Ante los cambios realizados por Blogger, tiempo atrás, y que afectaron la plantilla de este blog hay textos largos que no se mostrarán totalmente. La solución a dicho inconveniente es hacer click en el título del artículo y así se logra que se muestre el resto de la entrada. Muchas gracias y disculpas por la molestia ocasionada.



Se puede disponer de las mejores instalaciones y contratar a los mejores jugadores del mundo, pero la llave del éxito la tiene el entrenador.

(STEFAN KOVACS [1920-1995], entrenador húngaro, recordado por su gran paso en el Ajax de Johan Cruyff)

seguir leyendo...


Yo tengo una costumbre cuando tomo un plantel, les digo: Muchachos, todos suplentes. Cuando yo los pongo, no me agradezcan, no me regalen nada, pero cuando los tengo que sacar hay que aguantársela... porque si no los voy a pelear en la mitad de la cancha, eh... Yo 'paro la chata' desde el vamos.

(JORGE "el Indio" SOLARI, ex jugador y entrenador argentino)

seguir leyendo...


Ramón 'Cabezón' Mifflin Páez era entrenador de Sport Boys de El Callao y un día le pidió a los dirigentes que contraten a un delantero extranjero para que refuerce el ataque de su equipo, que llevaba varias fechas en preocupante sequía goleadora. El presidente 'rosado' decidió incorporar a un delantero argentino que fue suplente del famoso artillero Martín Palermo en Estudiantes de La Plata. Durante la conferencia de prensa de presentación del nuevo futbolista porteño, Mifflin se acercó a un periodista que cubría el evento y le preguntó quién era el jugador, de qué jugaba, qué perfil tenía, si era goleador y de qué club venía.
El reportero, muy sorprendido por la consulta del 'Cabezón', le respondió que se trataba de Martín Fúriga (foto), que era delantero, que su pierna fuerte era la izquierda, que solía meter goles cuando reemplazaba al 'Loco' Palermo y que jugaba en Estudiantes de La Plata antes de recalar en El Callao. Mifflin escuchó las referencias, se quedó tranquilo, después hizo uso del espigado Fúriga en cuanto partido pudo del torneo local, pero el ariete rioplatense no marcó gran diferencia y volvió a su país al poco tiempo.
Hasta hoy el periodista se pregunta a sí mismo como el entrenador de Sport Boys no sabía nada de su nuevo pupilo en el año 2001.

seguir leyendo...


El fútbol es siempre un juego de riesgos. Tenemos que asumir esos riesgos. Después de ciertos éxitos en mi carrera, decidí venir aquí. Me siento muy contento de estar en medio del fútbol turco. El fútbol turco ha hecho un gran progreso y está subiendo en Europa. Soy un hombre de trabajo. Vine aquí a trabajar y todo el mundo lo verá durante los dos años. Por mi carácter, siempre intento lo mejor.

(LUIS ARAGONÉS, entrenador español, declarando en Julio de 2008 a "Marca" los motivos que lo llevaban al Fenerbahçe turco, en donde estuvo hasta Junio de 2009)

seguir leyendo...


El fútbol es un juego muy sencillo. Son los jugadores los que lo hacen complicado.

(GORDON STRACHAN, ex jugador y entrenador escocés)

seguir leyendo...


Llegué a Montevideo en Diciembre de 1973 y tras una reunión con Miguel Restuccia, un dirigente como pocos, solucioné me incorporación a Nacional.
En los primeros días de Enero de 1974 me instalé en Montevideo y trabajaba no menos de diez o doce horas por días. Del Parque Central a Los Céspedes y de nuevo al Parque. Así todos los días... Supervisábamos el trabajo de todas las divisionales. Me encontré con una camada de notables jugadores... Juan Ramón Carrasco, el "Polilla" De Los Santos, Rafael Villazán, Hebert Revetria, Miguel Caillava, José María Muniz, Martín Taborda, Adán Machado, Ricardo Pagola... También en las divisiones menores había jugadores de gran calidad. Recuerdo a Alberto Bica y a Daniel Enríquez -hoy gerente deportivo del club- que militaban en la sexta división y directamente, sin escalas los ascendí a la tercera. Los dos terminaron coronándose campeones del mundo con Nacional. Todos ellos verdaderos profesionales.
Cuando me hice cargo del plantel, solamente Hebert Revetria había debutado en primera, los demás procedían de las divisiones formativas del club. Unas divisiones formativas que supimos dignificar, gracias a nuestro trabajo y principalmemte a la maestría del gran Miguel Restuccia. Le dábamos de comer a ochenta chicos por día en el Parque Central. Se compraban y se tomaban ochenta litros de leche diarios. Porque primero los chicos tienen que comer y después jugar. Si no comen, no pueden entrenar y mucho menos jugar... Es mentira que pueden hacerlo sin alimentarse correctamente, como por otra parte, deben hacerlo los verdaderos deportistas. Y es mentira, porque indirectamente los estás matando... Hoy la mayoría de los futbolistas surgen de las villas de emergencia. Además los chicos llegan con 10 u 11 años a los clubes y a esa edad necesitan alimentarse para desarrollarse, lo necesitan también para estudiar y por supuesto para jugar al fútbol. A esa edad del desarrollo, a mí no me preocupa el 4-4-2 o el 4-3-3... Quiero que tengan a su disposición buenos botines, agua caliente en el vestuario, calefacción en los dormitorios y la alimentación correspondiente en los comedores. Toda la vida entendí que esto es lo primordial y fundamental que deben cubrir los conductores de jóvenes... Y así lo llevamos a cabo en Nacional. Formamos a verdaderos hombres que hoy tengo la dicha de llamar amigos.

