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Pongamos hablo del Atlético de Madrid (Joaquín Sabina - España)

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Recordando viejas historias de partidos de Copa Libertadores, aquellas de los años 60, cuando más que fútbol se vivían "guerras" de patadas y agresiones en las instancias decisivas del torneo, el uruguayo Luis Cubilla decía: "Eran partidos muy duros. Había otro roce en el campo de juego, más áspero y había otro espíritu, de mayor nacionalismo. Las hinchadas en campo contrario eran agresivas. Esas hinchadas iban a los hoteles donde estábamos y nos tiraban cosas y hacían ruidos para no dejarnos dormir. Por ese deseo de ganar la Copa, empezó también esa etapa de buscar el triunfo ayudado mediante la ventaja".
Al mencionar esas "ventajas", Cubilla, hombre clave de Peñarol de Montevideo, que pasó por River Píate de Argentina, el Barcelona de España y Nacional de Montevideo y fue pieza fundamental en el seleccionado uruguayo, y liego afamado técnico, aclaró: "Cuando íbamos de visitantes, nos mojaban el vestuario y nos ponían 'pica pica' en la camilla de masajes; uno se acostaba ahí y se le pegaba sin darse cuenta el 'pica pica', y después se pasaba el partido rascándose. Y uno se desconcentraba del partido".

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Me estaba haciendo un tratamiento dental, y tenía un puente hasta que me pusieran los implantes. A las 10:25 de esa mañana se me salió el puente y tenía que ir a entrenar. Entrenábamos en un campo que daba a la calle, sólo separados por un alambrado.
Los periodistas estaban en la mejor situación de la observación de la práctica. Hicimos un ejercicio de desmarcación, muy interesante, pero que salió muy mal. Al otro día, la única referencia al entrenamiento fue mi boca desdentada. Es la prueba más clara de que a ustedes no les interesa nada de lo que pasa en el entrenamiento.


(MARCELO BIELSA, director técnico de Chile, Junio de 2008)

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Cuando se vino a probar a Botafogo, la primera pelota que tocó la hizo pasar entre mis piernas. Muchos pensaban que podía ofenderme, pero por el contrario, le dije ahí mismo a los directivos que había que ficharlo. Por suerte me hicieron caso.

(NILTON SANTOS, ex compañero de Garrincha en Botafogo, opinando sobre el malogrado crack de la canarinha)

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Rudi Völler (Siggi Eggertsson - Islandia)

* Arte digital

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Ben Barek (Francisco Javier Uriz - España)


Grácil figura del mullido césped.

Azabache era su piel

noche de terciopelo donde todo era suavidad.

Su deslumbrante regate hacía del defensa etérea sombra

a través de la que pasaba

o donde se hundía haciéndose invisible.

y todos confundíamos imagen y realidad

y seguíamos asombrados el movimiento de las sombras.


(Mi agradecimiento al Maestro Francisco J. Uriz quien, con toda generosidad, me envió su libro "Un rectángulo de hierba" de donde tomé este poema. De nuevo gracias Francisco por tamaño gesto!)

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Ocurrió en Diciembre de 2007. El entrenador italiano Gianni De Biasi acababa de tomar las riendas del Levante UD (foto), equipo en mala racha deportiva y de gestión en la primera división de la liga española. Dado los malos resultados que estaban cosechando antes de su llegada, al técnico se le ocurrió la peculiar idea de estrenarse comprometiendo a sus jugadores a que hicieran la alineación del partido. La pregunta era: ¿qué once pondrías tú para el próximo partido? Cada jugador escribió de forma anónima la que consideraba la mejor formación inicial.
La encuesta dio un resultado que De Biasi cumplió a rajatabla. El partido contra el Almería supuso la primera victoria del Levante en esta temporada. El resultado: 3-0.
¿Qué habrá pasado después? ¿Usted lo sabe?

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En apenas una Copa del Mundo, demostró ser un jugador irresistible y de fenomenal confianza. En 1978, sólo algunas defensas encontraron la forma de controlarlo, y yo tengo el orgullo de pertenecer a una de ellas. Lo marcamos en zona con Christian Lopez, con quien nos repetíamos que se trataba de un jugador como cualquier otro para darnos confianza. Sabíamos que no podíamos dejarlo darse vuelta porque era letal frente al arco. Tenía mucha potencia.

(MARIUS TRÉSOR, jugador francés en Argentina 1978, opinando sobre Mario Kempes)

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Newell’s salió campeón en el 74 y era tanta mi emoción que antes de terminar ese partido salí corriendo de la cancha sin saber a dónde iba. De golpe, a las tres cuadras, me di cuenta de que estaba haciendo una locura. Pegué media vuelta y me uní al festejo con los hinchas. El título de “El Gráfico”, en honor a Marito Zanabria, fue: “Bendita sea la gran zurda’.

(RAFAEL BIELSA, político argentino, hermano de Marcelo)

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Tenemos un arquero que es una maravilla (Eduardo Maicas - Argentina)


- Doña Mabel, ¿Ernesto puede salir a jugar a la pelota?

- Ahora no, está tomando la leche.

- Dele sea buena dejeló… Ernesto ataja bárbaro… “que lo deje que lo deje… que lo deje que lo deje que lo deje”.

El aliento de la barra era realmente conmovedor, pero doña Mabel era inflexible.

La historia se repetía todas las tardes, si no era que estaba tomando la leche estaba haciendo los deberes, si no estaba haciendo los deberes estaba resfriado o sino, estaba con el kinesiólogo.

- Chicos ¿qué es un kinesiólogo? ¿Eh? Ninguno sabe… pero ustedes de lo único que pueden hablar es de fobal!- ahí reaccionamos.

- ¡El partido! Vamos a llegar tarde al partido, a ver si todavía los del pasaje se creen que arrugamos- y la barra enfiló para la canchita del Negro Campos. La canchita quedaba en Olivera y Directorio. Estaba formada en la ochava de la esquina en un cachito de terreno que le había sobrado a los pabellones. Ahí los fines de semana eran una fiesta, se armaban unos campeonatos de hacha y tiza, otra que el Mundial. De ahí habían salido el Nene Fernández, aquel que jugó en Rosario, Sánchez, el arquero de Boca y el negrito Iripino, que no llegó a la primera porque en aquellos años había un Maradona por cuadra y un potrero en cada barrio.

La caminata hacia la cancha era parte de la alegría “se oyen ruidos de pelota y no sé y no sé porque será” . El cantito estaba copiado de “Pelota de trapo”, una película donde Armando Bo personifica al crack del barrio que llega a jugar en un clu de primera; no, no es un error, no falta la b de club… club decían los finolis, el del barrio era el clú.

Como les iba diciendo, la canción de pelota de trapo se había convertido en el himno del cuadrito, sus sencillas estrofas nos daban ánimo para enfrentar a cualquiera y aquel coro le contaba al barrio entero que había un desafío.

- ¿Contra quién juegan?- preguntaba siempre Raúl el de la pinturería.

- Contra Corazones de Pinedo- contestábamos sin detenernos para no enfriarnos, ¿o se creen que el footing es de ahora?

- ¿Contra Corazones de Pinedo? Uy, esos son bravos… tengan cuidado que tienen uno que patea como una mula.

Ahí medio que arrugamos.

- Qué macana que no vino Ernesto, con él en el arco no nos meten ni una.

- Che, si a mí me cagan a goles se la bancan eh, miren que yo no atajo muy bien.

El que se atajó fue el Gallego, un poco de razón tenía, el titular era Ernesto. A él a la final siempre lo llamábamos para sacar las papas del fuego…

Pobre Ernesto, seguro que se quedó mirándonos detrás de la ventana, seguro que él quería venir pero la vieja era más hincha pelota...cuando se desinflaba la pelota se la tendríamos que haber llevado a ella en vez de la bicicletería.

Cuando volvimos del partido no volvimos cantando, parecíamos Serbia y Montenegro nos habían enchufado seis pepinos; bueno, lo de Serbia y Montenegro los comparo ahora porque en ese tiempo ni sabíamos que existían.

Cuando pasamos por la pinturería Raúl seguía en la puerta

- ¿Cómo salieron?

- 6 a 1.

- A la mierda, seguro que los seis se los metió el que patea como una mula, ¿quién hizo el gol de ustedes?

- El que patea como una mula en contra, le pegó un balinazo que rebotó en el travesaño y se metió en el arco de ellos.

Raúl se río y nos dijo que éramos unos crudos.

- Pero por qué no vas a jugar vos…

- Pobre de ustedes- agregó Raúl- yo jugué en la cuarta de Chicago, si juego yo hay robo.

- ¡Qué vas a jugar si sos un patadura!

- Chicos me parece que Raúl tiene razón… nosotros somos los pataduras.

- Lo que pasa es que el Gallego se comió los 6 goles, si venía Ernesto ganábamos uno a cero.

- Yo no atajo más- se atajó el Gallego-. Así que para mañana consíganse otro.

La escena parecía de una película, justo que el Gallego decía eso pasábamos por la casa de Ernesto. Ahí estaba, detrás de la ventana esperando el resultado del partido.

