Ante los cambios realizados por Blogger, tiempo atrás, y que afectaron la plantilla de este blog hay textos largos que no se mostrarán totalmente. La solución a dicho inconveniente es hacer click en el título del artículo y así se logra que se muestre el resto de la entrada. Muchas gracias y disculpas por la molestia ocasionada.

Blas Armando Giunta (Argentina)


Nacido en Capital Federal, Buenos Aires, el 6 de Septiembre de 1963, este rústico volante está grabado a fuego en el corazón del hincha de Boca Juniors. El clásico “Huevo, Huevo, Huevo, Giunta, Giunta, Giunta” aún lo emociona. Se lo ha ganado.
Ese reconocimiento de la parcialidad auriazul a un mediocampista de mucho temperamento, personalidad y entrega no es por casualidad. Es por lo que Blas Armando Giunta dejó dentro de los campos de juego, no solo en la Bombonera.
Sus inicios en el fútbol barrial fueron en el equipo “Bomberos de La Matanza”, para de ahí pasar a Liniers (equipo de Primera “D”) y posteriormente, con el pase en su poder, fichar en San Lorenzo de Almagro. En 1988 lo compra el Zaragoza y lo cede al Murcia (España) para retornar al país y recalar en Boca Juniors en donde se consagra como ídolo de la “12” y logra la Supercopa 1989, la Recopa Sudamericana 1990, la Copa Masters 1992 y el Torneo Apertura 1992.
En 1993 se va a México donde jugará por dos años en el Toluca y un nuevo regreso a su amado Boca Juniors, hasta 1997, año en que se va al Ourense (España).
En 1999 se retira del fútbol jugando en el ascenso argentino con Defensores de Belgrano.
Al ser un claro ejemplo del futbolista que se convierte en ídolo sin más atributos que su corazón, y por una personalidad graciosa y desenfadada, eso lo hace merecedor de ingresar a nuestra sección “Personajes”.

Frases:

Cuando el equipo pierde, no vivo.

Soy un jugador entrenando y otro adentro de la cancha. A mis compañeros no les hago sentir el rigor.

Al hueso
(frase que describe claramente donde entrarle a un rival).

Los plateístas que vengan todos acá, uno por uno, yo laburo todos los días acá, que me vengan a buscar si me tienen algo que decir que yo los voy a atender.

Cuando íbamos en el micro desde el hotel a la cancha y pasábamos por Casa Amarilla, veíamos a la gente, a toda esa marabunta. Yo me motivaba, me creía que era He-Man, que era un gladiador.


Anécdotas:

Al “Chino” Tapia lo volvíamos loco… A “Corky” Mac Allister, también. Un día se calentó, vino y me tiró los mocos en la comida. Pasa que el Colorado ya estaba harto de que lo jodiéramos. Le decíamos que tenía los brazos cortos y que no podía hacer los laterales. Pero yo no me calenté, me cagué de risa y pedí que me cambiaran el plato.
A Neffa también lo matábamos. Sólo quería el dulce de leche, el “Gordo” Neffa. En Unión, todos decían “mirá, cómo le pega, tiene un cañón”. Cuando vino a Boca, le decíamos: “Dale, gordo dulce de leche, hijo de puta. Ni te acercás a patear los tiros libres. Ahora pateá, la concha de tu madre”. Y en el medio del partido le gritábamos “¡dale, gordo de mierda! ¡Largá el dulce de leche!”. Y también lo imitábamos al Maestro Tabárez: “Este muchacho Saturno es impresionante. Es el impredecible”, decía. Después a Saturno le pusimos “Larva”, por el personaje de Pergolini.

Siempre llevaba un revólver encima. Sabía tirar porque íbamos a cazar, con Marchesini, con Stafuza, con Cucciuffo... Lo llevaba cargado, sí. Pero todos teníamos un arma encima, eh, cada uno tenía su bazooka. Una vez, en San Lorenzo, me vinieron a apretar porque yo jugaba por el 20 por ciento. Lo vi a Goycochea, que estaba por ir al Ciclón y se había ido a hacer la revisación médica, y le dije: “Goyco, prestame la matraca”. Y salí de la práctica con el caño. ¡No se me acercó nadie! Andábamos todos con matraca o con una escopeta…

Una vez, en un entrenamiento, me rompieron la oreja. Estábamos jugando y un boludo me pisó. Yo sentía la parte de atrás colgando y despegada. El médico vino, me puso anestesia y me dijo que tenía todo partido. Claro, nadie quería decir quién me había pisado, se hacían los boludos. Cuando se me fue el efecto de la anestesia, me seguí entrenando, porque no le quería dar espacio a nadie, no quería perder el tren. Pero cuando corría, sentía que me ardía mal. Entonces le dije: “Che, tordo, me duele mucho acá atrás. Abro la boca y siento que se me raja todo”. Me miró y me vio toda la oreja despegada. “Te tengo que poner anestesia otra vez”, me decía. ¿Qué anestesia? Coseme así, como está. Dale, loco. Dale porque no da para más. Dejate de joder con la anestesia”, le contesté. Me cosió y seguí entrenándome toda la tarde. Yo era así. El fútbol era lo más sagrado del mundo.

Fue en Boca-Ferro. Para Ferro atajaba Germán Burgos, que había debutado en primera hacía poco. Tiro una pared con Maranga (Marangoni), me la devuelve por arriba, llego al área y lo veo salir con todo al Mono Burgos. Entonces, pienso: “Este me parte”, porque él ya había tomado carrera. Cuando lo veo venir, se la mando por abajo, se tira con los pies para adelante y me rompe las dos canilleras. Cuando me levanto, lo agarro en el piso y le digo: “Nene, ¿qué querés? ¿Morir en este instante?”. Y después lo recagué a puteadas.
Fue exactamente como la cuenta el Mono.

Trayectoria: San Lorenzo (1983-1984), Cipolleti de Río Negro (1984-1985), Platense (1985-1986), San Lorenzo (1986-1988), Murcia -España- (1988-1989), Boca Juniors (1989-1993), Toluca -México- (1993-1995), Boca Juniors (1995-1997), Ourense -España- (1997-1998), Defensores de Belgrano (1998-1999).


(anécdotas extraídas de la revista “El Gráfico” de Febrero de 2006)

seguir leyendo...

Romario (Brasil)


Nacido el 29 de Enero de 1966 en Rio de Janeiro, bajo el nombre de Romario da Souza Faria, se crió en la favela de Jacarezinho. De pequeño, su primer amor fue una pelota y no pasó mucho tiempo en que el pequeño lograra elogiosos comentarios de los mayores por su destreza con el balón, sobretodo de los pocos seguidores del Estrelinha, equipo fundado por su padre y en el que logró sus primeros goles, hasta que en 1979 un ojeador lo acercó al Olaria para de ahí pasar rápidamente al Vasco Da Gama.
No fue fácil su llegada al Vasco en donde estuvo a prueba durante un año pues los directivos no creían en sus condiciones. Sin embargo, un campeonato juvenil en Rio de Janeiro sirvió de trampolín al pequeño delantero quien se erigió en gran figura y máximo goleador del certamen con 7 goles.
Romario obtuvo numerosos títulos en todas las categorías del club, llegó a jugar junto al gran ídolo de la hinchada cruzmaltina, Roberto “Dinamita”. Juntos formaron una dupla letal, siendo los máximos goleadores, Roberto con 12 y Romario con 11. En su primera etapa en Vasco conquistó 2 Campeonatos cariocas, en 1987 y 1988.
En 1985 debutó con la Selección juvenil de Brasil disputando el Campeonato Sudamericano de la categoría siendo máximo goleador con 5 goles. Su popularidad se potenció en Brasil durante los Juegos de Seul 88, donde se mostró a nivel internacional obteniendo nuevamente el título de máximo goleador del torneo con 7 tantos. Su ascenso fue meteórico, debutando con la selección mayor en 1987 y dos años más tarde un gol suyo le dio el título a Brasil en la final de la Copa América ante Uruguay. Una lesión en el peroné de su pierna izquierda lo dejó fuera del Mundial 1990. Cuatro años después lograba para Brasil el tetracampeonato en Estados Unidos en donde fue elegido por la FIFA como el mejor jugador de ese Mundial. En 1997 logra la Copa América.
El fútbol holandés lo lleva al Viejo Mundo en 1988 cuando el PSV pone sus ojos en él (a través de su sponsor, Philips) y se lo lleva por 6 millones de dólares. Allí conquistó 2 Copas de Holanda y 4 Campeonatos de Liga, además de ser en tres temporadas el máximo goleador del certamen.
Desde Barcelona se miraba con mucha atención las actuaciones de Romario en Holanda, y en 1993, desembarca en la ciudad Condal. Al poco tiempo se convirtió en ídolo indiscutido de la afición blaugrana en donde hizo goles de todo tipo y fue integrante de aquel legendario "Dream Team".
En la bella Barcelona logró dos títulos de Liga y fue máximo goleador del Campeonato español con 30 goles obteniendo el clásico Trofeo “Pichichi”. En Barcelona y, según sus palabras, tuvo el mejor técnico de su carrera: el célebre Johan Cruyff.
En 1995 retorna a Brasil, al Flamengo, y luego retorna a la península ibérica, Valencia, donde las lesiones y sus cruces con el D.T. Luis Aragonés jugaron en su contra. Nuevamente de regreso al Flamengo obtiene el Campeonato Carioca del 98 y el Estadual de 1999. En el año 2000 vuelve a su primer gran amor, el Vasco Da Gama, en donde fue máximo goleador del Campeonato Carioca y del Torneo Rio-Sao Paulo con 34 años de edad.
En 2002 llega a Fluminense, para pasar tiempo después al club Al Saad de Qatar por donde tuvo un breve paso para retornar al “Flu” en Junio de 2003.
Posteriormente el 10 de Noviembre de 2004, el que fuera mejor delantero del mundo en la primera mitad de los noventa recibió un merecido homenaje en el estadio “Memorial Coliseum” de Los Ángeles, en un partido que sirvió de homenaje a dos grandes del fútbol como Romario y Jorge Campos, puesto que se enfrentaron en un amistoso las Selecciones de México y Brasil, ganando esta última por 2 a 1. ¿Los goles de Brasil? Romario, obviamente…
A finales de 2004 volvió al Vasco da Gama y, en 2005, con 39 años de edad, fue máximo artillero del Campeonato Brasileño gracias a los 22 tantos que marcó durante la competición. Su siguiente destino profesional fue la Major League Soccer (MLS) estadounidense, al fichar en Abril de 2006, con el Miami FC. Durante ese mismo año, también jugó durante dos meses en el Adelaida United de Australia.
En Enero de 2007, retornó al Vasco da Gama, con el que en Mayo de ese año alcanzó la cifra de 1.000 goles convertidos a lo largo de su carrera profesional.
Hemos contado someramente sus condiciones de goleador nato dentro de una cancha, para terminar de plasmar, a través de anécdotas y frases, una personalidad que lo convierte en un digno exponente de los “Personajes” de esa página:

Anécdotas

Hay una anécdota que ha repetido en varias ocasiones Valdano y que expresa muy bien la personalidad del brasileño tanto en la cancha como fuera de ella.
Según comenta Jorge Valdano cuando tuvo a sus órdenes al brasileño en el Valencia, cada vez que Romario quería y siempre antes de los partidos, en el calentamiento se acercaba a Valdano y le apostaba una cantidad económica a que iba marcar uno o dos goles. Según palabras de Jorge siempre perdía la apuesta. Es más según el argentino, en más de una ocasión antes de los partidos daba vueltas alrededor del brasileño y Romario ese día no le comentaba nada de la apuesta y no marcaba gol.
Cuando Romario prometía algo que tenía que ver con el gol siempre lo cumplía, algo que saben muy bien en el Barcelona en donde no solo se convirtió en ídolo por sus goles sino también por su esfuerzo por el equipo. Su ex técnico, el holandés Johan Cruyff lo pinta de cuerpo entero con una frase: “Romario era el primer defensor de mi equipo”.

Un 5 de Septiembre de 1993 Romario da Souza Faria aguardaba en el viejo túnel de vestuarios del Camp Nou su estreno oficial con el Barcelona.
Andoni Zubizarreta, el arquero al que Romario llamaba de usted, siempre atento y protector, le buscó y le encontró. Como siempre, estaba el último en la fila, camino del campo, para enfrentarse a la Real Sociedad en el primer partido de la Liga. Se acercó el veterano al debutante para hablarle de Alberto, el guardameta rival. El partido estaba a punto de empezar y los jugadores ya se encontraban en el túnel de vestuarios. Zubizarreta, detallista como era, se le acercó para darle una serie de instrucciones de como jugaba el portero rival, de si le gustaba salir y demás, fue entonces cuando el carioca miró a Zubi y le espetó eso de "¿Me va a enseñar usted a meter goles?", el portero rival acabaría recogiendo tres veces la pelota del fondo de su portería.
En esa temporada Romario llegaría a 30 conquistas, una cifra menor si la comparamos con los más de 1000 goles que logró en su carrera, con 41 años cumplidos, y esa eterna vigencia goleadora.

Frases

* Luego de Pelé, estuvo Maradona. Y después de Maradona, llegué yo.

* Quien es ruin se destruye solo
(criticando al técnico Wanderley Luxemburgo, quien no lo citó para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000)

* Soy ciento por ciento infiel. Me defino como un mujeriego y, en mi apogeo de promiscuidad, llegué a acostarme con tres mujeres el mismo día.

* Nunca fui un atleta. Un atleta tiene que comer correctamente, dormir correctamente, beber correctamente, y yo no hago ninguna de esas mierdas. Yo podría haber hecho más si fuese un atleta, pero no hubiera sido tan feliz.

* Si no salgo por la noche, no marco goles.

* Un jugador tiene pocos amigos, porque en fútbol no existe la amistad verdadera.

* En Río de Janeiro tienen muchos reyes, pero Dios, sólo uno.

* Necesito el fútbol para mí, para llegar a casa con la cabeza despejada. Mi reto en el fútbol es hacerme feliz a mí mismo. El nombre del rival no me interesa.

* No soy un caballo paraguayo, más de una vez demostré que soy un pura sangre.

* Años atrás algunos decían que estaba muerto para el fútbol. La respuesta está acá... Voy a ser el segundo en alcanzar los 1000 goles.

* Yo no me muerdo la lengua, no me puedo quedar callado ante lo que me parece incorrecto (....) Para algunos eso es bueno y para otros no.

* Necesito el fútbol para mí, para llegar a casa con la cabeza despejada. Mi reto en el fútbol es hacerme feliz a mí mismo. El nombre del rival no me interesa.

<

seguir leyendo...

Vinnie Jones (Inglaterra, 1965)


Otro personaje que no ingresa a esta columna, al igual que Rodion Camataru o el “Trinche” Carlovich, por un carácter pintoresco o comentarios divertidos. No es este el caso. Todo lo contrario.
Vinnie Jones, nació el 5 de Enero de 1965 en la ciudad de Watford, en el condado interior de Hertfordshire al sureste de Inglaterra, en el Reino Unido.
Primero se hizo público como jugador de fútbol profesional, jugando en la liga Inglesa de fútbol, conocido como uno de los jugadores más rudos del fútbol, “El carnicero de Wimbledon” saltó a la fama cuando un fotógrafo lo tomó agarrando los testículos al jugador del Newcastle United Paul Gascoigne, en un partido en el que lo derribó infinidad de veces además de escupirlo y llenarlo de codazos.
Uno de los más temibles defensores que se recuerde en el fútbol de las Islas Británicas. Realizó un video en el cual detallaba sus malas artes dentro de un campo de juego y el cual fue record de ventas en el Reino Unido. El mismo se exhibía en las estanterías de deportes violentos como el boxeo y el kárate, para que quedara claro de que se trataba.
Propinó varias quebraduras y tiene un récord en el fútbol de Inglaterra al ser expulsado ni bien comenzó el partido, a los 10 segundos de juego.
Jugó en clubes como Wimbledon, donde ganó una FA Cup, Leeds United, Sheffield United, Chelsea y Queens Park Rangers. Internacionalmente jugó en Gales.
Finalizada su carrera como futbolista, el cine le atrapó. Hizo su primera actuación en la comedia inglesa del director Guy Ritchie “Lock Stock and Two Smoking Barrels” (1998) y en el año 2000 tuvo un papel en la comedia “Snatch” del mismo director.
En el año 2006 hizo el papel de Juggernaut en la película “X-Men 3”, dirigida por Brett Ratner.
Algunas de las frases de este gentlemen del fútbol:
* Cuando me entero que a algún rival le ha dejado la mujer, yo procuro recordárselo en el campo.

* Si pasa la pelota, no pasa el rival.

* Cuando derribo a un rival, siempre me ofrezco para levantarlo. Lo agarro de las axilas y le tiro fuerte del pelo.

* Ganar no es tan importante siempre y cuando ganes.

* Cuando algún contrario se me acerca demasiado, le agarro por los testículos y le digo con voz suave: ¿Te importaría retirarte un poco?



seguir leyendo...

Johan Cruyff (Holanda, 1947)


Johan Cruyff ha sido el mejor jugador del Ajax, de la historia del fútbol holandés y, por qué no, uno de los mejores del mundo. Con este genio del Balón "los lanceros" de Amsterdam pasaron de ser un equipo del montón a reinar en Europa. La vida de Johan Cruyff estaba destinada a unirse a la del Ajax. Nació el 25 de Abril de 1947 en un piso muy cercano al estadio del equipo de la "Venecia del Norte", su padre era un tendero que abastecía a la cocina del club y su madre realizaba tareas de limpieza en el club. Cuando muere su progenitor, el joven Johan (13 años) entra a trabajar en el bar del Ajax, por lo que podemos ver la influencia de la entidad en la vida familiar.
Por aquellos años ya destacaba en las divisiones inferiores de "los lanceros". A los 14 años obtiene su primer título, en el equipo juvenil del Ajax. Esto hace que Cruyff crea que el número 14 le da suerte y sea su preferido para el resto de su carrera.
El 15 de Noviembre de 1964 debuta en el primer equipo, con sólo 17 años. Sus condiciones son impresionantes. En su segundo partido como titular va a marcar un fabuloso gol. Después de pasar el balón por encima de la cabeza de tres defensores, se planta solo ante el portero, al que gambetea en dos ocasiones antes de conseguir el tanto. Este joven de aspecto frágil se convierte en el indiscutible ídolo de la afición de Amsterdam. El estadio se llena para ver a este nuevo fenómeno, que juega en el área, en defensa, en el centro del campo y mete goles con la derecha, la izquierda, la cabeza, etc.
Con 19 años, es llamado a la selección holandesa (48 veces internacional). En la época dorada del Ajax es el líder del equipo. Nombrado mejor jugador europeo del año en 1971, 73 y 74. Con el Ajax disputó 275 partidos oficiales y marcó 205 goles.
En 1973, mediante un contrato fabuloso, ficha por el Barcelona, al que seguirán Los Ángeles Aztecas (78), Washington Diplomats (79) y Levante (80). En 1981 regresa al Ajax y gana dos Ligas con los de Amsterdam, antes de marcharse al Feyenoord (1983), donde pone fin a su carrera con un nuevo título de liga.
Como jugador del Ajax conquistó ocho Ligas, cinco Copas de Holanda, tres Copas de Europa, dos Supercopas europeas y una Copa Intercontinental. En el Feyenoord y Barcelona ganó una Liga y una Copa de cada país.
Entre sus logros como entrenador podemos mencionar dos Recopas: la 86-87, con el Ajax y la 88-89, con el Barcelona. Además dirige al equipo holandés que gana la Liga del 85 y las Copas del 86 y 87, y al conjunto azulgrana que vence la Copa del Rey del 90 y la Liga 90-91.

