La pelota sólo ama a quien la cuida;
Salve al santo Zidane dios del gabacho
y a la extrema unción del catenaccio
del gran Diego y la gracia sin medida.
Para el genio que salva toda herida
de los once centrales del empacho
se va abriendo la cancha hacia lo ancho
y da pases al pie sin ver la vida.
Y en el juego, que no se hunde en el fango
va el rimar de unas botas con la gloria,
¡viva el fútbol a ritmo de un buen tango!
Han citado a un pibe con la Historia
es Jorgito, que va filosofando,
sobre goles, esférico y victoria.
Salve al santo Zidane dios del gabacho
y a la extrema unción del catenaccio
del gran Diego y la gracia sin medida.
Para el genio que salva toda herida
de los once centrales del empacho
se va abriendo la cancha hacia lo ancho
y da pases al pie sin ver la vida.
Y en el juego, que no se hunde en el fango
va el rimar de unas botas con la gloria,
¡viva el fútbol a ritmo de un buen tango!
Han citado a un pibe con la Historia
es Jorgito, que va filosofando,
sobre goles, esférico y victoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario