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Se juega (Rubén Juárez - Argentina)

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Caídos en desgracia (clubes grandes con archivos chicos)


A lo largo de su historia tuvieron todo dado para festejar, pero la sucesión de fracasos y extraños hechos de diverso tipo los transformó en los antihéroes del fútbol mundial. Estos son los elegidos-

No nacieron un martes 13 ni son un producto genuino del vudú. Sus hinchas tampoco rompieron una producción en masa de espejos en el día de su fundación. O tal vez sí, porque de manera casi inexplicable, estos clubes entraron en el imaginario popular por ser víctimas de una especie de conjura eterna.

Son clubes enyetados, resignados a que les sucedan las cosas más increíbles, clubes que se doblan, se achican y se retuercen en un sufrimiento no perecedero, pero que no quiebran (al menos, sentimentalmente) y ante cada fracaso sólo aumentan la pasión de sus hinchadas, todas ellas multitudinarias.

Son clubes que ven cómo sus rivales ganan mientras ellos pierden de las formas más ridículas, que aceptan que sus mejores jugadores se van y sólo llegan peores, que si llegan a traer grandes nombres inevitablemente presencian cómo son devorados por fantasmas que nadie tiene idea de cómo entraron, mucho menos de cómo hacer que se vayan.

Es la liga de la malaria. La misma a la que pertenecía el Chelsea que, hasta la llegada de Mourinho en 2003, hacía 50 años que no ganaba nada, con planteles riquísimos.

Es la misma liga a la que pertenecía -¿o pertenece?- el Inter, otro de planteles inigualados, gestor de derrotas increíbles como la del 5 de mayo de 2002 en la última fecha, el mismo Inter que se pasó 16 años sin salir campeón, que echó más técnicos que ninguno (con Moratti padre e hijo), y que cuando por fin logró el título este año, tuvo que cancelar los festejos previstos porque el Milán le arruinó la fiesta al ganar otra Champions con dos descartes interistas: Pirlo y Seedorf. Es la misma liga por la que pugnó para entrar el Bayer Leverkusen (2° en Bundesliga, Copa y Champions 2002) y donde estaría Inglaterra, si se contaran selecciones: siendo los inventores del fútbol, nunca pudieron ganar ni una Eurocopa, y el único Mundial que festejaron, hace 41 años, llegó como país organizador y con un gol que nunca cruzó la raya.

Los hinchas de éstos y otros clubes que no aparecen aquí podrían argumentar que sus equipos son más merecedores de figurar en esta lista. Y quizás tengan razón: pueden ser tan desgraciados que ni siquiera tuvieron la suerte de salir publicados en esta nota.

1 TORINO (Italia)

Si ser rival de la Juventus, el equipo más ganador de Italia, ya de por sí es una desdicha, el sufrimiento de los hinchas granates trasciende mucho más que ese.
En el campeonato de 1914/15 al Torino le faltaba jugar el último partido contra el líder del torneo (a quien había vencido 6-1 en la primera vuelta) y si le ganaba, era campeón. Empezó la Primera Guerra Mundial y al torneo se lo dio por finalizado como estaba. ¿Mala suerte?
En 1928, le revocaron un campeonato ganado por tentativa de soborno a Allemandi, un jugador de la Juventus, que luego fue sobreseído, aunque el título nunca devuelto. En los años 40, llegó a tener el mejor equipo del mundo: había ganado cinco títulos consecutivos, hasta que el 4 de mayo de 1949 el avión en el que volvía el equipo cayó en la Basílica de Superga, cerca de Turín. Todos los jugadores y miembros del cuerpo técnico murieron.
A mediados de los 60, la aparición de Gigi Meroni -el fantasista más refinado de su generación- relanzó al Torino a lo más alto, hasta que a los 24 años Meroni murió atropellado en una avenida. Quien manejaba el auto era un fanático del Torino, de 18 años, que años más tarde, curvas del destino mediante, se transformó en el presidente de un club al que pocas veces le sale una bien. Tuvo 5 descensos desde 1989, perdió una final de UEFA por gol de visitante, pegando tres tiros en los palos, y quebró en 2005: por este motivo no lo dejaron ascender aunque ya habían celebrado el retorno a la Serie A.

