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Ángel Cappa: 'Si Van Nistelrooy persigue al lateral, algo no funciona'


Incondicional de César Luís Menotti. Domina el lenguaje, los tiempos y la pausa. Una expresión suya encierra muchas verdades, por esto, releer a Cappa significa descubrir nuevos caminos. Enamorado del amague y la gambeta, del caño o la pared, en el circo mediático el gusto por el placer estético se contrapone con el resultadismo.

La diferencia entre dos escuelas tan enfrentadas de entender el fútbol está en la pelota, con un Menotti, es obligado dar soluciones y eso significa perder posición defensiva. Con Bilardo, el camino es único: solución vertical de la pelota y equipo bien posicionado. La cultura Estudiantes, el ganador sin balón, contra la corriente Menotti que defienden que sin balón los hinchas sólo te soportan por el resultado.

Educado, porte serio y amabilidad en cada detalle. Ángel Cappa nos recibe para charlar de una pasión que nos une: fútbol y de algo que parece olvidado: el juego. No les miento, siento un cosquilleo interior, síntoma de que el envite será para disfrutar pero también para estar a la altura.

- Hola Ángel, empecemos por lo elemental, ¿Qué es jugar bien?

- Jugar bien es respetar los conceptos básicos que tiene este juego, es interpretarlo a partir de una buena técnica y también de una inteligencia para saber manejar los espacios y los tiempos. Es decir, no se puede jugar igual en los distintos lugares de la cancha y ni tampoco al mismo ritmo. Pero, lo peor de todo esto, es que tenemos que explicar que es jugar bien ¿no?

-Debería ser al contrario. Los que ganan sin ofrecer nada deberían estar en el ojo del huracán explicando como se puede ganar ofreciendo tan poco. Al mediocre no se le acosa, pero al que busca la grandeza se le piden explicaciones.

- El drama es ese, es como si alguien te preguntara que es ser una buena persona, entonces, si hay que volver a explicarlo quiere decir que hay algo que anda mal.

- Vayamos de menos a más. Hablemos del Atlético de Madrid, un equipo sin medio campo. Irregularidad por tener los pies de barro. La ausencia de una columna vertebral castiga su recorrido.¿es difícil si eliges mal a la hora de fichar jugadores en esas posiciones, construir un buen equipo, solvente en ataque y defensa, que organice, que haga un fútbol de toque, y que tenga más recursos aparte de la pegada o del balón largo?

- Por supuesto, es decir, un alto porcentaje, iba a decir el 90%, pero digamos que un alto porcentaje en fútbol significa elegir bien o significa elegir. Si tú eliges mal, es muy difícil; hay un comentario de Trueba, del director de cine, a propósito de esto donde dice "que si un director elige bien a los actores, tiene más del 50% de la película asegurada". Esto es lo mismo, en el fútbol tú puedes hablar teóricamente del 1-4-2-4, del 1-4-1-2-3, todo esto, que son números de teléfono, pero si después en vez de Agüero juego yo, la cosa cambia mucho.

- El éxito o el fracaso de los equipos empieza en agosto, en esa época se percibe lo que puede ser o lo que no puede ser, a lo que puede llegar, a parte de la labor del entrenador después de lo que haga.

- Así es. Yo creo que lo fundamental es elegir a los jugadores y a partir de la elección de los jugadores, viene la elección del estilo que tenga el equipo; que tampoco va a ser una invención del entrenador sino que va a depender mucho de los jugadores que tenga: si yo tengo a Albelda de medio centro, por más que sea un buen jugador, va a ser distinto a que si yo tengo a Iniesta. El estilo también depende de los jugadores.

- En el caso del Barça vemos un equipo que ha bajado un par de puntos en las cualidades que convertían su calidad en imparable: ‘velocidad, profundidad y mentalidad'. Todo lo demás es distracción porque sin esto no se marca la diferencia.

- El Barcelona tiene ya un estilo definido, tiene un entrenador de hace bastante tiempo, bueno, bastante tiempo en el fútbol actual son tres años o cuatro años... no sé cuantos años lleva Rijkaard, ya tiene un estilo definido y después es la mentalidad, de que el jugador esté entusiasmado por cada partido, que tenga la misma ilusión, que tenga la misma alegría de poder jugar al fútbol, cosa que no es fácil de mantener durante mucho tiempo tampoco, por eso tiene altibajos. Velocidad y profundidad es saber manejar los ritmos, cambiarle el ritmo a la pelota es hacer la diferencia.

- El Madrid se hunde, la eliminación en Champions más el bache Barça le ayuda a esconder la realidad. Un partido por semana, doce finales, huyendo de lo visible vayamos a lo consustancial. Si un pilar importante es el sacrificio físico, te conviertes en tu propio enemigo según pasan las fechas y en este fútbol actual que juega muy de continuo y no hay descansos. ¿Es bueno en un equipo grande mantener un estilo de juego de mucho sacrificio físico?

- Bueno, yo discrepo un poco en cuanto a lo de sacrificio físico; el sacrificio físico en el fútbol es relativo, no sirve, no define nada. Lo que define es entender el juego y jugar como se debe a ese juego. Naturalmente eso exige un esfuerzo físico porque nosotros no podemos jugar o no pueden jugar los veteranos porque no pueden hacer ese esfuerzo físico. Pero no es lo que define el sacrificio físico.

- Hace semanas veías a Van Nistelrooy persiguiendo al lateral, Raúl bajando a hacer superioridad numérica en defensa achicando mucho, reduciendo mucho las líneas, esto conlleva un desgaste y para gente que vive de la calidad, que vive de definir en un momento justo, es ir contra natura. El entrenador no le está dando al jugador el escenario adecuado para mantener durante un largo tiempo un nivel de fútbol alto; porque la crítica al final, los valora si definen o no, si marcan la diferencia o no.

- Bueno pero si Van Nistelrooy tiene que correr a un lateral, quiere decir que algo no funciona. Y si Raúl tiene que ir a ayudar al central para sacar una pelota, eso se puede hacer en alguna ocasión, pero si es como norma, ese equipo no funciona como tal, algo le pasa. Entonces hay que ver que es lo que sucede para que ocurra eso con frecuencia, digamos; si ocurre eso con frecuencia, efectivamente el jugador se desgasta en funciones que no le corresponden, porque tendría que gastarse también cuando un compañero tiene la pelota; y para eso también tengo que correr, pero correr con criterio digamos.

- Cambiando un poco de tercio, entiendo que Messi es un excelente futbolista de la calle pero que los conceptos del fútbol no los domina del todo bien; por ejemplo, pongo la idea de que muchas veces ves dos líneas de cuatro por detrás de la línea de balón que marca Messi y se empeña en regatear, se empeña en entrar,... eso es desgaste, eso es juego previsible y también que expone su físico, cualquier día lo van a partir.

- Bueno en primer lugar que no hay que apresurarse a juzgar a un chico tan joven que acaba de empezar a jugar...

- Ahora hay demasiada prisa con Messi. Se ha lesionado y han saltado las alarmas, ilógico si tienes a Ronaldinho, Henry, Eto'o, Iniesta, Deco...

- Enseguida se encumbra a niveles donde todavía tiene que demostrar. El tiene que conseguir, es decir, es un chico que está incorporado cosas, que está aprendiendo, que parte de una habilidad excepcional, muy pocos jugadores tienen esa habilidad para la gambeta, pero efectivamente, si logramos antes jugar bien significa también saber cuando tengo que gambetear y cuando tengo que tocar, cuando tengo que ir a arriesgar y cuando no tengo que arriesgar. Pero esas cosas no se aprenden teóricamente, se van aprendiendo a medida que uno va jugando. En Argentina se dice que Alfredo Di Stéfano se hizo jugador a partir de los 24-25 años y por qué, bueno, porque Pedernera, ‘Pipo’ Rossi, Baéz y Cozzi y otros compañeros de él, en Millonarios de Colombia, le fueron aportando cosas y cuando vino al Real Madrid tenía 27 años y era un jugador ya hecho. Y bueno, este chico tiene 20 y le falta mucho todavía..

- Mediáticamente siempre se encumbra; por ejemplo yo considero que cuando comparan a Messi, Cristiano Ronaldo y Kaká, probablemente a nivel de marcar la diferencia en el campo estén a la par, incluso que Messi sea por superior, pero a nivel futbolístico me sigue quedando muy lejos Messi, le queda todavía.

- Y a Cristiano Ronaldo también. Kaká' domina el juego, entiende sus registros y marca las diferencias. Lo que pasa es que son jugadores que aportan también, no se les puede pedir que tan jóvenes sean completos. Cristiano Ronaldo está incorporando ya ese tipo de cosas, ya no es tan egoísta como era antes, ya comienza a participar un poco más del juego colectivo; porque es lo que tiene que entender un jugador, es decir, primero responde a las necesidad colectiva del equipo y después, le aporta lo que el pueda aportarle por sus características, por sus cualidades,... y bueno esas cosas las van a ir incorporando. Cristiano Ronaldo tiene, me parece, 24 años o algo así, tiene cuatro años más, que es muchísimo más, en una competición para ir incorporando cosas.

- El crack es irregular por naturaleza, por eso para competir necesitas un equipo...

- Los jugadores geniales nunca han tenido continuidad en el juego. Son jugadores de apariciones, porque no se puede ser genial a cada rato, sino el partido terminaría 20 a 0. Le sale una genialidad cada tanto, pero cuando las hace te gana el partido. El equipo siempre está, la genialidad aparece y define pero es imprevisible, nunca sabes ni el cuando ni el como.

- ¿Te sorprende un poco Ever Benega y la adaptación tan rápida que está teniendo sobre todo a nivel de llevar un poco el peso del equipo? El Valencia parece jugar a algo, cuando Banega coge un poco la manija y empieza a distribuir y los compañeros le buscan.

- Sí, bueno, Banega lo primero que tiene es un gran atrevimiento y un gran descaro para jugar al fútbol, para pedir el balón en cualquier en cualquier escenario y en cualquier circunstancia. Lo que pasa que ahora, para mi gusto, los primeros partidos estaba un poco más frenado y ahora está corriendo demasiado. Entonces, cuando uno corre demasiado, lo primero que le pasa es que no ve el partido, no sabe lo que está pasando en la cancha porque corre mucho. Pero bueno, eso también Banega, este tipo de cosas tendrá que ir procesándolas, alguien le hablará, pero esto no es teórico: tiene que estar allí dentro de la cancha, tiene que experimentarlo.

- Me preguntaban porque el Valencia sólo había tirado un tiro a puerta contra el Barça y yo lo aducía a que habían corrido demasiado en defensa, que habían replegado muchísimo y que eso había llevado a la total descolocación; a parte que la ausencia de frescura mental para pensar en cuanto recuperaban. A veces correr no es lo más adecuado y replegar demasiado tampoco, ataque y defensa siempre están correlacionados ¿no?

- Por supuesto, sí, pero el Valencia jugó en los últimos cuarenta metros del campo y cuando recuperaba la pelota, la portería contraria le quedaba muy lejos, y no se puede ir y venir desde esa distancia. Y entonces bueno, una parte del juego y casi le sale bien, bueno, le salió bien porque empató.

