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Vinnie Jones es al juego limpio lo que Drácula era a las tranfusiones de sangre.

(MICHAEL HERD, periodista británico)

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La mujer más importante de la historia del deporte argentino es doña Tota Maradona. ¿Vos te imaginás qué hubiese sido de todos nosotros si le hubiese dolido la cabeza aquella noche en que gestó a Diego?

(ROBERTO PETTINATO, músico y animador de TV argentino, -1995-)

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Néstor Rossi (Argentina)


Nacido el 10/05/1925 en Capital Federal, este locuaz y temperamental jugador argentino fue poco menos que el “inventor” del puesto de volante central. Dueño y señor de la mitad de la cancha, con su vozarrón gritaba y ordenaba a sus compañeros para pedir la pelota, que después cedía con precisión y al pie en la distribución del juego. Era el puesto clave de toda una época, que tuvo grandes cultores antes pero con él alcanzó la máxima dimensión; recibió el mote de “Patrón de América” en el equipo de “Los Carasucias” del Sudamericano de Lima en 1957.
Pocos jugadores lograron conjugar a lo largo de más de cien años de fútbol argentino las condiciones por las que el “Gritón” (uno de los tantos apodos que llegó a tener en su carrera) es considerado por todos los hinchas que “peinan canas” el más grande exponente de una vieja estirpe en extinción: la de los “números cincos” caudillos, mandones, capaces de convertirse en ejes de sus equipos por juego y despliegue pero también por autoridad sobre compañeros, rivales y hasta árbitros.
De los Juveniles de Acassuso, Carlos Peucelle lo llevó a River en edad de 5º División. Corría el año 1940 y se pago por él la cifra récord de $ 5.000 por un jugador no profesional. Luego del tránsito obligado por las divisiones inferiores de River, tras un paso por Platense, llegó a la Primera de River Plate para ser sostén indiscutido de “La Máquina”. Sus compañeros eran mayores que él, pero tenía la personalidad suficiente para parecer hasta irrespetuoso al gritarles y ordenarlos. Enseguida llegó a la Selección para discutirle el puesto a Ángel Perucca. Campeón con River en el 45 y el 47, participó luego del éxodo a Colombia. Allí vivió otro gran momento de su carrera en el “Ballet Azul” de Millonarios, aquél de Pedernera, Di Stéfano y Báez. Regresó a River y fue el pivote del tricampeonato de 1955/56/57.
Rossi contaba con una gran presencia física, por la que, en un caso totalmente novedoso para su época, llegó a ser modelo de una casa de ropa en Colombia. Pero aquello que realmente lo distinguía y hacía de él un verdadero "cacique" era su temperamento. Ese que derrochaba generosamente en su juego a la hora de trabar fuerte y ganar la mitad de la cancha, a veces con demasiada vehemencia como certifican sus múltiples expulsiones.
Más allá de esa personalidad, históricamente más emparentada con Boca que con River, Rossi era un exquisito a la hora de distribuir la pelota, capaz de colocar un pase “como con un guante” desde 40 metros de distancia o más. En definitiva, un típico producto de aquellas inferiores “millonarias” que, en su época, se cansaban de sacar jugadores con esa impronta que, para el momento en que él apareció en la primera del club en 1945, ya era todo un sello distintivo de los de banda.
En el seleccionado argentino fue protagonista del triunfo del Sudamericano de Lima en 1957 y luego testigo fundamental del desastre del Mundial de Suecia en 1958. Allí, "otro" fútbol superaba su lentitud de movimientos. Era el principio del fin para su carrera; fue a terminarla a Huracán, donde alcanzó a jugar un par de temporadas y también hizo sus primeras armas como director técnico.
En la memoria futbolera queda el recuerdo de su gran físico -era pesado para moverse, pero muy ágil para pensar-, su calidad para manejar la pelota, sus gritos y algunos golpes, producto de su fuerte temperamento, que le valieron expulsiones y persecuciones de los árbitros.
En la Selección Argentina, entre 1947 y 1958, alcanzó a jugar 26 partidos.
Néstor Rossi, falleció el 13 de Junio de 2007 a los 82 años pero, afortunadamente, resumió sus vivencias futbolísticas y una interminable cantidad de anécdotas en el libro autobiográfico “Yo, Pipo”, realizado en la colaboración del periodista Hernán Ceres.