La frase: “Un club que el destino acarició como una flor y perforó con una espada sarracena” (Sandro Ciotti, periodista italiano)

2 RACING CLUB (Argentina)

La historia arranco demasiado bien para uno de los gigantes de Avellaneda. De los clubes que aún existen (Alumni desapareció), fue el primero en reinar en el amateurismo al lograr siete campeonatos seguidos (1913-19), y ganarse el mote de Academia. Fue el primer tricampeón del profesionalismo (1949-51) y el primer argentino en ser campeón del mundo (1967). Ostentó el récord de victorias consecutivas (39) durante 32 años (1967-99). Hoy, tras los 35 años sin festejos, Racing quedó como el grande con menos campeonatos locales (7), con Vélez pisándole los talones (6). El día que padeció la peor humillación de su historia y se fue al descenso, el escenario pareció montado por el Diablo: 22/12/83, cancha de Independiente, última fecha y el rival eterno dando la vuelta olímpica en las narices. Peor imposible. El DT era una gloria del club: Pizzuti. Estuvo dos años en la B, época en la que la barra golpeó a otro ídolo como Cejas, y logró el ascenso por un octogonal, sin ganar el campeonato. Al regresar, como se habían modificado las estructuras de los torneos, debió alquilar su equipo completo, que jugó para Argentino de Mendoza, para que no estuvieran seis meses parados y pudieran pagarle los sueldos. Apeló a manifestaciones religiosas para ahuyentar los malos espíritus, su estadio funcionó como depósito de papas, le dictaron la quiebra, fue el primer y único equipo grande gerenciado, tuvo que soportar que las hinchadas rivales le cantaran “a esta empresa le tenemos que ganar” y el esperado día en que se consagró campeón luego de 35 años, el día tan soñado y anhelado, coincidió con la peor crisis de la historia argentina (De la Rúa yéndose en helicóptero) y el hecho pasó casi inadvertido.

La frase: “Hoy Racing ha dejado de existir” (síndico Liliana Ripoll, Marzo de 1999)

3 GENOA (Italia)

El club más antiguo de Italia, fundado en 1898, comenzó dispuesto a ser uno de los grandes, pero el último de sus nueve scudettos data ya del año 1924. Todo lo glorioso del Genoa hay que verlo en blanco y negro. En 1925 ya empezaron sus penas, cuando una invasión de campo de los hinchas del Bologna obligó al árbitro a convalidar un gol aunque la pelota se había ido afuera. Ese gol le robó el décimo campeonato, que no llegaría nunca más, ni con la llegada de Guillermo Stábile, con el que se fueron al descenso.
Los hinchas, pasionales, llegaron a llenar el estadio Luigi Ferraris unas horas después del bombardeo inglés de 1941, que había dejado 144 muertos. La venta de Gigi Meroni al Torino provocó un cisma: muchos hinchas que habían hecho una colecta para que se quedara se sintieron traicionados por la sociedad: uno de ellos fue el inversor Paolo Mantovani, que en el 70 compró al clásico rival, la Sampdoria y la llevó a ganar la Copa Italia, la Recopa europea y el scudetto 91. En 2005, encontraron a un dirigente del Venezia saliendo de las oficinas del presidente del Genoa con 250 mil euros. Del ascenso a la A, ya celebrado, terminaron yéndose a la Serie C1 por soborno.

La frase: “En Génova, es la Sampdoria o el psicoanálisis” (graffiti)

4 ATLAS (México)

Los Zorros de Guadalajara fueron el primer equipo de México en tener escuelas de fútbol por lo que también se ganaron el apodo de “La Academia”, que reafirmó con los años ofreciendo juego de alta calidad. Atlas fue el primer campeón del estado de Jalisco, en 1951. Jamás imaginaron sus seguidores que sería el último. Y que el rival más encarnizado de la ciudad, Las Chivas, sumaría alegrías en la misma proporción que su adversario recibía cachetazos, hasta erigirse en el máximo campeón del país, con 11 títulos. De su cantera salen los mejores proyectos. En el último Mundial la base era “atlista”: Rafa Márquez, Pardo, Guardado, Oswaldo Sánchez y Borgetti. Llegó tres veces a la final, la más recordada fue la última (1999), con La Volpe como DT: cayó por penales con Toluca.

La frase: “La gente ve al Atlas como un equipo con alguna maldición, y por eso a su afición se la llama La Fiel Rojinegra; es ilógico que siendo vecinos de las Chivas, le vayamos al Atlas” (Fernando Clouthier, editor del diario Público Milenio e hincha del Atlas)

5 FEYENOORD (Holanda)

Ser uno de los grandes de Holanda es tener fortuna, dirán los equipos chicos de ese país. Pero el Feyenoord está dispuesto a rebatirlos: en una liga que sólo ganan tres, el Feyenoord es el grande más sufrido, que tuvo su apogeo en los 60 y llegó a ganar la Copa de Europa del 70, pero inmediatamente vio su logro opacado por la aparición del gran Ajax. Resignado a no jugar la Champions por culpa del Ajax y del PSV, el año pasado sufrió la descalificación de la Copa UEFA porque sus hinchas, cansados de perder, destrozaron la ciudad de Nancy. No ganan un título local desde 1999 y sólo ganaron tres en los últimos 32 años. Esta es la primera temporada en 16 años que ni siquiera clasificó a Europa.

