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Hacia Bucarest, el 19 de Septiembre de 1990, emprendió vuelo una expedición del Atlético de Madrid. En la capital rumana le esperaba la Politécnica de Timisoara, un rival sin mucho cartel en el Viejo Continente con el que iba a medirse en la Copa de la UEFA.

Días antes había estallado una revolución en Rumanía que resultó dramática en todo el país.

La grave situación que padecían los rumanos fue la causa principal por la que el equipo viajó con dos cocineros que, en un equipaje especial, cargaron 1.200 kilos de comida, que incluían carne, pescado, embutidos, botellas de vino y de agua, entre otras viandas.

Al llegar a Timisoara el desánimo cundió en la expedición atlética, tras comprobar que, prácticamente, era una ciudad fantasma. Uno de los más afectados por el desolador panorama fue Baltazar María de Morais, el extraordinario delantero brasileño que jugó dos temporadas en el Atlético de Madrid.

Después del compartido almuerzo por directivos, técnicos y jugadores, Baltazar salía tristón del comedor, prácticamente llorando. Al preguntarle un reducido grupo de periodistas qué le ocurría, el brasileño, con voz tenue, dijo: “Lo que acabo de presenciar me ha entristecido mucho. La comida que hemos dejado en los platos la estaban devorando los camareros que nos habían servido. ¡Esto no tiene nombre!”

(anécdota tomada del excelente libro "Las mejores anécdotas del Atlético de Madrid" de Luis Miguel González)

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Ladislao Mazurkiewicz [1945-2013]


En la mañana de hoy, 2 de Enero, falleció el ex arquero de la selección uruguaya y de Peñarol, Ladislao ‘Chiquito’ Mazurkiewicz. 

‘Mazurca’ fue uno de los más grandes arqueros que diera nuestra América, considerado el mejor portero del mundo en la década del ’60, campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental con los aurinegros en 1966 y ese mismo año fue el arquero de Uruguay en el Mundial de Inglaterra, lo cual repitió en México 1970, cuando los celestes obtuvieron el cuarto puesto.

Días pasados, otro gran arquero uruguayo y que sucediera a Mazurkiewicz en el arco de Peñarol, Fernando Álvez, contó una anécdota en su cuenta de Twitter que pintó de cuerpo entero la personalidad del portero ‘carbonero’: “Les voy a contar una anécdota increíble de Ladislao antes de jugar contra Inglaterra en el Mundial de 1966. Ambos equipos debían subir al palco a saludar a la Reina, que aún vive. Primero los ingleses y seguido Uruguay. Era reverencia a la Reina frente a ella y la mano al marido que estaba a su lado como siempre. Tengan en cuenta que 10 minutos después iba a empezar el partido, cuando ‘Chiquito’ queda frente a la Reina, le hace la reverencia y da un paso, le extiende la mano al marido de la Reina Isabel y, cuando éste le da la mano, ‘Chiquito’ le dice: “Vos sí que estás pintado” y siguió su camino. Sus compañeros no lo podían creer. Dicen que eso sirvió para que alguno de ellos aflojara la tensión que el partido provocaba”.

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Argentina-Brasil, Mundial 90. A los 25’ del segundo tiempo digo: “Caniggia va a tener una oportunidad, dependerá de él”. Después, Cani mete el gol. De la emoción le golpeo la espalda a Víctor Hugo. Nos abrazamos.
“La chapa de ese gol te deja ir a todos los Mundiales”,
dicen mis amigos. Al bajar del palco, nos cruzamos con Diego. Me muestra el tobillo y me baja la presión. Víctor Hugo y Diego, que tenía un melón en el tobillo, terminaron llevándome. Todo al revés.

