No podemos seguir así: los árbitros salen al terreno de juego sabiendo que el partido será escrutado para buscar sus eventuales errores.

(PIERLUIGI COLLINA, ex árbitro italiano, en declaraciones efectuadas la semana pasada a "La Gazzetta dello Sport", acerca de la necesidad de implementar el video como ayuda a la tarea arbitral)

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D'Alessandro es un gran jugador, pero necesita concentrarse un poco más en el juego. Además, debe aplacar su temperamento para no meterse durante los partidos en cosas que no tienen que ver con el juego. D'Alessandro tiene que pensar en la pelota, en el equipo, con eso él no va a tener irregularidad, es un jugador muy importante.

(JORGE FOSSATI, entrenador uruguayo, recientemente incorporado a Internacional de Porto Alegre, opinando en “Globo Esporte” acerca del jugador argentino, figura del conjunto de Porto Alegre)

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Canto alegre a las leonas de Boca (Diego Lucero - Uruguay)


Alcanzad la lira de cemento armado
la de muchos kilos y la nota leve;
cantará la Musa con un tono leve
pero no por eso menos inflamado
(que ser leve quiere, mas saldrá pesado)
a la furibunda barra femenina
gentil, adorable, ruidosa, y divina
que en la tarde clara o la noche oscura
haría una locura
cuando marca un gol
cualquiera, cualquiera
de las once fieras
de Boca, que hizo su bandera
con azul de cielo,
con oro de sol.

La linda boquense es de genio pronto
ensilla por cosas de pequeño monto;
pero en el triunfo como en la derrota,
cuando en el estadio la alegría flota
o la negra angustia muele el corazón,
ella se enfurece, protesta, se agita,
se despeina toda, se enciende, te grita,
y porque es bonita,
llegas fatalmente a una conclusión:
de que la boquense "sempre tem razón".

La más consecuente, la más seguidora,
la que está en la buena y en la mala hora,
se broncó una tarde, rompió la tarjeta
y al novio por "rojo" le dio la galleta.

Coqueta,
bordeose los ojos de color de miel
con un almendrado arco de rímel
para que adquirieran con su gracia loca
el azul y oro de su viejo Boca.

De su viejo Boca, de su ¡Viva Boca!

Es que en ese grito que el alma toca
y del alma llega
hay como una entrega
de auriazul amor
(ahora hay amores de cada color).
Y en la competencia de pasiones vence
-hasta ahora vence-
siempre la boquense.

Su pasión es fuerte, su metejón, firme
(esta consonancia cuéstame salirme)
su pasión es firme, su metejón, fuerte
de esos que te dicen, con un ¡Viva Boca!
"Tuya hasta la muerte".

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Uno de los técnicos que hizo historia en el fútbol mundial fue el inolvidable Helenio Herrera, quien dirigió a los seleccionados de Francia y España (en el Mundial de Chile de 1962) y fue técnico del inolvidable Internazionale de Milán, bicampeón de la Copa Intercontinental -en 1964 y 1965- las dos veces derrotando a Independiente de Avellaneda, en épicos partidos.
Helenio Herrera era un argentino nacido en Puán, provincia de Buenos Aires, en 1913, pero radicado de muy joven en Europa. Su vida fue el fútbol, actuando en varios equipos extranjeros. Claro que una lesión lo apartó de la actividad como jugador, iniciando una carrera excepcional como entrenador.
Fue un técnico muy táctico, especialista en jugadas de contraataque, pero además un hombre que utilizó mucho la psicología para sacar lo mejor de un futbolista. Cuando le tocó dirigir al Barcelona, debió afrontar, en 1958, el primer clásico ante el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, ya ganador de varias Copas Europeas. En la mañana previa al partido, se le acercó uno de sus defensores y le dijo: "Mister, no podré jugar... ¡tengo 38 grados de fiebre!". Como no tenía un sustituto de las mismas características, Herrera escuchó a su dirigido y le respondió: "¡Formidable! ¿Usted sabe que los grandes records de los atletas lo logran con estados febriles? Usted salga a la cancha y verá que jugará el mejor partido de su vida...".
El defensor -del cual se reservó su apellido- jugó un verdadero partidazo y el Barcelona ganó el clásico por 4 a 0.
Helenio Herrera y su "inflador anímico".

