¿Cómo explicaría a un niño qué es felicidad?
No explicaría. Le daría una pelota para que juegue.
(DOROTHEE SÖLLE, teóloga y pacifista alemana, 1930-2003)
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El corroboró que los goleadores congénitos siempre tienen plena conciencia de dónde está el arco, como los musulmanes La Meca.
(ROBERTO FONTANARROSA, genial dibujante y escritor argentino, ya fallecido, refiriéndose al goleador chileno Marcelo Salas)
Doce pasos (Gustavo Tisera - Argentina)
En la cancha, mis jugadores dejan la vida.
(Cualquier director técnico de fútbol, de cualquier lugar del mundo)
El Jugador número 10 del equipo visitante estaba a un par de metros de la pelota. Tenía la mirada fija en ella, mientras se iba acercando confiadamente para volver a acomodarla en el punto de penal. La ubicó de la forma que le pareció más adecuada y se quedó con sus brazos en jarra, esperando que el árbitro diera la orden de ejecución. En la tribuna que se encontraba detrás de ese arco, los hinchas rivales lo insultaban violentamente, mientras que algunos de los fanáticos más exaltados se trepaban por el alambrado perimetral, amenazando con ingresar a la cancha en caso de que él convirtiera el gol. Ellos le juraban que no saldría vivo de la cancha.
El tablero electrónico del estadio indicaba que el marcador se encontraba cero a cero y que ya se había cumplido los noventa minutos reglamentarios. Lo más seguro, es que luego del penal, el réferi diera por terminado el encuentro. Este partido, no se trataba de uno más del torneo; era la mismísima final del Campeonato Nacional.
Unas cincuenta mil personas colmaron entusiastas el Estadio Olímpico, y tal vez medio país lo estaba viendo en directo por televisión o escuchando por la radio. Esa era la presión que tenía que soportar ese número 10, que estaba a punto de convertirse en ídolo indiscutido del club, o en el caso de fallar, de transformarse en el blanco de todos los insultos de esos mismos hinchas de su equipo.
El jugador miró el palo derecho del arquero, después el izquierdo, luego fijó su mirada en el arquero que intentaba intimidarlo con sus arengas, para terminar observando al árbitro que se demoraba en hacer sonar el silbato… hasta que finalmente, terminando con el patético suspenso, dio la orden.
En esa fracción de segundo en la que inició la carrera para patear el penal, pasaron por su mente mil imágenes, en las que él aparecía convirtiendo el glorioso gol, para luego festejarlo bajo una lluvia de flashes, celebrando la histórica victoria por toda la ciudad… Tampoco podía dejar de imaginar la emoción que seguramente, estaba sintiendo en ese momento su familia, sus padres y sus amigos. Pero nada lo intimidaba. Él estaba absolutamente convencido, de que no había ninguna posibilidad de que fallara ese tiro penal. Hizo tres ligeros pasos, e impulsó la pelota con su pié izquierdo hacia el palo derecho, mientras el arquero se lanzaba, sin mucha convicción, hacia el poste contrario. La pelota se dirigió tan mansamente hacia la red, que antes de que ella cruzara la línea de gol, ese talentoso número 10 ya había iniciado una alocada carrera festejando el tanto del triunfo.
Fue en ese momento cuando, desde la tribuna que tenía enfrente, un trozo de ladrillo fue lanzado por un violento hincha, impactándolo en la cabeza, a la altura de la sien. El héroe del partido cayó fulminado, exánime sobre el verde césped, mientras que la alegría de los hinchas, que ignoraban lo sucedido, se desataba en la tribuna visitante. Irónicamente, el jugador número 10 perdería la vida en el preciso instante en que el árbitro, mirando hacia el centro de la cancha, convalidaría el gol, decretando el fin del partido.
(Muchísimas gracias a Gustavo Tisera, sufrido hincha de Talleres de Córdoba, por su consentimiento para la publicación de este cuento)
¿Qué le dijo a Michel para que reaccionara de aquel modo?
Michel lo que quería era provocarme y lo logró. Ahora no recuerdo que fue lo que le dije, pero el 'agarrón' es considerado en mi país una falta de respeto.
¿Le sorprende que en España sea más recordado por su incidente con Michel que por su fútbol?
Lo que pasa es que a la gente le gusta el vacile y el morbo, y como eso lo sacaron por todas partes a los hinchas no se les olvida la famosa ‘tocada’. Me acuerdo que por donde íbamos la gente me preguntaba por el tema. Acá en Colombia a mi papá todavía le gastan bromas porque siempre le regalo camisetas del Real Madrid.
