7 de diciembre de 2009


Yo dejé de creer en Dios en el día que ví perder a Brasil la Copa del Mundo en el Maracaná. Doscientas mil personas vieron cuando Ghiggia hizo el segundo gol para Uruguay. Fue una jugada muy clara, sin ningún tipo de confusión que pudiese dar lugar a dudas: sólo Ghiggia, Bigode, Juvenal y Barbosa. Pues bien, después del partido, no encontré una sola persona que describiese aquel juego de la misma manera. Entonces, ¿cómo acreditar la versión de media docena de apóstoles, los pocos que vieron a Cristo resucitado, a través de la penumbra, en una zona apartada y oscura?

(CARLOS HEITOR CONY, escritor y periodista brasileño)

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