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El equipo antes que el individuo, siempre.

(BILLY BREMNER [1942-1997], célebre jugador escocés, emblema del Leeds United)

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El primer instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un hincha intempestivo, fue cuando advertí de que durante toda mi vida había tenido algo de lo que muchas veces me había ufanado y que ayer me estorbaba: el sentido del ridículo.
Lo único que deseo, ahora, es convertir a alguien.


(GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, escritor colombiano, tras ver un partido entre Junior y Millonarios)

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No veo la hora de salir, para seguir cantando (José M. Pascual - Argentina)

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El primer torneo Nacional de fútbol argentino se disputó en 1967, y allí Independiente se consagró primer campeón. De tal modo el equipo de Avellaneda quedó en la historia cuando dio la vuelta olímpica el domingo 17 de Diciembre de 1967 cuando por la 17ª fecha, le ganó a su clásico rival, Racing, por 4 a 0. Fue como un doble festejo.
Esa tarde Independiente alineó con Santoro; Ferreiro, Monges, Acevedo y Pavoni; Mura, Pastoriza y Savoy; Bernao, Artime y Tarabini.
Los goles fueron convertidos por Artime (2), Tarabini, de penal y Savoy. El técnico era el brasileño Oswaldo Brandao quien renunció tras la finalización del torneo.
El goleador de ese Nacional fue Luis Artime, con 11 conquistas. Le siguieron en la lista de artilleros rojos, Yazalde con 10, Tarabini 7, Savoy 6, Bernao 3, Mura 2, y De la Mata, Diéguez, Pastoriza y Pavoni con una conquista cada uno.
En esa temporada, Independiente incorporó a Héctor Yazalde, proveniente del club Piraña, le rescindió el contrato a Héctor Zerrillo, y a comienzos de ese año se transfirió al arquero Osvaldo Toriani a Newell's Old Boys, dejando en libertad de contratación a Pedro Novel, Alfredo Méndez, Osvaldo Carneglia, Enrique Esclavo, Juan Lezcano y a Jorge Félix Loustau.

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Sebes estaba muy comprometido con la ideología socialista, y eso se podía palpar en todo lo que decía. De cada partido o competición importante hacía una cuestión política, y a menudo hablaba de cómo la lucha entre el capitalismo y el socialismo se libraba en el terreno de juego como en cualquier otro sitio.

(GYULA GROSICS, guardameta húngaro, opinando sobre Gusztáv Sebes recordado entrenador del combinado magyar en el Mundial de Suiza 1954)

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El fútbol es el gran consuelo para los pobres y los jodidos del mundo.

(JOHN CARLIN, periodista británico)

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Entrevista a Héctor Alterio


"Chaca es parte de mi sangre"

El actor argentino cuenta su infancia junto al ‘funebrero’ y la increíble historia de su tío paterno, ‘Pibona’, arquero del club, primer golero en marcar un tanto en el fútbol profesional argentino y que quedó sordo tras atajarle un penal a Bernabé Ferreyra.

¿Qué significa Chacarita a más de 30 años de su exilio?

-Fue el barrio en el que me crié y el club con el que viví mis primeras emociones futboleras y con el que tuve y tendré una identificación permanente porque es parte de mi sangre.

-¿Lo dice por su tío?

-Exacto. Eduardo Alterio, el hermano de mi padre, fue muchos años arquero de Chacarita. Le decían ‘Pibona’ y empezó allá por los años 20 antes de que el fútbol fuera profesional. Me acuerdo que una marca que patrocinaba al equipo le pagaba con camisetas y calzoncillos. Se hizo profesional y recibió algún dinero. Fue el primero que convirtió un gol y paso mucho tiempo hasta que otro logró hacerlo (Nota: fue el 9 de Agosto de 1931, a Savarro, de Tigre). Fue una historia intensa, de gran popularidad, pero después pasó a Atlanta, el eterno rival y tuvo un final muy triste.