(CARLOS "El Pibe" VALDERRAMA, recordando en "Marca", del 28/02/06, su paso por el fútbol español y en particular el episodio con Michel)
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¡Tú eres malo, muy malo! ¡Siempre negativo, nunca positivo!
(LOUIS VAN GAAL, ex entrenador del F.C. Barcelona, durante una rueda de prensa gritándole a un periodista holandés)
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Diariero, albañil, heladero y pintor… ¿Cuánto tiempo le dedicaste a cada oficio y qué tal eras en cada uno?
No me acuerdo exactamente. Hice todo eso por necesidad, ya que éramos 12 hermanos y todos teníamos la obligación de colaborar. Lo que más recuerdo es cuando vendía diarios en los colectivos llenos, pasando entre la gente que viajaba cansada luego de trabajar. Y en verano vendía helados.
¿Cómo te llegó la convocatoria para jugar de pintor del Monumental en el Mundial del 78?
Cuando se hizo una de las torres de iluminación de River, había que pintarla y ponerle antióxido. Una de esas tareas le tocó a mi hermano y, como yo trabajaba con él, aunque tenía 15 o 16 años y estaba por debutar en Primera, lo ayudé. O sea que, en algo, participé en los dos Mundiales.
(JORGE BURRUCHAGA, Campeón Mundial en México 1986, repasando episodios de su adolescencia)
El último líder de River fue Gallardo. Después de él yo no conocí otro referente que se cargara al hombro lo que se cargaba Gallardo.
(GERMÁN LUX, ex arquero de River Plate, opinando sobre la falta de liderazgo en el equipo de Nuñez)
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Nunca caminarás solo (Richard Rodgers-Oscar Hammerstein II)
Cuando camines atravesando una tormenta
mantén bien alta la cabeza
y no te preocupes por la oscuridad.
Al final de la tormenta
hay un cielo dorado
y la canción de plata dulce de una alondra.
Camina a través del viento, camina a través de la lluvia
aunque tus sueños se vean sacudidos y golpeados.
Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón
y jamás caminarás solo….
nunca caminarás solo.
Sigue caminando, sigue caminando, con esperanza en el corazón
y jamás caminarás solo.
nunca caminarás solo.
La canción "Nunca caminarás solo" (You’ll never walk alone) fue compuesta para el musical “Carrusel”, estrenado en Broadway (1945) e interpretada por Christine Johnson.
En Inglaterra, la versión más famosa la realizó en 1960 un grupo del barrio de Merseybeat (Liverpool) llamado Gerry & the Pacemakers, quienes alcanzaron con ella el Nº 1 en las listas británicas el 26 de Octubre de 1963, puesto que no abandonó en cuatro semanas. Rápidamente se convirtió en el himno del equipo de fútbol local Liverpool F.C. y desde entonces es invariablemente cantada por la afición de los reds momentos antes del comienzo del partido.
La frase “You’ll Never Walk Alone” la podemos observar en el escudo del club.
Para ganar, no es preciso jugar feo, como dicen los pragmáticos.
(TOSTAO, ex jugador brasileño, Campeón del Mundo en México '70)
A mí no me gusta que traigan a Higuaín y Gago. Yo me he criado en la cantera y creo que hay jugadores en la cantera que tienen una valía inmensa, pero hay que darles una oportunidad. En Europa tenemos una costumbre muy mala en ese sentido. Si el Madrid es el mejor equipo del mundo tiene que tener la mejor cantera del mundo y ojalá que todos los canteranos pudieran llegar al primer equipo como llegué yo.
(IKER CASILLAS, arquero de Real Madrid, en una entrevista publicada en el diario ”As”)
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Fernando Gamboa contó alguna vez la siguiente anécdota.
Un día antes del clásico con Central por el Apertura de 1990: “Era domingo después de la siesta (el partido se jugaba el lunes). Yo estaba en el pasillo, jugando con un pacman y se me acercó Bielsa. Me miró y me preguntó si tenía ganas de jugar, si estaba ansioso porque llegara el momento. Yo, a todo esto, seguía jugando, hasta que de pronto me dice:
- Pará, mirame, te estoy hablando
Dejé de jugar y le contesté:
- Tranquilo, profe, ¿qué pasa?
Me vuelve a mirar fijamente y me pregunta:
- ¿Qué daría usted por ganar este clásico?
