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Cueca al Colo Colo ('Tito' Fernández - Chile)

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De las 8 ediciones disputadas de la Copa Sudamericana (2002-2009) se realizaron 496 partidos, convirtiéndose un total de 1.288 goles. Fueron equipos campeones de Argentina. México, Brasil, Perú y Ecuador. En cuanto a futbolistas, el chileno Humberto Suazo mantiene un récord: actuando para Colo Colo anotó 10 tantos, en 2006. Claro que el argentino Bruno Marioni está en lo alto en cuanto a goleador histórico de la Sudamericana, al haber convertido 11, repartido entre los siguientes clubes: Pumas de la UNAM y el Toluca, ambos de México, e Independiente de Avellaneda.
Por su parte el brasileño Nilmar es el único goleador que fue máximo artillero de la Sudamericana y de la Copa Libertadores: fueron 5 tantos para Internacional de Porto Alegre, en la Sudamericana de 2008 y 5 conquistas en el Corinthians, en la Libertadores de 2006. Colo Colo, en 2006 marcó 25 goles en 10 partidos. Es el club más goleador de la Sudamericana en una edición. Detrás del equipo chileno, aparece Liga de Quito, que en en 2009 anotó 23 tantos en 10 cotejos.
En cuanto a futbolistas ganadores, el paraguayo Claudio Morel Rodríguez es el único tri campeón de la Copa Sudamericana: campeón con San Lorenzo en 2002 y campeón con Boca en 2004 y 2005. De los equipos campeones, se registra algo singular: mientras el ganador de la Copa en la última edición, la Liga de Quito, ganó sus 5 partidos como local y ninguno como visitante (3 empates y 2 derrotas), Arsenal de Sarandí, que obtuvo el título en 2007, no venció en ninguno de sus compromisos en calidad de local (4 empates y una derrota) pero se mantuvo invicto como visitante (venció en 4 partidos y empató el restante).

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No lo necesitamos, tenemos a un arquero joven que va a ser figura: Jaime Tejeda.

(Dirigentes de Universidad de Chile despreciando a Roberto "Cóndor" Rojas -en la imagen-, quién había quedado sin club, en el año 1982)

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Tendría que estar muerto de hambre para jugar en Colo Colo.

(ARTURO SALAH, ex jugador, ex entrenador y símbolo de Universidad de Chile -1980-)

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'Lolo' y una historia de amor


En las épocas primigenias del fútbol peruano, cuando los jugadores todavía no eran tentados de una manera hostigante por los clubes europeos, apareció una historia de amor a la camiseta que hasta el día de hoy se recuerda: la anécdota de ‘Lolo’ Fernández y el famoso cheque en blanco que rechazó al Colo Colo de Chile.

En tiempos cuando los jugadores cambian de club como de celular, vale la pena volver a hablar de una historia que demuestra tanta fidelidad por una camiseta que lo contado el día de hoy daría la vuelta al mundo. A pesar de que la anécdota es cuestionada por muchos debido a lo poco que se puede comprobar de ella no deja de constituir una enseñanza del apego de un hombre hacia su club.

Eran épocas donde para algunos amistosos -internacionales, sobre todo- los clubes, con la mayor naturalidad posible, se reforzaban con jugadores de otros equipos. Como por ejemplo la gira aliancista de 1935 en la que Teodoro ‘Lolo’ Fernández, ídolo máximo de Universitario de Deportes, reforzó al club blanquiazul, cuando el artillero se puso la camiseta aliancista y cuyas fotos sirven para que hasta el día de hoy los hinchas del Comando hagan bromas respecto al tema.

El punto es que años después, en 1941, 'Lolo' -cuya fama ya había trascendido fronteras- reforzó al Colo Colo chileno. El club mapochino iba a jugar un amistoso contra Independiente de Avellaneda y quería contar con los servicios del artillero.

El 'Cañonero' vistió las sendas colocolinas junto a otros tres jugadores de Universitario, incluido su hermano mayor Arturo, y anotó el gol de la victoria frente a los ‘Diablos Rojos’ de Avellaneda. Esto generó que hinchas, dirigentes y jugadores del 'Cacique' santiaguino quisieran convencerlo rápidamente de que firme una permanencia larga en tierras chilenas. Nunca consiguieron el "sí" de Lolo.

Sin embargo los vecinos sureños no se rindieron tan fácilmente e hicieron una última oferta que el día de hoy haría que el jugador firme tan rápido que el papel termine roto. Cuenta más de una crónica que el presidente de Colo Colo, Robinson Álvarez, le puso un cheque delante a 'Lolo' y le dijo: “Usted ponga la cifra”.

Contrariamente a lo que el directivo mapochino pensaba, el goleador se negó a firmar el contrato y regresó a tierras peruanas para enfundarse la camiseta de su tan querido equipo crema. "Yo tengo un solo amor, que está en el Perú y se llama la 'U'", reportan que dijo. Si eso no es amor, entonces difícilmente alguien pueda estar seguro de qué lo es en realidad.

NOTA: En la foto 'Lolo' Fernández, último desde la izquierda, con la camiseta de Colo-Colo, como refuerzo, en el estadio Nacional de Santiago. Lo acompañan, siempre desde el lado izquierdo, Pablo Pasache, César 'Pibe' Socarraz y su hermano Arturo Fernández (Foto: tomada del libro 'Lolo, ídolo eterno', de Teodoro Salazar Canaval, pág. 71)

(artículo de Juan Diego Gilardi publicado en el portal digital “De chalaca”)

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Leonardo, sigan ganando, así me mantienen al pueblo tranquilo, al pueblo preocupado por ustedes. Yo creo que retrasamos el Golpe.