-¿Qué le pasó?

-Contra River, ‘Pibona’ recibió una patada en la cabeza que le afectó los tímpanos. Le atajó un penal a Bernabé Ferreira y en el rebote se tiró a los pies para evitar el gol pero recibió una patada en la cabeza que le provocó una sordera permanente. Mi padre me contó que fue muy dramático porque se levantó y volvió a caer en varias oportunidades. Yo era muy chico y en todos los recuerdos que tengo de ‘Pibona’ ya era sordo. (Nota: el partido fue el 9 de Junio de 1935 en la cancha que River tenía en Alvear y Tagle).

-Defínase como hincha.

-Trato de ser lo más racional posible. Lo que ocurre es que mi racionalidad se ve afectada porque me veo involucrado en reacciones un poco intempestivas.

-¿Es muy puteador?

- En la cancha no porque aquí me conocen y me siento mirado. En cambio, en mi casa viendo la televisión llego a tirarme al piso a patalear. Me da cierto pudor, contar esto, ja ja.

-¿Cómo siguió su pasión futbolera en España?

-Cuando llegué, en pleno régimen franquista, busqué un club que le hiciera la contra al Real, el equipo del régimen. Por lo menos para humillarlos. Y me pareció que el Rayo Vallecano era el equipo a seguir, pero al poco tiempo me di cuenta que no servía para nada. Entonces recurrí al clásico y me fui al Barcelona y dio la casualidad que justo llegaban Menotti y Maradona. Eso me proporcionó la seguridad de que había elegido bien. Pero fui cambiando y me rendí ante el Real.

-¿Cómo que se rindió?

-Sí, ahora soy hincha del Real. Cuando Valdano y Cappa estuvieron en Tenerife le hicieron mucha sombra al Real y lo tenían a Redondo. Cuando los tres van al Real, entre todos los argentinos que estábamos en contra del equipo franquista se produjo una hecatombe y nos convertimos en seguidores del Madrid. Eso no significaba traicionar nuestros sentimientos, sino que el Real se había transformado.

-¿Y la pasión por el fútbol la vive allá de la misma manera?

-No, yo siempre voy a tener a Chacarita en mi corazón y después viene el resto. Yo no sólo extraño el folclore del fútbol argentino sino que lo recupero viendo las transmisiones televisivas. Veo que allá se sigue jugando con otra intensidad, con otra picardía y con otro ritmo. Aquí son un poco más elegantes y aunque esa irracionalidad de la que hablábamos a veces hace daño, el fútbol se vive de otra manera acá y allá.

-¿Y pregunta por Chacarita, trata de ver cómo le está yendo?

-Pregunto y trato de estar informado pero reconozco que es complicado. Estoy rodeado de recuerdos, pero acá empieza una dicotomía, donde mi ignorancia sobre la actualidad pone en duda mi pasión. Y en cambio yo puedo contar cómo les va a Messi o al Kun Agüero, que son los dos máximos referentes de nuestro fútbol en este momento. Y da gusto verlos en acción porque se nota que son argentinos.

(fragmento de la entrevista realizada por Rodrigo Calegari y publicada en diario “Olé” del sábado 21 de Octubre de 2006)

