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Para Bilardo (Jonathan Soriano - España)


Traicionar la belleza del lunfardo,
con la hartura del simple aburrimiento,
es mentir a los pibes con el cuento
de Clemente y Capello, de Bilardo.

Colocar los porteros a resguardo,
y perder los balones en el viento,
es cerrarle cerrojos al talento,
y ensuciar el escudo del tabardo.

Son las mentes cuadradas sin Redondo,
las que abrancan grilletes en las botas,
y silencian los poetas de Macondo.

El pensar un rival en la pelota,
apoliya a la Doce, que en el fondo
de las gradas, se añapa en la derrota.

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En la final del Metropolitano de 1968, San Lorenzo le ganó a Estudiantes de La Plata 2-1 en el Estadio Monumental.
Tras el partido, el plantel 'Pincha' aplaudió a sus rivales, justos ganadores. Mientras todos piensan que fue un acto de Fair Play, Oscar "Cacho" Malbernat cuenta la verdad: "el 'Gallego' Rosl, el 3 de San Lorenzo, era hincha del 'Lobo' y tenía la camiseta de Gimnasia y Esgrima de La Plata puesta abajo. Para que no la mostrase, lo primereamos con los aplausos. Y ya no daba para cargarnos".

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El verdadero brasileño en el campo era él.

(PAULO ROBERTO FALCAO, ex futbolista brasileño, en referencia a Bruno Conti, después de que Brasil cayera frente a Italia por la segunda ronda del Mundial 1982)

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Tenía y tiene varias cosas favorables. En primer lugar no pertenece a ningún sector del Partido. No es de 'Vamos Uruguay', del 'Foro Batllista', de 'Uruguay es posible' o de la Lista 15. Es Colorado.
En segundo lugar es un uruguayo exitoso que empezó desde abajo. Tuvo una carrera deportiva excepcional. Siempre fue un hombre derecho, tanto en su carrera como jugador como entrenador.
Pero eso no es todo, porque la consagración deportiva no es suficiente para aspirar a ser Vicepresidente de la República.
Su vida posterior a la deportiva es especialmente exitosa: es un reconocido productor agropecuario y también un exitoso desarrollador inmobiliario. Inteligente en el manejo de las inversiones, una persona hecha desde abajo que hoy es un exitoso empresario.

(PEDRO BORDABERRY, candidato presidencial por el Partido Colorado, opinando sobre Hugo De León, ex futbolista y entrenador uruguayo, su compañero de fórmula con vistas a las elecciones del mes de Octubre en Uruguay)

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¡No me detendrán! (Lucas Godoy - Argentina)


Estábamos de fiesta en el campo. Estábamos nosotros, los hombres. Y también había mujeres, por supuesto. Hacía calor, pero lo mitigábamos manteniéndonos a la sombra. Había una hamaca.

Todo habría sido normal, si no fuera porque había una pelota de fútbol. Alejandro la miró, la tomó con sus manos y comprobó si estaba bien inflada. Podría estar mejor, pero era aceptable. Lanzó el balón al aire enfrente de sus ojos y cayó al piso amortiguado por su pie derecho.

“Vamos a jugar”, dijo.

Todos lo miramos. Curiosamente, Cynthia (mi Cynthia) respondió “vamos a jugar todos”. Las respuestas afirmativas no se hicieron esperar. Sin embargo, el partido no comenzaba. Todos discutían quién debía jugar para el equipo de quién y comencé a impacientarme.

La pelota estaba en un costado y yo fui a buscarla. Me entretuve haciendo ‘jueguito’ con el pie zurdo hasta que escuché la voz de alguien que decía ¡todos contra todos!

Alejandro no vaciló un momento. Era un hombre de acción. Comenzó a correr hacia mí gritando ¡quítenle la pelota!.

