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Esa pregunta me la hice muchas veces yo después. Cómo reaccionaría un torturador al escuchar nuestros goles por ejemplo, si se ‘ablandaría’ un poquito, porque estaría más contento porque Argentina ganó. Pero al mismo tiempo significaba más tiempo de permanencia en el poder para el Gobierno, más tiempo de permanencia para el torturado...
¿La respuesta? No, no la tuve.

(OSVALDO ARDILES, ex futbolista argentino reflexionando sobre el Mundial 78 y la situación política imperante en esos momentos en Argentina)

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Para muchas personas el amor es cómo el fútbol: persiguen apasionadamente un objeto para darle un puntapié una vez que lo han alcanzado.

(ANÓNIMO)

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La firma (Martín Garrido - Argentina)


Ese seria el último, no había vuelta atrás, la próxima vez que se jugara el clásico, él estaría del otro lado, ya no vistiendo la verde y blanca a bastones que lució durante cuatro años, sino del otro lado, con la azul, con la de sus “enemigos”, la que siempre quiso ver derrotada, a la que le grito tantos goles. Los cuatro años habían sido por demás positivos para su estadística personal, ocho clásicos jugados, ocho ganados, veinticinco goles a favor (él aportó 15) y solo nueve en contra.

La historia cambiaria, allá por Marzo del próximo año estará del otro lado, con todos los que hoy serán sus compañeros del lado contrario, y el único que lo sabia era él.

El clásico se jugaba dos veces al año, una en Marzo y otra en Septiembre, en la cancha del Parque, a las 10 de la mañana, con un mundo de gente alrededor, casi siempre amigos y familiares y algún que otro imparcial. Entre los dos equipos había buena onda, pero no se regalaban nada, se jugaba como todo clásico, a dientes apretados y salían partidos horribles.

Durante las últimas semanas se preguntaba, se reprochaba, como había decidido firmar, porque puso fecha y hora, como se dejó convencer tan fácil. Talvez la insistencia de Marisa, su novia de hace tres años, o por su vieja que quería un cambio de aires para él. Primero estaba embalado, le gustó la propuesta y le dio para adelante, pero ahora la idea del arrepentimiento le daba vuelta en la cabeza, estaba desorientado, perdido.

El día del partido le costó armar el bolso, tardó un montón en enrollar las vendas, lustrar los botines, alistar la ropa. Llegó casi sobre la hora, en el camino se imaginó con la “azul” y rápidamente sacudió la cabeza para volver en si. Pensó que esta sería la última vez que tiraría paredes con el Pelu, que ya no volvería a tirar un pase en cortada sabiendo que Guille picaría al vacío, que nunca mas esperaría el centro llovido de Lucas en el borde del área, la próxima vez los tendría en frente y se le hizo un nudo en la garganta.

Fue todo el camino en silencio, casi llegando al parque, Marisa le preguntó -¿le dijiste a los muchachos?

-No, en el entretiempo les digo, o cuando termine.

Se cambió y empezó a calentar, sus amigos lo notaron distante, frío. Él miraba a los que serían sus compañeros y no podía entender su propia desición. “Con estos rústicos no gano un partido mas” se dijo.

No le salió una, ni un pase, una pared, un pique, un remate al arco, nada. El clásico terminó 1 a 0 gracias a una genialidad del Gaby, pero no hubo nada más. Se cambió rápido y se fue, no dijo nada, ni siquiera se quedó a comer la picada con los muchachos.

Los días siguientes estuvo raro, pensante y desaparecido.

El primer viernes de Diciembre, a las 11, debía firmar. Estaban todos, la vieja, el padre, los hermanos, Marisa, sus viejos, fotógrafos, todos, hasta algunos de los muchachos del equipo se habían juntado en la esquina para ver si era cierto lo que les había contado Cachi.

No fue, no apareció. Lo buscaron por todos lados y nada, ni en el club, ni en el bar del Pua, ni en el laburo sabían nada de él. El Gaby y Damián se fueron en el “fito” a buscarlo a Claromecó, pero nada, se lo había tragado la tierra. Un hermano de Marisa fue a ver un conocido en la policía, el oficial Gorostegui, pero les dijo que tenían que pasar 48 hs, que cualquier cosa les avisaba.

El domingo a la mañana le mandó un mensaje a la vieja “estoy bien, no te preocupes, me vine a dedo al sur, cuando me acomode te llamo no digas nada, besos”.

Se rajó, no soportó la presión de cambiar de bando, de equipo. Intimamente sabía que no volvería, que ya no vería a los chicos, compañeros y rivales, que aquel había sido su último partido, su último clásico.

Su último “solteros contra casados”…

(Un gracias enorme al tresarroyense Martín por enviarme este cuento y poder compartirlo con todos ustedes)

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A pocos meses de finalizado el Mundial de México ´86, el ex arquero argentino Sergio Javier Goycochea, participó como invitado de un programa de televisión donde una tarotista le auguró un desempaño destacado en el certamen de Italia ´90.
Pasados los años, la Selección Argentina disputaba el segundo partido de la primera fase versus la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el 13 de Junio de 1990 en Nápoles, y a los doce minutos del primer tiempo, un desafortunado choque entre el defensor Julio Jorge Olarticoechea y el arquero titular Nery Alberto Pumpido, dejó como saldo la fractura de la pierna derecha del guardameta titular albiceleste.
Ante la imposibilidad de continuar el partido (y el resto del torneo), ingresó en su lugar el primer suplente, Sergio Javier Goycochea, quién se convirtió en el artífice de la llegada de su selección hasta la final luego de atajarle dos penales el 30 de Junio a Yugoslavia a los jugadores Brnovic y a Hadzibegic en cuartos de final y a Italia por la semifinal el 3 de Julio a Donadoni y Serena, en ambas definiciones por penales y en la cual dejó a los organizadores fuera del certamen.
Creer o reventar.