(SALVADOR ALLENDE, ex presidente chileno, dirigiéndose a Leonardo "El Pollo" Véliz luego de recibir en La Moneda al plantel de Colo Colo por la extraordinaria actuación en la Copa Libertadores de 1973)

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Impresiones después del clásico (Samuel Orellana - Chile)

a Natalia


Lo dejamos todo en la cancha.
Fue un lindo partido aunque un poco trabado.
Lamentablemente no pudimos concretar.
El estado de la cancha no nos favoreció.
Hubo un par de ocasiones para convertir
pero los goles se hacen, no se merecen.
Resultó imposible sostenernos con un hombre menos.
El arbitraje por ahí no estuvo a la altura.

Hay que seguir trabajando durante la semana.
Contamos con la confianza del técnico.
Se nos viene un duro rival.
Todavía dependemos de nosotros.


(Un especial agradecimiento a la gentileza de SAMUEL ORELLANA (Maipú, Chile, 1978) Licenciado en Filosofía por la Universidad de Chile, quien permitió la publicación en este blog de los poemas pertenecientes al libro "Gol de Oro", editado en el año 2004)

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Colo Colo y la sombra de Pinochet

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“Vamos a romper, vamos a romper el estadio de Pinochet”, este cántico es el grito de guerra de la hinchada del Universidad de Chile cuando visitan el estadio de su eterno enemigo el Colo Colo. No hace falta bucear mucho en la historia contemporánea para comprobar el excelente mecanismo de propaganda que han constituido siempre los clubes de fútbol en manos de los dictadores. El pan y circo como somnífero ideal para anestesiar a la población y perpetuarse en el poder. Augusto Pinochet hizo de esta práctica uno de los pilares de su “política social”, el resultado fue un Colo Colo cubierto durante años por un velo de duda y desdicha.

El Colo Colo o “Cacique” como se le conoce popularmente es el club más conocido de Chile, el que más aficionados reúne sobre todo entre las clases bajas. Su identificación nacional es una de sus señas de identidad, aún mantiene en su escudo los colores de la bandera de Chile y un indio Mapuche en el centro. Este autentico filón popular no podía pasar desapercibido a los ávidos ojos de Pinochet. El Estadio Monumental, hogar de los sueños del Colo Colo sería la excusa perfecta. El Monumental había sido concebido como la joya que enseñaría Chile al mundo en el Mundial de 1962. Diseñado para albergar 120.000 personas, la obra quedó para siempre inconclusa.

En 1988 Chile estaba convulsionado por el plebiscito que debía dirimir la permanencia como líder del país hasta 1997 o la entrada en vigor la constitución democrática impuesta en 1980. Pinochet vio una oportunidad en la inacabada casa del Cacique. Meses antes del plebiscito ofreció a trescientos millones de pesos a Peter Dragicevic y Eduardo Menichetti antiguos dirigentes del club para acabar el Monumental. Después de todo el dictador ya era presidente honorario del club desde 1976, tras destituir a la directiva y salvar al club de una grave crisis económica al considerarlo patrimonio de todos los chilenos.

El ex presidente Patricio Vildósola cuenta que él le pidió directamente a Pinochet que fuera presidente honorario. “Si otros han sido presidente, don Augusto, por qué usted no”, le dijo. Y finalmente Pinochet aceptó. El resultado de aquel plebiscito no fue favorable a Pinochet, años después la democracia volvía a encontrar su lugar en Chile. La segunda inauguración del Monumental se celebró el siguiente 1989. La sombra de la duda planeó desde entonces como un oscuro estigma sobre los colocolinos.

Como un gemelo de la vergüenza a kilómetros del inacabado Monumental se alzaba sombrío, otro estadio que resumía la cara oscura del régimen. El Nacional de Chile, símbolo del horror, y la tortura. Años antes de que Pinochet interviniese la directiva la directiva colocolina para salvar al club, una comisión de la FIFA inspeccionaba el estadio para autorizar un partido de clasificación del Mundial 74 frente a la U.R.R.S

Cuentan que los gritos de los torturados chilenos ascendían desde los subterráneos de aquella pesadilla en que se convirtió el Nacional, la FIFA vergonzosamente autorizó el partido. Pero esa es otra historia. El Nacional sería el símbolo del horror, el Monumental de la vergüenza por lo que se creía la apropiación del patrimonio sentimental de gran parte de la sociedad chilena.

En 2006 un documental exhibido por el periodista Andrés Ampuero demostraba que aquel dinero nunca llegó. Pinochet lo negó al fracasar en el plebiscito. El Monumental hubo de ser financiado con los fondos de los socios y la venta de un ídolo como el delantero Hugo Rubio “El pájaro”, al Bolonia italiano. A muchos no les interesó conocer la verdad.

El Cacique permanecería asociado para siempre a la dictadura por un país roto por el dolor. La figura de Pinochet se encargó de aparecer ocasionalmente como un espectro de mal agüero en la vida pública del Colo Colo. A las elecciones colocolinas de 1994 entre Dragicevic y Eduardo Menichetti acudía a votar sonriente “Como colocolino estoy muy contento de concurrir a esta elección que considero muy importante”.

Así sobrevivió el Colo Colo los últimos veinte años de su historia, acosado por las hinchadas rivales, y con la sospecha de gran parte de los chilenos, sintiéndose traicionados y viendo mancillado lo que más amaban. Así vivió su afición la consecución de su primera Copa Libertadores en 1991 con los inolvidables Marcelo Barticciotto, Jaime Pizarro, Gabriel Mendoza o Lizardo Garrido. En Diciembre de 2006 moría Augusto Pinochet, semanas después no se celebró ni un minuto de silencio en el Monumental, y el Colo Colo era eliminado por el Chivas en la Libertadores.
La gárgola fantasmal de Pinochet se desprendía por fin del escudo del Cacique.

(artículo del periodista Enrique Vaquerizo, publicado en “Notas de fútbol”, 28/08/08)

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Universidad de Chile es una marca... Colo Colo es Chile.