Frases

Siempre soy más duro con los mejores; lo absurdo sería apretar a quien no puede aportar más de lo que ya te ha dado (en alusión a las críticas hacia Laudrup)

Salid a disfrutar (a sus jugadores, previo a la final de la Copa de Europa de 1992 en Wembley)

Claro que puedo aceptar los silbidos si son justificados, porque incluso a mí me han silbado alguna vez (sobre las críticas a su hijo Jordi)

No hay ningún presidente que me diga lo que tengo que hacer. Cuando era jugador, el presidente del Ajax me quiso desprestigiar diciendo que era demasiado viejo para jugar (38 años). Entonces fiché por el máximo rival (Feyenoord) y gané la Liga, la Copa y quedé como máximo goleador de mi equipo. Con la rabia que uno siente, se puede llegar muy lejos.

En el reino de los ciegos, el bizco es el rey, pero sigue siendo bizco.

Si la edad no perdona para mí, no perdona para nadie (sobre el porqué de la marcha de Laudrup)

Anécdotas

Cruyff estaba llamado desde el principio a ser uno de los grandes dentro del mundo del fútbol, tanto en su etapa de jugador como en la de entrenador. Y esta última no podría haber comenzado mejor.
Leo Benhacker ocupaba el cargo de director técino de Ajax, tras el transcurso de la primera parte, el equipo de la capital holandesa perdía por 3 goles. Cruyff no podía permanecer quieto en la tribuna y decidió poner remedio a la situación. Mientras el partido seguía en juego, Cruyff bajó al banquillo y, tras recriminar duramente al técnico Benhacker por el juego del equipo, mandó a calentar a tres jugadores. Él mismo decidiría los cambios!
El Ajax terminaría ganando por un contundente 5-3. Benhacker abandonaría su cargo en el Ajax en favor del ídolo "lancero", Johan Cruyff.

Fue en la Copa del Rey de la Temporada 77-78, yo recién empezaba en el Alavés y nos enfrentábamos al Barcelona en su campo en el partido de vuelta.
Johan Cruyff era el dueño del espectáculo, mandaba sobre sus compañeros, rivales, todos. Cada vez que había una falta, la pelota la tenía debajo de su brazo. El partido comenzaba y seguía cuando él quería. En un momento le dije: “Mirá, ¿por qué no te llevás a tu casa esa pelota y nos das otra a nosotros para que podamos seguir jugando?”. Me puso el brazo sobre el hombro y me dijo: “¿Cómo te llamas tú?”. Le contesté: “Jorge Valdano”. Después: “¿Y cuántos años tienes tú?”. Le respondí: “20”. Me miró y me dejó frío: “¿Y tú no sabes que a Johan Cruyff, con 20 años, se lo trata de usted?”.
(JORGE VALDANO, ex jugador, técnico y comentarista deportivo, recordando sus inicios en el fútbol español)

Huérfano de padre, con su primer contrato en la mano, a los 17 años, un día se paró en la puerta de entrada y le gritó a su madre, doña Petronila: "¡Eh, señora, deje de lavar esa ropa! Ahora tendrá que atender a Johan Cruyff, el más grande jugador de fútbol del mundo".



seguir leyendo...

Carlos Salvador Bilardo (Argentina, 1942)


En el Torneo Clausura del 2004, Carlos Salvador Bilardo, DT de Estudiantes, entra al Estadio Monumental donde su equipo enfrentaba a River y se instala en el banco de suplentes con una mesita, un radiograbador y una botella de champán que descorcha. En el entretiempo, una fiscal le comunica que está prohibido consumir bebidas alcohólicas allí. "La botella no tiene bebida alcohólica: tiene Gatoreit, señorita", jura el doctor. Después se traba en lucha con los que quieren incautar la botella, insistiendo: "Tiene Gatoreit, señorita".

Esta es solo una de la interminable lista de sucesos pintorescos de este porteño que se inició en las inferiores de San Lorenzo de Almagro (1958-1961), pasando luego al Deportivo Español (1961-1964) y posteriormente al Estudiantes de La Plata (1965-1970), club este último en el que, dirigido por Osvaldo Zubeldía, logró el Metropolitano de 1967, la Copa Libertadores en tres ocasiones (1968, 1969 y 1970) y la Copa Intercontinental de Clubes de 1968.
Comienza en 1971 su carrera de entrenador en Estudiantes de La Plata con una filosofía de fútbol en la que privilegió la victoria a cualquier precio y una propuesta que muchos denominaron "anti-fútbol" y a la cual achacaban cierta mezquindad en la propuesta y la falta sistemática al rival como una forma de ensuciar el juego.
Entre 1977 y 1979 dirige al Deportivo Cali de Colombia llevándolo a consagrarse Campeón de la liga local en los años 77 y 78 y subcampeón de la Copa Libertadores de ese último año).
Vuelve a dirigir en Argentina en 1979, San Lorenzo de Almagro, a la selección de Colombia (80-81) y nuevamente a Estudiantes de La Plata (Campeón Metropolitano 1982).
Entre 1983 y 1990 dirigió a la selección nacional de Argentina, donde logró el triunfo en la Copa del Mundo en 1986, con un equipo que contó con la figura indiscutida de Diego Armando Maradona y el Subcampeonato en Italia 90.
Posteriormente dirigiría al Sevilla de España, con Diego Maradona como jugador, Boca Juniors, Selección de Guatemala (1998), Selección de Libia (1999-2000) y un último paso en Estudiantes de La Plata entre Abril y Octubre de 2003, y nuevamente a partir de Enero de 2004.
Personaje polémico y extravagante, ha protagonizado innumerable cantidad de hechos dignos de ser conocidos, he aquí algunos:

Había un asado en la casaquinta de Carlos Bilardo, en Moreno. Al mediodía, un grupo de siete u ocho muchachones, se acercó a la tranquera y desde allí gritaron: "¡Doctor!, tenemos un desafío...". "Bueno, ¿a qué hora?", preguntó el entonces entrenador de la Selección Nacional. Y ahí nomás se armó el partido. Un rato antes de la hora acordada, unos veinte pibes comenzaron a pelotear en el potrero de al lado, que estaba lleno de lomas y pozos. Bilardo se quedó unos minutos mirando como pateaban antes de ver quienes serían sus probables compañeros de equipos, todos amigos cargados de años y kilos, quienes seguían de sobremesa. Entonces llamó a su hermano Jorge, le señaló el potrero y le dijo: "Ahí hay unos cuantos buenos. Andá y decile que nos falta gente. Hacé como que elegís al voleo y traé a los dos que están en cuero, al de remera roja y al grandote de pantalón lila...". El picado duró hasta que el sol se acostó y, por supuesto, el equipo de Bilardo ganó por muerte. ¡Si les había sacado a los mejores jugadores!

El día que se quedó mudo. Fue en Turín, al término del primer tiempo de Argentina-Brasil por el Mundial 90. Los jugadores entraron al vestuario cabizbajos y en silencio, porque todos sabían que habían jugado de regular para abajo y que estaban a un paso de la eliminación. Hacía mucho calor, pero más calor les estaba haciendo pasar Brasil. El plantel se refrescó, descansó y esperó en vano que Bilardo dijera algo. Cuando ya estaban camino al túnel, Olarticoechea le dijo al DT: “maestro no va a decir nada...”. Y Bilardo, casi desganado, respondió: “Una cosa muchachos, si se la siguen dando a los de amarillo, nos volvemos a casa...”
Argentina no mejoró mucho en el juego, pero una sensacional corrida del “Pájaro” Caniggia, tras una magistral apilada de Maradona, que estaba en una pierna como consecuencia de una lesión, culminó en gol de Argentina, selló el l-0 y acabó con las ambiciones de Brasil.

En el programa “Estudio Fútbol” de TyC Sports, Iván Zamorano rememoraba su pase al Real Madrid, que fue justo cuando los argentinos Maradona, Simeone y Bilardo desembarcaron en el Sevilla FC, que es donde actuaba el chileno. Y contaba:
“Me hicieron una cena despedida en el club, a la que asistió el plantel completo y no faltaron los nuevos integrantes con sus familias. Estaban Diego y Claudia, el Cholo y su señora, y Bilardo con Gloria y la hija de ambos. En un momento, lo llaman por teléfono a Carlos desde un programa de radio de Argentina para hacerle un reportaje en vivo a lo que Bilardo accedió.
Comenzaron con las preguntas de rigor y Bilardo les contaba a los periodistas donde estaba: Estoy en una cena de despedida de Zamorano, decía, junto al jugador, los directivos del club, también está Maradona, Claudia y comenzó a nombrar uno a uno a los asistentes a la fiesta, pero no nombraba ni a su esposa ni a su hija que le hacían señas levantando y agitando sus manos. Seguía Bilardo: está Sucker, Simeone, y así con todos y cada uno pero siempre omitiendo a sus familiares.
Cuando terminó la entrevista y Bilardo tomó asiento nuevamente, la señora recriminándole, le preguntó por qué no la había nombrado ni a ella ni a la hija y él le contestó: ¡Estás loca! Si digo por radio que vos estás acá conmigo en España, nos entran a robar el departamento en Buenos Aires".