(ALEJANDRO APO, periodista deportivo argentino)

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Manel Grau era vicepresidente del FC Barcelona en 1973 y la Comisión Directiva se reunió en Palamos (Girona). La razón es que desde Madrid se quería que el Barça retirara de la directiva a: Raimon Carrasco, Josep Lluís Vilaseca, Gonçal Lloveras y Ferran Ariño todos ellos miembros de la directiva de Agustin Montal (foto), y asistieron por parte del Gobierno Central un jovencisimo Adolfo Suárez (era el director General de TVE), Juan Gich (que habia sido Gerente de la entidad, pero ahora estaba en el otro bando) y Bech Careda que eran miembros de la Direción General de Deportes. La razón es que eran considerados "catalanistas" y por lo tanto "peligrosos" para el régimen.
Se debía consensuar la Junta Directiva que dirigiría al FC Barcelona. Adolfo Suárez manifestó que prefería no meterse y fueron el subsecretario de Gobernación: Rodríguez de Miguel, Juan Gich quienes pactaron que Carrasco, Vilaseca, Lloveras pudieran entrar en la Junta, Ariño quedaría como en un segundo plano.
Y es que durante muchos años, las Juntas Directivas eran elegidas ‘a dedo’ desde la Capital de España y siempre entre personas afines al gobierno.
Como el propio Agustín Montal reconoce, ser presidente del Barça en aquella época era muy duro, ya que el Barça tenía encima los ojos del centralismo y sobre todo de la Dirección General de Deportes que dependía directamente del Ministerio del Movimiento y el mero hecho de hablar en catalán, incluso por la megafonía del estadio era "pecado". Tanto que en un partido ocurrió la siguiente anécdota:
Se dió un aviso por megafonía. El Ministro de la Gobernación que estaba invitado preguntó:
- ¿Qué idioma están hablando? -preguntó el Ministro.
- El Catalán. Ha sido una decisión de la Asamblea del club -le contestó Montal.
- La Asamblea del Barça es el acto politico antifranquista más importante que se ha hecho desde la Guerra. Si hablan este idioma otra vez, te lo diré en otro sitio y de otra manera -contestó el Ministro.

(tomado de la página “Mushofútbol”)

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¿Cómo fue su llegada al Nantes?

Jugaba en Boca Juniors y le convertí cuatro goles al Málaga durante un partido amistoso. Cuando regresó a la Argentina, le dije al Presidente: "Ahora véndame”. Durante esa gira por España me di cuenta del mundo que para mí y para mi familia podría descubrir a través del fútbol.

En Nantes, los jugadores argentinos ya estaban de moda en ese momento...

Buscaban un ‘9’ y Ángel Marcos, les dijo acerca de la cantidad de goles que hice en Boca. También tengo una historia. Habían pedido referencias mías a Hugo Bargas, quien también fue mi compañero en Nantes, acerca qué tipo de jugador y la persona era yo. Él les dijo que yo era un goleador de primera clase, pero fuera del campo, no sé por qué, nunca le había dicho "hola" a nadie. Yo era un tipo que saludaba a la gente en realidad.

¿Por qué?

Yo era muy introvertido y no me gustaba escuchar a la gente. Yo estaba tratando de marcar goles y hablar en el campo, no más. Yo nunca hablaba mucho, pero las personas que me conocen dicen que hoy hablo en nombre de todo lo que yo no hablé cuando era joven.

Después de sólo seis meses en Nantes, donde también se las arregló para terminar como máximo goleador, se va a Metz...

Yo no fui a Metz, pero acepté su oferta, porque éramos seis extranjeros para los tres lugares en Nantes. Fue una lucha constante entre nosotros. Mis amigos pensaban que estaba cometiendo un error al ir al Oriente, donde hacía tanto frío, en un club de mitad de tabla, pero gracias a Dios estuve allí y fue el equipo más prolífico de la liga. Incluso ha fracasado en ganar la Copa de Francia.

Se le llamaba el "artillero de Metz"...

Sí, hemos formado un gran dúo con Michael Braun y es allí cuando se cantaba “¡Hugo! Hugo! Hugo!”

(HUGO CURIONI, formidable goleador argentino de la década del '70, en una entrevista publicada en la página del periodista francés Nicolas Deltort, 19/09/09)

