El Sport Lisboa e Benfica es el club de fútbol más laureado de Portugal y el que cuenta con más aficionados tanto dentro como fuera del país.
Su origen está en un grupo de ex-alumnos de la Real Casa Pía de Lisboa que en 1904, en el barrio de Belem, fundaron el club, eligieron sus colores (el rojo y blanco) y su emblema, el águila, que pretendía simbolizar la independencia, autoridad y nobleza.
Éstos jóvenes disputaban sus partidos cerca de la farmacia de la calle Dirita, propiedad de Pedro Franco. Los hijos del farmacéutico, así como dos de sus empleados, Santos Brito y Manuel Gauiarde, formaban parte de estos disputados partidos. La farmacia acabaría siendo la sede social del equipo. Un club que no disponía de un terreno propio donde poder disputar sus encuentros.
Pero el verdadero líder y fundador del equipo fue Cosme Damiao, que creó el Sport Lisboa el 28 de Febrero de 1904. La idea fue crear un club al estilo inglés. Es decir, un lugar en el que los hombres podrían pasar sus momentos de ocio y practicar el deporte que más les gustara. Cosme Damiao fue todo en el club: jugador, capitán, entrenador y presidente.
El gran inconveniente que se planteaba este equipo era que no disponía de un terreno propio. A pocos metros de su sede social, existía otro club, el Benfica, que también comenzaba su andadura. El Benfica, a pesar de tan solo contar con quince miembros en el club, sí disponía de campo propio.
Pronto se iniciaron las conversaciones con el fin de unificar los dos equipos y el 13 de Septiembre de 1908 nació el “Sport Lisboa e Benfica”. El Benfica aportaba el campo y el Sport Lisboa lo demás. Los colores del nuevo club son los del Lisboa, es decir, mantienen la camiseta roja y el pantalón blanco inicial, vestimenta que se mantiene en la actualidad.
El equipo ya está formado y tiene un terreno de juego donde poder disputar sus partidos. Pero la idea de este club no era la de formar un club de fútbol, sino también la de fomentar otro tipo de deportes, cosa que con el tiempo se ha cumplido.
Se crea la Liga
Después de la 1ª Guerra Mundial el deporte en Portugal se va extendiendo poco a poco. Con el paso del tiempo se van creando nuevos clubes, debido a la importancia que van adquiriendo los ya creados anteriormente. Así a partir de 1920, se va a crear una competición nacional. El Benfica, extrañamente, se niega a disputarla. El club tuvo que esperar hasta 1927 para probar suerte en alguna competición oficial. La consagración del club tuvo lugar en 1930 con el título del mejor equipo del país.
En 1935, las competiciones se estructuraron en divisiones, con lo que se iba a crear un verdadero campeonato. El Benfica estaba a la vanguardia de esta nueva asociación. Poco a poco el campeonato portugués iba tomando forma. Mientras, el equipo iba creciendo bajo la presidencia de Cándido Oliveira y sobre todo de Antonio Ribeiro Dos Reis.
Durante estos años el Benfica va tomando ciertas connotaciones sociales determinadas. Así, si el Sporting de Lisboa es un club de aristócratas, el Benfica, por su parte, parece estar más cerca de la gente modesta. Incluso, durante algunos años (1931-33, 1936-38 y después en 1946) fue un obrero el que ocupó la presidencia del club, Manuel Da Conceigao.
El equipo durante estos primeros años va consiguiendo título tras título. La fama sigue en aumento, pero el equipo seguía sin campo propio, hasta que en 1954 se inaugura el estadio de “La Luz”.
En cuanto al nivel de juego el Benfica era todavía semiprofesional, hasta que en 1955 diera el paso al profesionalismo, bajo la dirección de Joaquín Bogalhao y Mauricio Vieira de Brito.
La responsabilidad técnica es confiada entonces a Otto Gloria. Fue bajo su impulso cuando el Benfica logra superar la etapa nacional y el equipo empieza a tomar conciencia de sus posibilidades en Europa.
Rosario de entrenadores extranjeros
El entrenador brasileño le dio savia nueva al equipo. Siempre sonriente, ocultaba bajo su figura rolliza y simpática una gran inteligencia. Ésta, la inculcó a sus jugadores y sobre todo supo motivarlos siendo el primero en dar a entender la importancia de la dieta, del reposo y del seguimiento médico.
Con él llegaron los jugadores de las colonias africanas a Portugal, preparando lo que sería la edad de oro del equipo. Así, hombres como Costa Pereira, Coluna, Santana y Aguas llegan al Benfica.
Pero antes que Otto Gloria, el Benfica conoció otros entrenadores. Así, el austríaco Lippo Hertkz fue el primer entrenador profesional extranjero que ocupó este cargo dentro del club. Supo imponer a principios de los años 30 un estilo en el cual se mezclaban atinadamente el rigor germánico con las cualidades naturales de los jugadores lusitanos.
A este entrenador austríaco le sucedió el británico Arthur Joh, que iba a obtener tres títulos consecutivos.