Lo primero que pensé fue ¡no me detendrán!. Enfilé hacia la hamaca, que era el único arco defendido por Roberto. Primero superé a Alejandra pisando la pelota y enganchando para adentro. Ella me entró a destiempo y recibí un golpe en la pantorrilla. Pero no fue suficiente para detenerme. Luego encaré a Cynthia. Tuve que cubrir la pelota con el cuerpo porque, a diferencia de las demás chicas, ella no tenía ningún pudor en tocarme. La dejé atrás con un amague y un movimiento de cintura y ella, en su afán de sujetarme, tocó las partes de mi cuerpo que yo quería que tocara desde hacía tiempo. Pero no sentí nada. Tenía la vista fija en el arco. Luego empecé a tomar velocidad. Una pierna cruzó ante mí, pero adelanté la pelota y esquivé el contacto mediante un saltito. Ya me costaba distinguir a mis rivales, pues estaba rodeado de ellos. Otra pierna cruzó y tocó la pelota, pero yo la recuperé después de tropezar y casi caer.

Y cuando levanté la vista pude ver finalmente el arco. Estaba corriendo, pero todo parecía ocurrir a cámara lenta. Era como ver la repetición de la jugada pero con mis propios ojos y no a través de la televisión. Con el último aliento, crucé el balón al palo derecho de la hamaca con un zurdazo. Roberto estiró el pie para rechazar, pero no pudo evitar que la pelota entrara.

“¡Goool!”, grité alzando el puño.

Todos me miraron incrédulos. Los había superado. Los había dejado en ridículo.

Cynthia se me acercó y me abrazó. Yo suspiré y dije con una sonrisa:

-Ahora vamos a jugar en serio.

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El 4 de Mayo de 1949 acaeció una de las mayores tragedias en la historia del fútbol. El plantel del Torino, tetracampeón italiano, el mejor equipo, sin dudas, del momento en el Viejo Continente, perece íntegramente al colisionar el avión que lo traía desde Portugal contra una montaña. El hecho sucedió en el pueblo de Superga, por eso el dramático hecho se lo conoce como "La tragedia de Superga".
El hecho conmueve a un país todavía en ruinas luego de la Segunda Guerra Mundial. El pueblo argentino toma la tragedia como propia, y por iniciativa del Presidente Juan Domingo Perón, River Plate viajó hacia Italia para jugar una serie de encuentros amistosos en ayuda al club y la familia de las víctimas.
Los millonarios juegan una serie de partidos en Italia, cosechando una serie innumerable de elogios, no sólo por sus actuaciones en el campo de juego, sino por la constante actitud solidaria.
En homenaje y agradecimiento al club sudamericano, los dirigentes del Torino le regalaron a sus pares riverplatenses un juego de camisetas granates del 'Toro'. Y así fue que desde ese momento, River Plate, durante muchos años, usó el granate como color secundario.
En los últimos años, el granate fue usado en la camiseta que usó en un partido ante Banfield en 2002 (foto), y volvió, en 2005 con un diseño muy particular.
Pero lo importante y hermoso, es el gesto recíproco de amistad entre ambos clubes.

(tomado de la página “Xenen”)

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La verdad es que éstas pelotas van al ángulo o a la tribuna.

(MAXIMILIANO RODRÍGUEZ, autor del gol de la victoria argentina ante México en Alemania 2006)

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En cierto sentido, Faulkner es como Maradona: en su escritura tiene vuelos capaces de representar lo abstracto como Maradona lo hace en el fútbol.

(GIORGIO SAVIANE, "Corriere dello Sport-Stadio", 16 de Noviembre de 1986)

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Anfield Rap (Liverpool FC - Inglaterra)

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En el último partido de la primera ronda del Mundial de 1978, el 10 de Junio de ese año, debieron enfrentarse Francia (único equipo que utilizó a sus 22 convocados) y Hungría; ambas selecciones ya se encontraban sin chances de pasar a la ronda siguiente del torneo.
Un día antes de disputado el partido, la F.I.F.A. le comunica a la delegación húngara que debido al color rojo de su camiseta y al azul de la de los galos, se podían confundir las mismas en los televisores blanco y negro que predominaban en Argentina por ese entonces, deberían jugar con la camiseta suplente, sin prever que los franceses adoptando la misma postura hacen lo propio y salen al campo de juego, al igual que sus rivales, con la casaca blanca, y como ambos seleccionados estaban convencidos de que estaban haciendo lo correcto, ninguno había llevado las camisetas titulares, por lo cual el árbitro no podía comenzar el partido.
Entonces a los franceses se les ocurre enmendar su error y pedirle prestado un juego de camisetas al club de fútbol que estuviera más cerca del estadio. Como el partido debería disputarse en el estadio mundialista de Mar del Plata, el club Kimberley de dicha ciudad le proporciona sus casacas blancas y verdes a rayas verticales con las que finalmente los franceses vencen por 3 a 1 a Hungría.
Lo más curioso del caso es que en la vestimenta del conjunto galo, los jugadores Dominique Rocheteau y Olivier Rouyer, tenían en sus pantalones los números 7 y 11, mientras que en sus casacas llevaban el 18 y el 20 respectivamente.