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Se sabe que Grondona es socio de Ávila (Carlos, por ese entonces mandamás de la empresa "Torneos y Competencias") y nadie dice nada. (Maradona)

-"¿En la ferretería?" (pregunta del periodista del diario argentino "Crónica")

-"No nos chupemos más el dedo" (tajante respuesta del Diego)

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Cuando Pelé marcó el quinto gol en aquella final, debo ser sincero y admitir que me dieron ganas de ponerme a aplaudir.

(SIGVARD PARLING, defensor sueco, encargado de marcar a Pelé en la final del Mundial 1958)

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Sparwasser: el héroe de nadie


Tal vez no fue el mejor futbolista que dio la República Democrática de Alemania (RDA) durante sus cuatro décadas de existencia, o tal vez sí. En cualquier caso, pocas carreras como la suya se vieron tan influidas por el tiempo que le toco vivir desde el terreno de juego y, sobre todo, tan marcadas por un gol, un a ciudad y una fecha: el que logró en Hamburgo en 1974.

La suya bien podría haber sido una historia más de un jugador más. Con una técnica muy aseada y unas cualidades que bien merecieron mayor relumbrón, sí, pero un jugador más al fin y al cabo. Y seguramente él mismo lo hubiese preferido así. Sin embargo, para Jürgen Sparwasser siempre habrá un antes y un después del 22 de Junio de 1974. Aquella tarde, la historia se enfundó la camiseta de la ‘DDR’ con el 14 a la espalda para arrebatar a un espigado y prometedor mediapunta del anonimato masivo.

Sparwasser vio la luz en 1948, el mismo año en el que los expertos sitúan el comienzo de la Guerra Fría. La tensión larvada entre los dos bloques, el comunista y el capitalista, se sufrió en Alemania de manera más cruda y directa que en cualquier otro rincón de Europa, ya que provocó la división del país en dos estados separados por un ‘telón de acero’. Al protagonista de este artículo le tocó nacer al este de aquella enorme cicatriz.

Paradójicamente, Alemania Occidental tuvo en Sparwasser una importancia capital desde edad temprana. En 1965, dos goles suyos en la final contra Inglaterra le dieron la victoria a la selección germano-oriental en el Campeonato Europeo juvenil que se disputó en la RFA. Siete años más tarde, Munich acogió los Juegos Olímpicos. Jürgen tomó parte como integrante del combinado que logró la medalla de bronce. Y, dos temporadas después, confirmaría en suelo ’federal’ su mejor curso como futbolista: el de 1974.

En aquel periodo, el Magdeburgo había alcanzado una velocidad de crucero que le granjeaba muchas victorias, tanto en la competición doméstica -la Oberliga- como en la Recopa de Europa. Ambos trofeos fueron a parar a las vitrinas del club blanquiazul y en los dos logros tuvo mucho que ver el papel de Sparwasser, un mediapunta con caída a bandas que también podía desenvolverse como ariete o medio ofensivo. La consecución de la Recopa fue especialmente celebrada, por lo que de excepcional tenía que un título continental fuera a caer en manos de unos futbolistas de la RDA (de hecho, fue la única ocasión en que esto sucedió).

Las semifinales, contra el Sporting lisboeta, contaron con la participación decisiva de ‘Spari’, que con un gol en la ida y otro en la vuelta dejó encarrilada la presencia de su club en la final de Rotterdam. Sólo 4.000 aficionados, la mayoría italianos, presenciaron el 2-0 que los hombres de Heinz Krügel infligieron al todopoderoso Milan de Rivera. Sparwasser no marcó, pero vivió desde el césped aquel éxtasis europeo.

Así que el Mundial de Alemania llegó no sólo en el mejor momento de Jürgen y su club, sino en el punto más álgido del fútbol en un país que dedicaba más fondos al atletismo o a la natación por su mayor rentabilidad olímpica. En este punto es necesario señalar que la RDA atravesaba en 1974 su mejor ciclo histórico también en lo económico y en lo social, y que parecía por fin consolidarse la extraña coexistencia de dos Alemanias, vueltas de espaldas para no tener que mirarse. Pero el bombo del Mundial las obligó.

El morboso último partido del Grupo A se salpimentó además con un escándalo de espionaje: un estrecho colaborador del canciller federal Willy Brandt resultó agente de la policía secreta de la RDA, la Stasi. En ese ambiente saltaron los 22 alemanes al tapete de Hamburgo para dirimir algo más que el primer puesto de un grupo mundialista.

Hamburgo, 1974

“Si en mi lápida pusieran ‘Hamburgo, 1974’, todos sabrían quién yace debajo”, ha afirmado Sparwasser con acierto y sin una pizca de vanidad. Corría el minuto 77 de ese duelo entre compatriotas y el 0-0 campeaba en el electrónico. De repente, la Alemania visitante recupera un balón en su terreno, es ‘Spari’ quien arranca la carrera, cruza el centro del campo y encara a los tres defensas occidentales (Beckenbauer, Vogts y Höttges); sigue galopando y es justo en ese punto, cuando Jürgen pisa ya el área de la RFA, cuando su propia su vida cambia de rumbo y, en un espasmo, se convierte en algo que no busca. Latigazo seco. Sepp Maier cae, pero las mallas se ondulan por efecto del balón. Gol.

Lejos de erigirse en un ídolo para su país, Jürgen comenzó a ser visto con recelo, cuando no con odio mal disimulado, por parte de sus conciudadanos. Según Heiko Puechel, especialista en fútbol germano-oriental, “más de la mitad de la población de la RDA se sentía alemana por encima de su propio estado y apoyaba a la selección de la RFA”.

