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Yo siempre digo que el pibe es como el asfalto fresco.
Cuando eras niño y había un asfalto fresco, pasabas y hacías una marca. Pasás cincuenta años después y la marca continúa. La mente del chico es igual. Los ejemplos, los conceptos que vos le das en la etapa de formación, les quedan para toda la vida.


(GUSTAVO ALFARO, entrenador argentino)

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Corazón marrón y blanco (Luis Alberto Méndez - Argentina)


¿Cómo no acordarme de la primera vez que la ví? Me pareció gigantesca, un monumento de la perfección. Yo tenía unos siete u ocho años. Una de las puertas laterales estaba abierta y con mi viejo nos metimos. Despacito, con cuidado, para que no se arruinara. Claro si era nueva. Estaba en plena construcción. La gramilla era tan verde que daba la sensación de nunca terminar. Lo mire al viejo y me pareció que se secaba una lagrima. Ahí me hablo por milésima vez de Manuela Pedraza y Crámer; del velódromo, el primero de la ciudad; del burro debajo de la tribuna. De cómo iba caminando con mi abuelo hasta la cancha. De tantas historias parecidas a tantas otras.

A mí me gustaba subirme al tanque de agua y mirar desde ahí como trabajaban. Era una sensación hermosa. Me sentía como en mi casa. Pero lo mejor fue cuando empecé el Cuerpo de Cadetes, un lugar donde te probabas en varias especialidades y de ahí a los inferiores. A mi me mandaron a fútbol, y nos llevaban a entrenar a la cancha. Justo cuando hacia la recuperación el "Negro" Juárez, después de una lesión que le produjo un arquero. ¡El "Negro" Juárez, que era un ídolo! Los pibes le corríamos alrededor y lo matábamos a preguntas. Y él, con una paciencia admirable, nos contestaba a todos.

Son miles de recuerdos los que vienen a mente. Como no acordarme de la tubular. El día que me entere que la sacaban sentí que me arrancaban una parte, un pedazo de mi historia. Me acuerdo el sonido de las chapas cuando la hinchada empezaba a saltar. Creo que amedrentaba a los rivales ese ruido de tropilla al galope. Era la época que llevar banderas no molestaba. La popular se vestía de gala todos los domingos, bañada en blanco y marrón, matizada con los colores de algunas banderas ajenas, recuerdos de “encuentros” con “amigos”. Alentando al equipo desde que salía a la cancha hasta el último minuto. Siempre con mi viejo y mis hermanos, soñando con vivir momentos de gloria.

Y hoy, acá estoy. Solo, parado frente a la pelota. Con las pulsaciones al ritmo de un formula uno. Sabiendo que lo único que nos separa de la gloria es ese maldito arquero. Si, nos dieron un penal a dos minutos del final. El gol nos da el campeonato. ¡EL CAMPEONATO!, el primero de nuestra historia. Y el técnico, no sé si en un arrebato de locura o de confianza, dijo que lo pateara yo. Me parece increíble. De frente a nuestra hinchada. Me parece distinguir entre la multitud a mi hijo junto a mis hermanos. Sé que en la platea está mi viejo con mis sobrinos. Y en aquella nube seguro está mi abuelo alentándome, el iniciador de esta familia de calamares que crece con los que van viniendo. De pronto un silbido me trae de vuelta a la realidad. El árbitro dio la orden. Estoy decidido a pegarle abajo a la izquierda. Siento la tensión en las piernas. Corro, me afirmo junto a la pelota y saco un tiro fuerte y seco. Silencio. Son segundos que parecen una eternidad. Y entonces, la red que abraza al balón, acariciándola, dibujándole una sonrisa inmortal. El grito que bajó de la tribuna se coló por cada uno de mis poros produciendo una explosión que casi me desmaya. No sabía como festejar. Corrí, con la boca llena de gol. Quería abrazarme con todos, sabia lo que sentían porque yo sentía lo mismo. Me arrodille y se lo dedique a él, que sí estaba sentado en esa nube. Claro ahora saltaba de alegría, abrazado a un Polaco loco que también sonreía.

Los festejos fueron interminables. La vuelta olímpica, las bengalas, fuegos artificiales, los cantos de la hinchada que no paraban. Pero una vez terminado todo y caminando por Zapiola con mi viejo, mi hijo y mis hermanos mire una vez mas al cielo y una estrella resplandeció con fulgor, enviando un saludo eterno. En ese momento observé a mi hijo y me sonrió con ternura. Quien podía negar que somos una familia calamar. Es que la unión que establece Platense no conoce de fronteras ni de edades. Porque el corazón marrón y blanco no desaparece con la muerte. Vive en cada uno de aquellos que cada fin de semana pueblan la Roberto “Polaco” Goyeneche.


A mi abuelo Horacio

A mi viejo


(Mi agradecimiento al autor y a la gente del Club Atlético Platense por autorizarme a la publicación de este cuento)

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Este fue el diálogo sostenido entre el relator y periodista Fernando Solabarrieta y el comentarista y ex futbolista Patricio "Pato" Yáñez, durante la transmisión de un partido de la Liga Inglesa para la Televisión Nacional de Chile:

"Oye Pato que es buenmozo Beckham"

Yáñez se quedó callado, a lo que Solabarrieta insistió, "Pero mira Pato si es buen mozo..."

A lo que Yáñez respondió, "No, a mí me gusta Van Nistelrooy..."

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El fútbol, a Dios gracias, no es una ciencia; dentro de él todo precepto es indemostrable; todo lo que se diga es pura especulación que se destruye a menudo en el último minuto de un partido o de un campeonato.

(LUIS H. ARISTIZÁBAL, crítico literario colombiano)

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Poco a poco tenemos que enseñarle a los Estados Unidos que este es el mejor juego del mundo.

(JOHAN CRUYFF, ex jugador y técnico holandés, declarando en 1978 a poco de su arribo para desempeñarse en el fútbol estadounidense)

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Entrevista a Joao Havelange


Una mañana de Mayo en Zurich. Son las once clavadas cuando, con puntualidad suiza, se abren las puertas del gran salón. El anfitrión se adelanta, con paso firme y una sonrisa protocolar abierta en el rostro surcado por las arrugas, para franquear la entrada en su despacho. Su mirada azul profundo es un enigma que inquieta, como si la seguridad y la confianza en sí mismo que le cuadran a un hombre de acción, guardaran celosamente las huellas de una vida intensa. "Acabo de cumplir 81 años y estoy feliz de haber llegado bien a esta edad", anuncia, mientras invita a tomar asiento.
Para muchos es el hombre más rico del Brasil. Para otros, además, presenta una trayectoria salpicada por la corrupción. Joáo Havelange es, sin lugar a dudas, uno de los hombres más poderosos del mundo y el principal responsable de que el fútbol se convirtiera en un negocio a escala planetaria y la FIFA en una de las multinacionales que más factura.

• El hombre que vendió el fútbol

Habla pausado, responde con firmeza y, con algunas breves inflexiones de su voz, les da a entender a quienes lo conocen (en este caso a Andreas Herrén, encargado de prensa de FIFA, presente en la entrevista) cuál es su estado de ánimo en cada circunstancia. A quienes no lo conocen en profundidad, no se les escapará, de todos modos, que están frente a un hombre acostumbrado a negociar con sus pares y a imponerle su voluntad al resto. Sin demasiados márgenes.

Ya van 23 años que usted está al frente de FIFA. Con muchos dólares y muchas polémicas de por medio, ¿qué destacaría a la hora de hacer un balance?

Las polémicas nunca faltan, forman parte del fútbol. Lo concreto es que cuando me hice cargo la FIFA no era nada. Apenas si había dos competencias, la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. Los Juegos eran un torneo falso en el que los equipos del Este salían a la cancha con veteranos de 30 años y los demás países con chicos de 19 porque no se podía jugar con profesionales. El fútbol no tenía valor y la FIFA no daba nada. Cada vez que una selección debía desplazarse, tenía que pagar todo. Nosotros impulsamos un nuevo sistema financiero, tratando de conseguir sponsors. Hoy, cada cuatro años hay diez mundiales: uno de mayores, dos Sub 20, dos Sub 17, dos de fútbol femenino y, el último en nacer, la Copa FIFA-Confederaciones, que se disputará del 11 al 21 de Diciembre de este año en Riad, Arabia Saudita.

