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Partido de ida por la final de la Copa Libertadores 1997 entre Sporting Cristal (foto) y Cruzeiro.
Un día antes del encuentro, mientras los de Belho Horizonte realizaban el reconocmiento de la cancha y la iluminación del Estadio Nacional de Lima, un grupo de socios de Universitario se reunió en la puerta del estadio, llamaron a un conocido hincha de la Trinchera y le solicitaron un trabajito urgente para cuando el campo quedara vacío.
El barrista debía ingresar al Estadio Nacional y en la pista atlética debía formar una "U" con 5 kilos de sal que le entregaron los socios. De esta forma iba a "salar" a Cristal para que no ganara la Copa y no supere la campaña de la "U" en 1972.
El muchacho esperó un descuido y aprovechó la cantidad de brasileños y pudo ingresar para cumplir su tarea.
Al día siguiente Sporting Cristal empató sin goles con Cruzeiro prácticamente perdiendo las posibilidades de ser campeón de América.
Desde entonces hasta el 2002 Cristal no ganó el campeonato nacional, para los hinchas "cremas", todo fue culpa de la "cancha salada".

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La Copa América de 1925 tuvo la curiosidad del pequeño número de participantes: sólo tres, Argentina, Brasil y Paraguay, la más mermada de todas las ediciones disputadas.
Ese mismo año, el argentino Julio Libonatti, “El potrillo” (foto), se convirtió en el primer sudamericano “exportado” a Europa (Italia), y llegó a ser internacional con la selección italiana.
La edición de 1935, disputada en Lima, estrenó la posibilidad de hacer cambios de jugadores en los partidos (tres de campo y el arquero), mientras que la celebrada un año después, en 1936, comenzó ese año y acabó uno después, en 1937, ya que el partido inaugural se disputó el 27 Diciembre y la final a comienzos de Febrero. Precisamente el encuentro decisivo también se prolongó en dos días distintos. Comenzó el 1º de Febrero y acabó de madrugada, la primera vez que se celebraron partidos en horario nocturno.

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Cienciano del Cusco y Juan Aurich de Chiclayo se enfrentaron en el Estadio Garcilaso de la Vega en el año 2002. Los dos equipos no se percataron de un detalle: tenían camisetas de un color similar (rojo) Por eso el conjunto chiclayano usó un chaleco verde encima de la indumentaria oficial, lo que motivó la ira y la explosión de un periodista canoso, experto y fanático del fútbol en Europa, donde, según él, esas cosas jamás ocurren por ser un continente que respeta las reglas; y no hay informalidad. "Esto sólo pasa aquí en el Perú, donde existe un fútbol social. Cómo vas a jugar un partido del torneo local con chalecos de entrenamiento", renegaba el destacado comentarista.
A minutos de la conclusión del choque en la Ciudad Imperial llegó la noticia de que Claudio Pizarro delantero del Bayern Munich, había anotado dos tantos ante Hamburgo. Lo curioso fue que las imágenes de la televisión internacional mostraban al 'Bombardero de Los Andes' celebrando con la camiseta roja y oficial del cuadro bávaro y un ¡chaleco verde! encima, debido a que Hamburgo se presentó en Olímpico de Munich con un uniforme de tono parecido al del dirigido en ese entonces por el DT Ottmar Hitzfeld.
Parece que también en Alemania hay fútbol social...

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El fútbol (muy de vez en cuando) no es una operación matemática de resultados previsibles, sino un encuentro de seres vivos que juegan más para divertirse y gozar que para un salario o una Copa. Esas tardes, en las que el corazón mete los goles y no los pies, se recuerdan después como una de esas experiencias que nos reconcilian a nosotros, los hinchas pobres diablos con la vida.

(MARIO VARGAS LLOSA, escritor peruano, extractado de su ensayo 'El corazón goleador')