Ya entrenador del seleccionado argentino, reclamó a la firma "Le Coq Sportif" -proveedora de la ropa deportiva albiceleste- que los pantaloncitos poseyeran un bolsillo en la parte posterior para guardar allí trozos de limón. El obsesivo "narigón" no quería que se repitiera lo que ocurrió en Quito cuando su equipo enfrentó a Ecuador por la Copa América: los chicos que alcanzaban las pelotas se robaron los limones que Miguel Ángel Russo había dejado al lado del arco de Nery Pumpido. "Eso no volverá a pasar si tenemos bolsillos en los pantaloncitos", se justificó Bilardo.

En el Estudiantes de Zubeldía de finales de los ‘60, un periodista de Canal 13 le preguntó a Bilardo cuales eran, a su criterio, sus defectos más importantes. Y el "Narigón" le respondió entre evasivas: "No, déjeme, que ya alcanza con los que me ven ustedes. Además, ¿cómo se los voy a decir? Es como si le preguntaran a un contrabandista donde tiene la pista de tierra para que baje el avión..."

Frases

Muchachos, mátense, porque si hay algo que no puedo soportar es ver las finales por televisión (CARLOS BILARDO, entrenador de la Selección Argentina 1983-1990, en la charla previa al partido semifinal con Bélgica en México 86)

Muchachos, lleven un saco y una sábana blanca. Si ganamos volvemos de traje, si perdemos nos vamos a Arabia

seguir leyendo...

Rodion Camataru (Rumania, 1958)


Usualmente a esta columna ingresan personajes que en su personalidad presentan rasgos pintorescos y divertidos, o por sucesos cómicos de los que fueron protagonistas.

No es el caso de Rodion Camataru, ariete del Dínamo de Bucarest que, confabulación mediante, "robó" al delantero austríaco Anton "Toni" Polster el título de Botín de Oro, premio que se entrega en Europa al máximo goleador de ese continente contabilizando todos los campeonatos de primera división de cada una de las ligas, y provocando la sorpresa del mundo futbolístico.

Camataru había nacido en 1958 en un país donde el poder totalitario del matrimonio Ceaucescu (1967-1989) encontró en el deporte, en este caso el fútbol, una excelente vidriera para lavar la cara de un régimen que sumaba enemigos día a día.

Siete años tenía el pequeño Rodion cuando el "dictador de los Cárpatos" asumía el gobierno rumano. Apasionado por el fútbol, nuestro rústico héroe había debutado 1974 en el Universitatea Cracovia como centro delantero de área y con un promedio de menos de 10 goles por año. Nada fuera de lo común.

El tiempo pasa, el pueblo rumano sufre el hambre y la dictadura…

Estamos a mediados de la década de 1980, el presidente rumano propone un programa de austeridad para liquidar la deuda externa de su país, un fuerte rechazo a las políticas que se le ordenan desde la URSS y un culto extremo a su persona. Con ese escenario, sin embargo, hay un motivo de regocijo para Ceaucescu cuando su equipo, el Steaua de Bucarest, gana -con algunos partidos arreglados de antemano- la liga local y tiempo después, derrotando al Barcelona se convierte en el primer club de Europa Oriental en ganar la Champions League (1986). Meses después es subcampeón de la Copa Intercontinental al ser derrotado por River Plate de Argentina en la final jugada en Tokyo. Había llegado el momento de complacer a su esposa...

El Dínamo era el equipo de la policía rumana y con el cual simpatizaba Elena Ceaucescu -el Steaua era el equipo del Ejército-, y había comprado a Camataru tiempo atrás. Sin grandes actuaciones del atacante en su nuevo club y sin títulos por ganar a futuro, la única esperanza del club residía en que Camataru fuera el Botín de Oro de la temporada (1986-1987).

Para lograrlo, funcionarios del Ministerio del Interior "sugirieron" a los entrenadores de los equipos a los cuales debía enfrentar el Dínamo en las últimas seis fechas del torneo de las ventajas y publicidad mundial que daría al régimen tener a ese gigantón de 1,90 mts. como ganador del premio que instituía la UEFA.

Tiempo después, Camataru tomaba la pelota cerca del área ante la pasividad de defensores que lo dejaban marcar sin oposición alguna. De ese modo el gol se le abrió al delantero con pasado como infante de marina.

Sumó 20 goles en las últimas seis jornadas para totalizar 44 goles, cifra similar a la lograda en sus primeros seis años de profesionalismo. Lo imposible se había realizado.

Años después el premio le fue destituido ante los evidentes síntomas del fraude cometido en perjuicio del ex delantero del Austria de Viena, Sevilla y Borussia Mönchengladbach quien ocho días antes de la entrega del premio lideraba holgadamente la tabla de artilleros de Europa.

Camataru cerró su singular carrera jugando en Bélgica (Charleroi) y Holanda (Heerenveen), equipos en los que, por supuesto, no logró nada espectacular como así tampoco con la discreta Selección de Rumania en el Mundial de Italia en 1990.
Cosas del fútbol…

seguir leyendo...

William "Bill" Shankly (Escocia, 1913-1981)


Si alguien representó la fina ironía y el sutil humor de las Islas Británicas, ese fue sin dudas William "Bill" Shankly emblemático entrenador del Liverpool.

Nació en 1913 en una pequeña villa minera de Glenbuck (Escocia), en el seno de una familia humilde de diez hermanos. Su infancia estuvo plagada de carencias que labraron en el pequeño William un fuerte y definido carácter que mostró decididamente en Anfield Road.

El fútbol era una vía de escape para los trabajadores de la mina, durante la semana trabajaban y los fines de semana jugaban al fútbol. Él y 4 de sus hermanos fueron miembros de Glenbuck Cherrypickers, un famoso equipo de su época por dar salida a 49 jugadores del pueblo.

Sus otros hermanos futbolistas fueron Alec, quien jugó en el Ayr United y Clyde, Jimmy (1902-1972), quien jugó para varios equipos, incluido el Sheffield United y Southend United, y John (1903-1960), que jugó para el Luton Town y Blackpool. Su tio materno, Bob Blyth, jugó para el Preston North End y Portsmouth, antes de convertirse en el manager del Portsmouth.

Buen futbolista en su juventud -llegó a jugar en la selección de Escocia- llegó a ser DT del Liverpool en Diciembre de 1959 (el club se encontraba con muchas dificultades en la Segunda División) permaneciendo en ese club hasta 1974 y dejando un espectacular trabajo de base que les permitió ganar posteriormente cuatro Copas de Europa y dominar totalmente la Liga Inglesa de finales de los 70'.

Con los reds logra el título de Liga en la 63/64 y repite en la 65/66, además de la primera FA Cup en 1965.

En la 72/73 el Liverpool logra el octavo título de liga en su historia y la Copa UEFA en la temporada 73/74. A este título se sumó la conquista de la FA Cup en Wembley, ante el Newcastle.

Motivador como pocos, el Liverpool era su vida y a él se entregó por completo. La hinchada siempre lo reconoció y en 2006 le rindió un sentido homenaje al colocar una placa a los pies de la estatua de Bill, en la entrada de Anfield Road, que reza: "Bill Shankly 1913-1981. Hizo a la gente feliz”.

Esto dijo alguna vez...

Ninguna enfermedad me hubiera mantenido alejado de este partido. Si hubiese estado muerto, hubiera hecho sacar la caja, ponerla en la grada y hacer un agujero en la tapa.

También pasamos malos momentos: un año acabamos segundos...

El fútbol no es un juego para chistosos, si alguno de mis jugadores se hace el payaso, lo envío directamente al circo.

La pelota no se cansa nunca.

Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool.

Un equipo de fútbol es como un piano. Necesitas a ocho personas que lo muevan, y tres que puedan tocar el condenado instrumento.

Cuando no tengo nada que hacer miro debajo de la clasificación para ver como va el Everton.

Quitate el vendaje, y esa no es tu rodilla... ¡es la rodilla del Liverpool! (a Tom Smith, quien intentaba explicarle que su rodilla estaba lesionada).

El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no el juego.

¿De dónde eres?" -"Soy un fan de Liverpool desde Londres". "Bien, entonces, ¿cómo se siente al estar en el cielo?- respondió Shankly.

¿Qué alineación voy a sacar? No voy a revelar un secreto como ése al Milan. Si por mí fuera, procuraría que no se enterase ni de la hora del partido.

Sólo ve afuera y llena el lugar de granadas, hijo. (a Kevin Keegan)

Si estás en el área y no sabés que hacer con la pelota: intentá meterla en el arco; ya discutiremos las alternativas más tarde.

Si eres el primero eres el primero. Si eres el segundo no eres nada.

Si el Everton jugara en el jardín de mi casa, cerraría las cortinas.

seguir leyendo...

Oscar "Pinino" Más (Argentina, 1946)


Cuando Pinino iniciaba sus endemoniadas corridas por la raya, el Monumental se preparaba para disfrutar de su unipersonal. El Mono se robaba el protagonismo con certeras definiciones y, luego, con los alocados festejos que hacían delirar a los hinchas millonarios.

Durante 12 temporadas, River vibró con sus electrizantes arranques y con la potencia de su zurda. La simpatía de Oscar Más fue el plus que terminó por cautivar los corazones riverplatenses. Pinino era un pícaro dentro y fuera de la cancha. Sus furcios en las declaraciones y las bromas en las concentraciones fueron marcas registradas.

Es uno de los jugadores que más anécdotas han aportado desde el mundo del fútbol.

En cierta oportunidad, luego de un partido, un joven periodista se le acercó y le preguntó sobre su hobby.