¿Cómo se traduce en números el cambio realizado durante su gestión?

En primer lugar, ahora la FIFA les paga a todos los países los pasajes de avión, la estadía en hoteles cinco estrellas, el transporte de corta y larga distancia y la alimentación. En el Mundial 98, además, se le dará un millón de dólares a cada selección por partido que juegue y para el sorteo, que se hará en Marsella el 4 de Diciembre, cada uno de los 32 equipos participantes recibirá 525 mil dólares. Estoy convencido de que en la actualidad el fútbol es el patrón más grande de la industria en el mundo. Da empleo a casi 200 millones de personas y, a pesar de las nuevas tecnologías, sigue teniendo al hombre en el corazón de su desarrollo. Como organización, me atrevo a afirmar que la FIFA es la multinacional más grande del planeta, Tomando en cuenta todos los rubros (ventas de entradas, merchandising, derechos de televisión, sponsoreo), sumando todas las competencias que dependen directa o indirectamente de FIFA, la facturación anual ronda los 250 mil millones de dólares. Si tenemos en cuenta que la General Motors, probablemente la empresa más grande del mundo, mueve 160 mil millones por año, nos podemos dar una idea de la magnitud de FIFA y de la importancia de nuestro trabajo para haberlo conseguido.

¿Le quedó algo por hacer?

Mejorar el tema de la violencia, porque el fútbol tiene que hermanar a los pueblos. Aunque hay que destacar que la mayor parte de los incidentes tienen lugar fuera de la cancha, donde no tenemos injerencia.
Lo que pasó hace poco en La Paz y Asunción por las eliminatorias para el Mundial de Francia puso en primer plano la violencia dentro de los campos de juego.
Yo todavía recuerdo lo que pasó entre Santos-Milán y Estudiantes-Milán por la Copa Intercontinental. Pasaron 30 años y el fútbol sigue siendo una pasión desbordante. Nuestra responsabilidad es que la pasión mala no le gane a la buena. En esa dirección, creo, apuntaron las sanciones que tomó la Comisión Disciplinaria luego de los incidentes entre Bolivia y Argentina y Paraguay y Colombia. Estoy convencido de que este tipo de incidentes no volverán a repetirse en el curso de la eliminatoria.

• Los herederos del trono

Opiniones a un lado, es indiscutible que el poder que representa FIFA (cuyas decisiones en materia de fútbol muchas veces desconocen las legislaciones y los tribunales nacionales) se ha convertido en un hueso muy tentador. Luego de que Havelange anunciara su decisión de no presentarse para un nuevo período, comenzaron a urdirse conjeturas sobre quién será el heredero del trono. Los europeos quieren recuperar el cetro y por ahora son los que tienen más chances, con la candidatura del presidente de la UEFA, el sueco Lennart Johansson, a la cabeza. Pero aún queda un camino largo por andar. Por Sudamérica correrían dos nombres: Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y yerno de Havelange, y Julio Grondona. El brasileño, además del parentesco, tiene una contra difícil de superar: está siendo investigado por la Cámara de Diputados de su país porque se lo vincula con una serie de denuncias contra el tribunal de árbitros, al que se sospecha de haber digitado designaciones de jueces para manipular los resultados de algunos partidos.

¿Cómo ve el panorama político en el interior de FIFA cuando falta poco más de un año para que expire su mandato?

Antiguamente los europeos eran quienes decidían y el fútbol era, puedo decirlo, un fulbito de nada. En 24 años hicimos un cambio profundo y drástico y querría que se continúe con esa línea, pero no sé quién será mi sucesor. Por ahora hay un solo candidato, el doctor Lennart Johansson, pero hay tiempo para que cualquier otro pueda presentarse. El cierre de la inscripción es el 8 de Abril de 1998, dos meses antes de la elección, que tendrá lugar el 8 de Junio.

Se habla de dos candidatos sudamericanos con posibilidades. Teixeira, compatriota y pariente suyo, y Julio Grondona...

Yo comuniqué el 7 de Diciembre del año pasado en Barcelona, mi decisión de no volver a postularme y no pienso entrar en las disputas por la sucesión. Creo que los continentes deben saber qué hacer. No es mi problema que se hagan o no alianzas. Respecto de los nombres de Sudamérica, hay varios hombres con capacidad para tomar la posta. Sin lugar a dudas, Julio Grondona tiene todas las cualidades para llegar a ser presidente de FIFA. Por lo que representa la AFA dentro del fútbol mundial, creo que sería un dignísimo sucesor. Es un hombre extraordinario, muy respetado en el ámbito internacional, un gran conocedor del fútbol y, por sobre todo, un muy buen amigo. Repito: tiene todo para ser presidente de FIFA.

• Diego fue

En lo que tiene que ver con nuestro país, hay dos temas calientes para tratar con Havelange: el Mundial 78 y los conflictos con Diego Maradona. Luego de realizada la entrevista, se conoció la opinión desfavorable del presidente de la FIFA, miembro a su vez del Comité Olímpico Internacional, sobre la candidatura de Buenos Aires para los Juegos Olímpicos del 2004.

Diego Maradona anunció su sexto regreso al fútbol profesional. ¿Qué sensación despierta esto en usted?

Quiero ser sincero. Maradona tiene casi 37 años, por lo que me parece mejor hablar de su pasado futbolístico que de su presente o su futuro. En su época fue el mejor jugador del mundo, pero eso quedó en el pasado, ya no volverá a ser el que fue. Es imposible, la edad es la edad y no tiene retorno. Aunque, sin dudas, está en un club importante como Boca y quizá pueda ofrecer algo de lo que supo mostrar. Le deseo que le vaya lo mejor posible.

Su figura no es muy popular en Argentina. ¿Lo atribuye al hecho de ser brasileño, rival histórico en el continente, o a las sanciones por dóping a Maradona y Caniggia?

Yo dirijo el fútbol de todo el mundo, no me puedo parar por un problema de A o de B. Tengo que aplicar el reglamento y el estatuto. Es mi función y es lo que hice. Probablemente la prensa de cada país le da una interpretación distinta a esto y presenta mi imagen de acuerdo a esa interpretación. El pueblo argentino, la gente que yo conozco, y que es mayor de edad, me tiene respeto y sabe valorar lo que hice para que Argentina no se quedara sin el Mundial 78. Cuando faltaban un año y 8 meses para la inauguración, fui a ver al presidente argentino de aquella época, el general Videla y le dije: "Mire, este es el último momento". Aún recuerdo su respuesta. "Doctor Havelange -me dijo Videla-, no le daremos la mejor Copa del Mundo, pero sí le daremos una muy buena". Y así fue. A pesar de la difícil situación política, no hubo problemas. Argentina no tenía televisión color y la instaló. Tenía muchos problemas internos que se pararon gracias al fútbol. Se construyó un centro de prensa espectacular para la época y, sobre todo, Argentina terminó ganando la Copa porque presentó un juego ofensivo de alta calidad. En cuanto a Maradona, el único culpable de lo que pasó en Estados Unidos fue él. No fui yo quien tomó las drogas, fue él. Es un gran jugador, pero no supo comportarse como lo indicaban los reglamentos.

En algún momento se habló de un pacto tácito para que Diego estuviera en una Copa huérfana de ídolos...

Eso lo quiero desmentir de una vez por todas. Maradona ya había tenido un problema de doping en Italia y volvió a jugar. Convocado por el técnico de la Selección Argentina, concurrió al Mundial 94 y pasó lo que pasó. Yo no fui la persona que sacó las pelotitas del sorteo ni el químico que hizo los análisis. La prensa quiso crear un escándalo, pero nadie le había pedido nada a nadie. Un jugador debe conocer los reglamentos de una competencia y respetarlos. Uno no está obligado a participar, pero sí a respetar las reglas del juego.