- Vayamos con ‘el príncipe elegante', Gago, lo veo que no es un 10, pero que para el fútbol europeo le va a costar ser un 5. Nada que ver con ‘El príncipe Francescoli', ni con el principito Sosa. ¿Cómo lo ves tú?

- Yo veo también que es un tipo joven y que poco a poco va agarrando su lugar, y va encontrando su mejor manera de jugar. A mi me parece que hay que darle tiempo; hay que acordarse de que cuando Redondo llegó, en Tenerife decían que era un jugador de fútbol-sala y Redondo llegó al Madrid con 24 años, ya con tres o cuatro años de experiencia en el Tenerife, y también le costó incorporarse al Real Madrid. Entonces a las cosas hay que darles tiempo, no hay que apresurarse ni aventurar un comentario. El tiene las condiciones para llegar hasta Real Madrid y ahora hay que ver y hay que darle tiempo para ver si al final avanza o se queda en eso, nada más.

- En vuestra época fue muy debatido y hubo pitos en el Bernabéu entre Milla y Redondo; la gente quería a Milla el primer año, después Redondo fue ganado su lugar hasta llevar al Madrid a ser grande de nuevo en Europa.

- La gente mostraba malestar con Fernando, a Valdano se le cuestionaba cada semana y se decía que el Madrid sólo podía jugar bien con Luís Milla, había encuestas, debate popular. Sin embargo un entrenador tiene que valorar más aspectos y no había dudas de que pensando en el recorrido del equipo, Redondo iba a ser fundamental en el futuro de la institución.

- Sobre el Kun ¿Qué me cuentas?

- Es un jugador diferente, un jugador que es un habitante de la zona de definición con una gran imaginación, una gran meta corta, un remate seco, amague, cosas de un goleador; y que es un jugador diferente, un jugador no de participación sino de apariciones fantásticas. El Kun se esconde entre la multitud y se las ingenia para encontrar un hueco. Recuerda a Romario pero tanto el Agüero como Messi vuelven a inventar el fútbol en cada jugada. Los dos hacen del fútbol un generador de ilusiones, una promesa de felicidad.

- Por último, para no molestarte más, la Champions, ¿cómo ves la Champions?.

- Bueno, ahora es la hora de la verdad. Pasado este filtro, entonces a partir de ahí se van a ver las posibilidades de los equipos. Vamos a ver que es lo pasa, todos los favoritos están todos más o menos ubicados menos los equipos de Milan, hay que ver como responden ahora. Los equipos ingleses están un paso por delante, veremos de lo que es capaz el Barcelona.

- Te leía en Marca con Raúl y me llamó la atención de Raúl que en un momento dado dijo: "bueno si el partido no pasa nada de repente me da por meter dos pelotazos arriba y veremos que ocurre"; ¿el fútbol es mezclar?

- Claro que sí, por supuesto, si hay equipos, como le pasó el otro día al Arsenal con el Aston Vila y no había manera de llegar porque no tenían subida, porque no había manera... Entonces había que meter la pelota en el área de alguna manera, es un recurso que tiene que tener y que tiene que manejar un equipo. Metieron al chico este...

-Bendtner... juego directo y segunda jugada, Plan 'B'

- Los equipos deben dominar varios registros y manejar para cambiar los partidos. A veces no salen como quieres y necesitas tener soluciones para manejarlos.

-Podríamos seguir hasta la noche, es un placer conversar de fútbol contigo, un aprendizaje y una experiencia que intentaré transmitir a nuestros lectores.

-El placer ha sido mío, hermanos. Para cuando quieran ya saben dónde estoy y un saludo para todos los lectores.


(entrevista publicada en el portal “Futbolitis” -Marzo de 2008-)

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-Don Santiago, ¿qué pasa con Netzer?

-Nada, hijo. Está bien de salud. Es un gran chico.

-Pero el entrenador Miljanić no cuenta con él…

-Eso es cosa de los técnicos.

-Dicen que usted lo ha sacado a subasta con una puja inicial de un millón de marcos...

-Por Dios!, esto es una barbaridad. Yo ya estoy viejo para comprar y vender. Esto lo hace la Sociedad. Yo estoy aquí sólo para ver buenos partidos, buen fútbol.

-¿Ha decidido ya el Real Madrid el futuro de Netzer?

-Esto es competencia exclusiva de los técnicos.

-¿Lo cambiaría con los ojos cerrados por Cruyff?

-No. Sería una descortesía hacia nuestro jugador. Además, no tengo envidia al Barcelona, sino que me alegro de sus éxitos, y prueba de ello es que acabo de mandar un telegrama a Montal para felicitarle por un homenaje que le tributan en Madrid.

-En una palabra, ¿no existe el ‘caso Netzer’?

-No. Es jugador del Madrid y se acabó.

(Don Santiago Bernabéu, célebre presidente madridista, entrevistado en diario “El Mundo Deportivo”, viernes 21 de Junio de 1974 y contestando acerca de la continuidad en el club del talentoso volante alemán Günter Netzer -foto-)

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-¿Hacia dónde cree que va el fútbol por este camino?

-Mientras la gente siga tarada, agarrándose los huevos y pensando en cuántas banderas va a llevar el domingo y no en qué es lo que va a quedar, puede pasar cualquier cosa. Independiente necesitaba puntos, lo entiendo, había que armar un gran equipo, pero el tema era también salió campeón Racing. Uno como hincha o como conductor no se puede comer esa pelotudez. Los clubes no pueden continuar así, dice Grondona. Claro, los clubes se funden por el cloro que gastan en la pileta... ¡No, viejo! Se funden porque los Mascardi están llenos de plata, porque los Aloisio están llenos de plata.

¿Adónde vamos?

Ojalá haya una revolución en el fútbol, una rebelión y que los protagonistas entiendan que es para ellos.

-Pero esa rebelión no pasa por la cabeza de los jugadores...

-¡Qué va a pasar! El jugador está esperando agarrar trescientas lucas y que no le secuestren al padre, y también en irse rápido a jugar afuera.
Después viene toda la mentira: juegan seis, ocho meses o un año, los que se pueden mantener, y los que no se quieren volver rápido porque pudieron meter la guita en Suiza y el técnico no los pone. Porque acá venden a cualquiera. Les dan 200.000 dólares y por esa guita son capaces de ir a jugar a Irak en el medio de los tiroteos.


(NORBERTO "Ruso" VEREA, ex arquero del ascenso argentino, columnista en programas de radio y TV, en declaraciones al diario 'Página 12' del domingo 31 de Agosto de 2003)

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Entrevista a John Carlin


John Carlin nos atiende desde Ifakara (Tanzania), donde escribe para “El País Semanal” un reportaje sobre la malaria. Una enfermedad que, como él mismo explica, mata anualmente a casi un millón de menores de cinco años; la gran mayoría, en África, un continente que no le resulta en absoluto desconocido.

Carlin, londinense de madre española, ha trabajado como corresponsal en México, Centroamérica, Suráfrica y Estados Unidos. Es un trotamundos y, además, un todoterreno. Desde hace algunos años nos deleita en las páginas de “El País”, donde lo mismo analiza el momento de Cesc o las rotaciones de Rafa Benítez que relata sus charlas con presos en el corredor de la muerte.

¿Se compagina bien el periodismo político con el deportivo?

Para mí, sí. Tengo el descaro de escribir de muchas cosas muy variadas. El límite que me pongo es el mundo financiero. Hasta ahí no llego.

¿Afrontas ambos de la misma manera?

Me suelto más cuando escribo de fútbol.

¿Se puede aportar al conocimiento de la realidad desde el periodismo deportivo o lo entiendes más como algo así como un entretenimiento?

Todo aporta a todo. Ahora estoy aprendiendo de la malaria, tema bastante nuevo para mí. Eso, de una manera u otra, aportará algo a todo lo que escriba de ahora en adelante, sobre cualquier tema. El periodismo deportivo es tan “real” como cualquier otra cosa, o más. Para muchos de los pobres y los jodidos del mundo, el fútbol es el gran consuelo, la mejor diversión. Que no lo menosprecie nadie.
Ahora, entretener es clave. En todo lo que uno escribe, porque si no la gente no te lee. Y entonces, ¿para qué? Cuando la gente me lee sobre fútbol espero que lo haga dispuesta a sonreír, con sentido del humor, porque así suelo intentar escribir. El día en que me convierta en uno de esos profetas del Antiguo Testamento, o solemnes ayatolás, que tanto abundan en la prensa deportiva, avísenme, por favor, ¡y prometo que lo dejo para siempre!

Conoces profundamente la realidad de Sudáfrica. ¿Están superadas las consecuencias del apartheid?

No están superadas de la misma manera que, por ejemplo, no están superadas en España las consecuencias de la Guerra Civil. Fenómenos sociales y políticos tan enormes dejan huella para siempre.

¿Está preparada Sudáfrica para albergar un Mundial?

Creo que sí. En cuanto a infraestructura general, no lo dudo. Hay un problema grave de delincuencia que me preocupa, en cuanto a la seguridad de los aficionados que vengan de fuera. Como selección, lamentablemente, NO están preparados.

¿La convivencia en igualdad de negros y blancos es más un lema que una realidad?

Conviven en igualdad de oportunidad hoy, pero tras tres siglos y medio de desigualdad pasarán muchos años antes de que haya paridad económica.

Has escrito también sobre la situación de Ruanda. ¿Cómo fue posible que en un país tan a priori idílico se gestara tamaña barbarie?

Lo mismo podrías preguntar de la Alemania de los años 30. Goethe y Beethoven para poco sirvieron.

¿Cómo ves la superación del conflicto y al gobierno de Paul Kagame?

Superado está hoy. No sé si podría volver a estallar. Al gobierno de Paul Kagame lo veo bien, lo mejor posible en las circunstancias, aunque eso signifique que no sea un democracia ni remotamente perfecta.

Y, finalmente, cuando Ruanda se clasificó por primera vez en su historia para la CAF se habló de un paso fundamental a la hora de superar la división del país entre hutus y tutsis. ¿Fue una exageración de la prensa deportiva o tiene esto algo de realidad?

De exageración nada. El deporte tiene una fuerza unificadora inigualable.

¿Cuál piensas que es el nivel deportivo relativo de la Premier y la Liga española?

A nivel deportivo veo a las dos ligas muy parejas, con quizá más técnica en España en los clubes menos fuertes.

¿No crees que en la popularidad de la primera -además de que está mejor vendida- influyen todo el mito que rodea al fútbol inglés y también el dinamismo de los partidos?

Sin duda la historia es un factor a favor. También el dinamismo dentro y fuera del campo, en las gradas, que se palpa en China, California y Singapur.

¿Qué debe hacer la Liga si no quiere perder la estela de la Premier como relatas en tu artículo del pasado domingo?

Mirar más afuera, abrirse y venderse al resto del mundo; no anclarse en los viejos estereotipos; entender que el fútbol es el espectáculo más grande del planeta, no sólo de España o de Europa, o incluso de América Latina.

