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LANCEROS - Ajax (Holanda)


El Ajax de Ámsterdam es el gran equipo pobre de Europa. Es sin duda la mejor cantera del fútbol del Viejo Continente. Cada año salen buenas camadas de grandes jugadores, de futbolistas que están entre los mejores del mundo, pero año tras año tiene que venderlos al mejor postor una vez que están formados y han demostrado su gran valía.
Si el Ajax hubiese sido capaz de guardar a jugadores de las últimas generaciones como Marco Van Basten, Frank Rijkaard, Ronald Koeman o Gerald Vanenburg, los "lanceros" de Ámsterdam podrían haber rememorado aquella época de los setenta en que fueron campeones de Europa tres años seguidos. Pero su bajo potencial económico le obliga a vender a las estrellas que de cada generación surgen en la fábrica más productiva del fútbol europeo.
La historia del Ajax comienza una mañana del 18 de Marzo de 1900, cuando un pequeño grupo de intelectuales y comerciantes, en su mayoría de religión judía, se reunieron en el Café “East India” de Ámsterdam. Cada uno de ellos había recibido una misiva escrita a mano en la cual se le invitaba a una reunión "con objeto de discutir sobre la fundación de un nuevo club de fútbol". Los promotores de la idea fueron Floris Stempel, Han Dade y Carel Reeser. El acuerdo fue inmediato.
Eligieron el nombre de "Ajax" para el recién nacido. Este apelativo pertenece en la mitología griega a un guerrero, diestro en el combate. De aquí deriva también el apodo de "lanceros", que distingue a sus jugadores.
Una curiosidad de los hinchas del Ajax, es el uso de la estrella de David y de la bandera de Israel, haciendo alusión al origen del club en un gueto de la ciudad de Ámsterdam. A lo anterior se le suma la presencia de presidentes y dirigentes deportivos de origen judío. De ahí el club recibe también el sobrenombre de judíos, o Hijos de Dios.
En 1902 el equipo holandés comienza su trayectoria en la Tercera División. Tras ir ascendiendo peldaños en 1908 se plantan en la división de oro. Los siguientes años son difíciles, el Ajax es uno de los "equipos-ascensor" que están entre Primera y Segunda.
1917 es el año que marca el inicio del palmarés de los de Ámsterdam. El Ajax retorna a Primera División y vence en la Copa de Holanda. Esta vertiginosa ascensión se culmina meses más tarde con la consecución del Campeonato de Liga. En la siguiente campaña repetirán el triunfo liguero.

El equipo judío de Ámsterdam

La década de los treinta será la que comience a fraguar la leyenda del Ajax, el mejor equipo holandés y uno de los punteros en Europa. Entre 1930 y 1939 los "lanceros" ganaron la Liga en cinco ocasiones (31, 32, 34, 37, 39).
Gran culpa de esta superioridad manifiesta en el fútbol de los Países Bajos la tiene el técnico que dirigía los destinos del Ajax, el británico Jack Reynolds. Además de destacados jugadores como Jan de Boer o Win Anderiesen.
La llegada de la Segunda Guerra Mundial va a transformar esos momentos dulces que vivía el equipo en una difícil existencia. Como el Tottenham es en Londres, el Ajax es el conjunto judío de Ámsterdam. La ocupación de la Alemania nazi de los Países Bajos trajo años en los que la comunidad semita fue perseguida y el Ajax, con una mayoría de seguidores judíos, prácticamente destruido.
Las influencias judías en el Ajax siguen vigentes hoy en día. Los "hooligans" del Ajax cuelgan una bandera israelí detrás de la portería. Mientras que algunos hinchas neo-nazis de otros equipos, como es el caso de los de la Haya, son famosos por sus campos antisemitas.
Terminada la Guerra el renacimiento del equipo rojiblanco es inmediato. La Liga holandesa de 1946-1947 tiene un dueño: el Ajax. La escuadra formada por gente joven tuvo sus principales puntos fuertes en hombres como Potharst, Van der Linden, Stroker, Stoffelen, Van Dijk, Draguer y Rinus Michels, que años más tarde, como entrenador, llevaría al equipo a conquistar la primera de las cuatro Copas de Europa que posee.
En 1957, tres años después de la introducción del profesionalismo en el fútbol holandés, llegará el noveno título de Liga. Ésta victoria le da derecho a participar en la primera edición de la Copa de Europa. En cuartos de final es derrotado por el potente equipo húngaro del Vasas Budapest.
1960 va a ser testigo de la conquista de la décima Liga de los de Ámsterdam. Los siguientes años van a estar marcados por el desconcierto, en los que el equipo no encuentra una línea de juego. Incluso en 1964 está a punto de bajar de división. Pero van a llegar dos hombres que van a cambiar el rumbo de forma radical y dar a los "lanceros" del Ajax su época de máximo esplendor, gloria y prestigio. Estos no son otros que Rinus Michels en el banquillo y Johan Cruyff en el terreno de juego.

El indiscutible número uno

La temporada 1965-1966 va a marcar el inicio de la supremacía indiscutible del Ajax en Holanda, y pocos años después, en toda Europa. Entre 1966 y 1973 el equipo de Ámsterdam fue campeón de Liga en seis ocasiones y de Copa en cuatro. En la campaña 71-72 los "lanceros" obtuvieron un récord que será difícil de igualar. De los 34 partidos de Liga, ganaron en 30.
En el concierto internacional también demostraron su gran momento de forma. La Copa de Europa del 71, 72 y 73; dos títulos de Supercopa de Europa (72 y 73) y una Copa Intercontinental en 1972, le avalan como el gran dominador del fútbol en el comienzo de los setenta.
El principal artífice de esta revolución que sufre el Ajax es Rinus Michels. En 1965 es nombrado manager, para dirigir las labores técnicas del club. Con la llegada al banquillo de este ex jugador del Ajax, la leyenda comienza.
Rinus Michels era el rigor en persona. Su secreto o su fórmula mágica era la disciplina. Era un entrenador muy duro, un profesional puro e íntegro que supervisaba hasta el último detalle. Tenía unas dotes de mando innatas. Para Michels el fútbol era la guerra y siempre quería salir laureado del campo de batalla.
Con la ayuda de rigor, consignas y multas Michels transforma un conjunto de barbilampiños futbolistas en un equipo casi perfecto, donde destacan el libero yugoslavo Eijden Vasovic, Johan Cruyff y el capitán Keizer. Un ejemplo de la disciplina de este Ajax: los jugadores más noveles tenían que recoger los balones después de cada entrenamiento y llevar los sacos de la utilería. Los tres títulos consecutivos de la Liga holandesa (66, 67 y 68) le dieron opción a participar en Copa de Europa. Este joven equipo, dio su primera campanada europea al vencer al Liverpool por 5-1 en octavos de final del año 67. Pero no sería hasta la campaña 68-69 cuando tuviese la fortuna de llegar a una final continental. Enfrente tuvo a un equipo serio, experimentado y disciplinado como el Milán que no dio opción a los holandeses. Los italianos vencieron por 4-1.

El "fútbol total"

El sistema revolucionario que Michels estaba imponiendo en el Ajax estaba en fase de perfeccionamiento y madurez. Dos años más tarde daría el fruto apetecido con la consecución de la Copa de Europa. Era una táctica que se bautizó como "fútbol total" y que el propio Michels llevó a su extremo máximo cuando dirigió a la selección nacional holandesa, la "Naranja Mecánica", en el Mundial del 74.
El sistema se basaba en la movilidad incesante de los jugadores. Todos atacaban y todos defendían. El jugador no era un especialista, ubicado en un puesto fijo, sino que alternaba su posición con otros compañeros continuamente. Con una defensa en zona se buscaba encontrar la posición y la posesión de la línea media. La vanguardia se caracterizaba por su dinamismo y velocidad en la penetración hacia el marco rival.
Con este sistema revolucionario Rinus Michels llevó al Ajax a la conquista de la Copa de Campeones de Liga en 1970-71. Nendori Tirana, Basilea, Celtic Glasgow y Atlético de Madrid fueron cayendo desconcertados ante el "fútbol total" del Ajax. En la final, celebrada en Londres, los holandeses impusieron su mayor fortaleza al Panathinaikos. Un gol de Van Dijk a los 5 minutos encarriló la victoria y un segundo de Haan, a falta de tres minutos, sentenció el partido. El Ajax era el campeón de Europa.
La marcha del "padre" de la criatura, Rinus Michels, al banquillo del Barcelona, hizo pensar que la máquina roja y blanca del Ajax podía dejar de funcionar con la perfección que había alcanzado esa temporada. Nada más lejos de la realidad. Su sustituto, el rumano Stefan Kovacs, sólo tuvo que supervisar el funcionamiento de un proceso ya iniciado y que daría sus frutos durante dos años más.

1972, un año completo

La temporada 71-72 vino a confirmar que lo del año pasado no había sido fruto de la casualidad o el sueño de una noche de verano. El entrenador Kovacs, mantiene el esquema que ya había, pero cambia el método de trabajo. Más abierto al diálogo que su antecesor en el cargo, concede más libertad de acción a sus hombres. El rumano, gran enamorado del talento individual, va a conseguir un juego más espectacular y espontáneo. Fruto de ello el Ajax va a ser el mejor en todos los torneos que participa: Liga, Copa de Holanda, Copa de Europa, Supercopa Europea y Copa Intercontinental.
En los dos torneos nacionales no tuvo rival. Su enemigo natural, el Feyenoord, terminó la Liga a 8 puntos de los "lanceros" rojiblancos. En la Copa de Europa, el Ajax no perdió un encuentro. Dínamo de Dresde, Benfica, Olympique de Marsella y Arsenal, cayeron bajo las "lanzas" de los de Ámsterdam.
En la final se encontraron con un siempre problemático Inter de Milán. El buen hacer defensivo de los italianos no pudo hacer sombra a la genialidad de Johan Cruyff. Dos goles del "flaco" doblegaron a la potente escuadra "neriazurri".
En 1972 el Ajax participa por primera vez en la Copa Intercontinental, ya que el año anterior renunció a hacerlo. Enfrente tenía un rival difícil, amo y dominador del fútbol argentino y sudamericano durante ese primer lustro de los setenta, el Independiente de Avellaneda. En Buenos Aires hubo empate a un gol. Pero en Ámsterdam las cosas fueron totalmente distintas. Johan Neeskens y el joven Johnny Rep (20 años), que respondió a su entrada en el equipo titular con dos goles, fueron los autores de los tantos (3-0) en un partido que solo tuvo un color, el rojo y blanco del Ajax.