- ¿Ganaron?- preguntó con una voz de esperanza mentirosa.

- ¡Qué vamos a ganar!- dijo Carlitos, más transpirado que el vidrio de la ventana que nos separaba de Ernesto. De pronto apareció en escena la madre y lo mandó para adentro.

- Vamos Ernesto… de tanto estar contra la ventana te vas a resfriar.

- Perdimos, nos hicieron seis, y lo peor es que mañana jugamos contra los de Lacarra y si perdemos quedamos eliminados, tenés que venir Ernesto si no venís estamos fritos.

- Si fuera por mí- contestó tímidamente- pero ya saben que mi vieja no me deja.

Eso terminó de amargarnos la tarde, fue peor que el seis a cero. Cabizbajos enfilamos para la esquina de Moreto y Alberdi, que era el punto de reunión, de ahí cada uno marchaba para su casa. Una tristeza sin fin nos envolvía a todos, pero de pronto a Mario se le ocurrió una idea.

- ¿Y si lo raptamos?

- ¿Qué?- contestábamos en un coro igualito a cuando se pide un corner o un hand, porque antes éramos reos pero reclamábamos en inglés.

- Este dice eso porque mira muchas películas de James Cagney.

- ¿Y ese qui…. qui… qui… quién es?- preguntó el Tarta.

- Uno que trabaja en esas películas que mira este.

- Vos sos piantado sos… mirá si lo vamos a raptar- reaccionó el gordo.

- ¿Qué tiene?- agregó el de la idea.

- No lo raptamos para pedir rescate, lo hacemos para que no nos eliminen en el campeonato.

- Bueno, suponete que tenés razón, pero ¿cómo lo hacemos?

- Es una papa, esperamos que la vieja salga a hacer los mandados y entramos a la casa; la mamá siempre deja la puerta abierta porque tiene miedo que pase algo y Ernesto no pueda salir… es una hincha pelota Doña Mabel.

Y bueno, Mario nos convenció, para salvarnos de quedar eliminados había que raptar a Ernesto; así que al otro día nos propusimos cumplir con el objetivo.

Para que todo funcione bien lo pusimos de campana a Miguel. ¡Campana Miguel que no veía una vaca a dos metros! Lo llamábamos “cuatrochi” porque en ese tiempo a los que usaban anteojos les decían así; claro que este apodo cambió cuando empezaron a dar los dibujitos de “Anteojito” y “Antifaz”’, ahí se los empezó a llamar “intríngulis-chíngulis”.

Bueno, los estoy entreteniendo en un momento de suspenso.

La puerta de la casa de Ernesto se abrió y salió la mamá. Miguel no veía una vaca a dos metros pero a la mamá de Miguel la vio, claro, ella no era una vaca.

Miguel nos hizo la seña y empezamos a avanzar hacia la casa sigilosamente, Doña Mabel salió con la bolsa de ir a la feria así que nos sobraba tiempo.

Pasamos por la pinturería y Raúl estaba en la puerta… siempre estaba en la puerta, como nos vió a todos juntos dijo:

- ¿Hoy contra quien pierden? Ninguno le contestó y ni que supiera: antes de que nos alejáramos agregó: ¡búsquense un arquero!

Mario tenía razón, la puerta estaba abierta, entramos. Ernesto se pegó flor de susto, pero después se alegró.

- Muchachos me vinieron a visitar. ¿Hoy contra quién juegan?

- Contra quién jugamos dirás, vestite que nos vamos para la cancha.

- Están locos, mi vieja me mata, pero antes que terminara de decirlo ya le habíamos puesto todo el equipo de arquero, hasta los guantes le habíamos puesto. El decía que eran los guantes de Rugilo, nosotros le creíamos porque cada vez que se los ponía no entraba una.

- Faltan las rodilleras- gritó alguno. Pero no importaba, Ernesto no usaba rodilleras.

Costó un poco sacarlo de la casa, no porque no quería sino porque la silla de ruedas era muy ancha y se atascaba con el marco de la puerta.

- Esta silla de ruedas de mierda es enorme, dije yo, pero Mario me corrigió sabiamente.

- Mejor, así cubre más el arco- Después de sortear el escollo del umbral nos fuimos para la cancha, esta vez con la seguridad que no íbamos a perder y cantando fervorosamente:

- ¡Tenemos un arquero que es un maravilla ataja los penales sentado en una silla!

(tomado del libro “Pelotas grandes, pelotas chicas”, Editorial Colihue)

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Recibió una pelota incomodísima en el medio del campo, y de espaldas a la portería. Giró, arrancó y se metió en un montón de líos de los que fue saliendo perfectamente. Yo venía acompañando a la altura del segundo palo, como si fuera un travelling de televisión. Diego asegura que intentó pasarme la pelota varias veces, pero siempre encontraba un obstáculo que lo obligaba a cambiar de idea. Menos mal. Yo estaba deslumbrado y creía imposible (aún me lo parece) que en medio de todos esos problemas hubiera pensado en mi. Si me hubiera pasado la pelota como, según parece, estaba establecido en el Plan A, yo la hubiese agarrado con la mano y aplaudido. ¿Se imaginan? Pero no nos engañemos, estoy convencido de que Diego nunca estuvo dispuesto a soltar ese balón. A lo largo de esos diez segundos y diez toques, cambió de idea cientos de veces porque así es como funciona la cabeza de un genio en acción. Lo que Maradona estaba haciendo era materializar el sueño futbolístico de los argentinos, que amamos la pelota más que el juego y, que por esa razón, la gambeta vale más que el pase. Cuando la pelota entró en el arco supe, al instante, que estábamos en el momento de una gran celebración: Maradona acababa de ponerse la corona de Pelé. Consciente del tiempo histórico que estaba viviendo, hice algo que la humanidad todavía no reconoció. Yo, señoras y señores, saqué del arco la pelota que Maradona había metido.

(JORGE VALDANO, ex jugador y entrenador argentino, espectador de lujo de aquel mítico gol de Maradona en México ’86)

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Me voy a quedar muchos años en este club.

(ROLANDO ZÁRATE, futbolista argentino, a su llegada a River Plate, donde estuvo apenas cinco meses)

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El fútbol es la versión anglicana que en nuestro común castellano equivale a que once diestros y aventajados atletas compiten en el esfuerzo de impulsar con los pies y la cabeza una bola estática con el afán, a veces desmesurado, de introducirla en el lugar solícitamente guardado por otra cuadrilla de once atletas, y viceversa.

(ENRIQUE TIERNO GALVÁN, 1918-1986, político, sociólogo, jurista y ensayista español)

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Un recorrido por la vida de "El Gráfico" (4ª parte)


76. DE TAL PALO
Ricardo Alfieri (h) heredó el oficio del padre y trabajó en la revista en los 70 y 80 En 1989, tomó la secuencia de la bengala que cayó a un metro del chileno Roberto Rojas. El arquero simuló una lesión, pero Alfieri tenía el documento Los dirigentes brasileños se enteraron en el vestuario pidieron la copia y la remitieron a la FIFA, que la usó como prueba y sancionó de por vida a Rojas. Alfieri no trabajaba esa noche para El Gráfico, pero tenía los genes para captar el detalle fuera del foco.

77. UN TESORO
E1 archivo, fuente de sorpresas. En los últimos años, hubo dos de película: buscando una foto de Hugo Pena para una nota con su hijo encontramos una con Pena, Menotti y Bilardo juntos. Es la única imagen conocida de los dos futuros enemigos, al cumplirse el 25° aniversario del debut de Maradona en Argentinos, en el sobre de Cabrera dimos con la foto del primer caño de Diego, que hasta ese momento no había sido publicada.

78. OTRO TESORO
El Gráfico llevó por primera vez al querido “Negro” Fontanarrosa a ver un River-Boca. Ocurrió en 1988, en el Monumental. Una pincelada del comentario: "Está el árbitro y los dos equipos formados para comenzar el partida y un césped verde impecable. Cierro los ojos y trato de recordar dónde he visto antes esta escena. Debo remontarme a la infancia; la he visto en las tortas de cumpleaños".

79. EL ENVÍO
Sin Internet ni fax el desafío para los enviados era como hacer llegar el material (foto y texto). "El sistema más fácil era con un pasajero -cuenta O.R.O.-, yo inventé los sobre naranjas inspirándome en la organización de los JJ.OO de Munich 72 que eran verdes. Debían ser de colores llamativos por si alguien se los olvidaba en un mostrador".

80. OPERATIVO
El enviado especial no solo debía preocuparse por tener la entrevista y escribirla, sino también por ir al aeropuerto y conseguir un pasajero que aceptase llevar el sobre naranja. Era clave tomar nota de las características físicas y de vestimenta del pasajero para que lo reconocieran en Argentina. "Solo recuerdo el caso de un material de Portugal que no llegó, porque la señora que lo traía se olvidó la cartera con el sobre en un baño de Río de Janeiro; después, siempre bien", recuerda O.R.O.

81. QUE OJO
Los periodistas de El Gráfico se presentaban ante el pasajero y la mayoría acogía el pedido con entusiasmo, con la frase "Lo leo desde chiquito". Una vez en París, O.R.O. encaró a un pasajero que, mientras sacaba su tarjeta personal, señaló: "No tengo problemas, pero no sé si a Vigil le gustara". Era un ejecutivo de Goles. Orcasitas no sabía donde esconderse.