¿Qué medidas debería tomar la Federación Española de Fútbol para convertir la Copa del Rey en una competición del carisma, la pasión y la trascendencia de la FA Cup?

Difícil. La historia no se compra. Un puesto en la Champions no vendría nada mal, claro.

Es curioso que en un país tan ligado a la tradición se haya terminado por sucumbir a la Ley Bosman ¿Cómo ves la masiva llegada de futbolistas extranjeros a los grandes de Inglaterra?

Como dijo Mandela una vez de la globalización, “es como el invierno, te guste o no te guste, ahí está”. Con lo cual, mejor disfrutarlo sin demasiadas lamentaciones.

¿Crees que han perdido parte de su esencia equipos como el Arsenal por no contar más que con dos jugadores ingleses en su plantilla?

Curiosamente, no. Es notable como jugadores de lugares tan dispares llegan a la Premier y de cierto modo asimilan esa furia que tiene el fútbol tradicional inglés. Lo ves hoy en el Arsenal, cuyos aficionados ingleses nunca han estado más felices, me consta.

¿Cuál es el motivo del descenso de competitividad, en general, de los equipos británicos cuando juegan fuera de las Islas?

Será que sigue la tendencia desde mediados del siglo XIX a que los demás mejoren y los ingleses se queden parados.

¿Por qué está teniendo la selección inglesa tantos problemas para clasificarse [finalmente ha caído eliminada] en su grupo de la Eurocopa?

No sé.

Se señala como culpable a McClaren, pero ¿crees que ha influido un posible descenso en la calidad media del futbolista inglés? ¿Crees que puede montarse una selección competitiva, o que hay problemas en algunos puestos? ¿Son compatibles Lampard y Gerrard?

Creo que sí que se podría montar una selección inglesa competitiva (Terry, los dos Coles, Gerrard, Rooney…). Por ejemplo, con Mourinho de entrenador, cosa que no veo, por cierto. Me parece absurdo que no sean compatibles los dos, que los seleccionadores sean incapaces de encontrar una solución.

¿Crees que el desembarco generalizado de millonarios inversores en el fútbol inglés será bueno a medio/largo plazo? Al hilo de esto, ¿qué futuro le ves al Chelsea? ¿crees que camina hacia una “galactización”?

Repito lo del invierno y Mandela… El Chelsea hará muy bien si logra seguir siendo altamente competitivo con Avram Grant, o con quien sea.

Tu libro "Los ángeles blancos" relata el momento cumbre del Madrid galáctico: la gira asiática nada más fichar a Beckham. ¿Por qué crees que ese equipo se desplomó de forma tan inesperada?

Desplome del Madrid; fue algo épico, extraordinario. En Marzo lo iban a ganar todo y a finales de Abril no les quedaban opciones en nada. Obviamente la explicación reside en el estado anímico de los jugadores (¡¡que no me vengan con estupideces de que la gira del verano anterior tuvo que ver!!). Me atrae la explicación de Florentino, que dijo que lo que pasó fue que cuando perdieron la copa y vieron que no iban a lograr el gran triplete histórico empezaron a perder la motivación (ya que lo demás ya lo habían logrado casi todo) y cuando el pobre Raúl falló esa ocasión contra el Mónaco y se fueron de la Champions, pues ahí se rindieron. Se aburrieron. Ese equipo galáctico con la cuarta parte de la garra del actual Madrid hubiera hecho cualquier cosa.

(entrevista publicada en “Diarios de fútbol”, 21 de Noviembre de 2007)

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¿En qué pensaba cuando se detenía en el área, inmóvil, y con usted todo el Bernabéu?

En nada. El secreto era no pensar, quedarte en blanco. Pensar dentro del área es perder el tiempo donde lo que hay que hacer es ganarlo.

¿De quién aprendió?

Cuando eres un niño aquello que te gusta especialmente deja huella en ti. En mí lo hizo el espectacular cambio de ritmo de Johan Cruyff. Me atraía cómo pasaba de una velocidad a otra con tanta rapidez. Era efectivo y hermoso.

¿Por qué nunca protestaba a los árbitros?

Porque la energía es limitada y debes orientarla a lo que te interesa. Discutir te desgasta y desconcentra.

(EMILIO BUTRAGUEÑO, célebre jugador madridista, en diario “El Mundo” del jueves 23/10/2008)

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Mucha gente no le perdona su pátina intelectual…

El fútbol tiene tics conservadores y autoritarios, tal vez porque es un juego primario, con un punto de brutalidad evidente. Alguien que pretenda reflexionar sobre el fenómeno del fútbol no tiene buena aceptación. Por otra parte, yo poseo una gran facilidad para hacer amigos y enemigos. Sin darme cuenta siempre me veo metido en medio de dos trincheras.

¿Qué le molesta más, que le llamen cursi, rojo o sudaca?

Sin duda, sudaca. El término es despectivo. Le contaré una historia de Lángara que a mi me gusta mucho. Lángara fue un futbolista vasco, republicano, que tuvo que exiliarse y fue a parar a la Argentina. El día de su debut en San Lorenzo de Almagro metió tres goles, y toda la hinchada le gritó "vasco, vasco, vasco". Bueno, pues entre ese "vasco, vasco, vasco" y el "indio, indio, indio" con que nos reciben aquí a los sudamericanos, hay una diferencia donde cabe toda la injusticia inimaginable.

¿Sigue siendo un ídolo, Maradona?

Es un personaje al que mucha gente quiere imitar, un personaje polémico, amado, odiado, que provoca gran convulsión social, sobre todo en Argentina... El error está en poner el acento sobre su vida privada. Maradona es incomparable dentro de un campo de juego, pero también ha convertido en espectáculo su vida.

(Fragmento de una entrevista a Jorge Valdano, publicada en el Diario “El Mundo” de Madrid)

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Entrevista a Kurt Lutman


Fue un enganche metedor que prometía, pero más se lo recuerda por ser el único jugador que enfrentó abiertamente el ex presidente de Newell’s Old Boys de Rosario, Eduardo López.

Kurt Lutman nació en Rosario el 11 de Septiembre de 1976, en el apogeo de la dictadura militar. Todavía ajeno a esa atmósfera, un día empezó a patear con la camiseta de Newell’s adherida a la piel, en la vieja canchita de Malvinas. Pronto aprendió que la vida es mucho más que una pelota y esa cosmovisión empezó a distinguirlo a mediados de los ’90, sobre todo cuando empezó a militar en H.I.J.O.S., ya como jugador profesional. Movilizado por el cambio de aire en la conducción del club del Parque, el flaco pelilargo de tupida barba a lo Pichón de Cristo (como aquel personaje de Fontanarrosa) saca a relucir su chapa de rebelde en los años de Eduardo López como amo y señor de la entidad rojinegra.

-¿Qué es de tu vida? ¿Por qué se te perdió el rastro?

-Sí, yo perdí el rastro, ja. No, estoy tranquilo, soy papá de dos nenes, Juan y Francisca, novio de Ingrid y estoy laburando en albañilería.

-¿Y qué pensás acerca de esta vida que llevás?

-Estoy re contento y tranquilo. Además, todavía estoy festejando la derrota de (Eduardo) López en las urnas de Newell’s.

-¿Te pegó fuerte eso?

-Sí, como a todos los que queremos bien a Newell’s. Ahora la gente se está dando cuenta de la cantidad de cosas que puede hacer en el club, porque se había llegado al extremo de que no se pudiera ir a comer un asado, o utilizar las instalaciones. Era común que a los empleados les debieran doce meses de sueldo. Y por suerte se rompió con todo eso. La cancha de Newell’s no era una cancha normal, ni siquiera se podía colgar una bandera de Bielsa o Martino porque te mataban.

-Cuando te fuiste, enfrentado con López, ¿veías que el club podía terminar en lo que terminó?

-Sí, pero lo bueno es que cuando se suman voluntades estos poderes mafiosos caen. Pasó con María Soledad y con poderes más pesados todavía, ¿¡cómo no iba a pasar con un perejil como López que, como dice Serrat, si no fuera tan dañino daría lástima?! Porque López realmente daba lástima: huraño, metido en una oficina todo el tiempo, sin poder caminar por la calle. Esa realidad se la regalo, con todos los millones de pesos y toda la guita que se comió yo le digo ‘tomá, quedate con tu vida’. Yo prefiero mi realidad, la de caminar libremente por la calle y la de haberlo enfrentado en aquel momento.

-¿En qué año te fuiste de Newell’s?

-En el 2000. En Diciembre de ese año tenía que haber elecciones en el club y yo creí que ahí caía López. Le erré nada más que por ocho años, je. Soy un visionario.

-¿Y por qué pasó aquello justo cuando estabas apareciendo en Primera?

-Yo ya estaba enojado con López desde el ‘96, pero no por creerme más vivo que él, sino porque lo venía sufriendo desde adentro. Estábamos en pleno auge del menemismo y López encajaba perfecto en ese sistema impune, donde cualquiera podía saquear lo que era de todos, sin riesgo a ser enjuiciado.

-¿Cuáles eran los síntomas de ese deterioro?

-Compañeros que pasaban hambre en la pensión, pibes que se iban a dedo hasta Formosa porque el club no se hacía cargo de ellos, o que tenían que dejar el colegio porque no tenían plata para estudiar. La mayoría no llegó a primera y quedaron hechos mierda, sin tener herramientas para ganarse la vida más allá del fútbol. Lo viví también con mi viejo, que como director técnico de inferiores, se pasaba un año sin cobrar. O con un utilero que tenía una hija parapléjica y lo echaron porque se atrevió a reclamar sueldos atrasados. Entonces, desde el ‘96 en adelante me resistí a firmar contrato y me tuvieron a las vueltas por varios clubes.

-¿Qué te llevó a militar en H.I.J.O.S.?

-Yo no tengo viejos desaparecidos ni exiliados, pero entendí que soy parte de una generación agredida por la dictadura y empecé a militar.

-¿Hubo un hecho puntual que te hizo elegir ese camino?

-En el ‘96 fui a jugar a Godoy Cruz de Mendoza porque no tenía cabida en Newell’s. Aclaro que no tenía cabida porque jugué algunos partidos y fui un desastre, tampoco voy a pasar por víctima. El técnico era ‘Tatín’ Donsanti, que también era un desastre: les pedía plata a los jugadores. Y caminando por la plaza Independencia de Mendoza vi mujeres que marchaban con pañuelos blancos. Eso me cambió la cabeza. Y en un recital de Víctor Heredia me topé con los cumpas de H.I.J.O.S. y ahí empecé a patear con ellos.

-¿Ahí te colgaste el cartelito de bicho raro en el fútbol?

-Un poco sí, pero ojo que muchos de mis compañeros pensaban como yo, que Videla era un hijo de puta. En el 2000 salí a la cancha con una remera que decía cárcel a Videla y a todos los genocidas, pero ningún medio le fue a preguntar a mis compañeros si estaban de acuerdo con esa remera o no. Los periodistas siempre prefieren preguntarles a los futbolistas qué mina, qué auto o qué gusto de helado prefieren. De las rondas de mate en la concentración salieron partidos a beneficio de los chicos de la calle motorizados por Bernardi, Vojvoda, el 'Rulo' París, porque ellos veían que cada vez había más chicos pidiendo monedas en los semáforos.