Tercera Copa de Europa y marcha de Cruyff

El año 1973 comienza con un nuevo título. Los campeones de Europa vencen al Glasgow Rangers en la Supercopa Europea. En la siguiente edición de este torneo volverán a ser campeones. En esta ocasión sus víctimas serán los italianos del Milán, al que endosan un escandaloso 6-0.
La Copa de Europa va a llegar, por tercer año consecutivo a las vitrinas del equipo judío de Ámsterdam. CSKA de Sofía, Bayern Munich, al que humillaron con un 4-0, y Real Madrid se quedaron en el camino de la máquina holandesa. Los blancos madrileños sucumbieron en los dos partidos (1-2, 0-1) y catapultaron al Ajax a su cuarta final.
En el partido decisivo, como ya ocurriera el año anterior, se encontraron con un equipo italiano. Esta vez fue la Juventus de Turín, quien tuvo que plegarse ante el amo del fútbol europeo y mundial. Belgrado vivió un partido muy emocionante. El tempranero gol, y a la postre definitivo, de los holandeses (Johnny Rep) hizo que los italianos abrieran líneas en busca de un empate que no llegó. El tanto del joven extremo derecho, dio al Ajax su tercera Copa de Europa.
El Ajax había llegado a la cumbre futbolística. Había alcanzado el punto más álgido de su trayectoria, pero a partir de la temporada 1973-74 comenzaría su decadencia, como consecuencia del éxodo de sus figuras, atraídas por el dinero de otros equipos.
El primero en oír el canto de las sirenas capitalistas fue su mayor estrella, Cruyff. El Barcelona llevaba varios años intentando la contratación del "crack" holandés. Johan, que era el número uno del Ajax y de Europa, vivía momentos felices y desatendía la oferta azulgrana. Esta fue aumentando su cuantía hasta límites, en esa época, insospechados.
En el final del verano del 73 el equipo se encontraba en el "stage" de preparación. Los problemas entre los jugadores comenzaban a ser frecuentes. Piet Keizer quería volver a ser el capitán del equipo, cargo que le había arrebatado Cruyff. Se convocaron unas improvisadas elecciones en la plantilla. Los jugadores votaron y Cruyff fue batido. Al "flaco" no le gustó este hecho, él tenía necesidad de sentirse respaldado totalmente y que se le reconociese su liderato. Cuando termina la asamblea de la plantilla, Johan telefonea a su suegro, que era también su manager, y le dijo: "Está bien, puedes llamar a Barcelona".
Cruyff parte con rumbo a España con la temporada ya comenzada. Mucha gente pensó que el Ajax podría pasar sin Johan, pero estaban en un error. En esta campaña el equipo de Ámsterdam va a perder todos sus títulos y retornar al nivel de los equipos comunes.
Tras el Mundial de Alemania 74, donde la selección holandesa es la admirada protagonista, el equipo que tantas tardes de gloria dio al fútbol de los Países Bajos, termina de disgregarse de forma definitiva. Neeskens va a vestir la camiseta azulgrana, junto a Cruyff. Johnny Rep y Gerrie Muhren también emigran hacia las cálidas tierras españolas. El primero ficha por el Valencia, mientras que Muhren hace lo propio con el Betis.
Blankenburg y Suurbier marchan a la Bundesliga, al Hamburgo y Schalke 04, respectivamente. Haan, al Anderlecht. Keizer y Swart se retiran. Barry Hulsholf va a pasar más tiempo en la enfermería que sobre el campo. De la vieja guardia sólo queda Ruud Krool, que pasa de lateral izquierdo a convertirse en el mejor libero, junto a Beckenbauer, del mundo. En el banquillo también se había producido el relevo. Kovacs se había marchado a dirigir la selección francesa y su puesto lo ocupó, en la temporada 73-74, Knobel.

Y llegó la decadencia

El resto de la década de los setenta no fue un camino de rosas. La afición de Ámsterdam tenía grabado en la memoria el fabuloso equipo que fue amo y señor de Europa y exigían demasiado a un conjunto al que le faltaba brillantez.
En los torneos continentales se pasaban las primeras rondas, pero cuando llegaba la hora de enfrentarse a los platos fuertes, el Ajax acusaba ciertas deficiencias importantes. Su mayor logro estos años fue llegar a cuartos de final en la Copa de Europa 77-78.
Su verdugo fue, paradójicamente, el último equipo que se arrodilló ante el fútbol total del Ajax en la final de la Copa de Europa de 1973, la Juventus de Turín.
En la Liga holandesa la resurrección llegó en la temporada 1976-77. El fértil delantero Ruud Geels aupó al Ajax con sus goles al primer puesto del campeonato liguero.
En 1979 los de Ámsterdam vuelven a lograr un bloque homogéneo y potente que no encuentra rival en Holanda, los "lanceros" hacen el doblete, Liga y Copa. Junto a Ruud Krol van a surgir una nueva generación de talentos, como viene siendo habitual en esta "fábrica de jugadores". En el Ajax de ese año victorioso destacaban los centrocampistas daneses Soren Lerby y Frank Arnesen, el rápido delantero Simón Tahamata y los medios Schoenaker y La Ling. Además bajo los palos estaba un portero de las garantías del holandés Piet Schrijvers.

Vuelve el "profeta del gol"

Un año después (1980) consigue llegar a las semifinales de la Copa de Europa, pero allí le cerró el paso el campeón de esa temporada, el Nottingam Forest. Deja el equipo Krol, pero, al año siguiente, vuelve de forma inesperada Johan Cruyff. Con el "hijo pródigo" de nuevo con la camiseta blanca y roja, el Ajax va a ganar el campeonato dos temporadas seguidas. En 1983 también ganará la Copa. En el equipo de esta campaña destacan jóvenes valores que son la flor y nata del fútbol actual, caso de Rijkaard, Van Basten o Vanenburg.
Este ciclo victorioso se va a truncar con la marcha de Cruyff, en la temporada 83-84, al enemigo, el Feyenoord de Rotterdam. Allí el mejor jugador holandés de la historia puso fin a su carrera con un nuevo título liguero.
El "Profeta del gol", como algunos apodaban a Cruyff, retornó al club de sus amores en 1985, para ocuparse de las labores técnicas del Ajax. Su debut como técnico no pudo ser más satisfactorio. El Ajax gana la Liga 84-85 y las Copas de Holanda de 1986-87.
En aquellos años destaca el joven delantero Van Basten, máximo goleador por cuatro años consecutivos, de 1984 a 1987.
De 1982 a 1986, el Ajax cuenta sus participaciones europeas por eliminaciones en la primera ronda. Sólo en la Copa UEFA 1984-85 llegó a segunda ronda, tras eliminar al equipo luxemburgués del Red Boys por un escandaloso tanteo de 14-0. Pero en la siguiente eliminatoria, el Bohemias de Praga le cerró el camino. En Copa de Europa, Celtic de Glasgow (1983), Olympiakos y Oporto (86) fueron los verdugos de los de Ámsterdam en la primera ronda.
La mala racha europea cambió de signo en la temporada 86-87. El sistema táctico, alegre y ofensivo que Cruyff había impuesto dio sus frutos: el título de la Recopa.
El Bursaspor (Turquía), Olympiakos (Grecia), Malmoe (Suecia) y Zaragoza (España), fueron las eliminatorias que el Ajax tuvo que pasar hasta llegar a la final de Atenas. Allí le esperaba el campeón de Copa de la Alemania del Este, Lokomotiv de Leipzig.

La Recopa engalana sus vitrinas

El encuentro no fue brillante. Los alemanes salieron muy temerosos de la joven guardia del Ajax. Y tras el gol de Van Basten, en el minuto 20 del primer tiempo, se vieron impotentes de superar el entramado táctico de los holandeses. La clave del mejor juego del Ajax estuvo en la actuación de Rijkaard. Este morenito jugó como libre, pero por delante de la defensa, y armó todas las jugadas de los de Ámsterdam. Al final 1-0 y el Ajax, campeón.
Pero, sin duda, el cuarto título europeo del Ajax, se debe en buena parte, como ya ocurriera con los tres anteriores, a Johan Cruyff. En su etapa como manager se produjo la consagración definitiva de Van Basten, la resurrección del veterano Arnold Muhren y el descubrimiento de jugadores como el portero Stanley Menzo o el goleador John Bosman. Su gran virtud fue dar la suficiente mentalidad de ganador a un equipo cuya media de edad no llegaba a los 23 años.
Aparte de los citados, en el Ajax campeón del 87 destacan los defensas Sonny Silooy, el todo terreno del centro del campo, Jan Wouters, el hábil extremo John Van't Schip y el fino centrocampista atacante Witschge, con un paso por las filas del Barcelona, al igual que Cruyff, quien además de jugar, dirigió con éxito al equipo español.
En la temporada siguiente, 87-88, el Ajax también llegó a la final de la Recopa, pero no pudo obtenerla. El equipo belga del Malinas le derrotó por 1-0. Las bajas de jugadores como Van Basten y Rijkaard hicieron mella en la plantilla del equipo de Ámsterdam.
Las dos siguientes participaciones europeas, ambas en Copa UEFA, del Ajax han sido un verdadero desastre. El Sporting de Lisboa y el Austria de Viena le apearon de la competición a las primeras de cambio. Además en el encuentro contra los austriacos, la temporada 89-90, un aficionado holandés lanzó una barra de hierro al portero del Austria de Viena. Resultado del incidente: la UEFA sancionó al Ajax con una suspensión de por dos años sin jugar competiciones europeas. La apelación de los de Ámsterdam dejó la sanción en un sólo año.

Llega Van Gaal

El 30 de Septiembre de 1991, un joven técnico, Louis Van Gaal, hasta entonces uno de los ayudantes de Leo Beenhaker -que en esa fecha decidió abandonar el club holandés para convertirse en manager del Real Madrid- , pasa a ser entrenador del Ajax.
Van Gaal mantiene el sistema de juego clásico del equipo, con un buen fútbol de bloque, basado en los apoyos entre los jugadores y las aperturas del balón a las bandas para buscar desde allí los pases al centro de la delantera.
Van Gaal destacó como un entrenador muy ofensivo y de fuerte carácter que permaneció 6 temporadas junto a los lanceros y en el cual obtuvo infinidad de títulos (Copa de la UEFA 1992, Eredivisie 1994, 1995 y 1996; Copa de los Países Bajos 1993, Supercopa de los Países Bajos 1993, 1994 y 1995, Liga de Campeones, Supercopa de Europa y Copa Intercontinental 1995). Es en ese año un equipo que representaba prácticamente la selección de los Países Bajos, pues tenía en la portería a Edwin Van der Sar; a jugadores como Michael Reiziger o Frank de Boer en la defensa; en el medio campo a Ronald de Boer, Edgar Davids o Clarence Seedorf; mientras que Patrick Kluivert y Marc Overmars eran los atacantes. También tenía grandes extranjeros, como el finlandés Jari Litmanen y los nigerianos Nwankwo Kanu y Finidi George. Ésta constituía tal vez la parte más gloriosa del club.
En los últimos años sus éxitos han sido a nivel nacional: dos ligas (2002 y 2004), tres copas neerlandesas (2002; 2006 y 2007) y tres supercopas neerlandesas (2002; 2005 y 2006).
El Ajax también es famoso por su programa de divisiones menores (que junto al Real Madrid, poseen las canteras más importantes de Europa). De hecho, posee un filial en Sudáfrica, el Ajax Cape Town y de este equipo, surgieron figuras como Aaron Mokoena y Benni McCarthy. También posee acuerdos en varios clubes de países como Brasil, Serbia y China, donde en la actualidad es una de las canteras más importantes en el mundo.