¿Está al tanto de los cuestionamientos al rigor de los procedimientos con que se realiza el control antidoping en Argentina?

Esa es una cuestión interna de la AFA. Como cualquier asociación en el mundo, la AFA está obligada a respetar las disposiciones de FIFA, pero tiene su autonomía. Es un problema interno argentino y todo está superado, de acuerdo a las informaciones que me llegaron de Buenos Aires.

Volviendo a Maradona. Si volviera a cruzarse con él en la calle, ¿lo abrazaría de nuevo?

Con la diferencia de edad que existe entre nosotros, Diego puede ser mi hijo... fácil. Y un padre nunca dejaría de abrazar a un hijo. Como tampoco dejaría de darle un buen consejo. Para mí, Maradona era y es como un hijo más.

Los elegidos del Zar

Mi primer partido

Fui a la cancha por primera vez cuando tenía diez años, allá por 1926. Jugaban Fluminense, mi club de toda la vida, y el Motherwell, un equipo de Escocia que por aquel entonces era uno de los más famosos del mundo y que ahora, por cierto, ya no tiene la misma celebridad.

El mejor partido

No tengo dudas de que fue Brasil-Perú en el Mundial de México de 1970. Ese 4 a 2 fue inolvidable. Los jugadores de ambos equipos tenían una calidad excepcional. Inolvidable.

El mejor jugador

Es una elección muy difícil. Hubo uno, cuando yo era muy joven, que me impresionó muchísimo. Se llamaba Domingo Da Guía. Jugó en el club de la ciudad donde vivía, Bangú. Después pasó por Vasco Da Gama, Flamengo, Nacional de Montevideo, Boca Juniors y Corinthians. En todos los clubes en los que estuvo fue figura y campeón.
Luego, vi a dos fenómenos: Pelé y Maradona. A Diego lo vi por primera vez cuando tenía 19 años y formaba una dupla de gran nivel con otro pibe que era excepcional, Ramón Díaz. Fue en Tokio, entonces, cuando empecé a apreciar la calidad de Diego. Era un mago con la pelota. Un maestro que se convirtió en fenómeno en México 86.
Después hay otros: Yashin, un arquero extraordinario, Cruyff, Di Stéfano...

Un recuerdo

Mi carrera futbolística. Empecé de jovencito en el Fluminense. Fui campeón de Río de Janeiro en la categoría juvenil. Mi puesto era de central izquierdo en la defensa. Debía ser bueno porque a los 16 me quisieron llevar a la Primera del “Flu”. No pudo ser porque en el año 32 llegó el profesionalismo a Brasil y mi papá, que era ingeniero y un apasionado del deporte, me pidió que abandonara.

Otro deporte

El waterpolo. Cuando dejé el fútbol me dediqué a ese deporte. En 1936 participé en los Juegos Olímpicos de Berlín (los Juegos mejor organizados de la historia) con el equipo de natación. Practiqué waterpolo hasta el año 54, en que me retiré con 38 años. Jugué en Botafogo, en el Esperia de San Pablo y terminé en Fluminense. Fui campeón de Río, San Pablo y Brasil. Con la selección fui campeón y subcampeón sudamericano.

Un jugador actual

Ronaldo. Tiene todo para ser uno de los campeones del futuro. Practica un fútbol muy lindo. ¡Lástima que le peguen tanto! No se puede comparar con Pelé porque se trata de épocas diferentes. Para que nos hagamos idea, en el Mundial 86 los árbitros corrían un promedio de 6 kilómetros por partido. En el de 1994 la cifra subió a 15 kilómetros; ni qué decir lo que habría sido en el 70.


(entrevista tomada de la revista argentina “Mística”, del 17/05/97)

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Diego Maradona es un personaje único. No hay otra figura que genere la popularidad y la excitación que él provoca. Me siento muy afortunado porque me abrió su corazón. El sabía que yo no haría nada en su contra. Muestro todas las facetas de su personalidad, lo que hizo en el pasado con las drogas y su relación de hoy con su familia. Muy pocos saben cómo es Maradona en realidad. Se lo conoce como un excéntrico jugador de fútbol pero yo lo muestro como un ser humano.

¿Cuál fue el desafío más grande a la hora de hacer el documental?

Todo fue muy excitante. Muchas veces no pude ni siquiera verlo porque él estaba en otro lugar. Eso me dio la idea de introducirme a mí mismo en el filme y experimentar lo que es estar cerca de una leyenda. Comparando sus raíces con las mías fue el mejor modo de reconocerme a mí mismo. Estar donde él nació fue un gran desafío.

¿Qué es lo que más te gusta del documental?

La libertad con la que él dice lo que piensa. Es inusual tener a una estrella del fútbol hablando de política, de los capítulos más controvertidos de su vida y terminar en una discoteca, como lo hicimos, en Cocodrilo. Nunca ví nada igual. Bucear por los espacios de Diego, ésa fue la cuestión. Aun cuando la leyenda se iba agigantando por alguna agenda incontrolable o los destiempos que manejan la vida de Maradona, que hoy está y mañana, quizás. Pero siempre bajo el signo de lo inconmensurable. Por caso, volver a Nápoles, ciudad donde gobierna sin otro cetro que la pasión de sus tifosi, fue un punto alto. Diego regresaba para el partido despedida de su amigo, Ciro Ferrara. Pero la ciudad, el estadio San Paolo, escenario de sus más hermosas proezas con la número cinco, se eclipsaron con su sola presencia. Todos querían tocarlo, abrazarlo... El estadio hervía a fuego lento. "Ho visto Maradona..." fue el canto sinfín por las calles bendecidas por la sangre de San Genaro.

(EMIR KUSTURICA, cineasta bosnio, sobre el protagonista de su documental Diego Maradona -recientemente presentado en Cannes-, en declaraciones a la revista argentina "Viva" del 8 de Junio de 2008)

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El fútbol es mi vida y cuando no juego me siento como muerto.

(STEVAN STOSIC, futbolista serbio)

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Para mí el balón es un diamante. Si tienes un diamante, no te lo quitas de encima, lo enseñas.

(GLENN HODDLE, ex internacional inglés)

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Estadio nocturno (Günter Grass - Alemania)


Lento surgió el fútbol desde el cielo.

Entonces pudo verse, que la tribuna estaba llena.

Solitario el poeta, se colocó en la portería,

pero el árbitro silbó: Fuera de lugar.

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"En eso se han convertido. En niños muy enfadados. Enfadados y aburridos. Son los cachorros de esos energúmenos que afónicos, congestionados, los azuzan desde la banda empujándoles al combate, anticiparse a la ley de Talión como si la supervivencia de la especie y el honor de la familia estuviesen en juego. Son el pedacito de las entrañas de esas delicadas señoras en traje de chaqueta que ponen en duda a gritos la honorabilidad y las costumbres sexuales del de negro, del vecino o de quien se tercie. Son los alumnos de esos zancarrones, de esos maestros en ciencias o artes de las que entienden poco, que desde el fondo impecable de sus Adidas rebuznan a los niños jugadores que bajen todos. Pero esos chicos, zancarrón.... sus hijos, señoras y caballeros, están proyectados para jugar. PARA JUGAR POR JUGAR. Para divertirse jugando. No les anticipen el muermo. No los conviertan en aburridos prematuros, que de eso, con el tiempo, ya se ocupa la empresa. ...HAGAN EL FAVOR DE TRATAR MEJOR A ESOS CHICOS".

(Joan Manuel Serrat, cantante y compositor catalán. Prólogo para el libro "Fútbol sin trampa" de Cesar Luis Menotti y Ángel Cappa, 1986)

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Es mejor tener diez jugadores desorganizados, que diez corredores organizados.