6 BOTAFOGO (Brasil)

La máxima expresión del fútbol carioca reducida a un montón de escombros: el Botafogo llegó a ser un equipo muy próspero y terminó en el puesto 12° en la lista que hizo la FIFA entre los grandes clubes del siglo XX. Base de la selección brasileña muchos años, con Garrincha, Nilton Santos, Zagallo, Jairzinho o Didí, jamás pudo traducir su reinado a nivel local, perdió su estadio por falta de pago y cuando recuperó los terrenos la sede ya había sido demolida. Tiene sólo dos títulos nacionales, 1968 y 1995, y se pasó 21 años sin siquiera ganar un trofeo carioca. La increíble eliminación con River en la última Sudamericana fue sólo una más de su cadena de hechos aciagos, que por supuesto incluyó el descenso, en 2002.

La frase: “Hay cosas que sólo pasan en el Botafogo” (dicho popular)

7 GIMNASIA Y ESGRIMA LA PLATA (Argentina)

En ciudades como La Plata o Rosario, no hay escapatoria. Se es de uno de los equipos o del otro, y si se pierde el clásico, hay que encerrarse una semana en casa. Ni el River-Boca, más universal, es tan cruel con sus simpatizantes como el clásico rosarino o platense. Así, lo de Gimnasia podría asemejarse a un martirio inigualable. El Lobo no ganó ni un solo campeonato de los buenos en 76 años de profesionalismo mientras que su rival, Estudiantes, tiene 4. No sólo eso: el Pincha además logró 3 Libertadores (más que River, Racing y San Lorenzo), 1 Intercontinental y 1 Interamericana. Cinco Copas internacionales contra ninguna de Gimnasia. En la disputa directa, si bien no existe una diferencia sensible en el historial (Estudiantes ganó 4 partidos más), el Lobo lleva 115 clásicos y 64 años sin ir arriba. Y carga con las peores humillaciones. La mayor diferencia en un clásico la alcanzó Estudiantes (7-0 en 2006), la segunda mayor también es de Estudiantes (6-1 en tres ocasiones) y la tercera mayor lo mismo (5-1 una vez). La victoria más amplia de GELP fue por tres goles. Demasiado desparejo. Para peor, el Lobo dejó escapar cuatro campeonatos que tenía en la mano: 1933, 95, 96 y 2005. La más increíble fue en el Clausura 95: con un empate en la última fecha, en su cancha y contra un Independiente fuera de combate, daba la vuelta. Perdió 1-0 (gol de Mazzoni). ¿El colmo? El año pasado, los hinchas amenazaron a sus jugadores para que perdieran contra Boca y así perjudicar a Estudiantes. Después de la grotesca pantomima, el Pincha igual fue campeón.

8 AMÉRICA DE CALI (Colombia)

Es el segundo equipo más campeón en Colombia, detrás de Millonarios, con lo que resulta extraño rotularlo de “maléfico”. Sin embargo, a pesar del descomunal respaldo económico del cartel de la droga en los 80, en el continente hilvanó estrepitosos fracasos. Disputó cuatro finales de Libertadores y perdió las cuatro, tres consecutivas. La primera (1985) ante Argentinos, debutante en la Copa, por penales. La segunda (1986) ante otro que jamás la había conseguido por múltiples hocicadas (River). Y la tercera (1987), frente a Peñarol, fue la más insólita. Ganó 2-0 en la ida, perdió 2-1 la vuelta tras ir en ventaja y aguantar el 1-1 hasta faltando tres minutos. En el desempate fue al alargue tras el 0-0. Si mantenía el resultado era el primer club colombiano en alzar la Copa, pero cayó 1-0 en la última jugada del partido, el reloj clavado en 14´ 58´´ del ST. La cuarta final la perdió con River en el 96.
Es decir: River, con sus traumas coperos, sólo pudo ser campeón con el América enfrente. Encima, Atlético Nacional y Once Caldas fueron campeones de América en su primera final.

9 SCHALKE 04 (Alemania)

Hace 49 años que no salen campeones y se les escaparon tres títulos en la última fecha luego de ser líderes en buena parte del año: 1972, 2001 y 2007. El de 2001 fue el peor porque Bayern lo ganó en el cuarto minuto de descuento mientras el Schalke celebraba. Uno de los equipos más populares de Alemania, a sus hinchas se les conoce porque muestran un raro deleite ante la cultura del fracaso permanente y se enorgullecen de seguir siendo una pasión casi irracional. Su victoria en la UEFA por penales llegó ante otro candidato a este club, el Inter. Pero ni siquiera la filiación del papa Juan Pablo II como socio honorario les cambió la providencia: ese año se fueron al descenso. Eternos cebollitas, ahora suman tres subcampeonatos en los últimos siete años.

