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Podemos ganar si hacemos la nuestra: tocar, rotar y usar nuestra superior habilidad. A correr no le vamos a ganar seguro.

(ROBERTO "Pipo" FERREIRO, técnico de Independiente de Avellaneda, el 25/11/73 en su llegada con el plantel al Aeropuerto de Fiumicino para disputar la Intercontinental contra la Juventus de Turín a quien derrotó por 1 a 0 con recordado gol de Ricardo Bochini)

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Lo difícil, ustedes saben, no es fácil.

(VICENTE MATHEUS, recordado Presidente del Corinthians fallecido en 1997, justificando las dificultades para contratar grandes jugadores)

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El lado suave de Wayne Rooney (Mathias Kollros - Austria)

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Los 7 goles de Fernando Morena en un partido

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Durante estos casi 110 años de historia en el Barça han jugado 20 jugadores nacidos en Argentina. Aunque en su mayoría eran futbolistas, también han habido jugadores de básquet y de hóckey sobre patines
La primera vez que un jugador argentino llegó al Barça fue en 1915. Se trataba de Juan Garchitorena, y su paso por el club está rodeado por la anécdota. A pesar de ser argentino, fue inscripto como español hasta que el Espanyol denunció el caso a la Federación Catalana que obligó al F.C. Barcelona a repetir todos los partidos. Más tarde, Juan Garchitorena se convirtió en actor, bajo el nombre de Juan Torena, y fue un auténtico ‘latin lover’ en Holywood
Tuvieron que pasar más de 30 años para que el Barça a finales de los 50 contratara a Florencio Caffaretti, Marcos Aurelio Di Paulo y Mateo Nicolau.
Por su parte, ‘Milonguita' Heredia fue uno de los otros argentinos que defendió la camiseta azulgrana, en este caso durante los años 70. Las trabas federativas retrasaron su debut, ya que en aquella época no se podían contratar jugadores extranjeros. Después de ser cedido al Oporto y al Elche, finalmente ‘Milonguita', con la nacionalidad española en su bolsillo, pudo vestirse de azulgrana.
En los 80 llegaría uno de los cracks de Argentina de todas las épocas como fue Diego Armando Maradona. Los driblings, los disparos de falta, su personalidad y sus goles para enmarcar cuajaron en el público del Camp Nou. El ‘10' azulgrana llegó a Barcelona después del Mundial 82.
En los últimos años, el vestuario del primer equipo de fútbol ha acogido a futbolistas como Pizzi, Pellegrino, Saviola, Bonano, Riquelme, Sorín y Maxi López. Además, Messi, uno de los jugadores que seguramente ya ha entrado a la historia azulgrana y de la selección argentina, ha llegado a hacerse un lugar en el primer equipo desde la cantera barcelonista.
Además de estos futbolistas, el Barça también ha contado con argentinos en las diferentes secciones profesionales. En el baloncesto, Juan Domingo de la Cruz o Marcelo Nicola, y en hóckey sobre patines, Roberto Roldán, Carlos López, 'Gaby' Cairo y los hermanos Páez (David y José Luis).
Y a todos ellos podíamos sumar a dos jugadores que en su día llegaron a tener un contrato con el Barça pero las trabas políticas impidieron que se consumaran sus fichajes y solo pudieron jugar algún que otro amistoso: Alfredo Di Stéfano y Alberto 'Conejo' Tarantini.

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No estés mal. Algún día la ganaré.

(PELÉ, al ver llorar a su padre, Dondinho, tras la derrota de Brasil ante Uruguay en la final de 1950)

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Cantoná tiene clase de verdad. Daría todo el champán que he bebido por jugar con él un gran partido de Copa de Europa en Old Trafford.

(GEORGE BEST [1946-2005], célebre jugador irlandés opinando sobre el crack galo)

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Joan Gamper, el primer crack del F.C. Barcelona


Desde que llegó a Barcelona, Joan Gamper se puso manos a la obra para favorecer el proceso de introducción del deporte en Catalunya. Con la constitución del Fútbol Club Barcelona se erigió en uno de los jugadores más talentosos y admirados dentro y fuera del terreno de juego. Al margen de su tarea presidencial fue un reconocido deportista caracterizado por un empuje e ilusión sin límites, virtudes todavía características de la entidad.