Dijeron de él

Rossi no corría demasiado y tenía movimientos lentos, pero cuando le llegaba la pelota era el único que tenía una jugada pensada y dos alternativas para hacer. Hacía fáciles las cosas.
(JUAN CARLOS MUÑOZ, compañero en la célebre “Máquina” de River Plate)

En mi primera práctica con la selección le hice un caño a “Pipo” Rossi. En el vestuario, todos lo cargaban y yo le pedí perdón. Él me dijo: "No te hagas problema pibe, pero que sea la última vez".
(JOSÉ RAMOS DELGADO, compañero en la Selección Argentina)

Era un fenómeno... Era original porque era un fenómeno. Simplemente era así...
(ALFREDO DI STÉFANO, compañero suyo en River y en Millonarios de Colombia)

Era el que ponía las cosas en su lugar.
(ÁNGEL LABRUNA, compañero suyo en River Plate)

Anécdotas

- En el año 1959, siendo director técnico y jugador a la vez del club Huracán de su Parque Patricios natal, se dirigió al delantero Norberto “Beto” Conde, a quien él había hecho contratar, y tras mirarlo fijo le espetó: "Beto... a vos te llamaban “El goloso del área” ¿qué te pasa acá en Huracán?... ¿te agarró la diabetes?".

- Como entrenador de River en 1974, le dio por mirar un partido ante Atlanta con un solo ojo. Daniel Passarella, aún imberbe, le preguntó por qué hacía esto. "Para que voy a verlo con los dos si no pasamos del medio del campo".

- Héctor Scandoli, un compañero suyo en River, hizo un mal control con el pecho y le dijo: "che, Pájaro, ¿por qué no te ponés un clavo en el pecho?".

- Jugando contra Estudiantes de La Plata en 1954, Federico Vairo, antes de despejar un balón, le avisó: "Tuya, Pipo". El pase se marchó al limbo y Rossi le pidió ayuda: "bueno, ahora tírame la escalera".

- El debut de “Pipo” en Primera División ocurrió el 24 de Junio de 1945, y River Plate enfrentaba al Racing Club de Avellaneda. Rossi tomó la pelota en el mediocampo y avanzó rápidamente hacia el área racinguista cuando se encontró cara a cara con Milone, arquero de Racing. Cuando iba a “fusilarlo”, Solomón, capitán de Racing, lo derribó en el área y Ángel Labruna transformó el penal en gol. Camino del vestuario al finalizar el primer tiempo, “Pipo” le dijo al capitán de la “academia”: "eh, gran capitán, si no me hacés penal ¿qué pasaba?". "Calláte, mocoso insolente", le contestó un muy enojado Solomón.

- Dirigiendo a Huracán, un delantero volvió a cometer el pecado capital del abecedario futbolístico de Rossi: un mal pase. Y claro, nunca se las callaba: "¿A quién se la diste? ¿Al hombre invisible?".

- Cuenta Daniel Passarella, quién debutara en River bajo su dirección técnica en 1974: El Inter programó en los 80 una cena de gala para agasajar a futbolistas que fueron campeones con el club. A Pipo no le gustó la mesa que le habían asignado a Daniel y decidió acomodarse en una que estaba pegada al escenario. En vano fue el enojo del Kaiser. De pronto, un robusto personaje flanqueado por sus guardaespaldas se plantó delante de los argentinos esperando que le liberaran su ubicación. Pero Pipo, sin levantarse, tirado hacia atrás en su silla, miró y dijo: “Sentate Luchito, hacela corta papá, hacete gomía” (amigo). Luciano Pavarotti sonrió y se fue.

- Una desopilante anécdota lo tuvo de protagonista jugando en "Millonarios" de Bogotá, poderoso club de la "Dimayor" colombiana. Tenía compañeros futbolísticamente ilustres, como Adolfo Pedernera, además de Cozzi, Alfredo Di Stéfano, Báez y el uruguayo Pini entre otros.
En aquel "Millonarios" bogotano se divertían como locos dentro de las canchas y fuera de ellas. Una vez “Pipo” había estado de parranda una noche previa a un importante partido, de esas que empiezan apenas caen las primeras sombras de la noche del sábado y terminan al otro día cuando "el carro de la aurora se asoma por los balcones del Oriente".
Como a la hora del partido estaba que no podía con su alma y trazó un plan que recibió la aprobación caballeresca de sus compañeros: "en los primeros minutos hago un foul, el juez me lo cobra, yo le digo "¿qué cobra?" lo insulto de arriba a abajo, él me echa y yo, con el negocio hecho, me voy a dormir y que Dios los ayude".
Para su mal ocurrió que el árbitro se enteró antes del partido lo que tramaba Rossi. Y le jugó una mala pasada: se dejó insultar todo el partido, por lo que nuestro personaje tuvo que trajinar los 90 minutos “echando el bofe” y largando insultos al vacío porque el juez se hacía el burro olímpicamente…

- Después de su paso por Millonarios de Bogotá, Rossi regresó a River Plate en 1955. Venini, que durante la ausencia de Rossi había sido el mediocentro de River, despejó un balón que impactó con fuerza contra la nuca de Rossi. Y el Pipo, que no soportaba el maltrato de la pelota, justificó la razón de su regreso a River: "¿Cómo no iban a querer que regresara si este era el mediocentro de River?".