-Entonces, ¿es mentira eso de que el futbolista vive en una burbuja?

-Es una verdad a medias. Es una profesión que quita mucho tiempo y da mucha plata. Pero quien más quien menos, todos tenemos un familiar o un conocido que se quedó sin laburo y esa es una realidad que el jugador no puede negar.

-¿Cómo fue la experiencia de Huracán de Corrientes en el ‘98?

-Otro despelote más. Fuimos a préstamo con un par de compañeros y al toque nos pagaron. Pero después nos enteramos que a los pibes del club les debían seis meses. Hablamos con los directivos y ahí empezamos a chocar. Hasta que en un entrenamiento en pleno verano, con 40 grados, el preparador físico, que lo mandaban para que nos bardeara, le dijo a un compañero que se pusiera la remera cuando todos estábamos en cueros. Este pibe se negó y el tipo sacó un facón de atrás del pantalón y empezó a amenazarlo. Yo salí corriendo para meterme, pero el tipo me tiró un cuchillazo y me hizo un corte en la panza. Ahí nomás me pegué la vuelta.

-¿Y tu representante?

-Bueno, esa fue la única vez que tuve. Me representaba la gente de Soccer. Lo llamé al tipo y me dijo: “Vos cobraste, ¿no? Entonces no te metás, jugá al fútbol y quedate piola”. Esa fue la última vez que tuve representante.

(entrevista publicada en el portal “Crítica digital” del 24/01/09)

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Entrevista a Juan Ramón Carrasco


El técnico que inauguró el Estadio Ciudad de La Plata, aquella noche de Argentina 2 Uruguay 2, dejó en claro cuál es su paladar y su idea como DT luego de una extensa carrera.

“Vos en Uruguay perdés haciendo defensa o siendo avaro para atacar y te justifican. Pero vos podés perder pero atacando y te viene la crítica: que sos lírico, querés jugar bonito. Esa es la mentalidad que hay en Uruguay. Justifican al que no propone, y al que intenta, al que llega, a ése, si no concreta, va muerto. Te hablan con el diario del lunes. Si no se te dan los resultados, ahí están con el "no tenés equilibrio, que no estás balanceado, que te gusta jugar lindo pero eso no es jugar bien. Mil críticas”.

Mate en mano, fiel a la costumbre de su país de no convidar, el ex futbolista que no perdió la estampa, atendió a ATFA con el tema esencial: la pelota.

-Siempre es así, en cualquier punto del mapa evidentemente, ¿Cuándo eras aquel Nº 10, el palo venía igual?

-Claro. Si yo de repente la metía en un tornillo y el equipo ganaba, entonces era un fenómeno, Carrasco estaba iluminado. Pero si el equipo perdía, “Carrasco no estuvo”.

-¿Qué puede contar de su manual, cuál es su revolución, qué trae de nuevo?


-No sé si de nuevo, al fútbol lo interpreto con dos arcos y una pelota, fácil. Tengo la obsesión de ganar, pero no en la teoría, sino llevándolo a la práctica. Para eso tenés que hacer goles, atacar y no entrar a la cancha improvisando, que al entrar al campo no se crea ‘este partido lo gano yo’. Hay un trabajo previo donde es determinante tener en la memoria cómo llegar. Y si eso lo haces a una velocidad atípica es donde mejor sorprendés. Nosotros somos de presionar, de quites técnicos, sobre el quite meter el pase, y de ese pase llegar lo antes posible a definir. Es por ahí donde está la obsesión mía de la disciplina táctica, eso me interesa, más allá de su cuidado personal que es el famoso cuidado invisible. Soy estricto en lo que se hace en la semana, en la pretemporada y que se lleve a fin en el partido.


“No hay que payar”

-Estás convencido...


-Estoy convencido y que el jugador tenga también esa credibilidad. Para eso no hay que payar... El jugador va de menos a más, y es algo totalmente atípico a lo que estábamos acostumbrados. En La Plata te lo puede decir Don Miguel Ignomiriello, una eminencia, que en Uruguay fue un Dios, te lo puede decir con total propiedad. Uno pregunta, consulta a los maestros.

-Tan joven y ya dirigiste la Selección

-Creo que aproveché mi paso por la Selección en mi corta carrera. Pensar que muchos están toda una carrera y no se les da esa posibilidad y a mi se me dio gracias a Fénix, un equipo chico que peleaba descensos siempre, y que a fuerza de goles llegó a una Copa internacional histórica para ese club. En la Selección de mi país tuve la posibilidad de hablar con jugadores que están en las mejores ligas del mundo y ahí les preguntaba qué les parecía lo que yo estaba haciendo, si estaban acostumbrados a eso, si lo habían hecho… Y te encontrás con la sorpresa de que nadie trabaja así. Ellos tienen el aval de que tuvieron muchos técnicos, que mayormente apuntan a defender, a destruir, y dejar liberado al que sabe con la pelota a que él sea quien decida cómo llegar al gol. Esa libertad no la corto, pero el jugador debe tener un libreto muy amplio donde tenga para decidir y llegar al gol.

-Vivís vestido de fútbol, con botines como si fueran zapatos


-Siempre estoy con ropa deportiva, a no ser en los partidos, que soy muy variable. Por ahí estoy de sport, por ahí de traje, por ahí formal, pero en el día a día siempre estoy en ropa deportiva.


-Todos tuvimos una infancia en que alguien nos abrió la puerta para ir a jugar fútbol y nos enseñó el fútbol. ¿Quién fue en tu caso?


-No hablo en lo personal sino en representación de muchos compañeros uruguayos, quien nos enseñó a amar esto y a que sea una carrera seria fue Don Miguel Ignomiriello. En eso no hay dos opiniones.

Trabajo semanal

-Juan Ramón ¿cómo armás la semana?


-No soy esquemático, ni sistematizado con seguir una línea. Me gusta que el jugador entrene con alegría, que no entre en una rutina y aburguesarlo. Trato de hacer mucho trabajo con pelota que es lo que les gusta.


-Sin dejar de lado la motivación, el ánimo


-Por ahí los incentivo con regalos. Si los delanteros hacen tantos goles, y los defensores no reciben, hay un asado que tienen que pagar los de la línea perdedora. El juego tiene que ser democrático y apuntando a sumar para todos.


-El curso de entrenador lo hiciste en...


-En Montevideo, los dos años que se requiere. Es un tema delicado allá porque hay muchos futbolistas que no terminaron el tercer año secundario y a ellos no se les da posibilidad de hacerlo. Algunos no pudieron por negligencia propia, pero otros porque tuvieron que trabajar.

-¿Es condición indispensable estar en esas aulas?


-No lo comparto, pero tuve que hacerlo. Por supuesto que la mejor escuela es la vivida, la práctica. No puede ser que futbolistas campeones, internacionales a nivel club o seleccionados se vean perjudicados por esa reglamentación, no puede ser que no puedan dirigir por no tener el título de entrenador.


-¿Quién pasó por esa?


-Rubén Paz, que para ustedes es ídolo.


-Tu actual institución, River de Montevideo, debe tener un campo para entrenar muy precario, al menos así lo imaginamos...


-Sabés que no. River ha invertido lo poco que le ha entrado por transferencias y tiene su complejo para concentrar, con varias canchas, aunque no tengan el estado ideal. Después tiene su estadio (Parque Saroldi) donde juega de local. Se puede jactar de tener esa independencia.


-¿De qué no te podés quejar de este River uruguayo?

-Que la hinchada y los dirigentes coincidan con el paladar futbolístico. Es una de las entidades que siempre pregonó ese fútbol bien atildado, de buen pase, de apuntar a ganar, de trabajar en inferiores.


-¿Qué es lo que más destacas cuando te llega la oferta: la historia, el dinero, el plantel, el semillero?


-Apunto a la parte sentimental, si uno jugó ahí por ejemplo. Tengo en mi carrera muchos equipos y eso es un plus porque conocés su ideología y la gente que lo maneja. Por supuesto tenés que ver la aceptación de la propuesta de uno y los objetivos de ellos.


-¿Sos de esos técnicos, de los que se levantan a hacer señas cuando van ganando y si pierden se esconden...?

-Lo único que siempre tuve, no sé si como virtud o defecto, es que me molestaba si me sacaban o si jugaba poco.

-Pero durante el partido, ahora DT, no te inmutás ante una cámara…


-Cuando estás en el partido te olvidás de todo.


-¿El mejor elogio que te hizo un periodista?

-Por momentos me comparaban con Maradona, que se yo. Hubo muchos buenos, sobre todo Víctor Hugo Morales, que era hincha a muerte mío y después nos hicimos amigos.

-Tuviste un sponsor que te siguió siempre

-Sí, la marca era brasileña, Atleta.

-¿El mejor gol?

Se lo hice a River, el equipo que dirijo hoy. Se lo hice con Nacional, a Goyén. Parecía un gol de campito, que enganchás y pasa uno, enganchás y pasa otro, y amagás a patear y el golero se tira y se vuelve a levantar, se lo hice cuatro veces, parecía que no quería hacer el gol y por ahí, en una que estaba en el piso, se la tiré por arriba del cuerpo.

-¿Qué es lo más importante que debe tener presente un jugador?


-Disfrutar. Que no lo tome como un trabajo, aunque hacerlo serio.


-¿Vas a ver juveniles, te quedás revisando?

-No, no tengo acceso, pero al equipo del preliminar lo veo y le pido que juegue igual al de Primera.


-En La Plata tenés alguna anécdota con Pinchas y Triperos


-No muchas. El otro día cuando jugamos contra Gimnasia la gente me decía cómo le pegabas. Alguno me gritó el “¡Uruguayo, Uruguayo...!”


-¿Dirigirías a alguno de los dos platenses?


-Bueno, aquí fuimos invitados por Gimnasia, que se ha portado de mil maravillas. Por supuesto ya hay un plus de agradecimiento.


-Recordanos uruguayos que pasaron por el Lobo platense…


-Sanguinetti, Alonso, El "Turbo" Vargas y el que actualmente está, Leal.


-¿Llamás por teléfono a los jugadores, a esos que tal vez hoy no estás dirigiendo?


-Los jugadores siempre te llaman. De repente los que están sin equipo. Cuando apuntás a un refuerzo tiene que ser muy puntual: con características técnicas muy buenas y tienen que ser rapiditos. Si tenés eso, tenés un crédito conmigo.


-Respecto a la comida de un plantel, te metés en el detalle o lo delegás


-No, eso lo delego.


La doble función de DT y Futbolista

-¿Cuál fue el primer equipo que dirigiste?


-Rocha, donde jugué y dirigí al mismo tiempo. Ahí me retiré y después agarré Fénix.

-¿Cómo te sentías en esa doble función?


-Fue algo muy atípico, más acá en Sudamérica. Me sentí bien, en una experiencia que no fue mejor porque Rocha era un equipo amateur que en menos de un mes se hizo profesional, con la famosa integración que se hizo con los del interior. Ser técnico y futbolista fue una linda posibilidad, pero se pagó un precio muy caro de pasar de amateur a profesional a nivel club, en lo futbolístico y en la vida. Me hubiera gustado volver a hacer esa experiencia pero con otro tipo de rodaje en los jugadores


-Ahora que sacaste el mate, ¿alguno de los técnicos te lo prohibió alguna vez?