Uniforme

Titular: Camiseta blanca con una franja vertical gruesa color rojo, pantalón blanco, medias blancas.
Alternativo: Camiseta, pantalón y medias azules.

El Estadio (Ámsterdam Arena)

Aunque su nombre oficial fue Ajaxstadion, el primer Estadio del Ajax, conocido popularmente como el Estadio de Meer, en el sureste de Ámsterdam; fue diseñado por un socio del club, el arquitecto Dan Rodenburgh, e inaugurado en Diciembre de 1934.
En sus últimos años cada vez acogía menos encuentros, esto sumado al aumento de la violencia entre aficiones rivales, forzaron al cambio de estadio. El estadio De Meer fue demolido para construir viviendas sobre sus terrenos, cuyas calles, en homenaje al viejo estadio, fueron bautizadas con nombres de diferentes estadios de todo el mundo.
"De Meer" es también el lugar donde se desarrollaría el Ajax es mundialmente famoso programa de capacitación de jóvenes y desarrollar algunos de los mundos mejores jugadores de fútbol, una filosofía que es aún más importante para su éxito hoy.
En la temporada 96-97 el equipo se trasladó a su nuevo estadio, el majestuoso y moderno Ámsterdam Arena, el cual se ubica en la ciudad homónima, en la provincia de Holanda Septentrional, Países Bajos. Es un estadio donde se practica tanto el fútbol como el fútbol americano. Sus equipos titulares son el A.F.C. Ajax de la Eredivisie y el Ámsterdam Admirals de la NFL Europa.
El estadio fue inaugurado oficialmente el 14 de Agosto de 1996, en un partido entre el Ajax y el AC Milan, que finalizó con un triunfo de 4 a 1 a favor del equipo italiano.
La ceremonia inaugural contó con la presencia de la Reina Beatriz I de los Países Bajos. De esta manera, se inauguró el primer estadio de Europa que contaba con techo retráctil.
El mismo tiene capacidad para 51.628 espectadores sentados y las dimensiones del campo de juego son de 125 x 80 mts., además el complejo cuenta con 12.500 estacionamientos para automóviles.
El recinto deportivo posee un palco real de 50 asientos acondicionados para la familia real de la Casa de Orange-Nassau. La tribuna de prensa posee 230 asientos, de los cuales 122 son para periodistas de prensa escrita, 50 para comentaristas deportivos y 52 para observadores. Además, el estadio cuenta con 62 localidades para discapacitados y sus respectivos invitados.
Tras la muerte de Rinus Michels en 2005, los fanáticos intentaron convencer a la administración del recinto deportivo de renombrarlo como “Rinus Michels Stadion”. La administración se rehusó a aceptar la petición.
El Ámsterdam Arena fue el primer estadio de Europa en contar con techo retráctil. Este techo está conformado por dos paneles replegables de aproximadamente 400 toneladas cada uno. Los dos paneles, de 40 x 118 mts., pueden techar al estadio en 18 minutos, gracias a la ayuda de ocho motores que permiten el movimiento de la estructura.
El estadio albergó la final de la Liga de Campeones de la UEFA 1997-98, el día 20 de Mayo de 1998. En este partido se enfrentó el Real Madrid de España a la Juventus de Italia. El encuentro fue ganado por el Real Madrid, quien venció por 1 a 0 al equipo italiano, gracias a un gol de Predrag Mijatovic.

Palmarés

Torneos nacionales

Liga Primera División -Eredivisie-: 1918, 1919, 1931, 1932, 1934, 1937, 1939, 1947, 1957, 1960, 1966, 1967, 1968, 1970, 1972, 1973, 1977, 1979, 1980, 1982, 1983, 1985, 1990, 1994, 1995, 1996, 1998, 2002 y 2004

Copa de los Países Bajos: 1917, 1943, 1961, 1967, 1970, 1971, 1972, 1979, 1983, 1986, 1987, 1993, 1998, 1999, 2002, 2006 y 2007

Supercopa de los Países Bajos: 1993, 1994, 1995, 2002, 2005, 2006 y 2007

Torneos internacionales

Copa Intercontinental: 1972 y 1995

Liga de Campeones de la UEFA: 1971, 1972, 1973 y 1995

Recopa de Europa: 1987

Copa de la UEFA: 1992

Supercopa de Europa: 1973 y 1995



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Bilardo es un extremista egocéntrico que tiene cosas aberrantes.
(CARLOS "El Mono" NAVARRO MONTOYA, arquero argentino, ocupándose del DT en 1996)

Nunca me sentaría a tomar un café con Navarro Montoya. Decía que iba a jugar en Barcelona, en el Real Madrid, en el Benfica... y terminó en el Mérida. A mí me falló como hombre. Asunto terminado.
(CARLOS BILARDO, recogiendo el guante días después)

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¿Cómo vivió la eliminación?

Tal vez esa noche fue la más triste de mi vida. Lloré bastante, solo en mi cuarto. Tuve la suerte de que los jugadores estuvieron en mi cuarto porque yo quería reunirme con ellos y les hablé, y después tuve la visita de varios de ellos jugadores muy importantes, con mucha trayectoria- para pedirme que no los dejara, que siguiera. Ese para mí es el mayor elogio que puedo recibir. Pero el dolor me sigue y me seguirá por mucho tiempo.

(JORGE FOSSATI, ex entrenador de la Selección de Uruguay, manifestando el 23 de Diciembre de 2005 su desazón por la no clasificación de Uruguay al Mundial de 2006)

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Era, sin duda alguna, el mejor futbolista que Europa había dado jamás.

(FRANZ BECKENBAUER, opinando sobre Johan Cruyff)

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Caídos en desgracia (clubes grandes con archivos chicos)


A lo largo de su historia tuvieron todo dado para festejar, pero la sucesión de fracasos y extraños hechos de diverso tipo los transformó en los antihéroes del fútbol mundial. Estos son los elegidos-

No nacieron un martes 13 ni son un producto genuino del vudú. Sus hinchas tampoco rompieron una producción en masa de espejos en el día de su fundación. O tal vez sí, porque de manera casi inexplicable, estos clubes entraron en el imaginario popular por ser víctimas de una especie de conjura eterna.

Son clubes enyetados, resignados a que les sucedan las cosas más increíbles, clubes que se doblan, se achican y se retuercen en un sufrimiento no perecedero, pero que no quiebran (al menos, sentimentalmente) y ante cada fracaso sólo aumentan la pasión de sus hinchadas, todas ellas multitudinarias.

Son clubes que ven cómo sus rivales ganan mientras ellos pierden de las formas más ridículas, que aceptan que sus mejores jugadores se van y sólo llegan peores, que si llegan a traer grandes nombres inevitablemente presencian cómo son devorados por fantasmas que nadie tiene idea de cómo entraron, mucho menos de cómo hacer que se vayan.

Es la liga de la malaria. La misma a la que pertenecía el Chelsea que, hasta la llegada de Mourinho en 2003, hacía 50 años que no ganaba nada, con planteles riquísimos.

Es la misma liga a la que pertenecía -¿o pertenece?- el Inter, otro de planteles inigualados, gestor de derrotas increíbles como la del 5 de mayo de 2002 en la última fecha, el mismo Inter que se pasó 16 años sin salir campeón, que echó más técnicos que ninguno (con Moratti padre e hijo), y que cuando por fin logró el título este año, tuvo que cancelar los festejos previstos porque el Milán le arruinó la fiesta al ganar otra Champions con dos descartes interistas: Pirlo y Seedorf. Es la misma liga por la que pugnó para entrar el Bayer Leverkusen (2° en Bundesliga, Copa y Champions 2002) y donde estaría Inglaterra, si se contaran selecciones: siendo los inventores del fútbol, nunca pudieron ganar ni una Eurocopa, y el único Mundial que festejaron, hace 41 años, llegó como país organizador y con un gol que nunca cruzó la raya.

Los hinchas de éstos y otros clubes que no aparecen aquí podrían argumentar que sus equipos son más merecedores de figurar en esta lista. Y quizás tengan razón: pueden ser tan desgraciados que ni siquiera tuvieron la suerte de salir publicados en esta nota.

1 TORINO (Italia)

Si ser rival de la Juventus, el equipo más ganador de Italia, ya de por sí es una desdicha, el sufrimiento de los hinchas granates trasciende mucho más que ese.
En el campeonato de 1914/15 al Torino le faltaba jugar el último partido contra el líder del torneo (a quien había vencido 6-1 en la primera vuelta) y si le ganaba, era campeón. Empezó la Primera Guerra Mundial y al torneo se lo dio por finalizado como estaba. ¿Mala suerte?
En 1928, le revocaron un campeonato ganado por tentativa de soborno a Allemandi, un jugador de la Juventus, que luego fue sobreseído, aunque el título nunca devuelto. En los años 40, llegó a tener el mejor equipo del mundo: había ganado cinco títulos consecutivos, hasta que el 4 de mayo de 1949 el avión en el que volvía el equipo cayó en la Basílica de Superga, cerca de Turín. Todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico murieron.
A mediados de los 60, la aparición de Gigi Meroni -el fantasista más refinado de su generación- relanzó al Torino a lo más alto, hasta que a los 24 años Meroni murió atropellado en una avenida. Quien manejaba el auto era un fanático del Torino, de 18 años, que años más tarde, curvas del destino mediante, se transformó en el presidente de un club al que pocas veces le sale una bien. Tuvo 5 descensos desde 1989, perdió una final de UEFA por gol de visitante, pegando tres tiros en los palos, y quebró en 2005: por este motivo no lo dejaron ascender aunque ya habían celebrado el retorno a la Serie A.

