5 de mayo de 2010


Había salido a la cancha con un ‘7’ mentiroso en la espalda, porque me tiraba permanentemente al medio. De repente lo busqué a Prospiti, que me devolvió la pared y encaré solito a Gilmar. Se la toqué de derecha al palo zurdo. Salí corriendo como loco, gritando el gol. De repente me paré porque creí que me lo habían anulado. Es que el Pacaembú estaba totalmente en silencio y a pesar de que en el banco argentino todos gritaban, no se oía ni una voz…

(ERMINDO ONEGA [1939-1979], ex internacional argentino, recordando su gol ante Brasil en la Copa de las Naciones 1964)

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