Si a los futboleros les dieran libertad para elegir un compañero con el que puedan hablar de fútbol, más de uno pensaría en Enrique Wolff. Su carrera como jugador registra actuaciones en clubes como Racing, River Plate, Argentinos Juniors, Las Palmas, Real Madrid y en la Selección Nacional de Argentina. Su labor como periodista deportivo desde hace 24 años, hacen de “Quique” una opinión calificada para hablar del “deporte más lindo del mundo”.
Al hablar de Wolff, es inevitable pensar en “Simplemente fútbol”, el programa televisivo que “Quique” conduce por la cadena ESPN y en el que se puede observar a los mejores jugadores del mundo. “Es un programa que me ha dado más de lo que me imaginaba, me gané cuatro Martín Fierro, muchísimos premios. Es un programa que me deleita hacerlo”.
-¿Qué persona lo influenció más en su vida?
-Mi viejo, sin dudas, porque me indicó el camino en mi vida. Me enseñó las cosas buenas y malas, dejándome elegir. Además, me avaló en todo lo que hacía y nunca me privó de nada.
-¿Cómo está compuesta su familia?
-Mi familia la componen mi señora Mara, mis 5 hijos, que son Carolina (30), Valeria (28, Juan Cruz (26), Pedro (22) y Wendy (11). Y mis nietos Agustín (5) y Joaquín (cerca de cumplir 4 años), que son hijos de Juan Cruz y Carolina, respectivamente.
-¿Es cierto que sus hijos trabajan junto a usted?
-Sí, -afirma entre risas- mi hija mayor, Carolina, es la encargada de las relaciones públicas de la empresa. Valeria hace los diseños gráficos. Juan Cruz edita los programas de televisión, y Pedro está dando sus primeros pasos en el periodismo deportivo.
-¿Qué siente al trabajar con sus hijos?
-Siento una satisfacción, porque me resulta bárbaro tenerlos siempre cerca; ya que si no están junto a mí, los extraño demasiado. Además, de lo primero que saco pecho es de mi familia.
-¿Cómo fue dejar de ser futbolista para ser periodista?
-Es una decisión. No fui entrenador porque hubo cosas en el fútbol argentino que no me gustaron cuando volví del Real Madrid. Sabía que no lo iba a tolerar como entrenador. El periodismo era algo que estaba escondido. Cuando yo jugaba, Esteban Peicovich, un periodista argentino que estaba en España, me decía que tenía que hacer periodismo. Cuando volví consulté a los periodistas de ese momento, como Juvenal o José María Muñoz. Fui a hablar con la gente que tenía confianza para ver si era cierto que tenía condiciones. Me dijeron que sí, estudié, me capacité y después tuve la posibilidad de empezar a trabajar y ya llevo 24 años como periodista, una buena cantidad y sigo aprendiendo cada día.
¿Futbolista o periodista?
-Futbolista y periodista, hace veinticinco años que hago periodismo, no soy un descolgado, hice una profesión nueva. Los jugadores tienen la opción de tener otra profesión si se lo proponen, yo elegí ésta. Y estudié. No tuve el objetivo de salir en radio o en televisión para que después un club me contratara e irme a entrenar. Nunca entrené. Fui periodista deportivo desde el primer día y voy a seguir siéndolo.
No acepto que me digan ex futbolista. No hay ex médicos, ex abogados. Cuando dejan de ejercer siguen siendo médicos, abogados. Somos jugadores, ya pasó nuestro tiempo, pero seguiremos siéndolo siempre, por ideología, por pensamiento, por lo que nos dio.
La diferencia no la proclama, se le nota: el periodismo le encanta, el fútbol le apasiona. Y, aunque no lo diga, añora los tiempos idos, las actitudes nobles de antes.
-Racing venía de ser campeón de América en Chile y le tocaba jugar como visitante contra Independiente, su gran rival. Entramos al campo y los jugadores de Independiente nos esperaban haciendo pasillo de honor, ¡cada uno con laureles en la mano! Y todo el estadio aplaudiendo. Después nos ganaron 4 a 0, pero nos hicieron sentir un respeto extraordinario.
-Parece increíble.
-En mi casa éramos todos de Racing, sin embargo cuando Independiente jugaba las copas, en el '64, '65, hinchábamos por ellos. Formamos la selección del colegio y compramos camisetas rojas porque había salido campeón y hacíamos ese famoso saludo rojo de los brazos en alto. Todo era así. No sé cuándo se cortó todo eso. Ahora se odian. Con River y Boca lo mismo, con todos...