Más lo miró y le respondió: "¿Mi jo-vie? Bien, gracias... debe estar con mi vieja en casa escuchando el partido por radio. Aprovecho y les mando un saludo a los dos".
(En Argentina a los padres se les dice cariñosamente "viejos". "Jovie" es lo que resulta al dar vuelta la palabra viejo)

Tiene una anécdota que lo pinta de cuerpo entero. Cuando tenía 11 años su padre lo llevó a probarse en Boca. Oscar desplegó sus habilidades a lo largo de media hora y, en cierto momento, le tocó patear un penal. “Me paré frente a la pelota y cuando encaré me salió de adentro el hincha de River y la tiré afuera... cosa de pibes...” Lo cierto es que de esa práctica quedaron en Boca 11 chicos entre los cuales no estaba él, obviamente…

Este estupendo puntero izquierdo que apareciera en la primera de River cuando promediaba 1964, siempre decía que “a los arqueros los conocía como nadie”. Y ejemplificaba que en los entrenamientos solía ir muy seguido al arco por lo que se acostumbró “a pensar como los arqueros. Y entonces hago todo lo contrario de lo que espera un arquero normal, aunque los arqueros no son muy normales que digamos. Son más locos que los wines, y miren que los wines somos locos”.

Entre Oscar “Pinino” Más y Antonio Roma había una gran rivalidad y al mismo tiempo camaradería, porque a pesar de ser símbolos de River y Boca, eran compañeros en los seleccionados argentinos de la década del 70. Pero las gastadas de Más a la “Chancha” Roma eran de aquellas...

En una oportunidad, antes de iniciarse uno de los muchos clásicos en que se enfrentaron (Más jugó 26), Roma lo saludó a Pinino y le dijo: “si hoy me metés un gol, me hago cura...”. Pero como solía ocurrír, el diminuto puntero izquierdo le hizo un gol. ¡Y qué gol, un bombazo desde fuera del área! Después de gritarlo como loco, “Pinino” se acercó al Tarzán boquense y le dijo: “Tano, con este gol más que cura tenés que hacerte Papa...”.


seguir leyendo...

George Best (Irlanda, 1946-2005)


Nacido en Belfast (Irlanda del Norte). Debutó en la Liga inglesa en 1963, con diecisiete años de edad, defendiendo los colores del Manchester United, del que fue un ícono indiscutido entre 1963 y 1974, marcando 137 goles en 361 encuentros. Delantero de endiablada gambeta, cambio de ritmo y depurada técnica.

Su palmarés con el Manchester United incluye dos títulos de la Premier League (1965 y 1967) y la Copa de Europa de 1968, año en el que fue también galardonado con el Balón de Oro, que le distinguió como mejor jugador del continente europeo.

Al marcharse del Manchester, jugó en diversos equipos de Reino Unido y Estados Unidos, como Dunstable Town (1974), Stockport County (1975), Cork Celtic (1975), Fulham (1976), Los Angeles Aztecas ( 1976-1978), Fort Lauderdale Strikers (1978-1979), Hibernian (1979-1980), San Jose Earthquakes (1980-1981) y Bournemouth (1982). Puso fin a su carrera en los Brisbane Lions de Australia (1983).

Llamado “El quinto Beatle”, convertido en estrella deportiva y en ídolo de masas, tendría desde muy joven serios problemas con el alcohol que le acompañarían hasta el final de sus días, alimentados por unos hábitos de vida extradeportiva muy influidos por su propia personalidad y por los efectos negativos de su indiscutida fama.

Después de abandonar la práctica del fútbol, fue comentarista deportivo y sus citados problemas personales nunca desaparecieron y fueron deteriorando progresivamente su salud.

Falleció el 25 de Noviembre de 2005, en Londres; tres años antes, había sido sometido a un trasplante hepático.

Dejó para el recuerdo sentencias por demás ocurrentes:

Gasté mucho dinero en licor, mujeres y autos de carrera. El resto lo desperdicié.

Dicen que me he acostado con siete Miss Mundo, pero sólo han sido tres.

Soy el tío que llevó el fútbol de las páginas interiores a las portadas de los periódicos.

Tendría que haber sido Superman para hacer algunas cosas que se suponía había hecho. He estado en seis diferntes lugares en un mismo momento (hablando sobre algunos episodios de su vida privada)

Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas.

Cada vez que entro en un sitio hay sesenta personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no.

Pelé ha dicho de mí que yo era el mejor futbolista del mundo. Es el mejor homenaje a mi vida.

Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme. Sólo sucedía.

No me llega ni a los cordones de la botella (opinando sobre Paul Gascoigne).

Nací con un gran don que algunas veces tiene un lado destructor. Quería superar a todo el mundo cuando jugaba y de la misma manera quería superar a todo el mundo en mis salidas nocturnas.

Daría todo el champagne que he bebido en mi vida por jugar junto a él en un gran partido europeo en Old Trafford” (hablando de Éric Cantona).

Si yo hubiese nacido feo, nunca hubiérais oido hablar de Pelé.

No le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien (refiriéndose a David Beckham).

En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida
.

seguir leyendo...

Elio "El loco" Montaño (Argentina, 1929)


Un personaje del fútbol por su gracia, además de su capacidad comojugador y goleador. Díscolo, a veces irrespetuoso, pero capaz de inventar en cada jugada. Para la época, un típico jugador de potrero, ingenioso, alejado de tácticas o de indicaciones técnicas. Así era fuera de la cancha, y recorrió diversos equipos locales y del exterior con la frescura de su fútbol innato.

Integró la Selección en los Panamericanos de México en 1955 y fue figura en Peñarol y en Danubio de Montevideo en donde fue goleador del Campeonato Uruguayo. Jugó en Huracán, Boca, Rosario Central y Newell's de Rosario, en Sporting de Portugal y Deportivo Galicia de Venezuela. Varias anécdotas señalan su manera de vivir. En el casino uruguayo, una vez, ya sin un peso, se tiró sobre la mesa y gritó: ¡Me juego!

Habiendo sido jugador de Newell's Old Boys de Rosario, pasó luego por Rosario Central y tuvo como compañero a César Luis Menotti, quien siempre contaba que en un clásico que Rosario ganaba 2 a 0 y se floreaba, con el 'Loco' Montaño dirigiendo la batuta. Los rivales reaccionaron, descontaron y luego empataron el partido. La tribuna rosarina que momentos antes se deshacía en aplausos, comenzó a silbar e insultar a los suyos. Hasta que Montaño tomó una pelota cerca del área, gambeteó a dos o tres jugadores, dejó desairado al arquero que salió a la desesperada, tocó suavecito hacia el arco vacío y se dio vuelta para encarar a la hinchada. “¡Vieron giles, griten ahora, insulten, tírense con nosotros!” Lo que no sabía Montaño es que la pelota no había entrado, que se había quedado mansita contra el poste y que mientras él se desquitaba con la hinchada llegó un rival y la sacó. Cuenta Menotti que eran las diez de la noche y no podían abandonar el vestuario....

En Boca estuvo entre 1951 y 53, luego de su aparición en Newells, pero no pudo ganar ningún título. De esos años tengo una anécdota con Juan Vairo, arriba de un avión: "El loco me prendió fuego un diario. Yo estaba leyendo "Crítica" y me prendió fuego la parte de abajo. Enseguida se armó un despelote terrible. Tuvieron que tirar frazadas para apagar el fuego. Nos querían matar, quisieron dejarnos en Brasil. Juan Vairo era tremendo, era muy loco. Nos divertíamos como nunca en cada viaje".

En Berlín, en 1949, en una gira de Newells Old Boys por Europa. Montaño tenía apenas 20 años: "La puedo contar yo y no se puede creer, pero el ex arquero Julio Musimessi la contó hace años en “Almorzando con Mirtha Legrand”: Yo, una vez, tiré el córner e hice el gol de cabeza. Fue en una cancha abierta; había un viento huracanado. Fui a patear un córner con viento en contra. La pelota llegó al área grande y se retuvo con el viento. Y el viento la trajo hacia mí y cuando iba corriendo hacia el área metí el cabezazo".

En los dos años en Boca hizo varias giras por Europa, Centroamérica, Brasil y Chile. "Una vez le atajé un penal a Ormazábal, un wing de Colo Colo. Porque en ese tiempo se viajaba con un solo arquero y habían echado a Musimessi. Agarré y le dije: Dame, dame la camiseta. Y me puse el buzo amarillo, me tiré para el lado que pateó el chileno y me dio la pelota bien de lleno en la cara. Al final ganamos 1 a 0, con un gol de Pierino González".

Algunos le decían 'Tuerto', otros lo llamaban 'Loco'. Los dos apodos de Elio Rubén Montaño. "El apodo de 'Tuerto' nació en Boca. Me golpearon en la cara, vino el masajista, el médico, todos a ver qué me pasaba. Y Venancio Acosta, uno que jugaba de cinco, me dijo dale, levantate tuerto. Tomá el ojo, se te salió".

En los tres años en Peñarol de Montevideo, Montaño consiguió ganar tres campeonatos seguidos. "Peñarol era un gran equipo, agarrábamos a los chicos en Montevideo y ya en el primer tiempo nos poníamos tres, cuatro o cinco a cero. Entonces, en la cancha embromábamos. Una tarde en el Centenario contra Rampla Juniors un defensor de ellos me tiró al suelo con una patada terrible y yo corté una mata de pasto, me paré y le digo ¡Tomá caballo, comé! El árbitro se cagaba de risa…"

El "Loco" se destacaba por su forma de ser, pícara, ocurrente, traviesa y desfachatada: hablador, cachador, no sólo relataba adentro de la cancha las jugadas que realizaba, sino que también le gustaba la noche, el cabaret, la farra, que eran hábitos que no abandonaba ni siquiera los sábados, cuando Peñarol concentraba en un hotel céntrico del que, obviamente, se escapaba. Hasta que una vez un dirigente resolvió concentrar junto al plantel con la idea de desenmascararlo.