- Jugando para Huracán, un compañero suyo achacó que sacó mal un córner porque desde la tribuna le habían tirado un gato. "Un tigre le tenían que haber tirado", repudiando ese defectuoso golpe al balón.

- En una reunión informal sobre la valía de un jugador, alguien se apresuró a decir: "Es un jugador muy limpio". Rossi, socarrón, dijo: "sí, sobre todo con la pelota. Porque nunca la toca".

Trayectoria como jugador:
River Plate (1945-1949) y (1955-1958)
Millonarios -Colombia- (1950-1955)
Huracán (1959-1961)

Trayectoria como técnico:
Huracán (en dos etapas)
River Plate (en dos etapas)
Racing
Boca Juniors (campeón en 1965)
Millonarios (Colombia)
Granada (España)
Cerro Porteño (Paraguay)
Atlanta (notable campaña en 1973)
Elche (España)
All Boys
Atlanta
Colón (Santa Fe)

Títulos conseguidos:
River Plate: 1945, 1947, 1955, 1956 y 1957
Millonarios: 1949, 1950 y 1951
Sudamericanos: 1947 y 1957 (con la Selección Argentina)

Fuentes consultadas:
* Diario “Perfil”
* Blog “Café fútbol”
* Blog “La pelota no dobla”
* Diccionario Enciclopédico del fútbol (del Diario “Olé”)
* Libro “10.000 horas de fútbol” de Diego Lucero (Corregidor)
* Libro "De la Naranja Mecánica a la Mano de Dios" de Julio Maldonado

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Sobre tu pasión futbolera y este personaje extraordinario que fue Obdulio Varela, ¿cómo fue esa hazaña de la selección uruguaya en el Maracaná en la final del mundial del 50 contra Brasil?

–Esa historia me la contó el propio Obdulio. Yo la sabía de a pedacitos, pero no sabía si era cierta o no. A él le costó contarla porque se emocionaba mucho cuando evocaba aquella tarde del milagro: Uruguay iba perdiendo 1 a 0 y ganó 2 a 1, contra todo pronóstico, porque Brasil era el favorito absolutísimo. El autor de la hazaña había sido él.

Obdulio había liderado la huelga del fútbol en Uruguay...

–Había sido el capitán de una huelga de jugadores que duró siete meses. Los jugadores uruguayos exigían que se les reconociera el derecho a organizarse sindicalmente como trabajadores. Algo impensable, pero tuvieron apoyo popular porque ¿qué sería de los uruguayos sin fútbol? Un domingo sin fútbol es grave, pero siete meses es inimaginable. El capitán de la huelga fue Obdulio, que después fue el capitán del equipo de la hazaña. Esa noche, se escapó de la celebración. Salió por otra puerta, medio disfrazado, y se fue a beber. Su droga era el vino, por eso lo llamaban “Vinacho”, pero como en los boliches brasileños no había, tomaba cerveza. Se puso a tomar con uno, con otro, y la gente lloraba. El había odiado con todas sus fuerzas a ese animal rugiente de doscientas mil cabezas, la mayor cantidad jamás reunida en la historia del fútbol. Y cuando los vio de a uno, llorando la derrota, sintió una pena tremenda por ellos, que decían “Tudo foi por Obdulio”. Nadie lo reconocía y él pensaba “cómo pude hacerles esa maldad, pobre gente”. Y bueno, la historia es ésa: él pasó toda la noche abrazado a los vencidos.

(tomado de una entrevista a Eduardo Galeano en la revista "Caras y Caretas" de Mayo de 2008)

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No hay peor cosa que corista con mamá y futbolista con papá.

(Don SANTIAGO BERNABEU, ex Presidente del Real Madrid)

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¿Un método especial para ganar a Brasil? ¡Darles patadas!