En pleno proceso de introducción en Catalunya de diferentes modalidades deportivas -entre ellas el fútbol- de la mano de ciudadanos extranjeros residentes en el país y de los catalanes que habían visitado otros países europeos, Joan Gamper, un joven suizo con una amplia trayectoria deportiva, llegó a la Ciudad Condal. Si bien inicialmente la estancia se preveía temporal, no tardó en sentirse bien acogido en medio de un círculo de amistades inglesas, escocesas y de catalanes residentes en Sant Gervasi de Cassolas. Con ellos prosiguió su trayectoria deportiva brillante que le había caracterizado más allá de nuestro territorio como un destacado sportman.

A pesar de que nació el 22 de Noviembre de 1877 en la ciudad suiza de Winterthur, fue en Zurich -donde se trasladó con su familia con tan sólo 7 años- donde inició su carrera deportiva. Tanto fue así que aún siendo adolescente ya sobresalía en numerosas carreras atléticas y ciclistas de su país.

En esta misma ciudad empezó a practicar el fútbol, configurándose como capitán del FC Excelsior y como fundador del FC Zurich. Poco antes de cruzar los Pirineos, Gamper se desplazó a la ciudad francesa de Lyon, donde siguió ampliando su palmarés deportivo tanto con respecto al fútbol -fue considerado uno de los mejores jugadores del FC Lyon- como el rugby.

Con una trayectoria como esta no es de extrañar que al poco de su llegada a Barcelona -entonces la ciudad más industrializada del país y un foco de concentración de ciudadanos extranjeros que se habían instalado por motivos laborales-, encabezara la creación de un team de football. Esta iniciativa se concretó, como es sabido, el 29 de Noviembre de 1899 con la constitución del Fútbol Club Barcelona y de la primera Junta directiva, en la cual Gamper se reservó las funciones de capitán del equipo.

Como jugador, el "campeón suizo", tal y como era considerado por el diario Los Deportes (22 de Octubre del 1899), acostumbraba a ocupar la posición de delantero centro. Desde el primer partido, jugado el 8 de Diciembre de 1899, destacó por sus calidades futbolísticas que le permitían, tal y como recoge La Vanguardia (9 de Diciembre de 1899), "en una de sus impetuosas salidas conducir la pelota al campo contrario", sin rehusar tareas de centrocampista o de corte defensivo.

Elogios constantes

En estos inicios de la entidad, a menudo difíciles, Joan Gamper se erigió como la auténtica alma del equipo, tanto por sus habilidades, deportividad y liderazgo en el terreno de juego, como por su carisma entre el creciente número de aficionados reunidos en torno al fútbol. En el transcurso de estos primeros años de existencia el FC Barcelona se fue consolidando en el panorama deportivo de la Ciudad Condal, gracias a unos éxitos deportivos que encabezó él mismo, considerado "sin duda alguna el mejor delantero de este país, además de combinaciones posee sus perfectos driblings", como se podía leer en Los Deportes (12 de Enero de 1902). Aun así, durante los años que estuvo en activo como jugador de fútbol, no dejó de practicar otras modalidades deportivas.

Así, al poco de la constitución de la entidad, la prensa hacía mención de su participación en una carrera atlética con motivo de la fiesta de la Sociedad Los Deportes -acabó en segunda posición- y de sus partidos de tenis en representación del Sportmen’s Club, a menudo acompañado de su buen amigo Udo Steinberg. Desgraciadamente Gamper decidió finalizar su trayectoria como futbolista en 1904 después de haber jugado 51 partidos y de haber marcado 120 goles con la camiseta azulgrana, meta hoy en día difícil de imaginar.

