12 de enero de 2010


Uno de los ídolos de todos los tiempos con la camiseta de Boca es José ‘Pepino’ Borello. Se había iniciado futbolísticamente en su ciudad natal, Bahía Blanca, en el club Olimpo. Allí fue donde le colocaron el apodo, Pepino, por su fuerte remate. "Una vez hice un gol desde muy lejos -decía Borello- y un compañero me gritó: "¡Bien, José, qué pepino!', y eso me quedó para siempre".
En 1951 comenzó a jugar en Boca, pero dos años más tarde pasó a préstamo a Chacarita Juniors. En 1954 regresó a la Boca para consagrarse campeón con un equipo cuya base era la siguiente: Musimessi; Colman y Otero; Lombardo, Mouriño y Pescia; Navarro, Baiocco, Borello, Roselló y Markarián. Fue cuando ‘Pepino’ Borello se consagró goleador del torneo con 19 conquistas, junto a Conde, de Vélez Sársfield, y Berni, de San Lorenzo.
Ello determinó que el técnico del seleccionado nacional, Guillermo Stábile, lo convocara al equipo, donde estaba en el arco Amadeo Carrizo, con quien tuvo históricos duelos en el clásico mayor del fútbol argentino: River y Boca. Allí, ambas figuras se hicieron entrañables amigos.
Lamentablemente, en 1955, ‘Pepino’ Borello padeció una lesión de rodilla que lo perjudicó para su posterior campaña. Fue varias veces intervenido quirúrgicamente, pero el problema persistió.
En 1959 pasó al Magallanes de Chile, y luego integró equipos provinciales de aquel país, hasta que decidió su retiro, en 1963. Su inolvidable paso por Boca y su seudónimo ‘Pepino’, quedó grabado a fuego en la memoria boquense.

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