La frase: “Un club que el destino acarició como una flor y perforó con una espada sarracena” (Sandro Ciotti, periodista italiano)

2 RACING CLUB (Argentina)

La historia arranco demasiado bien para uno de los gigantes de Avellaneda. De los clubes que aún existen (Alumni desapareció), fue el primero en reinar en el amateurismo al lograr siete campeonatos seguidos (1913-19), y ganarse el mote de Academia. Fue el primer tricampeón del profesionalismo (1949-51) y el primer argentino en ser campeón del mundo (1967). Ostentó el récord de victorias consecutivas (39) durante 32 años (1967-99). Hoy, tras los 35 años sin festejos, Racing quedó como el grande con menos campeonatos locales (7), con Vélez pisándole los talones (6). El día que padeció la peor humillación de su historia y se fue al descenso, el escenario pareció montado por el Diablo: 22/12/83, cancha de Independiente, última fecha y el rival eterno dando la vuelta olímpica en las narices. Peor imposible. El DT era una gloria del club: Pizzuti. Estuvo dos años en la B, época en la que la barra golpeó a otro ídolo como Cejas, y logró el ascenso por un octogonal, sin ganar el campeonato. Al regresar, como se habían modificado las estructuras de los torneos, debió alquilar su equipo completo, que jugó para Argentino de Mendoza, para que no estuvieran seis meses parados y pudieran pagarle los sueldos. Apeló a manifestaciones religiosas para ahuyentar los malos espíritus, su estadio funcionó como depósito de papas, le dictaron la quiebra, fue el primer y único equipo grande gerenciado, tuvo que soportar que las hinchadas rivales le cantaran “a esta empresa le tenemos que ganar” y el esperado día en que se consagró campeón luego de 35 años, el día tan soñado y anhelado, coincidió con la peor crisis de la historia argentina (De la Rúa yéndose en helicóptero) y el hecho pasó casi inadvertido.

La frase: “Hoy Racing ha dejado de existir” (síndico Liliana Ripoll, Marzo de 1999)

3 GENOA (Italia)

El club más antiguo de Italia, fundado en 1898, comenzó dispuesto a ser uno de los grandes, pero el último de sus nueve scudettos data ya del año 1924. Todo lo glorioso del Genoa hay que verlo en blanco y negro. En 1925 ya empezaron sus penas, cuando una invasión de campo de los hinchas del Bologna obligó al árbitro a convalidar un gol aunque la pelota se había ido afuera. Ese gol le robó el décimo campeonato, que no llegaría nunca más, ni con la llegada de Guillermo Stábile, con el que se fueron al descenso.
Los hinchas, pasionales, llegaron a llenar el estadio Luigi Ferraris unas horas después del bombardeo inglés de 1941, que había dejado 144 muertos. La venta de Gigi Meroni al Torino provocó un cisma: muchos hinchas que habían hecho una colecta para que se quedara se sintieron traicionados por la sociedad: uno de ellos fue el inversor Paolo Mantovani, que en el 70 compró al clásico rival, la Sampdoria y la llevó a ganar la Copa Italia, la Recopa europea y el scudetto 91. En 2005, encontraron a un dirigente del Venezia saliendo de las oficinas del presidente del Genoa con 250 mil euros. Del ascenso a la A, ya celebrado, terminaron yéndose a la Serie C1 por soborno.

La frase: “En Génova, es la Sampdoria o el psicoanálisis” (graffiti)

4 ATLAS (México)

Los Zorros de Guadalajara fueron el primer equipo de México en tener escuelas de fútbol por lo que también se ganaron el apodo de “La Academia”, que reafirmó con los años ofreciendo juego de alta calidad. Atlas fue el primer campeón del estado de Jalisco, en 1951. Jamás imaginaron sus seguidores que sería el último. Y que el rival más encarnizado de la ciudad, Las Chivas, sumaría alegrías en la misma proporción que su adversario recibía cachetazos, hasta erigirse en el máximo campeón del país, con 11 títulos. De su cantera salen los mejores proyectos. En el último Mundial la base era “atlista”: Rafa Márquez, Pardo, Guardado, Oswaldo Sánchez y Borgetti. Llegó tres veces a la final, la más recordada fue la última (1999), con La Volpe como DT: cayó por penales con Toluca.

La frase: “La gente ve al Atlas como un equipo con alguna maldición, y por eso a su afición se la llama La Fiel Rojinegra; es ilógico que siendo vecinos de las Chivas, le vayamos al Atlas” (Fernando Clouthier, editor del diario Público Milenio e hincha del Atlas)

5 FEYENOORD (Holanda)

Ser uno de los grandes de Holanda es tener fortuna, dirán los equipos chicos de ese país. Pero el Feyenoord está dispuesto a rebatirlos: en una liga que sólo ganan tres, el Feyenoord es el grande más sufrido, que tuvo su apogeo en los 60 y llegó a ganar la Copa de Europa del 70, pero inmediatamente vio su logro opacado por la aparición del gran Ajax. Resignado a no jugar la Champions por culpa del Ajax y del PSV, el año pasado sufrió la descalificación de la Copa UEFA porque sus hinchas, cansados de perder, destrozaron la ciudad de Nancy. No ganan un título local desde 1999 y sólo ganaron tres en los últimos 32 años. Esta es la primera temporada en 16 años que ni siquiera clasificó a Europa.

6 BOTAFOGO (Brasil)

La máxima expresión del fútbol carioca reducida a un montón de escombros: el Botafogo llegó a ser un equipo muy próspero y terminó en el puesto 12° en la lista que hizo la FIFA entre los grandes clubes del siglo XX. Base de la selección brasileña muchos años, con Garrincha, Nilton Santos, Zagallo, Jairzinho o Didí, jamás pudo traducir su reinado a nivel local, perdió su estadio por falta de pago y cuando recuperó los terrenos la sede ya había sido demolida. Tiene sólo dos títulos nacionales, 1968 y 1995, y se pasó 21 años sin siquiera ganar un trofeo carioca. La increíble eliminación con River en la última Sudamericana fue sólo una más de su cadena de hechos aciagos, que por supuesto incluyó el descenso, en 2002.

La frase: “Hay cosas que sólo pasan en el Botafogo” (dicho popular)

7 GIMNASIA Y ESGRIMA LA PLATA (Argentina)

En ciudades como La Plata o Rosario, no hay escapatoria. Se es de uno de los equipos o del otro, y si se pierde el clásico, hay que encerrarse una semana en casa. Ni el River-Boca, más universal, es tan cruel con sus simpatizantes como el clásico rosarino o platense. Así, lo de Gimnasia podría asemejarse a un martirio inigualable. El Lobo no ganó ni un solo campeonato de los buenos en 76 años de profesionalismo mientras que su rival, Estudiantes, tiene 4. No sólo eso: el Pincha además logró 3 Libertadores (más que River, Racing y San Lorenzo), 1 Intercontinental y 1 Interamericana. Cinco Copas internacionales contra ninguna de Gimnasia. En la disputa directa, si bien no existe una diferencia sensible en el historial (Estudiantes ganó 4 partidos más), el Lobo lleva 115 clásicos y 64 años sin ir arriba. Y carga con las peores humillaciones. La mayor diferencia en un clásico la alcanzó Estudiantes (7-0 en 2006), la segunda mayor también es de Estudiantes (6-1 en tres ocasiones) y la tercera mayor lo mismo (5-1 una vez). La victoria más amplia de GELP fue por tres goles. Demasiado desparejo. Para peor, el Lobo dejó escapar cuatro campeonatos que tenía en la mano: 1933, 95, 96 y 2005. La más increíble fue en el Clausura 95: con un empate en la última fecha, en su cancha y contra un Independiente fuera de combate, daba la vuelta. Perdió 1-0 (gol de Mazzoni). ¿El colmo? El año pasado, los hinchas amenazaron a sus jugadores para que perdieran contra Boca y así perjudicar a Estudiantes. Después de la grotesca pantomima, el Pincha igual fue campeón.

8 AMÉRICA DE CALI (Colombia)

Es el segundo equipo más campeón en Colombia, detrás de Millonarios, con lo que resulta extraño rotularlo de “maléfico”. Sin embargo, a pesar del descomunal respaldo económico del cartel de la droga en los 80, en el continente hilvanó estrepitosos fracasos. Disputó cuatro finales de Libertadores y perdió las cuatro, tres consecutivas. La primera (1985) ante Argentinos, debutante en la Copa, por penales. La segunda (1986) ante otro que jamás la había conseguido por múltiples hocicadas (River). Y la tercera (1987), frente a Peñarol, fue la más insólita. Ganó 2-0 en la ida, perdió 2-1 la vuelta tras ir en ventaja y aguantar el 1-1 hasta faltando tres minutos. En el desempate fue al alargue tras el 0-0. Si mantenía el resultado era el primer club colombiano en alzar la Copa, pero cayó 1-0 en la última jugada del partido, el reloj clavado en 14´ 58´´ del ST. La cuarta final la perdió con River en el 96.
Es decir: River, con sus traumas coperos, sólo pudo ser campeón con el América enfrente. Encima, Atlético Nacional y Once Caldas fueron campeones de América en su primera final.

9 SCHALKE 04 (Alemania)

Hace 49 años que no salen campeones y se les escaparon tres títulos en la última fecha luego de ser líderes en buena parte del año: 1972, 2001 y 2007. El de 2001 fue el peor porque Bayern lo ganó en el cuarto minuto de descuento mientras el Schalke celebraba. Uno de los equipos más populares de Alemania, a sus hinchas se les conoce porque muestran un raro deleite ante la cultura del fracaso permanente y se enorgullecen de seguir siendo una pasión casi irracional. Su victoria en la UEFA por penales llegó ante otro candidato a este club, el Inter. Pero ni siquiera la filiación del papa Juan Pablo II como socio honorario les cambió la providencia: ese año se fueron al descenso. Eternos cebollitas, ahora suman tres subcampeonatos en los últimos siete años.

La frase: “Tengo malas noticias para ustedes, soldados. El Schalke hoy perdió 5 a 0” (famosa línea del capitán del submarino en el filme Das Boot)

10 TOTTENHAM HOTSPUR (Inglaterra)

Bautizado originalmente Hotspur FC en homenaje a un personaje de Shakespeare, su historia tiene mucho de tragedia, especialmente en las últimas décadas. El primer club inglés en ganar en Europa (al Atlético de Madrid, curiosamente), tuvo su último momento de gloria en las FA Cups de 1981 y 1982, con Ossie Ardiles y Ricky Villa, y la Copa UEFA del 84. Y aunque tuvo a jugadores como Venables, Gascoigne, Klinsmann, Lineker, Sheringham o Waddle en su plenitud, no sólo no logra ganar el campeonato local desde 1961, sino que tuvo fracasos estrepitosos, marcados además por el crecimiento del Arsenal y la explosión del Chelsea. Estuvo al borde de la quiebra en 1990 y hace 17 años que lo único que gana es una cosa: para elegir un equipo antihéroe en Inglaterra, frente al Tottenham cualquiera pelea por el segundo puesto.

