¿Qué es la mística?
Está dada en la educación y en el fruto de todo un proceso revolucionario que cambió el fútbol argentino, que cambió las clases de equipos chicos a grandes y que demostró en la última década que hay una transfusión sanguínea exclusiva, prioritaria en Estudiantes sobre otros clubes.
¿Lo de transfusión lo hablás por la Bruja?
Verón es un devoto de Bilardo. Y en Verón resucita el cuadro de Zubeldía, de su padre, de Madero... Verón se ha convertido en un "nuevo líder religioso". Verón es un líder joven en un país que se quedó sin liderazgo en todo sentido.
¿Delegás tus esperanzas en ese líder?
Estudiantes en la Copa Libertadores rindió como equipo. La imagen es el comportamiento grupal en el partido de Belo Horizonte. Me gusta que sea en un mundo de fantasía, medio marciano, ideal para un cuento de hadas.
¿Hay similitud entre este Estudiantes y el del 68?
-Son distintos. La del 68 era una situación casi bélica, porque se vivía el inicio de algo que terminó siendo una guerra, y ahora el show le gana a la guerra. Esperemos que el show le dé la razón a la historia.
(OSVALDO PRÍNCIPI, periodista deportivo argentino, desnudando su pasión ‘pincharrata’ en el Diario “Olé” del Miércoles 16 de Diciembre de 2009)
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Una vez contó Carlos Bilardo, que aquel plantel de Estudiantes pagaba premio doble a los que no se achicaban en el estadio Centenario. "Cuando repartíamos la plata de los premios, decíamos: 'vos fuiste para adelante en el Centenario contra los uruguayos así que tomá', y le pagábamos doble. Es que jugar contra Nacional y Peñarol en Uruguay era bravísimo", recordó Bilardo hace años en una entrevista.
Los duelos de Estudiantes y Nacional se convirtieron en clásicos de aquellas copas. Luis Artime con la blusa alba, y Juan Ramón Verón con la albirroja, eran los símbolos de cada equipo. "La Bruja" Verón recuerda que "con aquel equipo de Estudiantes era posible todo. El temperamento de Pachamé y Bilardo, el vigor y la personalidad de Aguirre Suárez y Malbernat. La base éramos todos muchachos jóvenes que veníamos jugando juntos desde las inferiores. Lo habíamos tenido a 'Pichón' Negri de técnico y después nos agarró Osvaldo Zubeldía. Él le impuso a Estudiantes todo un estilo. Le ganamos el campeonato a Racing en 1967 y para nosotros no fue ninguna sorpresa. En el ataque, junto con Ribaudo y Conigliaro, creo que ya hacíamos lo que después llamaríamos el fútbol total. Jugábamos sin posiciones fijas y se nos acoplaba el 'Bocha' Flores. Yo no exagero: lo dijo el mismo Rinus Michels, el técnico de Holanda en 1974. Él declaró que había sacado cosas del Estudiantes nuestro".
(tomado del blog “Club Nacional de Fútbol”)
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¿Qué características debe tener un técnico ideal?
Saber escoger los jugadores, saber claramente qué es lo que quiere con ese grupo y que ese grupo entienda perfectamente qué es lo que quiere el técnico. Tiene que haber una comunión perfecta. Que el grupo entienda el mensaje.
¿Con qué técnico del mundo se identifica?
Ferguson. Me encanta la forma como dirige sus equipos, como para los equipos en la cancha. Un referente mío para ser entrenador fue Carlos Salvador Bilardo, un hombre campeón del mundo, un hombre trabajador, un hombre honesto. Un hombre que vino a Colombia y enseñó muchísimo.
¿Qué es lo que más recuerda de Bilardo?
Lo que más recuerdo del 'Profe' es que vino y nos demostró que había un gran material humano, que tenía una gran condición en el jugador colombiano, pero faltaba acondicionar esa gran condición a la exigencia, a la concentración, al trabajo mañana y tarde, al profesionalismo, al respeto por una camiseta, por una institución. Cinco o seis años después tenemos la fortuna de jugar el Mundial del 90 con jugadores y técnicos de Bilardo. Las clasificaciones al Mundial del 90, 94 y 98 son el fiel reflejo del paso de Bilardo y Zubeldía y ahí es un punto de partida del fútbol colombiano, ahí el fútbol colombiano se parte en dos. Antes de Bilardo y Zubeldía y después de Bilardo y Zubeldía.