- Todo, absolutamente todo, soy capaz de trabar con la cabeza- contesté.
No le satisfizo la respuesta y me dijo:
- Más, hay que dar más
- ¿Algo más? ¿Le parece poco?
Fue entonces que me mostró la mano y me dijo:
- Si me aseguran ganar, me dejo cortar este dedo”.
(extraído del blog "Frases bielsistas")
A mi me gustaba el fútbol cuando lo jugaban los líricos y los tuberculosos. Pero ahora se ha convertido en refugio de millonarios.
(BENITO QUINQUELA MARTÍN, (1890-1977), pintor, grabador y muralista argentino, considerado el pintor del Riachuelo)
Veni, vidi, vinci (Erath Juárez - México)
¿La pasión por el fútbol desaparecerá en el futuro? Parece que no, que entre naves espaciales, nuevos planetas y seres ápodos y con cuerpos multiformes, un penalti seguirá siendo un penalti.
Veni, vidi, vinci
(Cayo Julio César)
Junio 12, año 2450
Después de un largo viaje, la selección terrícola hace su llegada al planeta Xard. Se disputa por primera vez la copa Intergaláctica de fútbol. Me llamo Diego Armando y llevo la camiseta número diez. Represento a México, pero en ésta ocasión a la Tierra.
Ocho selecciones de distintas galaxias se reúnen a disputar la “Copa Ronaldinho”, llamada así en honor al talentoso jugador que militaba en un equipo español que ahora nadie recuerda, pero que en el siglo XXI fue de los mejores en la Tierra. Se dice que pudo no haber sido terrícola, ya que sus habilidades eran de “otra galaxia”. Pero la verdad nunca se sabrá.
La selección de la Tierra está conformada en su mayoría por jugadores del equipo que este año resultara campeón mundial por segunda vez consecutiva, la selección de España. Los refuerzos son tres jugadores de Argentina, tres de Brasil y tres de México. Todos comandados por el director técnico Unindal Stchai del planeta Bitheniat.
A pesar de ser los inventores del juego, los terrícolas no somos los favoritos para llegar a la final. Para colmo estamos colocados en el “grupo de la muerte”, junto a las selecciones de Brannab, Zeant y Phar. El grupo fue llamado así porque nuestros tres contrincantes han alguna vez tratado de invadir la Tierra. Ya han pasado muchos años de eso pero, como sabemos, algunas llagas jamás cicatrizan.
Mañana es el primer juego. Nos toca jugar con Brannab. Será un juego difícil. Sus jugadores miden casi dos metros y medio de alto, por lo que debemos cuidarnos de su juego aéreo. Nuestro técnico Unindal ya tiene preparada la estrategia. Esperamos que el árbitro (que es cíclope) no nos perjudique.
Junio 13
El partido de hoy fue muy duro. Uno de los españoles salió lesionado y ya no podrá continuar con el torneo. Hemos ganado por tres goles contra dos. Creo que los brannabes se cansaron de tanto patearnos. Qué bueno que nuestro técnico tiene dos corazones, porque uno de ellos dejó de funcionar. El partido no fue apto para cardíacos. Remontamos una desventaja de dos goles. Al final, clavé el último gol a tan sólo dos minutos de que acabara el juego. Eso enfureció al portero contrario. Me lanzó una sustancia ácida de su boca que fue a parar en el pie del español. Por supuesto que el árbitro cíclope no vio lo que ocurrió. Jugamos dentro de tres días contra Phar. Esos reptiles son muy veloces. Haremos lo que se pueda.
Junio 16
Nuestra clasificación se decidirá en el último partido. Empatamos a cero goles con Phar. No les veíamos ni el polvo. Por fortuna no son muy diestros con el balón. No perdimos gracias a nuestro portero argentino. La selección de Zeant lleva dos partidos ganados en fila, los dos por goleada. Tienen un portero octópodo imbatible. Lo “nacionalizaron”, pues él es oriundo del planeta Ecandre. Son los favoritos junto con los anfitriones xardos. Tenemos tres días para descansar y prepararnos. ¿Qué si estoy nervioso? Mucho. Y es porque los oriundos de Zeant son la raza más bélica del universo. ¿Será por eso que los otros equipos no metieron ni las “manos” en sus confrontaciones?