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La costumbre de tirar papelitos en nuestras canchas de fútbol a la salida de los equipos al campo de juego, data de 1961.
Según lo relata el periodista Eduardo Menescaldi en su libro 'Páginas sueltas': "Esta historia tiene sus antecedentes y para ello me remito al relato de Hipólito Irigoyen, socio vitalicio 'cervecero', quien me dijo que en 1961, cuando Quilmes enfrentó en Junín a Sarmiento, unos hinchas del club arrojaron al campo unas etiquetas de la Cervecería apenas asomaron sus jugadores. Ante la pregunta de dónde las habían tomado, ese grupo de jóvenes respondió que se las dieron en la empresa".
Luego de esa tarde, Irigoyen se interesó en el tema, manteniendo en la semana una reunión con algunos directivos de la cervecería, quienes le respondieron que, porque cambiaban de rubro, les quedaban 90 millones de etiquetas para regalar. Y las aceptó.
"Cuando el 19 de Agosto -prosigue relatando- fuimos a Banfield, con el que siempre hubo una enorme rivalidad, ellos nos decían que no nos iban a dejar tirar las etiquetas o, en todo caso, que se encargarían de quitárnosla. Es cierto que se apoderaron de algunas, pero nosotros fuimos precavidos. Todo el mundo se encargó de llevarlas en cualquier medio disponible e incluso sobre la tribuna visitante, con un alambre y un gancho, fuimos distribuyendo las etiquetas entre los hinchas. Cuando los de Banfield se avivaron, ya era tarde. Quilmes salió a la cancha y fue una nube de etiquetas que durante varios minutos cubrió el cielo de la cancha. Habíamos distribuido cerca de 2.100.000 etiquetas. Ese día, Quilmes ganó por 1 a 0 con gol de Ángel Del Moro".
Así nacieron los famosos papelitos en los estadios aunque, en el caso de Quilmes, a pura etiqueta.

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Diego Maradona no reúne condiciones para ser entrenador del equipo nacional porque carece de estabilidad emocional y es incapaz de transmitir valores. Hay que separar al Maradona futbolista, nuestro gran ídolo, del puesto de seleccionador. Esos valores, lamentablemente, por la vida que llevó Diego a nivel privado, no eran los mejores. Un técnico tiene que dar otro tipo de imagen y ejemplo. Está representado a un país, a un grupo de jugadores.

(ROBERTO BONANO, ex arquero argentino y actual colaborador de Johan Cruyff en el seleccionado de Cataluña, en entrevista con el semanario español "Don Balón")

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Si yo no choreo*, aquí no chorea nadie.

(VÍCTOR VESCO [1923-2009], ex Presidente de Rosario Central, -1991-)

*choreo = robo

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El gol que Denis Law jamás hubiera querido anotar


Si hay un derby de Manchester que será recordado eternamente por encima de los demás es aquel Manchester United 0 - Manchester City 1 del 27 de Abril de 1974 por la First Division inglesa en el cual los ‘Red Devils’ se vieron condenados al infierno de la Segunda División por el gol de una leyenda de Old Trafford vestida de celeste aquel día.

Fines de Abril del 74 y en Old Trafford los ‘Diablos Rojos’ recibían a sus vecinos hundidos en la zona baja de la clasificación.

Un gol de taco del escocés Denis Law (Aberdeen, 24 de Febrero de 1940) a diez minutos de la finalización del partido supuso el 0-1 y la condena al descenso para el United.

Un gol que siempre será recordado por ser el que provocó ese descenso, aunque no fue del todo así.

La victoria del Birmingham City ése mismo día enviaba al Manchester United a la Second Division de todas formas.

Sin embargo, Law, desconocedor de la situación y superado por los nervios, tuvo que ser sustituido y abandonó el terreno de juego de Old Trafford con lágrimas en los ojos y envuelto de un silencio estremecedor. Y es que el escocés defendió la camiseta del United durante once temporadas en las que ganó dos ligas (1965 y 67), una FA Cup (1963) y la Copa de Europa de 1968, aunque no pudo jugar la final por lesión. Sólo motivos familiares impulsaron en 1974 el fichaje por el City, con el que sólo jugaría una campaña antes de retirarse.

Denis Law empezó a destacar en las filas del Huddersfield Town a las órdenes de Bill Shankly. A lo largo de su carrera batió en dos ocasiones el record del traspaso más caro de la historia del fútbol cuando firmó por el Torino por 100.000 libras y un año más tarde cuando se incorporó al United por 115.000. Su traspaso al City, valorado en 35.000 libras, superó cualquier otro registro en el Reino Unido. Ganó el Balón de Oro en 1964, marcó 30 goles con Escocia y más de 300 con los equipos en que jugó.

Cuando fue transferido al Manchester United en 1962, su fichaje de 115.000 libras, volvió a batir el record de transferencia inglesa. Debutó con el club el 18 de Agosto de 1962 contra el West Bromwich Albion, marcando un gol a los siete minutos, aunque el partido acabó con empate a dos. En esta etapa, el se casaría con su actual esposa, Diana, el 11 de Diciembre de 1962.

