Transcurrió tanto tiempo como dura un estornudo, un bostezo, un relámpago, o un largo suspiro. Fueron apenas cinco segundos los que pasaron desde que rodó la pelota por primera vez en la cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata ese 18 de Marzo de 1979.
Aquella tarde le tocó iniciar el juego a un delantero corpulento, que había llegado desde River luego de un inicio muy prometedor en el ascenso defendiendo los colores de Flandria, el equipo ‘canario’ de Jáuregui.
Carlos Dantón Seppaquercia (foto) había mirado de reojo el arco rival que defendía un arquero que estaba hacía poquito en el arco de Huracán. Era Jesús Osvaldo Borzi, quien tras un paso fugaz por Ferro en 1971 se fue a probar suerte a Australia y regresó en el 78 para jugar en el club de Parque Patricios.
La mirada rápida le permitió verlo adelantado haciendo sobre el área chica dos marcas sobre la raya de cal. Entonces, Seppaquercia no dudó y le pidió la devolución a Tutino y se animó a patear desde la mitad de la cancha.
Ese "globo" tardó apenas una ráfaga en traspasar la humanidad del sorprendido Borzi y también superó la línea para transformarse en gol de Gimnasia -el partido fue flojo y terminó 1-1; Carlos Babington empató de penal en el segundo tiempo- y quedó registrado como el gol más rápido del fútbol argentino en el profesionalismo.
Hubo antes y después de ese gol, miles de goles que compitieron con la rapidez de aquel grito. Luis Torres, de Acassuso, alcanzó a superarlo por un segundo cuando le hizo un gol a Juventud Unida, pero no fue en Primera División sino en Primera 'D', en Octubre de 1996.
Carlos Seppaquercia, que solo jugó 33 partidos en River y en Gimnasia y marcó 8 goles, entró en la historia con esa avivada: ese remate que tantos se perdieron de ver porque recién estaban sacando su entrada en la cancha del Bosque.
Aquella tarde le tocó iniciar el juego a un delantero corpulento, que había llegado desde River luego de un inicio muy prometedor en el ascenso defendiendo los colores de Flandria, el equipo ‘canario’ de Jáuregui.
Carlos Dantón Seppaquercia (foto) había mirado de reojo el arco rival que defendía un arquero que estaba hacía poquito en el arco de Huracán. Era Jesús Osvaldo Borzi, quien tras un paso fugaz por Ferro en 1971 se fue a probar suerte a Australia y regresó en el 78 para jugar en el club de Parque Patricios.
La mirada rápida le permitió verlo adelantado haciendo sobre el área chica dos marcas sobre la raya de cal. Entonces, Seppaquercia no dudó y le pidió la devolución a Tutino y se animó a patear desde la mitad de la cancha.
Ese "globo" tardó apenas una ráfaga en traspasar la humanidad del sorprendido Borzi y también superó la línea para transformarse en gol de Gimnasia -el partido fue flojo y terminó 1-1; Carlos Babington empató de penal en el segundo tiempo- y quedó registrado como el gol más rápido del fútbol argentino en el profesionalismo.
Hubo antes y después de ese gol, miles de goles que compitieron con la rapidez de aquel grito. Luis Torres, de Acassuso, alcanzó a superarlo por un segundo cuando le hizo un gol a Juventud Unida, pero no fue en Primera División sino en Primera 'D', en Octubre de 1996.
Carlos Seppaquercia, que solo jugó 33 partidos en River y en Gimnasia y marcó 8 goles, entró en la historia con esa avivada: ese remate que tantos se perdieron de ver porque recién estaban sacando su entrada en la cancha del Bosque.
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