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Ramón 'Cabezón' Mifflin Páez era entrenador de Sport Boys de El Callao y un día le pidió a los dirigentes que contraten a un delantero extranjero para que refuerce el ataque de su equipo, que llevaba varias fechas en preocupante sequía goleadora. El presidente 'rosado' decidió incorporar a un delantero argentino que fue suplente del famoso artillero Martín Palermo en Estudiantes de La Plata. Durante la conferencia de prensa de presentación del nuevo futbolista porteño, Mifflin se acercó a un periodista que cubría el evento y le preguntó quién era el jugador, de qué jugaba, qué perfil tenía, si era goleador y de qué club venía.
El reportero, muy sorprendido por la consulta del 'Cabezón', le respondió que se trataba de Martín Fúriga (foto), que era delantero, que su pierna fuerte era la izquierda, que solía meter goles cuando reemplazaba al 'Loco' Palermo y que jugaba en Estudiantes de La Plata antes de recalar en El Callao. Mifflin escuchó las referencias, se quedó tranquilo, después hizo uso del espigado Fúriga en cuanto partido pudo del torneo local, pero el ariete rioplatense no marcó gran diferencia y volvió a su país al poco tiempo.
Hasta hoy el periodista se pregunta a sí mismo como el entrenador de Sport Boys no sabía nada de su nuevo pupilo en el año 2001.

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Mucho se ha hablado de la presencia de Carlos Gardel en las concentraciones de los seleccionados de Argentina y Uruguay, en el día previo a la gran final de la Copa del Mundo de 1930, en Montevideo.
Después de saludar a los uruguayos en el lugar donde se hospedaban, Gardel se dirigió a La Barra de Santa Lucía -distante varios kilómetros de la capital uruguaya- donde "velaban sus armas" los argentinos.
Una vez llegado al lugar, según lo relata Pancho Varallo -por aquél tiempo delantero de 19 años, figura de nuestro seleccionado- Gardel se puso a charlar con casi todos muchachos, excepto con Orlandini y Mario Evaristo, porque estaban durmiendo la siesta.
"Lo llevamos a Gardel a la habitación de Orlandini y Evaristo, que dormían como angelitos. La sorpresa de Gardel fue grande cuando vio que esos jugadores argentinos, dormían vistiendo la camiseta celeste y blanca. "¡Como quieren la camiseta!, me comentó Gardel", recordaba Varallo. Después, comieron algo, Gardel cantó un par de tangos (foto) y jugaron un rato a la Lotería.
"Al otro día, fuimos a jugar la final al Centenario -prosiguió Don Pancho- y como algunos compañeros estaban asustados por el entorno, no jugaron todo lo que podían. A mí, que era un pibito, el defensor uruguayo Lorenzo Fernández, me dijo en pleno partido: "mira, botija, apenas agarrés una pelota, te hundo en el césped, te mato".
El otro back, Gestido, que era un señor y que escuchó la conversación, me tranquilizó: "no le hagas caso, botija, jugá tranquilo. Es que Lorenzo es medio loco". Al final, perdimos 4 a 2, pero si el partido seguía quince minutos más, nos hacían siete".

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Una de las historias más extrañas que sucedieron en el Mundial de Brasil de 1950 tiene como protagonista a Joe Gaetjens, jugador de Estados Unidos pero nacido en Haití. El combinado norteamericano llegaba a este campeonato del mundo con cierta inexperiencia y en uno de los partidos de su grupo se tuvieron que ver las caras ante una soberbia Inglaterra, que pensaba que se iba a llevar el Mundial sólo porque en su país el fútbol estaba más avanzado.
Sin embargo, ‘Jo’ Gaetjens se iba a encargar de romper ese sueño. Después de perder ante España y con ya casi ninguna posibilidad de clasificarse para la fase de grupos final, Estados Unidos acabó también con las posibilidades de Inglaterra en el Mundial gracias a un gol del futbolista nacido en la ahora devastada ciudad de Puerto Príncipe. El partido finalizó 1-0 y el tanto de Gaetjens le convirtió en una auténtica leyenda y en el auténtico héroe de aquel encuentro. Aquella derrota fue un duro golpe para Inglaterra y el país lo llegó a etiquetar como “catástrofe”.
Parecía que la vida de Joe Gaetjens iba a cambiar por su gol ante Inglaterra y que todo iba a ser color de rosa... pero nada más lejos de la realidad. El futbolista de Estados Unidos no iba a disfrutar de un final feliz. Después de jugar unas temporadas en Francia, decidió colgar las botas para convertirse en comercial.
Catorce años más tarde de su gol en el Mundial de Brasil regresó a su Haití natal. En 1964 la dictadura de François Duvalier ahogaba todos los sueños de sus ciudadanos y los de Gaetjens no iban a ser menos. El ya ex futbolista fue detenido por la policía secreta y desapareció para siempre. Nadie supo más de él. El hermano de ‘Jo’ movió cielo y tierra para conocer su paradero pero sin ninguna fortuna. Muchos investigadores apuntan a que el futbolista falleció el mismo año de ser arrestado, en 1964, pero sin ninguna prueba convincente que así lo demuestre. ¿El lugar? Nadie lo sabe.
En 1976 la Federación de Fútbol estadounidense incluyó a Joe Gaetjens en su ‘Salón de la Fama’. Un bonito homenaje hacia un héroe que no tuvo un final feliz.