82. MALETERO
Otra de O.R.O. En Roland Garros arregló con Marcela Tinayre el envío de un sobre con los primeros rollos y quedó en agregarle los últimos el sábado.
Cuando fue a la casa y le acercó los últimos rollos, la hija de Mirtha le comentó: "Si, ya tengo el sobre en la valija". Para qué: O.R.O. se tiró de cabeza en una valija ajena y empezó a revolver al grito de "El sobre no puede ir despachado, si se pierde la valija nos quedamos sin material". Cuentan que Tinayre aún no salió de su asombro.

83. PLUMAS
Roberto Arlt pintó con su relato una tarde de fútbol en el libro “El maravilloso mundo del fútbol”. El Gráfico también tuvo el honor de incluir una nota de Mario Vargas Llosa en 1982.

84. LA CASA POR LA VENTANA
En 1979, para celebrar el 60° aniversario, la editorial no escatimó gastos. Organizó el primer partido de la Selección tras el Mundial, el 25 de Abril (2-1 a Bulgaria) y trajo a tres glorias del deporte mundial, Alí, Jesse Owens y Pelé.

85. LIMPIEZA
En plena organización del partido con Bulgaria, Onesime recuerda el ingreso intempestivo de Constancio Vigil a una reunión: "¿y el papel higiénico?" Nadie entendía. "Alguien debe encargarse de que en los baños de River no falte el papel higiénico. Un espectáculo preparado por El Gráfico no puede merecer críticas".

86. A COLOR
La primera telefoto color con transmisión propia se hizo en el debut argentino del Mundial 82. Se utilizó el Leafax, que requería cuatro pasadas y si se cortaba una, había que empezar de nuevo. Cada foto tardaba una hora en ser transmitida.

87. PUNTO FINAL
El Mundial 82 no solo fue un mazazo futbolístico. Onesime escribió su editorial crítico cerrando el ciclo de Menotti y algunos integrantes de la redacción, de clara filosofía menottista (Carlos Ferreira, Juan José Panno y Guillermo Blanco), decidieron dejar la revista.

88. DE COLECCIÓN
Desde los inicios hubo que crear una sección llamada "Bolsa de El Gráfico" para canalizar los requerimientos de los coleccionistas. En 1979, escribió Arturo Melis Costantini, basquetbolista chileno de los 40: “Cumplí 65 años y aún recuerdo con gratitud que la venta de mi primera colección de El Gráfico en 1947 me posibilitó adquirir un bien raíz y dar seguridad económica a mi familia”, ¡impresionante!

89. CONSAGRACIÓN
A medida que crecía el prestigio de la revista, la tapa era como ganar un Oscar, Ezequiel Bustamente, mulato, ganó la “Maratón de los Barrios” en 1951, fue tapa y pasó a presentarse como "El Negrito tapita de Gráfico".

90. ¿SE COMPRA?
El Gráfico fue a Rosario y un dirigente de Central le preguntó al periodista cuanto costaba salir en la tapa. El cronista luego se enteró de que el dirigente venia de España: quería vender a Landucci a Gijón. Cuando lo tasó en 100 mil dólares, el presidente del Gijón sacó de su cajón una carpeta y dijo: "¿Cien mil dólares por un jugador que nunca salió en la tapa de El Gráfico?"

91. MARKETING
En 1935. Humberto Recanatiní -back de Gimnasia- salió en la lámina de El Gráfico con un gorrito tipo Piluso, que se vendía en Gath & Chaves. El defensor adquirió gran popularidad a partir de la foto.

92. LA LIGA NACIONAL
El Gráfico, impulsado por Orcasitas, presentó la Liga Nacional de Básquetbol el 17/9/1982, el sueño del entrenador León Najnudel. Auspicio la propuesta en la difusión y en lo económico, financiando los primeros gastos. Propuso "revolucionar el básquetbol argentino". Tres años después arrancó la competencia, que ya lleva 24 temporadas disputadas y que parió a ocho hijos que llegaron a la NBA.

93. CIMA
El 12 de Enero de 1993, El Gráfico hizo cima en el Aconcagua, el pico más alto del continente (6.959 metros). El fotógrafo Henry Von Warten-berg lo logró con la bandera de la revista.

94. HAGAN SUS APUESTAS
Anécdota inolvidable. Pelea Ali-Frazier(1971). La recordó Vega Onesime, ex director de la revista, en su libro “Memorias de un periodista deportivo”. La pelea fue en Nueva York, un lunes a la noche, y la revista postergó una noche su cierre para incluirla. Emilio Laferranderie (El Veco) estaba como enviado de la Editorial y cubrió la pelea para El Gráfico. Se montó un equipo de emergencia en Buenos Aires por si no llegaba el material, con Ardizzone, Juvenal y Pagani), entre otros. "Se puso el televisor en el hall y no faltaron las apuestas: solo Ardizzone y yo creímos en Alí -recuerda Onesime-; a nadie le extraño el fallo favorable a Frazier y los ganadores se llevaron el dinero situado encima del aparato de televisión. Enseguida, por las dudas, Ardizzone comenzó a redactar el comentario suplente (sigue en la 95)...

95. ESTATUA
Del enviado, ni noticias. Al irse Constancio Vigil le pregunté qué pasaba si llegaba lo de El Veco. "Levanten lo escrito y va lo de él”, contestó. Amanecía cuando comenzó a llegar el texto de El Veco tres jueces derribaron a una estatua”, tituló. Incredulidad y desconcierto. En la redacción coincidíamos con el fallo a favor de Frazier. Juvenal consideraba una locura dar el texto de El Veco, pero yo acaté la decisión de Vigil y se rehizo todo ante las quejas del taller. Ardizzone reclamaba irónicamente la plata perdida en la apuesta, advirtiendo: “Guarden esas carillas mías. En una de esas son necesarias”. A las 10 de la mañana llamó Fontanarrosa, el director, y dijo que era inconcebible publicar lo de El Veco, que Frazier había sido un claro ganador; y mandó parar las máquinas con 10 mil ejemplares ya impresos. El nuevo titulo fue "Se cayó una estatua".

96. PUNTAJES
Chantecler los utilizó por primera vez en el periodismo: fue el 16 de Junio de 1939 en Independiente-San Lorenzo (1-0) y los colocó sobre cada futbolista en la foto. Fue generoso: tres “10", mayoría de “8" y "9”, y un solo “5”. Las calificaciones desaparecieron luego hasta que volvieron para instalarse definitivamente en 1964.

97. EL CHÉ
En la edición del 19 de Mayo de 1950 hay una publicidad de los motores Mícrón. En el aviso, la foto de un muchacho en una bicimotor. Y su mensaje: “les envío para su revisación el motor Micrón que ustedes representan y con el que realicé una gira de 4.000 km. a través de 12 provincias argentinas. El funcionamiento del mismo, durante mi extensa gira, ha sido perfecto...”.
Firmado: Ernesto Guevara Serna (antes de ser “El Ché”)

98. PASE
Después del Mundial 98. El Gráfico fue comprado por Torneos y Competencias, y deja Editorial Atlántida y la vieja casa de Azopardo 579.
Hoy, la redacción está a dos cuadras de allí, en Balcarce y Venezuela, el edificio de Torneos.

99. MENSUAL
La tirada promedio actual es de 42.000 ejemplares. En 2007, además de las 12 ediciones habituales, sacaron 17 productos especiales con la marca El Gráfico, incluyendo los 4 de polo, el libro por los 70 años del Turismo Carretera y los especiales de los campeones, entre otros.

100. EL SUEÑO DEL PIBE
Para cualquier jugador del fútbol argentino sólo existen tres sueños:
lº) jugar en la primera de su equipo
2º) salir en la tapa de El Gráfico
3º) jugar en la selección nacional

(Alfredo Di Stéfano)

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En 1981, Flamengo poseía un verdadero equipazo y no tuvo dificultades en clasificar a la final de la Copa Libertadores ante el chileno Cobreloa. Pero pocos jugadores de aquel equipo gozan de un prestigio tan duradero como el limitado y esforzado Anselmo, "El Justiciero".
En el partido de ida, jugado en el Maracaná, Flamengo se impuso por 2-1. Y entonces fueron a Calama, en Chile, para el encuentro de vuelta. En un clima sumamente tenso, el juego devino en una verdadera batalla.
Al centrocampista Lico casi le arrancaron una oreja, y Adilio casi perdió un ojo por un profundo corte en el arco superciliar, y la denuncia fue unánime: el zaguero chileno Mario Soto estaba jugando con una piedra en un puño, y llevó a la lona a todos los que le pasaron cerca. Cobreloa ganó por 1-0.
El partido de desempate se efectuó en el estadio Centenario de Montevideo. Sin presión, Flamengo no tuvo problemas para imponerse por 2-0. Sobre el fin del enfrentamiento, Soto noqueó a Zico y puso fuera de combate al atacante Tita. En ese momento, el entrenador de Flamengo, Paulo César Carpeggiani, tomó una decisión radical.
Anselmo era un centrocampista sin brillo, acostumbrado a calentar su lugar en el banco de reservas. Carpeggiani lo llamó y le dio la orden clave: “Anselmo, vaya y rómpale la cara al defensa Mario Soto”.
Obediente, Anselmo firmó el registro, entró al terreno, corrió 60 metros y le aplicó a Soto un nocaut fulminante con un recto de derecha en la mandíbula (foto). Casi sin detener su carrera, Anselmo fue directo a los vestuarios, sin esperar por la tarjeta roja de expulsión.
"Soto era un caballo. Él le pegó mucho a Tita, Zico, Lico y Adílio en los tres partidos y yo entré solamente al campo de juego para darle una trompada por orden del técnico Carpegiani. No me arrepiento, pero no sugiero que nadie me imite" diría años después Anselmo, o José Antonio Cardoso Anselmo Pereira, nacido en Nova Friburgo (Río de Janeiro), un 20 de Marzo de 1959, atacante que defendió al Flamengo desde 1978 a 1982, y que hoy vive en la ciudad de Quarteira (Portugal).