Después de la 2ª Guerra Mundial, el Benfica tendría al húngaro Janus Birí, al argentino Alberto Zozoya y los portugueses Alfredo Valadas, Francisco Ferreira, Joaquín Bogalhao y José Domínguez, todos ellos bajo la atenta mirada de Ribeiro Dos Reis, el hombre fuerte del momento.
A principios de los años 50 llegó el argentino José Alberto Valdivieso, que reorganizó el club dándole mayor importancia a los jóvenes, con lo que creó un importante cimiento para los próximos años.
Otto Gloria iba a llegar a Portugal, en una gira por Europa, con el Atlético Mineiro, un club brasileño Atlético Mineiro, un club brasileño de Belo Horizonte. Dio una excelente impresión por su inteligencia, su ambición y su imaginación. A tal punto, que los dirigentes del Benfica le propusieron quedarse en el equipo. El técnico aceptó. Era su oportunidad para triunfar en Europa.
La era de Otto Gloria
Fue un excelente entrenador, creando una nueva táctica que por entonces recorrería toda Europa. Creó un sistema de juego basado en un 4-2-4, que tan buen resultado le diera al Benfica en aquellos años.
Con Gloria, el Benfica entró en la era moderna. Supo explotar las cualidades de sus pupilos. Entre estos jugadores se encontraba Mario Coluna, uno de los primeros en el Benfica que provenía de las colonias africanas. Coluna tendría que llenar páginas en el libro de éxitos del Benfica.
Con él empezó a llegar el “mercado africano”, fichando jugadores de Mozambique y Angola, cuyas cualidades técnicas y físicas eran extraordinarias. Pero de todos ellos el mejor ejemplo lo tenemos en Eusebio, el mejor jugador de la historia del fútbol portugués.
Con Otto Gloria el Benfica iba a ganar los títulos de 1955 y 1957. En Europa ya se había creado la Copa de Europa y con la consecución de este último campeonato le daba el pasaporte para disputar la II edición de la Copa de Europa. Aunque fuera eliminado a las primeras de cambio.
En la primavera de 1960, Otto Gloria decidió poner fin a su etapa como entrenador del Benfica. Era una vacante difícil de ocupar. Tras su marcha le iba a suceder el húngaro Bela Guttmann.
Guttmann iba a ser el gran beneficiario del trabajo de su predecesor. Este húngaro que nació con el siglo, fue titular del MTK de Budapest y miembro del equipo húngaro que disputó los juegos olímpicos de París, en 1924. Guttmann emigró a Estados Unidos donde entra a formar parte del equipo de los Giants de Nueva York, antes de convertirse, al final de su carrera, en bailarín profesional.
Al regresar a Europa se iba a instalar en Austria, convirtiéndose en entrenador. Una vez obtenido el título de entrenador se marchó a Holanda en donde condujo al Twente Enschede a la Segunda División. Una vez finalizada la guerra se iba a ocupar de equipos como Milán, Padova, Trieste. Pasó por Brasil (Sao Paulo), para llegar a Portugal y fichar por el Oporto. Pronto pasaría a formar parte del Benfica.
Con 60 años supo aprovechar la oportunidad que le ofrecía este equipo. Además podría impartir las enseñanzas de toda una vida dedicada al fútbol. Obtuvo el título portugués en su primer año en el equipo e igualmente al siguiente (1961 y 1962). Pero al año siguiente, el fracaso en la carrera por el título, que ganó finalmente el Sporting, le obligó a dimitir.
Primera Copa de Europa
En su primera temporada, llevaría al equipo a conseguir el máximo trofeo continental a nivel de clubes, campeones de Europa. Era todo un triunfo para el Benfica.
La final tuvo lugar el 31 de Mayo de 1961 en el estadio de Wankdorí de Berna, en Suiza. En frente iba a estar un equipo español, el Barcelona.
Aquella noche en Wankdorí, el estadio del Youn Boys acogía la sexta final de la Copa de Europa. Por primera vez el Real Madrid no iba a estar en la final. Pero a cambio sí iba a estar el Barcelona, club que partía como favorito.
Los catalanes gozaban de una suntuosa delantera, compuesta por los húngaros Czibor y Kocsis, Kubala, el brasileño Evaristo y Luis Suárez. Se tenían que enfrentar a un equipo casi desconocido en Europa, el Benfica.
El equipo portugués para llegar a la final tuvo que eliminar con antelación a los escoceses del Hearth of Midlothian, los húngaros del Ujpest, a los daneses de Aarhus y a los austríacos del Rapid de Viena.
El partido lo empezó dominando el Barcelona y como consecuencia de esto vino el primer tanto de los catalanes, obra de Kocsis. El Benfica reaccionó y consiguió el empate por medio de Aguas. Gracias a un autogol de Ramalle, el Benfica se puso por delante del marcador. Coluna tras el descanso consiguió lo que era el gol de la tranquilidad.