(FERNANDO “El Pecoso” CASTRO, ex jugador y entrenador colombiano en el portal “Fútbolred”)
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No se le ocurra meter un gol antes de los seis minutos porque nos quedamos sin récord. Nosotros tenemos que estar en todas las conversaciones, en las buenas y en las malas. Después de los seis minutos hagan lo que quieran…
(JORGE VALDANO, recuerda aquel 28 de Marzo de 1990 donde la Selección Argentina estaba a punto de batir el récord de tiempo sin conseguir goles y Carlos Bilardo, su entrenador, los aconsejaba en la charla previa al partido amistoso contra Escocia, en Glasgow)
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Uno de los grandes árbitros que dio el fútbol argentino es Roberto Goicoechea, quien dirigió, entre 1959 y 1975, un total de 374 partidos de Primera División, y fue el representante argentino en el Mundial de Inglaterra de 1966.
Entre sus recuerdos del arbitraje, decía que en Brasil, se hizo amigo de un colega, Duicidio Vanderlei Boschilia (en la imagen, observando a Pelé), con quien dialogaba mucho acerca de temas de la profesión, en especial de cuando era el momento de sacar la tarjeta amarilla y de cuando comenzar con la roja.
"Un domingo, a Vanderlei le tocó arbitrar en San Pablo -rememoraba Goicoechea- era un partido muy duro. Amonestó a uno, a dos, a tres, a cuatro, a cinco. Hasta que se cansó. Entonces, se acercó al medio de la cancha y les dijo a los capitanes: '¿Ven? Esta es la tarjeta amarilla. No la uso más'. Y ahí nomás, la rompió. No lo podían creer".
En lo personal, Goicoechea contaba que en los años '60 le tocó dirigir Ferro-Estudiantes de La Plata. En Ferro jugaba el temperamental "Chamaco" Rodríguez, y en Estudiantes el inefable Carlos Bilardo: "Apenas se inició el encuentro, Bilardo lo planchó a Rodríguez. El de Ferro lo miró como para matarlo. Al rato, nuevamente Bilardo le dio duro, pero el "Chamaco" no reaccionó. Hasta que vino un córner. Cayeron los dos y Bilardo quedó abajo. Rodríguez sacó una derecha que le dio justo en el ojo a Bilardo, el que inmediatamente se le inflamó. Los eché a los dos. Ahí fue cuando Rodríguez se me acercó y me dijo: 'Está bien, me voy, pero contento. ¿Usted vio cómo le quedó el ojo? ¡Ese no me carga más!"'
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Fuiste grande con una pelota en los pies y dentro de la cancha, pero fuera sos lamentable, miserable, un tipo soberbio y un autoritario patotero que sólo se agranda cuando gana.
Esta clasificación no hay que festejarla porque fue patética. Es hora de decir basta y dar un paso al costado, Diego. Te quieren llevar porque fuiste grande en una cancha. Pero hay que asumir responsabilidades. Porque el lugar que estás ocupando vos se lo serruchaste al “Coco” Basile. Sabés bien cómo fue la maniobra. Bilardo es el verdadero estratega de esta clasificación argentina, el único que se merece esto.
Es una de las peores performances de todos los tiempos, estadísticamente. Ya nos avergonzó en 1994 con la famosa efedrina que no se la puso nadie, se la puso él. Esto no es un mensaje de un líder y lo acuso porque se levanta a las 5 de la tarde para empezar a entrenar. Este Maradona está a kilómetros de distancia de lo que era.
(LUIS VENTURA, periodista de espectáculos, pegándole al DT de la Selección Argentina en la apertura del programa “Intrusos en el espectáculo”, que se emite por el canal “América”, el jueves 15/10/09)
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Casamiento de Diego Maradona en el estadio "Luna Park" en 1989. Estábamos con algunos jugadores y periodistas. Viene Carlos Bilardo y le dice a José Luis Brown que se pare al lado de Ciro Ferrara, que estaba en un estrado.
Vuelve y otra vez. “¿Qué pasa, Carlos?”, preguntamos. “Quiero saber bien la altura de Ferrara para ver si lo puede tomar en un córner en el Mundial del año que viene”.
Un Bilardo auténtico.
(EDUARDO "Ruso" RAMENZONI, periodista de TyC Sports)
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Carlos Salvador Bilardo, quien como director técnico del seleccionado Argentino de fútbol consiguió una Copa del Mundo en México 86 y un subcampeonato en Italia 90, siempre se caracterizó por ser un entrenador minucioso que "estaba en todas", y que no pasaba detalle por alto ni dejaba circunstancia librada al azar.