(JASON CULINA, centrocampista australiano, consultado antes del choque Brasil-Australia en el Mundial 2006)

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La vida no es la misma sin fútbol (Joel Jáuregui - México)


Fanáticos de bandera,
de amor por la camiseta.
Hinchas de un club de Primera,
con la pasión en las venas.

Todos queremos salir a jugar.
No importa el lugar.
No importa el rival.
hey!

Nada es lo mismo sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
no es la misma sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
sin fútbol.

Con los colores del rostro,
con el escudo del pecho,
con los brazos de bandera,
con la piel de camiseta.

Todos queremos salir a jugar.
No importa el lugar.
No importa el rival.
hey!

Nada es lo mismo sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
no es la misma sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
sin fútbol.

Todos queremos salir a jugar.
No importa el lugar.
No importa el rival.
hey!

Nada es lo mismo sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
no es la misma sin fútbol, fútbol.
La vida no es la misma,
sin fútbol.

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Todo deporte es una escuela de superación personal que enseña a postergar la recompensa: el jugador entrena para dar la mejor versión de sí mismo el día del partido, pues la práctica le ayuda a similar extremos tan simples como ganar y perder. Un equipo es una sociedad en miniatura que enseña mucho sobre la condición humana. Jugar, tener miedo –al público- y ser joven son tres razones para bajar la guardia y mostrarse con transparencia. Por ello el fútbol se puede convertir en un buen laboratorio para analizar los comportamientos del ser humano. Aunque muchas veces ocurre de manera inconsciente, mientras corremos fascinados detrás de una pelota también aprendemos a vivir.

(JORGE VALDANO, opinando sobre fútbol, en un artículo publicado en la revista "Etiqueta Negra" -2006-)

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Nada se compara con dejar callados a cuarenta mil aficionados de un solo tiro.

(ROLANDO FONSECA, jugador costarricense, en alusión al gol de tiro libre que le anotó a la Selección de México en el Estadio "Azteca", en la histórica victoria de Costa Rica conocida como "El Aztecazo" (2-1) en la eliminatoria mundialista hacia Corea-Japón 2002)

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Es mejor jugar con una silla que con Hans Müller. A la silla le tirás una pelota y al menos rebota...

(EVARISTO BECCALOSSI, ex jugador del Inter (1978-1984), quien disputaba un puesto en el equipo con el internacional alemán)

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El árbitro Justino (Gianni Rodari - Italia)


El árbitro Justino es inapelable, como todos los árbitros. Aún cuando se equivoca, hay que respetarlo y obedecerlo inmediatamente.
Qué responsabilidad tremenda.
Hoy no es un buen día para él. Su silbato suena a tontas y a locas, lo que desorienta al público y a los jugadores.
En este momento, en lugar de un “saque de esquina”, el árbitro Justino ha ordenado con el silbato un “saque de espina”
-¿Y cómo lo hacemos? -preguntan nuestros atacantes.
-Arréglenselas -dice el árbitro.
Un futbolista debe ceñirse una corona de espinas en el pie para patear la pelota. Apenas la roza, la pelota comienza a perder aire, se arruga y se desinfla: hay que poner otra en el campo.
El juego se reanuda y, durante unos minutos, sin tropiezos. Luego el terrible silbato del señor Justino ordena un castizo. Lamentablemente, esta vez es en contra nuestra.
-¿Querrá decir un castigo, con “g”? -preguntan desesperados nuestros jugadores.
-Lo que he dicho, dicho está -responde Justino-. Yo soy inapelable.
El “castizo” con “z” es un castigo espantoso, porque está compuesto de tres saques de castigo, uno tras otro.
Los jugadores se ponen de rodillas a los pies del árbitro, le besan la camiseta de seda negra, le lustran el silbato.
-¡Por favor, cámbienos la consonante!
-¡Vendido! Toma tu “z” y vete -grita el público.
El público, si sabe, no razona. Al estadio no se va para razonar sino para gritar. Pero el árbitro no se inmuta. La multitud llora a coro y las lágrimas bajan a raudales por las graderías, inundan el campo...
No hay nada que hacer. “El castizo” nos cuesta tres goles. Adiós partido, adiós trofeo. Ciertos errores se pagan caros, especialmente si son errores ajenos.

