Recomendado por Alfredo Di Stéfano, él inolvidable Juan Carlos Lorenzo asumió como entrenador, y también como jugador, del club Mallorca, cuando el equipo de las Islas Baleares, actuaba en la Tercera División del fútbol español, allá por la temporada 1958-1959.
El ‘Toto’ decidió incorporar a jugadores con hambre de gloria, y fue así que sumó al plantel a varios jugadores del Atlético Madrid que allí no tenían cabida, como el arquero Ricardo Zamora, hijo del recordado Divino, parte de la historia grande del fútbol de España.
Lo cierto es que Lorenzo, con sus incorporaciones, su táctica y su método de entrenamiento, hizo que el Mallorca ganara el torneo ampliamente, con 114 goles a favor y solo 8 en contra, en sensacional campaña. El ‘Toto’, aún como jugador, convirtió más de 15 goles. Con un equipo fuerte y hecho a su medida, Lorenzo logró el milagro de ascender al Mallorca a Primera División al año siguiente, conquistando el torneo 1959/1960. En esas dos temporadas, su equipo no perdió ningún partido en condición de local.
En el campeonato de 1960/1961 el Mallorca ya jugaba en Primera División, y tuvo inolvidables triunfos frente al Barcelona y al Atlético Madrid, y un empate glorioso ante el Real Madrid de Di Stéfano, Gento y compañía. Allí comenzó la mítica historia de Lorenzo como director técnico de fútbol.
El ‘Toto’ decidió incorporar a jugadores con hambre de gloria, y fue así que sumó al plantel a varios jugadores del Atlético Madrid que allí no tenían cabida, como el arquero Ricardo Zamora, hijo del recordado Divino, parte de la historia grande del fútbol de España.
Lo cierto es que Lorenzo, con sus incorporaciones, su táctica y su método de entrenamiento, hizo que el Mallorca ganara el torneo ampliamente, con 114 goles a favor y solo 8 en contra, en sensacional campaña. El ‘Toto’, aún como jugador, convirtió más de 15 goles. Con un equipo fuerte y hecho a su medida, Lorenzo logró el milagro de ascender al Mallorca a Primera División al año siguiente, conquistando el torneo 1959/1960. En esas dos temporadas, su equipo no perdió ningún partido en condición de local.
En el campeonato de 1960/1961 el Mallorca ya jugaba en Primera División, y tuvo inolvidables triunfos frente al Barcelona y al Atlético Madrid, y un empate glorioso ante el Real Madrid de Di Stéfano, Gento y compañía. Allí comenzó la mítica historia de Lorenzo como director técnico de fútbol.
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