Alcanzad la lira de cemento armado
la de muchos kilos y la nota leve;
cantará la Musa con un tono leve
pero no por eso menos inflamado
(que ser leve quiere, mas saldrá pesado)
a la furibunda barra femenina
gentil, adorable, ruidosa, y divina
que en la tarde clara o la noche oscura
haría una locura
cuando marca un gol
cualquiera, cualquiera
de las once fieras
de Boca, que hizo su bandera
con azul de cielo,
con oro de sol.
La linda boquense es de genio pronto
ensilla por cosas de pequeño monto;
pero en el triunfo como en la derrota,
cuando en el estadio la alegría flota
o la negra angustia muele el corazón,
ella se enfurece, protesta, se agita,
se despeina toda, se enciende, te grita,
y porque es bonita,
llegas fatalmente a una conclusión:
de que la boquense "sempre tem razón".
La más consecuente, la más seguidora,
la que está en la buena y en la mala hora,
se broncó una tarde, rompió la tarjeta
y al novio por "rojo" le dio la galleta.
Coqueta,
bordeose los ojos de color de miel
con un almendrado arco de rímel
para que adquirieran con su gracia loca
el azul y oro de su viejo Boca.
De su viejo Boca, de su ¡Viva Boca!
Es que en ese grito que el alma toca
y del alma llega
hay como una entrega
de auriazul amor
(ahora hay amores de cada color).
Y en la competencia de pasiones vence
-hasta ahora vence-
siempre la boquense.
Su pasión es fuerte, su metejón, firme
(esta consonancia cuéstame salirme)
su pasión es firme, su metejón, fuerte
de esos que te dicen, con un ¡Viva Boca!
"Tuya hasta la muerte".
la de muchos kilos y la nota leve;
cantará la Musa con un tono leve
pero no por eso menos inflamado
(que ser leve quiere, mas saldrá pesado)
a la furibunda barra femenina
gentil, adorable, ruidosa, y divina
que en la tarde clara o la noche oscura
haría una locura
cuando marca un gol
cualquiera, cualquiera
de las once fieras
de Boca, que hizo su bandera
con azul de cielo,
con oro de sol.
La linda boquense es de genio pronto
ensilla por cosas de pequeño monto;
pero en el triunfo como en la derrota,
cuando en el estadio la alegría flota
o la negra angustia muele el corazón,
ella se enfurece, protesta, se agita,
se despeina toda, se enciende, te grita,
y porque es bonita,
llegas fatalmente a una conclusión:
de que la boquense "sempre tem razón".
La más consecuente, la más seguidora,
la que está en la buena y en la mala hora,
se broncó una tarde, rompió la tarjeta
y al novio por "rojo" le dio la galleta.
Coqueta,
bordeose los ojos de color de miel
con un almendrado arco de rímel
para que adquirieran con su gracia loca
el azul y oro de su viejo Boca.
De su viejo Boca, de su ¡Viva Boca!
Es que en ese grito que el alma toca
y del alma llega
hay como una entrega
de auriazul amor
(ahora hay amores de cada color).
Y en la competencia de pasiones vence
-hasta ahora vence-
siempre la boquense.
Su pasión es fuerte, su metejón, firme
(esta consonancia cuéstame salirme)
su pasión es firme, su metejón, fuerte
de esos que te dicen, con un ¡Viva Boca!
"Tuya hasta la muerte".
Alto poema!
ResponderEliminarFeliz 2010 con los mejores deseos!
Un honor tu visita Calígula.
ResponderEliminarQue tengas un muy feliz 2010 y gracias por la visita.
Salu2