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No lo necesitamos, tenemos a un arquero joven que va a ser figura: Jaime Tejeda.

(Dirigentes de Universidad de Chile despreciando a Roberto "Cóndor" Rojas -en la imagen-, quién había quedado sin club, en el año 1982)

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Cuando un equipo anda bien, no anda mal; y viceversa.

(MARIANO PUYOL, ex futbolista chileno, considerado uno de los máximos ídolos de Universidad de Chile de todos los tiempos, haciendo gala en 1985 de una inusitada filosofía socrática)

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Contento por mi debut, lo hice bien y por suerte pude lesionar a Francescoli.

(LUIS “Chiqui” CHAVARRÍA, ex futbolista chileno, participó en las Eliminatorias de Francia 1998, concretamente en un partido entre Chile y Uruguay, que finalizó con victoria para Chile por 1 a 0 y en el que lesionó al crack oriental)

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Tendría que estar muerto de hambre para jugar en Colo Colo.

(ARTURO SALAH, ex jugador, ex entrenador y símbolo de Universidad de Chile -1980-)

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Si le tengo que dar una patada a Marcelo Salas, se la voy a pegar nomás.

(GARY MEDEL, declarando la semana previa a debutar profesionalmente en Universidad Católica frente a Universidad de Chile en 2006. Entró, pegó, se ganó la amarilla y el reemplazo en el entretiempo)

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Como darte las gracias José Marcelo (José Miguel Guerrero Meza - Chile)


"Su rodilla no da para más”, esa fue la explicación que se deslizó entre sus cercanos. La cuestión es que después de cortos 15 años de carrera, José Marcelo Salas colgó definitivamente los zapatos de fútbol.

El Matador pertenece a esa casta de jugadores capaces de hacer felices a millones con solo tocar la pelota con su exquisita zurda. Una vez escuché: “Zamorano consiguió todo con esfuerzo, Salas lo hizo con clase”, que verdad más potente.

Lo que Marcelo Salas hizo dentro de la cancha es casi imposible explicar. José Marcelo Salas Melinao, es sin duda el mejor delantero de la historia del fútbol chileno, superando a Caszely, Sánchez, Landa, Zamorano y compañía, pero compararlo con otros jugadores es un ejercicio demasiado fácil, por ahora prefiero recordar su talento, su magia, su capacidad para lograr las lágrimas de hinchas y enemigos.

El espadachín de Temuco nació con una estrella que lo hizo distinto, por dónde paseo su zurda asesina provoco admiración. Bautizado "Matador" esa tarde que vacunó al archirrival y con tan sólo 19 años, meses después le dio un título, esperado por más de 25 años, a su equipo de siempre.

Explicar lo que hizo Salas es casi imposible, cómo explicar la categoría de sus goles. Sus corridas por Wembley, el Nacional, el Monumental de River, el Olímpico de Roma o Delle Alpi, no hay caso, Salas siempre hizo lo que quiso y como pocas veces me sentí orgulloso de ver a un jugador como él vistiendo esa casaquilla roja con la estrella en el pecho.

Hace tiempo escuché que “la selección chilena del 98’ era la mezcla perfecta de garra y calidad” y viendo con distancia lo que ocurrió en esa cita mundial no hay dudas que es verdad. Iván Zamorano y compañía entregaban el corazón, el tesón del chileno esforzado, que siempre tuvo que poner el doble para alcanzar lo mínimo para vivir, que sufrió hasta el último día de su vida para ver feliz a su vieja. Y por el otro lado, estaba él, un indiecito de tez blanca, frente arrugada y una zurda temible, aunque no lo parecía. Sí, ese mismo que dejó preguntándose a Cannavaro ¿por dónde cresta cabeceó? O como dijo Pedro Carcuro: “Se subió a una escalera mágica”. Magia, eso es lo que tiene el Matador, magia… podríamos quedarnos en eso, en magia, pero no es la mejor definición de lo que hizo Salas.

“Salas y River campeón, Salas y River Campeón, River Campeón, River Campeón”, escuchamos acá, al otro lado de la cordillera cuándo el shileno pasó a escribir su nombre entre los ídolos del equipo millonario. Sin embargo, no se contentó con eso, sino que siguió dando que hablar. “El fenómeno, el fenómeno, que golazo fenómeno”, gritaban cuando dejaba al portero colombiano del Atlético Nacional metido dentro del arco, mascando pasto, mientras el ‘Diablo’ Monserrat salía detrás de Salas para felicitarlo.

Rodilla al pasto y dedo al cielo, como diciendo “vengo de allá, del cielo, llegué para hacerte feliz”.