Con sólo seis años en Barcelona era considerado un auténtico crack del fútbol, distinguiéndose como el "maestro por antonomasia, el buen amigo, el jugador elegante, el distinguido capitán del Barcelona, insustituible durante mucho tiempo tanto por las simpatías de su personalidad cuanto por los merecimientos de su juego", en palabras de Los Deportes (19 de Julio de 1903).

En los años en que fue jugador del FC Barcelona Joan Gamper consiguió sembrar una semilla impregnada de los valores característicos del deporte moderno -deseo de triunfo, progreso, fair-play, competitividad- que se fue reforzando en el transcurso de sus presidencias y que ha caracterizado la entidad azulgrana hasta la actualidad.

(artículo de Sixte Abadia i Naudí, publicado en "Barça", revista oficial del F.C. Barcelona, número 20, Abril de 2006, pág. 54 y 55)

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Carlos Salvador Bilardo, quien como director técnico del seleccionado Argentino de fútbol consiguió una Copa del Mundo en México 86 y un subcampeonato en Italia 90, siempre se caracterizó por ser un entrenador minucioso que "estaba en todas", y que no pasaba detalle por alto ni dejaba circunstancia librada al azar.
Como muestra bien puede destacarse una actitud que el discutido técnico tuvo poco después que la Argentina igualara en dos tantos con Ecuador, como visitante, por la Copa América de 1983. Ese año el campeonato de selecciones sudamericanas se desarrollo por zonas y con partidos de "ida y vuelta" y no en un país que oficiara de sede, tal como aconteció en las últimas ediciones.
Tras el empate, Bilardo devolvió a la firma "Le Coq Sportif" -por ese entonces proveedora de la ropa deportiva de la selección- todos los pantaloncitos designados para el primer equipo, y pidió que se los cambiara por otros que poseyeran un bolsillo en la parte posterior.
"Quiero que cada jugador lleve allí dos o tres rodajas de limón" -se justificó el entrenador ante la prensa-, "cuando jugamos en Quito no tenían bolsillos, y Miguel Ángel Russo llevó pedazos de limones en dos bolsitas plásticas, que colocó junto a uno de los postes de Nery Pumpido y al lado del banderín de la media cancha".
Claro que el mediocampista albiceleste no contó con la "viveza" de los chicos alcanzapelotas, quienes desde el anonimato aportaron lo suyo para colaborar con el combinado nacional y, de paso, disfrutar de unos ricos y refrescantes trozos de cítricos.
"Cuando la altura empezó a secar las gargantas -prosiguió Bilardo-, todos pedían un pedazo de limón y no había más. Eso no volverá a pasar si tenemos bolsillos en los pantaloncitos".
Cabe destacar que en su primera época al frente de la selección Bilardo aún no contaba con los prácticos servicios del polifuncional masajista Miguel Di Lorenzo, popularmente conocido como "Galíndez".

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Yo no hago goles, soy un instrumento de Dios para hacer goles.

(PAULO SILAS, ex futbolista brasileño, cuando jugaba en San Lorenzo de Almagro y militaba en los Atletas de Cristo)

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En Latinoamérica la frontera entre el fútbol y la política es vaga. Hay una larga lista de gobiernos que han caído o han sido derrocados después de la derrota del equipo nacional.

(LUIS SUÁREZ, ex futbolista español)

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Que me quiten lo bailado (Antonio José Moreno Villa - España)


La pelota volaba por el aire.

Casi se podía leer la marca del balón de lo templado del pase.

La vista fija en él, era la última oportunidad del partido.

El tiempo corría, corría casi al mismo ritmo que mi corazón.

No podía fallar, tenía todo a mi favor.

Mi gran estatura, mi portentoso salto y mi espectacular y certero remate.

El desmarque de mis compañeros me dejaba un gran pasillo arrastrando a toda la defensa.

En tan poco tiempo, todo parecía no querer tener fin.

En mi mente todo se ralentizaba pese a transcurrir a gran velocidad.

Siento tan cerca el balón que mi cuerpo se tensa y ya, cuando empiezo a elevarme en el aire, mi vista recorre la posición del portero, el balón que llega, los contrarios que parece que no se percatan de mi presencia.