-¿Te apasiona el periodismo tanto como el fútbol?
-No con la misma intensidad, una cosa es ser protagonista y otra verlo desde afuera, es inevitable, pero me gusta, me atrapó. Tuve grandes maestros, trabajé con gente muy importante, con todos aprendí algo. Si tenía que ir a grabar algo a las tres de la mañana lo hacía, ese fue mi camino. Le puse mucha pasión. Siempre les digo eso a los chicos en mi escuela de periodismo, al empezar el curso: si no tienen pasión por esto, vayan a otra cosa.
-No sos un ex futbolista que opina, como tantos.
-No, en la primera etapa de mi vida fui futbolista y lo sigo siendo, y ahora soy periodista. Creo que se complementan las dos cosas. El fútbol tiene una teoría y una práctica; yo la teoría la estoy aprendiendo, la práctica ya la aprobé, jugué en Racing, en River, en el Real Madrid, en un Mundial, ya está. Y tengo una cantidad de vivencias que sería un tonto no utilizarlas, porque sé las cosas que pasan en un partido, cuando la gente se pregunta qué se dirán los jugadores en ese momento, yo lo sé, porque lo he vivido, sé cuándo un jugador miente, si le duele o no le duele...
-¿Qué fútbol te gusta mirar?
-Me gusta mucho la Liga española y en general las ligas europeas porque se juegan en serio, todos contra todos a ida y vuelta, y los campeonatos son largos, como debe ser. Los primeros salen campeones y los últimos se van al descenso. No hay promedios, no hay cosas extrañas.
Esos campeonatos son los que me gustan a mí, te dan posibilidades de revancha, de jugar una vez en tu campo y otra vez en el ajeno. Me parece que es en serio y nosotros no nos damos cuenta de eso y seguimos haciendo campeonatos que no lo son y me da un poco de bronca porque tenemos jugadores y gente para hacer algo más serio. Me gustan el fútbol de España, Italia, la Bundesliga y la Liga inglesa. Los campeonatos europeos me atraen.
-¿Qué jugadores destacás?
-Todos sabemos que tenemos grandes jugadores que están en la selección, como los casos de Messi, Riquelme o Aimar, que siempre creo en ellos. Me alegro por “la Bruja” Verón, que volvió. Si tengo que hablar de un jugador que me parece diferente a todos los demás es Kaká; a mí siempre me parece que a Ronaldinho es una fiesta verlo, igual que a otros jugadores. Pero si hacemos un pan y queso, y tenemos que elegir, me quedo con Kaká.
-Como ex jugador, ¿disfrutaste el título del Real Madrid?
-Los títulos en el Madrid siempre se disfrutan. Ha sido un campeonato que más que ganarlo el Madrid, lo perdió el Barcelona. Y el Madrid es muy particular tenés que ganar y jugar bien. Este título se festejó mucho porque hacía mucho que no ganaba nada, pero si hubiese ganado los títulos anteriores, no lo hubiesen festejado de la misma manera. Los campeonatos siempre se festejan, pero el equipo no jugó bien y no mostró todo lo que debe mostrar.
-¿Cómo les puede ir a Fernando Gago y a Gonzalo Higuaín?
-Les va a ir bien porque son jugadores talentosos. Por suerte siempre algún argentino anduvo dando vueltas por ahí, todos cobijados por el gran Alfredo Di Stéfano. Pasamos muchos argentinos por ahí, a lo mejor no la cantidad suficiente, pero a todos les ha ido muy bien. Gago es un jugador que va a rendir muy bien, no era uno de los volantes ideales para el juego de Capello, pero sí lo puede ser para cualquiera de los entrenadores que elija el Madrid. Y “Pipita” (por Higuaín) rindió mucho más de lo pensado. En un equipo que decidió que se fuera Ronaldo, que para mí es uno de los grandes fenómenos del fútbol mundial, y se quedara “Pipita”, creo que eso es muy valioso.
-¿Es difícil para los argentinos insertarse en ese club?
-Hay que tener en cuenta que mi caso, como el de Valdano o el de Redondo, veníamos de jugar en otro equipo español, con lo que estábamos un poco ambientados al torneo español. De todos modos, jugar en el Madrid y en el Bernabéu siempre lleva un período de adaptación. Nosotros no lo sentimos tanto como lo sienten los que llegan de Argentina, más allá de que Gago e Higuaín jugaban en Boca y en River.
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