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Alianza Lima, bajo el mando de Gerardo Pelusso, era puntero del Torneo Apertura 2006, del que sería campeón después. Una tarde tuvo que ir a la ciudad de Huaraz, en el departamento de Áncash, para chocar con el equipo local, Sport Áncash, en el Estadio Rosas Pampa. El duelo iba 1 a 0 a favor de la visita, con anotación del atacante Wilmer Aguirre con vistosa chalaca. La diferencia se mantenía hasta el minuto 89, cuando el DT uruguayo decidió el ingreso de Johan Fano (foto) para retener el balón el mayor tiempo posible en campo contrario hasta que el juez principal dé el pitazo final y, por ende, sumar los tres puntos.
Lo que ocurrió fue que Fano tomó la pelota en el minuto 93, cuando restaba un minuto para se cumpla el tiempo adicionado, y la mandó a cualquier parte en lugar de protegerla. En la réplica, y luego del saque de meta del arquero Carlos Laura, los jugadores aliancistas, que esperaban sólo el final del partido, se olvidaron de marcar al delantero argentino Natalio Portillo, quien recibió un excelente envío de Franco Mendoza y venció la resistencia del desconcentrado George Forsyth para marcar la paridad en el ¡minuto 95!
El choque acabó luego de la celebración del rioplatense y el entrenador charrúa ingresó indignado a la cancha para reclamarle al árbitro el exceso de minutos disputados.
Durante mucho tiempo los jugadores de Alianza Lima le jugaron bromas a Fano por la jugada desafortunada en la que estuvo involucrado.

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Roberto Carlos Farfán Quispe (Chincha, 1973) era goleador de Universitario en el año 1999. Marcaba casi siempre en el torneo doméstico y su humanidad aparecía en las portadas de los diarios deportivos en pleno festejo peculiar: con los brazos extendidos, corriendo, y sacando la lengua.
Un día la figura de Farfán llenó la sección policial de los periódicos en Lima porque había sido denunciado por una mujer presuntamente por haberla violado. La noticia causó revuelo en el medio deportivo y un periodista radial fue a buscarlo al Estadio Monumental de Ate para que haga su descargo. El futbolista se sorprendió al enterarse del hecho, negó que haya sido él el protagonista del escándalo, y remató diciendo que debe tratarse de un ¡'anónimo'!.¿Anónimo? El atacante, conocido luego de esa celebración inusual como la 'Foca', debe haber querido decir 'homónimo', o que se trataba de un caso de homonimia.
Finalmente el ex jugador de Ciclista Lima quedó limpio de polvo y paja y siguió su carrera profesional en Alianza Lima, Sport Boys de El Callao, Unión Huaral y últimamente su mayor logro fue colaborar con el retorno a Primera División de Deportivo Municipal, bajo el mando del experimentado Juan José Tan. Farfán Quispe tiene hoy 33 años, su hermano -Rafael- es jugador de Sport Áncash de Huaraz y su sobrino -el brillante Jefferson- destaca en el PSV de Holanda.

(tomado del blog “Goal Peruano”, Diciembre de 2006)

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Un partido cambió el destino de Silvio Marzolini. En 1959 Ferro Carril Oeste llegó a la cancha de River arrastrando una espectacular racha invicta de 19 partidos. Pero esa tarde perdieron por goleada y el peruano Gómez Sánchez le pegó un baile de aquellos a Marzolini, quien confesaría que “jugué el peor partido de mi vida”. Y resulta que esa tarde los dirigentes millonarios, que estaban interesados en la compra de un lateral por izquierda, le bajaron el pulgar al rubio defensor. “De donde haber jugado tan mal me benefició, porque en 1960 pude pasar a Boca Juniors, club del cual siempre fui hincha y con el que conseguí tantos títulos”.

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Alejandro Villanueva (Pedro Espinel - Perú)



El sol despuntaba, anunciando un nuevo día.
En las calles se advertía, un barullo matinal
Y en el nosocomio, una vida se extinguía
tras su lenta agonía partió hacia la eternidad.

Recuerdos de otros tiempos vienen hoy a mi memoria
Como un eco de la historia, un pasaje del ayer
de aquel gran deportista que dio nombre y gloria
al deporte nacional ¡Un as entre los ases!
¡Figura continental!

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Eran épocas de profunda inestabilidad política en el club Universitario de Deportes de Perú.
Varios dirigentes criticaban la gestión del polémico Alfredo González y querían expulsarlo del club, hasta pedían una asamblea de socios para solicitar su vacancia por incapacidad moral y profesional. Un día, por tantos dimes y diretes entre dirigentes cremas, un editor de un diario deportivo en Lima estaba haciendo un informe al respecto y, para graficarlo, le pidió a uno de los que laboraba en el archivo de la publicación que le facilite una foto de Guinea.
El encargado fue a buscarla, pero demoraba más de la cuenta en volver con el pedido, por eso el periodista fue a buscarlo y se vio sorprendido cuando el archivador andaba perdido y confundido entre enciclopedias y libros, en los que trataba de encontrar una imagen de Guinea (en la foto), el pequeño país de África, cuando en realidad debía buscar la de Eduardo Guinea, un veterano dirigente de la 'U', opositor total de las decisiones de Alfredo González, hoy inhabilitado de por vida por la FIFA para seguir metido en la administración deportiva, al menos activamente.

(anécdota tomada del blog "Goal peruano")

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Universitario de Deportes y Alianza Lima jugaban en el Estadio Nacional por la Copa Libertadores, el 3 de Agosto de 1988.
El cuadro crema ganaba 2 a 0, con goles de José "Chemo" Del Solar (20') y del arequipeño Juvenal Briceño (41'), al final del primer tiempo, período en el que los dirigidos por Moisés Barack, se habían quedado con 8 jugadores por las expulsiones de César Espino (34'), Wilmar Valencia (45') y Cédric Vásquez (45'), quienes recibieron la tarjeta roja de parte de César Pagano por conducta violenta.
Luego del entretiempo, las acciones siguieron hasta el minuto 54, cuando el chileno René Pinto y Eugenio La Rosa (foto), hermano menor de Guillermo, acusaron lesiones imprevistas y ya no pudieron ser reemplazados, porque el DT aliancista ya había realizado las dos variantes permitidas en ese entonces por la FIFA.
Sin cinco jugadores, cuando el máximo ente permite siete, al menos para disputar un partido oficial, el cuadro íntimo decidió retirarse de la cancha luego de recibir la venia del juez principal y, por supuesto, el marcador no varió: quedó 2 a 0 a favor de la 'U', que conducía Juan Carlos Oblitas.
En los días posteriores los medios especularon con que Pinto y La Rosa se hicieron a los sentidos para evitar que Alianza, con 8 jugadores en la cancha, sufriera una goleada catastrófica ante el rival de toda la vida, hecho que la 'U' tomó como un acto de cobardía y que la Trinchera Norte le recuerda al Comando Svr cada vez que puede en un choque entre ambos.

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El partido del fin del mundo


Así fue denominado por la prensa de la época a uno de los partidos más dramáticos que se recuerde en el fútbol peruano. Corría Noviembre de 1993 y se jugaba la fecha 25º del torneo descentralizado, tocándole en esa fecha a Alianza Lima subir a enfrentarse al Unión Minas de Cerro de Pasco, equipo que en ese entonces, contaba con el estadio (foto) ubicado a mayor altitud en el mundo (4.300 metros).

Era un partido de gran interés, debido a que Alianza pugnaba por hacerse del título nacional que ya le era esquivo demasiados años, mientras que el Minas, necesitaba sumar para alejarse de la baja y aprovechaba su condición de local, en la cual se había vuelto imbatible ante los equipos capitalinos, los cuales incluso llegaban a Cerro de Pasco provistos de balones de oxígeno.

A la altura se sumó el inicio de la temporada de lluvias, originándose al poco de iniciado el partido una lluvia torrencial, la cual derivó al poco en una fenomenal granizada, acompañada por una tormenta eléctrica que soltaba tremendos destellos de luz ante los aterrados camarógrafos llegados desde la capital, para transmitir en vivo el encuentro; por una decisión de ambos equipos, se continuó el partido: se jugaba mucho en aquella decisiva fecha.

Una lluvia salvaje, las pelotas de granizo, un frío que calaba los huesos y el oxígeno que apenas entraba a los pulmones se convirtieron en los enemigos de los capitalinos; eso, aunado a los rayos que no paraban de caer, crearon un ambiente dantesco,... era una de esas tormentas de las que te hacen temer a Dios.

El público y los jugadores del Minas estaban acostumbrados, pero para los aliancistas, jugando con guantes y gorras, el árbitro y sus jueces de línea, -también capitalinos-, y para el estoico equipo de transmisión de América, fue un infierno.

Los hinchas que seguían por televisión también tuvieron su cuota de sufrimiento: el empate a cero se mantuvo todo el partido, hasta le fatídico minuto 45: Waldir Sáenz finalmente pudo gritar gol casi sin aire en los pulmones.