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Creo que me voy con Pelé, creo que sí se necesitan títulos para dirigir a la selección, y por ahí Maradona sigue fumando de la misma, y para qué te cuento. Pelé tiene toda la razón; Maradona no sabe lo que dice.

(JORGE VERGARA, dueño del club Chivas de Guadalajara, ocupándose del Diego quien hizo declaraciones -Abril 2008- sobre la situación del seleccionado mexicano, criticando el despido de Hugo Sánchez y contrastando con las realizadas por Pelé, quien sostuvo que "se necesitan títulos y mucha experiencia para una selección nacional")

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A mi juicio tardará mucho este juego en difundirse, aún entre los británicos; pero asimismo pienso en insistir porque lo considero el mejor pasatiempo y más barato para la juventud de la clase media como también del pueblo, aunque esto parezca una ilusión para muchos.

(TOMÁS HOGG, considerado padre del fútbol en Argentina, en carta dirigida en 1867 al periódico “The Standard”, que era publicado por la colectividad británica en Buenos Aires)

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Un recorrido por la vida de "El Gráfico" (3ª parte)


51. EXÓTICO
En 1922, Gastón Martín Vázquez -segundo director de la revista- escribió un artículo llamativo: "El box contra el jiu jitsu".

52. POLO
La revista descubrió temprano la importancia del polo argentino y en 1922 cubrió el triunfo por 14-7 en USA ante los locales.

53. FRUSTRACIÓN
Aníbal Vigil viajó en 1922 a Francia para contar el cruce del Canal de la Mancha. Su nota inicial denotaba fastidio: "Hace cuatro días que me encuentro en Calais, esperando que alguno de los tantos campeones se decidan a largarse al agua".

54. PRESENTACIÓN
La revista no solo Juntó a Diego con Pelé, sino también con Menotti (cuando estaban distanciados), Di Stéfano, Rummenigge, Sabatini, Francéscoli y Stoichkov, entre otros.

55. AL ARO
José Luís Sarrio, pluma distinguida en las décadas del 70 y 80, había ganado con San Andrés el Campeonato Oficial de Primera División de la Asociación Porteña de 1968.

56. CONMOVEDOR
En Agosto de 1984 el boxeador Ramón Aníbal Jara contaba en El Gráfico que peleaba para encontrar a su madre. Un tiempo después se consumaba su deseo gracias a la revista.

57. ENCUESTA (III)
Una muy seria organizada por la revista en 1975 determinó el equipo de todos los tiempos. Se los convocó y premió antes de un River-Boca. Amadeo; Sosa, Perfumo, Albrecht, Marzolini; Moreno, Pipo Rossi; Corbatta, Pontoni, Martino y Loustau. El único activo era Perfumo, que jugaba esa noche, y Labruna no lo quiso dejar salir al campo antes. Argumentaba que debía concentrarse en el partido, pero cuentan que en realidad estaba cabrero porque no había sido elegido.

58. JUGO DE FÚTBOL
Una sección histórica de la revista. Se gestó una tarde en que el descanso invitaba a divagar y se empezaron a tirar frases hechas del fútbol, nota luego se convirtió en el rincón anecdótico de la revista.

59. CINCO MINUTOS
Para tener imágenes del debut de Argentina en el Mundial 74, solo se podían cubrir los primeros cinco minutos. Enseguida, Ricardo Alfieri (h) tuvo que tirarle el rollo al corresponsal que esperaba detrás del alambrado, este salir corriendo a la estación de Stuttgart tomar el tren a Berlín y llegar al aeropuerto para despachar los rollos con un pasajero. La tapa mostró a Kempes en la jugada del primer minuto.

60. PAPELÓN
Siempre hubo una parte de la revista que cerraba en la semana: y el resto, el domingo. En 1974, para el debut de Argentina, el director pidió una nota con un jugador de la Selección y Onesime se la realizó a Daniel Carnevali, el guardameta titular, “El arquero que el mundo nos envidia”, fue el titulo.
Unos días después, Argentina perdía 3-2 con Polonia y Carnevali jugó el peor partido de su vida. En el mismo número se lo fustigaba y elogiaba. Fue necesario un editorial para aclarar la incoherencia.

61. REENCUENTRO
La publicación aportó su granito para ganar el Mundial 78. Fillol y Menotti estaban peleados, el “Pato” se atajaba vida, se acercaba el Mundial y el periodista Carlos Ares propuso juntarlos. Ambos dieron el sí y en la casa de Menotti, a fines del 77 firmaron la paz. Meses más tarde sería figura del Mundial.

62. INGENIERÍA
El Gráfico inició su misión periodística para el Mundial 78 el lunes siguiente a la final de 1974 y la mentalización de la redacción fue permanente. Todo lo planificado con mecanismo de relojería salió a la perfección. Un ejemplo: las entradas de prensa para los integrantes de la revista para el partido inaugural fueron enviadas a Mar del Plata. Por las dudas, El Gráfico había comprado entradas.

63. ANFITRIONES
Durante el Mundial. El Gráfico montó una redacción paralela donde hicieron base medios prestigiosos como France Football (Francia), Kicker (Alemania), Guerin Sportivo (Italia) y As (España).

64. AVALANCHA
El éxito de El Gráfico en el 78 se refleja en estas cifras: arrancó con 200 mil ejemplares en el debut y para la final se pautaron tirar 350 mil. Tras el 3-1 a Holanda, Vigil decidió aumentarla a 500 mil. Se agotaron enseguida y hubo que realizar 50 mil más el lunes y otros 50 mil el martes. Los pedidos continuaban, pero Gente entraba en máquinas y no se pudo seguir subiendo. A los pocos días salió el libro con las mejores fotos (100 mil) y luego el libro "Así ganamos el Mundial", por Menotti (110.000). Sumando todos los productos de la Copa fueron 648 páginas, 232.756 rollos revelados y más de 100 hombres trabajando.

65. CONTINUIDAD
Con el éxito en el Mundial, se buscaron fórmulas para continuar arriba y la revista contrató a Menotti pare que diera charlas en el interior del país, que resultaron de convocatoria masiva.

66. LÁMINAS
Coloreadas artesanalmente sobre viejas fotos en blanco y negro, alcanzaron gran popularidad a partir de los años 30 y fueron objeto de colección.
Un coleccionista empapelo su habitación con tapas y laminas

67. FIGURITA REPETIDA
La máxima cantidad de tapas de fútbol consecutivas fueron 154, entre 1991 y 1994. Y la mayor sin fútbol fueron 26, entre el 17/11/50 y el 11/5/51.

68. INSÓLITO
Argentinos Juniors campeón de América 85 no fue tapa. Independiente campeón Nacional 77 y 78, tampoco. En el primer caso, tras la epopeya de coronarse con tres hombres menos ante Talleres, perdió en el duelo con Reutemann, ganador del GP de Brasil.

69. VERGÜENZA
Una de las tapas de mayor impacto en la era moderna fue la del 0-5 ante Colombia (1993). El fondo negro con la palabra "Vergüenza" detonó la furia de los futbolistas, que no dieron entrevistas a la revista por un tiempo.

70. NO SALIÓ
A través de sus 89 años, en ocho ocasiones El Gráfico dejó de salir, en general por huelgas. La ausencia más prolongada se dio entre en 1939 (4 ediciones) y durante los 50 días de transición de semanal a mensual (2002).

71. REYES
Década por década, los que fueron tapas más veces. En los años de 1920: Firpo (23); en los 30: Justo Suárez (10); en los 40: Oscar Gálvez (8); en los 50: Fangio (11); en los 60: Artime (7); en los70: Alonso (34); en los 80: Maradona (64) y en los 90: Maradona (42).

72. AUTOBOMBO
La foto, a página, fue publicada el 6 de Octubre de 1934. Un grupo de señores lee revistas en hileras de a ocho; “Desfile que duraría más de cinco horas”, es el título. Y completa él epígrafe: "Es lo que duraría el desfile de los compradores de El Gráfico sí formara su legión una columna de ocho en fondo, separados entre si por dos metros. La mejor revista deportiva del mundo tira en la actualidad 80 mil ejemplares".