(GABRIEL RUIZ-TAGLE, empresario chileno, Presidente de Blanco y Negro, empresa que administra a Colo Colo, respondiendo el 23/10/08 a Federico Valdés, Presidente de la Universidad de Chile quien había manifestado que “el nombre de la U, le agrega más valor a un producto que Colo Colo”)

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Admiro la garra charrúa* de los paraguayos.

(FRANCISCO "Murci" ROJAS, futbolista chileno)

*Charrúas: pueblo indígena originario de las tierras del actual territorio del… ¡Uruguay!

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Vinimos a ver a los cuatro fantásticos y terminamos viendo a los cuatro fantasmas.

(SEBASTIÁN PIÑERA, empresario y ex candidato a la presidencia de Chile al salir el domingo 6/7/08 del Estadio Monumental de Colo Colo, luego del empate en 0 ante Palestino, y acerca de la pobre demostración de la delantera del "Cacique" -Cristóbal Jorquera, Daud Gazale, Macnelly Torres y Lucas Barrios-)

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Periodista: “Tenemos la información que se están haciendo las gestiones para emigrar al extranjero. ¿Nos podría decir de dónde lo están pidiendo?”.

Murci Rojas: “Bueno, del país no puedo contarles nada… Sólo puedo adelantarles que se trata de un equipo brasileño.”

(FRANCISCO "Murci" ROJAS, jugador chileno, haciendo gala una personalidad muy reservada)

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EL CACIQUE - Colo Colo (Chile)


El cacique araucano Colo-Colo (1515-1565) actuó en varias acciones armadas en contra de los conquistadores entre las que sobresalen la batalla de Tucapel (2-12-1553) en donde Colo-Colo junto a Lautaro y Caupolicán propinaron una feroz y definitiva derrota a Pedro de Valdivia y el asalto a Concepción, en donde Colo-Colo saqueó e incendio la ciudad, haciendo huir despavoridos a los españoles.
El protagonismo de Colo-Colo en la guerra de Arauco siguió por varios años más después del aprisionamiento de Caupolicán y muerte a traición de Lautaro. Colo-Colo quedó como jefe principal de los araucanos, rindiendo su vida en la guerra de Quipeo. Después de la muerte de Colo-Colo ha continuado, hasta el dia de hoy, la lucha por la liberación del pueblo Mapuche, luchando primero contra la sangrienta colonia española y luego contra la tirania e indiferencia del gobierno chileno.
Con ese mismo aguerrido espíritu, en Abril de 1925 un grupo de ex futbolistas del Club Social y Deportivo Magallanes, liderados por David Arellano, funda en Santiago de Chile el Club Social y Deportivo Colo-Colo, único equipo que ha disputado todos los campeonatos de la Primera División de Chile, desde su creación.

Los comienzos futbolísticos

A comienzos del año 1925 el Club Social y Deportivo Magallanes se encontraba en una grave crisis institucional, debido a problemas entre los dirigentes y algunos de sus futbolistas, quienes exigían una serie de peticiones que habrían de convertir a Magallanes en un club profesional, entre las que se contaban la regulación en el pago de sueldos a los futbolistas, la mejora en las instalaciones del club, así como el establecimiento de regímenes de entrenamiento semanal. La oposición a estas ideas por parte de la directiva del club, antiguos futbolistas y socios provocó que los más jóvenes del equipo, liderados por David Arellano, renunciaran al club. Estos jugadores decidieron juntarse en el bar “Quitapenas”, en donde se acordó que formarían un nuevo equipo. Tras una serie de reuniones, la fundación quedó sellada el 19 de Abril de 1925 en el Estadio “El llano”, cuando Luis Contreras escogió el nombre del cacique “Colo-Colo” para el nuevo equipo.
En su primera temporada logró coronarse campeón de la Primera División de la Liga Metropolitana de manera invicta, ganándose el apodo del “equipo invencible”. En el año 1927 Colo-Colo fue el primer equipo chileno que llegó de gira al Viejo Continente. El 2 de Mayo de ese año, en un encuentro amistoso contra la Real Unión Deportiva de Valladolid en España, fue fuertemente lesionado el capitán y fundador de Colo-Colo, David Arellano, producto de un golpe que al día siguiente lo llevó a la muerte. Peritonitis traumática y ruptura del intestino, consignó la autopsia. A pesar del gran impacto que significó el deceso de Arellano, el equipo ganó los campeonatos de Primera División de la Liga Central de Football (Asociación de Football de Santiago desde 1930) los años 1928, 1929 y 1930.
Durante los años 1931 y 1932 Colo-Colo sufrió una crisis institucional debido a que los dirigentes del equipo quisieron invertir grandes sumas de dinero en nuevos refuerzos, quienes no le dieron un buen resultado, lo que originó una bajada de sueldos en el plantel.
En 1932 volvió a disputar una final de campeonato frente a Audax Italiano que se disputó el 8 de Diciembre. Sin embargo, debido al derrumbe de una tribuna del Estadio Italiano y la posterior trifulca por parte de los aficionados, el encuentro fue suspendido cuando Colo-Colo ganaba por 2:1, quedando así vacante el campeonato y dejando un saldo de 130 heridos y 3 muertos.