Grande fue, entonces, la sorpresa del delantero cuando el domingo a las seis de la mañana volvía de la 'garufa' y, al doblar la esquina, vio al directivo parado en la puerta del hotel, como si fuera un soldado haciendo guardia. Lejos de esconderse o amilanarse, el "Loco" enfiló hacia el "celador" con el mismo atrevimiento que si viniera gambeteando y lo encaró, sin darle tiempo a que le recriminara nada: "¿qué dice, don? Ta’ lindo el día, ¿eh? Yo, por eso, aproveché, me levanté temprano y salí a caminar una cuadras..."

Fue en un Boca-Chacarita, en la Bombonera. Montaño quería vengarse de un golpe de Pizarro: "No era de pelearme. El único que me sacó de lugar fue Federico Pizarro. Me dio una patada acá (muestra una cicatriz en el mentón) y le dije: Ya vas a venir a la cancha de Boca. Y en la revancha, en un centro, lo mandé adentro del arco. ¡Se armó un quilombo! En lugar de cabecear la pelota le dí en el medio de la cara. Le partí todo, lo mandé al Hospital Argerich. Nunca busqué líos".

Esta que cuenta el Loco pasó en un partido entre Rosario Central y Atlanta, en 1962, con él como protagonista junto al Gitano Juárez y César Luis Menotti: "El Gitano me dice: al flaco Menotti no se la des, vas a ver cómo te putea. Como íbamos 4 a 0, nos pusimos de acuerdo para amagarle y dejarlo pagando. ¡La puta que te parió, Tuerto hijo de puta,! me gritaba. Así todo el segundo tiempo. Hasta que poco antes del final voy a sacar un lateral y le digo: ¿La querés, Flaco? Se la di, pero la agarró de voleo y casi me mata. El árbitro lo echó".

"La para Montaño, la pisa Montaño, le hace un caño al defensa -la tribuna ruge-, levanta la cabeza ¡qué jugador Montaño!, lanza un pase de 40 metros y se la pone en la cabeza al número 8, pero la pelota se va sobre el travesaño". Este era el loco Montaño, que tenía la costumbre de jugar al fútbol relatando el partido, lo que dejaba caliente a todos los contrarios, aunque ese no fuera su objetivo. El tipo sentía así el fútbol, como un relato radial en el cual la ficción y la realidad se entremezclaban como una sinfonía.

Huracán había ido a jugar a Montevideo contra Peñarol, y en su equipo figuraba Elio Montaño. En una incidencia del encuentro el zaguero oriental William Martínez le pegó una flor de revolcada y Elio se le quejó desde el suelo. Martínez lo miró y le dijo: “No llores, que el fútbol es un juego de hombres...” Y ahí nomás recibió la intencionada respuesta de Montaño: “¿Y si es un juego de hombres, vos qué hacés aquí adentro...? Dicen que a William hubo que frenarlo entre seis para controlarlo...

Tomás Ducó, presidente de Huracán en la etapa en la que se construyó el estadio (el que lleva su nombre en la actualidad), fue siempre una persona de mucha autoridad y escasa paciencia. En 1953, el equipo de Parque Patricios había conformado una delantera de estrellas con Boyé, Sánchez, Infante y el Loco Montaño. Las cosas, futbolísticamente, iban bien, hasta que llegó el momento de discutir contratos. Y los jugadores pretendían un dinero que los dirigentes no estaban dispuestos a darles. Ducó citó una noche a los futbolistas en forma individual, y cuando Montaño entró al despacho del presidente, Ducó lo recibió con una pistola 45 apoyada en el escritorio. El arreglo llegó casi inmediatamente. "Yo sabía que íbamos a arreglar el contrato enseguida", salió expresando Montaño.

seguir leyendo...

Héctor "Bambino" Veira (Argentina, 1946)


Uno de los personajes que más material ha dado, y dará, al mundo de las anécdotas divertidas, salidas creativas y las frases desopilantes es el ex futbolista y director técnico argentino Héctor Rodolfo “Bambino” Veira.
Nuestro personaje nació en la ciudad de Buenos Aires el 29 de Mayo de 1946, se inició en San Lorenzo a donde llega en 1958 para debutar en 1963, tras un salto desde la 7ª división a la Primera. En 1964, jugando para este club, fue el máximo goleador del campeonato argentino y formó junto al “Loco” Doval, el “Manco” Casa y el “Nano” Areán el ataque de San Lorenzo a quienes denominaron “Los Carasucias” y cuya formación sería la base de “Los Matadores” equipo que en 1968 obtiene el Campeonato Metropolitano.
Jugador encarador, de una zurda muy hábil, con mucho gol, es convocado en 1967 a la Selección Nacional, pero una grave lesión hizo que estuviera mucho tiempo fuera de las canchas y, que aquella promisoria carrera no fuera tan brillante como todos preveían.
Su trayectoria posterior sería más bien discreta, jugando en el Club Atlético Huracán, Banfield, el Santos Laguna (México), el español Sevilla FC, Comunicaciones (Guatemala), Corinthians (Brasil) y Universidad de Chile.
Como director técnico llevó al Club Atlético River Plate a ganar la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental en 1986. Luego regresó al San Lorenzo de su juventud. Al año siguiente, sin embargo, se vio implicado en un escándalo legal; el 17 de Octubre de 1987 se lo denunció por la violación del menor Sebastián Candelmo. En 1991 fue encontrado culpable de violación en grado de tentativa y condenado a 6 años de prisión por el hecho; un tribunal de alzada reduciría la pena a 3 años, y en 1992 fue puesto en libertad condicional.
De regreso como técnico, llevaría a San Lorenzo a la obtención del Clausura 1995. A finales del año 1996 arriba a Boca Juniors, en donde logra el subcampeonato y de donde se marcha en Abril de 1998. Pese a todo, deja un equipo con una base sólida con la cual Carlos Bianchi logra grandes títulos para la entidad de la Ribera.
Posteriormente, parte rumbo a Bolivia a dirigir la Selección de ese país -desde finales de 1998 a comienzos del 2000-, no llegando a dirigir ninguno de los partidos para la clasificación del Mundial 2002.
De regreso en Argentina inicia su actividad de comentarista deportivo, participando en el programa "La última palabra" de Fox Sports. Hasta que es contratado por Lanús a mediados de Noviembre del 2000 hasta finales de Mayo del 2001. En Octubre del 2001, reaparece el caso Candelmo en los medios televisivos, causando su definitiva separación con la ex modelo Sonia Pepe.
Durante el 2002 dirige a Newell's Old Boys de Rosario, y en el 2004 vuelve a San Lorenzo, donde la hinchada le abre con gran afecto las puertas del Nuevo Gasómetro. Tras una campaña de 8 meses deja San Lorenzo, y a partir de ahí hasta el día de hoy se dedica a ser comentarista deportivo en Fox Sports.

Frases

Tengo más trabajo que el plomero del Titanic (al ser consultado tras una derrota del San Lorenzo que dirigió años atrás)

Me gusta tanto la noche que al día le pondría un toldo (confirmando su fama de noctámbulo)

Guzmán, te saqué para protegerte!! (al ex arquero de Boca, Sandro Guzmán, luego de sacarlo en el entretiempo. Guzmán casi no volvió a jugar al fútbol desde entonces)

Acá asaltaron a Rambo (refiriéndose a los alrededores de la cancha de San Lorenzo)

¿Qué me parece el hotel?... Un poco antiguo... Y, yo creo que acá matarón a Drácula, nene (sobre el Hotel Guerrero)

¿Funes? ¡¡Qué pija!!" (cuando le preguntaron una referencia sobre el recordado delantero)

Diego, se te ve muy bien, muy flaco (a Diego Maradona, cuando andaba cerca de los 120 kilogramos de peso)

Yo entiendo la crisis del club, pero pedí un número cuatro y me trajeron un pomelo (no muy convencido de las cualidades del marcador de punta que le habían traído los dirigentes del club)

Anécdotas

Cuando Héctor Rodolfo Veira fue a jugar al fútbol mexicano decidió, para hacerse unos pesos más, trabajar como extra en las películas de cowboys que se filmaban por entonces. En una de esas filmaciones hacía de indio y tenía que matar a un blanco de un flechazo, pero le erró fiero y estuvo a punto de clavarlo al director John Ford. “Casi lo liquido”, recuerda, la cuestión es que Ford se volvió loco y gritó: “Bájenlo del caballo, sáquenle las flechas...” Y para que no perdiera el bolo, rememora el Bambino, “me mandó a trabajar de borracho en un salón. Yo agarraba cualquier cosa porque me divertía y además me daban 200 dólares por película...”.

El recordado técnico Carmelo Faraone conoció a unos cuantos personajes que, con el correr de los años, se hicieron muy conocidos. Uno de ellos fue Héctor Veira. "Al Bambino", contaba Carmelo, "lo tuve como jugador en Huracán y en Banfield y más tarde, como ayudante de campo, en All Boys y en San Lorenzo. Cuando lo tuve en el Globo, siempre llegaba tarde a los entrenamientos. Invariablemente, el motivo era la pinchadura de una goma. Pero un día lo curé. Llegó tarde y cuando me dio la misma excusa, dejé el entrenamiento, le llevé el coche a un gomero amigo y le hice poner cuatro gomas nuevas. Al volver, le dije: búscate otra excusa, lo de la goma pinchada, ya no corre más".
">

seguir leyendo...