Con todas mis fuerzas meto la cabeza, «zas», el impacto es espectacular, donde no puede llegar el portero.

El portero ni nadie.

La luz me nubla la vista, la luz y el golpe que me doy.

¿Dónde está el balón?, ¡no lo tengo claro!

¿Y los compañeros que me dibujaron el desmarque?

¡Qué hago yo empotrado en el aparador!, y los gritos.

Los gritos, los de mi mujer.

-Pardillo, qué, ¡otro partidito!, y qué, ¡entro o no entro!

Qué golpe, qué afición la mía.

Lo malo de estos sueños es al despertar cómo quedó el terreno de juego.

La alfombra verde es una manta donde nunca voy a caer, y la portería o el área, el armario o el aparador.

Que el delantero se quedó en el metro sesenta.

Que tengo vértigo a las alturas y no doy una patada a un bote.

Eso sí, en sueños y mientras no haya golpes.

Que me quiten lo bailado.

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En Agosto de 1976, el Valencia de España ofreció a Rosario Central medio millón de dólares por Mario Alberto Kempes. En aquellos tiempos, esa cantidad era mucho dinero y también era mucha la responsabilidad de los dirigentes canallas el decidir por sí solos la transferencia de su máximo goleador e ídolo de la hinchada.
Repitiendo casos anteriores en el club, se decidió realizar un plebiscito, por el sí o por el no, para concretar el pase del cordobés, quien ya había sido goleador del torneo Nacional de 1974 (25 tantos en 25 cotejos) y del Metropolitano de 1976 (21 goles en 21 partidos).
El plebiscito se efectuó en un día laboral (fue un lunes) y entonces de los 40 mil socios habilitados para dar su opinión, solo votó un 4 por ciento. El cómputo final fue de 967 votos a favor de la transferencia y 228 por la negativa, con 2 votos en blanco y 2 anulados. De esa forma, Kempes pudo crecer económicamente y profesionalmente, dejando el mejor de los recuerdos en Rosario Central, porque tras 26 meses vistiendo la camiseta canalla, había logrado un total de 97 goles en partidos oficiales y 8 en Copa Libertadores.

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No entiendo el descuento. Cuando Bellamy marcó la tablilla del cuarto árbitro marcaba cuatro minutos de prolongación. No voy a cuestionar la integridad del árbitro, tan solo quiero una explicación, estaría bien recibir una, pero no creo que lo consiga. Nos sentimos muy agraviados con el arbitraje. (MARK HUGHES, DT del Manchester City)

A veces tienes un vecino ruidoso, y tienes que vivir con él, no puedes hacer nada ante eso, y ellos siguen haciendo ruido. Lo que puedes hacer, como hemos demostrado hoy, es continuar con tu vida, poner la televisión y subir el volumen un poco, mientras ves cómo los jugadores demuestran su mejor juego, y esa es la mejor respuesta de todas. (ALEX FERGUSON, DT del Manchester United)

(las voces de los entrenadores luego del vibrante y polémico clásico de Manchester disputado ayer y que se adjudicó el United por 4 a 3 con gol de Owen en el minuto 96)

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Pienso que la impresión que queda de un entrenador que se pasa los noventa minutos dando indicaciones desde el borde de la cancha es que durante la semana no hizo nada.

(JORGE "Pipa" HIGUAÍN, ex futbolista y entrenador argentino, padre de Gonzalo y Federico)

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Yo no bajo (Javier Elizalde Blasco - España)

* dedicado al Club Atlético Osasuna


Se ha ido enraizando en la tierra
de los campos de primera,
rojo intenso es el color
que luce la brava flor.

Hay algunos que la pisan
pues la quieren ver marchita,
que se vayan al carajo,
que lo sepan: yo no bajo.