Decirte “Gracias Matador” es poco, lo que tendría que agradecer es que tuve la suerte de verte jugar en tu mejor momento, de presenciar frente a la TV y con una cerveza la final de la Supercopa, ante San Pablo y como con la derecha vacunaste a los negros, que no entendían como un chilenito era capaz de poner de rodillas a argentinos y brasileños, los dos dictadores del fútbol.

No sabes cuánto me molestaba cuándo imbéciles sin olfato futbolístico decían que estabas gordo, lento, que ya no sabías con la pelota. Cuántas veces te defendí y eso que tú me hiciste llorar muchas veces, me hiciste morder el polvo, como esa vez, cuando con tu gol (adelantado o no) nos pasaste y me dejaste con el apelativo de segundón para siempre. Aún te recuerdo corriendo con tus mechas tiesas hacía tu barra y gritando desaforado, sabiendo que lograbas un campeonato y, como tantas veces a lo largo de tu carrera, te instalaste en el rincón de los grandes.

¡Qué gol más maldito! Lloré, lloré como nunca.

Cuando tres años después haces lo mismo, pero ahora contra Uruguay, también lloré, pero de alegría. Hiciste la misma corrida, pero esta vez grité como nunca. Te hincaste en el suelo y acompañado por Víctor Hugo, nos abrías la puerta para Francia 98.

Cuántas veces lloré gracias a ti, no todas fueron felices. Ya venías de vuelta, peleabas la final con mi equipo y tú Espadachín nos vacunaste y nos robaste el campeonato invicto. ¡Ay Marcelo! Si algún día te pilló en la calle juro que te preguntaré cómo lo hacías.

Contra Perú… uhhhh, ¿te acuerdas cuando Valerio te tiró una patada de picado, envidioso de no poder contar con un iluminado como tú en su equipo? y usted, gigante, de frente tomaste la roja con la estrella en el pecho y se la enrostraste.

¿Sabés lo que decía yo ese mismo momento en el estadio abrazado a un tipo que nunca más en mi vida vi? ¡Vamos al Mundial conchesumare, vamos al Mundial! Cuando nuevamente volvía a botar lágrimas de hombre feliz.

Marcelo nunca podré terminar de agradecerte lo que hiciste por este idiota por la pelota. “Saben ustedes aún no dimensionan lo que es Marcelo Salas para el fútbol chileno”, dije con un tono filosófico hace unos días a unos pendejos, quienes a pesar de Internet y la tecnología, no saben nada de fútbol y se quedan en su exitismo de hincha imbécil.

No sabes cuánto me hubiese gustado verte con la casaquilla de mi equipo, sé que era imposible, tendríamos que haber nacido de nuevo los dos para que esto ocurriera, pero que va, al menos compartimos la nacionalidad, ambos sabemos que esa bandera provocaba las mismas sensaciones a los dos. Si para ese Mundial parecíamos un coro de quince millones de personas y las lágrimas aparecían de nuevo.

"El poeta del gol", así te decían en Roma, cuándo un imbécil sueco no te quería mucho y aún así te mandaste quince 'pepas', y eso que te hacía jugar bien lejos del área, aunque conocías el puesto, porque muy pocos saben que tú empezaste de 10, pero te enseñaron a celebrar los goles y no celebrar los de otros, una vez que empezaste no paraste más y Eriksson pudo ponerte de arquero y aún así harías goles como bestia.

Tu calidad se notaba más y eso, que cuando volviste a Sudamérica, ya no jugabas tanto. Ese gol a Liga Deportiva por la Libertadores. ¡¡Qué golazo mierda!!

Vi tú último partido, fue una cosa rara. Con mi hermano chuncho como pocos, decidimos ir a verte. Sentíamos en el ambiente que pasaría algo y claro que pasó. Dos pepas, una demostrando que te pueden tirar una piedra, pero igual te encargarías de pararla de pecho y marcar el gol. El segundo, solo fue fortuna, pero había que estar ahí y eso lo hacen pocos.

Ahora estoy en el Nacional, tú casa, despidiéndote para siempre de las canchas. Adiós y muchas gracias don José Marcelo, pero antes, antes de que te pierdas para siempre por esa escalera en la que muchas veces subiste para vacunar rivales, quiero que me digas: ¿Cómo puedo agradecerte?

Explícame cómo darte las gracias por todo José Marcelo Salas Melinao.