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Siempre uso la misma camiseta, me la cambio solo cuando Brasil pierde.

(MILENE DOMINGUES, modelo, futbolista y presentadora brasileña, ex mujer de Ronaldo, hablando sobre su ritual durante las Copas del Mundo)

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La única vez que me enfrenté con él fue después de una reunión con todo el plantel, en la que nos trató de cagones. Yo lo mandé a la concha de su madre y él me amenazó con que me iba a echar. Mezcla el matonismo con lo legal. Con los años aprendió a manejarse con la ley. Así es como no paga los sueldos y prefiere ir a juicio, sabe que así se estira tres años. Siempre hablé públicamente del mal manejo en las divisiones inferiores. Desde hace años, los chicos que viven en la pensión del club no tienen contención afectiva y se cagan de hambre.

(KURT LUTMAN, ex jugador de Newell’s Old Boys de Rosario a mediados de los ’90, uno de los pocos que se atrevió a enfrentar al ex presidente rojinegro Eduardo López, aquí denunciando la decadencia de la histórica cantera del club rosarino)

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Entrevista a Kurt Lutman


Fue un enganche metedor que prometía, pero más se lo recuerda por ser el único jugador que enfrentó abiertamente el ex presidente de Newell’s Old Boys de Rosario, Eduardo López.

Kurt Lutman nació en Rosario el 11 de Septiembre de 1976, en el apogeo de la dictadura militar. Todavía ajeno a esa atmósfera, un día empezó a patear con la camiseta de Newell’s adherida a la piel, en la vieja canchita de Malvinas. Pronto aprendió que la vida es mucho más que una pelota y esa cosmovisión empezó a distinguirlo a mediados de los ’90, sobre todo cuando empezó a militar en H.I.J.O.S., ya como jugador profesional. Movilizado por el cambio de aire en la conducción del club del Parque, el flaco pelilargo de tupida barba a lo Pichón de Cristo (como aquel personaje de Fontanarrosa) saca a relucir su chapa de rebelde en los años de Eduardo López como amo y señor de la entidad rojinegra.

-¿Qué es de tu vida? ¿Por qué se te perdió el rastro?

-Sí, yo perdí el rastro, ja. No, estoy tranquilo, soy papá de dos nenes, Juan y Francisca, novio de Ingrid y estoy laburando en albañilería.

-¿Y qué pensás acerca de esta vida que llevás?

-Estoy re contento y tranquilo. Además, todavía estoy festejando la derrota de (Eduardo) López en las urnas de Newell’s.

-¿Te pegó fuerte eso?

-Sí, como a todos los que queremos bien a Newell’s. Ahora la gente se está dando cuenta de la cantidad de cosas que puede hacer en el club, porque se había llegado al extremo de que no se pudiera ir a comer un asado, o utilizar las instalaciones. Era común que a los empleados les debieran doce meses de sueldo. Y por suerte se rompió con todo eso. La cancha de Newell’s no era una cancha normal, ni siquiera se podía colgar una bandera de Bielsa o Martino porque te mataban.

-Cuando te fuiste, enfrentado con López, ¿veías que el club podía terminar en lo que terminó?

-Sí, pero lo bueno es que cuando se suman voluntades estos poderes mafiosos caen. Pasó con María Soledad y con poderes más pesados todavía, ¿¡cómo no iba a pasar con un perejil como López que, como dice Serrat, si no fuera tan dañino daría lástima?! Porque López realmente daba lástima: huraño, metido en una oficina todo el tiempo, sin poder caminar por la calle. Esa realidad se la regalo, con todos los millones de pesos y toda la guita que se comió yo le digo ‘tomá, quedate con tu vida’. Yo prefiero mi realidad, la de caminar libremente por la calle y la de haberlo enfrentado en aquel momento.