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La primera vuelta olímpica en el fútbol grande de Newell's Old Boys de Rosario, fue al ganar el torneo Metropolitano de 1974.
En el último partido, disputado el 2 de Junio de ese año, le tocó enfrentar a su clásico rival, Rosario Central, que actuó en calidad de local.
El empate 2 a 2 fue suficiente para que los "leprosos" se quedaran con la alegría y los "canallas" con toda la tristeza al no poder estropearles la fiesta a sus acérrimos adversarios.
La síntesis de ese partido inolvidable para los rojinegros fue la siguiente:
Rosario Central (2): Biasutto; Jorge González, Arias, Burgos y Cornero; Solari, Aimar y Zavagno; Bóveda, Cabral y Carril.
Newell's Old Boys (2): Carrasco; Rebottaro, Pavoni, Capurro y Barreiro; Berta, Picerni y Zanabria; Santamaría, Obberti (Ribecca) y Rocha (Magán).
Árbitro: Humberto Dellacasa
Goles: Arias (RC), de penal, en el cierre del primer tiempo; 24 del segundo Aimar (RC), 26' Capurro (NOB) y 36' Zanabria (NOB).
El partido, a dos minutos de su finalización, debió ser suspendido al ser invadida la cancha por parte de hinchas de Newell's, quienes anticiparon la vuelta olímpica.
Igualmente, el empate fue confirmado por la AFA, oficializando el título de campeón al rojinegro y marcadando a fuego para siempre en la memoria del pueblo “leproso” esa primera estrella conseguida a través del inolvidable zurdazo de Marito Zanabria.

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Entre 1940 y 1948 teníamos tanta cantidad y calidad en materia de atacantes que se discutía entre Pontoni y Pedernera, Martino y Moreno, el Chueco García y Loustau. Eran tiempos de vacas gordas. No se ganaba siempre, pero ¡cómo jugaban! Ahora, llegó el tiempo de las vacas flacas.

(FÉLIX DANIEL FRASCARA [1907-1962], recordado maestro de periodistas argentinos)

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Messi hará lo que quiera con su carrera. Hace jugadas que normalmente un jugador logra a los 25, 26 ó 27 años. En 10 años podré decir que yo jugué con Messi. Un jugador como él no es normal.

(THIERRY HENRY, internacional francés, opinando sobre Lionel Messi -2008-)

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Tal vez mañana (Nuria Barral - España)


QUERIDO DIARIO:

Acabo de llegar con el equipo al hotel de concentración. Mañana se supone que es el gran día, o al menos así lo esperan todos... todos menos yo. En el fondo me da igual. ¡Qué más dará ganar o no la Copa de Europa! ¡Otra más! Ya ni recuerdo cuántas tiene este equipo. Casi, casi, sería más noticia perder que ganar. Pero a mí ya me da igual. ¿Mi vida va a cambiar dependiendo del resultado? No. Ojalá cambiase de verdad.

Pase lo que pase soy consciente de que voy a seguir siendo el mismo, el mejor futbolista del año, el mejor del equipo. De no lograr la Liga de Campeones no me criticarían... Los he salvado en muchas ocasiones. Me adoran: prensa, afición, amigos, familia y mi esposa. Ella siempre está ahí. Lleva cinco años conmigo y es lo mejor que me ha podido pasar. Y es que sabe exactamente lo que tiene que hacer y lo que tiene que decir en la forma y momento adecuados. Es la chica perfecta para alguien como yo, para una estrella como yo. Nunca tiene una mala cara, un mal gesto... ni un reproche.

Ella siempre controla la situación, pero yo no. Sólo controlo cuando juego. Sobre el terreno de juego me siento libre, no tengo secretos para el balón y me entrego en cuerpo y alma, sabedor de que si remato bien la faena la afición me querrá, los rivales me admirarán, la prensa me alabará y yo seré feliz. Sin embargo, cuando el árbitro pita el final de cada partido llega el engaño.

A partir de ese momento, odio no poder comportarme como soy. ¿Por qué me escondo?, ¿por qué no puedo ser libre como...? No puedo más. Quiero vivir la vida que deseo. Lo he pensado muy detenidamente y creo que mañana podría ser un buen día para anunciarlo pero... ¿por qué tengo que hacerlo público, acaso soy un bicho raro? El hecho de que no pueda llegar nunca a querer a mi mujer ni a ninguna otra, no es pecado. Dios, ¡¡¡ayúdame!!!