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En partidos de Copa Libertadores hubo resultados muy disímiles en cuanto a los enfrentamientos de ida, de vuelta o revancha. Uno de ellos se produjo en la tercera fase de la edición de 1995, entre los equipos brasileños de Gremio y San Pablo.
En Porto Alegre, como local, Gremio venció con un terminante 5 a 0. Pero en la revancha, en San Pablo, el local ganó 5 a 1. Fue así que Gremio siguió en la Libertadores con mucho susto, apenas por un gol de diferencia. Después terminó ganando la Copa de dicha edición.
Por su parte Newell’s Old Boys, en 1992, perdió de manera contundente en Rosario ante San Lorenzo de Almagro: 6 a 0. Pero en la revancha, los “leprosos” derrotaron a los “santos” por 1 a 0. Ambos siguieron a la siguiente fase y en Rosario, Newell’s ganó por 4 a 0, devolviéndole la goleada.
Por último, quedó en la historia un histórico triunfo venezolano en la Libertadores. Fue en 1971, más precisamente el 17 de Febrero, cuando el Fluminense, de Brasil, derrotó a Deportivo Italia, en Venezuela, por 6 a 0. La revancha fue el 3 de Marzo, en el Maracaná, y en la previa, los hinchas cariocas hacían apuestas acerca del número exacto de goles que se llevarían los de Venezuela. Pero Deportivo Italia produjo otro 'Maracanazo', ganando por 1 a 0. Así, queda claro que “los partidos hay que jugarlos”.

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Que el sempiterno hombre duro del fútbol alemán Lothar Matthäus y Stefan Effenberg no tenían por costumbre ir de vacaciones con sus respectivas era vox populi.
Quizá harto de vivir a la sombra de la leyenda tanto en el Bayern como en la selección, al rubio platino nunca le tembló la voz para ponerle las peras al cuarto al del brazalete eterno. Effenberg, en su autobiografía publicada en 2003, guarda un pequeño rincón forrado de seda para el gran Lothar y le tacha de cobarde por no querer lanzar el penalti decisivo en la final del Mundial 90 y por borrarse (en beneficio de Thorsten Fink) en la recordada final de Copa de Europa en Barcelona.
Incluso, con el sentido del humor de un Panzer, dedica un capítulo entero al capitán titulado "Lo que Lothar Matthäus sabe de fútbol". El episodio consiste en una hoja en blanco.

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La más divertida anécdota del "Mono" Burgos

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La noche del 22 de Marzo de 2000 Boca recibió al Blooming de Bolivia por la primera fase de la Libertadores. Y ya de entrada se perfiló como una noche histórica cuando antes de los quince del primer tiempo Traverso puso el 2-0 al conectar un centro. No parece gran cosa pero ese fue el primer gol de Christian Traverso con la azul y oro tras un poco más de tres años en el club.
Pero lo que vino a continuación no registraba antecedente alguno a la fecha y aún hoy cuando ya pasaron 10 años. Alfredo Moreno, que ya había puesto el 1-0 a los 3 minutos, se descolgó con la friolera de meter 4 goles más en los primeros 20 minutos del segundo tiempo, llegando al total de 5 goles en una noche imborrable que terminó de encaminar a Boca a la clasificación y sepultar las aspiraciones de los bolivianos por conseguir un empate.
Esa marca es la máxima conseguida por un jugador argentino en Copa Libertadores en toda la historia.
Cerca del final, Limberg Gutiérrez descontó y dejó el resultado final en un 6-1 que en un momento pareció hasta medio escaso.