La frase: “Tengo malas noticias para ustedes, soldados. El Schalke hoy perdió 5 a 0” (famosa línea del capitán del submarino en el filme Das Boot)

10 TOTTENHAM HOTSPUR (Inglaterra)

Bautizado originalmente Hotspur FC en homenaje a un personaje de Shakespeare, su historia tiene mucho de tragedia, especialmente en las últimas décadas. El primer club inglés en ganar en Europa (al Atlético de Madrid, curiosamente), tuvo su último momento de gloria en las FA Cups de 1981 y 1982, con Ossie Ardiles y Ricky Villa, y la Copa UEFA del 84. Y aunque tuvo a jugadores como Venables, Gascoigne, Klinsmann, Lineker, Sheringham o Waddle en su plenitud, no sólo no logra ganar el campeonato local desde 1961, sino que tuvo fracasos estrepitosos, marcados además por el crecimiento del Arsenal y la explosión del Chelsea. Estuvo al borde de la quiebra en 1990 y hace 17 años que lo único que gana es una cosa: para elegir un equipo antihéroe en Inglaterra, frente al Tottenham cualquiera pelea por el segundo puesto.

11 ATLÉTICO DE MADRID (España)

Pese a los fichajes estelares de jugadores y entrenadores (Bianchi duró 6 meses), el segundo club en simpatizantes de España conquistó una liga de las últimas 30. En ese lapso, el Madrid logró 13 y el Barcelona, 9. Si hace 30 años, el Aleti peleaba con el Barcelona por el segundo lugar del podio (9-8 en títulos), hoy está tercero lejos y con chances de ser superado por el Athletic de Bilbao (8).
Acumula 12 años sin levantar la Copa del Rey, lapso en el cual perdió dos finales. Es el único grande que se fue al descenso (99/00) y salió 4° en su primer intento. Suma ocho años sin ganarle al Madrid (7 PP y 4 PE). Una sola vez llegó a la final de la Copa de Campeones, en 1974: vencía 1-0 al Bayern Munich y a un minuto del final le igualaron con un disparo de mitad de cancha porque su arquero le estaba regalando los guantes a un fotógrafo. Desempataron a los dos días y perdió 4-0. El clásico por excelencia, que en los 70 era Madrid-Atlético hoy es Madrid-Barcelona. Eso sí: tiene la hinchada más fiel.

12 UNIVERSIDAD DE CHILE (Chile)

Colo-Colo y la u son los clubes más populares de Chile. A ese nivel, que uno de los dos esté 25 años sin ser campeón (1969-94), cuando el otro estuvo como máximo 7, y que encima en ese lapso se vaya al descenso (1988, Pellegrini DT) cuando el otro jamás cayó a Segunda, invita a la comparación y el encasillamiento. Allí cimentó su rasgo de equipo sufrido.
Colo-Colo, además, fue el único chileno en ganar la Libertadores, en 1991, año en que la U zafó del descenso (fue 14° de 16). En 1996, con Russo como DT y Salas como figura, la U llegó a la semifinal de América: fue superado por River Plate por un gol, con un arbitraje escandaloso en la revancha. Hoy, lleva 6 torneos sin ser campeón y ganó 1 de los últimos 12.

13 PARIS SAINT-GERMAIN (Francia)

Un equipo sin mucha fortuna desde sus comienzos, en 1904, ya que el Paris Saint-Germain nunca pudo situar a la capital en el lugar que se merecía (a pesar de la pretenciosa cuna real que muestra en su escudo) frente a otras ciudades como Marsella, Nantes o Saint Etienne que sí tenían equipos dominantes. En 1970 se fusionó con el FC Paris pero la unión duró lo que un suspiro y el PSG fue obligado a recomenzar en Tercera División. Ganó sólo dos títulos en su historia, el último en 1994, a pesar de haber tenido cracks como Just Fontaine, Djorkaeff, Ginola, Weah, Rai, Okocha, Anelka y Ronaldinho. La creciente inversión millonaria en sus planteles y la falta de resultados los transformó en el hazmerreír de Francia, un equipo que de tan parisino, hasta aprendió a perder con estilo.