Junio 19, 6:00 horas tiempo de Xard
Antes del partido, “el profe” nos ha dado las indicaciones. No regalaremos nada a nuestro contrario. Por lo menos, haremos todo por ganar. En el otro grupo resultó finalista el equipo de Xard. Otra vez el árbitro cíclope se vio envuelto en una mala decisión. Marcó un penalti inexistente a favor de Xard. Ya hemos vencido en otras ocasiones a los bicéfalos xardos. Hay probabilidades de ganar la copa cuando nadie daba nada por nosotros. Espero anotar un gol esta noche.
Junio 19, 27:00 horas tiempo de Xard
Aun no puedo creer lo que ha sucedido el día de hoy. Hemos hecho historia en este campeonato. Le hemos ganado a la selección favorita. El partido se jugó en su mayoría en la mitad del campo. Duras entradas por los dos bandos. Acabamos con nueve jugadores, y ellos también. Nos llevamos la peor parte. Hemos perdido a dos españoles más por lesión y dos por expulsión. Para la final estaré acompañado por puro jugador latinoamericano. El único gol fue en tiro libre. El disparo no iba con mucha fuerza, pero iba angulado y con efecto. El portero octópodo tropezó con una de sus extremidades. Alcanzó a rozar el balón pero no pudo evitar que se colara en su meta. El estadio se convirtió en una sucursal del manicomio. Los arrogantes zeantis habían sido derrotados. Nos han comunicado que en la Tierra no han parado de celebrar. Tenemos tres días para preparar la final. El “profe” Unindal pudo reparar su otro corazón. No queremos que se nos descomponga en plena final.
Junio 22
¡Campeones! Sí, lo hemos logrado. El partido del siglo. Después de empatar a tres en el tiempo regular y en los tiempos extras, el juego se decidió por la vía del penalti. Ante más de cinco mil millones de televidentes de todas las galaxias (pago por evento), uno a uno fue tomando su turno para ejecutar la pena máxima. Nadie fallaba. El último turno de los xardos fue errado. Su jugador voló su disparo a las tribunas de fea manera. Me tocó cerrar la tanda de penaltis. Si anotaba éramos campeones, si fallaba nos íbamos a muerte súbita. No tomé mucha distancia. El portero se lanzó hacia su derecha. ElVenividi - Fraga disparo se incrustó en el ángulo opuesto. Por fin, después de cientos de años, la Tierra resultaba campeona de la galaxia. Corrí hacia una de las cámaras de TV. Detrás de mí los demás jugadores trataban alcanzarme. Los xardos de las tribunas lloraban desconsolados. Para esa ocasión, debajo de mi camiseta escribí un mensaje que copié de un libro de historia. Las mismas palabras que alguna vez usó un célebre conquistador y que sólo en la Tierra podrían comprender: veni, vidi, vinci.
(Un especial agradecimiento a Erath Juárez, autor de "Veni, vidi, vinci" y también al excelente dibujante Fraga, quien ilustró este cuento de ciencia ficción)
Primero, antes que nada, quiero ver si puedo dirigir mi casa.
(CARLOS BIANCHI, técnico argentino, respondiendo ante las últimas ofertas para volver a dirigir en Argentina)
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Como un portero no llegue al vestuario lleno de barro, no es portero.
(JAVIER CLEMENTE, entrenador español, no dejando en claro la función de los arqueros en los días en que no llueve)
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¿La charla técnica que más recordás?
Una que dio Ángel Cappa. Antes de un partido por la Mercosur teníamos que pasar por una oficina a firmar un papel. Salimos cagando a la cancha y la charla duró un minuto. Dijo que ya habíamos hecho todo en la semana y que sólo quería que jugáramos al fútbol y que le regaláramos el partido. Esa fue la charla, nada más. Ángel también me dejó muchas cosas. Un tipo muy claro, de ir por el convencimiento.
¿Y de Basile no te acordás ninguna?
La del adiós. “Muchachos, me voy –nos dijo–. Prometí que si no salíamos campeones de la Libertadores me iba. Fueron uno de los grupos más lindos que tuve. Chau”. Y se fue caminando. Nos quedamos todos tildados. Pintaba para el discurso y sólo fueron veinte segundos. Pero fue clarísimo. Un grande.
(RUBÉN "El Mago" CAPRIA, jugador argentino, en revista "El Gráfico" de Noviembre de 2004)
El único que podía vencer a Brasil era Brasil.
(CARLOS PARREIRA, DT del Brasil campeón del Mundial 94, días después de la final)
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Lo único que recuerdo de ese momento es que pensé que me moría.