11 ATLÉTICO DE MADRID (España)

Pese a los fichajes estelares de jugadores y entrenadores (Bianchi duró 6 meses), el segundo club en simpatizantes de España conquistó una liga de las últimas 30. En ese lapso, el Madrid logró 13 y el Barcelona, 9. Si hace 30 años, el Aleti peleaba con el Barcelona por el segundo lugar del podio (9-8 en títulos), hoy está tercero lejos y con chances de ser superado por el Athletic de Bilbao (8).
Acumula 12 años sin levantar la Copa del Rey, lapso en el cual perdió dos finales. Es el único grande que se fue al descenso (99/00) y salió 4° en su primer intento. Suma ocho años sin ganarle al Madrid (7 PP y 4 PE). Una sola vez llegó a la final de la Copa de Campeones, en 1974: vencía 1-0 al Bayern Munich y a un minuto del final le igualaron con un disparo de mitad de cancha porque su arquero le estaba regalando los guantes a un fotógrafo. Desempataron a los dos días y perdió 4-0. El clásico por excelencia, que en los 70 era Madrid-Atlético hoy es Madrid-Barcelona. Eso sí: tiene la hinchada más fiel.

12 UNIVERSIDAD DE CHILE (Chile)

Colo-Colo y la u son los clubes más populares de Chile. A ese nivel, que uno de los dos esté 25 años sin ser campeón (1969-94), cuando el otro estuvo como máximo 7, y que encima en ese lapso se vaya al descenso (1988, Pellegrini DT) cuando el otro jamás cayó a Segunda, invita a la comparación y el encasillamiento. Allí cimentó su rasgo de equipo sufrido.
Colo-Colo, además, fue el único chileno en ganar la Libertadores, en 1991, año en que la U zafó del descenso (fue 14° de 16). En 1996, con Russo como DT y Salas como figura, la U llegó a la semifinal de América: fue superado por River Plate por un gol, con un arbitraje escandaloso en la revancha. Hoy, lleva 6 torneos sin ser campeón y ganó 1 de los últimos 12.

13 PARIS SAINT-GERMAIN (Francia)

Un equipo sin mucha fortuna desde sus comienzos, en 1904, ya que el Paris Saint-Germain nunca pudo situar a la capital en el lugar que se merecía (a pesar de la pretenciosa cuna real que muestra en su escudo) frente a otras ciudades como Marsella, Nantes o Saint Etienne que sí tenían equipos dominantes. En 1970 se fusionó con el FC Paris pero la unión duró lo que un suspiro y el PSG fue obligado a recomenzar en Tercera División. Ganó sólo dos títulos en su historia, el último en 1994, a pesar de haber tenido cracks como Just Fontaine, Djorkaeff, Ginola, Weah, Rai, Okocha, Anelka y Ronaldinho. La creciente inversión millonaria en sus planteles y la falta de resultados los transformó en el hazmerreír de Francia, un equipo que de tan parisino, hasta aprendió a perder con estilo.

(nota publicada en la revista argentina “El Gráfico”, en la edición de Diciembre de 2007)

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El inolvidable Helenio Herrera, nacido en Puán, provincia de Buenos Aires, fue uno de los mejores entrenadores del mundo entre las décadas del 50 y el 70, dirigiendo a equipos como el Inter de Milán (ganó 2 Copas de Europa y 2 Intercontinentales), Atlético de Madrid (2 veces campeón), además de clubes de Francia e, inclusive, el seleccionado de España que participó del mundial de Chile de 1962.
Pero cuando dirigió a la Roma, no las tuvo todas consigo. La campaña fue muy mala y como era exageradamente locuaz, cometió, en 1971, un grave yerro al decir que "la última vez que Roma fue campeón, en 1942, fue porque el técnico era Benito Mussolini".
Pese a que aceptaba una rebaja de su sueldo del 75 por ciento, los directivos no quisieron saber más nada con él después de esas declaraciones. La connotación política que Herrera le dio al "scudetto" de la Roma en los años 40, no pudo ser digerida ni por los directivos ni por los hinchas.
Sin trabajo, al controvertido entrenador, se le ocurrió colocar un aviso en "II Mesaggiero" que decía en su primer párrafo: "Técnico busca club con un presidente serio".
Firmado: Helenio Herrera

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La capacidad de pensar es la única que jamás puede perder un entrenador.

(MARCELO BIELSA, entrenador argentino)

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Cuando pienso en los grandes deportistas que han mantenido un proceder correcto a lo largo de toda su carrera, el primer y mejor ejemplo que me viene a la cabeza es Bobby Charlton. Bobby Charlton encarna, a mi entender, lo que significa ser grande: la humildad, tener los pies en el suelo y seguir siempre así, sin cambiar nunca. Es sorprendente que se pueda recorrer toda una carrera y mantener imperturbables esas cualidades.

(ALEX FERGUSON, entrenador del Manchester United, opinando sobre un "prócer" del fútbol inglés)

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Beckenbauer (Andy Warhol - USA)

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Te quiero tanto (Sergio Denis - Argentina)

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¿Siempre fue arquero?

En los intercolegiales jugaba adelante. Y en Banfield lo mismo, pero como no me gustaba correr, me dejaron afuera por vago. A los 15 años atajé en un intercolegial en la sede vieja de Banfield, me vieron y me invitaron a ir. Yo pensé: “Voy a la prueba como arquero y, en cuanto pueda, pido ser nueve”. La segunda parte no la pude cumplir.

¿No le gustaba el puesto entonces?

No, fui creciendo y en 1975 me llamaron a la Selección, ya no había marcha atrás, pero nunca me sentí arquero, no me gustaba. Y no toleraba el entrenamiento específico, me raspaba todo. Entonces acusaba todos los días una lesión distinta.

En su época, el eslogan para los arqueros era “loco o boludo” ¿En cuál categoría entraba?

Y... yo me peleaba con todos, en la secundaria me echaron de 3 o 4 colegios. Era calentón.

También tuvo peleas con los técnicos...

Unas cuantas. Con Rendo, en San Lorenzo, me negué a ir al banco. Venía de la gira por Europa con la Selección, la del 76, era el titular, y me sacó. “Yo pensaba que el puesto se perdía en la cancha”, le dije. Y discutimos.

¿Alguna más para recordar?

En el 73 me agarré con López y Cavallero, en Banfield. En el club había varios rosarinos, y a veces les daban permisos para quedarse allá un día más. Una vuelta le pedí a López quedarme un lunes en Córdoba y López me lo negó: “Yo le doy a quien quiero”, me dijo. “Bueno, entonces yo vengo cuando quiero”, le contesté. Y me fui. Sanción económica y suspensión.

(RICARDO LA VOLPE, ex arquero y actual director técnico, en entrevista con revista "El Gráfico" de Julio de 2007)

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Sí, cometí un error... por no haber cambiado a los 11 jugadores.


(FELIPE SCOLARI, seleccionador de Portugal, tras ser criticado por la derrota frente a Suiza en la Eurocopa 2008)

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A veces parece que solo hay dos juegos universales: la guerra y el fútbol. Quizás son meras variaciones de un mismo juego, rituales de la era moderna originados en alguna actividad común el los albores de nuestra especie. Tal vez todo se remonta a una época en la que la existencia del hombre era una lucha perenne en contra de sus enemigos, cuando la naturaleza entera era su campo de batalla...

(Tomado del libro "Dios es redondo" del escritor mexicano Juan Villoro)

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Fobal del grande (Ernesto Sábato - Argentina)


La extraña instantánea duró acaso un segundo o dos.
Tito echó soda al vermouth, tomó unos sorbos y se sumió en un silencio sombrío, mirando, tal como era habitual en momentos parecidos, a la calle Pinzón: mirada abstracta y en cierto modo completamente simbólica, que en ningún caso condescendería a la real visión de hechos externos. Después volvió a su tema preferido: ahora ya no había fóbal.
¿Qué se podía esperar de jugadore que se compraban y vendían? Su mirada se hizo soñadora y empezó a rememorar, una vez más, la Gran Época, cuando él era un pebete así. Y mientras Martín, por pura timidez, tomaba el vermouth que después de dos días de ayuno sabía que le haría muy mal, Humberto J. D’Arcángelo le decía: Hay que amarrocar, pibe. Haceme caso. Es la única ley de la vida: juntar mucha menega, rifar el corazón, mientras se ajustaba la raída corbata y estiraba las mangas de su saco rotoso, corbata y traje que confirmaban que él, Humberto J. D’Arcángelo, era el riguroso negativo de la filosofía que predicaba. Y mientras de puro bondadoso lo instaba al muchacho a que terminara el vermouth, le hablaba de aquellos tiempos, y pronto a Martín le pareció que aquella conversación se desarrollaba en alta mar. Te estoy hablando del año quince, pibe, cuando yo iba a la cancha con el tío Vicente. Estábamo en plena conflagración, en tanto que Martín, mareado y triste pensaba en Alejandra y en su desaparición en el fiel de Seguel y Ministro Brin hasta el 23 en que nos trasladamo a Bransen y del Crucero ¡eh, Chichín!, a ver cómo formó el plantel inicial, a lo que Chichín, mirando al techo, suspendiendo el repasado de su vaso, con los ojos cerrados, después de mover en silencio los labios (como quien revisa la lección) respondió De los Santos, Vergara, Cerezo, Priano, Peney, Grande, Farenga, Moltedo, José Farenga y Bacigaluppi, volviendo en seguida a su tarea con el vaso mientras Tito decía esato. Y aunque Racin otuvo el capionato, lo seneise, que ya perfilábamo el temple salimo cuarto.
En el 18 ocupamo el tercer puesto y en el 19 trinfamo. ¡Eh Chichín! Decí cómo formó el equipo que ganó la copa, a lo que el otro respondió, después de permanecer un momento en suspenso, con los ojos cerrados y la cabeza levantada hacia el techo. Ortega, Busso, Tesorieri, López, Canaveri, Cortella, Elli, Bozzo, Calomino, Miranda y Martín, volviendo en seguida a su tarea, mientras Tito comentaba esato. ¡Qué equipo, pibe! El gran Tesorieri. Nunca hubo ni volverá a haber eh, un arquero como Américo Tesorieri. Te lo dice Humberto J. D’Arcángelo, que ha visto fóbal del grande, arreglándose la corbata y mirando hacia la calle Pinzón con indignación, mientras Martín, mareado, veía como en una fantasmagoría al viejo don Pancho Olmos hablando sobre la Legión y a Alejandra acodada sobre la balaustrada de la terraza y la cabeza del comandante Acevedo. Y lo mismo te digo de Pedro Leo Journal, el famoso Calomino, el güin má veló que ha pisado la cancha nacionale, el inventor de la célebre bicicleta, que luego tanto y tanto han querido imitar. ¡Qué tiempo, pibe, qué tiempo!, agregó, cambiando el sitio del escarbadientes del ángulo izquierdo al ángulo derecho de la boca y dirigiendo su mirada a la calle Pinzón, mientras Martín miraba a Alejandra dormir, observándola como al borde de un abismo. Pero, decía D’Arcángelo, lo justo, e lo justo, pibe, y hay oro en todo lo equipo y un fanático y era ciego para todo lo que no fuera Boca lo justo, e lo justo, pibe, y hay oro en todo lo equipo y hay bagayo también en Boca, pa qué no vamo a engañar. Y ahí tené, sin ir más lejo, al negro Seoane, la célebre Chancha Seoane, que fue el puntal de lo Diablo Rojo por varia temporada. Te voy a ser sincero, pibe: el negro Seoane personificaba la clásica picardía criolla puesta al servicio del noble deporte. Era un cra inteligente y aguerrido, la pesadilla de lo arquero de su tiempo. ¿Sabe cómo lo caracterizó Américo Tesorieri? El rey del área enemiga. Y con eso se ha dicho todo. ¿Y Domingo Tarasconi? El gran Tarasca fue uno de lo grande escore del fóbal amateur. Dueño de un potente sho, ya lo probó desde la punta derecha, y cuando fue corrido al eje, marcó un periodo glorioso en el historial del deporte argentino. Pero… y siempre hay un pero en el fóbal, como decía el finado Zanetta, por el mismo tiempo de Tarasca brillaba en la acción el gran Seoane, como te decía. Y ahora fijate bien en lo que te voy a explicar: la línea tenía do ala de modalidade opuesta. La derecha era académica y jugadora, la izquierda se caracterizaba por su juego eficá y por un trámite si se quiere poco brillante pero efetista, que se traducía en resultado positivo.
Y a la final, pibe, se diga lo que se diga, lo que se persigue en el fóbal es el escore. Y te advierto que yo soy de lo que piensan que un juego espetacular e algo que enllena el corazón y que la hinchada agradece, qué joder. Pero el mundo e así y a la final todo e cuestión de gole. Y para demostrarte lo que eran esa do modalidade de juego te voy a contar una anécdota ilustrativa.
Una tarde, al intervalo, la Chancha le decía a Lalín: cruzámela, viejo, que entro y hago gol. Empieza el segundo jastáin, Lalín se la cruza, en efeto, y el negro la agarra, entra y hace gol, tal como se lo había dicho. Volvió Seoane con lo brazo abierto, corriendo hacia Lalín, gritándole: viste, Lalín, viste, y Lalín contestó ¡sí pero yo no me divierto!
Ahí tenés, si se quiere, todo el problema del fóbal criollo.

