Según parece, los árbitros son muy propensos a sentirse condicionados por los colores. A principio de los noventa, durante uno de los primeros partidos de Hugo "Perico" Pérez (foto) tras su llegada a Ferrocarril Oeste le cometieron una clara y fuerte falta, la cual el árbitro pasó por alto como si nada hubiera sucedido, cuestión que lo hizo reaccionar desconcertado reclamándole; por lo cual Carlos Timoteo Griguol (entrenador del equipo) le gritó desde el banco algo como: "Perico... por favor... ¡Mirá la camiseta que tenemos puesta! ¿Dónde te creés que estamos... en River? Cerrá la boca y seguí jugando, que acá no te cobran nada".
Otro ejemplo muy claro es el de Roberto Passucci, quien tras seis temporadas en Boca [1981-1987] donde le permitían (por decirlo de alguna manera) explayar libremente su riguroso trato a los rivales le fue muy difícil tener que adaptase a jugar sin esa habitual permisividad cuando le tocó desempeñarse en Talleres de Córdoba y en Unión de Santa Fe.
Otro ejemplo muy claro es el de Roberto Passucci, quien tras seis temporadas en Boca [1981-1987] donde le permitían (por decirlo de alguna manera) explayar libremente su riguroso trato a los rivales le fue muy difícil tener que adaptase a jugar sin esa habitual permisividad cuando le tocó desempeñarse en Talleres de Córdoba y en Unión de Santa Fe.
Muy graciosa la intervención de Griguol!!!
ResponderEliminarSaludos cordiales y te felicito por el blog!
Sebastián
Gracias por la visita y tus conceptos Sebastián. Griguol es una fuente inagotable de anécdotas, siempre brinda mucho material.
ResponderEliminarTe mando un abrazo!