(un gracias inmenso a José Miguel por su generosidad al cederme este hermoso relato sobre el implacable goleador chileno)

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Impresiones después del clásico (Samuel Orellana - Chile)

a Natalia


Lo dejamos todo en la cancha.
Fue un lindo partido aunque un poco trabado.
Lamentablemente no pudimos concretar.
El estado de la cancha no nos favoreció.
Hubo un par de ocasiones para convertir
pero los goles se hacen, no se merecen.
Resultó imposible sostenernos con un hombre menos.
El arbitraje por ahí no estuvo a la altura.

Hay que seguir trabajando durante la semana.
Contamos con la confianza del técnico.
Se nos viene un duro rival.
Todavía dependemos de nosotros.


(Un especial agradecimiento a la gentileza de SAMUEL ORELLANA (Maipú, Chile, 1978) Licenciado en Filosofía por la Universidad de Chile, quien permitió la publicación en este blog de los poemas pertenecientes al libro "Gol de Oro", editado en el año 2004)

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La “chilena” de Castec (Mauro Vidal - Chile)


"La jugada partió con un saque desde el fondo. Oscar Wirth le pega fuerte hacia la banda lateral, y ahí la agarra…"… Mira al suelo y después al cielo, como buscando en los rincones secretos de la memoria. Hasta que encuentra.

"Ah sí, la toma Bigorra. Entonces el 'Flaco' la acomoda, levanta la cabeza y mete un pelotazo como de 50 metros para Manolo Rojas"…

Por si alguien no sabe o no se acuerda, vale la pena aclarar que el hombre habla de un amistoso entre la "Roja" y Argentina que se jugó un 18 de Septiembre de 1980 en Mendoza y que terminó empatado a dos.

Y por si todavía alguien no sabe o no se acuerda, también vale la pena aclarar que el gol de empate definitivo fue una obra de arte ejecutada y cristalizada por Sandrino Castec, que se dio el gusto de perforar el arco defendido por Ubaldo Matildo Fillol (uno de los mejores arqueros argentinos después de Amadeo Carrizo) con una espectacular "chilena" que dejó con la boca abierta a medio estadio.

El relato sigue su curso y el momento del lujo técnico se acerca: “Ese día la gente fue a ver a Maradona y terminó aplaudiendo a Rojas. Es que la rompió el 'Chico', jugó tremendo… Pero bueno, la cosa es que Manolo agarró la pelota en el aire, y antes que bajara le dio de primera. Le salió un tiro súper potente y Fillol se mandó una de esas atajadas que lo hicieron famoso…”

Habla pausado, acaso como repitiendo una historia que, de tanto contarla pierde su gracia. Pero no. Porque esta sí que fue gracia. Una grande e inolvidable.

"Pensé que la pelota iba a salir por encima del travesaño, pero como el tiro fue tan potente, Fillol le colocó las manos y salió un rebote raro, porque el balón empezó a subir y a subir, haciendo una pequeña curva en su caída…"

Ahora se levanta para explicar mejor. Con una mano muestra en el cielo un punto imaginario (la pelota) y con la otra apunta hacia un arco, también imaginario.

"Yo estaba en el borde del área grande de espaldas a Fillol, y cuando la pelota venía bajando lo pensé y me animé a darle de 'chilena'… Calculé, salté y le pegué… Entonces sentí que la había agarrado llenita y antes de tocar el pasto giré y alcancé a ver que entraba. Sería un mentiroso si dijera que la quise clavar ahí donde se metió, pero la regla número uno de un delantero es estar preparado para aprovechar cualquier oportunidad. Y eso hice…"

Se ríe. Pero también hace una mueca como de hastío.

“Es que, después de tanto tiempo, no falta el envidioso que me dice que todavía estoy cobrando por ese gol. ¡Putas que hay gallos mala clase! Afortunadamente, la mayoría de las veces la gente me saluda con cariño y respeto. Incluso los que son colocolinos, porque me reconocen lo que hice en la Selección…”

Así pasa la mañana. Una mesa, un café y fútbol, excusas perfectas para estirar la conversación hacia lo obvio, como el partido que viene con Argentina, la vida, etc.

Está tranquilo Castec, embarcado a los 44 años en la escuela de fútbol que desarrolla la Universidad de Chile en las canchas del estadio “El Llano”, donde comparte cada domingo con niños que van desde los 6 a los 16 años y que escuchan atentos sus enseñanzas.

Pero cuando llega la hora de hablar de la "Roja", se acomoda y larga: " No me convence su esquema, que por lo demás no tiene nada de novedoso. Si es la misma escuela de la Católica, de Carvallo, aunque diga que no le gusta el '10´ clásico y que su estilo es jugar para adelante, buscando el arco contrario… "¿Tapia en la delantera? A ojos cerrados debería ser Pinilla, porque tiene toda una temporada en el cuerpo y es guapo hasta los tobillos. En cambio Tapia, con suerte, ha jugado dos partidos en Francia… Por eso te digo que realmente no sé lo que va a pasar el sábado. Y por supuesto quiero que ganemos. Sería lindo empezar así para reencantarnos con la Selección, pero por ahora es sólo un sueño".