La era profesional

El Campeonato de Apertura de 1933 lo ganó Colo-Colo al derrotar en la final 2:1 a la Unión Española; pero en el primer Campeonato oficial, quedó con el mismo puntaje que Magallanes, obligando a disputar una final que ganaron los magallánicos por 2:1. En el año 1937 Colo-Colo obtuvo, de forma invicta, el primer título nacional de su historia, y en el año 1939 alcanzó su segundo campeonato bajo la conducción técnica del húngaro Francisco Platko, gracias al aporte del goleador Alfonso Domínguez, quien consiguió 32 goles en 24 partidos.
En los Años 1940, aún bajo la conducción técnica de Francisco Platko, el club conquistó un nuevo título en 1941. Más adelante se alcanzaron los títulos de 1944 y de 1947. Este último título sirvió como base para que el club organizara el Campeonato Sudamericano de Campeones de 1948 en Santiago, campeonato precursor de la futura Copa Libertadores de América. Cabe destacar que en esta década Colo-Colo realizó la peor campaña de su historia, al terminar el campeonato de 1945 en penúltima posición, sólo superando al débil Bádminton.
En los Años 1950, bajo la presidencia de Antonio Labán, se fichó al delantero Jorge Robledo, proveniente del Newcastle United inglés, quien guió al equipo a conquistar los campeonatos de 1953 y 1956.

La década del Mundial

La meritoria actuación chilena en el Mundial de 1962 masifico el fútbol a niveles antes desconocidos.
Nada hacía presagiar que los mismos jugadores que votaban una huelga, a comienzos de temporada (1960) terminarían convertidos en campeones.
Irritados por problemas económicos, el equipo de Colo-Colo decretó un paro, el que pronto contó con la solidaridad de jugadores de otros clubes. La crisis se solucionó favorablemente para los huelguistas: la directiva accedió a sus peticiones y, de paso, se creó la Unión de Futbolistas, antecedente de lo que sería el sindicato.
Los clubes comenzaron a reforzarse para el torneo oficial, mientras la Selección seguía preparándose para el Mundial.
Las relaciones entre jugadores y dirigentes, tras el movimiento reivindicatorio, sin embargo, entraron en un período de fuerte tensión, cuyo punto culminante fueron las derrotas, en amistosos, ante el Corinthians 0-2 y Everton 0-4. La directiva actuó con firmeza y desahució al técnico Flavio Costa. En su lugar llegó un DT debutante en Primera División, Hernán Carrasco.
El nuevo estratega tuvo un papel fundamental en la obtención del título. Primero, logró concentrar y unir al plantel en torno a lo estrictamente futbolístico. Luego, utilizó variantes tácticas que darían plenos dividendos. La campaña no resultó sobresaliente, Colo-Colo logró alcanzar al puntero Wanderers. Los últimos partidos los jugó en forma brillante y, de esa forma, conquistó la "octava" estrella para su emblema.
A partir del año 1964, hasta el 70, la historia futbolística de Colo-Colo está enmarcada por más fracasos que éxitos. Al margen del poderío de las universidades (equipos "boom" de la década), muchos desaciertos en la dirección del club lo postergaron a lugares secundarios, salvo el 66 (subcampeón de la mano del "Chuleta" Prieto), el resto fueron frustraciones. Esa temporada (la del 64), con Caupolicán Peña en la banca, remata cuarto, tras la "U", Católica y Wanderers, El club se debatía en una lucha electoral (Guillermo Herrera y Héctor Gálvez), que dejó de manifiesto muchas irregularidades económicas. Colo-Colo caía en un pozo y sus dirigentes no entregaban ninguna solución a los desesperados socios. Guillermo Herrera fue elegido presidente y, a modo de pirotecnia demagógica, anunció la contratación de Eladio Rojas (proveniente de River Plate de Argentina.)

América en la mira

En 1972, bajo la dirección técnica de Luis Álamos, y con figuras como Francisco Valdés y Carlos Caszely, alcanzó nuevamente el campeonato nacional y además, marcó el récord de promedio de asistencia de público en Chile: algo más de 40.000 personas por partido. Este equipo fue la base del llamado “Colo-Colo '73”, el primer club chileno en llegar a la final de la Copa Libertadores de América, la cual perdió con Independiente de Argentina. Luego de este subcampeonato el equipo entró en una crisis deportiva e institucional que se solucionó, al menos en el plano deportivo, con la obtención del título nacional de 1979, en donde destacaron futbolistas como Carlos Caszely y Severino Vasconcelos.
En los años 1980 Colo-Colo obtuvo los títulos nacionales de 1981 y 1983, bajo la dirección técnica de Pedro García y los títulos de 1986 y 1989, de la mano del entrenador Arturo Salah. En esta década el club ganó también la Copa Chile en cuatro oportunidades. Por el contrario, la gran deuda de Colo-Colo estuvo en el campo internacional, donde pese a realizar buenas presentaciones, en las cuales llegó a ganar a São Paulo como visitante en 1987, solo consiguió superar la primera fase de la Copa Libertadores en 1988. A fines de la década, el 30 de Septiembre de 1989, se inauguró de forma definitiva el Estadio Monumental, con un encuentro entre Colo-Colo y Peñarol, que terminó con triunfo de Colo-Colo por 2:1.

