1 de octubre de 2009

El árbitro FIFA (Jaime Roberto Flores - España)


Este encuentro se realiza entre los trabajadores de una compañía. Todo está listo para el comienzo, como si se tratara de un clásico de los grandes en el fútbol: Barcelona vs. Real Madrid (España), Boca Juniors vs. River Plate (Argentina), América vs. Chivas (Méjico) u otro clásico.

La pasión por el fútbol no tiene fronteras. Los aficionados del equipo rojo y azul apoyan con toda fe y fervor a sus equipos y éstos se preparan para el comienzo del partido. El árbitro fue elegido entre los aficionados: un tipo chaparro panzón y pelón. Éste da inicio al partido.

Los dos equipos comienzan con todas las ganas, como si se tratara de la final del campeonato. A los 15 minutos del partido, en un tiro de esquina, el equipo azul anota el primero.

El partido se pone intenso. A los veintidós minutos el equipo azul anota el segundo gol de un remate cruzado por el lado izquierdo. El equipo rojo no sale de la sorpresa y se lanza al ataque. En un saque de banda, en la desesperación, un jugador del equipo rojo da un saltito (chistoso) como si estuviera saltando a la cuerda o un charco. Y el árbitro FIFA marca el mal saque como todo buen árbitro, ante el asombro del jugador que le reclama: ¿Qué marcó?

Al minuto cuarenta y cinco, el equipo rojo arma un contragolpe y, tras un centro medido al pecho, el centro delantero marca a quemarropa el 2 a 1, y con ese resultado se van al descanso y la esperanza de buscar la victoria en el segundo tiempo.

El árbitro FIFA pide desesperadamente una cerveza porque anda con la resaca o cruda del día anterior y por no haber pisado una cancha de fútbol en años.

Comienza el segundo tiempo. El equipo rojo está con más fuerza y a los diez minutos logra el empate de un tiro de veinte metros de distancia.

El partido se pone de ida y vuelta y a los veinte minutos el equipo rojo anota un gol en fuera de juego. El árbitro FIFA lo anula, ante los reclamos del equipo rojo, y comienzan a protestar los dos equipos. Llega un aficionado a reclamarle y el árbitro le dice: ¡y éste quién es!, ¡qué está haciendo aquí!, !fuera!, y lo expulsó. Después le aclaran que estaban jugando sin fuera de juego, que era libre, a lo que el árbitro FIFA replica: “No jodan, ¿entonces para que quieren árbitro?”. Y les concedió el gol.

El partido se puso intenso, con muchas oportunidades de gol para los dos equipos, con tiros a los postes y atajadas de los porteros. En otro saque de banda el jugador del brinquito hace lo mismo y reclama e insulta al árbitro FIFA, que lo expulsa, y sus compañeros lo detienen para que no lo golpee.

Faltando trece minutos para el final del encuentro se da una descolgada de un jugador del equipo azul, que se lleva a tres jugadores del equipo rojo; dentro del área grande le llega otro limpiamente, pero el jugador azul se avienta un clavado y finge una falta que engaña al árbitro FIFA, quien marca el penal.

El tirador y el portero se alistan, el arbitro FIFA da la señal y el tirador se impulsa, lanzando el tiro hacia arriba como los grandes o como si hubiera comido aviones. Pero el equipo azul sigue al ataque y, mediante un centro medido de palomita (cabeza), el equipo azul logra el empate.

Cuando faltaban tres minutos hubo una descolgada del equipo azul; con triangulaciones, se filtra en el área un jugador azul y es derribado dentro del área grande con un foul flagrante. Pero el árbitro FIFA se hizo la vista gorda y no marcó el penal que le hubiera dado la victoria al equipo rojo.

Lo único que el árbitro FIFA quería era salvar su pellejo y dio el silbatazo final, pero los jugadores le preguntaban todavía qué marcaba, hasta que se sacó el silbato y les dijo: “Joder, ya se terminó”. Como la apuesta era de $ 500.00 se podía formar una bronca.

Los equipos se pusieron de acuerdo para jugar al gol de oro, a lo que el árbitro FIFA se negó rotundamente pues ya no tenía piernas para seguir y les dijo: “¡Ustedes ni jugar saben y quieren Gol de Oro, no jodan!”.

La historia continuará porque el árbitro FIFA fue invitado para el próximo clásico. Lo que es la pasión por el fútbol y lo que hay que hacer por él.

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