Terminado aquel surreal cotejo, un argentino que llevaba apenas fichado unos meses en Alianza, corrió como loco a perseguir a los camarógrafos: "...¡dénme una copia; quiero una copia del video!!" -gritaba fuera de sí-, "...en la Argentina nadie me va a creer que jugamos y que ganamos este partido...!!"

Alianza salió victorioso del "Partido del fin del mundo", pero tuvo que esperar hasta 1997 para volver a campeonar luego de 18 años.

(tomado del blog “Leyendas y relatos de fútbol”)

1ª parte


2ª parte

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Sí señores, no le tuvimos miedo a Argentina, que vino con sus enanos Messi y Agüero y el pecho frío de Riquelme.

(titular del diario peruano “El Popular” tras el empate de Perú con Argentina por la eliminatoria mundialista para Sudáfrica 2010, 11/09/08)

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La Federación Peruana de Fútbol pactó con su homóloga de Jamaica un choque amistoso entre las selecciones de ambos países, que se disputó en Noviembre de 2006. El equipo peruano, entonces dirigido por Franco Navarro, fue a Kingston, la capital de ese país, y empató uno a uno con el combinado dueño de casa, con un gol del volante Alexander 'Wally' Sánchez, de José Gálvez de Chimbote.
Lo curioso de este amistoso es que los medios nacionales no se cansaban de repetir que la blanquirroja iba a ir al ¡país centromericano! para completar el último tramo de la preparación en el año, cuando en realidad Jamaica es una isla de las Grandes Antillas, de 240 kilómetros de largo y un máximo de 80 km de ancho, situada en el Mar Caribe. Y está a 630 km del continente centroamericano.

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Estábamos en la concentración de “Los Aromos”. Habíamos quedado de conversar cada uno con los dirigentes para dar una versión sobre el tema de los premios. Cuando estábamos cenando llegaron los dirigentes y llamaron al Tito Goncálvez, a Maidana y al Pepe Sasía. Cuando regresaron le digo: "Oye, Pepe, ¿para qué te han llamado?" "Nos llamaron para arreglar los premios", "¿cómo? ¿no habíamos quedado que cada uno iba a dar una versión? Yo no sé lo que arreglaron ustedes". "¿Qué, no te gusta? -me respondió él-" "Dejá, si ya arreglaron ya arreglaron" le dije, pero quedó la intriga. "Si quieres reunimos a los dirigentes y hablamos de vuelta" me ofreció. "No, dejá", le dije.
Al día siguiente jugábamos contra Líverpool, en Belvedere. Estaba jugando la reserva. Nosotros en la tribuna, y de pronto nos miramos cara a cara con el Pepe. ¿Querés algo conmigo?" preguntó. "Lo que quieras, pues". "Bueno, vamos calladitos al vestuario". "Vamos pues". "Nada en la cara ¿de acuerdo?", nos pusimos de acuerdo, para que nadie se diese cuenta y nos agarramos meta golpes. De pronto tocan a la puerta, porque había terminado el primer tiempo y las reservas se tenían que cambiar. "¡Abran!" gritan.
Nos arreglamos como pudimos y abrimos, pero nos encontraron agitados y dijimos que estábamos calentando. Después empieza el partido y todo normal; "damelá, Pepe", "damelá, Juan". Ganamos cinco a uno. Enseguida en el vestuario, nos estábamos bañando y nos cruzamos otra vez. "¿Quieres seguirla?" preguntó. "Ya, pues" contesté. Y otra vez. A la salida, yendo cada cual hacia su auto, me gritó: "Oye, Joya, nos vemos el martes". "Ya. Para la próxima mis asuntos me los arreglo yo" le grité. Y así ha sido. De ahí quedamos íntimos amigos. Tanto que al siguiente entrenamiento me llevó en el auto de él, un Peugeot de aquellos años, a tomar cerveza al Ipiranga y nos quedamos hasta las seis de la mañana. Era un gran muchacho. Una lástima que haya partido.

(JUAN JOYA CORDERO, 1934-2007 -foto-, ex jugador peruano de Peñarol en la década del ‘60, recordando viejos tiempos en la entidad carbonera)

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Cuatro líneas para cuatro arqueros (Arturo Corcuera - Perú)


Vitoreaban gol cuando 'el Mago' Juan Valdivieso se sacaba la pelota de la manga.

Jorge Garagate, relámpago dotado para atrapar la luna o una golondrina en el aire.

Teódulo Legario, portero suicida capaz de atenazar la pelota de los chimpunes de un tornado.