1991: El objetivo se cumple

La década de los años 1990 pasó a la historia del club por ser la década con más títulos conseguidos y por la obtención de los primeros torneos a nivel internacional. A mediados del año 1990 se contrató al técnico croata Mirko Jozić, con quien el equipo ganó su primer bicampeonato, al consagrarse campeón de ese año. El 5 de Junio de 1991 el club conquistó su primer título internacional: la Copa Libertadores de 1991, tras derrotar a Olimpia de Paraguay por 3:0 en el Monumental, con dos goles de Luis Pérez y uno de Leonel Herrera, transformándose así en el único equipo chileno hasta el momento en ganar dicho torneo. Ese mismo año, perdió la final de la Copa Intercontinental en Tokio por 3:0 ante el Estrella Roja de Belgrado. En el ámbito local consiguió por primera vez un tricampeonato, al ganar el campeonato de 1991. Al año siguiente Colo-Colo se tituló campeón de la Recopa Sudamericana al derrotar por penales a Cruzeiro de Brasil y de la Copa Interamericana al vencer al Puebla de México. En 1993 Jozić consiguió su último título en Colo-Colo al quedarse con el campeonato nacional.
Después de la salida de Jozić del club, Colo-Colo sufrió algunos años de inestabilidad, provocados por la disputa de la presidencia entre las facciones encabezadas por Peter Dragicevic y Eduardo Menichetti y que acabó con la elección del primero de estos, además una deuda en lento crecimiento. En el plano futbolístico estos problemas fueron paleados con la llegada del entrenador paraguayo Gustavo Benítez en 1995, que ganó con el club los torneos de 1996, Clausura 1997 y 1998, además de llegar dos veces a la semifinal de la Supercopa Sudamericana y una vez a la semifinal de la Copa Libertadores. No obstante, pese al éxito a nivel deportivo, en el plano institucional las malas gestiones económicas, así como el enorme gasto en refuerzos conllevaron que el club entrara en una severa crisis financiara.
Tras el alejamiento de Benítez en 1999, la década del 2000 comenzó con la etapa más negra del club en lo financiero, que tuvo su punto más álgido el 23 de Enero de 2002, cuando la justicia decretó la quiebra del club dejándolo a cargo del síndico Juan Carlos Saffie, cuya gestión permitió la continuidad de giro del club, necesaria para que Colo-Colo no perdiera su personalidad jurídica y sus bienes no fueran a remate. A pesar de estar en quiebra, el club se consagró campeón del torneo de Clausura 2002, de la mano del entrenador Jaime Pizarro y de un equipo casi completamente juvenil.
Con el argentino Claudio Borghi como entrenador desde el año 2006 y con las buenas actuaciones de futbolistas como Matías Fernández, Jorge Valdivia y Humberto Suazo, Colo-Colo logró coronarse campeón del Apertura, al ganarle en la final a la Universidad de Chile en definición a penales y del Clausura 2006, al derrotar a Audax Italiano, además de llegar nuevamente a una final de un torneo internacional, la final de la Copa Sudamericana 2006, que perdió con el Pachuca de México tras empatar 1:1 en el Estadio Hidalgo y perder por 2:1 en el Estadio Nacional. Además, en octubre de ese año los albos fueron reconocidos como el club del mes del mundo de ese mes según la IFFHS. Al año siguiente el equipo se coronó tricampeón por segunda vez en su historia tras ganar el Apertura 2007, y en la segunda parte del año logró ser el primer equipo chileno en alcanzar un tetracampeonato, tras adjudicarse el campeonato de Clausura 2007 al derrotar en la final del torneo a la Universidad de Concepción por 1:0 en el Municipal de Concepción y por 3:0 en el Monumental. Borghi es el primer entrenador en conseguir cuatro campeonatos de forma consecutiva entre 2006 y 2007.
Hasta la fecha es el equipo que ha ganado más campeonatos en Chile, y a nivel internacional es el único club chileno que ha conseguido la Copa Libertadores de América.
Su rival tradicional es la Universidad de Chile, club frente al cual disputa el denominado Clásico del fútbol chileno o Superclásico.

Graves problemas económicos

Luego de dos décadas de relativa tranquilidad económica, en las cuales destacó el aumento del patrimonio del club, a fines de los noventa surgieron graves problemas económicos, provocados principalmente por la imposibilidad del club de mantener los grandes ingresos que percibió a inicios de la década, así como el enorme gasto en futbolistas y cuerpo técnico, los que finalmente llevaron a la declaración de quiebra de la institución el 23 de Enero de 2002 por una deuda de cercana a los 30 millones de dólares, asumiendo la administración del club un síndico de quiebras. Durante este proceso el club sufrió la venta de gran parte de su patrimonio, entre ellos la sede del club y el Teatro Monumental, que fueron a remate (cerca estuvo el Estadio Monumental), así como la eliminación de sus distintas ramas no profesionales y el instituto de estudios para futbolistas del club.
Tras distintas iniciativas, entre las cuales estaba la venta de todos los activos del club y su transformación en sociedad anónima (proyecto denominado “Renacer albo”), se decidió entregar el club en concesión a la empresa Blanco y Negro S.A. por un periodo de 30 años, siendo aprobada la concesión por la junta de acreedores el 29 de Marzo de 2005 y abriéndose a la Bolsa en Mayo de ese año, recaudando US$ 31,7 millones.
Desde Abril de 2007, el cargo de presidente de Blanco y Negro S.A. es ejercido por Gabriel Ruiz-Tagle, quien remplazó a Cristián Varela.

Uniforme y colores

Desde el día de su fundación Colo-Colo siempre ha mantenido su uniforme titular y, durante la historia, los cambios en su diseño han sido mínimos. El uniforme del club fue definido el propio día 19 de Abril de 1925 por Juan Quiñones. Camiseta blanca, que representaría la pureza; pantalones negros, como símbolo de seriedad; medias negras con una franja blanca, no como un homenaje al uniforme de los marinos de la Armada de Chile como se señala tradicionalmente, sino porque Guillermo Cáceres, quien propuso este diseño, conocía vendedores clandestinos de productos de la marina en Valparaíso; y zapatos negros con una franja roja, según proposición de David Arellano. En los años 1940 Colo-Colo cambió el color de sus medias; de negras pasaron a blancas, aunque en algunos años se volvió a usar el color negro.
Desde la trágica muerte de Arellano en Valladolid en 1927, la camiseta de Colo-Colo lleva una cinta horizontal de color negro, que representa el luto eterno de la institución a la partida de su fundador. Al comienzo, esta barra iba en la manga izquierda de la camiseta, hasta que en 1974 fue ubicada sobre la insignia del club. Debido a esto, durante los años 1930 el equipo recibió el apodo de los enlutados. En lo que respecta a su escudo, ha mantenido los colores de la bandera de Chile y a inicios de los años 1950 incorporó la figura del cacique mapuche como emblema de la institución.