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Muchos historiadores del fútbol aseguran que Pelé nunca jugó bien en Europa, ya sea con la camiseta de Santos o del seleccionado de Brasil, a excepción del Mundial de Suecia de 1958.
Sin embargo, sus compañeros de Santos recuerdan que pocas veces vieron a un Pelé tan genial, como el que jugó el 11 de Octubre de 1962, en Lisboa, Portugal, ante Benfica, en el partido de vuelta de la final de esa edición de la Copa Intercontinental.
El cotejo de ida, disputado en el Maracaná de Río de Janeiro, Santos le había ganado a Benfica por 3 a 2 (por entonces la Copa Intercontinental se disputaba con revancha y en caso de desempate se jugaba un tercer partido en país neutral, pero en el continente del último encuentro). Pero en la revancha, en Portugal, Pelé fue un show.
"Ese día, en Lisboa, Pelé las hizo todas, además de tres goles -recordaba su compañero Lima- fue un verdadero espectáculo, y eso que yo jugué con él muchísimos partidos. Pero todos mis compañeros coinciden en que nunca lo vieron en tan buen nivel, con tanto talento desparramado en una cancha, como en esa final frente al Benfica. Sin duda, fue el mejor partido de su vida".
La síntesis de ese encuentro que ganó Santos por 5 a 2, quedándose por primera vez con la Intercontinental, fue la siguiente:

Benfica (2): Costa Pereira; Jacinto, Raúl, Humberto, Cruz, Cavem, José Augusto, Coluna, Santana, Eusebio y Simoes
DT: Fernando Riera

Santos (5): Gilmar; Mauro, Calvet, Dalmo, Zito, Olavo, Dorval, Lima, Coutinho, Pelé y Pepe
DT: Lula

Goles: 17', 25' y 64' Pelé (S), 48' Coutinho (S), 77' Pepe (S), 83' Eusebio (B) y 89' Simoes (B)

Árbitro: Pierre Schwinte (Francia)

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Los cronistas se dejaban impresionar por las goleadas de Brasil, pero no se daban cuenta que los rivales se achicaban. Y no era para menos. La tribuna, la multitud, y todas esas cosas que pesaron en el ánimo de los españoles y los suecos, permitieron las goleadas. Pero eso con nosotros no camina. El equipo nuestro jugaba bien y estaba integrado por hombres.

(JULIO PÉREZ, ex futbolista uruguayo, integrante del célebre equipo que conquistó la Copa del Mundo de 1950 en Maracaná)

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Si uno nace en Parque Patricios, será futbolista o boxeador.

(CÉSAR LUIS MENOTTI, ex jugador y entrenador argentino)

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Camino a la gloria -La final- (Martín Díaz Núñez - España)


Por fin, ahí estábamos, el Unión al completo, el gato Merino, el macho Díaz, el Negro Cabrera, paquete Montijo, Galleta Cabral, el chato Quintana, Mauricio “el pancho” Rivera, Ariel” el ruso” Fachinetti, el zorro Barragán, chupete Núñez y el Canario Wandosell. Sobre el césped reluciente, en medio del “Cielo”…

No es extraño que a la cancha del Nacional la llamen así, por los albos uniformes que lucen sus jugadores, y por haber disfrutado tanto tiempo con el juego irrepetible de Santos Lapiedra, Ángel Monteiro y Juan de Dios Marcuzzi, el equipo “Divino”… y justo allí, pisando el mismo verde, nosotros. Casi era un sacrilegio, pero como lo nuestro era casi un milagro…

Si, lo supe ese día que jugábamos la primera ronda con Ferrocarriles Del Norte, íbamos a hacer algo grande, aún recuerdo la jugada, Mauricio Rivera avanzaba solo, al frente, como siempre (como siempre, parece que nunca entendió que este era un deporte de equipo, y que los driblings no están prohibidos), pero en ese momento se detuvo, miró hacia delante, me vio desmarcado, y me la pasó.

A pesar de que el árbitro pito offside, no importaba, El Pancho había pensado, tal vez por primera vez en su vida deportiva (no, fuera de la cancha tampoco usaba la testa para otra cosa que aplastar latas de cervezas...), y eso era algo grande, cualquier cosa podía suceder.

Perdimos aquel partido 5 a 0, pero nos sobrepusimos, y pasamos ronda (claro, la alineación indebida y la sanción que les cayó a Ferro ayudó).

Después nos toco en suerte Río Chico. Y si que fue una suerte, no digo que la epidemia de gripe que tenían en la zona no nos ayudara un poquito, ni que el que presentaran un ocho, que no un once, y que de portero tuvieran al del equipo Benjamín no nos diera cierta ventaja, pero esa épica clasificación por penales que obtuvimos, siguió sabiendo a gloria.

Ah, que recuerdos me trae, como resuenan en mi mente aun los gritos del “Canario” Wandosell, “Denle caña al muñeco, que es de goma”, mientras un balón contra otro se estrellaba contra el arquero rival (tirábamos a gol, pero el chaval parecía la araña Yashin, siempre estaba en medio). Acabo llorando el chiquito, pobre… Por cierto, que lo de Canario, ya que me lo preguntan, es por el nombre, Pío. Y el Wandosell es curioso, en una provincia minera como esta, con tanta colonia extranjera, al abuelo del chico se le ocurrió inventarse un apellido más rimbombante e internacional. Cosas de la época.

Y después… si, después la revolución. Fue una lástima que el equipo contrario fuera el Real de Pueblo Nuevo, cuando se proclamó la república y el nuevo régimen decreto la desaparición de todo vestigio de la caída monarquía, lo sentimos mucho por ellos.
Y con esas llegamos a octavos, ante nosotros el temible Huracán. Realmente lo fue, devastó tan completamente la ciudad de nuestros rivales, que del estadio el cacho más grande que quedó fue el muro del aseo de caballeros. Tuvieron que retirarse de la competición, con gran pena por nuestra parte.

Cuartos, habíamos hecho historia, pero aun no nos rendíamos, pensábamos que estaba en nuestras manos seguir avanzando. Y así fue, cuando Ariel “El Ruso” Fachinetti consiguió colar su segunda diana, con la derecha (la anterior había sido con la izquierda), y el árbitro, un sabio, no apreció infracción alguna (total, en el baloncesto están todo el día introduciendo la pelota en la red con la mano y no pasa nada), el público de Independiente, grosero y violento, se encrespó de tal modo que tuvimos que abandonar el césped con rapidez. El árbitro suspendió la contienda, y el comité sancionó a nuestros rivales con la eliminación. Para que digan que no hay justicia deportiva.

Las semifinales estaban ahí. Nunca nos hubiéramos imaginado llegar tan lejos, pero ya que estábamos… en frente, el Deportivo Minero, con todas sus estrellas.

Creo que mejor que mis palabras, entenderán lo que fue el partido en la crónica del prestigioso Oswaldo “Tato” Menéndez, para “La Gaceta”: “Las acometidas del Minero llegaban una tras otra, como las olas del mar rompiendo contra la playa. Tiro tras tiro, bombardeaban la portería de Unión, con el ímpetu de un Stuka, la agilidad de un Hurricane y la precisión… de una apisonadora. Parecía que la portería se había empequeñecido, y que el Gato Merino ocupaba toda ella… toda no, pero si buena parte, impresionante la panza que lucía el arquero. 75 disparos conté, 75, si alguna vez me mandan fusilar, pediré que ellos formen el pelotón de ejecución. Posiblemente, yo mismo me tenga que disparar el tiro de gracia. Y en esas, en un pase hacia atrás de un defensa minero, el portero se trastabilla, cae, y el balón entra mansamente en la red… que gran razón tenía ese filosofo del esférico que es Lillo, cuando dijo aquello de que el fútbol es incientifico… total, no merece la pena quemarse, siempre hay alguien al que le toca la lotería, hoy, en vez de en un bombo, el sorteo fue en la cancha”.