¿Qué pensarán mis compañeros de equipo? El presi ya lo sabe y no le ha hecho ni pizca de gracia, fue muy claro el día que se enteró. ¿Y la gente? Supongo que habrá opiniones para todos los gustos pero ya me estoy imaginando las pancartas reluciendo en el Fondo Sur del estadio.

Y ella... ella no merece pasar por esto después de lo bien que se está portando. Y me angustia pensar en el dolor de mi familia, siempre tan discreta. No quiero lastimar a los míos pero necesito sentirme bien... Pero ¿qué estoy diciendo? No voy a tener valor, soy un cobarde... Dios, si no lo hago yo, ¿quién lo hará?, ¿la prensa? ¡¡¡Ah, esos carroñeros disfrutarán a mi costa!!!

Bueno, no sé. A lo mejor no me maltratarán tanto, digo yo que los tiempos han cambiado, todo el mundo lo entendería; sin embargo... aquí, ¿qué hay que entender? Mañana prefiero tener que marcar un penalti decisivo, en el último minuto, con todo el estadio al borde del infarto, que este fuego que me está quemando por dentro.

¿Por qué no puedo hacer algo que quiero, qué me lo impide? TODO, me lo impide TODO. No sé qué hacer. ¡¡¡Maldita educación que me hace verme como a un auténtico soldado sin armas!!!

Soy inocente, no he hecho nada... Pero mañana seré culpable. Lo he decidido. Será justo después de levantar la décima Liga de Campeones. La que nos acredite como el mejor equipo del Viejo Continente. ¿Qué importa que en vez de hablar de la victoria se hable de mí? No sería tan trascendental. Ya son 10 Copas de Europa, porque a una no se le haga caso, no va a pasar nada... pero la afición no lo merece.

Estoy acostumbrado a ser el protagonista pero tanto, tanto, tanto... no sé si estoy preparado.

Creo que mañana será un día grande, aunque todavía no tengo muy claro por qué lo será.

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Mucha gente no le perdona su pátina intelectual…

El fútbol tiene tics conservadores y autoritarios, tal vez porque es un juego primario, con un punto de brutalidad evidente. Alguien que pretenda reflexionar sobre el fenómeno del fútbol no tiene buena aceptación. Por otra parte, yo poseo una gran facilidad para hacer amigos y enemigos. Sin darme cuenta siempre me veo metido en medio de dos trincheras.

¿Qué le molesta más, que le llamen cursi, rojo o sudaca?

Sin duda, sudaca. El término es despectivo. Le contaré una historia de Lángara que a mi me gusta mucho. Lángara fue un futbolista vasco, republicano, que tuvo que exiliarse y fue a parar a la Argentina. El día de su debut en San Lorenzo de Almagro metió tres goles, y toda la hinchada le gritó "vasco, vasco, vasco". Bueno, pues entre ese "vasco, vasco, vasco" y el "indio, indio, indio" con que nos reciben aquí a los sudamericanos, hay una diferencia donde cabe toda la injusticia inimaginable.

¿Sigue siendo un ídolo, Maradona?

Es un personaje al que mucha gente quiere imitar, un personaje polémico, amado, odiado, que provoca gran convulsión social, sobre todo en Argentina... El error está en poner el acento sobre su vida privada. Maradona es incomparable dentro de un campo de juego, pero también ha convertido en espectáculo su vida.

(Fragmento de una entrevista a Jorge Valdano, publicada en el Diario “El Mundo” de Madrid)

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Después de aquel gol, el pícaro que hace el gol con la misma mano con que cada cuarto de hora se hace la señal de la cruz ha sido proclamado el campeón más campeón del mundo a la espera de ser proclamado santo por el Papa y de cumplir otros milagros, con el puño, con los pies, o con las nalgas millonarias (...).
Con este ejemplo, el fútbol mundial se ha vuelto oficialmente pícaro, además de violento e hipócrita, con el patrocinio de todos los medios de comunicación, amén de los jueces en el campo de juego y de los jerarcas de la patada.