(nota publicada en la revista argentina “El Gráfico”, en la edición de Diciembre de 2007)

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Te quiero tanto (Sergio Denis - Argentina)

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Siempre se sostuvo que el inolvidable cantante Carlos Gardel tenía predilección futbolera por Racing de Avellaneda, entre otros motivos por ser amigo de uno de los jugadores "académicos" de mayor renombre de los primeros tiempos de nuestro fútbol: Pedro Ochoa, "Ochoíta", como le decía el "Zorzal Criollo".
Sin embargo, el libro del periodista Enrique Escande, "La Viruta, con anécdotas del fútbol", dice textualmente en unos de sus párrafos: "No existe documento alguno en el que figure que Gardel era hincha de Racing, y, por el contrarío, hay una entrevista publicada por la revista "La Cancha" (Nº 277), del 16 de Septiembre de 1933, en el que Gardel deja en claro que no tiene ninguna preferencia por un equipo y que, más que el fútbol, a él le gustaban los chuchos (caballos de carrera)".
El autor de la entrevista fue el periodista Julio César Marini, quien ante una pregunta referida al tema de su predilección, el cantante respondió: "Mis simpatías las distribuyo entre todos por igual. Me gusta Racing, Gimnasia, que dicho sea de paso está haciendo una campaña maravillosa, y Boca Juniors". Gimnasia y Esgrima La Plata era puntero del campeonato de ese año durante 27 fechas, con José María Minella como capitán.
Por último, Carlos Gardel, quien tenía como guitarrista y amigo personal a Guillermo Barbieri, (padre de Alfredo Barbierí y abuelo de Carmen Barbieri) acérrimo hincha de Huracán, aclara: "¿Si soy hincha de Huracán?.. A ciencia cierta no se si soy hincha de alguno. Me interesa el desarrollo de los campeonatos, me interesa ver algunos partidos de vez en cuando, pero... Vea, un domingo llegamos a la cancha, nos palpitamos el primer tiempo, pero no pudimos aguantar. Fue más fuerte la pasión por los burros y en un auto, a todo lo que daba, nos fuimos al hipódromo de Palermo".

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Las cábalas


Las cábalas son una institución dentro del ambiente del fútbol. Las respetan hasta los que no creen en ellas. Tiene mucho que ver con el miedo, con esa impotencia que siente el jugador antes de la competencia, con esa tensión nerviosa que le produce saber que algo va a pasar pero no sabe qué. El jugador siente mucho miedo, en esos momentos, pero no miedo físico, a una lesión o a una agresión. Su temor es de otro tipo. Le teme a lo desconocido. Por eso recurre a las cábalas.
Yo las tuve. Simples, inofensivas. Siempre me ataba primero los cordones del botín izquierdo. Cuando entraba a la cancha lo hacía con el pie derecho. Eran tan comunes como las de comer siempre en la misma mesa y con los mismos compañeros, la de ubicarse en el mismo asiento en el micro. Hay jugadores que se persignan al entrar a la cancha. Otros que se agachan, toman una matita de césped con la mano derecha y la besan. Mostaza Merlo venía a la concentración con un sobretodo largo y una bufanda roja cuando ya apretaba la primavera. Cuando River le cortó al Racing de Pizzuti su serie de treinta y nueve partidos invictos, nuestra reacción fue quemarle al Yaya Rodríguez el saco azul que había vestido durante tanto tiempo. Estábamos cansados de ese saco y la cábala ya se había cortado...
El espíritu cabulero aumenta cuando el jugador se hace técnico porque suma las propias a las del equipo. Lo curioso es cómo se mezclan las místicas con las paganas en el afán de encontrar una protección a lo que vendrá. Por las dudas se cree en todo y se mezclan las creencias.
El domingo que tenía que debutar en Cruzeiro, el masajista del equipo me despertó temprano. Muy temprano para lo que era habitual en mí: dormir hasta el mediodía los días de partido. Esa vez me despertó a las siete y media de la mañana:
-¡Vamos gringo que hay que ir a misa! -me dijo.
-¿Qué misa?, déjame dormir -le respondí.
El masajista insistió tanto que me tuve que levantar. Entonces ví como de una camioneta bajaban todo lo necesario para armar un altar. Estaban todos mis compañeros, el cuerpo técnico. No faltaba nadie. En medio de la ceremonia, el cura empezó a mezclar la liturgia con indicaciones tácticas hasta que terminó dándonos una verdadera arenga para ganar el partido, una charla técnica...
La misa terminó con una bendición general de los botines que íbamos a utilizar. Llegó la hora del partido, jugamos y perdimos.
Al domingo siguiente me acerqué al cura y le pregunté qué había pasado. Con una de esas sonrisas cancheras que identifican al mejor porteño me respondió de inmediato:
-Roberto... la bendición no es para un solo partido.
Las cábalas son una prisión de la cual no se sale más, por eso el sentimiento de culpa es tremendo cuando alguien se olvida de una y el equipo pierde. Yo no las niego, total no cuesta nada ponerse primero el botín derecho. Son parte del folklore y le dan material a la prensa. Pero yo nunca les di bola como jugador ni como técnico. Respeto a los creyentes, pero me incomoda pensar que un equipo gana por una cábala, porque hay demasiado pensamiento mágico en el fútbol con el que yo no estoy de acuerdo para nada.
Los éxitos sólo hacen aumentar la superstición.