(tomado de “El libro de los errores”, Espasa-Calpe, Madrid, 1989, pp.29-30)

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Si yo tuviera que elegir a un técnico para que me dirija, me quedaría con el Flaco Menotti. Por sabiduría... Las cosas que él decía a mí me pasaban. Te hablaba y te quedabas mudo, y salías a la cancha y te sentías orgulloso de lo que intentabas hacer. Y Bilardo... Carlos es como un padre para mí. Alguna vez dije que me gustaría que mis hijas tuvieran sus principios. Me ayudó mucho y nunca voy a terminar de agradecerle que confiara en mí como confió: fue decisivo para mi carrera. Eso sí: siempre tuvo una actitud, más allá de lo futbolístico, que a mí nunca me gustó. Nunca dejó que ganaran plata los demás, los que estaban con él. Se le fue Pachamé, se le fue Echevarría... ¡y toda la plata para él!
El propio Echevarría, que era su mano derecha y una de las personas más buenas que yo conocí en el fútbol, necesitó que Basile le diera una mano, que se lo llevara al Atlético de Madrid cuando el Profe, pobre, ya estaba muy enfermo. Y otra cosa: tampoco me quiso explicar nunca, nunca -y yo lloré mucho por eso- por qué lo dejó a Valdano afuera del Mundial de Italia. Porque yo, ¡yo!, le fui a pedir a Valdano que intentara el regreso, después de su hepatitis, y se retirara del fútbol como lo que es, un grande, ¡un grande de verdad! Yo se lo pedí delante de Jorgito, su hijo. Y yo sentí que los traicioné a los dos cuando Bilardo lo dejó afuera... Sé que hay muchas sospechas, sé que a Valdano lo relacionaban con mis reclamos gremiales desde México '86, cuando juntos denunciamos que era criminal jugar al mediodía sólo porque la televisión lo pedía. Pero a mí me dijeron que Valdano no rendía, eso me dijeron. Y nosotros teníamos lesionados a dieciocho, ni yo podía jugar. Lo único cierto es que por alguna razón Valdano no tenía que estar en aquel plantel y yo nunca pude enterarme de la verdadera historia. Eso es lo único que me duele en el balance de mi relación con Bilardo. Como con Menotti me duele que me haya robado el orgullo de jugar el Mundial 78.
Pero, igual, al Narigón lo quiero como a un padre y al Flaco lo admiro.

(extraído del libro "Yo soy el Diego", de Daniel Arcuchi y Ernesto Cherquis Bialo, Editorial Planeta,)

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Golpead todo lo que se mueva, si es el balon mejor.

(NEREO ROCCO, entrenador italiano, ex director técnico del Milán)

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Cree usted que jugadores jóvenes y tan talentosos como Giovanni o Bojan podrían desplegar todo su talento en categorías como Preferente o Primera Regional con la cantidad de juego duro y brusquedad que hay en estas?

Seguro que no y afortunadamente se les saca rápido de los escenarios. Si uno tiene un Ferrari no creo que lo lleve a hacer kilómetros a pistas forestales. Las pistas son necesarias pero para determinados coches es mejor que vayan por las autopistas.

(XAVIER AZKARGORTA, entrenador vasco, Diciembre de 2007)

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El drama de todos


Todo eso que viví me llevó a comprender lo que sintieron otros jugadores. Y el drama que no pudieron superar. El “Yaya” Juan José Rodríguez, por ejemplo, sufrió una depresión tan grande que lo llevó a la muerte. Estuvo tres años sin levantarse de la cama. Se dejó morir. Jorge José González, el lateral uruguayo que jugó varios años en Rosario Central y terminó su carrera en Vélez, murió de indefensión, bajo los efectos del alcohol, como Omar Oreste Corbatta, como el brasileño Garrincha. El arquero Alberto Pedro Vivalda se pegó un tiro. El “Chapa” Rubén Suñé (foto) se arrojó desde un séptimo piso y milagrosamente un techo, que encontró en la caída, le salvó la vida.
El futbolista siempre busca una excusa cuando llega el momento de tomar la decisión más difícil de su carrera. La más común es la de afirmar que ya está cansado de tantos entrenamientos, de las concentraciones, de levantarse temprano todos los días. Todo eso es cierto pero esos argumentos los derrumban la andanada de sucesos positivos que barren con todo. Cuando eso se produce, el futbolista vuelve a sentirse bien. Juega. Lo elogian. Siente que está jugando bien y el equipo gana. Ahí se siente el tipo más feliz del mundo. Y es eso lo que uno quiere mantener. Es difícil, muy difícil renunciar a ello.
En la mala, todos sienten deseos de largar, pero enseguida la experiencia los hace ver que esa mala racha es circunstancial y, aunque se encuentren muy deprimidos saben que todo se remedia con unos cuantos resultados favorables. Y cuando eso se alcance, el futbolista volverá a gozar de todos los privilegios que le da la profesión más linda del mundo.
El jugador de fútbol no renuncia nunca a esa sensación irrepetible que le da el hecho de pisar un vestuario, masajearse, ponerse el pantalón, la camiseta, las medias, los botines. Ni siquiera las tensiones previas a un gran partido porque sabe que las va a descargar apenas se ponga la pelota en movimiento. Porque es feliz y se emociona cuando pisa el pasto de la cancha. La del futbolista es la profesión más emocionante.