(MIGUEL IGNOMIRIELLO, entrenador argentino, recordando su paso por Nacional de Montevideo, en Tenfield Digital del 27 de Mayo de 2008)

seguir leyendo...


Gabriel Ochoa Uribe fue el entrenador colombiano y profesional en medicina deportiva que, a partir de los años 60, revolucionó al fútbol de su país. Una tarea que impulsó luego con mucha mayor efectividad, el argentino Osvaldo Zubeldía. Ochoa Uribe, nacido en Medellín el 20 de Noviembre de 1929, comenzó a jugar en Unión Indulana de Medellín, para luego pasar al fútbol grande de América de Cali y Millonarios de Bogotá, y en el América de Río de Janeiro. Como entrenador se destacó por su estrategia y fuerte personalidad. Fue técnico de Millonarios, Independiente Santa Fe y el seleccionado de Colombia en varias etapas que van de 1963 a 1985.
Entre sus conceptos acerca del fútbol del ayer y el de hoy, Ochoa Uribe, toda una enciclopedia de este deporte, expresa:
1) “Todo es diferente, absolutamente todo; en 1960 jugamos con un 4-2-4, yo fui el primer entrenador en Colombia en introducir ese sistema, que usó Brasil cuando fue campeón del mundo en 1958. Hoy en día jugamos otra cosa, 3-5-2, 4-4-2, 4-3-3, el líbero con stopper, con doble stopper, en fin, un sinnúmero de sistemas que han venido sucediéndose”.
2) “La parte más importante de aquella época murió, el trato y el manejo a la pelota, manejar las puntas. Ya no hay más punteros. Hay espacios para velocidad y se usa el 4-5-1 pero con cuatro defensores a la altura de los 25 metros, con cinco volantes, dos de marca, dos volantes en las puntas, uno de creación y arriba un hombre que lucha solo con cinco adversarios”.
3) “Hoy se juega con una gran condición física, con una excelente táctica-estrategia defensiva y con un ataque por sorpresa. La fundamentación técnica, que es el tercer pilar del fútbol, ha desaparecido. Se juega en bloque. Solo deslumbra Messi, luchando contra muchos defensores. Y gana. Por eso es el mejor del mundo”.

seguir leyendo...


A mis jugadores les daba una variante del mismo mensaje todos los sábados a las tres menos de diez: 'Ahora mismo le pegaría un tiro a mi abuela con tal de conseguir los tres puntos esta tarde'. Así sabían lo importante que era que se dejaran la piel por la causa. Siempre sin excepción. Por eso mi abuela vivió más vidas que mi gato.

(BRIAN CLOUGH [1935-2004], célebre ex jugador y entrenador inglés y su opinión sobre la victoria)

seguir leyendo...


Traté de ver a los Spurs un partido por televisión en mi hotel ayer, pero me quedé dormido.

(ARSENE WENGER, entrenador del Arsenal, opinando en 2008 acerca del tradicional rival de los 'gunners')

seguir leyendo...



El entrenador trabaja, en buena medida, para reducir su propia incertidumbre.

(JORGE VALDANO, ex jugador y entrenador argentino)

seguir leyendo...


Es como esas amas de casa que con cien pesos al mes visten a los chicos, les dan de comer y los mandan a estudiar. Don Ángel puede armar un equipo muy digno pese a todos los inconvenientes económicos, y además con un gran respeto por la categoría individual de cada jugador.

(ROBERTO FONTANARROSA [1944-2007], recordado humorista argentino, opinando sobre Ángel Tulio Zoff, ex jugador y entrenador argentino, emblema de Rosario Central)

seguir leyendo...