(extraído del excelente libro “Jugar al fútbol” de Roberto Perfumo, ex jugador de fútbol y psicólogo social, Libros Perfil S.A., 1997)

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La cancha interna


La cancha interna es el registro que tiene el jugador de todo lo que ocurre durante el juego con sus compañeros, los rivales, el referí, la cancha (sus dimensiones), los minutos que faltan, el clima, qué es lo mejor y lo peor de su equipo y del rival, por dónde sacar ventaja, qué parte de su equipo hay que reforzar, qué jugador está cagado, cuál agrandado, a quién hay que marcar hombre a hombre y por cuánto tiempo, cuándo hay que putear y cuándo alentar, cuándo hablar o no con el árbitro y así podría seguir infinitamente porque hay un montón de variantes en un partido de fútbol.
Cuantas más variantes pueda manejar internamente un jugador, mejor cancha interna va a tener, mejor lectura de lo que está ocurriendo en el partido, y a partir de ahí va a modificar o no el trámite. Voy a tratar de explicarlo con dos ejemplos simples. Uno es mi registro interno del tiempo. Yo ando por la ciudad, llena de cosas para distraer (como un partido); y quiero caminar cuarenta minutos, no miro el reloj a propósito y no le erro, puedo caminar treinta y nueve o cuarenta y un minutos, pero no más: el fútbol me dio el reloj interno.
Otro ejemplo: cuando jugaba en Racing y entrenaba casi todos los días en el estadio, me guiaba por los carteles de publicidad. Sin mirar tiraba la pelota y decía: En "Fernet Branca" está Cárdenas; en "Renomé", Maschio; en "Cinzano", el Toro Rafo. Les ganaba un tiempo a todos porque no apuntaba para pasar la pelota, tenía el registro interno de toda la cancha de Racing; es como el registro interno de la casa de uno donde podemos entrar y movernos con los ojos cerrados, porque tenemos calculado dónde está todo.

(extraído del libro “Jugar al fútbol” de Roberto Perfumo, ex jugador de fútbol y psicólogo social, Libros Perfil S.A., 1997)

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¿Es verdad que una vez te negaste a ser suplente de Fillol?

Algo así. Fue en 1987, el “Coco” Basile estaba en Racing. Yo me vine para acá, arreglé mi situación económica y fui a hablar con Basile. El Coco me advirtió: “Mire pibe, aquí el titular es Fillol”. Enseguida pensé: así no voy a tener la chance de nada, ni siquiera de pelearla. Entonces le dije al “Coco”: “Le agradezco mucho, pero yo no soy suplente de nadie”. Y me volví a Córdoba.

¿El gol más bobo que te comiste?

Uno de Craviotto, en la cancha de Estudiantes, en la época de Menotti. La pelota me picó adelante, tomó un efecto rarísimo, yo salté y me pasó por arriba. Craviotto estaba atrás y metió la cabeza. Los medios me mataron. A los pocos días me crucé a Amadeo Carrizo por el club y me la dejó bien clara: “No se preocupe pibe, todavía se va a comer 300 goles bobos más, el tema es que no sean todos en el mismo partido”.

¿Alguna vez te agarraste a trompadas con un compañero?

Me pegaron. Linda piña me dio en Talleres Tévez, un negro grandote como de tres metros. Estábamos discutiendo, jetoneando y me metió una piña terrible. Me bajó los humos. Yo era de pelearme bastante en esa época.

(ÁNGEL DAVID COMIZZO, ex arquero del fútbol argentino, en un reportaje publicado en la revista “El Gráfico” en Mayo de 2002)

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Distinto a los demás (Anónimo - Argentina)


Y un día…
alguien dijo que ya no existías,
pobre no sabe lo que hizo,
primero paralizó el corazón de millones de tus fieles seguidores,
mas tardó un instante en que tus fieles salieran a la calle a decir acá estamos
y hay ciertas cosas que no se tocan.

Perdónenla, no sabía lo que decía y lo que podía provocar.
Tus incansables seguidores allí estuvimos...

Como tantas otras veces, allí estuvimos...
como cuando nos fuimos a la "B",
como cuando jugamos un partido sin jugar (solo tu gente),
como cuando nos alquilaron la cancha y también el equipo,
como cuando las derrotas nos hacen más fuertes
y cantamos y alentamos hasta límites increíbles,
que solo vos RACING podes entender,
como cuando nos quedamos una hora gritando en Caballito
tras haber perdido con Argentinos,
¿festejando qué?…. ¡ser de Racing!,
como cuando defendimos Villa del Parque, como tantas veces…
sí por vos y solo por vos RACING
el nombre, los colores, el escudo, el estadio, Tita, tu gente y tus banderas.

Tus guardianes en la tribuna,
aquellos que transforman el sufrimiento en energía para seguir adelante,
a pesar de todo.