La figura de Sparwasser, que para colmo empezó a ser utilizada con fines propagandísticos por parte del régimen comunista, dejó de contar con la admiración de los jóvenes. Incluso deportivamente, aquel fue un gol inoportuno: de haber concluido segunda de grupo, la RDA habría evitado en la siguiente fase a Holanda, Brasil y Polonia, verdugos que le impidieron luchar por el podio. Jürgen trató de aislarse de todo ello para proseguir con su carrera. Aunque los jugadores germano-orientales no podían salir de la Oberliga, algunos recibían mareantes ofertas de los clubs de la Bundesliga para cruzar la frontera. Fue su caso: rechazó un traspaso de 350.000 marcos alegando ser “hijo de familia trabajadora” y despreciando “el lujo y el dinero” que le ofrecía el Bayern de Munich.

En 1979, la cadera de este inteligente, técnico y explosivo jugador, algo irregular pero con innegables dotes de liderazgo, dijo basta. Los médicos le enseñaron el camino del quirófano y él se negó. Colgó las botas a los 31 años.

La RDA ya no era el paraíso comunista que aparentaba sólo un lustro atrás. Jürgen, harto de los rumores que le adjudicaban una casa o un coche a cambio de sonreír en los actos del partido, decidió rebelarse: hasta en tres ocasiones rechazó la propuesta oficial de convertirse en técnico del Magdeburgo, un cargo con evidentes conexiones políticas. En represalia, su doctorado en Pedagogía nunca vio la luz. Durante largo tiempo, el mítico Sparwasser desempeñó tareas menores en el cuerpo técnico de un Magdeburgo muy venido a menos.

Hasta que en Enero de 1988 fue invitado a ir a la RFA para participar en un partido de veteranos. Nunca volvió a pisar Alemania Oriental. “No podía quedarme en mí país: tanta mentira, tanta propaganda…” declaró. Su mujer, Christa, pudo reencontrarse con él en la República Federal, pero no su hija de 19 años. La adaptación de Sparwasser a la República Federal no fue nada cómoda.

“Los diarios conservadores lo acusaban de haber sido afiliado al SED (partido único en la RDA) mientras que la gran mayoría seguían recordándole el gol de Hamburgo” , rememora Puechel. Dirigió a dos equipos en la Bundesliga sin pena ni gloria. Tras la reunificación (1990) presidió con acierto la Asociación de Jugadores, una especie de sindicato desde el que bregó por mejorar las condiciones de los futbolistas más modestos.

En la actualidad intenta tejer una red de escuelas de fútbol por todo el territorio de la antigua Alemania Oriental. Parece que por fin ha podido deshacerse del fantasma que tanto tiempo le persiguió (“ese tanto me supuso más daño que beneficios”). Vuelve a residir con Christa en Magdeburgo. Y ya nadie le señala con desdén por aquel gol en plena Guerra Fría.

(artículo de Aitor Lagunas publicado en “Don Balón” del 15/02/2006)



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El 8 de Julio de 1982, durante la Copa del Mundo realizada en España, por primera vez en la historia de los mundiales de fútbol se definió un partido mediante la ejecución de tiros penales, tras haberse igualado en el tiempo reglamentario y en el alargue. Fue cuando se enfrentaron, por las semifinales del torneo, Alemania y Francia, quienes luego de disputar los 90 minutos de juego, terminaron con un empate: 1 a1.
Y vino el alargue de 30 minutos, donde se convirtieron varios goles más, pero todo culminó en un 3 a 3 que determinó la definición con tiros desde los 12 pasos. El primero en ejecutar y convertir, fue el francés Alain Giresse, quedando en la historia, y luego anotaron, para Francia, Amoros, Rocheteau y Platini, mientras que el arquero alemán Schumacher detuvo los remates de Six y Bossis.
Por su parte Kaltz, Breitner, Littbarski, Rummenigge y Hrubesch anotaron para Alemania, mientras que el arquero galo Jean-Luc Ettori detuvo la ejecución de Stielike.
Alemania, inaugurando los penales, pasó a la final, en memorable cotejo mundialista.

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Yo fui ex futbolista.

(CARLOS "Pato" AGUILERA, recordado futbolista uruguayo, en entrevista con Rodolfo Pereira en VTV, 6/10/05)

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Sí señores, no le tuvimos miedo a Argentina, que vino con sus enanos Messi y Agüero y el pecho frío de Riquelme.

(titular del diario peruano “El Popular” tras el empate de Perú con Argentina por la eliminatoria mundialista para Sudáfrica 2010, 11/09/08)

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Futbolera 977 (Washington Cucurto - Argentina)


Hoy les voy a contar la historia de amor de una gran mujer por el fútbol. Ya sé, me van a decir que el fútbol es un deporte para hombres. ¡No señores! Nada que ver, hoy las mujeres son muy protagonistas a la hora de ver y sentir el fútbol.

Hasta la hinchada más pequeña, por ejemplo la de Douglas Haig, tiene una rubia desopilante y una morocha fuera de serie. Y no es un disparate ver a unas tetonas infernales hablando de fútbol en la tele.

Aun para Jaime Bayly sería complicado explicar el amor de una mujer por la pelota. Pero no confundamos futbolera con botineras, por favor, que son dos cosas bien distintas.

Yo les explicaré lo que es una mujer futbolera de verdad, pues la sufrí en carne propia: tuve el infortunio de enamorarme de una mujer que respiraba fútbol por todos los agujeros de su cuerpo. Su nombre es Futbolera 977.

La conocí en Internet, o mejor dicho jamás la conocí y los pocos datos que tengo sobre su presencia me los dio ella misma, computadora de por medio. Desde que apareció Futbolera 977 en mi vida muchas cosas cambiaron.¿Cómo piensa? ¿Qué gustos tiene una mujer futbolera? Son vanas inquietudes que me surgieron desde que ella apareció en un blog comentando un partido de Boca por la Copa Libertadores de este año.

¡Cuánto fuego sagrado había en aquellos manojos de palabras que Futbolera 977 nos enviaba! “Una abanderada de los colores”, así se definió magistralmente en un blog.

Todo comenzó gracias a mis amigos que me consiguieron trabajo para escribir en un portal deportivo, “el portal de los latinoamericanos en el mundo”.