El estadio

El primer proyecto para la construcción del estadio de Colo-Colo data del 1º de Septiembre de 1939, con anuncio en la prensa: propuesta para la adquisición de tres hectáreas de terreno con el propósito de levantar las estructuras del "fortín albo". Sesenta años más tarde, recién se concretó ese sueño ancestral. ¿Por qué se tardó tanto?
Las razones son muchas y hay que buscarlas en la poca visión de los dirigentes de antaño. Colo-Colo siempre dispuso de un capital renovable: su público. Históricamente ha sido el equipo que cuenta con mayores recaudaciones que el resto, aunque nunca mostró solidez institucional.
La preocupación de sus anteriores directivas fue destinar mucho dinero en función del equipo, pero no en la infraestructura del club.
Antonio Labán, visionario dirigente albo, adquirió los terrenos de Pedreros, en la década de los 60, y en 1975, a medio terminar, se quiso dar vida a esas moles de cemento, con una inauguración que nadie tomó muy en serio. Fue exactamente el 20 de Abril de 1975, pero a causa de las pocas comodidades que ofrecía no volvió a ser utilizado hasta el 30 de Septiembre de 1989 cuando, con Peter Dragicevic como Presidente, estrenó en sociedad el estadio "David Arellano" o “El Monumental”, como lo conocen los seguidores del “cacique”.
El esfuerzo fue enorme. Un recinto para 60 mil espectadores en la comuna de Macul, con una cancha de lujo y torres de iluminación poderosas, transforman al Monumental en uno de los mejores estadios de Chile.
Cabe destacar que la institución alba es, junto a Universidad Católica y Unión Española, uno de los tres equipos chilenos que poseen un estadio propio.

Bibliografía consultada

* Wikipedia
* Página oficial del Club Colo-Colo
* Los grandes clubes del fútbol mundial (Tomo I)
* El libro de oro de Colo-Colo 1925-1987 (Darío Rojas Morales, 1987)

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David Arellano, hasta el último aliento

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No era él quien había inventado esa pirueta, pero nadie la dibujaba mejor. Liviano y de frágil contextura, el chileno David Arellano se acostaba en el aire, de espalda al arco, y voleaba hacia atrás por encima de su alma. Se identificó tanto con este gesto que todos creían que lo había inventado, aunque en el Sudamericano de 1916 la prensa argentina ya lo había bautizado como “chilena” después de vérselo a Ramón Unzuaga.
Había nacido en Santiago, en julio de 1902, y desde niño se enamoró de la pelota. Tanto que en la Escuela Normal ya era irremplazable en el equipo. Enrique Abello era inspector de la Escuela e integraba la Selección Chilena, y lo llevó a Magallanes, su club.
Su carrera fue ascendente. En 1919, con 17 años, Arellano debutó con Magallanes en la primera división. Era un pequeño insider izquierdo, lo que décadas después sería “el 10”. En 1924 le llegó la hora de debutar en la Selección, donde ya jugaba su hermano Francisco, y se destacó en el Sudamericano disputado en Montevideo. Chile perdió los tres partidos y quedó en último lugar: el único gol de su país lo anotó David.
Además era profesor de educación física, en una década en la que la cultura deportiva se expandió definitivamente en toda Sudamérica. Era muy sencillo y respetuoso, parecía tímido. Pero era un visionario: sabía de la importancia del deporte y junto a sus hermanos y un grupo de entusiastas decidió que la mejor manera de expandirlo era fundar un club. Fue así que en 1925 dieron nacimiento a Colo Colo, sin saber que pronto se convertiría en sinónimo del fútbol chileno.
Siguiendo su espíritu pionero, Colo Colo fue el primer equipo de Chile que se aventuró en una gira lejana: Ecuador, Cuba, México y Portugal fueron testigo en 1927 de la calidad del equipo. Después España lo recibió con asombro y admiración. Y fue Arellano quien popularizó la “chilena” en Europa.
Ya en la Madre Patria había vencido al Deportivo Espanyol, con el arquero Ricardo Zamora y todo, una leyenda. En cada presentación despertaba más interés y arrastraba multitudes. Así llegó el 2 de mayo a Valladolid para enfrentar a la Real Unión Deportiva en el campo anexo a la Plaza de Toros...
Como una postal de época, los colocolinos salen portando una bandera española; David, el capitán, encabeza la fila con un ramo de flores. La cordialidad se traslada al juego, pero enseguida los locales se ponen 2-0 con goles de Barbachón y Pipi-Bombo. La reacción no tarda: “como si recién despertase ‘El Indio’, empiezan a atacar con mayores bríos, con más pujanza, con más fiereza. ¡Pero una fiereza limpia, caballerosa! Fiereza del corazón”, rescata la crónica de Raúl Ahumada.
Subiabre descuenta y el ‘Negro’ González empata. Colo Colo quiere ganar y Arellano se luce. Su hermano ‘Pancho’ tira el centro, David salta a cabecear y choca en el aire con Hornia, el centrehalf. Una rodilla del español impacta en su vientre y él cae exánime. Un murmullo helado atraviesa la cancha. Arellano yace pálido, la camilla que entra, la ambulancia después, el silencio, el juego que se reanuda 11 contra 10... Los chilenos ya no piensan en el partido.
Vuelven al Hotel Inglaterra, donde David agoniza. En la noche, las palabras del médico destrozaron el alma de la delegación: sólo se espera el final, de nada valdría una operación, sería un milagro que se recupere de esa peritonitis traumática. Las horas pasan. Valladolid amanece, pero no despierta. Porque no durmió. Tampoco él, con los ojos entrecerrados y en un solo quejido, pese a los calmantes. No hay consuelo, el compañero, el amigo se está yendo. Todos miran el alba desde los ventanales del hotel, pero sus miradas no están allí; buscan, sin encontrarlos, los picos de la Cordillera en el horizonte, como si la patria fuese una madre que los proteja del dolor. Arellano implora una operación que lo salve. Dos de sus hermanos, también del club, buscan a otro médico.
El sol no salió. Llueve en Valladolid. David despierta y pregunta cuándo lo operan, el doctor contesta con un silencio mortal. Lloran. Tratan de consolarlo, pero David pide un sacerdote para confesarse. Y se va.
Pasaron ocho décadas, pero en cada grito de gol, en cada alegría por un nuevo campeonato, Colo Colo lleva sobre su corazón el luto perpetuo en memoria del querido David Arellano.