(TAB RAMOS, ex jugador estadounidense de origen uruguayo, horas después de ser internado en un sanatorio de California durante el Mundial 94. Había recibido un tremendo codazo de Leonardo, lateral brasileño, en el partido que Brasil le ganó a USA por 1 a 0. Leonardo debió pagar una multa de 10.000 francos suizos a la FIFA, además de ser sancionado con 4 fechas de suspensión)
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Nunca le hice un planteo a nadie, lo juro por mis hijas, para sacar del medio a alguien.
Al contrario, si a Bilardo alguna vez le hice un planteo fue para que dejara en el equipo a Caniggia. Y esto que quede escrito, lo digo por primera vez: si Bilardo dejaba afuera del Mundial '90 a Caniggia, yo... ¡no lo jugaba!
Pero en lo de Ramón Díaz me quiero detener y repetir: lo juro por mis hijas, que es lo que más quiero en la vida, que yo nunca me opuse a que Ramón se sumara al Seleccionado. El que nunca se lo planteó fue Bilardo... El habrá pensado que yo estaba peleado con Ramón porque Ramón era amigo de Passarella, y Passarella sí estaba enfrentado conmigo. Lo que Ramón Díaz hizo fue tirarse del lado de Passarella cuando Passarella se fue al Inter. ¡Y eso es lógico! Si Passarella se va al Inter, o viceversa, me parece bárbaro, que el Pelado haga las relaciones con quien más le convenga. ¡Qué va a hacer conmigo si yo estaba en el Napoli!
En el '89, cuando el Inter salió campeón con el Pelado como figura, me crucé con él en la cancha y le grité, para que se dejara de joder con las giladas del Seleccionado: "¡Ojalá que Bilardo te llame, así te dejas de inventar boludeces!". Lo cierto es que un año después, cuando Bilardo definió el equipo para Italia '90, el Pelado no hacía un gol ni en un arco de veinte metros.
Más todavía: ¿saben quién le enseñó a definir a Ramón? ¡Yo, papito! En el 79, cuando fuimos a jugar el Mundial Juvenil a Japón, le metí en la cabeza que para hacer goles no tenía por qué agujerear a los arqueros... El cabeza de termo le apuntaba al pecho, cerraba los ojos y ¡pum! Era un asesino, sí, pero no era un goleador... Después, aprendió. De nada, Ramón.
(extraído del libro "Yo soy el Diego", Ed. Planeta, pág. 83)
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Marcar un gol, me produce más placer que el sexo. Ambas cosas nos producen naturalmente una buena sensación, pero creo que para mí es más importante marcar goles. El fútbol es mi vida y por él lo haría todo. Por el sexo no tanto.
(BASTIAN SCHWEINSTEIGER, jugador alemán, en declaraciones a la revista alemana "Bravo Girl", publicación que lo eligió símbolo sexual en el 2006)
La verdad es que nos tenía un poco hartos con esa jugadita...
(La risa es inevitable en AMÉRICO "Tolo" GALLEGO al contar que en los entrenamientos del River Plate, de mediados de los 80, el uruguayo Enzo Francéscoli en los entrenamientos practicaba la célebre jugada que concretó el 08/02/86 en Mar del Plata en el recordado triunfo ante la Selección de Polonia por 5 a 4)
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Mis amigos españoles me dicen chaquetero por la facilidad que tengo para cambiar las preferencias por un equipo de fútbol. Razón no les falta. Pasa que de niño simpatizaba con el Atlético de Madrid pues jugaban Rubén Cano, el "Ratón" Ayala, Ramón Heredia, etc. Me hago del Barça con la llegada de Menotti. Al leer la historia "merengue" me entusiasmé con el Real Madrid con jugadores como Di Stéfano, Rial y Wolff.
Amo tanto el fútbol que no puedo concentrame en un solo equipo. Mi equipo es el fútbol.
(ANTONIO BIRABENT, músico argentino, opinando sobre fútbol en el programa de ESPN "Simplemente fútbol")
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Brille el fútbol (Jordi Gómez Suay - España)
conquiste su corazón y llene su mente
que tal como nos alegra una pelota
sea capaz de dejarnos el alma rota.
Es un gran juego y un gran deporte
alzado a la más alta competición
donde la derrota se acepta con buen porte
y la victoria se espera con ilusión
cuando el extremo dribla de un recorte
que hace vibrar a toda la afición.