-No, nunca.
-

Ping pong sobre técnicos ¿empezamos?


-Dale


-Gregorio Pérez
Muy buena gente, por ahí con un estilo totalmente opuesto a lo que es mi forma de trabajar. Muy respetable y una persona querida en el fútbol


-Oscar Washington Tabárez
-En lo que es mi idea futbolística está más cercano. Respetado no solo en Uruguay sino en el Mundial. Le deseo toda la suerte en el nuevo proceso


-Luis Garisto
Tengo una experiencia muy mala, porque él me dirigió. Por lo general no soy de hablar mal, pero tampoco voy a hablar bien porque no me corresponde.


-Víctor Pua
-Fue muy buen jugador y como técnico ha marcado una diferencia con respecto a los juveniles.


-¿Hasta que edad pensás dirigir?

Las cosas hay que hacerlas a gusto y si te sentís feliz. No sé. Hasta que deje de disfrutar.


La familia


-Armaste una familia...


-Tengo dos matrimonios, uno me dio tres hijos, entre ellos Juan Carlos que es mi ayudante. Tengo a Naiqué y a Macarena, una viviendo en España y la otra en Montevideo. Después, con otro matrimonio de mi actual pareja Claudia, con tres hijas mujeres, mellizas de 2 años y una de 13 que es muy buena estudiante y tenista. Y tengo un hijo argentino que vive en Carlos Paz, cuando estuve en Racing conocí a una chica argentina y ella también me dio un hijo. Así que en total son 7.


-¿Cómo se hace para tener la otra vida y ser un profesional famoso?


-Da para todo. Es mentira que no podes disfrutar, que no podes comer. Por ahí veo que los jugadores dejan y se ponen panzones, como si la carrera fuera una esclavitud. Yo digo que todas las cosas tienen su lugar y se puede, hasta salirse de la dieta. Yo disfruto cuando mis jugadores exponen todo lo que les enseñé


-Sección cábalas ¿sirven?


-No, no. La mejor cábala es el trabajo. Es la elección del jugador, y la recepción


-¿Te has agarrado a trompadas por Nacional?

-Están esos momentos, siempre existen, pero siempre entré predispuesto a jugar y a divertirme. Entonces no puede pasar por la cabeza la pelea.


-¿Sos un tipo tranquilo?

-Me considero tranquilo, calmo, frontal, que si no me buscás es difícil que pelee.


El botija de Sarandí del Yi


“Nací en Sarandí del Yi, en el centro del departamento de Durazno. El primer equipo que me probó del fútbol profesional fue Nacional. Ahí hice casi toda mi carrera y aparte soy hincha del Bolso”.

Carrasco se pone cómodo en el sillón del hall de ingreso del Corregidor Hotel. Tiene puesto un camperón de la AUF, abierto el cierre.

-De juvenil, sufriste alguna vez no ser tenido en cuenta en un equipo...


-No. Ya de chiquito en Sarandí del Yi me recomendaron para ir a jugar a Durazno, al Club Ñandutí que queda como a 100 kilómetros. Me quedé en ese equipo y ya era un logro por haberme ido del pueblito donde uno y llegar a la capital del Departamento.


-¿Favorece en los pueblos eso que el único juguete sea la pelota?

-Tenés muchas diversiones, pero claro, lo que sí te puede formar para el futuro con una remuneración es el fútbol, el modo más fácil y en menos tiempo. Lo tomas como una carrera, más allá de que es pasión para el que lo practica.


-Considero que esa remuneración está bastante exagerada hoy día, ¿te preocupa?


-No es un tema que me rompa la cabeza. Sé que mueve muchos intereses y como todo lo que es marketing, por su convocatoria, mueve al mundo.


Amigo de Víctor Hugo

Hace unos años, cuando el relator uruguayo Víctor Hugo Morales fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, se le preguntó si existe el amiguismo en el periodismo deportivo. "Ta Ta Ta" dijo: "Ese es un defecto gigante: la notable necesidad de tomar contacto con el protagonista. Gravísimo error. Les gusta sentirse amigos y así pierden totalmente la objetividad". Pero reconoció que "fui bastante amigo de Juan Ramón Carrasco, un futbolista uruguayo que dirigió a la Selección, medio rebeldón, medio parecido a mí, pero muy querible. Entré una noche a un boliche muy concurrido de Montevideo y él estaba ahí. ¡Y se escondió! Entonces le mandé a decir que si jugaba mal el domingo lo iba a decir, pero que jamás iba a contar que había estado la noche anterior en un boliche. Le dije que escondiéndose me había insultado. Desapareció. Luego vino a la mesa, charlamos y terminamos jugando muchas veces al billar".

(entrevista publicada en el sitio web de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino)

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Entrevista a Juan Sasturain


El escritor argentino Juan Sasturain (1945), es periodista desde hace más de treinta años y actualmente editor de la sección deportes del diario “Página 12” de Buenos Aires. Como narrador ha publicado las novelas “Manual de perdedores I y II” (1985-87); “Arena en los zapatos” (1988); “Parecido S.A.” (1990); “Los dedos de Walt Disney” (1991); “Los sentidos del agua” (1992) -recientemente reeditada- y dos volúmenes de relatos: “Zenitram” (1996) y “La mujer ducha” (2001). Fue guionista de la historieta Perramus -dibujada por Alberto Breccia- publicada durante los años ochenta. Especializado en ciertas formas marginales de la literatura, desde el policial a la historieta, es autor de los ensayos de “El domicilio de la aventura” (1995).

Le gusta el fútbol, escribe regularmente sobre el tema y ha publicado dos libros: las crónicas y reflexiones de “El día del arquero” (1986) y el reciente “Argentina en los Mundiales” (2002) -junto con Daniel Arcucci- mientras tiene en prensa “Wing de metegol” o “¿De qué hablamos cuando hablamos de fútbol?”

¿Cuál son los puntos de contacto que marcarías entre el fútbol y la literatura?

Tanto la práctica del fútbol como el ejercicio de la literatura, llevados a su grado de excelencia y respeto por los medios y posibilidades, pueden (aunque no suelen) alcanzar el grado de la artisticidad: pueden ser un arte, no sólo una actividad reglada por la eficacia o un trabajo marcado por la recompensa. El manejo de la pelota como el del lenguaje -puestos en buenos pies y manos- son un desafío a la creatividad y de ahí, de esa tensión por encontrar una forma original, cada vez única, para resolver dificultades expresivas, puede saltar la belleza. Ambas actividades tienen en común su condición de juego en tanto desafío, actividad en el fondo inmotivada, asunción de un riesgo y entrega personal. Las habilidades que requiere el fútbol (saber golpear una indócil pelota con cualquier parte del cuerpo que no sean las manos) no sirven absolutamente para nada... Para nada que no sea el fútbol. De ahí su equívoca grandeza.

Hay muy buenos escritores que se interesaron en narrar relatos sobre fútbol. Por supuesto, en la Argentina tenemos a Soriano. ¿Qué pasa con los lectores, creés que hay lectores de cuentos de fútbol?

El fútbol, como tema literario, es uno más. Se puede hacer buena literatura o basura con él: hay ejemplos abundantes. No define un género ni una subclase, aunque se puedan hacer antologías con cuentos “de fútbol” que abarquen desde Borges-Bioy a Soriano con variedad de registros e intereses; en ningún caso serán buenos o malos cuentos, más o menos serios, por el tema sino por el tratamiento, ya sea desde adentro o desde afuera del juego. La soleded del corredor de fondo de Alan Sillitoe no es un relato deportivo (Insai izquierdo, de Costantini, que lo reescribe, tampoco), ni Cincuenta de los grandes de Hemingway una historia de boxeadores. Son dos extraordinarios relatos a secas en los que los protagonistas -a diferencia de otros- andan y compiten con otros de pantaloncitos cortos. Escenas de la vida deportiva es un gran cuento de Fontanarrosa -obrita maestra de observación psicológica y de registro coloquial- que trata de un picado; y una historia como la de Campitos está ambientado en el mundo del fútbol pero habla -como siempre sucede- de otras cosas.
Probablemente haya lectores que gusten especialmente de los relatos futboleros y han proliferado últimamente los libros que los reúnen. Hay “especialistas” que sólo escriben historias con esa temática como Corin Tellado escribía novelas “de amor” y Marcial Lafuente Estefanía “de cowboys”. Son oficios; a veces la literatura se cruza por ahí. Obviamente: no hay géneros mayores y menores; ni temas serios y triviales. Hay sí productores de textos y sus consumidores; y escritores y lectores, que son otra cosa.

Desde hace un año estoy siguiendo todas los domingos los programas de fútbol de la Rai. Me parece que hay algo muy interesante en los relatos de esos partidos y que tienen una relación muy directa con la escritura. Estoy pensando en la sobriedad, en la mesura de los relatores italianos. Algo infrecuente para quien transmite partidos en la Argentina. Los relatos aquí son desbordados, los relatores se enfervorizan tanto que desde sus cabinas de transmisión llegan a violentarse oralmente con los jugadores aunque éstos por supuesto, lo ignoren porque están en el campo de juego. ¿Cuáles son los estilos de relato que vos preferís?

El relato futbolero es un fenómeno radial, invento argentino, substituto de la imagen, de la presencia en vivo. Pretende la inmediatez. Un partido de fútbol transmitido/escuchado por radio es un cuento, una historia, un acto de invención dramática con su desarrollo, sus protagonistas, sus apartes, sus énfasis, su tono: es una versión de los hechos, una construcción verbal más o menos veraz o estilizada. A mitad de camino entre la crónica periodística y el relato de ficción, debe retener al oyente -hay diferentes versiones o relatos de un mismo acontecimiento- y el vicario espectador elige la “mirada” (el relator) que más le satisface de acuerdo con sus necesidades. Siempre se trata de una historia que se propone de suspenso pero que puede derivar en comedia o drama. El oyente de fútbol es un receptor muy activo, básicamente interesado en cómo termina una historia en la que está absolutamente jugado partidariamente: buenos y malos, vencedores y vencidos. El relato lo implica sentimentalmente (desea que termine de una u otra manera) y desconfía siempre de la equidistancia de la versión que se le ofrece. Se le pide veracidad y emoción para que substituya la presencia en vivo. El relato televisivo, en términos lógicos, no estaría sujeto a esas reglas pues su función no sería substitutiva sino meramente complementaria, como las voces que acompañan un documental: no explicar lo que se ve sino aportar datos complementarios para su perfecta comprensión. Y así era en origen: la sola mención de los jugadores en el momento de tomar contacto con la pelota agotaba la función del relator. Así eran las transmisiones de Mauro Viale, por ejemplo, durante años, en que sólo la elevación del tono y la velocidad con que se nombraba al jugador indicaba la inminencia del gol.
Desde Araujo-Macaya y en menos medida otros narradores y comentaristas epigonales o no, las voces que se superponen a la imagen han dejado de ser complementarias para convertirse en coprotagonistas e incluso (cuando los partidos son menores, por interés objetivo o malos por su calidad) en las verdaderas estrellas del acontecimiento televisivo. Porque el fútbol es desde hace mucho en la Argentina un hecho mediático, un espectáculo televisivo para el 90 por ciento de la gente. Cada vez va menos gente al fútbol y cada vez más gente lo ve por tevé. Araujo es una estrella de la televisión y un partido relatado/comentado/acotado por él en Fútbol de Primera es, respecto del partido en vivo en la cancha, lo mismo que un video clip elaboradísimo respecto de la versión de ese tema en vivo o en simple disco. Otra cosa no equiparable, manipulada, transformada, enriquecida y distorsionada. No hay vuelta atrás: han inventado otra cosa.
Aparte, además y fundamentalmente, Araujo me resulta particularmente insoportable y prefiero las transmisiones lisas, sin acotaciones sobradoras, supuestamente ingeniosas, arbitrarias exageradas, llenas de muletillas falsamente espontáneas. Pero el fenómeno existe, tiene su indudable entidad.