Tomás Felipe "El Trinche" Carlovich (Argentina, 1949)




¿Solo una leyenda rosarina?


"Avisen a los muchachos que esta noche juega el Trinche", se corría de voz en voz para ir a ver a Felipe Tomás Carlovich, aquel 5 que hizo de Central Córdoba de Rosario su casa.
Con reminiscencias del "Loco" Houseman o de Oreste Corbatta, en la forma amateur de sentir y practicar el fútbol, el "Trinche" Carlovich dejó bien sentada su clase con caños, sombreros, rabonas y la clase que tanto escasea en las canchas del ascenso. No le temía a los violentos que intimidaban los vestuarios, y su fútbol era tan lírico como rústico
Con tamañas condiciones, ¿por qué no llegó al fútbol grande? Sus detractores hablarán de su poco apego al entrenamiento, sus excesos con el alcohol y su irresponsabilidad fuera de una cancha. Dejemos que él lo defina: "Llegar. ¿Qué es llegar? La verdad es que yo no tuve otra ambición más que la de jugar a la pelota. Y, sobre todo, de no alejarme mucho de mi barrio, de la casa de mis viejos, de mis mejores amigos. Además, yo soy una persona solitaria. Cuando jugaba en Central Córdoba, si podía, prefería cambiarme solo, en la utilería en lugar del vestuario. Y no se trata de no tener buena voluntad o ser agrandado, solo me gusta estar tranquilo".
Proveniente de Yugoslavia en los inicios de la década del '30, Mario Carlovich, decidió instalarse en el barrio Belgrano de Rosario y trabajar allí como plomero, arreglando o destapando cañerías. Allí Mario formó su familia, se casó y tuvo siete hijos. El último, "Tomasito", fue quién llevó ese apellido a la leyenda....
Aquel niño nacido un 20 de abril de 1949 y que jugaba en los descampados de su barrio fue descubierto enseguida y lo llevaron a las inferiores de Rosario Central pero su máximo potencial lo consiguió en el Central Córdoba de la misma ciudad, entre la década del '70 y su retiro definitivo en 1986, con cuatro pasos distintos por la entidad.
Con Central Córdoba consiguió el ascenso de 1973 (uno de los equipos que mejor fútbol vio la ciudad) y el ascenso de 1982. Pero en 1972, el conjunto charrúa perdió veinte puntos y la imposibilidad de jugar como local en Rosario y en un radio de setenta kilómetros: Jugando en San Nicolás de los Arroyos y reventando las recaudaciones, Central Córdoba hizo una de las mejores campañas de su historia, surgiendo para el periodismo especializado, el "Trinche" Carlovich, el ídolo del Barrio Tablada.

Dijeron de él

César Luis Menotti: "Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tienen como único juguete la pelota. Entre él y la pelota había una relación muy fuerte. La técnica que tenía lo convertía en un jugador completamente diferente. Era impresionante verlo acariciar la pelota, tocar, gambetear... Claro que, al mismo tiempo, durante su carrera no encontró reservas físicas que sostuvieran todas las condiciones técnicas que tenía.
Además, desafortunadamente, tampoco tuvo a nadie que lo acompañara y lo comprendiera. Es una pena, porque Carlovich estaba llamado a ser uno de los jugadores más importantes del fútbol argentino. Me acuerdo que lo vi jugar en un combinado de Rosario contra la Selección Argentina y fue el mejor hombre de la cancha. Y eso que, entre otros, había monstruos como Miguel Brindisi. Verlo era un deleite. Después no sé qué le pasó. Tal vez lo aburría el fútbol profesional. A él le gustaba divertirse y no se sentía a gusto con algunos compromisos".


Roberto Fontanarrosa: "El Trinche era un fenómeno. Hacía cosas que nadie esperaba. Era habilísimo y le pegaba a la pelota, además de fuerte, con una variedad de golpes fabulosa. Anticipó cosas que después se le vieron a Borghi. Carlovich era un atorrante; cuando jugaba en las inferiores de Central, Ignomiriello tenía que ir a buscarlo a la casa para que fuera a entrenar. Coincido con los que dicen que fue uno de los mejores jugadores argentinos."

Aldo Pedro Poy: "No entiendo por qué no llegó a jugar en algún club importante. Tenía unas condiciones técnicas extraordinarias. Era medio lento, pero muy hábil. Y guapo. Todavía no vi otro cinco como él. Aquel partido de la Selección con el combinado de Rosario, en el que yo jugué para la Selección, Carlovich la rompió. No lo podíamos parar, ni a él ni a sus compañeros. Nos ganaron 3 a 1 porque pararon la máquina y al "Trinche" lo sacaron a los 15' del segundo tiempo, si no..."

Ubaldo Matildo Fillol:"Descubrí a Carlovich en un amistoso de la Selección Argentina que se preparaba para el Mundial de Alemania -y que yo también integraba- contra un combinado rosarino. Ese día la descosió. Tenía un dominio de la pelota y un panorama increíbles. Fue el mejor cinco que vi en mi vida."

Eduardo Quinto Pagés (arquero, ex compañero en Central Córdoba): Yo en Central Córdoba tengo la valla menos vencida de su historia, 606 minutos. Tenía una defensa fantástica, pero ¿quién nos iba a hacer goles? ¡Si estábamos siempre en el arco de los contrarios! Nos llevaba el Trinche para allá… Entonces, yo tengo que pensar que eso que tengo es gracias a él.
Yo salí campeón con Central Córdoba y salí campeón porque el Trinche estaba en el equipo nuestro.


Carlos Timoteo Griguol:"Carlovich tenía condiciones técnicas únicas. Al marcarlo, el tipo desaparecía por cualquier lado y con él desaparecía el balón".

Juan Carlos Montes: “Era de esos jugadores líricos que ya no se encuentran, le gustaba más jugar que ser profesional. Tenía todo para ser un gran jugador, pero lamentablemente no se dedicó”.

Enrique Wolff: “Un jugador de potrero, era de esos jugadores que tenían tierrita en los bolsillos. Tenía mucha personalidad, mucha técnica, y un gran dominio del balón”.

Alfredo Obberti: “Cuando agarraba la pelota era muy difícil sacársela, hoy no hay con quién compararlo. Los entrenadores y todo el mundo sabía como jugaba, pero él te colmaba la paciencia”.

Carlos Aimar: “Tenía movimientos que iban en contra de la ley de gravedad, lo veías y decías: ¿cómo hace eso? Cuando era joven, pensábamos que iba a tener una proyección muy importante”.

Mario Killer: “Si no jugó mucho tiempo en primera división fue porque él no quiso. El Trinche se divertía, no le interesaba tener un compromiso o una presión”.

Darío Grandinetti: “Típico jugador de barrio con calles de tierra, un Fernando Redondo, pero más elegante. Recuerdo una zurda mágica, te hacía un caño y te esperaba para hacértelo de nuevo”.

Eduardo Vega*: “Tomás era un jugador bárbaro. Era un placer para la vista verlo con la pelota en los pies, a pesar de su físico grande, tenía una técnica y una habilidad impresionantes. Con su zurda hacía cosas que no se las vi hacer a nadie, y además tenía una pegada bárbara.
Muchos decían que era un loco, pero lo que pasa es que era de carácter introvertido, vivía en su mundo, pero hablaba con la pelota en los pies. Lo que me impresionaba de él era que aunque le tiraras una pelota complicada, no tenía problemas en pararla y dejarla bajo la suela en un sólo movimiento, ¡y los caños que hacía!
En Colón no tuvo continuidad, es que ese año había un equipo que jugaba de memoria, por eso Urriolabeitia no le daba la oportunidad, y entonces él no entrenaba como debía. Me acuerdo que entró de titular en un partido contra Huracán en Buenos Aires y a los 15 minutos se desgarró, pero porque no estaba bien entrenado. Hoy en día no hay un jugador con la técnica que tenía Carlovich”. 
*Ex médico de Colón de Santa Fe, jugó con Carlovich en 1977

Mario Nicasio Zanabria:"Carlovich era el mejor resumen del potrero. Era zurdo, pateaba tiros libres, tiraba caños dobles, sombreros dobles, la pisaba de acá para allá, no se la podían sacar. Era desfachatado y pachorriento. Jugaba como si estuviera en el patio de su casa. Creo que nunca fue figura porque no le interesaba crecer profesionalmente y detestaba la alta competencia."

José Néstor Pekerman: "Tenía mucha elegancia y habilidad, era un artista encerrado en una jaula. Al Trinche le interesaba más disfrutar del juego que otra cosa. El mejor cinco que vi en mi vida, lo incluyo en mi once ideal".

Pero quizás quien mejor resumió en palabras la leyenda que se tejió en torno al “Trinche" fueron las de Diego Maradona. Según cuentan, cuando llegó a Rosario para jugar en Newell’s, un periodista le confesó el orgullo por recibir en Rosario “al mejor jugador”. El “Diez”, rápido como siempre, contestó: "El mejor jugador ya jugó en Rosario y es el "Trinche" Carlovich...


Frases

* Es cierto que me sentaba en la pelota durante el partido. Pero no era una provocación. Por ahí ellos no presionaban y yo estaba un poco cansado.

* Una vez me vinieron a buscar del Cosmos de Pelé. Estaba todo listo y se cayó. Después pasó lo mismo cuando estaba por ir a Francia. Igual, siempre disfruté de estar cerca de mi casa y jugando al fútbol.