-¿En qué año te fuiste de Newell’s?

-En el 2000. En Diciembre de ese año tenía que haber elecciones en el club y yo creí que ahí caía López. Le erré nada más que por ocho años, je. Soy un visionario.

-¿Y por qué pasó aquello justo cuando estabas apareciendo en Primera?

-Yo ya estaba enojado con López desde el ‘96, pero no por creerme más vivo que él, sino porque lo venía sufriendo desde adentro. Estábamos en pleno auge del menemismo y López encajaba perfecto en ese sistema impune, donde cualquiera podía saquear lo que era de todos, sin riesgo a ser enjuiciado.

-¿Cuáles eran los síntomas de ese deterioro?

-Compañeros que pasaban hambre en la pensión, pibes que se iban a dedo hasta Formosa porque el club no se hacía cargo de ellos, o que tenían que dejar el colegio porque no tenían plata para estudiar. La mayoría no llegó a primera y quedaron hechos mierda, sin tener herramientas para ganarse la vida más allá del fútbol. Lo viví también con mi viejo, que como director técnico de inferiores, se pasaba un año sin cobrar. O con un utilero que tenía una hija parapléjica y lo echaron porque se atrevió a reclamar sueldos atrasados. Entonces, desde el ‘96 en adelante me resistí a firmar contrato y me tuvieron a las vueltas por varios clubes.

-¿Qué te llevó a militar en H.I.J.O.S.?

-Yo no tengo viejos desaparecidos ni exiliados, pero entendí que soy parte de una generación agredida por la dictadura y empecé a militar.

-¿Hubo un hecho puntual que te hizo elegir ese camino?

-En el ‘96 fui a jugar a Godoy Cruz de Mendoza porque no tenía cabida en Newell’s. Aclaro que no tenía cabida porque jugué algunos partidos y fui un desastre, tampoco voy a pasar por víctima. El técnico era ‘Tatín’ Donsanti, que también era un desastre: les pedía plata a los jugadores. Y caminando por la plaza Independencia de Mendoza vi mujeres que marchaban con pañuelos blancos. Eso me cambió la cabeza. Y en un recital de Víctor Heredia me topé con los cumpas de H.I.J.O.S. y ahí empecé a patear con ellos.

-¿Ahí te colgaste el cartelito de bicho raro en el fútbol?

-Un poco sí, pero ojo que muchos de mis compañeros pensaban como yo, que Videla era un hijo de puta. En el 2000 salí a la cancha con una remera que decía cárcel a Videla y a todos los genocidas, pero ningún medio le fue a preguntar a mis compañeros si estaban de acuerdo con esa remera o no. Los periodistas siempre prefieren preguntarles a los futbolistas qué mina, qué auto o qué gusto de helado prefieren. De las rondas de mate en la concentración salieron partidos a beneficio de los chicos de la calle motorizados por Bernardi, Vojvoda, el 'Rulo' París, porque ellos veían que cada vez había más chicos pidiendo monedas en los semáforos.

-Entonces, ¿es mentira eso de que el futbolista vive en una burbuja?

-Es una verdad a medias. Es una profesión que quita mucho tiempo y da mucha plata. Pero quien más quien menos, todos tenemos un familiar o un conocido que se quedó sin laburo y esa es una realidad que el jugador no puede negar.

-¿Cómo fue la experiencia de Huracán de Corrientes en el ‘98?

-Otro despelote más. Fuimos a préstamo con un par de compañeros y al toque nos pagaron. Pero después nos enteramos que a los pibes del club les debían seis meses. Hablamos con los directivos y ahí empezamos a chocar. Hasta que en un entrenamiento en pleno verano, con 40 grados, el preparador físico, que lo mandaban para que nos bardeara, le dijo a un compañero que se pusiera la remera cuando todos estábamos en cueros. Este pibe se negó y el tipo sacó un facón de atrás del pantalón y empezó a amenazarlo. Yo salí corriendo para meterme, pero el tipo me tiró un cuchillazo y me hizo un corte en la panza. Ahí nomás me pegué la vuelta.