(ROBERTO BAGGIO, ex jugador italiano, 13/05/00)

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Cuando un arquero te sale de frente hay que tirarle la pelota siempre a un metro de las piernas, porque por la bisectriz que se genera entre los palos y la pelota, es muy difícil tirarla afuera y es imposible que el arquero gire y la pueda agarrar. Le quedan lejos de la pelota los pies y las manos.

(JOSÉ “Toti” IGLESIAS, ex goleador del fútbol argentino)

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Feel the rush (Shaggy - Jamaica)

* Letra + Video de la Canción oficial de la Eurocopa 2008

You lied out on the couch
Kissin me from head to toe.
You breathin hard like
Your oxygen cuttin low.
I grab my bare dick and
And in my skin we feelin good.
Im lickin round your nipple
Dick harder than some wood.
I started sucking on your bellybutton
With some ice.
Say ohhh yea
Baby girl i know your feeling nice.

Feel the rush
Feel the rush
When lovin you and me.
We feeling good
Like we trippin off that X-Ta-C.

You gotta
Feel the rush
From off one touch.
Give me one kiss
Got my dick standin up.
If you don’t wanna do it all night
You outta luck.
I wanna make love, have sex,
And the fuck.
And we can do it all night
Without the lights
And if it’s tight
Don’t worry i’ll make it right.
It’s like we floatin
Off that X-Ta-C
High as a kite.
And I don’t eat xxxxx girl
But tonight I might.
I wanna hit you from the front
And behind.

And we can do it anywhere
Wateva’s on your mind.
Just sit back and recline
It’s my time to shine.
Make you xxx first girl
Before I get mine.
You need to
Let me know
What’s your fantasy
And i’ll fulfill
Every need
That you plan to see.
It’s alright if i aint yo
Man to be.
But i promise girl keep it between
You and me.
You need to...

Say no mo playing tongue
I’ll end up playin wit yo clit.
You scream my name
Say MARKUS!
Please give me dick.
I don’t wanna rush
Baby girl let’s move it slow.
We hittin foreplay
As we walk through the door.
OOHH BABY
OOHH BABY
OOHH BABY
Got me feelin good.
Say feel the rush
Feel the rush
Comin from my wood.


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Diego el futbolista (Rodrigo José Andrade Calderón - Bolivia)


* cuento infantil

Era un pueblo pequeño lejos de la ciudad con pocos habitantes y mucha pobreza.
En la familia del campesino más pobre el menor de los hijos soñaba con llegar ser algún día, "jugador de fútbol" de un equipo famoso.
Diego, jugaba en su pequeño patio con una pelota de trapo, no era muy buena pero para él era la mejor pues la había hecho con sus propias manos.
Pronto aprendió a jugar muy bien de tanto entrenar a escondidas de sus padres pues para ellos era una pérdida de tiempo patear una pelota en lugar de trabajar para poder ganar dinero.
Un día lo descubrieron y ese fue el más triste de su vida pues lo pegaron y lo que es peor botaron su pelota muy lejos, Diego lloró muchísimo.
Para cumplir su sueño sólo le quedaba una salida por lo que decidió escaparse.
Tuvo mucho miedo, se sentía solo y con mucha hambre pero nada borraba de su mente y su corazón el sueño de llegar a ser "el mejor futbolista", se fue para el estadio más importante de la ciudad y allí consiguió el trabajo de pasapelotas, consiguiendo así no sólo dinero sino muchos amigos futbolistas que lo ayudaron a ingresar a una importante academia de fútbol teniendo apenas 14 años.
Diego ya estaba a punto de hacer realidad su sueño, después de transcurridos los años, con mucho esfuerzo y disciplina logró ser muy buen jugador, ingresó a la Primera División del Club Bolívar y allí tuvo tanto éxito que lo contrataron en River Plate de la Argentina donde jugó por tres años.
Luego viajó a Europa para jugar en el Arsenal de Inglaterra, pero se lesionó y estuvo lejos del fútbol por un tiempo. Se recuperó y siguió jugando. A pesar de que su sueño se hizo realidad no podía dejar de pensar en su familia.
Diego tenía 28 años cuando volvió a su pueblo, al principio nadie lo reconoció, pero fue inmensa la alegría de su familia al volverlo a ver y de saber lo que había sido de él.
Diego les había demostrado que también se podía ganar dinero jugando fútbol. No sólo había cumplido con su sueño sino con su familia pues los ayudó a salir de la pobreza.

ESTA HISTORIA NOS DEMUESTRA QUE SI LUCHAMOS POR NUESTROS SUEÑOS ESTOS PUEDEN SER REALIDAD SI TRABAJAMOS CON ESFUERZO, DISCIPLINA Y DEDICACIÓN Y QUE CON EL FÚTBOL TAMBIÉN SE PUEDE GANAR.

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El rol del técnico a veces se torna insoportable. Hoy es asistente social, motiva, cuenta cuentos, entrena, tiene que ser ajedrecista durante el partido, lo llaman los jugadores en las vacaciones porque tienen conflictos con el contrato. Llega a la mañana al entrenamiento y tiene treinta problemas: un jugador está lesionado, el otro tiene enferma a la hermana, y así. Yo me retiré de la profesión por eso, hay que ser entrenador las 24 horas los 365 días del año. Y aunque el entrenador tenga ayudantes, tenga un equipo de trabajo, son muchos los problemas que debe afrontar: la relación con la prensa, la dirigencia, el plantel, su propio cuerpo técnico, la hinchada. Porque además tiene al barra brava que le pincha la goma del auto cuando el equipo no gana. Creo que es un rol muy loco, que da muchas ganas de agarrarlo porque da poder. Y además, genera esa adrenalina de caminar por la cornisa que se extraña cuando no se tiene. Pero por el otro lado te devuelve cada cachetazo tremendo.

(ROBERTO ALFREDO PERFUMO, ex futbolista y comentarista de TV argentino)

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La televisión argentina exprime el jugo que le queda a Maradona. Los programas de todo tipo que pierden audiencia viajan a Cuba, la tierra prometida, para que el mesías del fútbol les dirija la palabra a sus fieles. Maradona cobra entre 40.000 y 50.000 dólares por entrevista, pero rinde entre ocho y diez puntos en el porcentaje de audiencia.

(Diario AS, de España, viernes 16 de Junio de 2000)

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El niño que descubrió a Kenny Dalglish (Pablo Malagón - España)