Al 2001, 35 años ¡Ja! ¿A quién le importa?,
nosotros te juramos amor y respeto eterno,
es el compromiso del corazón, y no el de la razón.

Por eso no digo que nuestro amor sea mayor o menos al de los otros,
pero si digo que nuestro sentimiento es: ¡Distinto a los demás!

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-¿La quiebra de Racing es paradigmática con respecto al destino de los demás clubes?

-Es la primera prueba piloto, un buen ejemplo para entender cómo, con el verso del gran negocio, se vacían los clubes. Racing fue el mejor ejemplo de lo peor que podían hacer los dirigentes. Mucho peronismo berreta adentro, del malo: un club acostumbrado a que le regalen todo, la cancha, las piletas, la iluminación... Era una fiesta y mirá cómo terminó: ahí los tenés a los gerenciadores.

-¿Por qué cree que el fútbol permite estas contradicciones?

-Las permite porque la gente está tarada buscando que no la carguen más.
Racing le debía cuatro años de sueldo a Sergio Zanetti; lo metieron adentro de la convocatoria de acreedores y vos hablás con el hincha de Racing, obrero, laburante, que por ahí hoy está de piquete, porque le sacaron todo, y por ahí te dice:
“Qué querés, Zanetti se metía los goles en contra”.

(NORBERTO “Ruso” VEREA, ex arquero del ascenso argentino, columnista en programas de radio y TV, vaticinando en “Página 12” del domingo 31 de Agosto de 2003 lo que sería una cruda realidad para el futuro racinguista)

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Una nostalgia estúpida hizo que no supiera responderle a un gran club como Racing. Me porté mal con los dirigentes, con la hinchada y también con quienes eran mis compañeros.

(SERGIO "Sapo" LIVINGSTONE, ex arquero chileno y actual comentarista de fútbol, recordando su "huída" de la entidad de Avellaneda allá por 1943, cuando era el arquero titular de los albicelestes)

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Tenía que reportear a Roberto Perfumo camino a la cancha de Racing. Cuando llegué a su casa en Sarandí, como para hacerme el vivo, le dije: "Usted sí que tiene suerte: gana plata haciendo lo que más le divierte". Perfumo me miró serio y me hizo comprender todo de golpe. "Mire, cuando salgamos de acá, mi esposa me va a pedir que ganemos porque nos faltan pagar ocho cuotas de los muebles. Abajo, el diariero me va a gritar que ganemos porque se jugó cinco mangos a favor nuestro. En la puerta del vestuario, los hinchas me van a apretar al grito de Roberto, ¡tenemos que ganar!, ¿eh?,¡ tenemos que meter!, ¿eh?
Mientras me cambio, un tipo me va a decir todo lo que tengo que hacer para no perder y todo lo que tengo que hacer para ganar. Con toda esa presión, ¿usted cree que me puedo divertir cuando entro a la cancha?"


(ENRIQUE MACAYA MÁRQUEZ, periodista deportivo argentino, en declaraciones a la revista "Veintidós", 6/7/2000)

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No veo la hora de salir, para seguir cantando (José M. Pascual - Argentina)