-¿Y tu representante?

-Bueno, esa fue la única vez que tuve. Me representaba la gente de Soccer. Lo llamé al tipo y me dijo: “Vos cobraste, ¿no? Entonces no te metás, jugá al fútbol y quedate piola”. Esa fue la última vez que tuve representante.

(entrevista publicada en el portal “Crítica digital” del 24/01/09)

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De las cosas que más felicidad me dieron en el fútbol, y que recuerdo más, está la temporada 92-93 con Parma de Italia, además le quité un invicto de 58 fechas al Milán y estuve entre los cuatro jugadores candidatos al 'Balón de Oro'. Es que el fútbol me dejó muchas cosas, las amistades y los recuerdos. No pasé inadvertido, lo más bonito fue levantar copas y llegar a finales con clubes como Atlético Nacional, Newcastle, Palmeiras, Fluminense y Universidad de Chile. Recuerdo otros grandes momentos, como las campañas con Newcastle de Inglaterra y con la selección de Colombia. Es que el fútbol me dejó muchas cosas, las amistades y los recuerdos. No pasé inadvertido, lo más bonito fue levantar copas y llegar a finales con clubes como Atlético Nacional, Newcastle, Palmeiras, Fluminense y Universidad de Chile. Uno llega hasta donde puede. Tal vez mi carrera deportiva hubiera sido más brillante si fuera argentino o brasileño, por decir algo. Porque a nosotros nos han marcado por ser colombianos. A la hora de los votos estamos en desventaja. Lo que hice con el Parma fue tan grande que competí con las figuras de clubes más grandes como Barcelona, Juventus e Inter. No me arrepiento de nada. He llevado mi vida bien. Vivo contento. Con injusticias, verdades, mentiras como todo. Ser famoso muchas veces genera problemas.

(FAUSTINO “Tino” ASPRILLA, uno de los mejores futbolistas de la historia de Colombia, en su despedida del fútbol activo, el pasado 4 de Julio -foto-)

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Varios cientos de miles de españoles aplican sus energías de los lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que está al caer. Los domingos, descansan y van al fútbol: a sufrir o a solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás.

(CAMILO JOSÉ CELA 1916-2002, célebre escritor español, en el libro "Once cuentos de fútbol")

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Cuando vi que eran travestis retiré el equipo del campo.

(RONALDO, ironizando a comienzos de Mayo de 2008 y acusando al travesti André Luis Ribeiro Albertini -alias Andréia Albertini- de intentar extorsionarlo con el pago de 30.000 dólares a cambio de que el travesti no armase un escándalo ante la prensa ni acusarlo de consumo de drogas. Ribeiro Albertini -foto- falleció días atrás)

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Maradona merengue (Leonardo Enríquez Gabeiras - España)


Las deudas del alma no se acaban nunca de pagar, Maradona y algunos de nosotros lo sabemos muy bien.

Lo de Di Stéfano fue como el primer amor, algo inolvidable pero difuminado por el tiempo y la experiencia. Pero ver a Maradona vestido de blanco, como una conjunción planetaria o un eclipse total de sol, hubiera causado trastornos permanentes en la afición, todo hubiera sido diferente.

Las Copas de Europa hubieran llegado antes, porque a Míchel y a los demás no les hubiera quedado más remedio que meter pierna y recibir balonazo, so pena de sufrir la media sonrisa de Diego. La combinación del poderío macarra argentino y la temerosa hidalguía española de la Quinta parece una poción mágica insuperable, y aquellos recuerdos borrosos de la infancia se hubieran convertido en realidad y gloria mucho tiempo antes.

Con Valdano y Butragueño a su vera, Maradona tendría ahora mejores modales, y sin renunciar a llevar la camiseta del Che a modo de ropa interior, ahora sería un discreto izquierdista en el Madrid, como Del Bosque o Breitner, e incluso se permitiría alguna licencia poética en las entrevistas, como mandan sus genes porteños.

Si Maradona hubiera gambeteado en Chamartín, quizá Mirtita habría venido antes a España, atraída por algo más concreto que aquello que le hizo venir, y ahora tendría, además de la albiceleste con el 10, otro fetiche aún más excitante. Si El Pibe hubiera venido aquí, es posible que Nachito nunca hubiera devuelto el carné de socio, y así probablemente habría cruzado alguna mirada de complicidad en la grada con aquella rubia argentina en el descanso de algún derby.