73. LEGARRETA
Otro maestro de la fotografía. Se sumó a la revista en 1948 y se quedo hasta mediados de los 90. Con más de 80 años, el viejo Lega era capaz de subirse a la Visera de Independiente y mojarse los 90 minutos para obtener la mirada original.

74. DOS POTENCIAS
A través de Guillermo Blanco -el periodista más cercano a Maradona en esos años-, la revista propició el primer encuentro entre los dos mejores jugadores de la historia. "En el Sudamericano del 79. Diego me dijo que quería conocer a Pelé -recuerda Blanco-. Jugó con Huracán un domingo, de ahí fuimos al aeropuerto y viajamos a Río con su papá. Pelé le agarró la mano a Diego varios minutos y le dio consejos. Al Viejo Alfieri que era amigo de Pelé, se le caían las lágrimas de la emoción".

75. CUERVOS
Una curiosidad: cuatro de los últimos cinco directores de la publicación son hinchas de San Lorenzo: Ernesto Cherquis Bialo, Aldo Proietto, Mariano Hamilton y Carlos Poggi. La excepción fue José Luis Barrio.

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¿De qué cuadro sos?

En Junio de 1976 la revista deportiva "El Gráfico" los desafió. Reconocidos jugadores argentinos de ese momento deberían calzarse la camiseta del equipo por el cual simpatizaban siendo niños.
¿Los reconoce?
Reinaldo "Mostaza" Merlo (jugaba en River, con la de San Lorenzo), Juan Carlos Piris (San Lorenzo por Central), Gerónimo "Cacho" Saccardi (Ferro por Independiente), Julio Asad (Vélez por San Lorenzo), Juan Carlos Buzzo (Chaca por River), Hugo "Loco" Gatti (Gimnasia por Boca)
Abajo: Agustín "Mencho" Balbuena (Independiente por Boca), Carlos "Goma" Vidal (Ferro por Huracán), Roque Avallay (Huracán por River), Norberto "Beto" Alonso (River por Racing) y Carlos "Chupete" Guerini (Boca por Independiente)

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¡Una revelación! He aquí el verdadero fútbol. Lo que nosotros conocíamos... lo que nosotros jugábamos... no era, comparado con esto, más que un pasatiempo de escolares.

(HENRI DE MONTHERLANT, escritor francés 1896-1970, tras ver jugar a la selección uruguaya en los Juegos Olímpicos de París 1924)

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Morfológicamente, parece un mamarracho irrecuperable; pero en cuanto en él se enciende el uranio, este desmañado patito se eleva a la condición de cisne solemne. Entonces debés excluirlo del género humano y encontrarle urgentemente una especie distinta.

(GIANNI BRERA, periodista deportivo italiano, "La Repubblica", Julio de 1989)

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Un recorrido por la vida de "El Gráfico" (2ª parte)


26. DIEGO PRIMERO
Maradona lidera el ranking de tapas en 89 años: 133. Lo siguen Passarella (58) y Alonso (54).

27. CARLITOS
Considerando las 74 ediciones de El Gráfico mensual (arrancó en Mayo de 2002), y sumando la actual. Tévez lidera el ranking con 5 portadas. Lo siguen Maradona, D’ Alessandro y Palermo con 4.

28. BOCA ARRIBA
El xeneize lidera el recuento de tapas en el rubro "equipos". En el censo realizado en el Nº 4000 de 1996. Boca acumulaba 580 tapas, seguido por River (541), Independiente (248), San Lorenzo (199) y Racing (197). Equipos exóticos como All Boys de Tucumán, Desamparados de San Juan y el Bologna de Italia, también tuvieron su tapa.

29. DE TODO
¿Qué deportes aparecieron en la tapa de la revista con mayor asiduidad?
1º Fútbol
2º Boxeo
3º Automovilismo
4º Natación
El espectro incluye básquetbol, aviación, billar, paracaidismo y cricket entre otros deportes.

30. COLORES
Hasta 1925 la portada era en blanco y negro, y a partir de 1931 se fijó el color.

31 ZAPATAZO
La primera tapa de actualidad corresponde a un gol de Artime en el 3-1 de River sobre Boca, titulada “Zapatazo” (29/8/1962).

32. CHANTECLER
Alfredo Enrique Rossi utilizaba ese seudónimo (traducción: canta claro). Dio cátedra en crítica futbolística y cumplió una función didáctica de gran valor. Estuvo en la revista entre 1925 y 1941, y creó secciones de gran arraigo como "Consultorio" o "De sábado a sábado”. Era tal su prestigio que cuando Jules Rimet, presidente de la FIFA, vino a la Argentina en 1939, pidió ser entrevistado por Chantecler.

33. EL JAPONÉS
Usaburo Kikuchi, otro fotógrafo emblemático de El Gráfico durante 29 años (1928-57). Estudiante de agronomía en su país, aterrizo en el Chaco para trabajar en la cosecha. Cuando se quedó sin plata, golpeó la puerta de Atlántida. Jamás había visto un partido de fútbol y en su primera vez se metió en el campo de juego porque no sabía el significado de las líneas de cal. Luego aprendió.

34. ALFIERI
Otro apellido sinónimo de El Gráfico. Ingresó en Atlántida a los 18 años como linotipista. "Cierta vez la empresa propuso a los obreros que aprendiéramos un oficio en nuestras horas libres. Yo me anoté para fotógrafo -contó-, al principio hacía trabajaos de laboratorio. Un sábado faltó un fotógrafo y me dieron su tarea. Tenía que retratar a unos atletas que participaban en un torneo. La noche del sábado no pude dormir, me sentía Gardel. El torneo empezaba a las 14,30 y yo estuve a las 8 de la mañana”. Con su pañuelo al cuello, trabajó en Atlántida desde 1936 hasta 1980.

35. TRUCOS
Las famosas tapas estáticas con el jugador haciendo jueguito -recordó Alfieri- se hacían en dos partes. Primero se sacaba el fondo con tribuna, después se fotografiaba al jugador en la terraza de la Editorial y se montaban". Otra que Photoshop ¿Anécdotas? "Farro tenía la nariz abatatada y un gran complejo. Se buscaron mil variantes y a él no le gustaban. Al final, lo saqué con la bolsa de hielo que usaban los aguateros en la nariz, y listo". Su foto más laureada fue "El abrazo del alma" (Mundial 1978).

36. ARDIZZONE
Su verdadero nombre era Osvaldo Onofre Bramante. Trabajaba como empleado administrativo de Atlántida hasta que Dante Panzerí director de la revista, habitual interlocutor de sus charlas en el buffet, le comentó que si volcaba en un papel las historias que contaba, sería un gran periodista. Lo fue. Bohemio, poeta, de talento supremo, sus entrevistas y comentarios adquirieron un vuelo literario y son un sello de distinción de El Gráfico de los 60 y 70.

37. DESDE ADENTRO
Orlando Ríos, periodista de automovilismo de los 70 y 80. Se integró como personal a la escudería Williams de F-l en el GP de Argentina de 1981 para cubrir el desempeño de Reutemann. También fue piloto de TC y en 1987 corrió la Paris-Dakar.

38. ENCUESTA (II)
En 1932, se preguntó cuál era el club más popular. Los lectores respondieron y Boca se consagro ganador. El Gráfico le entregó una bandera antes de un partido

39. PARA SIEMPRE
A revista asignó muchos apodos que perduraron. Van dos. "El Intocable" a Locche fue obra de Piri García, en 1963. “La Máquina”, el quinteto de River integrado por Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, le pertenece a Borocotó, quien el 12/6/1942 titulo así una victoria por 6 a 2 de River sobre Chacarita: “Jugo como una máquina el puntero”.

40. DE TODO
Además de ser una revista, organizó, entre otras cosas: campeonato relámpago de boxeo con 4 rings simultáneos; carrera callejera para triciclos de reparto; maratón de los barrios; carreras para niños sobre vehículos de juguete; concurso abierto de pulseada.

41. ACONTECIMIENTO
La “Maratón de los Barrios” devino de rutina porteña en acontecimiento internacional. La revista la organizó anualmente entre 1934 y 1960, y su ganador pasó a ser un habitué de la portada de la revista.

42. PANZERI
De convicciones morales intachables, introdujo en el periodismo deportivo la mirada acida y critica. Referente de prestigiosos colegas como Víctor Hugo Morales, Diego y Gonzalo Bonadeo y Horacio Pagani, entre otros, dejó su marca en la publicación entre 1945 y 1962. Llegó a director y se fue por un desgaste con las autoridades, que culminó cuando lo presionaron para que en un Boca-River del 62 publicara la opinión de Álvaro Alsogaray.

43. ADELANTO
Al comienzo salía los viernes. Por exigencias del taller, la tapa debía entregarse a veces hasta 45 días antes, con lo que perdía actualidad. La meta fue acercarse a los hechos del fin de semana, Al invertir en nueva maquinaria, logró el objetivo de salir los martes a la calle. El 24/8/1965 fue la primera vez.