Pero tiene el fútbol una mayor grandeza
que no se puede apreciar por televisión
que se descubre cuando vencemos la pereza
y nos vestimos con el corto pantalón
donde no se ve ningún hincha que reza
y se cuenta hasta el precio del balón
y luego en el bar hay que pagar la cerveza
porque a nosotros no nos invita el patrón.
¡Viva el fútbol!
(Agradezco a mi amigo, catalán de pura cepa, el permitirme compartir este cuento con todos ustedes. Muchas gracias Jordi!!)
Merecíamos que fuera sincero con nosotros. Por más que duela, hay que ir siempre con la verdad.
(JUAN SEBASTIÁN VERÓN, "atendiendo" al "Cholo" Simeone, ayer 3/1/08, en relación a la conflictiva salida del ex DT de Estudiantes de esa institución)
En mi academia, el que tira el balón afuera sale del equipo.
(CARLOS "El Pibe" VALDERRAMA, ex futbolista colombiano)
El fútbol no es un juego perfecto. No comprendo por qué se quiere que el árbitro lo sea.
(PIERLUIGI COLLINA, ex árbitro italiano)
Alejandro Apo charlaba con el periodista Fernando Bravo y, juntos, escuchaban unos viejos audios de Héctor "Bambino" Veira. Y contaba, siempre anecdótico, el Bambi: "Casi todas las noches íbamos con unos amigos a escuchar cantar tangos al "Polaco" Goyeneche, y yo ya le sabía más o menos cuándo cantaba cada tema. No sabés lo que se moría de risa el Polaco cuando yo le gritaba: ¡¡Saquen el paraguas que va a cantar "Garúa"!!
Canallas (Claudio Cherep - Argentina)
A Diego Fernández, centrojás de la militancia
-Eso es culpa de lo amargos de Centraaal. Esos hijos de un vagón de putas tienen la culpa. A mí no me lo sacan de la cabeza. Que querés con esa mugre. Me cago treinta mil veces en Poy, la paloma y la puta que lo parió. Y no sé cómo carajo el Poroto Saldaño se pudo poner alguna vez esa camiseta de mierdaaaa!!! Guachos. Turros. Eso es lo que son. Cagadores. Nacieron cagadores. ¿0 me vas a negar que nacieron cagadores? Si me lo negás sos tan hijo de puta como ellos. Porque vos sabes bien que son unos cagadores. Decímelo, ¿o té volviste light vos también?, ¡¡¡cagón de mierdaaa!!!
Así. 0 más o menos así, me despertó la madrugada del viernes una voz conocida, pero difícil de detectar desencajada y a las cinco de la mañana.
Yo francamente, no soy de levantarme temprano, pero ese día lo iba a hacer. Me había comprometido a ir al Iturraspe a dar sangre para la abuela del Marcelo Urbina, que se había caído en la bañera y le había quedado la cabeza marcada como mapa político de la nueva Unión Soviética. No le podía decir que no al Marcelo. La Nona era como una madre, porque lo había criado a él. Y justamente por haberlo acompañado a cuidar a la vieja (o a lo que quedaba de la vieja, porque, con total honestidad, por más que a la vieja le coloquen sangre azul, yo no sé si va a zafar de ésta), me había acostado tarde y sin tomar una gota de vino.
Si ni siquiera Julián Weich se puede sonreír habiéndose acostado a las 3, sin un trago y sabiendo que al otro día tiene que levantarse a las 6 para ir a dar sangre en ayunas, se imaginarán cómo estaba yo cuando esos gritos me retumbaron en el oído como la cabeza de Martillo Roldán después que Hagler le diera aquella paliza memorable.
-Quién mierda hablaba puta madre, ¿qué pasó?- balbuceé un insulto leve.
Y apenas se sintió correspondido, el fundamentalista la siguió.
-Encima vos te hacés el que no me conocés la voz, forro!!! Habla Víctor, pelotudo. Víctor Márchese. Si querés decime Víctor. Y si no, decíme “el tipo más pajero del mundo”, que para el caso es lo mismo. Rosario Centralll... Rosario Centralll, pero quién mierda se creen que son... Academia. Academia las pelotas. Academia de danzas clásicas pueden ser ésos, si son todos huecos. Gigante de Arroyito... Ayyy, el Gigante de Arroyito. Gigante de la poronga es ése.
