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El primer grande del interior


Como si se tratara del barrio o el potrero, un grupo de empleados administrativos, policías, estudiantes, funcionarios, militares, maestros y taxistas formaron hace 40 años en la provincia de Santiago del Estero un equipo de fútbol para competir en el Torneo Nacional de 1967 bajo el nombre de Central Córdoba, club fundado el 3 de Junio de 1919. Habiendo empatado un partido y perdido cuatro, venció en la sexta fecha a Boca Juniors en la mítica Bombonera por 2-1, en lo que fue la primera victoria de un equipo del interior sobre uno de los cinco “grandes” en Buenos Aires.

Ricos contra pobres, clase alta ante la baja o profesionales frente a entusiastas… De muchas formas se podría nombrar al duelo que se llevó a cabo el 15 de Octubre de 1967. El club santiagueño, que actualmente milita con suerte diversa en el Torneo Argentino B, abrió el marcador a los 20 minutos del primer tiempo a través de Marcelo Aranda, un modesto taxista disfrazado de centrodelantero. La rústica defensa conformada por los empleados administrativos René Ruiz, Juan Carlos Rossi y Alberto Chazarreta fue fundamental para que el arco defendido por el profesor Antonio Carott se mantuviera en cero al cabo del período.

Claro que el mediocampo integrado por el funcionario Alfredo Mackeprang y los policías José Ayunta y Héctor Saganías tuvo el mérito de tener la pelota y jugar corto cuando Boca buscaba desesperadamente el empate. “No teníamos ningún pálpito antes del partido, solamente ir y jugarlo”, rememora el comisario Saganías, una de las figuras del encuentro.

Aquel equipo xeneize, que contaba con figuras como Antonio Roma, Silvio Marzolini y Antonio Rattín (entre otros), tuvo que salir a jugar la segunda etapa con diez hombres por la lesión de Norberto Madurga (todavía no se usaban los cambios).

El panorama pintó más difícil para Boca cuando el militar Manuel Rojas convirtió un gol de antología a los 29 minutos, picando la pelota por encima del cuerpo de Roma. La jugada fue un contrataque llevado a cabo por los estudiantes René Taboada y Víctor Pereyra. Superados por los nervios, fueron expulsados un minuto más tarde Ruiz (Central Córdoba) y Pianetti (Boca).

Ni la expulsión de Chazarreta a los 36 minutos, ni el descuento anotado por Rattín a los 42 ayudaron al equipo de la Ribera para tratar de revertir la humillación. Los diarios de la época no pasaron por alto el inesperado acontecimiento. El matutino
La Prensa calificó de “decepcionante” la actuación de Boca, mientras que Crónica halagó a los santiagueños, al remarcar que “sin sutilezas, con la complicidad de un juego práctico y acorde con las circunstancias” se llevaron el triunfo, que fue caratulado como “El Boom de los Changos”.

Con el espíritu y la realidad de jugadores amateur, los futbolistas de Central Córdoba festejaron el batacazo. “Fue una satisfacción enorme, un sueño, una cosa increíble. Jamás pensamos en ganar. Santiago se paralizó y el vestuario fue una fiesta”, recuerda el volante Saganías. Para dejar en claro que el fútbol era sólo un hobbie para ellos, el policía afirma que “el premio por haberle ganado a Boca fue el reconocimiento de la gente. No hubo nada económico”.

La única distinción para los héroes santiagueños llegó 39 años más tarde, cuando los dirigentes del club hicieron socios vitalicios a los miembros de aquel plantel. “Este año no hubo reuniones ni anuncios de algún agasajo por los 40 años”, enfatiza resignado Saganías.

Del lado de los derrotados, el arquero Roma señala que lo de Central Córdoba “fue una hazaña grandísima” , ya que “tenían poco renombre y jugadores sin rodaje en Primera”. Además, justifica la derrota afirmando que “el equipo estaba un poco desarmado” y peleaban “la mitad de la tabla”.

Si se toman en cuenta las diferencias existentes entre los clubes, la victoria de los Ferroviarios toma más importancia. Mientras Boca entrenaba todos los días, hacía viajes al interior para jugar amistosos y sus futbolistas eran bien pagos, los provincianos tenían dos prácticas semanales y todos los jugadores priorizaban su trabajo extra deportivo para poder subsistir.

A pesar de la legendaria epopeya, Central Córdoba terminó decimocuarto en la competencia de 1967, sólo por encima de San Lorenzo de Mar del Plata y Chaco For Ever; mientras que Independiente fue campeón nacional. Además, los dirigidos por Antonio Collado tuvieron apenas una incursión más en Primera, en 1971. Más allá del pobre presente, nadie le quita lo bailado al club santiagueño después de tamaña proeza.

Síntesis

Boca Juniors -1-: Roma; Magdalena y Marzolini; Simeone, Rattín y Silveira; Pianetti, Madurga, Novello, Zarich y González

Central Córdoba (SE) -2-: Carott; Ruiz, Rossi y Chazarreta; Mackeprang, Saganías y Ayunta; Aranda, Taboada, Rojas y Pereyra

Goles: PT 20’ Aranda (CC). ST 29’ Rojas (CC) y 42’ Rattín (BJ)

Expulsados: ST 30’ Ruiz (CC) y Pianetti (BJ), 36’ Chazarreta (CC)

Árbitro: Roberto Goicoechea

(artículo de Denis Guillermo Rosales, publicado en el blog “Tridente ofensivo” el 18 de Octubre de 2007)

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