Hasta Al Pacino va a un casting, pero el 'Tolo' Gallego no quiso charlar para ser técnico de River. No hay duda, es más grande que Al Pacino.

(JOSÉ MARÍA AGUILAR, ex Presidente de River Plate, ironizando en 2008 acerca de la negativa del ex jugador y entrenador de la institución a conversar acerca de la posibilidad de volver a dirigir al plantel millonario)

seguir leyendo...


Figo ya puede venir a Barcelona tranquilo, porque ahora el enemigo público número uno soy yo. Yo respeto mucho al Barça, nunca olvidaré lo que me dio los cuatro años que estuve aquí, pero se ha creado alrededor mío algo que ya creo que es imposible transformar en positivo, y está claro que acabaré mi carrera sin entrenar al Barça.

(JOSÉ MOURINHO, entrenador del Inter de Italia, opinando sobre su relación con el público catalán, ayer tras eliminar al Barcelona de la final de la Champions League)

seguir leyendo...



¿Qué es un buen entrenador? Un buen entrenador es uno que tiene buenos jugadores.


(MICHEL PLATINI, presidente de la UEFA, -2009-)

seguir leyendo...

Cosas del fútbol (Pablo Pedroso - Argentina)


El Pelado Goenaga hace ya más de un año que es el Director Técnico del equipo. ¿Y qué le puedo decir después de lo que pasó? Uno es un ser humano, Macaya, y a veces se equivoca.

Si él me conoce bien…

Lo que pasó, pasó y ya está. Son cosas de los partidos. Yo lo entiendo al Pelado y estoy seguro que él me entiende a mí. El problema, Macaya, fue que el Pelado nunca estuvo como hoy.

¡La verdá, la verdá, le digo! Si siempre fue un tipo de lo más tranquilo. Uno sabía que la procesión la llevaba por dentro. Cualquiera se daba cuenta de sólo ver cómo faseaba durante los partidos pero nada más. Nunca fue de ponerse como loco y a los gritos como hacen otros, o como él hizo hoy. Ojo que no estoy diciendo que no tenga carácter. Al contrario, si cuando tuvo que levantar en peso alguno, lo hizo sin dudar. Ya sea en el entretiempo, al final del partido o en los entrenamientos. Eso sí, en la intimidad del plantel. Nada de salir a ventilar los quilombos afuera del vestuario. Es más, hace tres fechas cuando nos comimos cuatro goles en Rosario, le digo que nos cagó a pedos a todos. Pero a todos, eh.

A los que jugamos el partido, a los suplentes, a los lesionados, ni uno se salvó. Pero siempre como un señor, con respeto y haciéndose respetar. Yo no sé qué le habrá pasado hoy. Nunca lo vi tan sacado, Macaya, se lo aseguro. Ni cuando zafamos raspando del descenso en el campeonato pasado. ¿Qué sé yo qué le habrá agarrado? El Pelado estaba distinto desde el primer minuto. Hasta el Negro García, que juega de lateral por la derecha me dijo que escuchaba sus gritos y sus indicaciones.

Yo entiendo que si a los quince minutos del primer tiempo ya te comiste dos pepinos y ves que te están cascoteando el rancho, muy tranquilo no podés estar. Pero lo del Pelado no tenía nombre: “¡Correlo, correlo, correlo!”. Me gritaba cada vez que se escapaba un tipo. Y si lo alcanzaba y recuperaba la pelota: “¡Llevala! ¡Por afuera! ¡A un toque! ¡Por afuera!”. Todo me decía. Y para colmo lo tenía pegadito, ahí nomás. “¡Tocá y picá! ¡Tocá y picá! ¡Seguilo! ¡Seguilo!”. ¿Me explico? Doble me lo decía, con repetición. ¡Y no paraba, eh! Si cuando yo me mandaba más al centro, un poco por las jugadas y otro poco para escaparme del Pelado, me gritaba para que juegue junto a la raya: “¡Robles! ¡Robles! ¡Jugá por afuera, Robles! ¡Jugá por afuera!”.

Le juro Macaya que no veía la hora de que termine el primer tiempo para poder pasar del otro lado y no escucharlo más. ¿Me entiende Macaya? ¿Y cuál era el único nombre que sabía? El mío: “¡Corré Robles, corré! ¡No lo pierdas Robles! ¡No lo pierdas! ¡Vamos Robles! ¡Vamos Robles!”. Mire cómo estaría de sacado que el cuarto hombre lo tuvo que cagar a pedos al Pelado porque más de una vez, de la locura, no se daba cuenta y se metía dentro de la cancha... No es para justificar pero póngase en mi lugar Macaya. ¿Usted sabe lo que es?