En la temporada 1964-1965, le otorgaron el Balón de Oro y el Manchester United ganó su primer título de liga después del Desastre aéreo de Múnich. Además en esa misma temporada, Law había marcado 28 goles, siendo el máximo el ‘Pichichi’ de la temporada. Formó la llamada "Santísima Trinidad", que era la delantera de aquel Manchester y en la que le acompañaban el inglés Bobby Charlton y el norirlandés George Best. Aquí se mantuvo 11 años.

El destino futbolístico fue muy cruel al final con Law y el Manchester United. En el verano de 1973, ya en el declive de su carrera, es contratado por el Manchester City donde en 24 partidos ligueros aún consigue 9 goles, siendo el gol al United el último de su carrera y a la postre el gol que condenara al descenso al equipo de su corazón.

Como se ha escrito, fue el gol que Law no quiso nunca marcar. No lo celebró y anduvo por el campo cabizbajo y abatido. Ello no le impidió formar parte para siempre del grupo de leyendas del Manchester United con el que siempre ha estado vinculado. Se retiró después del Mundial de Alemania de 1974 con 34 años.

Denis Law es una leyenda viva del fútbol británico en general y de Manchester particular. Querido por los aficionados del City y adorado por los del United, una estatua suya salvaguarda los accesos a Stretford End, en Old Trafford.

Ha sido internacional con la Selección de fútbol de Escocia en 55 ocasiones y marcó un total de 30 goles. Es el máximo artillero de la historia de su selección junto con Kenny Dalglish. Está incluido en el Salón de la Fama de Fútbol Escocés.

Fuentes consultadas:

• Esfútbol.es
• Premier Football
• Wikipedia



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El seleccionado nacional de fútbol de España fue el primer equipo del continente europeo en derrotar a Inglaterra. Una herida futbolística que los ingleses tardaron mucho tiempo en digerir. El partido en cuestión se disputó en Madrid el 15 de Mayo de 1929, ganando los españoles por 4 a 3. Ese equipo histórico de los hispanos, estuvo integrado así: Ricardo Zamora; Quesada y Quincoces; Prats, Marculeta y Peña; Lazcano, Goiburu, Rubio, Padrón y Yurrita. Los goles del ganador fueron anotados por Rubio (2), Lazcano y Goiburu.
Claro que los ingleses, "con la sangre en el ojo", y después del primer Mundial de fútbol organizado por Uruguay en 1930, quisieron una revancha contra España. Como corresponde, y para asegurarse ciertos "detalles" de organización, y con un estadio netamente a favor, acordaron que el partido debía disputarse en Londres. Fue el 9 de Diciembre de 1931 que se volvieron a ver las caras ingleses y españoles detrás de una pelota de fútil en el estadio del Arsenal y ante 70.000 espectadores que presenciaron este partido, con el campo de juego convertido en un auténtico lodazal, producto de la intensa lluvia que azotó a Londres la noche anterior. Y ahí los ingleses se tomaron una revancha que no tuvo piedad para los visitantes.
Venció Inglaterra 7 a 1, goles conquistados en su mayoría mediante centros y cabezazos, al estilo de juego que ya los británicos tomaban como una fórmula segura de éxito.

NOTA: En la imagen se aprecia al arquero español Ricardo Zamora estrechar la mano de Ernie Blenkinsop, capitán inglés.

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Cuando sos director técnico te escupen hasta los que antes te adoraron.

(ANTONIO UBALDO RATTÍN, uno de los mayores ídolos del Club Atlético Boca Juniors)

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El fútbol está estrechamente emparentado con el arte. Por esa razón, ser hincha de Argentinos Juniors es un orgullo. Simplemente porque muchas tardes de mi vida sentí placer viendo que sus jugadores exponían en la cancha ese estilo vinculado con la estética y el buen gusto.

(CARLOS CARELLA [1925-1997], inolvidable actor y director teatral argentino -1996-)

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Otro cuento de Navidad (Raúl Fain Binda - Argentina)


Florentino acababa de recibir el descorazonador informe de su nuevo empleado, Arrigo Sacchi, y meditaba ante su escritorio. Tal vez dormitó un minuto o dos.