Las pasiones mutuas nunca realizadas siempre acaban en catástrofe, se convierten en terribles termitas que taladran el corazón de forma irreversible.

Que no vuelva a ocurrir.

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Corría 1983 y eran tiempos de angustia para los hinchas de Racing. Pero en medio de las penurias por un equipo con irremediable destino de descenso, surgió un soplo de aire fresco en el momento menos esperado. La razón fue el Torneo "Proyección 86", que organizó la AFA con juveniles de los equipos de Primera División y con televisación en directo para todo el país.
El certamen -para menores de 20 años- fue idea del periodista deportivo Horacio Aiello y sirvió de presentación en sociedad de figuras como Borghi, Passet, Percudani, Gorosito y Navarro Montoya. Pero nadie lo gozó como los chicos de la Academia.
El club estuvo a punto de no presentarse, hasta que Daniel Silguero -el coordinador de las inferiores por entonces- decidió dirigir el equipo. Que con un fútbol de alto vuelo empezó a sortear etapas y se convirtió en la atracción. La gente llenaba la cancha de Vélez y se pegaba a la pantalla de Canal 11 para ver en acción a Zubzuck; Héctor Fernández, Williner, Adrían Martínez, Garzete; Jorge Acuña, Anciart, Marcos Leiva, De Andrade; Gustavo Calderón y el Torito Raffo, los responsables de esos instantes de felicidad en épocas de vacas flacas. La final, ante más de 40 mil personas, fue con victoria frente a Newell's por 3 a 1 en la segunda final y vuelta olímpica.
Increíblemente, salvo Acuña, ninguno de esos pibes hizo larga trayectoria en la Primera División. Algunos forjaron su carrera en el ascenso y otros colgaron los botines de forma temprana. Hoy muchos tienen ocupaciones lejos del fútbol. Pero nadie les sacará el orgullo de haber formado parte de ese equipo inolvidable.

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El que tenga miedo, que diga que no quiere jugar y si tiene miedo que lo chiflen, mejor que se quede jugando a los videogames.

(MARCELINHO CARIOCA, opinando sobre la crisis que Corinthians enfrentó en 2006)

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Cuando David llegó, creo que sí estaba comprometido con lo que estaba haciendo, se preocupaba por el equipo y por su rendimiento propio, pero en algún lugar en el camino, y creo que eso coincide con la marcha de Ruud Gullit, cambió de idea y se dijo 'Uh-huh, no lo voy a hacer más'.
Todo lo que pedíamos como mínimo era que se comprometiera con nosotros, no sólo porque cobra más que nadie, pero no lo ha demostrado ni dentro ni fuera del campo. Digamos que se queda aquí otros tres años... pero no voy a gastar los próximos años de mi vida así, es miserable, no quiero que el fútbol sea así. Hay que entrenar duro, jugar fuerte. Tal vez no sea un líder, ni el capitán, de acuerdo. Pero como mínimo debe esforzarse todos los días. Mi sensación es que David piensa que todo esto es una broma.

(LANDON DONOVAN, jugador de Los Ángeles Galaxy, dando las palabras de "bienvenida" a David Beckham quien debe regresar a la disciplina del equipo angelino el próximo día 16 de Julio)

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Yo vi jugar a Jesús Trepiana (Erick Pohlhammer - Chile)


Yo vi jugar a Jesús Trepiana con mis propios ojos
y eso que todo lo que ven los ojos es ilusión.

Pero yo lo vi jugar con estos ojos verdes
en el estadio Santa Laura pegadito a mi novia.

Que era un asiento vacío
el vacío es forma la forma es vacío.

Rememoro que esa tarde el Santa Laura tenía un aura
a gran coliseo deportivo,
más que el Nacional el 62,
más que el Sausalito en primavera,
más que en otoño el San Eugenio.

Repito, yo vi jugar al fabuloso Jesús Trepiana
guardavallas de Unión Española,
por desgracia eterno reserva de Francisco Nitsche
que también era extraordinario.