Naturalmente que me despabilé en treinta segundos, miré el reloj, me incorporé en la cama para apoyar la nuca en el respaldo y sin hacer ningún análisis sociológico de la llamada, sin siquiera pensar que algún psiquiatra amigo podría haber resuelto el caso mejor que yo, le dije: -Víctor. Para un poco...-Ahhh. Y vos querés que pare. Vos también me querés cagar, hijo de puta. Esos son mis amigos
-No. Pará un poco porque yo no entie...-Pará, nada. Pará un poco nada. Cómo voy a parar un poco. ¿Qué soy, boludo, que tengo que parar un poco? Resulta que a mí los canallas hijos de una constelación de la Osa Mayor de putas me cagan la vida y el señor me pide que pare un poco...
-Paraaaaaaaá. Paraaá. Pará. Escúchame. Tenés dos hijos. No podés estar en pedo a las cinco de la matina de un viernes. Después te quejas si tu señora... -Mi ex señora...
-... si tu ex señora, carajo, no te los deja llevar. Que querés. Si vivís en pedo, hijo de puta. Pronto me di cuenta de que mi amigo no estaba borracho. Por el contrario, estaba increíblemente lúcido, fresco como una nochecita de agosto en Villa La Angostura y blasfemaba a conciencia. Casi un caso de demencia bilardiana o algo así, pensé. Una posesión demoníaca. Un ataque neurótico como quien escucha un CD de Cris Morena.
Y tenía más para decir.
-Sabes por qué son tan guanacos los de Central... sabes por qué “canallas” les queda justo como túnica a María Marta Serra Lima... ¿sabés por qué? ¿Sabés o no sabeeeés?
La respiración se le entrecortaba a mi amigo. Jadeaba como en un encontronazo amoroso con Lía Crucet. Gritaba.
-Mira Víctor, tu madre será una santa, pero vos sos un reverendo hijo de puta. Yo tengo que ir a dar sangre, dormí dos horas y no tengo por qué soportar a un mesiánico de mierda que me despierta para protestar contra Rosario Central. Por qué no vas a protestar a las marchas de los jubilados, la puta que te parió... Por mí te podés morir vos, Vesco, Bóveda, Cabral, Pascuttini, Teglia, Central y todos juntos mientras yo estoy durmiendo -le dije yo-, que empezaba a perder la paciencia.
Y entonces el tipo respiró mejor, equilibró su ritmo cardíaco como por arte de magia, hizo un silencio sabio como para pedir disculpas y relató.
-Anoche me fui a comer con mi primera esposa. Teníamos que arreglar todo el tema del divorcio de común acuerdo antes de que los “bogas” se queden con todo, Apareció bien vestida la guacha. Pintadita. Se puso un vestido abierto en la espalda, escotado, corto, que me hizo pensar “ésta quiere guerra de nuevo”. Pero nada más lejano, che. A los cinco minutos la tilinga mostró las uñas. Se quieren quedar hasta con la tapa del inodoro, se quiere quedar. ¿Y querés más? Encima, impide que le pague por los chicos como si fueran la Zulemita y el Aíto de la Rúa. Y sabes para qué quiere la guita, ¿sabés para qué la quiere? La quiere para gastársela en la Peluquería.
Para salir con las turras de las amigas. Pero eso es por esos hijos de una gran puta de Rosario Central. No es por otra cosa. Me pidió 400 pesos por cada chico. Y de dónde voy a sacar yo esa guita, de dónde. Además los malcría. Si va al teatro no te va a sacar tertulia la guacha. Ahh, no. La señora no va a tertulia. Palco o nada. Y zapatillas... zapatillas no pueden ser de lona, como la que usábamos nosotros, tienen que ser esas de esquiadores. Me podés explicar para qué mierda quiere en Santa Fe, donde hace 45 grados a la sombra de un ombú, esas zapatillas que usó el Turco Borlle para subir al Volcán Lanín. Déjate de joder. Rosario Centrallll... Rosario Centralll... Hijos de puta. Dos bocados comí. Dos bocados y no pude tragar más nada. Pero eso sí, me cobraron como si hubiera ido a cenar en los jardines del Palacio de Buckingham. Para colmo, la miserable de mi ex, que cuando estábamos juntos le comía el queso a la trampera de los ratones, sabes que pidió, ¿sabes qué pidió? Pidió una copa de camarones que en su vida había comido.
Daba asco ver los bichos esos, bigotudos como mi suegra, nadando en una salsa calamitosa. Náuseas daba. Y ella los saboreaba y me miraba por arriba de ese lunar, porque, la verdad, ese lunar... cuando le miro ese lunar todavía me calienta... me miraba y movía la boca... ya sabes como la movía...