De acuerdo Sandrino. Es un sueño. Pero por ahí los sueños se cumplen, como esa vez en que uno de nuestros delanteros se dio el gusto de perforar el arco defendido por Ubaldo Matildo Fillol con una espectacular "chilena", y dejó con la boca abierta a medio estadio en Mendoza. Si hasta parece un cuento de fútbol…



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Universidad de Chile es una marca... Colo Colo es Chile.

(GABRIEL RUIZ-TAGLE, empresario chileno, Presidente de Blanco y Negro, empresa que administra a Colo Colo, respondiendo el 23/10/08 a Federico Valdés, Presidente de la Universidad de Chile quien había manifestado que “el nombre de la U, le agrega más valor a un producto que Colo Colo”)

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Caídos en desgracia (clubes grandes con archivos chicos)


A lo largo de su historia tuvieron todo dado para festejar, pero la sucesión de fracasos y extraños hechos de diverso tipo los transformó en los antihéroes del fútbol mundial. Estos son los elegidos-

No nacieron un martes 13 ni son un producto genuino del vudú. Sus hinchas tampoco rompieron una producción en masa de espejos en el día de su fundación. O tal vez sí, porque de manera casi inexplicable, estos clubes entraron en el imaginario popular por ser víctimas de una especie de conjura eterna.

Son clubes enyetados, resignados a que les sucedan las cosas más increíbles, clubes que se doblan, se achican y se retuercen en un sufrimiento no perecedero, pero que no quiebran (al menos, sentimentalmente) y ante cada fracaso sólo aumentan la pasión de sus hinchadas, todas ellas multitudinarias.

Son clubes que ven cómo sus rivales ganan mientras ellos pierden de las formas más ridículas, que aceptan que sus mejores jugadores se van y sólo llegan peores, que si llegan a traer grandes nombres inevitablemente presencian cómo son devorados por fantasmas que nadie tiene idea de cómo entraron, mucho menos de cómo hacer que se vayan.

Es la liga de la malaria. La misma a la que pertenecía el Chelsea que, hasta la llegada de Mourinho en 2003, hacía 50 años que no ganaba nada, con planteles riquísimos.

Es la misma liga a la que pertenecía -¿o pertenece?- el Inter, otro de planteles inigualados, gestor de derrotas increíbles como la del 5 de mayo de 2002 en la última fecha, el mismo Inter que se pasó 16 años sin salir campeón, que echó más técnicos que ninguno (con Moratti padre e hijo), y que cuando por fin logró el título este año, tuvo que cancelar los festejos previstos porque el Milán le arruinó la fiesta al ganar otra Champions con dos descartes interistas: Pirlo y Seedorf. Es la misma liga por la que pugnó para entrar el Bayer Leverkusen (2° en Bundesliga, Copa y Champions 2002) y donde estaría Inglaterra, si se contaran selecciones: siendo los inventores del fútbol, nunca pudieron ganar ni una Eurocopa, y el único Mundial que festejaron, hace 41 años, llegó como país organizador y con un gol que nunca cruzó la raya.

Los hinchas de éstos y otros clubes que no aparecen aquí podrían argumentar que sus equipos son más merecedores de figurar en esta lista. Y quizás tengan razón: pueden ser tan desgraciados que ni siquiera tuvieron la suerte de salir publicados en esta nota.

1 TORINO (Italia)

Si ser rival de la Juventus, el equipo más ganador de Italia, ya de por sí es una desdicha, el sufrimiento de los hinchas granates trasciende mucho más que ese.
En el campeonato de 1914/15 al Torino le faltaba jugar el último partido contra el líder del torneo (a quien había vencido 6-1 en la primera vuelta) y si le ganaba, era campeón. Empezó la Primera Guerra Mundial y al torneo se lo dio por finalizado como estaba. ¿Mala suerte?
En 1928, le revocaron un campeonato ganado por tentativa de soborno a Allemandi, un jugador de la Juventus, que luego fue sobreseído, aunque el título nunca devuelto. En los años 40, llegó a tener el mejor equipo del mundo: había ganado cinco títulos consecutivos, hasta que el 4 de mayo de 1949 el avión en el que volvía el equipo cayó en la Basílica de Superga, cerca de Turín. Todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico murieron.
A mediados de los 60, la aparición de Gigi Meroni -el fantasista más refinado de su generación- relanzó al Torino a lo más alto, hasta que a los 24 años Meroni murió atropellado en una avenida. Quien manejaba el auto era un fanático del Torino, de 18 años, que años más tarde, curvas del destino mediante, se transformó en el presidente de un club al que pocas veces le sale una bien. Tuvo 5 descensos desde 1989, perdió una final de UEFA por gol de visitante, pegando tres tiros en los palos, y quebró en 2005: por este motivo no lo dejaron ascender aunque ya habían celebrado el retorno a la Serie A.