(entrevista de Ángela Pradelli, Junio de 2002 en el portal “Literaturas”)

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Entrevista a Germán Burgos


De las profundidades de un humilde estudio de grabación aparece una figura imponente, de casi 1.90 metros de estatura, que estrecha la mano con firmeza. Una mano que ha agarrado balones y micrófonos a partes iguales. Chaleco vaquero, pantalón ceñido y gafas oscuras, como su melena, esconden a Germán “Mono” Burgos (Mar del Plata, Argentina; 1969), cantante de rock del grupo “The Garb” y ex portero de, entre otros, River Plate y Atlético de Madrid. Se autodefine como “metódico, esquemático y obsesivo”; de hecho, confiesa que “no tendría por qué estar aquí. Estamos empezando a grabar las baterías del próximo disco, así que yo no intervengo. Pero me gusta estar presente, y de paso realizamos la entrevista con tranquilidad”. Una entrevista que transcurre entre carcajadas y humo, el de un tabaco que no puede abandonar a pesar de haber tenido un tumor en el riñón (“Soy un enfermo. Lo dejé cuatro meses y me peleaba con todo”). Éste es el “Mono” Burgos: un ganador de los pies a la melena.

Pregunta: Para empezar, ¿cómo prefiere que le llame, Germán o ‘Mono’?

Respuesta: Como quieras. Esta cara acepta cualquier apodo. Te diré que mis amigos me llaman ‘cabezón’. No me molesta lo de ‘mono’, es como la creación de un personaje. En Argentina son muy normales los motes; el juego es tan veloz que hay que ahorrar tiempo, por lo que se usa algún rasgo distintivo como denominación.

P: Columnista del diario Marca, comentarista del programa “Tablero deportivo” en RNE y co-presentador de los deportes en los Informativos de la tarde del fin de semana en Telemadrid. ¿Usted nos quiere quitar el puesto?

R: Son ellos los que me llaman a mí, no yo a ellos (risas). La verdad es que ahora que estoy “en el otro lado”, no veo las cosas de otra forma. Siempre comprendí que esto es un juego, y cuando conoces sus reglas ya es muy fácil. Yo lo hice y me lo pasé muy bien. Los jugadores a veces no entienden que el periodista tiene que trabajar, y por eso se enfrascan en un lugar común para no quedar mal. Eso no les invita a tener humor. Aunque prefiero eso a uno que, sin tener gracia, intenta ser humorista.

P: Hablando de ese “otro lado”: también se está sacando el carné de entrenador.

R: Sí, además de mi papel en los medios de comunicación, ahora estoy realizando las prácticas para entrenador nacional con el Atlético de Madrid C, en 3ª división. Bueno, también trabajo con mi grupo, “The Garb”.Y a veces también atiendo a mi familia (risas). Es cierto que hago muchas cosas, pero yo me veo en cualquiera de esas facetas. Si no creo que lo vaya a hacer bien, simplemente no lo hago.

P: Hasta hace poco fue entrenador de porteros en el Alcorcón, equipo madrileño de 2ª B. Desde su experiencia como jugador, entrenador y comentarista, ¿qué necesita un buen cancerbero?

R: Valor para convivir con el gol, saber que es imposible que no te hagan uno. Sólo tienes la red detrás, por lo que va a ser más evidente el fallo del arquero que el del defensa o el delantero. Y, claro, luego hay que ser un ganador, pero no sólo por la actitud. Yo fui un ganador por las ocho copas que gané. Si quedas segundo no te ven. En cuanto al aspecto técnico, creo que es esencial que en los entrenamientos, desde niños, los porteros jueguen también en otras posiciones. Mi entrenador Carlos Timoteo Griguol (quien me dio el mote) me ponía de delantero, por banda, de central…a los 6 años. Me hacía sacar en diez segundos. Todo eso me daba una agilidad y un toque de balón tremendos. Siempre fui un portero-jugador, no limité mi espacio a la portería. Era muy arriesgado, pero me encanta convivir con el peligro.

P: Con esa forma de jugar, ¿cuántas veces le han dicho “Germán, está loco”?

R: Me lo digo yo mismo a diario. Sin embargo, jamás he recibido ninguna crítica por parte de mis clubes. Soy un tipo muy metódico, me gusta hacer las cosas bien y ganar. Pero hacia fuera sale otra imagen. Yo iba todos los días dos horas antes al entrenamiento, y si no me moría de vergüenza. Llegaba antes que el utilero. Por eso mismo siempre fui uno de los líderes del plantel. Hasta me llevaba una bolsa enorme con mi ropa: cuatro pares de guantes, dos gorras, setenta cintas del pelo, una camiseta con la foto de mis hijos, dos pares de botas…La camiseta también me la llevaba a mi casa y la lavaba yo. El equipo sólo me ponía los pantalones y las medias. En ese sentido soy insoportablemente obsesivo.

P: Quizá su aspecto físico hacía pensar lo contrario. Por cierto, ¿cuándo dejó de ir a la peluquería?

R: Mi ‘viejo’ es peluquero. Nací dentro de una peluquería, aunque no lo parezca. Por eso mismo cuando Daniel Passarella, seleccionador de Argentina en el Mundial de Francia 98’, dijo que prefería que sus jugadores no llevaran el pelo largo, a mí no me costó nada cortármelo. Era un día más en la peluquería. Yo, por ejemplo, no entendí a Redondo, que dijo que no se lo cortaba y por eso no fue al Mundial. Fue muy criticado; negar a la selección argentina es terrible. Yo me habría cortado hasta los pelos del culo, si hubiera sido necesario. Pero bueno, al igual que por mi carácter, nunca ningún club me ha censurado mi imagen. Tampoco creo que lo hubiera permitido. Además, quien te contrata no es tonto: si te ve vestido de comunión y luego no vas así, se va a sorprender. Yo siempre fui igual: detesto el traje y la corbata, pero como no soy un maniquí, no me lo tengo que poner.

P: Y un rockero como usted, ¿cómo aguantaba las concentraciones antes de los partidos y la abstemia que conlleva todo deporte?

R: Porque me muevo en personajes. No tengo problema en adaptarme, en decir que no a la música o a ir a conciertos de amigos. Máxime si hay un objetivo que cumplir. Y hasta que no lo consigo, no paro. Para eso soy muy esquemático, y ésa es mi ventaja. Todos sospechan de mí, esperan que falle, pero al final les sorprendo haciendo bien mi trabajo. Eso también me ha ocurrido en la música, pero nunca me importó. Sé que vengo de otro lado, de la televisión, y que no nací con una banda de garaje. Pero lo bueno es que el músico me acepta. He tocado con gente que si no les gustas te dicen que no: Javier Vargas, Mago de Oz, Pancho Varona…

P: Al compaginar la música con ese mundo de la televisión y el deporte, tuvo que presentar sus tres primeros discos en ciudades diferentes: Buenos Aires, Mallorca y Madrid. ¿Sus músicos no se quejaban?

R: No, para nada. Yo les traía a España, no los llevaba a Irán (risas).Además, voy cambiando de músicos. Esto no nació como grupo, sino como mi proyecto, así que es un grupo solista. Eso lo refleja el nombre, GARB. Son las iniciales de mi nombre, Germán Adrián Ramón Burgos. Lo saqué de mi padre, que como vivíamos en una cuesta, tenía miedo a que el coche se le escapara y puso unas maderas detrás de las ruedas. Entonces se pintó en las maderas sus iniciales, RAB, de Ramón Arnold Burgos, en blanco y sobre fondo azul. No sé para qué hizo tanto escándalo, pero me dio la idea.

P: Después del verano, en torno a Octubre, quiere sacar su quinto disco. ¿Qué me puede adelantar?

R: Dinero no (risas). Será una línea más dura, más hard-rock. Habrá alguna balada para las chicas que se acerquen al concierto. Aunque a vernos a nosotros viene cada bulldog con cadenas… Las chicas guapas ven a Bisbal, a Alejandro Sanz y a todos éstos que hacen música rara (risas). Claro que la edad y la figura no acompañan. Aunque realmente eso va y viene, no me importa. Sé que puedo estar flaco; el año pasado bajé 8 kilos. Lo que pasa es que no quiero. Ya estoy casado (risas). En cuanto a la edad…Tengo 39 años, pero me veo encima de un escenario siempre, como los Rolling Stones.

P: Diga, ¿usted qué piensa de las incursiones en la música que han hecho jugadores como Agüero o Drenthe?

R: Lo pueden hacer, pero no tienen ni idea de música. El rap de Drenthe y la cumbia que hace Agüero no existen. Yo llevo toda la vida en esto. Abrí una puerta a la gente del deporte hacia el mundo del espectáculo. Recuerdo que en uno de mis primeros conciertos, en Cañuelas (provincia de Buenos Aires) en el 93, me pinté la cara con un corcho negro y me puse un gorro para que no me reconocieran, porque yo ya estaba jugando en Ferro. Por el calor de los focos, a los quince minutos se me borró todo y me vieron. Después, cuando ya estaba en River, me puse a pedir en una plaza cantando para una cámara oculta de televisión. Yo decía “una moneda, señora, que River no está pagando últimamente”, o “del fútbol sólo no se puede vivir”, y la gente se empezó a juntar. Es como si el portero del Madrid se pone en la Puerta del Sol. Aunque Casillas no lo haría igual. Quizá Julio Iglesias, que también es del Madrid.

P: Hábleme del Atlético de Madrid. Necesito que me explique cómo un tipo internacional con su selección y en Primera División con el Mallorca decide irse a Segunda.

R: Porque te enamoras del objetivo, del desafío de ascender. Y porque el Atleti es el equipo del obrero. Es más fácil ser del Madrid o del Barcelona; sabes que algún día van a ganar. Cuando llegué a Mallorca y vi las riadas de aficionados rojiblancos que iban al estadio, se me ponía el vello de punta. Había un sentimiento derrotista, pero incluso en Segunda División llenaban los estadios. Yo lo comparo mucho con Racing de Avellaneda, en Argentina. Además, a la hora de irme al Atlético de Madrid, influyó muchísimo el entrenador, Luis Aragonés. Yo sabía que si estaba él íbamos a quedar campeones. Y él sabía que si me llevaba a mí saldría campeón (risas).Y así pasó: desde el primer día fuimos primeros en la tabla. Luis quiere ganar siempre y nunca duda. Los que dicen que está viejo se equivocan, no lo conocen.