(tomado del blog “Imborrable Boca”)

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Tras empatar de milagro a dos contra Suiza, Hans Peter Friedlander estrelló un balón en el poste en los últimos minutos, Brasil se la jugaba ante Yugoslavia en el tercer y último partido de la primera fase del Mundial de 1950.
A la ‘canarinha’ sólo le valía ganar si quería seguir luchando por conquistar su Mundial. Enfrente, una Yugoslavia que había aplastado a México (4-1) y a Suiza (3-0) con Kosta Tomasevic como su principal amenaza en ataque.
Sin embargo, la mala suerte se cebó con Yugoslavia en aquel decisivo partido. Cuando los jugadores se disponían a saltar al césped de Maracaná, Rajko Mitic olvidó agacharse y se golpeó la cabeza con el marco de la puerta del túnel de unos vestuarios que se encontraban en obras. Mitic sufrió una profunda brecha y recibió varios puntos de sutura en la cabeza, por lo que Yugoslavia tuvo que jugar los primeros veinte minutos del partido con un hombre menos ya que por aquel entonces seguía sin haber cambios durante los encuentros.
Cuando Mitic regresó al terreno de juego con un aparatoso vendaje en la cabeza, Brasil ya se había adelantado en el marcador gracias a un gol del ‘Pichichi’ Ademir en el minuto 4. Sin embargo, Mitic no se enteró de que Yugoslavia ya iba perdiendo hasta que se lo comunicaron sus compañeros en el vestuario durante el descanso.
Yugoslavia sufrió un segundo contratiempo durante el partido. El defensa Zlatko Čajkovski recibió el impacto de un naranjazo lanzado desde las pobladas gradas de Maracaná, por lo que jugó bastante mermado toda la segunda parte. En el minuto 68, Zizinho (foto) marcó el definitivo 2-0 y colocó a Brasil en la fase final de su Mundial.

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De las 8 ediciones disputadas de la Copa Sudamericana (2002-2009) se realizaron 496 partidos, convirtiéndose un total de 1.288 goles. Fueron equipos campeones de Argentina. México, Brasil, Perú y Ecuador. En cuanto a futbolistas, el chileno Humberto Suazo mantiene un récord: actuando para Colo Colo anotó 10 tantos, en 2006. Claro que el argentino Bruno Marioni está en lo alto en cuanto a goleador histórico de la Sudamericana, al haber convertido 11, repartido entre los siguientes clubes: Pumas de la UNAM y el Toluca, ambos de México, e Independiente de Avellaneda.
Por su parte el brasileño Nilmar es el único goleador que fue máximo artillero de la Sudamericana y de la Copa Libertadores: fueron 5 tantos para Internacional de Porto Alegre, en la Sudamericana de 2008 y 5 conquistas en el Corinthians, en la Libertadores de 2006. Colo Colo, en 2006 marcó 25 goles en 10 partidos. Es el club más goleador de la Sudamericana en una edición. Detrás del equipo chileno, aparece Liga de Quito, que en en 2009 anotó 23 tantos en 10 cotejos.
En cuanto a futbolistas ganadores, el paraguayo Claudio Morel Rodríguez es el único tri campeón de la Copa Sudamericana: campeón con San Lorenzo en 2002 y campeón con Boca en 2004 y 2005. De los equipos campeones, se registra algo singular: mientras el ganador de la Copa en la última edición, la Liga de Quito, ganó sus 5 partidos como local y ninguno como visitante (3 empates y 2 derrotas), Arsenal de Sarandí, que obtuvo el título en 2007, no venció en ninguno de sus compromisos en calidad de local (4 empates y una derrota) pero se mantuvo invicto como visitante (venció en 4 partidos y empató el restante).