Aunque algo injusta en mi opinión respecto a nuestros méritos, creo que sirve para explicar cómo logramos el pase.

Y como decía al principio, ahí estábamos, el Unión al completo, el gato Merino, el macho Díaz, el Negro Cabrera, paquete Montijo, Galleta Cabral, el chato Quintana, Mauricio “el pancho” Rivera, Ariel” el ruso” Fachinetti, el zorro Barragán, chupete Núñez y el Canario Wandosell. Sobre el césped reluciente, en medio del “Cielo”… En la final de la Copa provincial para amateurs, un hito histórico, no creo que cuando los reds o los blues llegan a la final de Inglaterra, puedan sentir lo que nosotros en ese momento…

Sabemos que es casi imposible que venzamos, Instituto es fuerte, algún desgraciado que no sabe que es el Sport nos dijo que deberíamos comprar al árbitro miserable, vergüenza debería darle semejante propuesta (sobre todo porque el colegiado tiene fama de integro e incorruptible).

Pero perdón, que empiezan el partido, discúlpenme, me esperan mis compañeros…-Eh, pelotudo, pasa acá la bola, que la reviento…

Posdata: Si, ganamos la copa, expulsaron a dos de nuestros contrarios, nos pitaron tres penaltis a favor… fue un triunfo del deporte, un bello rayo de luz en medio de la oscuridad y la falta de deportividad que vive actualmente nuestro juego. Las malas lenguas dicen que el referí nos pito a favor, debido a su indignación por un intento de compra, al parecer alguien le envió un jamón, con los saludos de Instituto… que falta de ética… disculpen que llaman a la puerta… -¿Si, que trae una factura de la Charcutería? Ah, perfecto, ahora mismo se la abono…

(Mi agradecimiento a Martín y a los amigos de “Café Fúbol” por tener la generosidad de cederme este cuento para compartirlo con todos ustedes)

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¿Cómo ves el nivel del fútbol argentino?

El fútbol argentino es lo de siempre: una cantera inagotable de futbolistas jóvenes. No es de hoy que aparezcan los Saviola, Aimar, Romagnoli y Riquelme. Es de toda la vida, con la única diferencia que ahora hay dificultades económicas muy grandes que llevan a equipos como River y San Lorenzo a dejar de ser compradores y apostar un poco más a los juveniles. El fútbol es el de siempre, muy dinámico y agresivo, con pocos espacios. Se ven partidos muy buenos y otros muy malos.

¿Y en Chile?

En cuanto a técnica y buen juego, en el fútbol chileno se ven mejores partidos que en el argentino. Lo que se ve en la Argentina es más lucha y combatividad.

Pero la realidad marca que, para el mundo, los futbolistas argentinos tienen más prestigio que los chilenos.

Lo que pasa es que en Chile a todos los equipos les gusta jugar bien al fútbol, y en la Argentina no. Cuando van al Monumental o a la Bombonera, los equipos chicos intentan no dejar jugar y complicar el partido. Por lo general, acá no veo equipos chicos que intenten jugar bien ante los grandes.

(LEONARDO RODRÍGUEZ, ex futbolista argentino, de gran paso por el fútbol chileno, en declaraciones a la revista "Mística" del 22/01/00)

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El fútbol es la guerra en pantalones cortos.

(WILLI SCHULZ, ex internacional alemán de la década del '60)

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No sé cómo hacen para tener tantos jugadores increíbles.

(THIERRY HENRY, opinando sobre la calidad de los futbolistas argentinos, en diario "Clarín" del 13/07/08)

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Entrevista a Alfredo Etchandy


Vitrolita

De chiquilín se pasaba el día pegado a la radio, y por eso se ganó el apodo: el pibe vitrolita, le decían en casa. Conocía los programas más importantes de las principales radios y, siempre que los horarios se lo permitieran, no se perdía uno. Especialmente los deportivos. Con ese rumor de fondo, sobre la alfombra de la abuela desplegaba no sé bien qué artilugios para que, con un poco de imaginación, allí se enfrentaran los primeros equipos de Peñarol y Nacional, o de los que cuadrara. Se sabía las alineaciones de memoria. No sólo las de los equipos uruguayos sino también de los extranjeros que pintaban por el Centenario.
El pibe vitrolita también se devoraba las páginas deportivas de los cinco diarios que se compraban en la casa: de mañana El Día, al mediodía La Tribuna Popular, y al caer la tarde El Plata, Acción y El Diario. Hoy todo ese cúmulo de información almacenada y la que vino después se exhibe los domingos de noche en Canal 5 o en las trasmisiones de Sport 890. El doctor Alfredo Enrique Etchandy Ferrando -55 años, casado, dos hijas- es uno de los históricos del comentario deportivo, con un estilo rebosante de sobriedad que tiene sus adeptos.
Hasta hace pocos días fue presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, cargo que ocupó en ocho de los últimos doce años, todo un récord. Escribió cinco libros, enseña periodismo deportivo en el IPEP, fue basquetbolista, es funcionario municipal desde hace 35 años y asegura que si Uruguay va a un Mundial debe ser para salir campeón.

De los periodistas deportivos uruguayos con unos cuantos años en la actividad, usted quizás sea el único que se recibió de tal.

De aquella época (año 1970), compañeros del curso, estaban Humberto García, Hugo Peyre, Daniel Ordóñez y algunos más.

Durante mucho tiempo se decía que para ser periodista deportivo en Uruguay había que ser abogado. Usted lo es. ¿Es casualidad esto o tiene algo que ver?

No sé si tiene algo que ver, pero hay muchos periodistas deportivos que son abogados. La mayoría son más periodistas que abogados. Yo digo que siempre fui periodista deportivo y me hice abogado porque el periodismo no me alcanzaba para vivir.

¿Ejerce la abogacía?

Durante algún tiempo ejercí en forma particular, incluso estuve instalado con algunos amigos. Actualmente no ejerzo, pero trabajo sí como abogado en la Intendencia. Soy funcionario municipal desde 1971. Empecé en la parte de Ingresos Comerciales y después trabajé durante muchos años en la parte de recaudación de Espectáculos Públicos. Era el que liquidaba los impuestos de los cines y los bailes. Y después pasé a la tarea de inspección; iba a inspeccionar los cines y los bailes los sábados de noche.

Quizás sea por esa tendencia a generalizar que tenemos los uruguayos, pero los inspectores de la Intendencia no gozan de muy buena reputación.

No, yo creo que no es así. En todas las tareas siempre hay gente buena, mala o regular.

¿El periodismo es hoy su principal fuente de ingresos?

He tenido mejores momentos. Hubo etapas en las que trabajé en los tres medios (prensa, radio y televisión) a la vez. Ahora en alguna medida también lo hago, aunque con menor actividad. También me dediqué a escribir, hice cinco libros relacionados con el deporte.

¿Cuál de ellos tuvo mayor repercusión?

“Memorias de la pelota”, que creo de alguna manera condensa todo lo que tiene que ver con la historia del fútbol uruguayo. Son más de 250 historias pequeñas: los triunfos, los campeonatos sudamericanos y también cosas como el día que se cayó el arco en el Tróccoli, o el día en que en un equipo jugaron todos parientes, integrantes de la familia Dorado y el equipo se llamaba Dorado. Cosas que han pasado en el fútbol uruguayo: cuando se inició la B, cuando se inició la Intermedia, cuando se usó por primera vez la camiseta celeste.

¿De dónde saca toda esa información?

Siempre me gustó leer mucho, y también escuchar mucho. Y de mi tío y de gente mayor que me contaba cosas fui recogiendo. Además, a cada lugar donde voy y hay una librería, entro. Y donde encuentro algo relacionado con el deporte, me lo compro. La verdad es que tengo muchas cosas.

Pero hechos como por ejemplo la caída de un arco del estadio Tróccoli no están en los libros. ¿Cómo reconstruye esas anécdotas?

Bueno, en ese caso me acordaba del hecho y más o menos por la fecha lo fui a buscar en los diarios. Para el libro Doce años de ausencia, que se refiere al período entre 1990 y 2002, me leí todos los diarios de esos doce años, día por día. Los iba mirando y buscando títulos que fueran importantes para el tema. Lo sacaba y con eso fui construyendo toda la historia del libro.

¿Cuánto tiempo le llevó esa tarea?

Ah, varios meses. Pero no leía todo, obviamente. Iba a la parte deportiva y buscaba los títulos y ahí seleccionaba lo que me podía servir. O buscaba por las fechas algún hecho que yo me acordaba que había sucedido.

¿Cuántos años fue presidente del Círculo de Periodistas Deportivos?

De los últimos doce años, fui ocho Presidente. En la historia del Círculo, que se inició en 1942, ha habido veinte presidentes. Tengo el honor de haber sido el que estuvo más tiempo como presidente. Como dirigente tengo más, casi veinte años.

¿Un día de Alfredo Etchandy gira en torno al deporte?

No. Antes sí. No digo que me vaya aburriendo, pero Yo pienso que el mejor deporte que hay es el básquetbol: el más lindo, el más emocionante, el que genera más posibilidades en cuanto a la parte táctica. Además, es el que tiene al espectador más en tensión. Un final tanto a tanto en el básquetbol es inigualable. Y si tengo que elegir el deporte más lindo, hoy es el básquetbol. Sobre fútbol, gozo más charlando del pasado que del presente.

¿El pasado glorioso del fútbol uruguayo no condiciona de alguna manera este presente lastimoso?

No, no creo.

Dicho de otra forma, ¿ese pasado no nos impide tener la humildad necesaria para reconocer lo poco que somos hoy y trabajar para mejorar?

Lo que pasa es que los que han llegado a lo máximo después solamente se alegran con lo máximo otra vez. Cuando Uruguay va a un campeonato sudamericano, va a salir campeón. Si no, no queda en la historia. Si va a un campeonato del mundo va para salir campeón, no para competir. En Uruguay se festejan los aniversarios de cuando salió campeón. Se festeja la final de Maracaná porque ganó, si la hubiera perdido no se festejaba. De los primeros diez campeonatos sudamericanos juveniles, Uruguay ganó siete. De los últimos cuarenta no ganó ninguno.

¿Qué explica, según su criterio, el derrumbe?

Hoy vivimos con generaciones de futbolistas que no son ganadoras. Se me dirá que es más difícil hoy ser campeón del mundo; bueno sí, es más difícil. El dinero juega de otra manera. En el 30, el mundo estaba muerto por la depresión y la caída de Wall Street del año 29. El gobierno uruguayo votó 300 mil pesos para que Uruguay le pagara los pasajes a los que venían a jugar, y les dieron viáticos durante toda la travesía a los que venían de Europa y todo el tiempo que estaban acá. Eso lo pagaba Uruguay, el gobierno uruguayo. En el año 30, con una población mucho menor que la que tiene ahora, el país importó quince mil automóviles. El peso uruguayo valía más que el dólar. Era naturalmente una situación distinta, este era un país muy importante no sólo en el deporte. No tenía la cara hacia América y hacia los indios porque no tenía indios, era un país que miraba a Europa. Miraba la cultura francesa.

No es muy conocida esa historia de los pasajes. Seguramente muchos no habrían venido de no haber sido así.

Bélgica y Francia, por ejemplo, les pagaron a sus jugadores pasajes de segunda y la diferencia se las dieron a las delegaciones. El Estadio Centenario se construyó en seis meses y costó un millón y medio de pesos uruguayos, que era poco más de un millón y medio de dólares. Y hoy, para hacer el campeonato del mundo, Alemania invirtió cuatro mil millones de euros. Pero calculó que esa inversión le iba a aportar diez mil millones en turismo y gente que fue y sigue yendo a dejar su plata en el país. Eso demuestra que hoy el fútbol es sólo un soporte para un negocio económico: el de la FIFA por un lado y el del país organizador de un campeonato del mundo, que en un mes gana mucho dinero. Alemania, en un mes, ganó más que la deuda externa uruguaya.

¿Los uruguayos podemos soñar con volver a tener un Mundial acá, aunque sea en el Mercosur?

Es difícil que la FIFA acepte que un mundial lo hagan varios países juntos, como lo hicieron Japón y Corea. Se llegó a esa solución en ese caso porque había otros problemas en el medio y ninguno quería perder.

Tiene dos hijas, ¿cómo hacen tres mujeres en su casa para tolerar su pasión por el deporte?

Mi mujer viene de una familia donde prácticamente el deporte era una cosa separada, de la que no se ocupaban. Y mis hijas tampoco salieron muy deportistas; una de ellas se interesa un poco más, pero no es tampoco una gran aficionada. Así que el tema deportivo en mi casa casi no existe.

¿Es un hombre de Tenfield?

No. No. Nunca trabajé en Tenfield ni nunca me vinieron a buscar. Estoy en contra de muchas de las cosas de Tenfield. Directamente nunca estoy a priori en contra de nada, pero cuando tengo que criticar, critico y cuando tengo que tomar otra posición también la tomo.

¿Hay periodistas comprados?

No, hay periodistas que trabajan en Tenfield. Voy a hablar por mí: para ejercer la profesión de periodista se requieren dos cosas irrenunciables: libertad e independencia. Libertad para elegir cualquier tema e independencia para tratarlo sin ninguna presión.

¿Siempre ha podido hacerlo así?

Desde que trabajo en esto, dos o tres veces tuve el problema de que me dijeran che, no podés decir eso, pero siempre me ampararon a la larga las autoridades del medio en el que trabajaba. Por eso, a esta altura de mi vida, digo lo que quiero. Absolutamente lo que quiero; el día que no lo pueda hacer me voy para mi casa.

¿Hay periodistas que adecuan su discurso a lo que la empresa les pide?

No. Creo que a algunos, la empresa no les pide nada. Entienden que deben defenderla y yo no los juzgo. Yo me siento liberado absolutamente para decir lo que quiero. A esta altura soy más un periodista de opinión que de información, y opino lo que me dicta mi conciencia. Y al único que le rindo cuentas es a ella.

Pablo Bengoechea dijo en esta sección que los periodistas deportivos están informados pero saben en general poco de fútbol. ¿Qué opina?

Y, es verdad lo que dice. Hay muchos periodistas que saben y otros que no saben tanto. Pero, ¿quién puede decir éste sabe y éste no? ¿De qué hay que saber para opinar de fútbol? Para comentar no hay que ser entrenador. Yo soy entrenador de básquetbol; dirigí equipos de básquetbol. Y tampoco hay que haber sido futbolista para opinar sobre fútbol; yo jugué como todos los uruguayos. No era un patadura pero tampoco un fenómeno. Si no, hubiera sido futbolista.

Usted trabaja con Sergio Gorzy desde hace muchos años. El hecho de que usted fuera presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, entidad que expulsó a Gorzy de sus filas, ¿no le generó ninguna incomodidad?

No. Eso en todo caso habla bien de él, porque siendo mi patrón en alguno de los medios donde he trabajado nunca tuve problemas. Y el día que tuve que estar contra él por los temas gremiales lo estuve. Discrepo con él en muchísimas cosas que hacen al deporte y a la forma de encarar la actividad periodística. Sin embargo, tengo buena relación. Y él, siendo en algunos casos patrón mío, nunca impidió que dijera lo que quisiera decir.

¿Atilio Garrido o Sánchez Padilla?

Cada uno en lo suyo. Garrido me llevó a El Diario de la noche y trabajé con él. Era una máquina de trabajar y una persona muy inteligente. No comparto alguna de sus actividades periodísticas pero tengo por él un respeto importante. Con Sánchez Padilla nunca he trabajado pero tengo una correcta relación.

¿Lleva la cuenta de los países que ha conocido por su actividad?

Sí. Conozco cincuenta y ocho países. Algunos por el fútbol y otros por otras actividades periodísticas.

¿A qué lugar no volvería?

(Piensa) En realidad a la mayoría de los lugares que fui, volvería. De repente a algún lugar de Asia o África que ya conozco, no volvería. Si tengo que elegir un continente para volver siempre, elijo Europa.

¿Cuál es la ciudad más linda del mundo?

Hay muchas. A mí me gusta mucho Madrid. París y Londres tienen su encanto, pero me encanta Viena, y también Florencia. Hay muchas más, la lista sería infinita.

¿Y de América?

De América, Buenos Aires es la gran ciudad, con un encanto especial.

¿Es cierto eso de que a Uruguay se lo conoce en muchos lugares por el fútbol?

Sí, ha sido uno de los principales embajadores que ha tenido Uruguay en la historia. Recuerdo que una vez venía de un Campeonato del Mundo Juvenil y tuve contacto con un periodista de Sierra Leona. Entonces, cuando le dije que era de Uruguay, lo primero que dijo fue: Venancio Ramos.

¿Le ha pasado muchas veces el tener que explicar qué es Uruguay?

Ah, muchas veces. O de escuchar algún disparate. Una vez, un periodista de Guinea Ecuatorial me preguntó si Uruguay tenía límite con Inglaterra. Y cosas de esas, muchas veces. También he encontrado mucha gente que conocía hasta la historia del Uruguay.

¿Hay algún caso que le haya sorprendido especialmente en ese sentido?

Sí. El encargado de relaciones públicas de la UEFA, con quien estuve en un congreso en Cartagena de Indias, conocía de la historia del Uruguay absolutamente todo. Incluso cosas menores. Me empezó a hablar de la Guerra Grande con lujo de detalles y de otros hechos, realmente era para sacarse el sombrero.

¿El gobierno debería intervenir el fútbol?

El gobierno tiene la obligación de intervenir en temas del deporte; tiene un Ministerio de Deporte y tiene un Ministerio de Educación y Cultura que es el que da las personerías jurídicas. Y las instituciones deportivas son personas jurídicas y el gobierno ejerce la policía jurídica de esas personas. Si no se cumple con las reglas, el gobierno tiene la obligación de intervenir. El Ministerio de Deportes tiene las competencias que tenía la Comisión Nacional de Educación Física, entiende en los gerenciamientos, las drogas en el deporte, y en lo que impone la ley 14.996: el tema de los derechos de los deportistas.

¿Los llamados derechos federativos?

Los derechos son uno solo. Quienes quieren hacer trampas a la ley hablan de derechos económicos y derechos federativos, pero no hay ninguna norma en el Uruguay ni en la FIFA que separe estos derechos. Y la ley 14.996 establece que ninguna persona física o jurídica que no esté afiliada a una federación deportiva puede ser dueña de esos derechos del deportista.

¿Por qué cree que nadie hace nada al respecto?

La ley es de 1980 pero lamentablemente no se aplica. Prevé sanciones a la violación de la normativa: se debe sancionar a las instituciones que participan de esas violaciones. Y la AUF nunca hizo nada. Subsidiariamente, si no lo hace la asociación respectiva, lo debe hacer la Comisión Nacional o el Ministerio de Turismo y Deporte. No lo digo yo, lo dice la ley. Se sigue haciendo lo mismo y yo digo que el principal problema del fútbol uruguayo es ése.

¿Por qué?

Porque desde que se implantó el Impuesto a las Transferencias, el fútbol uruguayo negoció más de 340 millones de dólares y pagó impuestos por una cifra similar, y a los clubes ha ingresado dinero nada más que el 15 por ciento de ese dinero. Por lo tanto hay contratistas muy ricos y clubes muy pobres.

¿Sería bueno que Tenfield se fuera del fútbol uruguayo?

En todos los países del mundo la televisión está y da grandes ganancias. Lo que está mal es que exista un monopolio y que los contratos sean tan grandes, y que haya normas que vayan totalmente en contra de esos contratos. No es culpa de Tenfield, que hizo un negocio comercial con un fin de lucro. Los culpables son los clubes que lo votaron y los dirigentes que lo hicieron posible. En el año 99, los clubes cobraban 20 mil dólares por mes, hoy cobran 154 mil pesos, o sea seis mil dólares. Porque lo que paga Tenfield tiene un tope. La AUF hizo un contrato con Tenfield que seguramente ningún dirigente hubiera firmado para su empresa.

Usted ha admitido públicamente ser hincha de Peñarol. ¿Le ha generado problemas eso?

No, al contrario, creo que me he ganado el respeto con eso.

¿Puede juzgar y opinar con objetividad?

Totalmente. A esta altura de mi vida, los fanatismos quedaron absolutamente de lado. Si hay un partido y juega Peñarol, prefiero que gane Peñarol, pero no por eso voy a cambiar mi comentario.

¿Los hinchas de Nacional son hostiles hacia usted?

Algunos sí, pero la mayoría me respeta más desde que lo dije. Todos los periodistas son hinchas de algún cuadro. En uno de mis libros hice un trabajo particular y me dio que el 60,8 por ciento de los periodistas deportivos uruguayos en actividad son de Peñarol, y que el 30,2 son de Nacional.

¿Un blooper en su actividad?

Muchos. Muchas veces uno dice algo creyendo que no está al aire. En cuanto a las posiciones que defiendo, siempre las medito muy bien. De repente me equivoco o no se comparte, pero eso es parte de la profesión.

(entrevista realizada por el periodista uruguayo Gerardo Tagliaferro y publicado en el portal digital “Crónicas” del 11/09/06)

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