Ante los cambios realizados por Blogger, tiempo atrás, y que afectaron la plantilla de este blog hay textos largos que no se mostrarán totalmente. La solución a dicho inconveniente es hacer click en el título del artículo y así se logra que se muestre el resto de la entrada. Muchas gracias y disculpas por la molestia ocasionada.



La actitud está por encima de cualquier sistema táctico.

(CARLOS BIANCHI, ex jugador y entrenador argentino)

seguir leyendo...


La segunda fecha del campeonato francés de 1974, cumplida en horas de la noche del domingo 10 de Agosto, será siempre inolvidable para Carlos Bianchi. Actuando como centro delantero del Reims de Francia, quebró todas las marcas galas en un solo partido, al anotar seis goles, cuatro de ellos de enorme calidad, al París Saint Germain, que paradójicamente abrió el marcador, pero que cayó finalmente por 1-6.
Marginado en forma inexplicable de la selección argentina al Mundial de ese mismo año en Alemania, la cabeza de Bianchi ya enseñaba, por esa misma época, una progresiva calvicie, aspecto físico que el jugador compensaba con una frondosa y bien cuidada barba.
No habían transcurrido dos meses de aquella auténtica hazaña, cuando la fatalidad se cruzó en la brillante carrera deportiva de Bianchi en Europa. La Unión Sindical de Periodistas Deportivos Franceses programó un partido amistoso entre el Barcelona de España y un combinado del Reims y el París Saint Germain. Poco antes de iniciarse el juego, la policía, sin dar noticia de ello a los 48.000 aficionados presentes en el estadio, retiró dos poderosas bombas dinamiteras instaladas en uno de los baños del escenario deportivo.
El juego fijó su atención en el duelo entre Cruyff, figura del onceno ibérico y la columna vertebral del Reims, integrada por los argentinos Larraigne, Santamaría y Bianchi.
En los primeros 40 minutos el partido respondió con creces a las expectativas: dos goles de Cruyff, un gol de Marcial y otro de Carlos Bianchi.
Pero en el minuto siete de la parte final, la suerte del incipiente calvo argentino cambió radicalmente. Bianchi lanzó en profundidad una pelota que también salió a disputar el veterano zaguero catalán Gallego, quien al trastrabillar en el campo húmedo, fue embestido por el argentino a plena velocidad. Bianchi, tendido boca abajo, al igual que Gallego, quedaron inermes sobre el campo.
Bianchi miró su pierna izquierda y pidió auxilio. La asistencia fue inmediata, con el técnico del Reims, León Desmenez, a la cabeza. Como consecuencia del golpe, fractura de tibia en el tercio medio y doble del peroné. Por fortuna, ninguna de las tres, cerca de articulación alguna. Gallego experimentó hundimiento de varias costillas.
Todos los asistentes al Parque de los Príncipes prodigaron una cerrada ovación a Bianchi al salir en camilla y permanecieron en respetuoso silencio los 38 minutos restantes del partido. Irónicamente, el delantero centro argentino debía recibir, tres días después, el Botín de Oro del fútbol francés, luego de consagrarse, con 30 goles, máximo anotador del año anterior, 1973.
Algo más de tres décadas atrás el pase de Bianchi, hasta antes de la lesión, estaba cotizado en un millón de dólares.

(tomado de la página "Arco triunfal")

seguir leyendo...


En Carlos Bianchi se destaca la simpleza para dirigir; una vez me dijo que él prefiere darle a los jugadores una orden sola para que la cumplan, y no diez para que cumplan cinco.

(ROBERTO PERFUMO, ex futbolista y entrenador argentino)

seguir leyendo...

Cómo liderar, motivar y obtener éxitos (según Carlos Bianchi)


Carlos Bianchi es uno de los directores técnicos de fútbol más ganadores del mundo, pero su vitrina de trofeos quizá no exhibe su credencial mayor, aquella de la que se valió para conquistar el reconocimiento unánime: su habilidad para conducir, motivar y conseguir buenos resultados.
No es un gurú del management ni un especialista en recursos humanos. Sin embargo, en una charla realizada, en el Paseo La Plaza, unos 450 dirigentes de empresas lo escucharon con veneración, cautivados ante sus definiciones sencillas, concisas, llenas de sentido común y, fiel a su manera de ser, cargadas de buen humor.

Para el ex-técnico de Boca Juniors la clave del éxito se apoya en cinco conceptos:

1) disponer de gente inteligente;

2) ser un profesional ciento por ciento, al margen del dinero que uno perciba como remuneración;

3) pensar siempre en el grupo más que en uno mismo;

4) dar el ejemplo ante los demás en todo momento,

5) respetar a todos por igual, desde el más jerarquizado hasta el más novato de los dirigidos.