René Higuita, guardavallas que convirtió el veneno del escorpión en el dulce manjar de las tribunas.

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Invito a los estudiantes de literatura a leer crónicas sobre fútbol para comprobar su vitalidad e imaginación, y apreciar una muestra de libertad y audacia estilísticas mayores. En nuestros días la crónica de fútbol es una formidable creadora de mitos... Es un espléndido surtidor de irrealidades que alimenta el espíritu imaginario de vastas multitudes.

(MARIO VARGAS LLOSA, escritor peruano)

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Bayern Munich había goleado al Arminia Bielefeld en la Bundesliga, con dos golazos del entonces internacional alemán Mehmet Scholl y con gran actuación del peruano Claudio Pizarro.
La noticia fue levantada en varios medios periodísticos, y de ellos, uno digital informó en su introducción que "gracias a Scholl, a Pizarro y a Yellow Card, Bayern Munich aplastó a su rival en el Olímpico y se metió en la pelea por el título de la Liga alemana". ¿Yellow Card?
En efecto, en el cable de una agencia estadounidense -escrito en inglés- decía que Scholl anotó dos tantos y fue amonestado luego del segundo por el juez principal por sacarse la camiseta, revolearla y colgarse del alambre que separa la tribuna de la cancha.
Imaginamos que el autor de la nota sólo sabía español para pensar que Yellow Card (tarjeta amarilla en inglés) era un futbolista y, debido a las circunstancias del partido, el responsable de uno de los goles bávaros aquel día.

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A bastonazo limpio: la historia del primer clásico del fútbol peruano


El lunes 24 de Septiembre de 1928 los limeños despertaron sobresaltados. Los niños que vendían los periódicos voceaban titulares que hablaban de escándalo, de agresiones, de incorrecciones y de golpes a palos y a puño limpio. La comidilla del día era el final escandaloso que tuvo el primer enfrentamiento entre los equipos de Alianza Lima y la Federación Universitaria, partido que se jugó por la fase final del campeonato de fútbol de primera división de 1928. Destacaba la primera plana del diario la Prensa que titulaba: “Ayer en el Estadio Nacional: bochornoso escándalo”.

Cada una de las personas que fue al viejo estadio Nacional el día anterior, domingo 23 de Septiembre de 1928, pudo tener su propia versión de lo que allí había ocurrido. El problema lo tuvieron aquellos que no asistieron al estadio. Cada uno de los diarios ofrecía no sólo una interpretación diferente sino que, en algunos casos, eran contradictorios aún en reseñar los hechos que se habían producido en el partido.

Entre estas incongruencias destacaba la asignación de culpas: mientras unos decían que la culpa del escándalo la habían tenido los jugadores universitarios, disculpando a los aliancistas; otros decían que habían sido los de Alianza los iniciadores de los sucesos escandalosos; y otros más, aunque hablaban duramente acerca del comportamiento de los jugadores de Alianza, los excusaban culpando de su reacción a los yerros del árbitro. Incluso, hubo un diario que culpó a los jugadores de Alianza, pero no a todos, exculpó a los que siempre mantienen un comportamiento caballeroso.

El día del partido, el equipo de Alianza Lima tenía dos puntos más que el de la Federación Universitaria. Los blanquiazules estaban en el primer lugar de la tabla de posiciones de la liguilla -un mini torneo final donde jugaron los cinco mejores equipos- con cuatro unidades. Mientras el cuadro aliancista había obtenido los títulos de 1918, 1919 y 1927; el de la universidad debutaba en un torneo oficial.

El encuentro lo ganó la Federación por un gol a cero. Sin embargo, lo que más se recuerda no es que el jugador Pablo Pacheco haya anotado el gol. Lo que ha quedado registrado es que al final, el árbitro debió concluir el partido antes del tiempo oficial porque Alianza se había quedado con seis jugadores, tras sufrir la expulsión de cinco. En tales circunstancias y, de acuerdo al Reglamento, un equipo no puede continuar jugando, dando como resultado final la victoria de la Federación.

Mientras los jugadores de Alianza salían de la cancha, los aficionados universitarios reclamaron al aliancista Filomeno García, de profesión chofer, por su juego excesivamente brusco. Algunas frases duras surgidas desde la tribuna contra el jugador García hicieron que éste reaccionase, generándose una gresca. Cuando todos los aliancistas fueron en defensa de su compañero, los aficionados rivales les lanzaron bastones, lo que hizo que años después este primer partido entre Alianza y la Federación Universitaria fuera conocido como el “Clásico de los Bastonazos”.