Se levantaba en silencio cada sábado de madrugada, intentaba pasar desapercibido en el silencio de la noche cada vez que ponía los pies en el suelo y se agachaba para avanzar a gatas hacia el salón. Con el objetivo del botón del televisor entre las cejas, Pablo buscaba en el umbral del sueño un nuevo motivo para seguir soñando con goles vestidos de color rojo.
La primera vez que lo vio disfrutaba los placeres del permiso paternal. Era sábado, uno de aquellos sábados de los ochenta en los que la televisión pública programaba partidos de la liga inglesa para rellenar las horas de madrugada. España estaba repleta de locos por el fútbol que sintonizaban cada sábado el partido de turno soñando con cantar algún día desde aquellas gradas llenas de vida y pasión. Pablo no era tan aficionado entonces, sobre todo porque era un niño que entendía poco más que el gol como símbolo principal del deporte que hacía de su padre un forofo más cada domingo de transistor pegado a la oreja.
Aquel sábado jugaba el Liverpool. Pablo lanzó un par de miradas furtivas al televisor e intentó reconocer a algún futbolista entre el fondo verde de la pantalla. Sus únicos recuerdos futbolísticos no eran muy lejanos. Apenas un año atrás había seguido, pegado al televisor en color que acababan de comprar sus padres, los partidos más importantes del mundial disputado en España. En su cabeza sonaban los ecos de algunos nombres ilustres; Maradona, Zico, Platiní, Rossi. Ninguno de ellos disputaba aquel partido de madrugada. Un partido que ya había sido jugado pero que era presentado al país como el ejemplo perfecto del fútbol triunfante más allá de la península ibérica.
Sus padres no decían nada. Jugaban una partida de parchís con una pareja de vecinos. Pablo permanecía sentado en el suelo, con las piernas cruzadas y con la mirada puesta en el televisor. Estaba descubriendo algo nuevo. Era otro fútbol. Inmediatamente se identificó con el equipo vestido de rojo. El público empujaba, los jugadores jugaban hacia delante y el número siete anotaba goles con la frialdad con la que el ejecutor cumple una sentencia de muerte.
La televisión sobreimpresionó su apellido y a Pablo se le clavó aquel nombre a fuego dentro de su memoria. Dalglish. A partir de entonces, cada vez que bajara al descampado que había enfrente de su casa y afrontara el reto de un nuevo partido rodeado de pequeños y futuros amigos, jugaría con el futuro señalándose en el pecho como el Kenny Dalglish del barrio de San Isidro.
Desde aquella noche se saltaba todas las normas y permanecía despierto, jugando con disimulo a dormir plácidamente, hasta que quería creer que la casa permanecía en silencio y sus padres se habían marchado a dormir. Cada sábado, Pablo gateaba en silencio buscando un partido del Liverpool en el televisor. El chispazo que hacía arder el aparato en un nuevo encendido, penetraba en su pecho con un hilo de esperanza; algunas veces, estaba allí Kenny Dalglish, esperándole inquieto para saldar de una vez todas las cuentas pendientes con el portero rival. Cuando no era así, la desazón invadía su garganta y se devolvía como un pelele sin fortuna al calor de sus mantas.
Esperar a que llegase un nuevo sábado se había convertido en uno de los oficios más trascendentales en la vida de Pablo. Por las mañanas volaba hacia Anfield sobre el cielo de su imaginación, por las tardes dibujaba goles en un papel mientras sumaba cifras y enjugaba formas verbales y por las noches soñaba con su propia fortuna lejos de su cama. Cuando llegaba el sábado jugaba al fútbol sin cesar y cuando la noche aplacaba cada uno de los movimientos de la calle, gateaba en silencio hacia un nuevo sueño, un nuevo gol, un nuevo motivo para entender el fútbol de otra manera.
La vida, la concepción y los andares de Pablo cambiaron para siempre desde aquella noche fortuita en la que descubrió a Kenny Dalglish.

(Mi agradecimiento a Pablo por autorizarme a publicar este bello cuento sobre este tremendo jugador británico. Muchas gracias por tu amabilidad Pablo!!)

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Este partido no lo levanta ni Raquel Daruech desnuda... (silencio incómodo)... ¡uy, me equivoqué!... ¡quise decir Raquel Welch! ¡Por favor! Le pido disculpas a nuestra compañera de TVEO!

(Memorable lapsus del relator uruguayo Alberto Sonsol, en un partido de Peñarol por la Copa Libertadores, confundiendo a la incomparable actriz de origen boliviano con la periodista del canal TVEO de Uruguay)

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El fútbol no tiene secretos, simplemente hay que pensar.

(VALERI LOBANOVSKY, entrenador ucraniano)

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Para algunos, lo de antes es leyenda, incluso una gran mentira que ha ido creciendo en la imaginación de la gente. Son los que, si no lo ven, no lo creen. Por suerte, estamos los que creemos sin ver. Nunca el fútbol habrí­a sido grande sin el antecedente de grandes jugadores.

(ENRIQUE "Quique" WOLFF, ex jugador argentino, "Simplemente fútbol", Rosario, Ameghino, 1997: cap. "Jugadores de ayer, de hoy y de siempre", pág. 116)

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RULETEROS - Everton (Chile)


Lejano está ese 24 de Junio de 1909, cuando en una casa del Cerro Alegre, de Valparaíso, un grupo de hijos de inmigrantes ingleses, provenientes de la clase alta y media de Viña del Mar y Valparaíso, impulsados por David Foxley Chapman, decideron fundar un club deportivo.
Nacía así el "Everton Football Club", por el entusiasmo y dedicación de los hermanos David y Arturo Foxley, Frank y Hugh Boundy, Percy Holmes, Malcon Fraser y los hermanos "chilenos", Abelardo y Carlos González, entre otros, según cuenta la leyenda oro y cielo.
El flamante monarca del fútbol chileno fue fundado con la característica de ser un club cerrado, aristocrático e integrado en su mayoría por jóvenes de ascendencia británica de la alta sociedad, que eran ejecutivos y empleados de las casa comerciales inglesas de la zona. Nostálgicos de su tierra natal e impresionados por la campaña invicta que ese mismo mes hizo en Argentina el Everton de Liverpool, decidieron copiar el nombre. Una versión más romántica precisa que la denominación salió del envoltorio de unos caramelos-toffies británicos.
Originalmente el club, fue un compendio de diversas disciplinas deportivas, destacándose el tenis y el rugby, para dar paso al fútbol.
El primer presidente fue Francisco Boundy, mientras que David Foxley fue designado Presidente Honorario.
La primera controversia fue por la elección de los colores, pues no hubo acuerdo. Un socio propuso los de la bandera del primer barco que llegara al puerto, y como lo hizo una nave sueca, se optó por el azul y amarillo.

Clásico Porteño durante el amateurismo

El tradicional rival de Everton es Santiago Wanderers, los primeros enfrentamientos entre ambos datan de los años 1910, período en el cual Everton ingresó a la Football Association of Chile.
La rivalidad con el club “caturro” comenzó a gestarse hacia la segunda mitad de los años 1930 y se vio intensificada con el traslado de Everton a Viña del Mar. El primer encuentro en el fútbol profesional aconteció el 9 de Julio de 1944 con triunfo de Everton por 2 tantos a 0.
En las décadas siguientes existió una paridad casi absoluta entre ambos equipos registrándose entre 1944 y 1972, 65 encuentros por Primera División con 24 triunfos de Everton y 23 de Wanderers. Esta tendencia comenzó a romperse durante la década de los años 1970, en la cual Everton consiguió una racha de 7 victorias consecutivas, lo que le valió lograr una ventaja en el balance histórico que mantiene hasta la actualidad.
En total por la serie de honor se han enfrentado en 91 oportunidades. Everton ganó en 35 y Wanderers en 29, finalizando los 27 encuentros restantes en empate. Por partidos oficiales (considerando Copa Chile y Campeonatos de Apertura) han jugado 137 veces con 54 triunfos de Everton y 46 de Wanderers.
La máxima goleada de Everton frente a su tradicional rival por partidos de Primera División ocurrió el 3 de Agosto de 1952, fecha en la cual Everton se impuso por 5 tantos a 2 con anotaciones de René Meléndez, Elías Cid, José María Lourido y Adolfo Rodríguez.

El fútbol: los comienzos

El fútbol se afilió en 1911 a la "Football Association of Chile" y decayó, hasta que en 1925 Ives Becke lo hizo renacer con la ayuda del Argentino José Luis Boffi.
En 1926, con una visión más amplia para el futuro institucional, se abrieron los registros a todos los jóvenes deportistas que desearan ingresar. Así se rompía el privilegiado círculo y los apellidos aristocráticos se confundían con los criollos.
El uniforme también sufrió cambios. El antiguo (en realidad nunca se definió un traje determinado para el comienzo) se reemplazó por uno nuevo, que estuviera más de acuerdo con las nuevas estructuras del deporte, fue así como se adoptó la camiseta definitiva, la azul con franja amarilla, que se inspiró en la de Boca Juniors y la trajo José Luis Boffi luego de un viaje a Buenos Aires, además los colores correspondían a los ya elegidos como los institucionales.
Se volvió a fojas cero con el balompié en 1933, cuando la directiva decretó un receso pues se sintieron perjudicados por los arbitrajes. Y dos años después (1935) Everton pasó a Viña del Mar abandonando Valparaíso. En 1936 resurgió el fútbol con una novedad: un equipo formado por 10 peruanos y un arquero argentino. Este plantel desapareció luego de tres temporadas y en 1938 fue bautizado como el equipo "Oro y Cielo" por el periodista porteño Hernán Carmona Vial, jefe de deportes del diario “La Estrella”, frase que perdura hasta el día de hoy.