(artículo escrito por Pablo Aro Geraldes a quien agradezco infinitamente su autorización para reproducirlo en este blog)

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Puedo garantizar al pueblo colocolino que no hay por qué preocuparse.

(PETER DRAGICEVIC, ex Presidente de Colo Colo, una semana antes de la quiebra de esa institución en Enero de 2002)

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Saludos a mi señora que está embarazada de mí.

(FRANCISCO "Murci" ROJAS, jugador chileno, y una frase para enmarcar)

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-¿En Chile usted parece que dejó de ser extranjero?

Es nunca me he sentido así, los chilenos me han hecho sentir uno más, tengo muy buenos amigos, de grandes charlas. Todo acá nos hace estar muy cómodos mi familia y yo. Mi hijo Filippo (11), que es rancagüino, el único chileno de los cuatro... Lo peor es que me salió antiargentino el webón, me lanza todos los dichos de acá, es muy agudo.

-Hay quien lo acusa de vendedor de humo...

Yo no vendo humo. Lo que hago es hablar y discutir de fútbol, que es lo que me gusta hacer tomándome un café, un trago, fumando un cigarro o como sea. Para mí decir que alguien vende humo sí es una falta de respeto, y yo siento que dar una apreciación futbolística no es faltarle el respeto a nadie.
¿Qué tiene de malo decir si alguien juega bien o mal? Es que como me contaba mi viejo, de sexo y de fútbol todos hablamos, porque nos creemos buenos.


(CLAUDIO "Bichi" BORGHI, técnico del Colo Colo, a comienzos de 2006 en el diario chileno "La Cuarta")

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Cuando Colo Colo 73’ visito nuestra ciudad, allá por el año 1994, trajo como máxima figura al famoso Carlos Caszely, sucedió un hecho poco común en un partido.
Si bien es cierto Caszely era la figura, no era menos cierto que "el cacique" traía en sus filas a otros elementos famosos como el brasileño Vasconcellos, el “Pillo” Vera, Raúl Ormeño, Hugo Gonzáles, el "Flaco" Lizardo Garrido y el "Yeyo" Hinostroza, por nombrar algunos.
Le correspondió al conjunto albo enfrentar a un combinado local, en un estadio municipal que no estaba empastado y que había sido acomodado para recibir a tan ilustre visita, ante un marco impresionante de público. Recuerdo que dirigió este encuentro el arbitro René Quezada, hombre destacado en el referato local y que precisamente se vio involucrado en una jugada del primer tiempo. Corría por el costado derecho Carritos Caszely, el rey del metro cuadrado, con su acostumbrada velocidad y astucia, cuando fue derribado violentamente por un defensor victoriense, quedando absolutamente revolcado y bastante adolorido, por lo que hizo el reclamo respectivo al referee, quien no lo tomo en cuenta y pensó que solo era teatro, a lo que Caszely replicó “no tení idea ¡conchadetumadre!” ante tal ofensa, Quezada le mostró la cartulina roja, expulsándolo del encuentro, ante la rechifla generalizada del respetable, que se quedaba sin poder ver a la figura de espectáculo, pero el juez mantuvo su decisión firmemente y el delantero albo abandono la cancha.
El alcalde de la comuna de ese entonces, Patricio Villablanca, hincha furibundo de Colo Colo y una vez finalizado el primer tiempo, tomó el micrófono y a viva voz solicito al juez del encuentro que revocara su decisión, ya que la mayoría del publico iba precisamente a ver al chino Caszely recibiendo el apoyo de todos los asistentes con un gran aplauso. Ante tal presión, al arbitro no le quedo otra, que acceder a tal petición popular y el famoso Caszely ingreso al inicio del segundo tiempo, no sin antes, darle la la mano al juez diciéndole “Tranquilo viejito, disculpa el garabato, pero es la calentura del momento, así es el fútbol, pero ahora me voy a portar bien, claro que ojo con los fierrazos que pegan los victorienses”, finalmente Colo Colo 73 ganó por cuatro goles a uno, demostrando gran calidad. Por primera vez en nuestra ciudad y probablemente en nuestro país, un jugador volvió a jugar previa intervención alcaldicia, la que contó con el absoluto y popular apoyo de todos los presentes, mas si se trataba de un equipo visitante, que al final fue local, por la gran cantidad de hinchas “colocolinos”.