Aunque algunos diarios dicen que el juez del partido, el uruguayo Julio Borrelli, se había parcializado con los universitarios, creemos que su versión puede considerarse la más imparcial.

El juez empezó anotando que al iniciarse el segundo tiempo pudo notarse que el juego empezaba a degenerar, lo que me obligó a amonestar a varios jugadores, previniéndoles que de continuar en esta forma tendría que aplicar castigos. La cuestión empeoraría: "Más o menos a los 25 minutos de este tiempo el jugador Miguel Rostaing embistió a puntapiés al jugador de las Casas, quien repelió el ataque, produciéndose un pugilato, en el que intervino también el jugador Quintana que la emprendió a golpes contra de las Casas. Con tal motivo expulsé del fiel (sic) a los tres jugadores que intervinieron en el incidente. Por esta causa se suspendió el juego por 4 minutos.
Reiniciado el partido los jugadores del "Alianza" parecían preocuparse más de malograr físicamente a los contrarios que de jugar fútbol. Les hice diversas reconvenciones para ver si era posible encausar el juego a la normalidad; no obstante lo cual me vi obligado a expulsar primero al jugador Soria y luego al jugador Villanueva, por cometer ambos faltas muy graves.
Cuando faltaba diez minutos para expirar la hora reglamentaria el jugador Rostaing primero, cometió un foul penal de suma gravedad contra el jugador universitario Ruiz, por tal causa sancioné un penal, a la vez que indiqué que se retirara del campo al jugador causante. Sin embargo no hice ejecutar la pena porque, de acuerdo con la reglamentación internacional, no puede continuarse un partido con menos de siete jugadores por bando. Como el jugador Rostaing, que acabo de mencionar, era el quinto expulsado del team del Alianza, éste quedaba sólo con seis jugadores, razón por la cual di por terminado el match, continuando el score de uno a cero a favor de la Universidad.
Creo oportuno dejar constancia que en el transcurso de este halftime, el jugador Souza conquistó un gol más a favor de la Universidad que anulé por foul de este jugador a un zaguero contrario.
Cuando di por terminado el match, varios jugadores del "Alianza" al abandonar el campo provocaron incidentes con el público de las tribunas de preferencia, como es notorio.
Es cuanto tengo que informar a usted, señor Presidente.

Julio Borrelli, árbitro


Para el árbitro, entonces, los que provocan los incidentes del final fueron los jugadores de Alianza. En esto, sólo coincidirá con el diario “El Comercio”.

Por aquel entonces, hacia el final del Oncenio de Leguía, los diarios "La Prensa", "El Comercio", "La Crónica" y "El Tiempo" mantenían una importante página deportiva. Los dos primeros diarios coincidieron en darle la página completa a los sucesos escandalosos del clásico. Pero eso fue en lo que único que coincidieron.

Mientras para “El Comercio” los futbolistas de Alianza atacaron a los espectadores y se trabó un recio pugilato con ellos, sin reparar que en los palcos había elemento femenino; “La Prensa” sostenía que no se puede aceptar que se diga que los jugadores del Alianza provocaron al público. Los insultos y la provocación partieron de la tribuna de preferencia donde se hallaban los partidarios del equipo universitario, y la actitud de éstos no puede ser más censurable.

La subjetividad propia del individuo está presente en los cronistas que relataron lo ocurrido aquel 23 de Septiembre de 1928. Más aún, parece que el cronista de “El Comercio” hubiera sido hincha de los universitarios, mientras que el de “La Prensa” lo habría sido de Alianza.

Sobre estos sucesos escandalosos del final del partido, el diario “El Tiempo”, parece estar de acuerdo con "El Comercio", aunque dice que el causante de que el partido terminara con varios jugadores de Alianza provocando un alboroto en el que menudearon palos, trompadas y silletazos, fue el árbitro para quien pide a la Federación Peruana de Fútbol que le cancele el contrato.