La era dorada

Everton renació en 1943 y gracias a una notable campaña de veinte amistosos invicto fue aceptado en 1944 en el fútbol profesional, junto a Wanderers, en su primera temporada profesional, Everton fue último entre doce equipos. Los años siguientes no fueron mejores, 9º en 1945, 10º en 1946 y último en 1947. El repunte empezó en 1948, cuando fue 5º y 7º en 1949.
Pero Everton creció en lo institucional, se iluminó y amplió la capacidad del antiguo estadio "El Tranque", actual Sausalito. Otro avance fue la adquisición de la sede del club, ubicada en pleno centro de Viña del Mar y que fue comprada mediante la emisión de bonos entre socios y simpatizantes, el aporte de la industria y el comercio y la entrega del Casino de Viña del 0,03 % de sus entradas, lo que le valió al equipo el apodo de "Los Ruleteros".
Everton se consolidó como el principal club de fútbol provinciano al lograr en 1950 por primera vez para un equipo que no era de Santiago el título de Campeón Nacional. Ese torneo concluyó el domingo 14 de Enero de 1951, cuando Everton definió con Unión Española al campeón en el Estadio Nacional ante 45 mil personas, ya que terminaron igualados a 30 puntos. El elenco de Viña ganó por 1-0 con un gol de René Orlando Meléndez Brito a los 13 minutos del alargue y ésta fue la primera vez que se dio una final de esta clase en Chile. Everton era dirigido por el Argentino Martín García, quien fue jugador Oro y Cielo hasta 1947.
En 1951 Everton fue 4º y en 1952 repitió lo de 1950, otra vez con García en la banca, pero con la diferencia de que ese año el torneo se alargó, hubo 3 ruedas con 33 fechas. La segunda corona tuvo elementos que le restaron cierta preponderancia respecto de la primera, no hubo tanto dramatismo como en 1950, pues Everton fue campeón 2 fechas antes del final y gracias a otro resultado, pero el mérito fue de los Oro y Cielo, puntearon desde el comienzo.

Década del ‘60: irregularidad

La década de 1960 comenzó de buena manera para el cuadro viñamarino alcanzando la 4ª posición en el campeonato nacional a sólo cinco puntos del campeón. En los años posteriores Everton continuó realizando buenas campañas ubicándose 5º en 1961, 6º en 1963 y nuevamente 5º en 1965, contando además con buenas planteles, entre los que destacaron Eladio Rojas (autor del gol por el que Chile conquista el 3º lugar en la Copa Mundial de 1962) o Daniel Escudero, goleador del torneo en 1965 y goleador histórico del club.
Sin embargo en la segunda mitad de la década comenzó una serie de malos resultados motivados principalmente por una indudable crisis de popularidad y conducción directiva, que llevaron al club a ubicarse 14º en 1966 y 1967 finalizando en esta última a sólo tres puntos del descendido San Luis de Quillota. El cambio de formato de la competición nacional no cambio esta tendencia terminando la década en la 10ª posición.
Desde ahí en adelante y hasta mediados de los 70, Everton vivió altibajos y en 1972 llegó el dolor del primer descenso, pues fue último entre 18 equipos con 21 puntos en 34 fechas. En 1973 y 1974 (año que fue campeón de 2ª División) militó en el Ascenso y en 1976 los Evertonianos conquistan su tercer título en Primera División.

El Campeonato de 1976

Con la consolidación del "fútbol-empresa" Everton repitió en 1976 las alegrías de 1950 y 1952, bajo la conducción técnica de Pedro Morales.
El elenco de Viña asomó como favorito antes del inicio del torneo y lo concretó luego de dos finales en el Estadio Nacional con Unión Española, con el que empataron a 53 puntos.
Su participación en el Grupo 4 de la Copa Libertadores de América en 1977, la única vez que ha competido en este torneo, fue junto a Universidad de Chile y los paraguayos de Olimpia y Libertad, terminó tras Libertad y La “U”, ganó dos partidos como local (2-0 a los azules y 1-0 a Olimpia), empató uno (2-2 con Olimpia en Asunción) y perdió 3 (1-3 con Libertad en Viña, 0-1 con la “U” en Santiago y 1-2 con Libertad en Paraguay), hizo 7 goles y recibió 8.
Las buenas actuaciones se prolongaron hasta 1978, con presencia en liguillas de Copa Libertadores.

Años 1980: subcampeonato y Copa Chile

Bajo la presidencia de Antonio Bloise Cotroneo Everton conformó nuevamente un gran plantel con el objetivo de volver a ubicarse en puestos de avanzada, si bien en 1980 se logró mejorar la campaña anterior finalizando en el 7º puesto, al año siguiente y pese a comenzar de buena manera la temporada llegando a semifinales del Campeonato de Apertura, el conjunto viñamarino realizó un mal papel en el torneo nacional ubicándose en la penúltima posición lo que le valió descender a 2ª División.
Everton sólo permaneció una temporada en el ascenso, ya que con Ricardo Contreras en el banquillo consiguió ascender a 1ª División tras ubicarse segundo con 55 puntos por detrás de Fernández Vial, además de conquistar el Campeonato de Apertura de 2ª División luego de derrotar en la final a Deportes Colchagua por 2 tantos a 0.
En su vuelta a Primera División Everton ocupo el 8º puesto, la temporada siguiente comenzó de gran manera obteniendo, con Fernando Riera como entrenador, la Copa Chile tras derrotar en la final a Universidad Católica por 3 a 0, sin embargo en un campeonato nacional que se dividió en dos zonas y en cual descendieron ocho equipos, el club realizó una irregular presentación ubicándose 8º en la zona sur a sólo un punto del descenso. Everton logró revertir esta situación en 1985, llegando a la última fecha del campeonato nacional como líder junto a Cobreloa ambos con 50 puntos, sin embargo el equipo dirigido por Armando Tobar y el que destacaban entre otros figuras como Domingo Sorace, Carlos Rojas, Marco Antonio Figueroa y Leonel Contreras, no logro reeditar el triunfo de 1976 tras caer frente a Universidad Católica por 2 a 0 en Santiago.
Tras los buenos resultados se esperaba un futuro promisorio para el cuadro de la ciudad jardín, sin embargo la crisis económica que sufrió el fútbol chileno durante los años 1980 acabó con los pocos cimientos institucionales que todavía podían ser rescatados. A comienzos de 1986 Everton no consiguió clasificar a Copa Libertadores, en el campeonato nacional el club siguió sin levantar cabeza ubicándose en el 14º puesto salvándose del descenso por diferencia de goles. En los años posteriores y pese a que contó con grandes figuras, las cosas no mejoraron y salvo 1987 Everton se posicionó siempre en la parte baja de la tabla.

Años 1990: época oscura

A comienzos de los años 1990 el descalabro institucional y deportivo era más que evidente, lo que significó que el club debiese luchar año tras año por la permanencia. Luego de disputar durante tres temporadas consecutivas la Liguilla de Promoción en las cuales consiguió zafar del descenso y una leve mejoría durante 1993 y 1994, Everton finalmente consumó un nuevo descenso en 1995 tras finalizar último con sólo un 27,78% de rendimiento y bajo la conducción técnica de Eduardo de la Barra quien había asumido dicho puesto en el tramo final del campeonato.
Al año siguiente asumió una nueva directiva encabezada por el empresario viñamarino Jorge “El Loco” Castillo quien planteó como objetivo retornar rápidamente a Primera División, para ello conformó un plantel con jugadores destacados de la época entre los que destacaron Daniel Morón, Gustavo de Luca, Juan Carlos Ibáñez y Jaime Pizarro, sin embargo los resultados no fueron los esperados ubicándose el club en un discreto 7º lugar. En 1997 con nueva directiva y con Leonardo “Pollo” Véliz en el banquillo Everton realizó una buena campaña en Primera B finalizando primero en el Torneo de Apertura junto con Rangers de Talca, por lo cual debió definir el ascenso en doble partido de definición empatando el primero 0 a 0 y cayendo en el segundo por 4 tantos a 2. En el Torneo Clausura terminó 2º a un punto del campeón Deportes Iquique por lo cual tuvo que permanecer en Primera B.
Tras una irregular temporada 1998, en 1999 bajo la conducción técnica de Jorge Luis Siviero, Everton arrancó de gran forma el campeonato y pese a que decayó su rendimiento en el tramo final del torneo ascendió nuevamente a Primera División tras derrotar a Deportes Iquique en la Liguilla de Promoción por 1 a 0.

Años 2000: Un nuevo campeonato

Sólo una temporada permaneció Everton en Primera División ya que tras una mala campaña, bajo la conducción de Jorge “Mortero” Aravena, Everton descendió luego de empatar en la última fecha del torneo frente a Santiago Wanderers, finalizando de este modo en la 15º posición.
En la temporada 2001 los problemas económicos llegaron a poner en peligro la continuidad del club, mientras que en el plano deportivo las cosas no mejoraron ocupando la 8ª posición del campeonato de Primera B, la peor posición desde que Everton ingresó al profesionalismo. Luego de ubicarse cuarto en 2002, al año siguiente Everton consiguió un nuevo ascenso tras consagrarse campeón de Primera B de la mano del entrenador Jorge Socías luego de vencer a Lota Schwager por 5 a 3.
Nuevamente en la división de honor, Everton consiguió acceder a la etapa de playoffs en el Torneo Clausura donde fue eliminado por Colo-Colo en cuartos de final. Al año siguiente pese a realizar una buena campaña en la fase regular no pudo acceder a la fase decisiva tras caer eliminado en el repechaje frente a Coquimbo Unido.
La época actual de Everton está marcada por la reorganización. Se ha logrado sanear económica e institucionalmente al club. Se resolvieron los conflictos que casi lo hacen desaparecer. En el año 2006, el club se transforma en una sociedad anónima deportiva (SAD), decisión que fue ratificada por los socios del club con sobre un 80% de los votos. En el año 2007, el proyecto deportivo fue encabezado por el entrenador Juvenal Olmos, pero fracasó en su intento por lograr -sino el campeonato- un lugar avanzado en la tabla de posiciones del campeonato chileno de fútbol. Tras el cese de Juvenal Olmos asumió la conducción del equipo el entrenador de las categorías inferiores del club Jorge García, quien fue reemplazado posteriormente por el ex entrenador de la selección de fútbol de Chile, el uruguayo Nelson Acosta. Finalmente Everton se ubicó último en el campeonato de clausura y 17º en tabla acumulada a sólo cuatro unidades de la liguilla de promoción.

La flamante estrella

En el Torneo de Apertura del 2008, jugando la final el 3 de Junio de 2008, Everton en el “Sausalito” vence por 3 goles a 0 en el partido de vuelta de la final del Torneo de Apertura al entonces campeón defensor Colo-Colo, y consigue su cuarto título. En el partido de ida había sido derrotado por 0-2 y necesitaba ganar 3-0 como resultado mínimo para coronarse. Los goles fueron marcados todos en el segundo tiempo por Ezequiel Miralles a los 46', Jaime Riveros a los 71' y nuevamente el argentino Miralles a los 76'.
Como anécdota, la final fue inicialmente programada para el sábado 31 de Mayo, pero fue postergada y reprogramada para el martes siguiente debido a los tres días de duelo nacional por la muerte del Director de Carabineros, General José Alejandro Bernales. Durante la fase de playoffs quedaron en el camino Audax Italiano y Universidad de Chile.

La sede y el estadio

La sede social de Everton se encuentra ubicada en calle Viana 161. Desde su creación el club ha tenido cuatro sedes siendo la primera de ellas la ubicada en Dos Norte entre 2 y 3 Poniente. Posteriormente el club se traslado hasta calle Etchevers Nº 138 y en 1945 a calle Valparaíso, hasta recalar finalmente en la actual sede la cual fue adquirida en 1949.
Muchas decisiones importantes se han tomado en los más de 90 años de la institución viñamarina, pero sin lugar a dudas, la más trascendental de todas fue la acordada en 1942, en el sentido de trasladar la Sede del Club desde Valparaíso a Viña del Mar. Ahora Everton, Viña del Mar, los Hinchas y Gran parte de la Quinta Región son una unidad perfecta.
Everton ejerce de local en el Estadio “Sausalito” de Viña del Mar, recinto que es propiedad de la Municipalidad de Viña del Mar y el cual ocupa el club desde su traslado desde Valparaíso a la “Ciudad Jardín” en 1935. Fue inaugurado en 1929, lo que lo convierte en uno de los recintos deportivos de mayor antigüedad del país, y tiene una capacidad actual de 18.037 espectadores sentados, aunque en el pasado llegó a albergar cerca de 30.000 espectadores luego de su remodelación con miras a la Copa Mundial de Fútbol de 1962. Se encuentra ubicado en la circunvalación Sausalito junto a la laguna del mismo nombre. El recinto deportivo posee una superficie de pasto natural de 105 x 68 m. Cuenta además con iluminación artificial.


Palmarés

Torneos nacionales

Football Association of Chile/Liga de Valparaíso: 1928 y 1931
Primera División de Chile: 1950, 1952, 1976 y Apertura 2008
Copa Chile: 1984
Segunda División de Chile / 1ª División B: 1974 y 2003
Campeonato de Apertura de 2ª División: 1982

Torneos internacionales amistosos:

Copa Ciudad Viña del Mar: 1993, 1995, 2008

Participaciones internacionales:

Copa Libertadores de América: 1977 y 2009


Fuentes consultadas

* Enciclopedia Wikipedia
* Sitio Web Clubeverton.cl
* Sitio Web Evertonchile.cl

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Una historia muy graciosa del fútbol inglés tiene como protagonista al recordado golero del Liverpool, Tommy Lawrence, quien era más conocido como el "chancho volador" por el exceso de peso que ostentaba, un hombre muy grande y pesado para el puesto.
En un clásico contra el Everton en Goodison Park (estadio del Everton), y cuando el score estaba 0-0, a falta de un minuto para la finalización del partido, uno de los jugadores del Everton se soltó y lanzó un tiro con más esperanza que fuerza, por el cual Lawrence no tendria que tener mayores problemas, pero la pelota rebotó entre sus piernas y llego al fondo de la red... probablemente porque era tan gordo que no podia cerrar las piernas.
En el vestuario, despues del partido, Bill Shankly (DT del Liverpool), andaba de un lado al otro. Tommy, a modo de disculpa, dijo: "Ya se, jefe, tenia que dejar cerradas las piernas...".
Un lacónico Shankly respondió: "No Tommy, es tu madre la que tenía que dejar cerradas las piernas".

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El fútbol es un idioma universal.

(JEAN PIERRE PAPIN, ex futbolista francés)

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No le echemos la culpa a los árbitros, son un conjunto de perdedores.

(HRISTO STOITCHKOV, ex jugador búlgaro, después de la final perdida por el Chicago Fire en la final de la Major League Soccer, 21/10/00)

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Entrevista a Eusebio


Eusebio es un jugador histórico, no lo suficientemente reconocido... por ejemplo es el segundo mayor artillero de todos los tiempos detrás del mismísimo Pelé, con la impresionante cifra de 1137 goles oficiales. A Eusebio, nunca le gustó que la llamasen el Pelé de Europa, por varias razones, una de ellas es que es africano, otra es que siempre demostró un estilo y una personalidad diferente. Hay Pelé y hay Eusebio, el único punto común es que son los dos únicos astros que superaron con certeza los 1000 goles.

Cuéntenos su larga y brillante carrera, llena de goles...