La frase: “Un club que el destino acarició como una flor y perforó con una espada sarracena” (Sandro Ciotti, periodista italiano)

2 RACING CLUB (Argentina)

La historia arranco demasiado bien para uno de los gigantes de Avellaneda. De los clubes que aún existen (Alumni desapareció), fue el primero en reinar en el amateurismo al lograr siete campeonatos seguidos (1913-19), y ganarse el mote de Academia. Fue el primer tricampeón del profesionalismo (1949-51) y el primer argentino en ser campeón del mundo (1967). Ostentó el récord de victorias consecutivas (39) durante 32 años (1967-99). Hoy, tras los 35 años sin festejos, Racing quedó como el grande con menos campeonatos locales (7), con Vélez pisándole los talones (6). El día que padeció la peor humillación de su historia y se fue al descenso, el escenario pareció montado por el Diablo: 22/12/83, cancha de Independiente, última fecha y el rival eterno dando la vuelta olímpica en las narices. Peor imposible. El DT era una gloria del club: Pizzuti. Estuvo dos años en la B, época en la que la barra golpeó a otro ídolo como Cejas, y logró el ascenso por un octogonal, sin ganar el campeonato. Al regresar, como se habían modificado las estructuras de los torneos, debió alquilar su equipo completo, que jugó para Argentino de Mendoza, para que no estuvieran seis meses parados y pudieran pagarle los sueldos. Apeló a manifestaciones religiosas para ahuyentar los malos espíritus, su estadio funcionó como depósito de papas, le dictaron la quiebra, fue el primer y único equipo grande gerenciado, tuvo que soportar que las hinchadas rivales le cantaran “a esta empresa le tenemos que ganar” y el esperado día en que se consagró campeón luego de 35 años, el día tan soñado y anhelado, coincidió con la peor crisis de la historia argentina (De la Rúa yéndose en helicóptero) y el hecho pasó casi inadvertido.

La frase: “Hoy Racing ha dejado de existir” (síndico Liliana Ripoll, Marzo de 1999)

3 GENOA (Italia)

El club más antiguo de Italia, fundado en 1898, comenzó dispuesto a ser uno de los grandes, pero el último de sus nueve scudettos data ya del año 1924. Todo lo glorioso del Genoa hay que verlo en blanco y negro. En 1925 ya empezaron sus penas, cuando una invasión de campo de los hinchas del Bologna obligó al árbitro a convalidar un gol aunque la pelota se había ido afuera. Ese gol le robó el décimo campeonato, que no llegaría nunca más, ni con la llegada de Guillermo Stábile, con el que se fueron al descenso.
Los hinchas, pasionales, llegaron a llenar el estadio Luigi Ferraris unas horas después del bombardeo inglés de 1941, que había dejado 144 muertos. La venta de Gigi Meroni al Torino provocó un cisma: muchos hinchas que habían hecho una colecta para que se quedara se sintieron traicionados por la sociedad: uno de ellos fue el inversor Paolo Mantovani, que en el 70 compró al clásico rival, la Sampdoria y la llevó a ganar la Copa Italia, la Recopa europea y el scudetto 91. En 2005, encontraron a un dirigente del Venezia saliendo de las oficinas del presidente del Genoa con 250 mil euros. Del ascenso a la A, ya celebrado, terminaron yéndose a la Serie C1 por soborno.

La frase: “En Génova, es la Sampdoria o el psicoanálisis” (graffiti)

4 ATLAS (México)

Los Zorros de Guadalajara fueron el primer equipo de México en tener escuelas de fútbol por lo que también se ganaron el apodo de “La Academia”, que reafirmó con los años ofreciendo juego de alta calidad. Atlas fue el primer campeón del estado de Jalisco, en 1951. Jamás imaginaron sus seguidores que sería el último. Y que el rival más encarnizado de la ciudad, Las Chivas, sumaría alegrías en la misma proporción que su adversario recibía cachetazos, hasta erigirse en el máximo campeón del país, con 11 títulos. De su cantera salen los mejores proyectos. En el último Mundial la base era “atlista”: Rafa Márquez, Pardo, Guardado, Oswaldo Sánchez y Borgetti. Llegó tres veces a la final, la más recordada fue la última (1999), con La Volpe como DT: cayó por penales con Toluca.