Sobrevivía redactando partidos intrascendentes, mientras los hinchas del Atlas criticaban mis crónicas con dureza. “Este cerdo barbado no sabe escribir”.

“Señores, por favor, más profesionalismo”, son algunas de las palabras más suaves que puedo reproducirles. Es duro ser blanco de más de 15.000 hinchas del América. ¡Imagínense: yo solito contra todos los hinchas que hay en México! Esta frecuencia se estandarizó y se convirtió en un diario.

El Sr. Michelini me llamó aparte y me dijo: -Cucu, sos un bestia. Pero aglutinás otros más bestias que vos, seguí escribiendo...

El drama del cronista moderno: cree que tiene público. Me enganché y fue mi gran error. A cada palabra que la empresa colgaba en Internet, miles de comentaristas cibernautas me mataban.

Hasta que apareció ella, Futbolera 977. Primero con comentarios escuetos, casi invisibles, pero de un valor futbolístico y humano que ni el Toto Lorenzo, señores. Se peleaba con todos los hinchas en comentarios interminables y nadie le ganaba nunca.

Sufría y lloraba cuando Boquita perdía y se lo escribía al mundo.

Nunca en mi vida me voy a olvidar el día después de que Boca quedó eliminado por Fluminense de la Copa Libertadores.

Futbolera 977 se despachó con un mensaje único en el mundo de los bloggers y tal vez del periodismo entero.

Basta decirles, negros, que nos describía la ciudad triste, llorosa, su día de trabajo gris, la escuelita del Bajo donde daba clases con la camiseta de Boca debajo del guardapolvo, porque para colmo, Futbolera era maestra de cuarto grado inferior. ¡Y decía que venían todos los chicos llorando! ¡Nos pusimos a llorar también nosotros, como unos boludos delante de la computadora, en cualquier parte del mundo donde estuviéramos! Lo que puede, de lo que es capaz, señores, una gran mujer.

Futbolera 977 decía que no siempre los jugadores debían ganar todo lo que disputaban, que muchas veces se achicaban o simplemente se aburguesaban, como nos pasa a todos. Se atrevía a todo, a darle consejos a Riquelme, a cuestionar las decisiones de Ischia.

Jamás la conocí, nunca supe quién era, como en un sueño Futbolera me llenaba y le daba motivos a mi existencia, a mi abrumadora tarea de escribir crónicas deportivas. Ahora que pasó el tiempo, creo confiable darle las gracias por todos sus comentarios que yo esperaba y leía a diario, casi tan a diario como las crónicas que escribía.

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La Unión Deportiva Poblense es un club español que se sitúa en la ciudad de La Puebla, en las Islas Baleares.
El modesto club mallorquín, que milita en el grupo 11 de la Tercera División y cuenta con un patrimonio no mayor a los 250.000 €, ha sido el foco de todas las miradas por la extraña y polémica campaña llevada a cabo para atraer socios en 2007.
A comienzos de esa temporada bajo el slogan "No dejes al Poblense con el culo al aire. Hazte socio", el humilde conjunto rojiazul ha pasado a ser mundialmente reconocido y a ser la envidia de varios publicistas. Tal como se ve en la foto, se pueden apreciar a los jugadores de espalda mostrando su trasero, haciendo alusión a la frase en cuestión.
Andreu Aguiló, el publicista encargado en la confección de la campaña sostuvo: “La sensación que tenía es que son entidades que están con el culo al aire, mal económicamente, que dependen de que el ayuntamiento les de algo. Todos son del Barsa o del Madrid y, así, el equipo del pueblo se va perdiendo. La foto lógica de la frase era que los jugadores enseñaron un poco el trasero”.
Por otro lado el vicepresidente del club, Jaime Mir, se mostró rojo de contento cuando a tan solo trece días de haberse presentado la campaña el club inscribió 50 nuevos socios.
Uno de los valientes que posó en esta extravagante campaña fue el arquero Rafa Calderón, quien prometió sacarse la foto de frente en caso de conseguir el tan ansiado ascenso a Segunda B.
El Poblense, sin dudas, un equipo con el que te caes de culo.

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Probablemente va a morir pronto. No creo que sirva de nada ayudarlo. Es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara.

(REGAN GASCOIGNE, 12 años, hijo del ex jugador de Newcastle, en un reciente documental de la televisión inglesa opinando sobre el delicado estado de salud de su padre)

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Es muy complicado tener sexo cuando mi mujer no está conmigo.

(HENRIK LARSSON, delantero sueco, refiriéndose a la vida sexual impuesta por el cuerpo técnico de la selección escandinava, Junio de 2000)

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Un domingo sin fútbol ni asadito (Julia Laudisi - Argentina)

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Oscar Ruggeri en "Frente a frente"

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Tras la disputa de la Copa del Mundo que ganaron los ingleses, Racing conquistó el campeonato de 1966 con un vendaval de fútbol, perdiendo apenas un encuentro y estableciendo una serie invicta de 39 partidos sin derrotas.
Al año siguiente Racing obtuvo la Copa Libertadores de América y también la Intercontinental, con lo que se convirtió en el primer equipo de Argentina en alcanzar la meta máxima de los clubes del mundo.
Pero para que ello sucediera, los muchachos de Pizzuti (DT) debieron superar unas cuantas dificultades, y no solo en el campo de juego.
Ya quedó registrado en el libro de los “Grandes Milagros” aquel viaje que el plantel académico efectuó entre Medellín y Bogotá, en plena disputa de la Libertadores, y que por muy poco no terminó en una tragedia. Allí quedó sellada la suerte de Racing para lo que quedaba del torneo. Perfumo lo recuerda así: “Aquella anécdota se contó mil veces, pero es insuperable. Viajábamos en un DC-4 y nos metimos en el medio de una tormenta. Pasaron cosas graciosas en el medio del cagazo que teníamos todos. Con nosotros venía Anselmo, un chico al que le faltaban las piernas, que era una especie de mascota de los equipos argentinos que iban a jugar a Colombia. Cuando el avión bajó unos 800 o 1000 metros de golpe, Luis Carrizo (arquero suplente de Agustín Mario Cejas), le dijo: “¿Y vos de qué te preocupás? Si nos estrellamos te morís la mitad”.
El “Panadero” Díaz se volvió loco. Empezó a insultar a los dirigentes a los gritos por hacernos viajar en ese avioncito. “Pará loco, que te van a suspender”, le decíamos. ¡Qué carajo me importa si total nos vamos a matar todos!, respondió.
En el medio del desvarío, Juan Carlos Rulli anticipó algo coherente: “Si salimos de esta, somos campeones del mundo”. Y acertó.