Insustituible en el arco una especie de senador designado
de la portería roja
qué chance le quedaba al pobre Jesús Trepiana.

Francisco Nitsche tenía una hija se llamaba
Ana María Nitsche,
de quien me enamoré a primera vista durante algunas horas.

Cuando yo jugaba en las inferiores de Ferrobádminton
ocurrió que fui a recoger una pelota a la pista de ceniza
y vi su preciosa cara tras la reja de contención

Son amores fugaces que ni la fugacidad del tiempo esfuma
pero vamos a lo nuestro que es lo más importante
yo vi jugar a Jesús Trepiana con mis propios ojos,
ustedes no.

Ustedes estaban en otra esperando algo
algo intrascendente o la llegada del mesías,
yo ya había encontrado al auténtico mesías
en la persona de Jesús Trepiana

Tengo el recuerdo fresquito era el 5 de Junio de 1967,
meses después del Mundial de Inglaterra,
lo vi jugar ataviado de blanco nieve
bajo los tres palos del arco norte
que daba a la avenida Independencia.

Soy la persona más afortunada del mundo,
ustedes no vieron jugar a Jesús Trepiana.

En qué andaban
trepando posiciones corriendo la carrera de las ratas.

Jamás me cansaré de reiterarlo,
yo vi jugar a Jesús Trepiana con estos ojos de lince.

Yo puedo morir en paz.

El resto es literatura.

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En su etapa de futbolista en el Barça, “Milonguita” Heredia era un apasionado de los animales. Vivía con su familia fuera de Barcelona, en Collbató.
Allí guardaba perros, caballos con los que le encantaba galopar a pesar de tenerlo prohibido, y hasta ¡un león! “Me lo regaló de cachorro un seguidor del Barça de Palma de Mallorca. Le pusimos Simba, como el hijo del Rey León y al principio corría suelto por casa donde jugaba con los niños. Hasta que se hizo mayor y un día les quiso atacar y me tuve que poner por medio para reducirlo como un domador. Al final no tuve más remedio que donarlo al zoo”.
Heredia llegó al Barça en 1972 junto a 'Cuchi' Cos. Los dos venían de oriundos, pero al 'Milonguita' que era el bueno del lote, le tiraron para atrás la documentación. El Barça elevó sus protestas en vano y como contrarréplica la directiva de Agustí Montal envió a Sudamérica al joven abogado Miquel Roca i Junyent a investigar todas las irregularidades. Regresó con una cartera llena de documentaciones falsificadas: 'el dossier de los oriundos', que convenientemente guardado en un cajón sirvió para que la Delegación Nacional de Deportes abriese en Junio del 73 nuevamente las fronteras a los futbolistas extranjeros.

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Pienso controlar las salidas nocturnas de los jugadores, ya lo hice en el Barça y lo haré aquí. Con las nuevas tecnologías no es difícil hacerlo, ya lo verán. Ya he sido informado de lo que es la "Münich P1" (célebre discoteca muniquesa).

(LOUIS VAN GAAL, flamante entrenador del Bayern Munich, Sport Bild -08/07/09-)

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Aunque vos la tengas, la pelota en el fútbol siempre está suelta; no es como en el rugby o en el básquetbol que está agarrada con las dos manos, acá siempre está en disputa; no porque estoy cerca de la pelota tengo posesión de ella; por eso es lindo el fútbol... porque con la pelota suelta todo es posible.

(LUIS GARISTO, ex futbolista y entrenador uruguayo)

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Los de siempre (María Paz Torres Nieto - España)


Faltaban pocos minutos para el lanzamiento; de mi actuación dependía la suerte de mi equipo. Mirar a mi rival frente a frente, verle sudar mientras se acercaba a la pelota me ponía aún más nervioso. Pero no podía decaer, los chicos confiaban en mí.

Y es que el fútbol a veces es muy irónico. Y por culpa de las ironías del deporte, allí estaba yo, intentado remediar el problema que se nos había creado, cumpliendo condena por un delito que no había cometido. ¿O acaso había sido culpa mía? Pues no; yo no había empujado a mi rival dentro del área, yo no había cometido aquel penalti que tanto nos iba a hacer sufrir. Pero así es la vida del portero: nadie te alaba cuando el balón no entra (¡vaya mierda de delantero!). Y, sin embargo, los insultos se hacen tuyos cuando el equipo pierde porque tú no has sabido reaccionar ante un gol que era evidente, imparable incluso para el mejor guardameta de todos los tiempos.