(SERGIO SAVIANE (1923-2001), escritor y periodista italiano en "L'Espresso", 21 de Abril de 1989, tres años después del gol con la mano de Maradona contra Inglaterra en el Mundial 1986)

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No quiero que me cele, pero es bueno que los hombres me quieran, le hace bien a mi ego.

(MILENE DOMINGUES, modelo y ex futbolista brasileña, ex esposa de Ronaldo, de quien hace referencia en esta frase que data de 2002)

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Lounis Djamel (Algeria)

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Arde la ciudad (La Mancha de Rolando - Argentina)

* dedicada al Club Belgrano de Córdoba

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El control antidoping se instituyó por primera vez en una Copa del Mundo en el certamen organizado por Alemania en 1974.
Allí fue cuando se descubrió el primer futbolista cuyos análisis de orina dieron positivo. Se trató del defensor haitiano Ernst Jean-Joseph (foto), quien inmediatamente, quedó marginado del certamen.
Fue el Mundial que ganó el dueño de casa, Alemania, tras vencer en la final a la asombrosa Holanda de Johan Cruyff por 2 a 1, anotando el tanto decisivo Gerd Müller, frustrando a la ‘Naranja mecánica’.
Pero ese inolvidable torneo Mundial presentó otra originalidad en su desarrollo: participaron 16 equipos, distribuidos en 4 grupos.
Por primera vez se instaló un sistema en el cual desaparecieron las fases de cuartos de final y semifinales.
Para el paso a la segunda ronda, quedaron los 8 mejores de la primera fase (el 1º y el 2º de cada grupo) jugando todos contra todos, repartidos en grupos de 4 equipos. El ganador de cada grupo fue a la final y los segundos disputaron la tercera y cuarta posición.
En el Mundial de Alemania de 1974, la Argentina integró el Grupo A con los representativos de Polonia, Italia y Haití.
Argentina perdió en el debut ante Polonia por 3 a 2, igualó ante Italia 1 a 1 y recién derrotó a Haití por 4 a 1. Así, se clasificó.
En la ronda posterior, nuestro seleccionado perdió contra Holanda por 4 a 0 (había sufrido una goleada similar, 4 a 1, en un amistoso previo a la copa con ese mismo equipo), cayó ante Brasil 2 a 1, para cerrar su participación con un empate frente a Alemania Democrática en un tanto.

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Cierta vez me preguntaron a mí qué cuadro prefería, y yo pensé que se referían a telas o a óleos,y les expliqué que como no veía bien, la pintura no me interesaba demasiado. Pero parece que no: se referían al cuadro de fútbol. Entonces yo les dije que no sabía absolutamente nada de fútbol, y ellos me dijeron que ya que estábamos en ese barrio de Boedo y San Juan, yo tenía que decir que era de San Lorenzo de Almagro. Yo aprendí de memoria esa contestación, siempre decía que era de San Lorenzo, para no ofender a mis compañeros. Pero pronto noté que San Lorenzo de Almagro, casi nunca ganaba. Entonces yo hablé con ellos, y me dijeron que no, que el hecho de ganar o perder era secundario -en lo que tenían razón-, pero que San Lorenzo era el cuadro más científico de todos. Eso me dijeron, sí… Se ve que no sabían ganar, pero lo hacían metódicamente.

(JORGE LUIS BORGES [1899-1986], célebre escritor argentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX)

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El fútbol cataliza la alegría y las experiencias positivas, muestra a pueblos enteros el camino hacia un futuro mejor, más pacífico, más prudente, más concertado. Aún me falta mucho por llegar a donde quiero con mi misión.