44. RENOVACIÓN
Era lo que necesitaba la revista en los 60, Las ventas habían caído de 250 a 90 mil. El responsable del cambio fue Carlos Fontanarrosa. Asumió como director en 1962, convenció a los directivos de Atlántida de que invirtieran en nuevas máquinas para adelantar la salida, impuso el slogan "El Gráfico en la calle", suprimió el horario de 8 a 14 bajo la consigna "Los periodistas no tienen horario" y marcó una bisagra en la historia de la revista. Se fue en 1977.

45. PALO Y PALO
Se comenzaba a hablar de Gabriela Sabatini, de 14 años, y El Gráfico decidió enfrentarla en un court para conocer sus virtudes. Lo hizo Luis Hernández, especialista de tenis, quien la desmenuzó bajo el título: "Yo jugué con Sabatini y les cuento".

46. DESDE CHIQUITO
"Escribile una carta a Menotti" fue el slogan de un concurso organizado por la revista con vistas al Mundial 82. Los ganadores acompañarían a la Selección en una gira por España con gastos pagos. En la categoría 14 a 18 años se impuso Gonzalo Bonadeo (hoy reconocido periodista), quien ya daba muestras de su conocimiento.

47. SPORT
Entre 1964 y 1970, El Gráfico sacó un mensuario más grande y de mejor calidad de papel. Dejó un recuerdo imborrable. Fue idea de Julio César Pasquato, cuyo seudónimo era Juvenal. Pasó de La Razón a El Gráfico, en 1962.
Sus palabras sirven pare dimensionar qué significaba la revista para él: "Fue la culminación de un viejo sueño, como jugar en la primera del club que me tenía entre sus hinchas de pibe". No abandonó El Gráfico hasta su muerte, en 1998.

48. OLIVETTI
La anécdota de Juvenal con su vieja Olivetti en Alemania 74 todavía se recuerda. La contó él mismo en El Gráfico: "Le presté mi máquina a un colega inconsciente y me la devolvió descompuesta sin avisarme. Volví de la derrota de Argentina con Polonia en el debut pare escribir con urgencia y cuando quise hacerlo se me quedaron las teclas pegadas. En el paroxismo de mi bronca, tiré la máquina contra la pared y rebotó. Me golpeó la mano derecha y me fracturó el pulgar. Resultado: tuve que escribir en una máquina de tipografía alemana, solo con la mano izquierda; y la derecha quedó inutilizada por el resto del Mundial”.

49. COMPETENCIA
Desde su aparición en 1949, la revista Goles -más barata- superó en lectores a El Gráfico.
Una huelga en el taller dejó a Goles sin competencia; pero una vez finalizada, los lectores no abandonaron a El Gráfico.
En 1959 la tirada de El Gráfico fue de 270.000 ejemplares.

50. ANUNCIANTE
El primer aviso fue de Harrods. "Un vestido, 140 pesos", ofrece en el Nº l.

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-¿Te dolió irte de Boca como lo hiciste?

-En el momento me dolió. Aparte, la decisión la tomó un tipo con el que me llevaba muy bien y al que quería mucho como el Pato (Pastoriza). Dios quiso que fuera él. Y no fue por la jugada del gol de Armenio. Ese fue el pretexto, yo ya estaba un poco condenado porque Boca no ganaba nada. Si no era ese gol, hubiera sido cualquier otro. La lápida ya estaba. Y si quería, seguía jugando. Lo que pasa es que después de Boca... Boca fue mi mujer, mi novia, mi amante y mi travesti, pero un día me pegó una patada en el culo y me echó. Yo me rompí todo en Boca. Igual, no estoy ofendido ni con aquéllos que tomaron la decisión. Aprendí a vivir. Y hoy soy más que cuando jugaba al fútbol.

-¿Qué es lo que te hace mejor ahora?

-Cuando sos jugador te ponen en un pedestal que no es realidad. Cuando terminás, despertás y sos un tipo más. La vida es otra cosa. Cuando jugaba, yo no tenía comunicación. Al hincha, porque me asediaba, le decía: "¡Qué plomo que sos!". Y después me di cuenta de que sin cariño no sería lo que fui. Aprecio esas cosas. Desperté de esa nube de pedo en la que vivía.

-Tus ex compañeros cuentan que cuando llegaban a alguna ciudad te mandaban adelante y todos se te iban encima...

-Y eso que no había tanta televisión. Hoy salís cinco minutos en la tele y te conoce todo el mundo. Antes era un cariño más real, con más amor. El ídolo era ídolo en serio, no de barro. Hoy la gran mayoría es ídolo de TV. Cuando dejan de estar ahí se acaba. No son como Amadeo (Carrizo), el Pato (Fillol), Bochini, Alonso. Esos son los personajes que se mantienen.

-¿Y vos considerás que estás dentro de ese grupo?

-Claro, por supuesto.

(HUGO ORLANDO GATTI, ex arquero
argentino, en diario "Olé" del 10/09/08)

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En Argentina los campeonatos se ganan en la calle Viamonte al 1300.

(FERNANDO MIELE, ex presidente de San Lorenzo de Almagro, y una directa alusión al edificio de la A.F.A. -Asociación del Fútbol Argentino-)

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El fútbol en sí mismo no es la causa de los males de nuestro tiempo. A través de él emergen lacras y miserias de nuestro mundo. El fútbol no causa ni agrava: espeja.


(RODOLFO BRACELI, periodista y escritor argentino)

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Un recorrido por la vida de "El Gráfico" (1ª parte)


1. EL IDEÓLOGO
Constancio Cecilio Vigil, uruguayo de Rocha, a los 15 años creo el periódico “El Derecho”; y a los 19, el semanario “La Alborada”. A los 27 se radicó en la Argentina y allí permaneció hasta su muerte, a los 78 años. Escribió 50 libros, pero su obra más importante fue fundar la Editorial Atlántida.

2. NACIMIENTO
Vigil fundó la revista "Atlántida" el 7 de Marzo de 1918 con buenos resultados, pero la semana trágica de 1919 paralizó las actividades y lo convenció de la necesidad de adquirir una imprenta. Ya con ella creó en mayo la segunda revista de su empresa: “El Gráfico”. En Noviembre surgiría “Billiken” y en 1922 lo seguiría “Para Ti”.
“Gente” lo haría en los años 60.

3. NOMBRE
En la portada del Nº 1 de El Gráfico (viernes 30 de Mayo de 1919) se lee "Ilustración semanal argentina". Las 12 páginas solo contenían fotos y epígrafes, de ahí su denominación, que no tenía nada que ver con el deporte. En una época con textos poco amenos y diagramaciones rígidas, la nueva publicación se destacaba por su despliegue gráfico y agilidad. Era innovadora, de ahí su éxito.

4. CONTENIDO
La tapa Nº 1 no tiene titulo, solo epígrafe: "Los alumnos de las escuelas públicas de la Capital desfilan ante el Presidente de la República". Con un formato tipo sábana de 58 x 40 (más grande que el diario “La Nación”), se destaca la sección "Notas Sociales" en las que posan Marta Aldao de Hilerte o Mercedes Peña Unzué de Paunero (ningún Pérez, ningún García). Sólo hay dos coberturas deportivas: un campeonato de fútbol en Río de Janeiro y un certamen de tenis. El deporte es apenas un rubro más. "El Gráfico, revista de sports, teatro, arte y variedades", será el slogan.

5. REVOLUCIÓN
El deporte tenía poca cabida en los medios, las reuniones boxísticas eran clandestinas y los diarios las ubicaban en la sección policiales. Aníbal Vigil, hijo del fundador, fue el primer director de El Gráfico hasta 1923. Apasionado por el deporte, integró el equipo de waterpolo de Gimnasia y Esgrima y la dotó de contenido deportivo. En 1924 cubrió los JJ.OO y fue el primer enviado especial argentino a la máxima cita del deporte.

6. ESTÍMULOS
Al comienzo, 7 de cada 10 tapas tenían a una artista de la época bajo el rótulo "De la escena al sport". Durante cinco ediciones consecutivas, 23 al 28, aparece la actriz Eva Franco en esa postura. Y se lee: "El Gráfico propone la práctica de deportes y esta señorita acepta el desafío".

7. FÚTBOL
El Gráfico Nº 1: desfile de alumnos.
El Gráfico Nº 2: -35 días después del inicial-, tapa de aviación.
El Gráfico Nº 3: tenis
El Gráfico Nº 4: desfile militar del 9 de Julio.
El Gráfico Nº 5: sale por primera vez el fútbol en la tapa, con escenas de un partido entre argentinos y uruguayos. El primer futbolista producido es Américo Tesoriere (Boca Juniors), en el Nº 158.

8. IDENTIDAD
El Gráfico se transforma definitivamente en deportiva a partir del Nº 333 (1925). En el Nº 332, el mensaje es el siguiente: "En este último año la revista ha duplicado su circulación, materiales y avisos, y ahora nos vemos obligados a un nuevo esfuerzo que mostrara a dónde ha de llegar el principal órgano deportivo de América del Sur. Influye mucho en la marcha ascendente de El Gráfico la popularidad cada día mayor del sport". El tamaño se comprime a 35 x 25 (la mitad): ya no es necesario el tamaño sabana para que se vea en los quioscos.