(tomado de “La Viruta”, las anécdotas del fútbol argentino, Enrique Escande, 2001)

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River debe cobrar más de un millón de dólares de una deuda del Verona de Italia, y mientras tanto nos estamos manejando con recursos genuinos para afrontar los gastos que demanda mantener esta institución River es uno de los pocos clubes que no tiene convocatoria de acreedores, ni pasivo, ni deudas con los proveedores, ni con el plantel, ni con las cargas sociales, ni con el personal. Tenemos, obviamente, algunos problemas operativos que surgen cuando nuestros deudores se atrasan en los pagos, pero siempre pagamos.

(OSVALDO DI CARLO, por entonces Presidente de River Plate, brindando un panorama económico de la institución totalmente distinto al actual, revista "Solo fútbol", 4 de Septiembre de 1989)

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Si el "carasucia" en fútbol reclamara un afiche que lo representara, Enrique "El Chueco" García (El poeta de la zurda) se pintaba sólo para tal fin.
Era un jugador travieso, burlón, irónico, despectivo... casi cruel hacia el rival, jocoso y jocundo a la vez, ángel y demonio, admirado por unos y detestado por otros. Sus jugadas era todo genio y sus actitudes puro desafio.


(DIEGO LUCERO, 1901-1999, recordado periodista deportivo uruguayo)

NOTA: Se denomina en Argentina "carasucia" a aquellos jugadores juveniles que muestran desparpajo al debutar en primera división, en clara alusión a los niños que juegan fútbol en los potreros con la cara sucia producto de la tierra que vuela y se pega en sus rostros transpirados.

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Los elementos (Francisco Javier Uriz - España)


Con los zapatos pegados al espeso barro

y los 450 gramos de balón convertidos en masa inamovible

una frase histórica me sirvió de excusa:

"No hemos venido a luchar contra los elementos".

¡Y decían que no se aprendían cosas útiles,

que el colegio no servía para nada!


(Mi agradecimiento al Maestro Francisco J. Uriz quien, con toda generosidad, me envió su libro "Un rectángulo de hierba" de donde tomé este poema)

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La Federación Peruana de Fútbol pactó con su homóloga de Jamaica un choque amistoso entre las selecciones de ambos países, que se disputó en Noviembre de 2006. El equipo peruano, entonces dirigido por Franco Navarro, fue a Kingston, la capital de ese país, y empató uno a uno con el combinado dueño de casa, con un gol del volante Alexander 'Wally' Sánchez, de José Gálvez de Chimbote.
Lo curioso de este amistoso es que los medios nacionales no se cansaban de repetir que la blanquirroja iba a ir al ¡país centromericano! para completar el último tramo de la preparación en el año, cuando en realidad Jamaica es una isla de las Grandes Antillas, de 240 kilómetros de largo y un máximo de 80 km de ancho, situada en el Mar Caribe. Y está a 630 km del continente centroamericano.

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Tú no eres entrenador hasta que no te han echado la primera vez.


(MALCOLM ALLISON, ex entrenador inglés)

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Yo siempre tiro a puerta y no sé si la pelota va dentro.

(SALVATORE "Totó" SCHILLACI, ex jugador italiano, goleador del Mundial de Italia 1990)

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Mi siglo (Günter Grass - Alemania)


* Fragmento

1903

En Pentecostés comenzó la final, poco después de las cuatro y media. Los de Leipzig habíamos tomado el tren de la noche: nuestro once, tres suplentes, el entrenador y dos señores de la directiva. ¡Nada de coche cama! Claro está que todos, yo también, íbamos en tercera, porque habíamos tenido que reunir penosamente los cuartos para el viaje. Sin embargo, nuestros muchachos se habían echado sin quejarse en los duros bancos, y me ofrecieron, hasta poco antes de Uelzen, un verdadero concierto de ronquidos.

Así llegamos a Altona bastante machacados, pero de buen humor. Como era habitual en otros sitios, también allí nos acogió un campo de maniobras corriente, atravesado incluso por un camino de grava. Las protestas no sirvieron de nada. El señor Behr, árbitro del FC 93 de Altona, había rodeado ya con una maroma aquel terreno de juego arenoso, pero impecable por otros conceptos, y marcado con aserrín, con sus propias manos, las áreas de castigo y la línea central.

El hecho de que nuestros adversarios, los muchachos de Praga, hubieran podido venir se lo debían sólo a los distraídos señores de la directiva del Karlsruher FV, que habían caído en una trampa malévola, creyendo un telegrama engañoso y, por eso, no habían ido a Sajonia para la primera vuelta. De manera que la Federación de Fútbol Alemana, decidiéndose sobre la marcha, envió a la final al DFC de Praga. Por cierto, era la primera que se celebraba, y además con un tiempo espléndido, de forma que el señor Behr pudo cobrar de los casi dos mil espectadores una bonita suma, recogiéndola en un plato de hojalata. Sin embargo, aquellos quinientos marcos escasos no bastaron para cubrir todos los gastos.