Sí, ésas son las cosas que tiene el fútbol: todo el mundo ha soñando de pequeño con ser Ronaldo, Butragueño o tantos otros, con salir cada domingo al césped y ser aclamado por miles de eufóricos aficionados, llegar a ser el Pichichi de la Liga, o que tu equipo gane la Champions gracias al golazo que marcaste a los doce minutos de partido; pero, ¿qué hay de nosotros, los porteros? Pasamos cada tarde jugándonos el cuello, rezando para que el esférico no roce las redes, sudando más que nadie cuando el rival se acerca, y sin embargo... ¿nadie ha soñado nunca con ser portero? Ni siquiera los chiquillos de mi barrio quieren ser como yo... y en el fondo les entiendo, ¿para qué ser portero, pudiendo ser estrella? La elección está clara.

Pero, aún así, nunca me he arrepentido de ser guardameta; yo sé lo que valgo, aunque pocos lo reconozcan, yo siento cada tarde que estoy haciendo algo bueno por mi equipo, noto en mi interior la satisfacción de un héroe cuando atrapo el cuero entre mis guantes y sé que, de no haber sido por mí, aquel lanzamiento nos habría eliminado.

Diez milésimas de segundo a veces dan para mucho; dan incluso para reflexionar sobre éstas y muchas otras cosas. Pero un buen portero nunca pierde la concentración, ni tan siquiera cuando, aun sabiendo que de su actuación depende la alegría de esos diez que están en el campo junto a él, de aquellos otros que se quedaron en el banquillo y de los tantos miles de aficionados que le observan expectantes, se para a recapacitar quién le mandaría a él ser portero. Y entonces observas que tu rival ya ha golpeado la pelota y que ya no hay marcha atrás, y es en este momento cuando te das cuenta de que eres el mejor portero del mundo y que esa tarde vas a triunfar... y aquella tarde triunfé... o eso creo; la verdad, no lo sé, porque el balón me golpeó en la cabeza...

-¡Nena, despierta!

Pues no; ni el esférico me había golpeado, ni yo era Vitor Bahía, ni me estaba jugando la Champions, ni miles de aficionados gritaban mi nombre... ni siquiera me encontraba en un estadio de fútbol. Lo que había golpeado mi cabeza había sido la mano de Alicia; y, otra tarde como tantas otras, al abrir los ojos comprobé que allí estábamos los de siempre, sentados frente al televisor de Adrián, viendo otro partido cualquiera entre dos equipos cualquiera... y es que las damas a veces también soñamos con brillar bajo el larguero.

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Marcelino Britapaja era un delantero peligroso y cuando llegó a Vélez, en 1975, venía de ser goleador en Huracán de Comodoro Rivadavia.
En el equipo de Liniers integró el plantel junto a Julio Asad, Armando Quinteros y Roberto Avanzi.
Su apellido, toda una invitación a la ironía popular, motivó el sonrojo de José María Muñoz, quien, pese a su compostura habitual, no pudo evitar una tibia referencia jocosa cuando le tocó relatar uno de sus goles en Radio Rivadavia.
Después, Britapaja pasó por Banfield y All Boys (jugaba con la diez). En el equipo de Floresta, en Primera, marcó 19 goles.

(anécdota tomada de la revista "El Gráfico")

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Tengo que disfrutar de este trabajo, puesto que todavía no me he dado a la bebida, mi mujer no me ha abandonado y aún no tengo demasiadas canas.

(GORDON STRACHAN, ex jugador y entrenador escocés, en 1997, cuando se hizo cargo del Coventry City)

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El gran enemigo del futbolista, no solo del arquero, es la duda; el arquero no puede dudar, se puede equivocar pero no dudar.

(CARLOS FERNANDO NAVARRO MONTOYA, arquero colombiano)

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Isabelino Gradín (revista "Caras y Caretas", año 1903 - Uruguay)

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Canción del Centenario (Montevideo Wanderers - Uruguay)

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