(extraído del libro “Jugar al fútbol” de Roberto Perfumo, ex jugador de fútbol y psicólogo social, Libros Perfil S.A., 1997)

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¿Hay mucha hipocresía en el ambiente del fútbol?

Mucha es poco. Hay muchísima. Algunos piensan que soy un jugador conflictivo porque me gustan las cosas claras. De Boca me fuí porque consideré que los dirigentes especularon con mi lesión y el que quedó como conflictivo fui yo. En el Atlético de Madrid, Gil y Gil habló mal de mí, le respondí y el conflictivo fui yo. En River, opiné que para mi Babington era un técnico mediocre y chau, me borraron- Siempre pasa lo mismo, decís lo que pensás y creen que sos conflictivo.

¿El futbolista tiene que saber jugar en cualquier puesto?

Yo creo que sí, aunque muchas veces luché por lo contrario. En Boca me peleé con Marangoni por jugar como volante central, pero son etapas que uno quema. Hoy, con 31 años, no pienso de la misma manera.

(JOSÉ LUIS VILLARREAL, ex jugador argentino, en revista "Mística" del 4/10/97)

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No tienen cara; se cagaron en el Bernabeu. ¿Es que no se quieren salvar del descenso?

(JAVIER CLEMENTE, diplomático entrenador español acusando a los jugadores del Real Murcia de falta de coraje en el estadio del Real Madrid tras la derrota ante los "merengues" por uno a cero en Abril pasado)

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Quien es padre sabe que entre el equipo del corazón y el hijo, no dudamos en quedamos con nuestro hijo. Como él está en Palmeiras, por increíble que parezca, hinché para Palmeiras.

(LULA DA SILVA, Presidente de Brasil y reconocido simpatizante de Corinthians, confesando haber apoyado a su archirrival, Palmeiras, en la definición del campeonato paulista pues su hijo Claudio trabaja en la comisión técnica de Palmeiras junto al DT Vanderlei Luxemburgo -Abril de 2008-)

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Precaución - John Terry (VIII)

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El ángel de las piernas torcidas (Vinicius de Moraes - Brasil)


A un pase de Didí, Garrincha avanza
con el cuero a los pies, el ojo atento,
dribla una vez, y dos, luego descansa
cual si midiera el riesgo del momento.

Tiene el presentimiento, y va y se lanza
más rápido que el propio pensamiento,
dribla dos veces más, la bola danza
feliz entre sus pies, ¡los pies del viento!

En éxtasis, la multitud contrita,
en un acto de muerte se alza y grita
en unísono canto de esperanza.

Garrincha, el ángel, oye y asiente: ¡goooool!
Es pura imagen: la G chuta la O
dentro del arco, la L. ¡Es pura danza!

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Hubo algo para que la gente cambie repentinamente. Parte del periodismo, que se metió en eso, por ejemplo. Porque cuando yo fui a River no fui el mismo de Argentinos, pero nunca salí en la tapa de una publicación deportiva, pese a estar en una institución de esa envergadura. De pronto me di cuenta de que había perdido prensa. Y les repito que tuve partidos buenos y malos, pero ya no era lo mismo que antes.

(SERGIO BATISTA, recién retirado de la actividad profesional, contaba intimidades de su paso por River en "Súper fútbol" de Noviembre de 1991).

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Si el padre es boludo, el hijo es boludo.

(NÉSTOR "Pipo" GOROSITO, ex jugador argentino, cuando era técnico de Lanús, en 2005, refiriéndose a los plateístas de esa entidad que insultan y van con sus hijos)

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El crítico de fútbol es un privilegiado que empieza a jugar cuando el partido termina: por eso gana siempre.