Por eso te digo que la culpa es de los recontra vigilantes de Central. De esa lacra rosarina engreída y alcahueta.
Porque para completarla, cuando salí, me habían llevado el auto los del CES, que no me extrañaría que estén entongados con mi ex. Porque yo no lo había dejado en las líneas amarillas.
Ni loco lo dejo en esas rayas amarillas que con el pavimento azul me hacen acordar a los guanacos de Rosario Central. Yo había estacionado como se debe. Y cómo mierda no vi la grúa. Si tiene que haber pasado delante nuestro. Cómo no la vi por la ventana. ¿O habrá sido esa atorranta que la vio y no me dijo nada? Seguro fue ella.
Y yo me tuve que ir en taxi hasta 27 de Febrero. Y ahí la rematé. Llegué como para levantar las barreras soplando. Y me había olvidado la billetera en el restaurant. Tuve que volver y pagar dos viajes. Caminaba por las paredes ya a esa hora. Volví. Los puteé uno por uno a todos los inspectores y a los empleados administrativos. Y cuando voy a llevar el auto: Zaas. Resulta que una vez que logré sacarle ese pegamento de mierda que le ponen a las puertas, que me cansé de escupir el pañuelo de seda ese que vos me regalaste, cuando lo dejo en la calle y enfilo para irme a apolillar: tenía una goma pinchada. Rosario Central la concha de tu madre.
Me arremangué. Saqué el gato. Lo empecé a levantar. Y no va que se me zafa y se me cae el auto. Agarré y dije: que reviente mi ex mujer, que reviente el auto, que se rompa la cubierta. Me fui quemando caucho, así como estaba, hasta una gomería. Ya eran como las dos de la mañana y no conseguía una por ningún lado. Así que destrocé la rueda. Pero qué carajo me importa. Ya me la van a pagar esos de Central. Porque esto no va a quedar así.
-Ufff... ¿Terminaste, Víctor?
-¿Qué, te jodí mucho?, perdóname. Pero, ¿sabes qué pasa? Pasa que…-¿Terminaste, sí o no?
-Sí, Cabezón, no te calentés.
-No me caliento. Y menos mal que no me caliento, porque si me enojo, me levanto y otra que el odontólogo Barreda, el desastre que hago con vos.
-Tenés razón, Cabezón.
-¿Ahora, te puedo hacer yo una pregunta?
-Pero cómo no me vas a poder preguntar vos, justo vos, que sos mi amigo, que me bancaste en tu casa cuando me echó esta hija de puta, vos que me prestaste la oreja. Claro, Cabezón, pregúntame lo que quieras. Ahh, ¿No querés que te pase a buscar para darle sangre a la abuela del Marcelito Urbina?-No. Escúchame. Lo único que quiero saber es qué mierda te hicieron los de Rosario Central. Qué mierda tienen que ver con tu ex, con los del CES, con el mozo, con el remisero... ¿Sería mucho pedir?
-Jé, pensé que te había dicho, Cabezón. ¿Sabés qué pasa? Esos turros están en la Mercosur. Y no nosotros. Si nosotros hubiéramos ganado un par de partidos más, yo anoche hubiera estado en el Morumbí de San Pablo, con los dos pibes míos y la bandera. Si ellos entraron por la ventana. Entraron porque nosotros perdimos esos últimos partidos de mala leche. Y bueno, si yo estaba ahí, no me hubiera tenido que bancar a la histérica de mi ex mujer, a los turros de los zorros grises, a los chorros del restaurant ni al gomero del auto. A lo sumo un par de goles abajo, pero de visitante. Y vos sabés que acá lo dábamos vuelta seguro. Acá era un trámite. Si ellos dejaron de ser un cuco desde que se fue Telé Santana.
(Extraído del libro “Hambre de gol”. Un sincero agradecimiento a Claudio, autor de este cuento por su generosidad al permitirme publicarlo.)
Allá por la década del 70 cuando Mario Alberto Kempes desparramaba defensores, metía goles inolvidables y jerarquizaba a Rosario Central, un emblema de ese plantel, Aurelio José Pascuttini reflexionaba así: "Mario tiene que ganar el doble de contrato y cobrar premios triple. Es un fenómeno, gracias a él todos nos llenamos los bolsillos. Ojalá se quede para toda la vida".
(Obviamente, Kempes fue transferido a España y aquel lapso triunfador quedó en el recuerdo. Extraído del diario "Clarín" del 22 de Febrero de 2006)