Ya al comenzar hubo un contratiempo: antes de sonar el silbato, faltaba el balón. Los praguenses protestaron enseguida. Sin embargo, los espectadores más que insultar se reían. Tanto mayor fue el júbilo cuando, por fin, el cuero estuvo en la línea del centro y nuestro contrincante, con viento y sol a la espalda, hizo el saque inicial.

Pronto estuvieron también ante nuestra puerta, centraron rápidamente desde la izquierda, y sólo a duras penas pudo Raydt, nuestro guardameta, alto como un árbol, salvar a Leipzig de un revés temprano. Aguantábamos, pero los pases llegaban de la derecha con demasiada precisión. Entonces, sin embargo, los praguenses consiguieron, en un amontonamiento ante nuestra zona de castigo, meter un gol, que sólo tras una serie de violentos ataques contra Praga, que tenía en Pick un portero seguro, pudimos igualar antes del medio tiempo.

Después del cambio de campo, nada pudo pararnos.

En apenas cinco minutos, Stany y Riso consiguieron marcar tres goles, después de haber conseguido Friedrich nuestro segundo tanto y Stany, antes aún de la goleada, su primer gol. Es cierto que los de Praga, tras un pase nuestro fallido, pudieron marcar de nuevo, pero entonces -como queda dicho- se acabó lo que se daba y el júbilo fue inmenso. Ni siquiera el eficiente medio Robitsek, que de todas formas cometió una falta grave contra Stany, pudo detener a nuestros hombres. Después de haber advertido el señor Behr al sucio Robi, Riso, poco antes del pitido final, logró el séptimo tanto.

Los praguenses -antes tan elogiados- decepcionaron bastante, especialmente la delantera. Demasiados pases retrasados, demasiado flojos en el área. Luego se dijo que Stany y Riso habían sido los héroes de la jornada. Pero no es cierto. Los once lucharon como un solo hombre, aunque Bruno Stanischewski, al que llamábamos sólo Stany, dio a conocer ya lo que los jugadores de origen polaco han hecho, con el paso de los años, por el fútbol alemán.

Como yo seguí todavía mucho tiempo en la Directiva, en los últimos años como tesorero, y asistía con frecuencia a los partidos fuera de casa, conocí también a Fritz Szepan y a su cuñado Ernst Kuzorra, es decir, la Combinación del Schalke, su gran triunfo, puedo decir sin temor: desde el campeonato de Altona, el fútbol alemán fue cada vez a más, en gran parte gracias a la alegría de juego y la peligrosidad ante la puerta de aquellos polacos germanizados.

Volviendo a Altona: fue un buen partido, aunque no un gran partido. Sin embargo, ya entonces, cuando se consideraba al VFB Leipzig, evidente e indiscutidamente, el campeón alemán, más de un periodista se sintió tentado de calentar su sopita en la cocina de las leyendas.

En cualquier caso, el rumor de que los praguenses se habían ido de juerga la noche anterior en la Reeperbahn de Sant Pauli, y por eso, especialmente en el segundo tiempo, habían estado tan lánguidos en el ataque, resultó una excusa. De su propia mano, el árbitro, señor Behr, me escribió: “¡Ganaron los mejores!”.

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El arquero argentino Carlos "El loco" Fenoy, cuando jugaba en Newell's Old Boys de Rosario, durante sus entrenamientos más desganados, se dedicaba a clasificar los balones que le lanzaban sus compañeros en dos grandes grupos: parables e imparables.
No es que se tirara tampoco en busca de detener unos u otros para demostrar que tenía razón, tan solo decía cual hubiera sido el resultado si hubiera tenido ganas de entrenar: "parable", "afuera", "palo", "imparable"... Pero él, ni se movía; solo veía pasar los tiros. Si alguien le reprochaba algo, ponía cara de intelectual, y decía: "Hoy, teoría".

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Podés ganar todo el dinero del mundo y nunca ser tan feliz como cuando salís campeón; es lo mejor que puede tener un futbolista como premio a todo eso que no se ve: comerte el frío de la mañana, estar lejos de la familia, etc.

(DANIEL "Rolfi" MONTENEGRO, futbolista argentino)

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Me gustaría marcar diez goles esta temporada. El problema es que el competición no me suele dejar toda la temporada.

(VINNIE JONES, ex jugador inglés, célebre por su mal genio dentro y fuera de las canchas)

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Riquelme (Estopa - España)

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Juan Román Riquelme (Argentina)


Aquel 24 de Junio de 1978 era todo expectativa en Argentina por un hecho histórico, al día siguiente la Selección Nacional disputaría la final de la Copa del Mundo contra Holanda en el Monumental de River Plate.

En el humilde hogar de la familia Riquelme en el barrio San Jorge, en la ciudad de San Fernando, a esa expectativa se sumaba la inmensa alegría provocada por el nacimiento de un nuevo hijo: Juan Román.

Poco tiempo pasaría para que aquel niño empezara una amistad que perduraría toda la vida. Su amistad con la pelota. Ésta quedaría en evidencia cuando comenzó a destacarse en los potreros defendiendo al club “La Carpita” de Villa Libertad.

Los inicios en el fútbol

Ese niño, habilidoso por demás, que descollaba en aquellos campeonatos barriales, llegó al conocimiento de ojeadores que buscaban jugadores para clubes de Buenos Aires deseosos de nuevas figuras para sus divisiones inferiores.

Argentinos Juniors fue el afortunado, convenció a Román y trasladó la magia hacia La Paternal. Previamente River Plate y Platense lo habían rechazado.

Comienza como suplente en 9ª División, pero a partir de la 8ª División pasa a jugar de titular como volante central, un puesto en el que empezó a desplegar todo su talento pero que le insumía un gran desgaste físico y en el que se sentía desaprovechado.

Juan Román comienza a hacerse un nombre en el fútbol argentino cuando en el verano de 1996 gana, con la selección argentina Sub-18 dirigida por José Pekerman, la Copa Punta del Este. Ese fue su debut absoluto con la selección juvenil.