La frase: “La gente ve al Atlas como un equipo con alguna maldición, y por eso a su afición se la llama La Fiel Rojinegra; es ilógico que siendo vecinos de las Chivas, le vayamos al Atlas” (Fernando Clouthier, editor del diario Público Milenio e hincha del Atlas)

5 FEYENOORD (Holanda)

Ser uno de los grandes de Holanda es tener fortuna, dirán los equipos chicos de ese país. Pero el Feyenoord está dispuesto a rebatirlos: en una liga que sólo ganan tres, el Feyenoord es el grande más sufrido, que tuvo su apogeo en los 60 y llegó a ganar la Copa de Europa del 70, pero inmediatamente vio su logro opacado por la aparición del gran Ajax. Resignado a no jugar la Champions por culpa del Ajax y del PSV, el año pasado sufrió la descalificación de la Copa UEFA porque sus hinchas, cansados de perder, destrozaron la ciudad de Nancy. No ganan un título local desde 1999 y sólo ganaron tres en los últimos 32 años. Esta es la primera temporada en 16 años que ni siquiera clasificó a Europa.

6 BOTAFOGO (Brasil)

La máxima expresión del fútbol carioca reducida a un montón de escombros: el Botafogo llegó a ser un equipo muy próspero y terminó en el puesto 12° en la lista que hizo la FIFA entre los grandes clubes del siglo XX. Base de la selección brasileña muchos años, con Garrincha, Nilton Santos, Zagallo, Jairzinho o Didí, jamás pudo traducir su reinado a nivel local, perdió su estadio por falta de pago y cuando recuperó los terrenos la sede ya había sido demolida. Tiene sólo dos títulos nacionales, 1968 y 1995, y se pasó 21 años sin siquiera ganar un trofeo carioca. La increíble eliminación con River en la última Sudamericana fue sólo una más de su cadena de hechos aciagos, que por supuesto incluyó el descenso, en 2002.

La frase: “Hay cosas que sólo pasan en el Botafogo” (dicho popular)

7 GIMNASIA Y ESGRIMA LA PLATA (Argentina)

En ciudades como La Plata o Rosario, no hay escapatoria. Se es de uno de los equipos o del otro, y si se pierde el clásico, hay que encerrarse una semana en casa. Ni el River-Boca, más universal, es tan cruel con sus simpatizantes como el clásico rosarino o platense. Así, lo de Gimnasia podría asemejarse a un martirio inigualable. El Lobo no ganó ni un solo campeonato de los buenos en 76 años de profesionalismo mientras que su rival, Estudiantes, tiene 4. No sólo eso: el Pincha además logró 3 Libertadores (más que River, Racing y San Lorenzo), 1 Intercontinental y 1 Interamericana. Cinco Copas internacionales contra ninguna de Gimnasia. En la disputa directa, si bien no existe una diferencia sensible en el historial (Estudiantes ganó 4 partidos más), el Lobo lleva 115 clásicos y 64 años sin ir arriba. Y carga con las peores humillaciones. La mayor diferencia en un clásico la alcanzó Estudiantes (7-0 en 2006), la segunda mayor también es de Estudiantes (6-1 en tres ocasiones) y la tercera mayor lo mismo (5-1 una vez). La victoria más amplia de GELP fue por tres goles. Demasiado desparejo. Para peor, el Lobo dejó escapar cuatro campeonatos que tenía en la mano: 1933, 95, 96 y 2005. La más increíble fue en el Clausura 95: con un empate en la última fecha, en su cancha y contra un Independiente fuera de combate, daba la vuelta. Perdió 1-0 (gol de Mazzoni). ¿El colmo? El año pasado, los hinchas amenazaron a sus jugadores para que perdieran contra Boca y así perjudicar a Estudiantes. Después de la grotesca pantomima, el Pincha igual fue campeón.

8 AMÉRICA DE CALI (Colombia)

Es el segundo equipo más campeón en Colombia, detrás de Millonarios, con lo que resulta extraño rotularlo de “maléfico”. Sin embargo, a pesar del descomunal respaldo económico del cartel de la droga en los 80, en el continente hilvanó estrepitosos fracasos. Disputó cuatro finales de Libertadores y perdió las cuatro, tres consecutivas. La primera (1985) ante Argentinos, debutante en la Copa, por penales. La segunda (1986) ante otro que jamás la había conseguido por múltiples hocicadas (River). Y la tercera (1987), frente a Peñarol, fue la más insólita. Ganó 2-0 en la ida, perdió 2-1 la vuelta tras ir en ventaja y aguantar el 1-1 hasta faltando tres minutos. En el desempate fue al alargue tras el 0-0. Si mantenía el resultado era el primer club colombiano en alzar la Copa, pero cayó 1-0 en la última jugada del partido, el reloj clavado en 14´ 58´´ del ST. La cuarta final la perdió con River en el 96.
Es decir: River, con sus traumas coperos, sólo pudo ser campeón con el América enfrente. Encima, Atlético Nacional y Once Caldas fueron campeones de América en su primera final.