P: Cuando se enteró del cáncer de riñón, ¿cómo reaccionó?

R: Bien, porque fue un jueves y jugaba el domingo y quería que me operaran el lunes. No me dejaron y me operaron el sábado. Lo cogieron a tiempo. Tuve mucha suerte.

P: ¿Tu familia cómo se lo tomó?

R: Yo sigo con la misma onda positiva, estaba bien, sin dolor. El tema era decírselo a la familia, y hablé con mi madre y me preguntó: “¿Quién te va a operar?” y le contesté “No sé, mamá, creo que el doctor ve bien de un ojo” (risas). Me lo tomé con mucha filosofía positiva.

P: ¿El cáncer es el peor penalti que has parado?

R: Sí, pero es más complicado el asunto, porque no te enteras de lo que te dice el doctor. Luego, cuando estás en el hospital, te das cuenta de lo que verdaderamente pasa. Después de que me operaron no sentía lo mismo.

P: Tras el tumor la retirada…

R: Así es. El tumor del riñón fue fundamental. Tras la operación yo estaba bien físicamente, pero llegaba dos horas antes al entrenamiento y pensaba “¿qué hago acá tan temprano?”. Me sentía extraño, como si el futbolista me fuera abandonando. Luego se dijo que había intentado sobornar a Regueiro, jugador del Racing de Santander, aunque judicialmente se demostró que fue una broma. También dijeron que me llevaba mal con el entrenador, Gregorio Manzano. Pero nada de eso influyó en mi retirada. Simplemente, ya no tenía ganas de jugar al fútbol. Me llamaron de Arabia y me di el gusto de rechazarlo. Me pareció bárbaro lo que me ofrecían, pero no quise irme. No tenía ganas de seguir en la cancha.

P: Una pena para los árabes. Imagínese que allí rueda un anuncio como el que hizo aquí, saliendo de una alcantarilla en la Gran Vía madrileña para anunciar la vuelta de ‘su Atleti’ a Primera…

R: Sí, seguro que lo habría realizado. Yo soy del mundo del espectáculo, siempre he estado muy ligado a eso. La verdad es que ya no sé qué personaje hacer. No sé qué espera Almodóvar para llamarme.

(entrevista publicada en la revista "Deporte y gestión de Madrid" Nº 20, Julio/Agosto de 2008)

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Entrevista a Manuel Esteban y Tomás Roncero


A Tomás Roncero le delata la sonrisa con la que viste su saludo. Implacable en sus expresiones, el cuerpo le sigue para reafirmar lo que su boca exhala: un madridismo confeso que, en los últimos años, apenas sólo le da disgustos y le obliga a forzar más la mandíbula para mantener su faz alegre. Manuel Esteban, Manolete, es también rotundo en sus gestos. Bracea con insistencia en un orden casi siempre vertical para dejar bien claro que lo que dice va a misa, o al Calderón, según este colchonero de corazón, quien tiene en el feudo rojiblanco el templo de sus sueños y sus desvelos. Un seguidor del Real Madrid y otro del Atlético de Madrid, ambos acostumbrados a la discusión y al debate, separados por sus colores, pero unidos por el amor al fútbol y el convencimiento que en este deporte algo sobra: la violencia. Esta es la entrevista realizada a los dos periodistas de “As”:

Pregunta (P): Usted, Tomás, es del Real Madrid ¿me equivoco?

Tomás Roncero (TR): En absoluto. Más blanco que el Bernabéu.

P: Y Usted Manuel, evidentemente del Atlético ¿cierto?

Manuel Esteban (ME): Tenlo tan claro como que el Atleti es el mejor equipo de Madrid.

P: Sin embargo, ustedes son amigos.

TR: No me queda más remedio. El pobre Manuel se dio un golpe en la cabeza y mírale: está hecho uno más del Atlético. Le tengo que perdonar sus pecados e intentar llevarle por la buena senda del madridismo.

ME: A mí, fíjate, me pasa algo parecido. La gente descarriada me da algo de pena y siempre he sido generoso con los demás. Verdad solo hay una, es rojiblanca y a Roncero tengo que intentar enseñársela, aunque dudo de que algún día la vea.

P: Por lo visto, no dejan ustedes sus diferencias por los colores ni en una entrevista.

TR: Claro que no. Esto es lo más bonito que tiene el fútbol. Poder discutir con algún conocido en el bar de la esquina, en tu peña de amiguetes o en el trabajo aporta a este deporte una salsa sin la que sería bastante más aburrido. De hecho, presumimos de esa variedad. La afición en nuestro país es enrollada, latina, fresca, es, en definitiva, la representación de una forma de vivir natural y tolerante.

ME: Estoy totalmente de acuerdo. El fútbol es pasión, rivalidad, corazón y eso implica pasárselo bien discutiendo durante un partido con el que tienes al lado para, cuando el árbitro pita el final, irte con él a cenar y reírte a carcajadas de todo lo que ha sucedido durante ese encuentro. Todo lo que sea traspasar esa barrera de lo sano es de burros y gente que no merece un espacio en nuestra sociedad.

P: Entonces, ¿por qué tiene el fútbol esa fama de espectáculo violento?

ME: Es una mala fama que no se puede atribuir en ningún caso sólo al deporte por el deporte, al fútbol por el fútbol. Lo podemos comprobar con los chavalines que juegan cada fin de semana en los campos de toda España e incluso en los partidos que disputan los amigos a cualquier edad. Ahí no hay violencia. La violencia surge cuando insertamos el fútbol en un panorama social, cuando es la sociedad la que se une al fútbol y refleja, por lo tanto, todas sus miserias en un deporte. Pasa también en muchos otros espectáculos. No puede caerle al fútbol toda la culpa por ese estereotipo mal aplicado.

TR: Yo invito a otra reflexión que incluso va más allá de la que aporta Manolete. En los últimos años los casos de violencia en el fútbol, de vergüenza en este deporte, los han aportado los propios protagonistas del espectáculo y no tanto los aficionados a los que se les otorga el estereotipo de exaltados. Unos ejemplos: Rijkaard rompió un banquillo en el Lluís Companys de un puñetazo; jugadores de Valencia e Inter se lían a tortazos tras una eliminatoria de Champions League, los presidentes de Sevilla y Betis se enzarzan en discusiones subidas de tono por una simple foto. Son sólo unos cuantos casos que evidencian que la sociedad no tiene tanta culpa en esa mala imagen que se le quiere atribuir al fútbol. Las estrellas de este espectáculo son los que deberían reflexionar para dejar de creerse el ombligo del mundo y abandonar el egocentrismo que les impulsa a actos así.

P: Lo que dicen es cierto, pero no lo es menos que un aficionado pudo matar al entrenador del Sevilla, Juan de Ramos, por un botellazo en un partido de Copa del Rey.

TR: Sí, pero estoy convencido de que aquello no hubiera sucedido sin las provocaciones previas entre directivas. El ambiente estaba demasiado caldeado y ese acto de un necio fue sólo la consecuencia de un bochornoso comportamiento entre varios dirigentes que se desenvolvieron como dos miembros más de cualquier barra brava. Sea como fuere, son actos que se deben perseguir, no podemos dejar a los violentos impunes.

ME: Se deben perseguir tanto en la grada como en los despachos. Somos muchos los que llevamos tiempo reclamando sanciones duras contra los directivos que se comportan de manera grotesca, tal y como sucedió en los prolegómenos de ese Betis-Sevilla. Actuaciones así sólo sirven para alentar a los 50 imbéciles que acuden a un campo de fútbol con intenciones violentas. Si sus presidentes se permiten extralimitaciones verbales, ellos se sienten legitimados para sacar pecho y cometer las burradas que vimos en ese derby.

P: Quizá el primer fallo es permitir el acceso a los estadios a esos 50 violentos.

ME: Que no te quepa la menor duda y ahí son de nuevos los directivos del fútbol los que tienen que actuar, en ningún caso se puede responsabilizar al aficionado que acude a un campo.
Son los clubes los que permiten que los grupos ultras tengan cuartos donde guardar las herramientas con las que cometen sus tropelías, los que les facilitan carnés de socio a precios económicos, los que les ubican en gradas privilegiadas o los que les financian los desplazamientos. Hasta que no se consiga cortar el grifo de las gratificaciones a semejante chusma, no seremos capaces de avanzar seriamente para poner fin a la violencia en el deporte.

TR: Tampoco podemos dejar a los clubes solos delante de semejantes decisiones. También la ley debe actuar para criminalizar a todo aquel individuo inadaptado que pretende convertir el fútbol en una crónica de sucesos constante. El Estado posee una capacidad punitiva que debe esgrimirse con la máxima radicalidad posible para aislar al violento de cualquier deporte. Solo así conseguiremos que el fútbol deje de estar teñido por actos siempre aislados, pero nunca olvidables.

P: ¿Los medios de comunicación deben cambiar en algo para evitar la violencia?

TR: Está claro que podemos tener nuestra parte alícuota de culpa. Pero, sinceramente, no creo que sean los medios de comunicación los que alientan a la violencia en el fútbol.
Sólo reflejamos, siempre de manera muy comedida, la pasión que tiene este deporte. Si fuéramos totalmente asépticos, si no diésemos esa imagen de ímpetu que posee el fútbol nadie querría comprar un periódico o escuchar la radio o ver un partido por televisión. En general somos bastante honestos.


ME: En realidad solemos ejercer una función de barrera para frenar este tipo de actos violentos. Cuando detectamos que determinada actuación o determinado evento pueden alimentar la violencia, activamos los mecanismos necesarios para llamar a la calma, al sosiego y al espectáculo bien entendido; prever, en definitiva, cualquier desmadre de dimensiones incalculables.

P: Muchas gracias y que gane el mejor.

TR: Gracias a vosotros y seguro que ganará el Real Madrid. Siempre el Madrid.

ME: Gracias, pero no hagáis caso a Tomás. Si tiene que ganar el mejor, ese será el Atlético de Madrid.

(entrevista del periodista Francisco Javier Martín y publicada en la revista "Deporte y gestión de Madrid" Nº 14, Febrero/Marzo de 2007)

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Entrevista a Stefan Kovacs (1972)


Entrevista al entrenador rumano, nacido en 1920, que en la década del '70 con el Ajax holandés marcó una era de juego inolvidable y revolucionario.


-Señor... yo soy latino…

Esa fue la primera respuesta de Stefan Kovacs, el D.T. del Campeón de Europa, cuando le preguntamos si las entrevistas que él concedía a la prensa debían pagarse. Porque ya teníamos el antecedente inmediato y estábamos sobre aviso. Esas palabras, expresadas un poco con cancha, otro poco con comprensión, vaticinaban más que una entrevista un diálogo. Un diálogo abierto, sin condiciones, sin preguntas tabúes, sin límite de tiempo. A pesar de que estaba en la cancha desde las diez de la mañana con los hombres del Ajax, que hacía menos de catorce horas le habían ganado al Bayern Munich por 2 a 1 en partido de preparación con vistas a la Intercontinental.