“Crónicas de más de un siglo, 90 años de las Noticias” (artículo extraido del Diario "Las Noticias")

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El hincha de toda la vida (Juan Gabriel Araya - Chile)

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Cuando pierde Colo-Colo yo me preparo para las bromas del día lunes; yo no soy como otros que siempre le echan la culpa al árbitro, al tiempo, o al cambio de entrenador, yo acepto que pierda el Colo, pero lo que me da rabia es que me echen tallas y eso que no soy fanático... Me amurro a la hora de las comidas y quiero que pase luego el tiempo para cultivar otra vez ese deseo de triunfo que se va acentuando en la medida en que se acerca el día sábado o domingo. Mi cabro chico también es colocolino; el mayor es loco por la alba. Yo no sé qué pasaría si el chiquillo tuviera otra simpatía, sencillamente no lo podría soportar: por ejemplo, si fuera de la Unión Española, sería un desastre. No puedo ver a esos malditos coños. Yo no tengo segundo equipo, soy colocolino y punto. Soy definido en mis ideas y le tengo amor a la camiseta, si fuera futbolista no me iría nunca de mi club; y no aguanto que los jugadores veteranos, aquellos que siempre han sido del indio, se cambien a otro equipo por dos chauchas más. Si se hubiera ido el Pollo Véliz del equipo cuando éste pasaba por su época de oro, habría sido la ofensa más grande para lodos los hinchas que gritamos todas las semanas en los diferentes estadios en que juega. Reconozco que soy colocolino por herencia: mi padre, allá en mi pueblo, tenía una carnicería, de tal modo que cuando se trataba de hacer una manifestación al equipo de sus amores, era el primero en ofrecer un asado como dios manda: una vez, el equipo titular del Colo fue a jugar con nuestro seleccionado local: fue un día de fiesta inolvidable. Después del partido, el viejo invitó a los jugadores de ambos equipos y a sus dirigentes, más algunos vecinos importantes en el deporte más popular; creo que eran más de cien personas, pero sus gritos enfervorizados las duplicaban. Ese asado inolvidable fue uno de los acontecimientos más importantes de mi vida, yo era muy niño, pero aún lo recuerdo, jamás se me olvidará, al día siguiente conté el hecho histórico a todos mis compañeros de escuela:
-¿Saben una cosa? Ayer estuvo en mi casa todo el equipo del Colo-Colo, ¿qué les parece? Me ufanaba como un pavo, desperté la admiración y el entusiasmo de todos los chiquillos, los que abrían unos ojos como platos al escucharme admirados. ¡Qué suerte la tuya!
Mi taita era de los que apostaban dinero, cuando ganaba invitaba a todos sus amigos a pichanguear; si perdía, por supuesto que pagaba, pero cerraba las puertas de su casa y no recibía a nadie. ¡A nadie! Con decirle que un día de derrota fue a verlo mi abuelita y él conversó con ella a través de la puerta semiabierta, echándole en cara que no había hecho bien el pilato en su pañuelo, apretándolo bien, y que por esa razón el Colo había perdido. Acto seguido, sencillamente la echó de la casa: mi padre era cosa seria, usaba insignia en la solapa y a nosotros nos compraba camisetas blancas para que las luciéramos en el barrio, donde casi todos eran del Colo. Así era mi padre y de esa forma nos crió. Yo estoy orgulloso de ello, pues nos dio sólidos principios y nos entregó un sentimiento de amor hacia el fútbol, claro que sobre todo al Colo, por eso siempre he dicho que el Colo es amor, entrega, además de ser puro pueblo -como decía un ñato en San Miguel-, puro populacho, me parece que es el equipo más parecido al pueblo mismo. Recuerdo que en una oportunidad el Colo fue a jugar a Talca, ciudad donde yo vivía, puesto que trabajaba allí; como llegué un poco atrasado al estadio, me quedé sin asiento, y a pesar que había asientos vacíos entre los partidarios del Rangers, equipo rival del Colo ese día, no busqué allí acomodación, sino que me encaminé resueltamente al lugar donde se encontraba la barra de mi club. Partí, entonces, a las tribunas generales donde estaban instalados sus partidarios y dirigiéndome a ellos les dije con voz alta:

-¿No hay aquí, entre estos caballeros del deporte, un lugar para un colocolino de corazón? Mil gargantas me contestaron:
-Aquí, compadre, véngase a tomar con nosotros un pencazo. ¿Quién es Colo-Colo? gritaban en el colmo de la alegría, y respondían miles de gargantas ¡Chileee! Y por supuesto que me instalé allí.
¡Cómo comí y tomé aquella memorable tarde! Después de esa afortunada experiencia ¡cómo no voy a ser colocolino! El Colo-Colo no es como otros clubes, que tienen padrinos poderosos, colonias extranjeras que los protegen, ciudades y regiones importantes, no, no, este deportivo está amparado por todo el pueblo de Chile. No tiene gracia tener un equipo financiado por los turcos, por los conos o los bachichas, nosotros los chilenos, somos chilenitos para nuestras cosas, por eso cuando el club tiene problemas, los supera y sigue siempre adelante. No creo en ese cuento que hay pirañas económicas detrás de su directiva, ésas son patrañas, inventos; claro que a veces tenemos dirigentes malos, malos serán, pero nunca chuecos ni mal intencionados. Todos ofrecen su vida por la institución, su tiempo, incluso su dinero; no es cierto que haya habido malos manejos de fondos y, por último, tenemos los mejores abogados. He dicho, pero no soy fanático, si usted viera cómo son los verdaderos fanáticos cuando llega a perder el Colo; queman sus carnés, le tiran botellazos al árbitro, naranjas a los guardalíneas, le pegan a la señora, sacan cuchillo y se curan hasta las patas. Esos son fanatinchas y le echan el pelo a la leche. Yo no: claro que me molesta que me bromeen cuando pierde el Colo y no me gustaría que mis hijos fueran partidarios de otro equipo porque no podría conversar con ellos, simplemente, por eso seguiré insistiendo en hacer de todos ellos fieles defensores hasta la muerte del Colo-Colo...
Y saboreando amargamente su propio autogol, al empujar la pelota de saliva hacia el fondo de las mallas de su garganta, el hincha de toda la vida tomó su bolígrafo, y marcó con una crucecita su preferencia optimista por el equipo adversario del Colo-Colo en el concurso número 240 de la Polla Gol chilena; sin saber aún cuál iba a ser su comportamiento partidario el próximo domingo en el estadio principal del país, abandonó la agencia, pensando que esa cuestión de los principios era un asunto harto complicado.

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