* A mí me sigue sorprendiendo la gente. En todos lados. La otra vez estuve en Mendoza que hace veinte años que no iba y salían de los negocios, en el restaurante que comía cuando jugaba allá me tenían la mesa reservada, había tres mil personas en el estadio. No es fácil todo eso. O por ahí viene un pibe que nunca te vio jugar, porque ni siquiera hay videos y te dice que sos su ídolo porque andá a saber lo que le contó el padre o el tío.

* Los jugadores de la Selección Argentina se habían puesto nerviosos. Nos insultaban porque no les salían las cosas. Pero esos partidos son especiales. Capaz que jugás 200 y perdés todos. Aunque esa vez les ganamos 3 a 1.

* En Central Córdoba me daban premio por los caños.

* Con lo del fútbol espectáculo y todas esas cosas, me di el gusto de jugar con todos. Menos con ‘el Diego’. Jugué con Alonso, Bochini, Kempes, Fillol, con todos. Y de los de ahora me gustaría jugar con Pablo Bezombe. Me divierte, tiene calidad. No toca la pelota, la acaricia. Por él volví a la cancha. ¡En serio! Hace mucho que no iba y ahora voy todos los sábados. Me gustan los jugadores distintos y, lamentablemente, si antes eran diez buenos y alguno regular, ahora con suerte ves a uno o dos que jueguen lindo. Y encima al que tira un caño lo levantan por el aire… ¿qué es eso?”.

* Mi principal virtud era querer la pelota a cada rato. Si no la tenía me desesperaba.

* En Rosario Central sólo me pusieron en un partido de Primera, contra Los Andes. Pero en esa época no había lugar para mí. Era el final de los años sesenta y el técnico Miguel Ignomiriello prefería a otro tipo de jugador. Así que me fui a Central Córdoba.

* Acá en Rosario, se han inventado un montón de cosas acerca de mí. Pero no son verdad... A los rosarinos les gusta contar cuentos. Algún caño de ida y vuelta habré hecho, pero no es para tanto.

* Nunca me gustó cafetear en los bares o ir a los bailes… La única diversión mía siempre fue jugar a la pelota.

* Central Córdoba es lo más grande que me dio la vida.

* El otro día fui a la casa de un amigo que la hermana le había traído unos botines y una pelota de Estados Unidos. Los botines pesaban menos que cien gramos de mortadela (risas) una cosa de locos, le podías sacar la suela y qué sé yo. Me dijo que son los que usa Beckham, y lo que no entiendo es cómo alguien le puede pegar mal a una pelota con semejantes zapatos. Y un muchacho, que se operó las dos piernas, me contó que ya jugó dos partidos y yo no lo podía creer. Cuando pueda, me voy a operar la otra cadera y te aseguro que si puedo volver a jugar, aunque sea un ratito, me vuelvo loco. Creo que no aguantaría la emoción, ¡si hace como diez años que no toco una pelota! Bah, ese día, en la casa de éste amigo, la agarré un cachito, ¿viste? Pero no soy arquero, yo la tengo que tocar con los pies. El tacto yo lo tengo en el pie…


Anécdotas

La leyenda sobre el Trinche se afianza el 17 de Abril del 74, junto con un combinado rosarino -él era el único que no pertenecía ni a Rosario Central (Mario Kempes, era uno de los 5 jugadores de Rosario Central), ni a Newell's Old Boys (Mario Zanabria uno de los 5 que pertenecían a los leprosos), humilló a la Selección de Enrique Omar Sívori que se preparaba de cara al Mundial de Alemania 1974: "Fue raro. Ganamos 3-1 y nos salieron todas. Algunos hasta nos pedían que paremos un poco. Pero de 100 partidos de ésos, ganás uno. Por suerte lo jugué", Allí quedó patentada su jugada, el caño doble: "Tiré un caño y cuando el defensor se dio vuelta le tiré otro. Lo hacía seguido, aunque ese día la cancha se venía abajo. Fue la única vez en mi vida que vi abrazándose a los hinchas de Newell's y los de Central".


"Saquen a ese cinco"
La anécdota de color de aquel partido la brindó el entrenador de la Selección Argentina, Vladislao Cap. Según consignan los medios de la época, en el entretiempo se acercó a sus pares rosarinos para pedir que “saquen a ese cinco”, en referencia a Tomás Felipe Carlovich, a quien sus futbolistas no podían detener. Durante el complemento, Griguol y Montes hicieron caso al pedido y sustituyeron al “Trinche”

Estamos en los años 70. Central Córdoba está por jugar con Los Andes en Lomas de Zamora. Estadio "Eduardo Gallardón". Cuando van a presentar las planillas, Tomás Carlovich no tiene sus documentos, se los olvidó en Rosario. Entonces José Tarilo, dirigente del club local, se para ante la terna arbitral y les pide que lo autoricen igual, que él sale de garante de que ese tipo con los pelos larguísimos, ensortijados y bigotes mostachos es realmente "El Trinche". Y cierra con forma de plegaria el hombre de Los Andes: "Déjelo juez, por favor, es una de las pocas oportunidades que tenemos de verlo jugar en Buenos Aires".

Una vez fuimos a jugar a Buenos Aires contra Estudiantes y me hicieron un agujero en la pierna con tapones de aluminio cuando caminaba sentía "plaf-plaf" (como si los botines tuvieran agua) mire y era toda sangre, viene el médico y le hace la señal de cambio a Ricardo Palma lo miro y le digo "callate..."; agarré me puse una venda y seguí todo el partido.

En Colón de Santa Fe tuve mala suerte, porque las tres veces que me tocó entrar como titular, me lesioné el aductor de la pierna derecha. Y eso que nunca antes había tenido problemas físicos. Como el Vasco Urriolabeitia, que era el entrenador, creía que se trataba de un problema mental, pedí una junta médica. El doctor me hizo bajar los pantalones y cuando me vieron la pierna negra se quedaron mudos. Se dieron cuenta que yo les decía la verdad. A mí me molestó que no me tuvieran confianza y pegué la vuelta al barrio.

Mirá, mis mejores años de fútbol fueron en Mendoza, acá en Central Córdoba también tuve un campeonato parejo, pero en Mendoza fue lo máximo. Es más hace 28 años que deje de jugar en Mendoza y fui hace poco y parece que hubiese estado jugando ayer por el cariño de la gente jamás en la vida me había pasado algo así. Practicábamos en el Parque San Martín y el plantel salía para un lado y yo agarraba la pelota y me iba para un costado y para que… venían los periodistas, allá con el plantel no había nadie, estaban todos conmigo. Me pasaban cosas insólitas, me iba a comer con mi señora a una parrilla y cuando iba a pagar me decían, no señor ya está todo pago, lo mismo cuando me iba a comprar ropa ya está todo pago. Son cosas que nunca me habían pasado y bueno hace poco cuando estuve en Mendoza había gente que todavía se acuerda de mi a pesar que hace 28 años que deje de jugar allá y sabes qué lindo que es eso.

En Mendoza hicieron un combinado y llega el Milán de Italia invicto y jugamos allá en el estadio mundialista “Malvinas Argentinas” y también paso lo mismo le pegamos una milonga…, y te pegaban como locos me querían matar me querían cortar las piernas, y le hice un caño a uno y cuando vuelve le tiro otro, después le hice dos más y el tano me mira y me dice “allá no” como diciendo acá lo podes hacer pero allá no y le digo “pero estamos acá”. Voy a buscar una pelota cerca del córner, solo, no había nadie hice dos pasos y siento “paf” acá arriba (señala la espalda) con las dos piernas, casi me matan estaban enojadísimos, verdes, y le ganamos 4 a 1.

Trinche ¿y la anécdota de la barba? Es cierta. Fue en San Telmo, ¿sabés lo que es jugar ahí? Vinieron a jugar acá y choqué con uno, se me fue la mano y lo corté en la ceja, lo sacaron al jugador, en ese partido Walter Mainonis y yo teníamos barba; y no era por nada pero me afeité y Walter se dejó la barba. Bueno y allá, cuando vamos a jugar la revancha, para entrar a la cancha, te bajás del colectivo y tenés como un pasillo y la hinchada de ellos de un lado y del otro; ¡ay… las cosas que nos decían!, pero le gritaban al Walter porque pensaban que era yo, y me pegaba y me decía Trinche y me puteaba "deciles que sos vos", "callate, callate" le decía yo. La verdad que encontrás de todo, había cada personaje en Central Córdoba…"

Cuenta un ex colaborador Menotti: "El Flaco estaba deslumbrado con Carlovich, pero sabía de su bohemia. Entonces lo llamó para integrar la preselección del interior, para llevarlo de a poco a la mayor. El Trinche se vino para Buenos Aires respondiendo a la convocatoria, pero se colgó pescando en la Costanera ¡y nunca se presentó a jugar!"

Hugo Mémoli, que fue compañero del Trinche en independiente Rivadavia, cuenta. "Jugábamos contra San Martín en su cancha. Tomás se quería ir esa misma tarde para Rosario. Pero si jugaba el partido entero perdía el micro. Así que se hizo expulsar en el primer tiempo. Se bañó y salió corriendo. Fue el mejor jugador que vi, a la altura de Diego y por sobre Francéscoli. Pero no se lo tomaba muy en serio".

Trayectoria

Rosario Central (inferiores) 1965
Sporting Bigand (Santa Fe) 1965 a 1969.
Rosario Central, 1969 (1ª División del fútbol argentino)
Flandria, 1970 (1ª División "C")
Central Córdoba (Rosario) 1971 a 1974 (Campeón en 1973), 1978, 1980 a 1983 (Campeón en 1982, asciende a la divisional "B") y 1986 (en total 236 partidos, 28 goles)
Independiente Rivadavia (Mendoza) 1975-1976
Colón (Santa Fe) 1977
Deportivo Maipú (Mendoza) 1979






seguir leyendo...