9 SCHALKE 04 (Alemania)

Hace 49 años que no salen campeones y se les escaparon tres títulos en la última fecha luego de ser líderes en buena parte del año: 1972, 2001 y 2007. El de 2001 fue el peor porque Bayern lo ganó en el cuarto minuto de descuento mientras el Schalke celebraba. Uno de los equipos más populares de Alemania, a sus hinchas se les conoce porque muestran un raro deleite ante la cultura del fracaso permanente y se enorgullecen de seguir siendo una pasión casi irracional. Su victoria en la UEFA por penales llegó ante otro candidato a este club, el Inter. Pero ni siquiera la filiación del papa Juan Pablo II como socio honorario les cambió la providencia: ese año se fueron al descenso. Eternos cebollitas, ahora suman tres subcampeonatos en los últimos siete años.

La frase: “Tengo malas noticias para ustedes, soldados. El Schalke hoy perdió 5 a 0” (famosa línea del capitán del submarino en el filme Das Boot)

10 TOTTENHAM HOTSPUR (Inglaterra)

Bautizado originalmente Hotspur FC en homenaje a un personaje de Shakespeare, su historia tiene mucho de tragedia, especialmente en las últimas décadas. El primer club inglés en ganar en Europa (al Atlético de Madrid, curiosamente), tuvo su último momento de gloria en las FA Cups de 1981 y 1982, con Ossie Ardiles y Ricky Villa, y la Copa UEFA del 84. Y aunque tuvo a jugadores como Venables, Gascoigne, Klinsmann, Lineker, Sheringham o Waddle en su plenitud, no sólo no logra ganar el campeonato local desde 1961, sino que tuvo fracasos estrepitosos, marcados además por el crecimiento del Arsenal y la explosión del Chelsea. Estuvo al borde de la quiebra en 1990 y hace 17 años que lo único que gana es una cosa: para elegir un equipo antihéroe en Inglaterra, frente al Tottenham cualquiera pelea por el segundo puesto.

11 ATLÉTICO DE MADRID (España)

Pese a los fichajes estelares de jugadores y entrenadores (Bianchi duró 6 meses), el segundo club en simpatizantes de España conquistó una liga de las últimas 30. En ese lapso, el Madrid logró 13 y el Barcelona, 9. Si hace 30 años, el Aleti peleaba con el Barcelona por el segundo lugar del podio (9-8 en títulos), hoy está tercero lejos y con chances de ser superado por el Athletic de Bilbao (8).
Acumula 12 años sin levantar la Copa del Rey, lapso en el cual perdió dos finales. Es el único grande que se fue al descenso (99/00) y salió 4° en su primer intento. Suma ocho años sin ganarle al Madrid (7 PP y 4 PE). Una sola vez llegó a la final de la Copa de Campeones, en 1974: vencía 1-0 al Bayern Munich y a un minuto del final le igualaron con un disparo de mitad de cancha porque su arquero le estaba regalando los guantes a un fotógrafo. Desempataron a los dos días y perdió 4-0. El clásico por excelencia, que en los 70 era Madrid-Atlético hoy es Madrid-Barcelona. Eso sí: tiene la hinchada más fiel.

12 UNIVERSIDAD DE CHILE (Chile)

Colo-Colo y la u son los clubes más populares de Chile. A ese nivel, que uno de los dos esté 25 años sin ser campeón (1969-94), cuando el otro estuvo como máximo 7, y que encima en ese lapso se vaya al descenso (1988, Pellegrini DT) cuando el otro jamás cayó a Segunda, invita a la comparación y el encasillamiento. Allí cimentó su rasgo de equipo sufrido.
Colo-Colo, además, fue el único chileno en ganar la Libertadores, en 1991, año en que la U zafó del descenso (fue 14° de 16). En 1996, con Russo como DT y Salas como figura, la U llegó a la semifinal de América: fue superado por River Plate por un gol, con un arbitraje escandaloso en la revancha. Hoy, lleva 6 torneos sin ser campeón y ganó 1 de los últimos 12.