La primera frase que dejó este hombre de Villa Luro, que dejó sus estudios de chico para trabajar en el kiosco de diarios de su padre para luego brillar en el fútbol, abrió un gran silencio que se extendió durante las dos horas y veinte minutos que duró la reunión. "Ustedes esperarán que hoy sea un maestro, pero yo odio dar lecciones. Uno puede ser un ejemplo, pero nunca un maestro. Trabajar con un grupo siempre es difícil, porque los grupos son frágiles y delicados. Pero dando el ejemplo se logra mucho más en todos los órdenes de la vida", dijo ante una audiencia joven, mayoritariamente masculina, entre las que se contaban ejecutivos de distintas empresas.

Enseguida, desgranó sus ideas principales, algunas de ellas acompañadas por experiencias de su vida deportiva, pero aplicables a lo que sucede hoy en cualquier empresa privada:

La gente: "Lo más importante es tener gente inteligente, y este concepto abarca a todos los demás, porque el tipo inteligente piensa siempre primero en el grupo antes que en él. Ser inteligente es dejar de lado el ego personal, es dar el ejemplo y respetar a todos por igual. Es ser el primero en empezar a trabajar y el último en irse. Una vez, como técnico, en Italia, un jugador apareció un día con una moto Harley Davidson, al día siguiente con un Mercedes Benz y al otro con una Ferrari. ¿Qué le podía decir yo a alguien así?", disparó.

La motivación: "El solo hecho de ser profesionales nos tiene que alcanzar para motivarnos. Pero cuando le hablamos a nuestra gente tenemos que utilizar las palabras justas y tomar conciencia de que nuestros nervios y responsabilidades se contagian. Hay veces en que hay adrenalina suficiente y no hace falta motivar".

Trabajar en grupo: "Lo imprescindible en un grupo es que tenga actitud positiva. Hay que hacerle comprender al grupo que todos son importantes. Cuando les hacemos sentir a todos que son valiosos, ahí se obtienen los resultados. Hay privilegiados, pero son pocos, tal vez el que hace los goles o el que los evita, pero es fundamental que todos sientan que no hay tratos diferentes, desde el pibe que acaba de ascender al plantel superior a la estrella mejor paga".

El líder: "Hay tres clases: el pasivo, que tiene demasiado respeto por sus pares -así era yo como futbolista- y no dice todo lo que piensa; el negativo, que siembra maldad para imponerse y siempre está descontento, y el positivo, que discute lo mejor para todos y llega siempre primero. Ahora bien, el líder sabe que tiene el poder, pero el poder no lo tiene que hacer equivocar. Hay que ser muy medido con el poder. Se debe respetar a todos por igual y no infundir respeto a través del miedo. El jugador o las personas que ustedes dirigen deben poder expresarse, pero sin desubicarse, ahí está la frontera. Una vez un jugador se me largó a llorar antes de una final. Yo lo respeté".

Las situaciones críticas: "Si las cosas no van bien, el líder no debe hacerlas más negras. El ambiente debe ser siempre el mismo. Es quien dirige quien crea el clima de trabajo. Si nos va mal no nos tenemos que poner pesimistas, la vida sigue. Yo soy de sonreír y sonreír hace envejecer más tarde. Si en una oficina dos o tres empleados no se hablan, las cosas no pueden salir bien".

La comunicación: "Hay que hacerle comprender al jugador que uno es sincero, que no le miente. Hay que ir de frente, que no desconfíe. No hay que darle la posibilidad de que nos reproche nada".

¿Les grita a sus dirigidos?: "Hay que gritar sólo cuando es necesario. Recuerdo que me enojé mucho una vez. Habíamos ganado 6 a 2 a Huracán en cancha de Boca, pero los jugadores los sobraron haciéndoles "ole". Les faltamos el respeto y eso no corresponde. Entonces, me encerré en el vestuario y ahí sí me escucharon (risas)".

Las personas conflictivas: "A aquellos que piensan más en lo individual que en lo personal se van o los dejo ir".

El rival: "Nunca hay que provocar al competidor, porque generamos que le salgan el orgullo y la bronca de adentro con más fuerza que antes. Si respetamos al adversario, ganamos puntos. Si lo menospreciamos, lo ponemos de pie".

