¡Rojo como sangre joven y azul,
como el mismo cielo,
son los colores que ostenta
nuestro heroico San Lorenzo!
Rojo como el sacrificio de sus muchachos primeros
que escalaron posiciones pero sólo a sangre y fuego;
y azul como la guardrapa turquí del cielo porteño
que envuelve, como una madre, la ciudad de los ensueños...
Rojo como los ocasos que tiñen de oro y bermejo
a nuestras pampas tranquilas en largas tardes de Enero;
y azul como los ideales que llevamos en el pecho
que son valor y energía en los bravos entreveros.
Rojo como los pimpollos de nuestro clásico ceibo,
que es la flor que simboliza todo lo criollo, lo nuestro;
y azul como la superficie dormida de un mar sereno
cuando parece que acuna diafanidades de sueños...
Rojo como sangre joven y azul como el mismo cielo
son los colores que ostenta nuestro heroico San Lorenzo.
como el mismo cielo,
son los colores que ostenta
nuestro heroico San Lorenzo!
Rojo como el sacrificio de sus muchachos primeros
que escalaron posiciones pero sólo a sangre y fuego;
y azul como la guardrapa turquí del cielo porteño
que envuelve, como una madre, la ciudad de los ensueños...
Rojo como los ocasos que tiñen de oro y bermejo
a nuestras pampas tranquilas en largas tardes de Enero;
y azul como los ideales que llevamos en el pecho
que son valor y energía en los bravos entreveros.
Rojo como los pimpollos de nuestro clásico ceibo,
que es la flor que simboliza todo lo criollo, lo nuestro;
y azul como la superficie dormida de un mar sereno
cuando parece que acuna diafanidades de sueños...
Rojo como sangre joven y azul como el mismo cielo
son los colores que ostenta nuestro heroico San Lorenzo.
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