Como muestra bien puede destacarse una actitud que el discutido técnico tuvo poco después que la Argentina igualara en dos tantos con Ecuador, como visitante, por la Copa América de 1983. Ese año el campeonato de selecciones sudamericanas se desarrollo por zonas y con partidos de "ida y vuelta" y no en un país que oficiara de sede, tal como aconteció en las últimas ediciones.
Tras el empate, Bilardo devolvió a la firma "Le Coq Sportif" -por ese entonces proveedora de la ropa deportiva de la selección- todos los pantaloncitos designados para el primer equipo, y pidió que se los cambiara por otros que poseyeran un bolsillo en la parte posterior.
"Quiero que cada jugador lleve allí dos o tres rodajas de limón" -se justificó el entrenador ante la prensa-, "cuando jugamos en Quito no tenían bolsillos, y Miguel Ángel Russo llevó pedazos de limones en dos bolsitas plásticas, que colocó junto a uno de los postes de Nery Pumpido y al lado del banderín de la media cancha".
Claro que el mediocampista albiceleste no contó con la "viveza" de los chicos alcanzapelotas, quienes desde el anonimato aportaron lo suyo para colaborar con el combinado nacional y, de paso, disfrutar de unos ricos y refrescantes trozos de cítricos.
"Cuando la altura empezó a secar las gargantas -prosiguió Bilardo-, todos pedían un pedazo de limón y no había más. Eso no volverá a pasar si tenemos bolsillos en los pantaloncitos".
Cabe destacar que en su primera época al frente de la selección Bilardo aún no contaba con los prácticos servicios del polifuncional masajista Miguel Di Lorenzo, popularmente conocido como "Galíndez".
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Traicionar la belleza del lunfardo,
con la hartura del simple aburrimiento,
es mentir a los pibes con el cuento
de Clemente y Capello, de Bilardo.
Colocar los porteros a resguardo,
y perder los balones en el viento,
es cerrarle cerrojos al talento,
y ensuciar el escudo del tabardo.
Son las mentes cuadradas sin Redondo,
las que abrancan grilletes en las botas,
y silencian los poetas de Macondo.
El pensar un rival en la pelota,
apoliya a la Doce, que en el fondo
de las gradas, se añapa en la derrota.
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Bilardo es como Berisso; está detrás de la plata.
(DIEGO MARADONA, "atendiendo" a Carlos Bilardo y haciendo alusión a la localidad cercana a la capital de la Provincia de Buenos Aires)
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La mujer es como un jugador: si no quiere en determinada posición, no hay que insistirle.
(CARLOS BILARDO, ex jugador y entrenador argentino)
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Es inútil comparar a Messi con Maradona porque un jugador como Diego no nacerá nunca más.
(CARLOS SALVADOR BILARDO, Director General deportivo de la AFA, opinando el 8/1/09 acerca de una comparación inevitable)
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Me reventaban el frente a piedrazos hasta que me avivé: antes de cada Mundial ponía el cartel “SE VENDE” y, más tarde, ya con todos los partidos encima, le agregaba otro de “VENDIDO”.
Igual cuando perdimos contra Camerún, en Italia ´90, nos tiraron de todo.
(CARLOS BILARDO, recordando lo que ocurría con la casa que tiene en el Bajo Flores cuando era entrenador del seleccionado nacional)
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Durante una concentración, cuando era entrenador de Estudiantes de La Plata, mientras miraba un partido por televisión escuché que desde otra habitación gritaron como locos ¡goool!
Fui corriendo a ver porque pensé que también se transmitía otro encuentro; pero cuando entré vi que ¡estaban jugando a los video games con la Play Station mientras se disputaba un partido del campeonato argentino!
Además, para colmo de males, cuando ingresé Marcelo Carrusca se distrajo mirándome y le metieron un gol. ¡Ay nene, en la cancha siempre te pasa lo mismo!, le dije.
(CARLOS BILARDO, ex futbolista y entrenador argentino)
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Fue la peor derrota de mi vida. Incluso Bilardo nos advirtió que si llegábamos a perder otra vez y quedábamos eliminados en la primera fase, él mismo iba a tirar abajo el avión con tal de no volver a la Argentina...
(SERGIO BATISTA, ex internacional argentino, recordando la derrota con Camerún en Italia '90)
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