Antes de la ovación final, dejó expuesto no sólo su criterio como conductor sino también su calidad humana. Dijo “que si uno de sus dirigidos tiene una adicción o pasa un mal momento psicológico haría lo posible para sacarlo y hacer que vuelva a creer en sus capacidades". Que los objetivos de su vida son llegar a los 80 años de edad con su mujer, Margarita, hacer bien su trabajo y ver a sus nietos casarse.

Por último, tres frases que lo pintan de cuerpo entero:

* Con sólo ser un profesional sirve para estar motivado

* Nada enseña más que dar el ejemplo

* El mejor líder es aquel que piensa en los demás.

Fuente: Fernán Saguier - De la Redacción del diario La Nación




seguir leyendo...


Somos ingratos con nuestros padres, que se mataron por nosotros, ¿no va a haber alguien que pueda ser ingrato con un tipo que hizo unos goles o entrenó un equipo?

(CARLOS BIANCHI, ex futbolista y entrenador argentino)

seguir leyendo...


Perdimos porque el campo estaba helado.

(CARLOS BIANCHI, ex entrenador del Atlético de Madrid, tras un partido jugado bajo el rigor del invierno en Pamplona (¿por dónde jugaba Osasuna daba el sol?)

seguir leyendo...


Por lo que demostró en Boca y en Vélez, en la Argentina no existe un director técnico que pueda atarle los cordones a Carlos Bianchi.

(JULIO CÉSAR FALCIONI, ex jugador y técnico argentino, refiriéndose al "Virrey" en el año 2003)

seguir leyendo...


–¿Cuál es el secreto de sus equipos?

–Yo creo que soy un entrenador simple. No complico las cosas. Jugué al fútbol antes que ellos y trato de no complicarle la vida al jugador. Sólo le pido que cumpla con lo que le explico, que no es nada que no pueda hacer. El sistema de juego lo hago yo. La personalidad del equipo la doy yo. Yo creo que cualquiera que vea jugar a mi equipo se da cuenta enseguida de que lo dirijo yo. Mis equipos tienen Características puntuales. Me atengo a los jugadores con los que cuento y a las necesidades del equipo en cada momento.

–¿No es de los que planifican partido por partido?

–No, no... Tampoco según el adversario. A mí me gusta que el equipo tenga determinadas características y juegue como yo quiero contra quien sea. Quiero que se parezca a lo que yo era como jugador. Por eso les digo siempre: “Yo puedo aceptar cualquier cosa, que jueguen bien o mal, que sean un desastre; pero nunca les voy a aceptar que no dejen todo dentro de un campo de juego”. Ellos comprenden muy bien que, si no lo dan todo, conmigo están en falta. Eso es lo que yo llamo actitud. Usted puede jugar bien o mal, pero el equipo dentro del campo de juego tiene que tener una actitud positiva, tiene que ir a buscar el partido, aunque se presente un día en que no esté jugando bien o que el adversario lo supere, porque eso puede pasar. Pero en la cancha hay que intentar por todos los medios jugar el partido de igual a igual.

–¿Debe el equipo transmitir la personalidad del entrenador?

–Cada uno piensa como quiere... Yo, una vez, escuché decir a un entrenador italiano que estaba tranquilo cuando su equipo no tenía la pelota. ¿Cómo? Yo quiero tener la pelota los 90 minutos si es posible. Ahí estoy tranquilo. Si la tengo yo, el rival no juega, no me puede hacer ningún gol.

(CARLOS BIANCHI, técnico argentino, brindando su opinión al diario "Página 12" del martes 16 de Diciembre de 2003)

seguir leyendo...



Primero, antes que nada, quiero ver si puedo dirigir mi casa.

(CARLOS BIANCHI, técnico argentino, respondiendo ante las últimas ofertas para volver a dirigir en Argentina)

seguir leyendo...


Al vestuario entran pocos. A la charla técnica, nadie.

(CARLOS BIANCHI, ex jugador y técnico argentino, 2001)

seguir leyendo...


Prefiero repetirme a contradecirme. Sólo los estúpidos no cambian de opinión.

(CARLOS BIANCHI, ex jugador y técnico argentino, -2000-)

seguir leyendo...

Yo no me voy a amargar la vida por perder un partido o un campeonato. Un drama es no llegar a fin de mes o tener un hijo enfermo. Todo lo demás se soluciona.

(CARLOS BIANCHI, ex jugador y técnico argentino, 1995)

seguir leyendo...

No sabía que había medalla para el segundo puesto.

(CARLOS BIANCHI, ex técnico de Boca Juniors, tras la derrota ante el Once Caldas en la final de la Copa Libertadores de 2004)

seguir leyendo...