Deja Argentinos Juniors, Boca lo espera

Carlos Bilardo, tras ese torneo, sugiere al Presidente de Boca Juniors la compra de varios valores de Argentinos Juniors entre los que se hallaba Juan Román.

Una operación sin precedentes en el fútbol argentino estaba en marcha. Boca adquirió al club de La Paternal los pases de los juveniles Fabricio Coloccini, Pablo Islas, César La Paglia, Carlos Marinelli, Emmanuel Ruiz y Juan Román Riquelme en 800.000 dólares como cifra total por los seis jugadores.

En Primera División debuta el 10 de Noviembre de 1996, en un Boca 2 - Unión (Sta. Fe) 0, dos semanas después, Riquelme marca su primer gol en primera ante Huracán.

En 1997 Román se consagra Campeón Sudamericano y Mundial con la seleccion Sub-20, y comienza la consolidación de este volante ofensivo de lujoso manejo del balón e innata repentización.

Luego de los éxitos conseguidos en la Selección Sub-20, Daniel Passarella lo cita a la Selección Mayor para la última fecha de las Eliminatorias del Mundial Francia 98. El partido se disputó en el estadio de Boca Juniors, y Riquelme, con 19 años, ingresó en los últimos minutos del empate 1-1 frente a la Selección Colombia.

Hacia Mayo de 1998, Pekerman volvió a llamarlo, esta vez para para formar parte del Seleccionado Argentino Sub-21 en el torneo “Esperanzas” de Toulón en Francia. Argentina fue campeón, Riquelme disputó los cinco partidos y fue premiado por los organizadores como el Mejor Jugador del Torneo.

Meses después el club italiano Parma ofreció 14 millones dólares por su pase. Román decidió quedarse en Boca. En 1998, con Héctor “Bambino” Veira como técnico, Román vivió sus peores momentos en Boca. Es con la llegada de Carlos Bianchi cuando se convierte en pieza clave y conductor de Boca Juniors, equipo con el que obtiene el Torneo Apertura de ese año.

Mil novecientos noventa y nueve es el año del despegue. Consigue con Boca el Apertura y Clausura de ese año manteniendo una hegemonía tal que logró la marca de 40 partidos consecutivos sin derrotas, récord absoluto para el Fútbol Argentino.

Marcelo Bielsa, por entonces DT de Argentina, lo convoca para jugar la Copa América a jugarse en Paraguay.

En Noviembre de 1999 Román es elegido como el mejor jugador en su puesto y obtiene el "Balón de Oro" del fútbol argentino.

Alcanza su máximo nivel en Boca en los años 2000 y 2001. Líder absoluto del equipo, conquistó el torneo Apertura 2000, las Copas Libertadores en 2000 y 2001 y derrota al poderoso Real Madrid en la final de la Intercontinental 2000 en un partido memorable jugado en Tokio.

El Barça se interesa en él y se lo lleva a España

Son los dirigentes del FC Barcelona quienes ven en ese argentino a un diamante en bruto y un futuro crack para luchar contra el Real Madrid por la supremacía en la Liga española. Sin embargo, el pase no se realiza y Riquelme permaneció en Boca.

En 2002, Román vive sus peores momentos en Argentina, con el secuestro de su hermano y los continuos choques con el Presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, lo llevan a marcharse a Europa. Fue en Agosto de ese año, cuando el FC Barcelona adquiere su pase a Boca Juniors por unos 12 millones de dólares.

No triunfa en su primer año en Europa, el técnico del club, el holandés Louis Van Gaal, lo relegó al banquillo y no le dio ninguna oportunidad de demostrar su clase, haciéndolo jugar en partidos muy comprometidos para el Barcelona que iban camino de una derrota.

En 2003 la llegada del nuevo técnico, Radomir Antic, supuso todo un vuelco. Riquelme gozó de más minutos en cancha y empezó a liderar al equipo. Hermosas asistencias y bonitos goles demuestran su clase, aunque la delicada situación del equipo lleva al entrenador serbio a relegarlo de nuevo al banquillo, apostando por un fútbol defensivo y resultadista.

Su marcha del Barça

En el verano de 2003, la nueva junta directiva presidida por Joan Laporta y el flamante entrenador, Frank Rijkaard revolucionaron el club con el objetivo de recuperar el nivel deportivo.

El fichaje de Ronaldinho causó un excedente de jugadores extracomunitarios, y el cuerpo técnico decidió ceder a Riquelme al Villarreal por dos temporadas. Allí formó dupla de ataque junto al delantero uruguayo Diego Forlán, demostró su gran calidad y se reveló como uno de los mejores jugadores de la Primera División de España, donde logró el récord de asistencias de gol en 2005.

Ese año, Villarreal logró una épica 3ª posición y decidió comprar el 75% de su pase.

Durante la temporada 2005/06, el Villarreal disputa por primera vez en su historia la Liga de Campeones y su actuación fue sorprendente; llegó a las semifinales tras dejar en el camino a equipos de la talla del Manchester United, Benfica, Glasgow Rangers e Inter de Milán, entre otros, pero en esa instancia quedó eliminado por el Arsenal inglés.

En el partido de vuelta, Román tuvo la oportunidad de lograr el empate a través de un penal cobrado en el último minuto, que los hubiera llevado a la prórroga. Sin embargo el disparo de Riquelme fue contenido por el arquero Lehmann. A pesar de esto la gente jamás le reprochó su fallo.

Regreso a un viejo amor

El presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, ofreció la posibilidad de que el club actúe como mediador en el conflicto que continuaba estancado. Solicita que Riquelme sea cedido hasta el 30 de Junio de 2007 y a la vez pagar su salario (U$S 2.000.000) por ese período.

Tanto la directiva del Villarreal como Riquelme aceptan y el 11 de Febrero fue presentado en conferencia de prensa.