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El 16 de Noviembre de 1969, San Martín de Mendoza ganaba en La Boca. Por el torneo Nacional los 'albirrojos' lograban vencer al equipo que dirigía Alfredo Di Stéfano y le sacaban el invicto. Fue la sorpresa del año ese triunfo mendocino, que quedó como uno los más brillantes de la historia.
Fue una hazaña y la historia del fútbol lo seguirá sosteniendo. Los hinchas del Atlético San Martín que vivieron ese momento, hace 40 años, lo seguirán contando tan acaloradamente como esa noche del 16 de Noviembre de 1969.
Porque ese equipo transitaba su segundo torneo Nacional, luego de esos inicios en el '67, y era el mejor entre los cinco equipos del Interior que participaron esa vez. Los otros eran Talleres de Córdoba, Desamparados de San Juan, San Martín de Tucumán y San Lorenzo de Mar del Plata.
Todo era distinto y los jugadores de los equipos de la Primera división del fútbol argentino eran más conocidos por las figuritas, por las revistas “El Gráfico” y “Goles” que por la televisión.
Y además la trascendencia de un triunfo en esos torneos llegaba por la categoría y la calidad del rival. Imagínense tener enfrente al ‘Muñeco’ Madurga, al ‘Conejo’ Roberto Rogel, al peruano Meléndez, a Rojitas, a Silvio Marzolini a jugadores que vestían la camiseta de la selección nacional, a hombres que habían jugado mundiales. Era casi lo máximo que podía aspirar un futbolista de este país cuando no se pensaba y no había transferencias a Europa. Todo se cocinaba en nuestros límites.
Lo que debe haber sido para Eduardo Marillack o para el ‘Chupete’ Márquez enfrentar a esos fenómenos en Buenos Aires.
Y la historia del chico contra el poderoso, del desconocido del interior contra el famoso de la Capital se dio esa noche en La Bombonera.
Boca Juniors había traído nada menos que a Alfredo Di Stéfano, de España, para que lo dirigiera. Y le iba muy bien.
Llegaba con un récord de eficacia muy alta y había igualado la cantidad de puntos lograda por River en 1932 para un inicio de torneo. En 12 partidos había ganado 11 y empatado 1, con 29 goles a favor y sólo 7 en contra.
Y fue el ‘chacarero’ para dar la mayor sorpresa del torneo: El Gráfico tituló "La epopeya mendocina" y decía la crónica "San Martín quebró un invicto, frenó a un puntero, que parecía inexpugnable, pero acaso lo que más importa es la forma en que consolidó la hazaña con claridad futbolística, con limpieza de medios. Al final, el noble aplauso de la tribuna local. Una gran defensa, un inteligente mediocampo y un justo contraataque fundamentaron la victoria".
También se mencionó: "Este San Martín provocó el impacto más conmovedor de la temporada futbolística".
El ‘albirrojo’ manejó el ritmo del partido Márquez encimó a Madurga, Domínguez dejó patear poco al potente Nicolau, Fabián González no dejaba recibir a Ángel Clemente Rojas y así lo dejó a Boca contenido y sin reacción. Hasta que a los 19 del segundo tiempo Adolfo Soto se fue por la derecha y envió el centro para que Achával, de zurda, consiguiera el único gol del partido. La cancha de Boca, se quedó sin latir. Se paralizó.
Ese Nacional Boca salió campeón y la mancha negra, la única derrota fue esa ante San Martín. Frente a ese equipo que dejó su marca en la historia del fútbol argentino al cortarle el invicto a esos notables que salieron de las figuritas y los posters. Tocaron el cielo.

Síntesis: 13ª del Torneo Nacional, 16 de noviembre de 1969
Boca Juniors (0): Sánchez, Suñé, Meléndez, Rogel, Marzolini, Madurga, Nicolau, Medina, Ponce, Rojas y Peña.
DT: Di Stéfano
San Martín (1): Reggi, Vergara, Sosa, González, Marillack, Tebez, Domínguez, Márquez, Czentoricky, Soto y Achával.
DT: Mur
Estadio: Boca Juniors
Arbitro: Álvarez
Gol: ST 19' Achával
Cambios: ST al inicio Aldo Villagra por Peña (B) y Rubén Ambroggi por Domínguez (SM). A los 32' Achával se retiró lesionado.

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El primer torneo de verano de 1979 que se realizó en la ciudad de Mar del Plata, lo conquistó River Plate, con mayoría de figuras que se habían consagrado campeones del mundo con el seleccionado nacional (Fillol, Passarella, Ortiz, Luque, Alonso) en la Copa del Mundo organizada por nuestro país el año anterior.
Intervinieron Boca, Racing, la selección de Checoslovaquia, Inter de Porto Alegre, y lógicamente, River Plate.
River derrotó a los checos por 4 a 1, a Racing 4 a 0, al Inter 3 a 2, para derrotar en el último partido a su tradicional adversario, Boca Juniors, por 1 a 0.
Este partido, disputado el 12 de Febrero, dejó la siguiente síntesis:
River (1): Fillol; Comelles, Pavoni, Passarella, Saporiti; Juan José López, Lonardi y Alonso; Pedro González, Luque y Commisso (Galletti).
DT: Ángel Labruna
Boca (0): Gatti; Pernía, Bordón, Mouzo (Hugo Alves) Suárez; Benítez (Potente), Suñé y Zanabria; Mastrángelo, Salinas y Perotti.
DT: Juan Carlos Lorenzo
Árbitro: Roberto Barreiro
Gol: Galletti (River) a los 76'