9. ILUSTRE
Muhammad Ali fue, para muchos, el deportista más grande de la historia. Recibía
miles de invitaciones, pero El Gráfico logró un imposible: traerlo por el 60° aniversario de la revista.
Por primera vez se subió al ring del Luna Park para cambiar fintas con Locche. Le pagaron 30 mil dólares: mitad en E.E.U.U. y mitad aquí. Osvaldo Orcasitas (O.R.O.) contó los billetes en la habitación del Hotel Sheraton.
Alí no los revisó, se los guardó en el bolsillo de su saco y se fue.

10. CAJA FUERTE
Atlántida se instaló en Azopardo y México en 1925, donde todavía continúa (sin El Gráfico). El edificio lo hizo construir John Wassermann Spiro, un judío alemán que le vendía el papel a la Editorial. Durante la Primera Guerra Mundial, en el edificio se guardaba documentación secreta. En el primer subsuelo había una habitación que oficiaba de caja fuerte con una triple puerta de acero. Según recordó Constancio Vigil, tardaron un año para destruirla y poder instalar allí las máquinas.

11. LA CARPETA
Una tarde de 1978, un jovencito que estudiaba abogacía se presentó en la redacción con una carpeta llena de recortes del Mundial 78. A O.R.O. lo sorprendió la obra, le vio pasta al joven pero como El Gráfico no incorporaba gente, creó el cargo de "clasificador de fotos". El muchacho luego dio el salto de calidad y dejó un sello con sus notas. Se llamaba Gustavo Béliz y llegó a Ministro de la Nación.

12. RÉCORD
La mayor venta corresponde al mundial ganado en México 86: 690.998 ejemplares, lo sigue el titulo de 1978: 595.924 números vendidos.

13. GIGANTE
La publicación no solo presentó en sociedad a Jorge González -el gigante de 2,17 metros- en una nota de 1983, sino que le consiguió las primeras zapatillas. Lo cuenta el autor de la nota. Orcasitas: "Se había calzado por última vez en 1978. Jugaba con unas sandalias y estaba cansado de golpearse por las patinadas que se daba. Hablé con mis amigos Raffaellí (Pony) y Cadillac (Adidas) y les dije que el primero que consiguiera hacerle las zapatillas iría conmigo a Chaco a hacer la entrega oficial".

14. CONTORNO
Continúa 0.R.0: "Pasaron el dato de que calzaba 52 y Pony hizo la suya en EE.UU. Por mi natural desconfianza le pedí al corresponsal en Chaco que viera al Gigante, le dibujara en una hoja el contorno de su pie y lo enviara en un sobre de El Gráfico. El dibujo del pie del Gigante viajó como si fuera material periodístico. Adidas tenía fabricación propia y la hicieron a medida. Calzaba 56 y 2/3. La de Pony fue chica. Me arrepiento de no haber tomado la foto de la zapatilla con un bebé adentro".

15. ENCUESTA (I)
La primera publicada es en 1922. "¿Cómo debería estar compuesto el team de la Asociación Argentina de Football, encargado de defender nuestros colores en los próximos encuentros internacionales?'', invitaba El Gráfico.

16. LAST REASON
Se llamaba Máximo Sáenz y su ingreso a la revista fue promocionado como el de una estrella; dos personas anunciaron su incorporación dando una vuelta alrededor de las canchas con un cartel. En 1932 empezó a escribir su sección "Todo a veinte". Su paso por El Gráfico fue breve pero resonante.

17. GARABITO
E1 primer fotógrafo. Se llamaba Alberto Palazzo. Llegó a Atlántida en 1918 vio nacer la revista y no se fue hasta su muerte (1947). Formó una pareja indivisible con Borocotó.

18.BOROCOTÓ
Antes de que su hijo le adjetivara el apellido como símbolo de panquequismo político Ricardo Lorenzo fue un prócer del periodismo. Nació en Montevideo, fue obrero del frigorífico Swift, estibador de barcos y chofer de una familia rica. Esperando largas horas a sus patrones, adquirió el hábito de leer con avidez y se terminó de formar, ya que solo habla llegado hasta tercer grado. El seudónimo nació por el ruido que Lorenzo -amante del candombe- hacía con sus dedos contra el pupitre. También firmaba como Lagunero en remo; y como D. Gancho, en básquet. Trabajó en El Gráfico entre 1926 y 1955.

19. APILADAS
La sección más popular de Borocotó iba en la última página. ¿El contenido? Lo definió Borocotó en su última Apilada: "Anécdotas, reflexiones y brochazos con olor a polvareda de baldío. En el andar surgió el recuadro, que vestí de lila y blanco en homenaje al cuadrito Inolvidable del barrio. Era el Sacachispas". Y se retrató: "Mi violín tiene dos cuerdas, una que hace reír y otra que hace llorar".

20. MIMETISMO
Dijo Frascara, otro emblema de la revista, acerca de Lorenzo: “Hubo un momento en que Borocotó era El Gráfico y El Gráfico era Borocotó. Llegó al público, a la muchachada, al alma del barrio, al palpitar del baldío, al corazón de las madres. Poetizó las rodillas sucias de los purretes y la tristeza pobre de la solterona que fabricaba las pelotas de trapo y recomponía las alpargatas de los raboneros”.

21. FRASCARITA
Félix Daniel Frascara alimentó su vida a la vera del ring. Hincha de Estudiantes de La Plata, amigo de la noche- llegó a la revista en 1930. Purista del idioma, fue enviado a los JJ.OO de Londres, "y al ganar Delfo Cabrera la maratón perdió la compostura y saltó del palco de prensa para abrazarlo. Así sentía el deporte", relató su hijo. Escribió de boxeo y fútbol. También firmaba como Sobrepique o Contragolpe.

22. OPUESTOS
Borocotó y Frascara, dos columnas de la publicación en su etapa de consolidación, eran muy distintos. Frascaríta, bohemio y sereno; Borocotó, más formal e impulsivo. Una vez se cruzaron frente al ascensor, al mediodía. Borocotó guiso increpar a Frascara por su llegada tarde: "¿Estas son horas de llegar?". La respuesta hacia quien se iba fue: "¿Y estas son horas de irse?".

23. DESPEDIDA
La última foto de Víctor Galíndez, campeón mundial de boxeo, fue tapa de la revista. Pocos minutos después de tomada, fue embestido por un auto de Turismo Carretera. Caminaba al costado de la ruta, en 25 de Mayo, tras ser acompañante en el TC de Antonio Lizeviche

24. MUNICIÓN GRUESA
Víctor Hugo Morales y César Luis Menotti se hicieron enemigos en las páginas de El Gráfico. Fue en 1985. "A ese Morales lo peleo en un descampado o debajo de un árbol", tiró el Flaco. "Ese cobarde sabe dónde encontrarme", contraatacó Víctor Hugo.

25. NEGRO, AZUL Y ORO
Si lo ve Maradona, quema la revista. Pelé se puso la camiseta de Boca en exclusiva para El Gráfico dos veces: en 1963 y en 1981.

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Platense (foto) y Lanús jugaron un partido histórico el 16 de Noviembre de 1977 por el descenso. El calificativo vale como pocos porque ocurrieron varios hechos inusuales:
1) Luego de que el partido finalizó igualado sin goles, el desenlace -descenso de Lanús- llegó tras la ejecución de 22 remates desde el punto del penal. Hubo una primera serie en la que se ejecutaron cinco y en la que cada arquero, Miguelucci, de Platense, y Rubén Sánchez, de Lanús, atajaron uno cada uno; una segunda serie de dos remates por lado, en la que Miguelucci contuvo uno y Niro, de Platense, desvió el suyo; una tercera de penales por lado, que fueron convertidos; y la cuarta y la que sería la última, también de dos por equipo, con un gol de Juárez y un remate de Peremateu en el palo (ambos de Platense) y dos contenciones de Miguelucci, lo que determinó que Platense mantuviera la categoría.
2) Pese a que Miguelucci contuvo cuatro penales y fue decisivo en la permanencia de los “calamares”, se quedó sin trabajo poco días después porque el club no le renovó su contrato.
3) El árbitro del partido, Roberto Barreiro, no advirtió que Platense violaba el reglamento cuando permitió que el undécimo penal lo ejecutara Juárez, quien ya había rematado el primero y no podía volver a hacerlo hasta que tiraran todos sus compañeros, incluido el arquero. Juárez era un experimentado goleador y Miguelucci no se tenía fe en ese momento. Lanús cumplió con las reglas. Su último penal lo remató su arquero Sánchez y Miguelucci lo atajó.
4) Lanús accionó judicialmente contra la AFA y, mientras se discutía en los estrados, bajó de la Primera B a la C. Le ofrecieron dos posibilidades: volver directamente a la Primera División, saltando dos categorías, o una fuerte suma de dinero. Lanús se quedó con la plata e inició su gran despegue en lo social y deportivo.

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Con Estudiantes de La Plata nunca pudimos salir campeones porque, como la mayoría de los equipos, jugábamos con once, mientras que algunos lo hacían con catorce: los jugadores, el árbitro y los líneas.