(JOSEPH S. BLATTER, presidente de la FIFA)

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El culto al fútbol


Durante la larga época en que el libro imperó como supremo patrón de la cultura, el fútbol fue absolutamente inculto. Ni siquiera las contadas aportaciones que novelistas o ensayistas hicimos para incorporarlo al acervo cultural sirvieron para gran cosa. Igual que con el fútbol, con el diseño gráfico, con la moda o con los automóviles, vino a ocurrir tres cuartos de lo mismo: en tanto sus asuntos no se registraban como tratados nutriendo las venerables bibliotecas era inconcebible que aspiraran a considerarse cultos.

Todo ello se ha venido abajo cuando el libro ha entrado en decadencia. Frente a la indiscutida supremacía de la cultura escrita ha emergido la poderosa cultura audiovisual y el actual patrón de valor lo constituye el espectáculo. No en exclusiva, necesariamente, pero de manera importante, creciente y sobresaliente. De ese modo, incluso el teatro de toda la vida ha pasado de promover el texto a la performance, de la escritura al movimiento y de la meditación al impacto.

En contraste con la cultura propia del libro, que requería aplicación e intensidad en la atención, la cultura audiovisual reclama extroversión y extensividad sensorial ante el panorama. Leer evoca una acción con profundidad para descodificar apropiadamente los garabatos, pero las pantallas o los panoramas se corresponden con una recepción en superficie. La cultura del libro es del orden del silencio mientras que la audiovisual pertenece a la naturaleza del estruendo. O bien, el clamor de la muchedumbre en la grada constituye el revés de la callada lectura en el gabinete solitario.

La cultura del libro, en fin, es de máxima concentración y la audiovisual de expansión máxima. Igualmente, el escenario amplio abierto sustituye a la encuadernación estricta y la intemperie del campo al confinamiento. De este modo diverso, a una cultura suave sucede otra agitada. A una insignia del saber culto, expresado por antonomasia durante siglos en el sigilo del libro, se superpone el ruidoso saber de la cultura pop democratizada y extendida en la sociedad del espectáculo.

Para casi todo aquel sujeto conspicuamente adiestrado en la etapa precedente el fútbol significa, a menudo, lo inculto. Pero el fútbol será, en este sentido, inculto sólo en la medida en que no se parezca en nada a la significación del saber libresco ni se avenga con sus santuarios. Será inculto -y anticultural- para aquellos feligreses del reino cultural anterior pero para la nueva época, saturada de saber audiovisual y ejercitada en la cultura de superficies, el fútbol representará no sólo un fenómeno propio de la cultura imperante sino, como hacen saber los millones de aficionados en todo el mundo, una muestra suprema de la nueva experiencia culturizada. El culto al fútbol.

(Vicente Verdú [Elche, 1942] es autor de “El fútbol, mitos, ritos y símbolos”, Alianza Editorial, 1981).

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El 8 de Diciembre de 1964, los seleccionados nacionales de Argentina y Paraguay se enfrentaron en el estadio de River, estando en disputa la Copa “Chevallier Boutell” (foto) ante unos 40 mil espectadores.
El partido, realizado en horario nocturno, resultó una de las mayores goleadas de nuestra selección ante los paraguayos: ¡8 a 1! Fue una jornada en la que brillaron Luis Artime (autor de 4 tantos) y, especialmente, Ermindo Onega, quien fue imparable y convirtió un gol antológico, tras eludir a 5 adversarios.
Las crónicas de la época registraron una excepcional producción de Argentina, integradas por futbolistas que serían la base del equipo que intervendría en la Copa del Mundo de 1966 en Inglaterra, como Roma, Albrecht, Marzolini, Rattín y Onega, entre otros.
Bajo el arbitraje del argentino Miguel Ángel Comesaña, en aquel diciembre del '64 los nuestros alinearon así: Roma; Vázquez, Ramos Delgado, Albrecht (Madero) y Marzolini (Leonardi); Prospitti, Rattín (Telch) y Onega; Luna, Artime y Bielli. El director técnico fue José María Minella. Los goles argentinos fueron anotados por Artime (a los 5, 29, 79 y 85m.), Onega (12 y 90m.) y Prospitti (43 y 81m.) Inolvidable.

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