13 PARIS SAINT-GERMAIN (Francia)

Un equipo sin mucha fortuna desde sus comienzos, en 1904, ya que el Paris Saint-Germain nunca pudo situar a la capital en el lugar que se merecía (a pesar de la pretenciosa cuna real que muestra en su escudo) frente a otras ciudades como Marsella, Nantes o Saint Etienne que sí tenían equipos dominantes. En 1970 se fusionó con el FC Paris pero la unión duró lo que un suspiro y el PSG fue obligado a recomenzar en Tercera División. Ganó sólo dos títulos en su historia, el último en 1994, a pesar de haber tenido cracks como Just Fontaine, Djorkaeff, Ginola, Weah, Rai, Okocha, Anelka y Ronaldinho. La creciente inversión millonaria en sus planteles y la falta de resultados los transformó en el hazmerreír de Francia, un equipo que de tan parisino, hasta aprendió a perder con estilo.

(nota publicada en la revista argentina “El Gráfico”, en la edición de Diciembre de 2007)

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La Selección no te espera. Cuando te tiran la pelota, tenés diez minutos para hacer las cosas bien. Y si no ya empiezan a decir "una cosa es la Selección y otra cosa es el club".

(LEONARDO RODRÍGUEZ, ex internacional argentino, con paso exitoso por la Universidad de Chile)

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La única chance que tiene este chiquilín de no ser un crack es que lo pise un tren antes de debutar.

(ARTURO SALAH, DT de Universidad de Chile, refiriéndose a la nueva joya de la cantera azul, el volante zurdo José Luis Silva de solo 17 años)

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La noche del 17 de Abril de 2002 fue muy particular para los chilenos de Puerto Montt y para el fútbol sudamericano...
Es que en el estadio "Chinquihue" de esa ciudad, ubicada a 1.200 kilómetros al sur de Santiago, se inauguró el primer campo con césped sintético para la práctica del fútbol profesional en Sudamérica...
El acontecimiento se celebró con un partido amistoso, televisado para todo Chile, entre el equipo local, Deportes Puerto Montt, de la Segunda División, y la Universidad de Chile...
Un cotejo que no hubiera podido realizarse en un terreno de juego natural, tradicional, debido a las lluvias intensas que padeció Puerto Montt durante esa semana...
Fue una inversión hecha por el municipio, que se aproximó a los 500 mil dólares...
Una obra basada en modernos sistemas de drenaje, producto de los mayores adelantos de la ingeniería de aquél momento...
En primer lugar se bajó el campo de juego hasta encontrarse una base sólida, allí donde se realizaron 42 pozos absorbentes de 3 por 1 metros para evacuar el agua, mediante canaletas, a una cámara central de drenaje...
En cuanto al césped sintético del moderno campo de juego, tiene un alto de 6 centímetros, garantizando un óptimo deslizamiento de la pelota...
Allí en el estadio Chiquihue, no se suspenden las fechas, los partidos se juegan aunque haya tormentas o heladas...

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El ballet (Samuel Orellana - Chile)


Manuel Astorga cuida el travesaño,
“Fifo” Eyzaguirre va por la derecha,
“Pluto” Contreras en el aire acecha,
Sepúlveda y Navarro, los de antaño.

Braulio Musso con Marcos hacen daño:
el mediocampo azul busca una brecha.
Arriba Carlos Campos aprovecha
el tanque que le diera su tamaño.

Qué decir de Leonel a media cancha
o de Jaime Ramírez, lindo pase
que Ernesto “vieja” Álvarez convierte.

Este es el Ballet, su gloria ancha
después de muchos años no se pase
a ver si en el futuro nos da suerte.

Samuel Orellana


En Chile, se utilizó el apodo de "Ballet Azul" para referirse al equipo de Universidad de Chile durante el periodo de 1959-69 debido al gran juego que mostraba dentro de la cancha.
Además, la mayor parte del plantel universitario fue usada como base de la selección nacional de Chile que logró sacar el tercer puesto en el Mundial de 1962 y luego clasificar al Mundial de Inglaterra en 1966. Debido al buen actuar de las figuras universitarias, el club fue invitado a una gira en el viejo continente, en donde incluso llegó a derrotar al Inter de Milán, campeón de Italia.
Fue Campeón de Chile en 1959, 1962, 1964, 1965, 1967 y 1969. Entre los jugadores más destacados del plantel se encontraban: Leonel Sánchez, Rubén Marcos, Luis Eyzaguirre, Ernesto Álvarez (argentino), Carlos Campos, Braulio Musso, Roberto Hodge, Manuel Astorga y Alberto Quintano.

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