(FERNANDO NIEMBRO, periodista deportivo argentino)

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Precaución - John Terry (VII)

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La patada (Marcelo Bentaberry - Argentina)


(un cuento para leer con canilleras…)

-Y sí… reconozco que fui un poco fuerte, tal vez demasiado, pero... ¿qué querés que le haga??? El tipo me sacó, me hizo enojar como nunca, ¿qué le voy a hacer?
-Y sí… reconozco que fui bastante fuerte, o mejor dicho muy fuerte, pero estaba enojado, mucho, ¡¡muy, muy enojado!!
-¡¡El guacho se metió con Ofelia!! y a mi que no me toquen a la Ofelia, para mi la Ofe (así es como yo la llamo en la intimidad) es todo, es mi vida, es mi sol, es mi... TODO ¡¡Y no voy a permitir que ningún guacho la llame vaca, ni chancha, y menos gorda obesa, ¡eso es imperdonable!
-¡Yo sé que me quiso hacer calentar, pero que no se meta con la Ofe, ¡con ella no!
-Reconozco que está un poco entrada en kilos, pero igual la quiero, y ese guacho no se tenía que meter con ella. Si al final yo soy el que le da de comer, para eso le doy todo el sueldo, y tengo además del fútbol dos trabajos más. ¡La cama reforzada la compré yo, y la ropa XXXL la pago yo, no él!
-¿Qué se mete ese con la Ofe, me querés decir? ¿cómo no me voy a enojar?
-Si, reconozco que estuve un poco violento, y por eso creo que debo pedirle disculpas después de que han pasado estos días, o mejor dicho semanas, no, en realidad... 18 meses de la patada. Le tendría que pedir disculpas, pero él también a mí, porque no nos olvidemos que me ofendió a la Ofe!!
-¡Yo sé que estuve mal, que levanté un poco la pata en esa trabada, pero estaba enojado. Sé que fui mal y con la pata alta, y me di cuenta, que se me había ido la mano, cuando la otra pata mía le pegó en medio del estómago, pero con la derecha reconozco que me desubiqué.
-Con la derecha lo agarré en la rodilla, ¿y qué querés? Si me había ofendido a la Ofe!!
-Me di cuenta que tal vez lo había lastimado cuando sentí el ruido, ese crassssh me pareció feo, pero tené en claro que mi enojo era más.
-La sangre pensé que era de la boca de él, porque también le di un buen codazo, pero nunca pensé que la patada…
¿No me jodas, que no va a poder practicar ningún deporte nunca más? ¿que apenas puede doblar la rodilla con la ayuda de sus manos?
-¡Y bueno si me había ofendido a la Ofe, ¿qué querés? ¿qué lo felicitara?
-¿Pero algún deporte podrá practicar? Ah, no, ¿ninguno?
-Entonces que juegue al dominó, o al ajedrez, pero a mi Ofe no la toca nadie, y menos los rivales:
- ¡¡La Ofelia es la más grande!! ¿de qué te reís? ¿o querés que te pegue una patada a vos también?

(agradezco a Marcelo el autorizarme a publicar este soliloquio con todos ustedes, que intenta arrancar una sonrisa al lector en vez de ser una incitación a la violencia. Que quede claro. De no haber sido escrito con ese espíritu no estaría en este blog. Gracias Marcelo nuevamente.)

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Si bien la infraestructura con la que cuenta el equipo es muy buena, me sorprendió que no hubiese un vestuario. Los jugadores se cambian a un costado de la cancha y no se bañan. Tengo entendido que es porque no se pueden ver desnudos. Entrenás, te cambiás y volvés a tu casa a bañarte.
Para mí era todo nuevo y la primera vez que fuimos a un estadio grande a jugar, terminó el partido y yo me saqué la ropa para ir a bañarme. Todos me miraron muy extrañados y entonces enseguida me volví a poner los pantalones.


(GERARDO "Karibito" MORALES, jugador uruguayo del club Mes, de la ciudad de Kerman, contando sus vivencias en el fútbol iraní. Publicado el 08/01/2008 en el diario "El País" de Montevideo)

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Yo pensé: Él está hecho de carne y hueso, como yo. Yo estaba equivocado.

(TARCISO BURNIGCH, defensor italiano encargado de marcar a Pelé durante la Copa del Mundo de 1970)

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La manía de estropear las cosas sin necesidad es el gran mal del barcelonismo. Siempre tiene que pasar algo que no nos deja ser felices unos cuantos años seguidos.