Luego del partido y la vuelta olímpica, las declaraciones: Labruna, dijo: "Nosotros no somos la mitad más uno. Nosotros somos el país, menos algunos". Por su parte, Leopoldo Luque, goleador del torneo, manifestó: "Desde que juego al fútbol profesional es la primera vez que salgo goleador de un torneo". Recuerdos de un fútbol veraniego, allá por 1979.

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José Francisco Sanfilippo y Antonio Roma, fueron compañeros en Boca y en el seleccionado nacional. Pero cuando el 'Nene' jugaba para San Lorenzo y Roma era el arquero de Boca, las cargadas entre ellos eran algo cotidiano.
Según relata Sanfilippo en su biografía, escrita por Alfredo Di Salvo, cuando los dos estaban concentrados con el seleccionado, previo a un clásico entre San Lorenzo y Boca que se disputaría el 12 de Octubre de 1962, ocurrió la siguiente anécdota: "Los chistes y las jodas estaban a la orden del día; lo teníamos de punto a ese gran tipo llamado Antonio Roma; nunca se enojaba y mejor así, porque con su físico era mejor que te agarrara un tren. Estábamos almorzando (con la selección), le guiño el ojo al 'petiso' Menéndez (Norberto) y lo llamo a Don Victorio Spinetto (el técnico).
-Quiero hacerle una apuesta, Don Victorio, al Tano. Usted tiene que dar el consentimiento.
-¿Qué es lo que pasa, Nene?
-El tema es el siguiente; el domingo juegan San Lorenzo y Boca, y hago esta apuesta, a pesar de correr con desventaja, no importa. Si le hago dos goles el domingo a Roma, usted lo desafecta de la Selección. Y si no los hago, el que se va soy yo, ¿de acuerdo?
-Sí, Nene, está todo jugado.
Nos damos la mano en señal de conformidad. Se prendía Don Victorio en las bromas. Todos aplaudieron, formalizando el desafío. Se acerca Antonio y me dice:
-¿A quién le vas a hacer dos goles, enano podrido..?
El partido en cuestión, disputado en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, finalizó 2 a 2. Los dos goles de San Lorenzo los convirtió Sanfilippo (el primero a los 5 segundos, de taco, -en la foto de la izquierda- y el segundo de tiro penal), pero tanto él, como Roma, siguieron siendo titulares de la Selección Argentina.

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La actualidad de Pelé, llevando su mensaje a todo el mundo de que él fue el mejor futbolista de todos los tiempos, contrasta con sus épocas de verdadero esplendor, donde mostraba la humildad de los grandes. Al menos eso parecía.
A propósito de ello, el inolvidable delantero de Peñarol de Montevideo de los años 60 y 70, el ecuatoriano Alberto Spencer, reflejó la imagen que tenía de Pelé en su biografía "El señor Spencer", escrita por Freddy Álava Muentes.
En uno de sus capítulos, recuerda dos anécdotas: "Peñarol y Santos eran, en los años 60, los equipos de moda y se cruzaban por todos lados; cumplía años Alianza Lima y llamaban a ambos cuadros, cumplía años Millonarios y no podían faltar Peñarol y Santos. En un cuadrangular disputado en Santiago de Chile, por esas coincidencias, las dos delegaciones se alojaron en el mismo hotel. La noche previa que jugáramos un partido, nos encontrábamos cenando, cuando alguien levantó la voz: -Ahí vienen los del Santos, no le demos bola porque andan agrandados.
Efectivamente, pasó el grueso del equipo brasileño, ingresando al salón muy en lo suyo, con la vista al frente, mientras nosotros comíamos con naturalidad. El hielo se rompió cuando Pelé, que se había retrasado, se acercó a la mesa, me encaró directamente y me dijo: "Qué tal Spencer, ¿tudo ben?'... Y seguimos conversando, demostrándome que, siendo una super estrella del fútbol mundial, poseía mucha humildad. En otra ocasión, en un amistoso veraniego jugado en el estadio Centenario, Peñarol estaba ganando por cinco goles. En esos momentos, antes de disputar una pelota, Pelé me pidió: 'Spencer, Spencer, avisa a los muchachos que ya parar...'.
El ecuatoriano no atinó más que a sonreír ante la inesperada ocurrencia del, por esos días, doble campeón mundial".