¿Cómo puede uno estar con el bocho frío si de afuera están todo el tiempo dale que dale gritándole lo que tiene que hacer? Le juro Macaya que estaba insoportable. No podía concentrarme en el juego. Más me hablaba y más cagadas me mandaba. Para colmo el Piojo Funes, el wing del otro equipo, me obligaba siempre a jugar ahí, junto a la de cal, cerca de donde estaba el Pelado. “¡Ojo con ese! ¡Ojo con ese! ¡Que no se te escape! ¡Que no se te escape!”. No se cansaba de gritarme. “¡Anticípalo! ¡No lo dejés jugar! ¡Robles! ¡No lo dejés jugar!”. Y él no se cansó. El que se cansó fui yo.

Fue una situación desafortunada. Entiéndame Macaya. Estaba solo, casi en la línea, cuidando la pelota y tenía a dos de ellos, atrás mío que me taladraban los tobillos queriendo sacarme la bocha. No se acercaba nadie para descargar y el Pelado ahí, a centímetros, gritándome: “¡Cuidala Robles, cuidala! ¡No la pierdas, Robles! ¡No la pierdas!”.

Yo no sé que pasó pero no soporté más y le pegué. Lo único quería era que se callara. Sé que fue una piña tremenda pero no fue mi intención golpearlo de verdad, ni bajarle los dos dientes que le bajé ni nada de eso. No puedo creer que esa persona fuera yo, Macaya. Por eso, si me permite, quiero aprovechar la oportunidad que usted me brinda para pedir perdón públicamente y en especial a la familia del Pelado. Ahora mismo salgo para la clínica donde lo internaron. Me avisaron que recobró el conocimiento así que espero que me pueda recibir. Le agradezco nuevamente esta oportunidad y sólo me resta por decir, y le pido que me entienda Macaya, que esto que pasó son cosas del fútbol, ¿vio?

(Un agradecimiento especial a Pablo Pedroso, autor de este cuento, por su autorización para publicarlo en "Los cuentos de la pelota". Muchas gracias Pablo!!)

seguir leyendo...


Usted lo sigue al nueve por donde vaya. Y si tiene que reventar la pelota a la tribuna, la revienta. Después, cuando los periodistas le pregunten, les dice que yo lo mandé a jugar así.

(MIGUEL IGNOMIRIELLO, entrenador argentino -foto-, dirigiéndose a Daniel Tagliani el día que éste debutó en Banfield, en 1970 ante Gimnasia y Esgrima La Plata)

seguir leyendo...


Zagallo es un patriota, y yo admiro a los patriotas. Patriota es aquel que conduce a su país adelante. Zagallo siempre hizo lo que pudo para llevar a Brasil adelante. Esto demuestra que no esconde ante nadie que es patriota. Él dice con coraje lo que piensa.

(SERGIO NORONHA periodista brasileño, opinando sobre Mario 'Lobo' Zagallo)

seguir leyendo...


No vamos a hacernos el harakiri porque el árbitro se equivocara esta vez a nuestro favor.

(RAYMOND DOMENECH, seleccionador francés, tras negarse a pedir disculpas a Irlanda después de que Thierry Henry facilitara con la mano el gol que clasificó a los galos para Sudáfrica 2010)

seguir leyendo...


Por lo que hablé con Daniel (Passarella), yo creía que iba a ser el técnico de River. Daniel dijo que tenía millones para armar un gran equipo, esperemos que cumpla con la gente. Tengo muchas ganas de dirigir a River, siempre, por más que esté quien esté. Algún día voy a volver. La gente quiere que vuelva... Hace ocho años que no dirijo River, imaginate cuántos campeonatos hubiera ganado si habría estado en el club.

(RAMÓN ÁNGEL DÍAZ, ex jugador y entrenador de River Plate, candidateándose, una vez más, para dirigir a la institución de Nuñez)

seguir leyendo...


Los jugadores no pierden el respeto al entrenador, lo pierden al Valencia, no lo considero una falta de respeto hacia mí. Lo más importante es la rectificación rápida, no se puede permitir la falta de respeto al Valencia, al club que te paga. Tienen que saber siempre que hay un club y que hay intereses por encima de los individuales. No se puede volver a repetir. No voy a permitir ninguna falta de respeto al escudo; podemos ganar, perder o empatar, pero nunca podemos perder el respeto.

(UNAI EMERY, entrenador vasco del Valencia, refiriéndose al incidente con el jugador argentino Ever Banega luego del partido que perdieron ante Mallorca por 3 a 2)


seguir leyendo...