Al levantar la vista, se encontró con la inconfundible figura de Bernabéu, el único dirigente merecedor de su respeto.

Supo de inmediato que era un espectro, porque en su transparencia dejaba ver hasta el cortaplumas que llevaba en el bolsillo posterior de sus pantalones.

Alrededor de su cintura y prolongándose por el suelo como una cola, trémula y ruidosa, el fantasma arrastraba una gruesa cadena con numerosos trofeos engarzados.

Florentino reconoció entre ellos las seis copas europeas que lo obsesionaron desde niño.

-¿Vienes a meterme miedo? Pierdes el tiempo. En esta época de trucos digitales, un fantasma no asusta ni a los niños.

-No, vengo a explicarte las razones de tu fracaso.

-¿Fracaso? Yo no llamaría fracaso el saneamiento de un club que tus sucesores pusieron al borde de la quiebra. Yo no llamo fracaso la formación de un equipo con los mejores jugadores del mundo. Tú deberías reconocerte en mí. Yo soy el Bernabéu del siglo 21.

-A este paso no ganarás ningún trofeo esta temporada, como no ganaste ninguno la anterior. Yo llamaría fracaso al hecho de no ganar un solo trofeo dos temporadas seguidas con los mejores jugadores del mundo.

-Las victorias llegarán.

-Tus campeones están fatigados, envejecen. Zidane pide a gritos una silla de ruedas, a Roberto Carlos le tiemblan las piernas, Raúl sólo juega porque es la marca de la casa.

-Las victorias llegarán. El equipo se está reforzando.

-¿Reforzando? Beckham ha resultado un impostor, Samuel está al borde de un ataque de nervios, Owen es un buen chico pero le tienes que dar la papilla en la boca, Woodgate no ha jugado un solo partido y tal vez no juegue nunca más.

-Las victorias llegarán.

-Sólo te quedan Ronaldo y Figo, y a ellos también se les está acabando la cuerda.

-Bueno, estamos en un momento de transición. Arrigo acaba de llegar y para la próxima temporada tendremos un plan. Ahora nos concentraremos en la Liga de Campeones.

-No me digas que por eso contrataste a Arrigo Sacchi como director futbolístico. Porque es italiano y conoce bien a Fabio Capello y el juego de Juventus.

-Lo contraté porque es un hombre con ideas sensatas.

-Tanto, que acaba de decir que tu política de Zidanes y Pavones no tiene sentido. Lo cierto es que tu enfoque es brillante desde el punto de vista empresarial y un desastre en lo deportivo.

Florentino Pérez hizo un gesto entre el fastidio y la resignación.

Mi enfoque es básicamente el tuyo: comprar calidad. Dime en qué me equivoco

-Manejas mal a la gente del fútbol. Tú eres un buen conductor de empleados de oficina, de contadores y abogados, pero tu estilo sofoca el talento ajeno. La forma en que trataste a Valdano, Del Bosque y Queiros fue lamentable.

-No me hables de eso, porque tú trataste en forma vergonzosa a Di Stéfano, el más grande de todos, mientras que yo le di la presidencia honorífica. Yo te odié por eso.

-Yo me desprendí de Di Stefano después de extraerle cinco copas europeas, ocho títulos de liga, una copa de España y otra Intercontinental. Yo le renovaba el contrato año por año. Hubiera sido de ingenuos renovarle cuando estaba acabado.

-Ahora no se puede hacer eso con gente de esta categoría, -protestó Florentino.

-Lo cierto es que mis galácticos hacían su aporte en el campo de juego, mientras que a ti te rinden en el negocio pero te hacen pasar papelones en el plano deportivo.

-Los míos rendían en la cancha, mientras que los tuyos sólo se lucen en los night clubs

-Mis galácticos son tanto o más grandes que los tuyos.

-Bueno, basta. Tú dispones de la eternidad para aparecerte donde quieras, pero yo tengo una familia, una empresa y un club de fútbol. Esta noche es Nochebuena y estoy muy ocupado. Dime lo que quieres decirme y vete.