Para el periodista de "La Crónica", el incidente lo iniciaron dos espectadores de la tribuna de a dos que, apasionados por los incidentes ocurridos en el campo de juego, discutieron acaloradamente. El cronista no lo afirma pero es de suponer que uno de estos aficionados era hincha de Alianza y el otro lo era de la Federación. La discusión creció tanto que el público se arremolinó provocando la intervención de la policía. La imprudencia y temeridad de Filomeno García, Rostaing, Quintana y otros jugadores del Alianza hizo que, para contrarrestar la protesta del público, se treparon a las tribunas. El público los repelió a puñadas y el escándalo cobró mayor intensidad.

Entre los jugadores que "La Crónica" salva de las críticas está Montellanos, a quien consideran caballeroso y pulcro.

"El Comercio" dijo que tras la expulsión del jugador aliancista Filomeno García, éste fue a las tribunas de preferencia donde uno de los espectadores le dirigió algunas frases duras. Saltó sobre la valla que separa los palcos y tribunas yendo contra los espectadores. Éstos castigaron al jugador. "La Prensa", en cambio, dijo que cuando algunos de los jugadores del Alianza abandonaban la cancha, luego que el árbitro diese por terminado el partido, fueron objeto de insultos de parte de un grupo de aficionados universitarios. Estos insultos se concretaron al jugador Filomeno García, quien exasperado se lanzó contra la persona que lo insultaba. En ese momento más de 20 bastones cayeron sobre este jugador, siendo agredido, además, con golpes de puño.

El apoyo total del diario “El Comercio” a las actividades deportivas de los universitarios queda demostrado cuando al final del primer enfrentamiento entre Alianza Lima y el equipo de la Universidad un numeroso grupo de entusiastas, entre los que la mayor parte eran estudiantes, cargó en hombros a los jugadores, organizando un desfile. [...] Llegados a las puertas de ‘El Comercio’, requirieron la presencia de alguno de sus redactores. El jefe de redacción salió y recibió una calurosa manifestación de simpatía. El señor De las Casas (jugador de la Universidad) reveló el objeto de los manifestantes, quienes habían querido venir a testimoniar su reconocimiento a este diario por la forma cómo habían sido siempre estimulados en sus prácticas deportivas. Se dieron tres hurras por ‘El Comercio’ y por la ‘Universidad’.

La Federación Peruana de Fútbol se reunió el martes 16 de Octubre en asamblea presidida por el doctor Eladio Lanatta y emitió el Boletín N° 162, haciendo conocer las conclusiones de la Comisión de Justicia sobre los acontecimientos del encuentro del 23 de Septiembre y que, entre otras cosas, eran las siguientes:

1. Hacer una reconvención al Club Alianza Lima.

2. Suspensión por el resto de la temporada a Miguel Rostaing y Julio Quintana del equipo Alianza Lima.

3. Amonestación para los jugadores Villanueva, García y Soria.

Así acabó el clásico. Con los universitarios festejando por las calles de Lima el triunfo de 1-0 y los jugadores de Alianza sancionados por el escándalo. Sin embargo, estas sanciones no se cumplieron. Los universitarios pidieron que los aliancistas estuvieran en los partidos de desempate. Y es que tras el triunfo, los universitarios igualaron a Alianza en el primer lugar del campeonato y debieron jugar dos partidos adicionales para definir al campeón de 1928.

(excelente crónica del historiador y periodista
peruano Jaime Pulgar-Vidal Otálora)

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Nolberto Solano tenía 19 años, era jugador de Sporting Cristal y había sido llamado por Miguel Company a la selección peruana para disputar un cuadrangular en el Estadio "Orange Bowl", de Miami, Florida, junto a los combinados de Colombia, Honduras y México.
Antes de partir a Estados Unidos, el 'Ñol', quien ya pintaba para crack en 1994, fue consultado por un periodista sobre el evento. El futbolista, hoy en el Larisa de Grecia, dijo: "Me emociona esta convocatoria. Ojalá que los resultados acompañen y que podamos quedar entre los cuatro primeros del cuadrangular".
El ex jugador de Boca Juniors de Argentina, Aston Villa y Newcastle de Inglaterra no recordó que en el certamen iban a tomar parte cuatro selecciones y era inevitable quedar en cualquiera de esas ubicaciones.
Finalmente, la blanquirroja cayó ante los cafeteros por 1 a 0 y sufrió un nuevo revés ante los centroamericanos en el segundo y último partido. ¿Y Solano? Apenas pudo mostrarse. Sus condiciones sobre los campos de juego se verían tiempo después.

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Cienciano Campeón

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