A la una de la tarde, cuando todos los integrantes del plantel superior ya habían hecho sonar los escapes de sus respectivos prototipos sport, nos ubicamos cómodamente debajo de la tribuna principal del estadio del Ajax, donde Stefan Kovacs tiene su despacho permanente. Cigarrillos, whisky y un cordial “A sus órdenes, señor Valdés... dispongo del tiempo que usted estime oportuno…”.

-¿Cuál es su opinión acerca del rendimiento del equipo?

-Estoy plenamente conforme con el resultado. Buscaba en esta oportunidad efectuar un test de rendimiento de cada jugador, fundamentalmente en lo que se refiere al segundo tiempo.

-¿Por qué “al segundo tiempo”?

-En el segundo tiempo de los partidos es donde se aprecia claramente el estado físico del jugador y la repercusión que una mala preparación trae acarreado en la recuperación de los hombres. Fíjese que lo hice con toda intención. Hace poco decidí someter a todo el plantel a dos entrenamientos fuertes; muy fuertes, diría yo. A las veinticuatro horas juegan con estos alemanes, que por algo son campeones en su país. Termina la primera parte sin abrirse el marcador; van en pérdida parcial al promediar el segundo tiempo y finalmente ganan por dos a uno. Es una prueba que deja satisfecho a cualquiera, máxime teniendo en cuenta que ese mismo -no equipo había jugado tres días antes en Alemania, y en a propia cancha del Bayern les hicimos cinco. Siete goles contra uno en dos partidos es algo significativo, creo yo... ¿no?

-¿Encuentra al Ajax "a punto" o le falta algo aún?

-El equipo está bien preparado, pero le falta. No ha llegado todavía al ciento por ciento de su rendimiento. Estará a punto -no lo dude- para los partidos contra Independiente.

-¿Por qué Cruyff jugó más retrasado que como lo hace habitualmente?

-Cruyff es un hombre polifuncional. Juega en cualquier sector de la cancha y es capaz de desempeñar a satisfacción cualquier misión que se le encomiende. Porque es Cruyff los marcadores rivales tienen la obsesión de marcarlo arriba, de no dejarlo mover. Al ubicarlo más retrasado hay una triple ventaja:
1) El queda más libre, con mayor facilidad de movimientos y desplazamiento. Puede explotar la extraordinaria precisión que tiene su pase de larga trayectoria.
2) Los marcadores tienen dos alternativas: o dejarlo solo en el fondo (en cuyo caso se amplía la libertad de movimientos y el panorama de cancha) o encimarlo como siempre. En este último caso hay dos hombres menos que defienden dentro del área. Y no pierda de vista que en ese caso se hará más difícil que nunca aguantar al Ajax. Porque Suurbier llegará con mayor facilidad, Keizer explotará mejor su pierna izquierda, Muhren podrá sacar el taponazo desde la medialuna con menos piernas que defiendan...
3) El pique sorpresivo, la corrida de cuarenta metros, arrancando del fondo y llegando a la línea de gol al mismo tiempo que la pelota que llega bombeada desarma a cualquier defensa. Y tenga en cuenta que Cruyff, jugando a veinte o más metros del área rival, hizo un gol, ayudó a convertir el segundo y estuvo a punto de meter al tercero...


-¿Cuál es el régimen de trabajo del Ajax?

-Depende de la época del año. En circunstancias normales el sistema es el siguiente: los lunes hay entrenamiento liviano, de 40 a 60 minutos, dividiendo el plantel en dos grupos, según hayan jugado o no en el fin de semana; luego del entrenamiento, sauna, duchas y masajes. Los martes se hacen dos sesiones de training (por la mañana y por la tarde) de una hora y media cada una. El miércoles es el día libre en forma total, porque es el momento en que el organismo del jugador se encuentra físicamente apto y mentalmente dispuesto para aprovechar la vida familiar, con su mujer y sus hijos. Quiero aclararle que este régimen es imposible seguirlo durante la disputa de la Copa de Europa, ya que los partidos se juegan precisamente los días miércoles. Los jueves se reanuda el entrenamiento, sobre la base de caminatas y corridas fuera del estadio, generalmente en los bosques y parques que rodean a Ámsterdam. Los viernes un training de una hora en horas de la tarde y los sábados por la mañana otro training final de 60 minutos. Pero mire... acá viene lo más importante. El sábado yo formo el equipo. Hay, previa discusión con los jugadores, cambio de ideas acerca del match y de cómo se encuentra cada uno. Nada de misterios. Nada de indecisiones. Cuando ellos se van para sus casas ya saben quién juega y quién no. Eso brinda tranquilidad de espíritu y crea sentido de responsabilidad.

-Haciendo un promedio, ¿cuántas veces por semana juega el Ajax en un año?

-Dos partidos, pero hay veces en que juega hasta cuatro partidos semanales.

-¿De qué plantel dispone?

-Actualmente de 17 jugadores. Quince de primera categoría y dos juveniles de 18 y 19 años, respectivamente, que están equiparados a los consagrados.

-Para jugar contra Independiente, ¿le gustaría reforzar la defensa?

-Yo estoy conforme con el equipo que tengo. Es parejo, luchador y técnicamente se encuentra en un nivel aceptable.

-¿Le parece que la velocidad de retorno de Blankenburg es suficiente para descontar el terreno que en el pique le puedan sacar los delanteros argentinos?

-Blankenburg es un buen jugador. Por otra parte es el último de la línea de fondo y la contención de la delantera de Independiente es cuestión de planteos tácticos, de la forma de esperarlos en la marca...
Por otra parte, sí bien Blankenburg no será tan ligero como otros, es un hombre que espera a pie firme -siempre lealmente- y es difícil pasarlo.


-¿Cuál es su opinión acerca del fútbol sudamericano?

-Mire, yo por fútbol sudamericano entiendo dos zonas geográficas: el Río de la Plata y Brasil. Con diferentes influencias en el fútbol mundial según las épocas. Del año 50 para atrás hubo predominio rioplatense. Para adelante, los brasileños están en el "top". Lo que nadie me saca de la cabeza es que en todo el mundo, entiéndame bien, en todo el mundo no hay mejor fábrica de jugadores que el Río de la Plata. La materia prima es única, increíblemente valiosa. Y una cosa curiosa: muchas veces los propios latinoamericanos no se dan cuenta de lo que tienen entre manos; hay una subestimación y una falta de valoración evidente. No por ignorancia, sino por idiosincrasia o forma de ser. Individualmente considerado, el jugador argentino es insuperable...

-¿Y de Brasil qué?

-Sería ilógico negarle a Brasil el enorme mérito que desde hace más de 20 años viene poniendo de manifiesto. Que por otra parte lo ha demostrado con hechos concretos. A Brasil lo veo ahora como el país más fuerte en materia futbolística. Ejemplares en lo que se refiere a preparación física, a la aplicación de las tácticas modernas del fútbol, integrándolas a la agilidad nata del jugador brasileño. Y tres títulos mundiales son tres títulos mundiales...

-¿Le tiene miedo a la mentada violencia del fútbol rioplatense?

-Los rioplatenses son tan leales y a la vez tan fuertes y tan hombres como los europeos, como los africanos o como los esquimales. Ocurre que se ha creado una falsa imagen acerca de todo eso, pero en realidad lo que pasa es que hay otras razones de por medio. Pero voy a ir por partes, porque quiero ser bien claro en esto.
Primero: no es verdad que los sudamericanos jueguen brutalmente; que prefieran al puntapié alevoso o la disminución física del rival en forma premeditada. Son hombres como otros cualesquiera sometidos a los vaivenes de un partido de fútbol, a tolerar un buen o mal arbitraje, a saber no escuchar a la tribuna; en definitiva, dependiendo de su propio carácter, de su fuerza moral, de su comprensión o de su tolerancia.
Segundo: el público latinoamericano es más correcto que el público europeo. Yo he estado en México presenciando el último Campeonato del Mundo. Argentina no estuvo, pero estuvieron Perú, Brasil, el propio México, Uruguay... En ningún momento ví nada raro, nada fuera de lo común. Quedé admirado con la corrección y cordialidad del latinoamericano, dentro y fuera del estadio.
Acerca de estos dos puntos yo ya he hablado con mis jugadores, sobre todo para que no se dejen influenciar por noticias e informaciones tendenciosas, que son bastantes, por cierto.


-¿A qué se refiera cuando habla de informaciones tendenciosas?

-A eso iba. Mire, mi amigo, ¿sabe lo que pasa? hay muchos interesados en que Argentina no sea la sede del Campeonato del Mundo de 1978. Hay demasiados intereses creados y demasiadas ambiciones personales de por medio. Tratan por todas las vías de presentar una imagen falsa de la presunta violencia argentina para de esa manera incorporar un elemento en contra de la nominación definitiva. No importa que la realidad demuestre otra cosa. No importa para nada, ni cuenta el ejemplar comportamiento desde hace dos años de los cuatro finalistas de la Libertadores; no cuentan tampoco la falta absoluta de antecedentes en materia de partidos disputados dentro del marco de la Copa del Mundo, y eso a pesar de que los rioplatenses tendrían argumentos de sobra para haber perdido la calma... ¿O es que ya no se acuerdan de Inglaterra-Argentina y de Uruguay-Alemania en Londres del 66, con expulsiones increíbles y penales evidentes no cobrados? Pero no se preocupe usted porque esos mismos que presentan en Europa las imágenes aisladas de esa seudo violencia rioplatense son los mismos que se olvidan de hechos más recientes sucedidos en Europa. Y me refiero por ejemplo a la lata de cerveza que le abrió la cabeza a Boninsegna, jugando contra el Borussia; o a la lucha grecorromana que tuvimos que presenciar el año pasado entre el Red Star y el Sparta; o a la invasión de los alcoholizados escoceses en el Nou Camp de Barcelona, jugando contra el Dynamo de Moscú... Mire, yo no critico ni dejo de criticar. Solamente constato hechos imparcialmente, sin apasionamientos. Y le repito: todo esto forma parte de una política destinada a desprestigiar el fútbol argentino. Y en parte está en los propios argentinos el demostrar con hechos (como lo vienen haciendo) que las cosas son diferentes.
Creo en el fútbol sudamericano y creo en Argentina. Le digo más. Como integrante de la Federación de Fútbol de Rumania -mi país- apoyé con mi voto la nominación de la Argentina como sede del Campeonato del Mundo. Y estoy seguro de que voté bien. ¿Y ahora me permite usted que yo te formule una pregunta?


-Cómo no, de acuerdo...

-¿Para qué países va destinado este reportaje?

-Fundamentalmente para Argentina, Uruguay y el resto de América del Sur.

-Bueno... pero mire que si desea publicarlo en Europa puede hacerlo mañana, eh...

(entrevista del periodista Jorge Valdés, de Radio Nederland, Holanda, en Agosto de 1972)

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