El 17 de Febrero de 2007 reaparece luego de casi cinco años en La Bombonera, que lo recibe con el cariño de siempre. Su vuelta, influenciada por una prolongada inactividad, no fue buena: frente a Rosario Central, Boca apenas empató 1-1.

No obstante, su rendimiento fue creciente. Por la fase de grupos de la Copa Libertadores el equipo tuvo buen juego pero los resultados no fueron los ideales, por lo que llego a la última fecha con la necesidad de marcar al menos 4 goles ante el Club Bolívar en cancha de Vélez (debido a que incidentes el año anterior habían dispuesto la suspensión del estadio).

El equipo marcó 7 goles logrando no solo la clasificación sino evitar viajar al exterior ya que la diferencia de gol le permitía enfrentar a Vélez. En octavos de final de la Copa Libertadores marcó 2 goles (uno olímpico) ante Vélez Sársfield (global 4-3) jugando superlativamente y siendo eje del equipo.

En cuartos, tuvo una descollante actuación ante Libertad de Paraguay de visitante marcando un gol aún estando lesionado (global 3-1). El gol fue el primero del partido cuando mejor se defendía el rival.

En semifinales, Boca superó a Cúcuta de Colombia en un partido que se jugo con una visibilidad casi nula debido a la neblina que había aquel día. Riquelme es decisivo en la final contra Gremio.

Previo al partido, Riquelme comenta que sería su último partido en La Bombonera (al menos en esta etapa) y el desenlace no pudo ser mejor. Nuevamente fue figura, Boca gana 3-0 y es despedido con una ovación por todo el público xeneize.

Otra Libertadores al currículum

El 20 de Junio, en el partido final en Porto Alegre, marcó los dos goles en la victoria 2-0. El resultado global fue 5-0 (récord en finales). Boca lograba su sexta Copa Libertadores y la tercera para Román, goleador del equipo con 8 tantos en 11 encuentros.

Como sucediera en 2001, fue elegido el Mejor Jugador de la Final de la Copa Toyota Libertadores. En solo 123 días desde su retorno, recuperó su mejor nivel y sus actuaciones llevaron al seleccionador argentino, Alfio Basile, a tenerlo en cuenta otra vez para la albiceleste, y lo convoca para la Copa América 2007 de Venezuela. Riquelme, totalmente recuperado anímicamente, aceptó volver a la selección.

En Septiembre, Riquelme retorna al Villarreal, pero durante toda la primera vuelta de la Liga Española estuvo apartado del primer equipo por el entrenador chileno Manuel Pellegrini con quien la relación estaba rota.

Román entrenaba con sus compañeros, pero no disputó ni un sólo minuto. Tras extensas negociaciones, retorna a Boca como traspasado, dejando atrás la pesadilla de sus últimos meses en España y en la actualidad disfruta del presente en Boca Juniors en donde es el conductor indiscutido del equipo.

Aunque es acusado por sus detractores de ser un volante de movimientos lentos, nadie puede dudar de que su cerebro siempre está un segundo adelantado al de los demás jugadores.

Riquelme es talento en estado puro, volante con llegada al arco rival, con gol (más de 90 en su carrera) y un sentimiento como bandera: su profundo amor a Boca Juniors, el club que lo hizo ídolo.

Trayectoria

1996-2002: Boca Juniors
2002-2003: FC Barcelona (España)
2003-2007: Villarreal (España)
2007-2009: Boca Juniors

Palmarés

Títulos obtenidos

Boca Juniors
Campeonato argentino: Apertura 1998, Clausura 1999, Apertura 2000, Apertura 2008 y Apertura 2011
Copas Libertadores: 2000, 2001 y 2007
Copa Intercontinental: 2000
Recopa Sudamericana: 2008

Villareal
Copa Intertoto: 2004

Selección Argentina
Sudamericano Sub-20: en Chile (1997)
Mundial Sub-20: en Malasia (1997)
Copa América: Subcampeón en Venezuela (2007)
Campeón Olímpico: Pekín 2008

Distinciones inviduales

* Revelación “Clarín” en Fútbol de Primera División: 1997
* Revelación “Clarín de Oro” al Mejor Deportista del año: 1997
* Mejor Jugador del Torneo Esperanzas de Toulón: 1998
* Olimpia de Plata al Mejor Jugador Argentino de Fútbol: 2000 y 2001
* Premio Consagración “Clarín de Oro”: 2000
* Mejor Jugador de la Final de la Copa “Toyota Libertadores”: 2001 y 2007
* Premio "Consagración Clarín" en Fútbol de Primera División: 2001
* Jugador con Más Arte (Radio Marca): 2005
* Premio “Don Balón” Mejor Extranjero de la Liga Española: 2005
* Balón de Plata “Copa de Confederaciones”: 2005
* Premio "Consagración Clarín" en Fútbol Extranjero: 2005
* Jugador con mayor cantidad de asistencias en el Mundial 2006
* Premio “Fox Sports” Mejor Jugador Sudamericano: 2007


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Con su metro setenta y dos de estatura, y, sin embargo, una fuerza de voluntad y un equilibrio corporal capaz de aguantar un amplio catálogo de agresiones físicas, Maradona combinaba la habilidad y la visión de un Pelé con la versatilidad de un Johan Cruyff. Pero Maradona siempre parecía estar más allá de las comparaciones. Desafiaba las categorizaciones con tanta facilidad como rechazaba las exigencias de los presidentes de clubes y la disciplina de los directores técnicos. En ello reside su carisma.
Era la proyección internacional de una exitosa historia argentina lo que ganó para Maradona el aprecio de sus compatriotas. Para ellos, Maradona parecía reparar los múltiples fracasos en su propia historia. Maradona no sólo había dado a los argentinos un sentido de identidad, sino también de evasión. Veían pureza en su juego y lo llamaban poesía.

(fragmento extraído del libro titulado “Maradona, la mano de Dios”, cuyo autor es el británico Jimmy Burns)

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