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El domingo 29 de Marzo de 1987, Newell's e Independiente ofrecieron, en el estadio del Parque Independencia de Rosario, un partido memorable: ganó Newell's por 5 a 4.
Fue un cotejo lleno de alternativas emocionantes y en donde Independiente no se entregó nunca, pese a su inferioridad numérica. Sucedió que a los 5 minutos de juego, el árbitro Carlos Espósito sancionó un tiro penal favorable a los locales. Una pena que dejó ciertas dudas, por un foul de Villaverde en perjuicio de Zamora. Carlos Enrique protestó y fue expulsado, para algunos, de manera apresurada.
Entonces, a los 5 minutos Independiente quedaba en desventaja en el marcador (el penal lo convirtió Theiler) y con un hombre de menos.
Allí el inolvidable técnico José ‘Pato’ Pastoriza, sustituyó a Barberón por Ingrao para ordenar las piezas defensivas, y lanzó el equipo al ataque. Fue un ida y vuelta increíble, y con muchos goles.
La síntesis que arrojó ese cotejo fue la siguiente:
Newell's Old Boys (5): Scoponi; Basualdo, Theiler, Pautasso y Giovagnoli; Martino (Sensini), Llop, Ciraolo y Rossi; Dezotti (Roldán) y Zamora.
DT: Jorge Solari
Independiente (4): Vargas; Clausen, Villaverde, Ríos y Carlos Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini (Ruidíaz) y Reinoso; Franco Navarro y Barberón (Ingrao).
DT: José Omar Pastoriza
Goles: 5m. Theiler, de penal (NOB), 15m. Reinoso (I), 44m. Rossi (NOB), 45m y 52m. Dezotti (NOB), 57 y 58m. Ingrao (I) -el primero de penal)- 70m. Zamora (NOB) y 90m. Navarro (I).

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José Piendibene fue un legendario futbolista uruguayo, de los comienzos de este deporte en el vecino país. Había nacido en Uruguay el 5 de Junio de 1890, falleciendo el 12 de Noviembre de 1969.
Comenzó a jugar en Huracán Pocitos para luego realizar toda su trayectoria en el CURCC (Central Uruguay Railway Cricket Club de Villa Peñarol) ganador del primer torneo amateur uruguayo.
Utilizando una camiseta aurinegra, jugó hasta 1928, conquistando cinco campeonatos. Con ese club disputó más de 500 partidos, en los cuales convirtió un total de 253 goles.
Piendibene era un futbolista extraordinario, de enorme destreza pese a padecer una molesta lesión de meniscos. Para su selección jugó 56 partidos anotando 26 goles.
Precisamente el 29 de Octubre de 1911, Uruguay enfrentó a la Argentina, en el estadio del Parque Central, en Montevideo, por la Copa de Honor Uruguayo.
Dicha Copa estuvo en disputa en 12 oportunidades, realizándose su última edición en 1923.
En ese partido, Uruguay derrotó a la Argentina por 3 a 0, con dos goles de Piendibene y uno de Canavessi.
Lo cierto es que Piendibene cumplió una tarea excepcional: sus goles fueron luego de sendas "apiladas" a los defensores argentinos Susan y a uno de los hermanos Brown, para derrotar al arquero Wilson.
En su segundo gol, fue tan buena su maniobra, que tras la conquista, el zaguero argentino Jorge Brown (jugaba en el Alumni) se le acercó y le dijo: "Vea amigo, usted es un verdadero maestro. Lo felicito".
Eran tiempos del amateurismo y en donde el fair play se aplicaba con toda intensidad aunque fuese en un clásico rioplatense.

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