Nací el 25 en Enero del 1942, y empecé a jugar oficialmente a los 15 años en el Lourenço Marques de Mozambique. En 22 años de carrera desde África hasta EE.UU. de América, donde encerré mi carrera a los 38 años, pasando por 14 años en el Benfica, anoté 1137 goles en toda mi carrera profesional entre partidos oficiales y amistosos, y ganándolo todo.

¿Cómo fue este debut extraordinario con el Benfica?

Increíble, sólo tenía 19 años. Era el entonces famoso torneo de verano de Paris, en 1961. Se enfrentaban Benfica, Racing de Paris, Anderlecht y Santos. Benfica jugaba la final contra el gran Santos. El Santos iba ganando 3 a 0 a la media parte. Entonces el entrenador me llamó para jugar los últimos 25 minutos. Hice 3 goles en esos famosos 25 minutos. Perdimos 6-3 al final, porque Pelé se enfadó y marcó dos goles. De allí el famoso título de France Football: "Eusebio 3, Pelé 2". Quizás mi mejor recuerdo.

¿Qué recuerdos tiene de Bela Guttmann, su descubridor y primer entrenador en Europa?

Bela Guttmann fue mi entrenador 3 años y con él, el Benfica lo ganó todo. Tengo un inmenso recuerdo de él tanto a nivel humano como futbolístico. Benfica tenía un gran potencial ofensivo y una buena organización defensiva. El principio era de empezar los partidos con la intención de marcar dos o tres goles para luego poder manejar tiempos y ritmos y mantener así la iniciativa. Era un grandísimo conocedor del fútbol y le gustaba el juego de ataque. Pero cuando perdíamos la pelota, también sabíamos defender, todos. Con este espíritu, ganamos campeonatos, copas y Copas de Europa, y el Benfica fue entonces el mejor equipo de Europa.

¿Su mayor éxito fue la Copa de Europa 1962?

Era en Ámsterdam, contra el Real Madrid. Cuando íbamos empatados a tres, el partido era muy abierto, bonito y con alternativas, entonces marqué los dos goles decisivos de la victoria 5-3, contra ese gran Madrid de los Di Stéfano, Gento, Puskas. Fue un buen partido de fútbol y mi mejor recuerdo deportivo.

¿Wembley un estadio mítico pero maldito para Eusebio?

En la semifinal del Mundial de 1966, el equipo inglés era muy fuerte. Bobby Charlton marco los dos goles. Inglaterra jugaba inexplicadamente siempre en su casa, en su estadio, Wembley, con un apoyo impresionante de su público. Todo el mundo decía que Portugal era superior, pero creo que perdimos esta semifinal por culpa propia, fallando ocasiones. De nuevo en Wembley, en 1968, perdimos la final de la Copa de Europa contra el Manchester United y Bobby Charlton otra vez. Empatábamos a uno, y a dos minutos del final, tuve el gol de la victoria en mis botas, un gol fácil y fallé. En la prorroga, perdimos 4-1, contra ese soberbio Manchester de Charlton y George Best. Años antes, otra vez en Wembley, había perdido otra final de Copa de Europa, en 1963, contra el Milán, 2 a 1.

¿Eusebio, este fútbol de hoy, diferente, menos espectacular, sin goles esta amenazado?

(Risas) No... No... Hay que tener fe en el fútbol, comprender que no se pueden comparar épocas, que ha evolucionado el fútbol. El fútbol siempre existió, no va a morir. Nosotros somos mortales pero el fútbol, está viviendo, va a continuar viviendo. Es un juego universal, muy rico. Desde que existe la bola, el balón rueda, se juega con ella... antes de nosotros había fútbol y después habrá.

Bobby Charlton e Eusebio eran señores del fútbol y del Fair Play ¿ha muerto el Fair Play?

El Fair Play sigue existiendo, pero sobre todo sigue posible. Sólo depende de que forma los jugadores se comportan en el campo: sólo hace falta jugar al fútbol, respetar al rival y al público. El jugador tiene el principal papel en el Fair Play.

¿Qué opina de la evolución ultra-comercial del fútbol?

Creo que todavía hay muchos jugadores que miran el fútbol como una pasión, que aman al fútbol en sí, sin considerar sólo el dinero, que aman su profesión y que juegan por placer. Vale que, comparado con mis tiempos, el fútbol ha cambiado mucho, es un tópico decir que se ha comercializado, que se mueven muchos millones, hay que vivir con ello, pero el fútbol sigue siendo un espectáculo.

¿Un espectáculo menos espectacular que en su época?

Es muy difícil comparar estas dos épocas. Hoy estamos en el siglo XXI. No se pueden comparar las épocas. Pero verdad, quizás que mi generación, la del 60 y la de los 50 fueron las que más fútbol, espectáculo y goles hicieron.

¿Los jugadores que le gustan hoy, quienes son?

Zidane es el mejor en la actualidad, me gustan Raúl, Figo y Beckham, Thierry Henry, también me gusta, toma riesgos, dribla en carrera, es veloz y espectacular... sigue habiendo grandes jugadores, Ronaldo puede volver a ser el mejor, aunque nunca será comparable a Pelé, como se debatió hace unos años.


(extraído del blog “Contrapie”)

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Carlos Castro era un recio zaguero central en la década de los años ochenta y noventa. Apareció en Deportivo San Agustín y fue campeón nacional en 1986. César Espino era un cumplidor lateral izquierdo que fue campeón con Sport Boys de El Callao, en 1984, y luego, en 1986, pasó a Alianza Lima. En un choque entre santos y aliancistas en Diciembre de 1987, ambos se agredieron mutuamente y el juez Carlos Montalbán les mostró la tarjeta roja a los 85 minutos, con lo que quedaron impedidos de jugar por sus clubes en la siguiente fecha. Espino salió muy molesto de la cancha, hasta insultó la madre del árbitro central, pero jamás imaginó que esa expulsión le salvaría la vida porque una semana después su equipo debía presentarse en Pucallpa para chocar con el conjunto local por el Torneo Descentralizado. Marcos Calderón, DT de Alianza Lima, reemplazó al 'Gato', como le dicen a Espino, con Ignacio Garretón, quien, junto a sus compañeros, al cuerpo técnico, y a un grupo de barristas, perecieron luego de que el avión que los transportaba se precipitó en el mar de Ventanilla, el 8 de Diciembre de ese año.
Después de la noticia fatídica, Espino pensó en retirarse del fútbol, pero siguió jugando por los íntimos y en otros clubes y, paradojas de la vida, luego fue a disculparse con Montalbán y a agradecerle por haber evitado que viaje a la selva sin retorno.
(anécdota extraída del blog "Tabloide blanquiazul")

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La gente necesita entender en que clase de pecera vive Wayne Rooney.

(GRAHAM TAYLOR, ex seleccionador inglés entre 1990 y 1993, opinando sobre el delantero del Manchester United en el año 2006)

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Gracias a Diego, yo soy como el pintor que pintó el mejor cuadro. Tuve la suerte que me cayó a mí, pero le podría haber caído a cualquiera ¿Quién no se iba a dar cuenta de lo que era Maradona? Uno lo veía y ya sabía que era distinto.

(FRANCIS CORNEJO, descubridor de Diego Maradona, fallecido el 13 de Marzo de 2008 a los 76 años de edad)

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Nacional 100 años (Manoel Castanho - Brasil)

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No hay para mí alegría igual
que ser un hincha de mi tricolor
la alegría mía es Nacional
y no hay, como este, otro amor.

Mi Nacional, de las grandes victorias
tres veces fue del mundo el campeón
mi tricolor, de muchas otras glorias
y no habrá nunca otro en mi corazón.

Y hoy celebramos su Centenario
y hay que ser por siempre celebrado
porque es raro ver adversario
que llegue a cien con un mejor pasado.

Y aunque la realidad sea dura
yo nunca dejaré mi Nacional,
acércase la victoria futura
seremos los mejores al final.

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