(CARLES REXACH, ex jugador y entrenador del Barça. Tomado de su libro "Ara parlo jo")

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Precaución - John Terry (VI)

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CANARIOS - F.C. Nantes (Francia)


Apodados "Canarios", en clara alusión al colorido amarillo de su uniforme, el Footbal Club Nantes Atlantique fue creado el 21 de Abril de 1943, contando con uno de los mejores palmarés del fútbol francés con ocho Campeonatos y tres Copas de Francia.
El Club Nantes es el representativo de la ciudad homónima, del departamento de Loira Atlántico y de la región Países del Loira. Se crea de la fusión de varios clubes de la ciudad: el Saint-Pierre, el Stade Nantais U.C., el A.C. Batignolles, el l'A.S.O. Nantaise y el Mellinet.
Más que valorar un número importante de campeonatos y éxitos en su rico historial, los Canarios son portadores de una filosofía de juego y valores colectivos instaurados por los fundadores del club y que se mantienen vivos con el paso del tiempo.
El Nantes irrumpe en el campeonato profesional de la segunda división francesa a partir de la temporada 1945-46, después de un período de aprendizaje, bajo el impulso de hombres como el Presidente Marcel Saupin, verdadero icono de la institución.
Es necesario esperar once años para ver a los "Canarios" acceder a la primera división (1963) bajo la dirección técnica de José Arribas, entrenador emblemático que permanecerá en el puesto hasta 1976. El FCN confirma inmediatamente que no usurpó su lugar entre los mejores: conquista dos títulos nacionales en 1965 y 1966. Le sigue un período de transmisión que desemboca en la tercera corona (1973).
Los años 70 afirman el clásico contra el Saint-Etienne y en el verano de 1976 Jean Vincent sucede a José Arribas. Su sapiencia se ve tiempo después cuando los Canarios ganan el campeonato de 1977 y repiten en 1980, además de haberlo conducido tres veces al segundo lugar.
El palmarés del Nantes se enriquece también con la victoria en la Copa de Francia de 1979 ante el Auxerre, un trofeo que se había negado en tres ocasiones y este éxito les abre las puertas de la Liga de Campeones (hoy Champions League).
La presentación es un éxito, siendo eliminado por el Valencia en semifinales, después de haber sacado del torneo al Steaua Bucarest y al Dínamo de Moscú.
El cambio de década no afecta de ningún modo la dinámica nantesa. Resultado: un quinto título en 1983 y una cantera de juveniles que es modelo en Europa, las generaciones futuras se preparan bajo la tutela de antiguos jugadores de la casa. Campeones del Mundo con Francia en el Mundial de 1998 y vencedores de la Euro 2000, salieron de este "vivero": Didier Deschamps, Marcel Desailly y Christian Karembeu entre otros cracks.
No se consiguen grandes resultados a comienzos de los 90’ y en la temporada 91-92 el club presenta graves problemas financieros. Gracias al plan de rescate establecido por los dirigentes, en el año 1992 el club cambia su antiguo nombre de Football Club de Nantes, añadiéndole el Atlantique, al estar al borde de ser descendido administrativamente a segunda división.
En la primavera de 1995 y bajo la conducción de un entrenador carismático, Juan Claude Suaudeau, los canarios se consagran Campeones de Francia con una nueva marca de invencibilidad: treinta y dos partidos sin derrotas.
Alcanza las semifinales de la Liga de Campeones 95-96, siendo eliminado por la Juventus de Turín. Prosigue su carrera en el campeonato de Francia (tiene el récord de 44 temporadas consecutivas en Primera División), ubicándose en el tercer puesto en la temporada 96-97 y en la 99-00. El octavo título llegaría en la 2000-2001 y dos Copas de Francia en 1999 y en el año 2000.
Tras estos logros se inicia en el club un período negativo que culmina en el año 2007 con el descenso a segunda división poniendo fin a 44 años de presencia ininterrumpida en la elite del fútbol francés, que pierde a uno de sus equipos históricos reputado por su forma particular de entender el deporte basada en la cantera y en una filosofía muy particular de ver y sentir el fútbol.
Oficia de local en el Estadio "La Beaujoire", que cuenta con una capacidad de 38.489 espectadores y fue inaugurado en Mayo de 1984. El antiguo estadio del equipo era el Stade “Marcel-Saupin”.

Palmarés
Liga de Francia (8): 1965, 1966, 1973, 1977, 1980, 1983, 1995 y 2001
Copa de Francia (3): 1979, 1999 y 2000
Supercopa de Francia (3): 1965, 1999 y 2001
Subcampeón de Liga (7): 1967, 1974, 1978, 1979, 1981, 1985 y 1986
Subcampeón de la Copa de Francia (5): 1966, 1970, 1973, 1983 y 1993

Fuentes consultadas:
* Café fútbol
* Wikipedia
* Página oficial del Club Nantes

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