Era el primer día de práctica para un psiquiatra que con el título recién impreso y una carta de recomendación, había llegado al internado, con muchos libros encima pero poca calle.
Transitó los largos pasillos acompañado por el director y entre preguntas, respuestas y comentarios llegaron al jardín, un lugar plácido donde todos suelen caminar hacia ningún lugar.
Al joven le llamó la atención un hombre que bajo un árbol observaba fijo una fotografía en blanco y negro con expresión nostálgica. Dirigiéndose al director le preguntó sobre el caso y él le respondió que era buen momento de empezar a trabajar, le palmeó la espalda y lo dejó solo.
El principiante entendió la cuestión y se dirigió hacia el hombre de la foto.
-¿Cómo le va?
-¿A mí? Fenómeno- Le respondió.
-¿Hace mucho que está acá?
-Y sí, creo que sí. Respondió el hombre con voz melancólica y sin soltar la foto.
Ninguna de las preguntas parecía disparar una conversación que le permitiera esbozar un diagnóstico.
Al día siguiente volvió al jardín y la postal era idéntica. El hombre, el árbol, la foto y ese aire fresco de la mañana. Esta vez fue el hombre de la foto el que inició la rueda del interrogatorio.
-¿Le gusta el fútbol doctor? -¿El fútbol? Sí, como a todos, es un lindo juego.
-¿Un lindo juego? -Volvió al ataque con una sonrisa socarrona.
-Es una pasión doctor, una pasión ¿entiende?- Y ahí nomás comenzó a contar una historia que su oyente desconocía.
-Era el año 67, una cosecha memorable; salimos campeones, los muchachos que fundaron el club esa noche templada de Marzo de 1903 en la salita de espera de la estación Barracas sur se cansaron de verlo campeón, pero cada campeonato tiene un gustito distinto. Como las mujeres, ¿Vio?. Todas iguales hasta que nos enamoramos.
-Después de la copa que decía que éramos los mejores de Argentina vino la Libertadores, 2 a 1 en la final contra Nacional de Montevideo. Cardozo y Raffo nos regalaron el título de los mejores de América.
-El camino siguió y nos llevó hasta Escocia. Enfrente el Celtic y alrededor 120.000 escoceses. Gracias al aguante de Cejas, Perfumo y el Coco, perdimos apenas 1 a 0.
-La revancha era acá, en Mozart y Cuyo, de locales. A los 21 minutos, 1 a 0 arriba el Celtic y todos nosotros buscando explicaciones en el cielo.
Pero el viejo Maschio, como esos caciques de las leyendas, no paró de empujar al malón hasta que maduraron los goles de Raffo y del Chango.
Se vino la final en campo neutral, allá en Montevideo. Uno de los cuadros memorables de la historia del deporte. La elipsis perfecta del zapatazo de Cárdenas y la pelota entrando en el ángulo superior derecho del guardián escocés. Todavía tengo la foto, mire que maravilla. Esa noche llegué al puerto de Buenos Aires en un estado tal que aunque traté de dar explicaciones me internaron directamente. Yo les hablaba sobre el Equipo de José y la Copa que decía que éramos los mejores del mundo, pero ya tenía el chaleco puesto.
-El primer Campeón Intercontinental argentino tenía los colores de mi corazón. Me diagnosticaron locura, paranoia, psicosis y no se que sarta de cosas, pero lo mío fue, es y será más simple Doctor. Hace como 30 años que me tienen acá y no veo la hora de salir para seguir cantando como aquella noche en el puerto.
-Usted cree que puede curarme y se equivoca, el fútbol es más que un lindo juego.

El hombre sacó de su bolsillo un papelito arrugado y se lo dio al doctor.
-Guárdese esto amigo y cuando lo lea imagínelo cantado por un desafinado coro de miles de almas.
El médico tomó el papel y comenzó a leer en voz alta lo que parecía la estrofa de un poema:

"En el este y el oeste
en el norte y en el sur,
brillará blanca y celeste
la Academia Racing Club"


Después de un silencio el joven de blanco guardapolvo sentenció: -Lo suyo es grave, realmente no le encuentro explicación.
-Todo los días se aprenden cosas doctor- Trató de explicarle el hombre de la foto. Y con una sonrisa como de resignación, le dijo:
-Hay pasiones inexplicables, ¿entiende?. Pasiones parecidas a la euforia, a la depresión, a la locura, a la alegría, al llanto y que están ligadas a los colores de una camiseta, por eso yo y todos los que sentimos así, sabemos lo que con orgullo padecemos. Algo que no se cura y que es simplemente eso, una pasión inexplicable.

(Un gracias! enorme a José M. Pascual, por cederme este cuento para compartirlo con la gente de "Los cuentos de la pelota")

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Cardetti es un cagón mala leche y la mujer lo hace cornudo.

(MAXIMILIANO ESTEVEZ, jugador de Racing, refiriéndose al delantero surgido en Rosario Central)

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En las últimas cinco fechas del Clausura, "Fútbol de Primera" no lo vio nadie. Este fútbol argentino actual no le sirve ni a la televisión.

(DANIEL LALÍN, ex presidente de Racing, revista "Mística" Nº 121, del 7/8/1999)

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Julio Grondona está viejo. Si vos, hoy, no sabés manejar una computadora, no tenés idea de qué es el Word, no sabés entrar en Internet, hay un montón de cosas que pasan en el mundo que vas a ignorar. Entonces, necesitás tener gente que sepa al lado tuyo. Julio tiene que entender eso.

(DANIEL LALÍN, ex presidente de Racing, revista "Mística" Nº 121, del 7/8/1999)

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Promediaba 1994, el uruguayo Luis Cubilla era el técnico del Racing Club de Avellaneda en un encuentro ante Banfield, que finalmente ganó el "Taladro" 1 a 0, y en un momento el ex técnico de Olimpia de Paraguay formula la siguiente doble pregunta: ¿Qué hace el "Piojo" López jugando de defensor? ¿Dónde está el "Coco" Reinoso?
Inmediatamente llega la respuesta desde el banco de suplentes: "A Reinoso lo echaron hace un rato y usted le dijo al Piojo que fuera de defensor".

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A este partido lo gana Montero Castillo tosiendo.

(OSVALDO ARDIZZONE, periodista argentino, al ser consultado acerca del probable resultado de un Nacional-Racing por una Copa Libertadores de fines de los '60 en el Estadio Centenario)

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