(RICARDO INFANTE, ex futbolista argentino, emblema y segundo goleador histórico de Estudiantes de La Plata en donde jugó de 1942 a 1952 y de 1957 a 1960)

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Conviene no olvidar que el primero que metió la cuña artística en medio del largo bostezo que era el fútbol inglés fue un tal Eric Cantoná.

(JORGE VALDANO, ex jugador y director técnico argentino)

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El último arquero amateur (Gabriel Impaglione - Argentina)


Cada tanto recuerdo a Don Ernesto. No lo conocí personalmente, pero me parece. En la sangre heredada se reconocen las pasiones a simple vista.

Una de sus nietas, de nombre Poesía, compartió hace muchos años una charla a bordo de un tren que regresaba de un viejo caserío convertido en pueblo fantasma gracias a las maravillas del "déme dos" que supimos conseguir.

Llevaba una carpeta habitada de tesoros increíbles: recortes, poemas, fotos, y entre ellas, dos que para mí fueron escenas de un partido que vi alguna vez desde una popu soleada y bien dominguera.

Estirpe de arquero en cada palmo de estatura, y hasta en la sombra. Actitud. La valentía podía medirse en el desafío de la mirada atenta. En la tensión de los muslos en el salto. Sobrio, Decidido.

Una de las fotos lo mostraba gateando hacia un balón envuelto en chispas. Mirando la bola de los encantamientos que le llegaba como enviada mágicamente por la cámara fotográfica.

La otra cartulina casi sepia lo reproducía en plenitud. Saltando para colgarse de esa luna marrón llena de costuras, todo largo, flaco y largo, con los antebrazos pegados al pecho y la cabeza erguida como invocando a los dioses de las alturas.

Don Ernesto Montemurro. Le decían "Fosforito".

Jugó en San Lorenzo y el "Ñuls" de no recuerdo bien qué año. Tuvo intervenciones sobresalientes. De esos arqueros que defendían la valla como a su casa. A diente apretado.

Una vez se escuchó decir en la tribuna: "cuantos patriotas así se necesitan!". Eran tiempos difíciles, donde se construía el nuevo país en medio de una crisis fenomenal y la voracidad de afuera llegaba a morder los intereses nacionales como una ofensiva de River y de Boca con todas las estrellas juntas para el mismo tiro libre sobre el área chica.

Ernesto tenía la virtud de dejarse hervir la sangre en el silencio de las esperas de su patria chica.

Es que el área para el arquero es eso: Patria Chica; territorio de su exclusiva responsabilidad, donde el señoreo de la hombría no admite vacilaciones.

Y se dejaba hervir la sangre hasta que le llegaban.

Entonces la fuerza decisiva que se estiraba hasta echar por tierra la consagración adversaria.

Se le nota en el gesto que era más garra que técnica, más alma de arquero que producto del manual del técnico. Y con eso se nace.

"Podés tener mucha plata, un par de botines franceses si querés, la gorrita hecha a medida y una defensa impasable... pero si no tenés el alma cargada de munición gruesa no hay barrera que te salve, pibe" -le dijo una vez al purrete que alcanzaba la pelota en los entrenamientos-.

No llegó a ser el gran maestro, oficio que buena parte de los mejores arqueros consigue a fuerza de amor por el puesto. Pero me parece que nunca le importó mucho.

Tipo extraño Ernesto. De convicciones como la muralla china.

No se quebraba por nada, podía doblarse, como dice un amigo radicheta, pero quebrarse jamás.

Terco para tantas cosas que donde parecía flexible nadie le creía.

Cuando en los treinta se profesionalizó el fútbol largó todo, de bronca nomás.

¡Ponerle precio al amor por la camiseta! ¿A quién se le ocurre?

Pasó a formar parte del seleccionado mitológico del balompié. Algunos lo siguieron, se quedaron de empleados de los ferrocarriles o el correo, de comerciantes o vendedores de pilchas o verduras, pero no le dieron el gusto al capitalismo.

Se conformaron corriendo cada tanto en picados de casados contra solteros.

¡Má qué capitalismo!, gritaban en el café los muchachos que vieron en la profesionalización el toque justiciero que los transformaba en laburantes del oficio de encantador de multitudes.

Pero Ernesto no retrocedió jamás.

Creo que se despidió aquel año en que Gimnasia y Esgrima La Plata salió campeón. El último campeón del amateurismo, algo así.

En ese certamen, cuando enfrentó a los triperos, los saludó uno por uno... "ustedes se merecen el título, muchachos, vienen haciendo un campañón, felicitaciones".

Caballero el hombre, que se cansó de sacar taponazos esa tarde.

Ernesto se encerró en su duelo luego del último domingo de fútbol, y tal vez de aquella decisión haya nacido la piedra de su silencio que se prolongó durante días enteros.

Vivía el rito de escuchar la transmisión de los partidos en una soledad tan densa como la pasión que lo envolvía.

Sabía qué era todo eso de las esperas mientras la pelota circulaba por terreno neutral o en el campo contrario.

Sabía todo lo que había que saber cuando el nueve adversario encaraba derechito y sin marca el arco, que a veces, en esas situaciones, se hacía más y más ancho y más alto, y más grande, hasta alturas insospechadas.

A veces bajaba el volumen de la radio ante situaciones de peligro y las armaba mentalmente hasta definirlas, luego le ponía voz al spiker para constatar hasta donde su imaginación había podido anticipar la jugada. No se equivocaba demasiado.

Tenía el don de la fantasía. Ingrediente del espíritu que, si falta en un arquero, lo hace decisivamente de cartón pintado, de trapo sucio, de nada incompleta, incluso.

"Fantasía pibe... imaginación... imaginá la jugada, atenti, si no imaginás, nunca en tu vida vas a anticipar a nadie", le repetía al chico de la reserva, el flaquito de ojitos vivaces que se estaba haciendo en los entrenamientos de la primera.

Ernesto fue un gran tipo. Aunque le achaquen un defecto medio traído de los pelos, eso de la cierta indiferencia por la gente de su edad.

Y claro, los viejos ya estaban hechos y qué joder! Es el momento de la juventud. Con los jóvenes sí que le gustaba hablar.

A los pibes chicos les contaba cuentos, historias de fútbol, jugadas casi mitológicas en las que hasta ciertos piratas renombrados se animaron a entrarle de palomita a un centro bien servido.

Solía repetirle a los nietos, en rondas domingueras de sobremesa, y en patios veraniegos en donde se esperaba la voz para rodear la mesa familiar, la historia de unos conejos voladores que se divertían haciendo zig zag entre ramas de árboles, a ciento ochenta kilómetros por hora. Los chicos fascinados.

Él sabía lo que era volar.

Desplegó alas todos los domingos, hasta dejar las canchas y seguir estirándolas entre relatores y comentaristas que se colaban en el silencio de su cuarto.

Alguna vez dijo que él mismo había llegado volando desde un cuento de las Mil y Una Noches.

Sería cierto.

Tipo extraño el Ernesto de los Tres Palos.

Nunca le gustó conducir, ni aprendió siquiera, había cosas más importantes que guiar un auto, por ejemplo: apreciar el vuelo de los pájaros o del hombre. Eso sí que valía la pena! Pero se llevó los rumbos del aire consigo.

Ni el Ruso, su amigo de toda la vida, pudo arrancarle la fórmula. Cuando Ernesto andaba flojo de voluntades el Ruso se lo llevaba a la sinagoga para meditar. Cuando el Ruso atravesaba crisis existenciales, Ernesto lo invitaba a la Iglesia para pensar mejor.

"El silencio lleva las palabras del alma al rincón del tiempo en donde están las respuestas", le decía al Ruso, que lo miraba callado, a veces confundido, y le daba la razón nomás de escucharle siempre la misma frase.

¿Dónde quedaron esos disparos a quemarropa que le movieron todos los huesos?

¿Por qué túnel injusto se perdieron los aplausos y las ovaciones que cosechó en el puesto más ingrato del más bello de los deportes?

Don Ernesto. Flaco y duro, pura fibra. Manos fuertes y grandes, ojos bien atentos siempre.

Una sola cosa compitió entre sus gustos más apasionados con el fútbol: la buena comida.

Cuando sintió que ya no había tiempo suplementario, que se cumplía el alargue dispuesto por el Juez, se fue en medio de una medicada veda de cocina a comer un lechón reciamente adobado. Volvió para despedirse de la familia, de los amigos que tenía a mano y se durmió.

Digo: para siempre.

Hombre de decisiones valientes. Como todo buen arquero.

Con los jóvenes tenía una cosa... cierta afinidad... especial.

Los mocitos que ya sabían de pasiones y llevaban la sangre caliente dispuesta para meterle garra a la vida, para cambiar tanta cosa inútil por todos lados, se metían en los bolsillos, en cada charla, retazos de su corazón.

De los viejos qué decir.

Esa cuestión generacional de cierto nomeimporta que permitió que se profesionalizara el fútbol.

¿Parecerá poco?

(Mi agradecimiento a Gabriel Impaglione, escritor y periodista argentino, radicado en Italia, desde donde dirige la excelente publicación Isla Negra)

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