-Lo que quiero decir es que tú eres el problema. Tu estilo de conducción sirve para construir edificios, para negociar contratos, no para formar un buen equipo de fútbol. Tú sólo piensas en el valor agregado de los futbolistas, en su imagen. Te creíste un mago porque reconociste el talento de Figo, de Zidane, de Ronaldo. ¡Vaya hazaña!

-De esa forma yo salvé a este club de la ruina. Querían convencerme de no comprar a Zidane porque costaba mucho. "Por 12 mil millones de pesetas podemos traer a tres jugadores de cuatro mil millones, o a cuatro de tres mil, y reforzamos el equipo", me decían. Yo sabía que la inversión sería la misma, pero el gasto mayor, porque serían cuatro salarios en vez de uno. Y además esos cuatro mediocres no atraerían espectadores. Mi enfoque fue genial, si me permites la jactancia.

-Con esa fórmula has llenado al equipo de grandes jugadores que no saben impedir los goles rivales, ni recuperar la pelota. Tu Real Madrid es un elefante cojo: los leones lo devorarán, porque no puede correr ni defenderse.

-Ese es ahora un problema para Arrigo. Él lo resolverá.

-Con soluciones italianas. Yo creí que en España las fórmulas italianas estaban desacreditadas.

Fastidiado, Florentino fingió estudiar un expediente. Al levantar la vista, comprobó que don Santiago Bernabéu se había esfumado. En su lugar estaba Arrigo Sacchi, sonriendo de oreja a oreja. "Habré estado soñando", se dijo el presidente del Real Madrid. Sacchi lo sacó de dudas:

-Molto simpático ese señor que acaba de irse. Me ha detto que usted e io, juntos, haremos historia en el calcio espagnolo.

(tomado del portal “BBC Mundo” del sábado, 25 de Diciembre de 2004)

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En 1963, José Francisco Sanfílippo fue transferido de San Lorenzo a Boca Juniors, en pase millonario. El ‘Nene’ Sanfílippo había sido ídolo indiscutido del club de Boedo, donde domingo tras domingo coreaban su nombre, respondiendo siempre con goles. Sanfílippo, con la camiseta azulgrana, fue máximo goleador de cuatro campeonatos consecutivos -1958, 1959, 1960 y 1961- artífice de innumerables alegrías para esa hinchada. Sin embargo, cuando le tocó jugar con la camiseta de Boca, por primera vez contra San Lorenzo, sucedió un hecho que lo amargó mucho.
Fue por la 3ª fecha del campeonato de 1963, más precisamente el 12 de Mayo, partido jugado en el Gasómetro de Boedo. Apenas se había jugado un cuarto de hora cuando tras un encontronazo entre Sanfilippo y el defensor local, Alberto Mariotti, se produjo un incidente que motivó que el árbitro Roberto Goicoechea expulsara a ambos jugadores. Enardecido por lo que consideró una injusticia -Mariotti le fue muy fuerte- Sanfilippo protestó airadamente la decisión de Goicoechea frente a la platea sanlorencista que, olvidando el pasado glorioso del ‘Nene’ en el club, lo insultaba en su totalidad.
Fue tal la indignación de Sanfilippo que, antes de dejar la cancha e ingresar al túnel que daba a los vestuarios, no tuvo mejor idea que besar la camiseta de Boca, actitud que durante muchos años no le fue perdonada por la hinchada de San Lorenzo.
Ya en la década del 70, un veterano pero vigente Sanfilippo, luego de pasar por Nacional de Montevideo, Bangú y Esporte club de Bahía de Brasil, regresó a San Lorenzo, retirándose como un grande, al formar parte del plantel que conquistó, en 1972, los torneos Metropolitano y Nacional.

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Vamos a tener que inventar palabras nuevas, porque lo que hacen no se ha visto antes.

(Comentario del recordado periodista argentino Osvaldo Ardizzone a su compañero Enrique Macaya Márquez durante la transmisión de Holanda 4 - Argentina 0 en el Mundial de 1974)

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