El Barcelona después de este tanto puso cerco a la portería de Costa Pereira, que esa noche se mostró intratable. Czibor, a falta de quince minutos para la finalización del encuentro, logró marcar el que era el definitivo 3-2 con el que terminaría el encuentro. El preciado trofeo ya tenía un nuevo dueño, el Benfica.
Nuevo trofeo europeo
Con esta victoria conseguida por el Benfica, Portugal ganaba su primera Copa de Europa, hasta entonces sólo reservada para el Real Madrid. Pero ésta no sería la única vez, ya que a la temporada siguiente volvió a conseguir, de nuevo, este galardón.
En esta ocasión su rival iba a ser el Real Madrid. El equipo madrileño quería conseguir la hegemonía perdida en Europa y volver a conquistar el preciado trofeo. Se presentaba una final discutida. Pero los 68.000 espectadores que acudieron al estadio Olímpico de Ámsterdam estaban convencidos, a pesar de que el Benfica era el campeón, que iban a asistir a otro triunfo del Real Madrid.
Pero el partido no se disputó como la gente esperaba. La juventud y rapidez de los lisboetas marcaban la diferencia ante un equipo madrileño que estaba envejeciendo y que estaba lanzando sus últimos destellos esa noche. El Real Madrid ya no ofrecía ese juego tan vistoso que le había llevado a conseguir cinco Copas de Europa consecutivas.
Además de todo esto, los lisboetas contaban con la inestimable presencia de un joven jugador que había venido de África, de Mozambique, y que estaba haciendo las delicias de todos, Eusebio. Ese día empezó a entrar en la leyenda de los grandes jugadores, marcando los dos goles decisivos para su equipo. El Benfica se impuso por 5-3 al Real Madrid. Al término de los primeros cuarenta y cinco minutos estaban 3-3 pero Eusebio se encargó de deshacer la igualada.
No hay dos sin tres
El equipo ya había entrado a formar parte de los grandes en Europa. A partir de ese momento, ya tomaban en serio al equipo. Pero suelen decir que no hay dos sin tres. Y el Benfica se encontró con su tercera final consecutiva. Muchos decían que podría llegar a conseguir el nivel del Real Madrid con sus cinco Copas consecutivas.
El rival en esta ocasión era el Milán. Este año no había ningún equipo español en la final. El partido se celebró el 22 de Mayo de 1963 en el estadio de Wembley, en Londres, ante 55.000 espectadores.
Mal empezaron las cosas para los lisboetas. Eusebio marcaba primero y sin duda era un mal augurio para el equipo ya que en las dos ocasiones anteriores habían ido por detrás del marcador y habían remontado el partido. Pero Altafini con dos goles crucificó al portero Costa Pereira. Era el fin de un sueño que no se había hecho realidad: el poder conseguir el triplete.
Periodo de inestabilidad
A partir de este momento y coincidiendo con la dimisión de Guttmann, se va a iniciar un período de inestabilidad en el equipo. El club no encontraba el hombre idóneo para la dirección técnica y cambiaban constantemente de entrenador.
El chileno Fernando Riera sucedió a Guttmann y le dio al equipo nuevamente el título de Liga. Pero el fracaso ante el Milán en la final de la Copa de Europa le llevó a abandonar el club.
Tras su marcha fue otro húngaro el que ocupó la dirección técnica del equipo, Lajos Czeiler, que nuevamente le brindó el título nacional al Benfica. Pero la Copa de Europa sería otra vez el verdugo, el Benfica cayó eliminado por los alemanes del Borussia de Dortmund en octavos de final.
Posteriormente llegaría el alemán Eleck Schwartz que conseguiría, al igual que sus antecesores, el título de Liga. Pero lo verdaderamente importante para el club era la Copa de Europa. Schwartz llevó al equipo portugués a una nueva final europea.
Esta vez no lo tenía nada fácil para volver a conquistar la Copa de Europa. Era el 27 de Mayo de 1965 y el partido se iba a celebrar en el Estadio San Siro de Milán, campo del que era propietario el equipo rival, el Inter.
Esa noche en Milán llovía a cántaros. El Inter, campeón en la anterior edición de la competición europea, partía con ventaja. El Benfica había eliminado en esta ocasión a los luxemburgueses del Aris Bonnevoie, a los suizos del Chaux-des-Fonds, al Real Madrid y a los húngaros del Vasas-Gyoer.
Definitivamente, el Benfica no tenía suerte a la hora de disputar una final. El equipo lusitano tuvo que disputar casi todo el encuentro con diez hombres por la lesión de su defensa central Germano, quien tuvo que abandonar el terreno de juego. El ínter ganó gracias al solitario tanto marcado por el brasileño Jair. El Benfica perdía una nueva oportunidad para ser campeón de Europa.
Tras esa derrota vendría la destitución de Schwartz, e iban... Para ocupar su puesto volvió a contar con Bela Guttmann, técnico húngaro con el que conquistaría el Benfica su primera Copa de Europa.
Pero Guttmann ya no era el de antes. Tenía 65 años y ya no poseía la habilidad de años anteriores. No pudo conseguir ningún milagro, es más, no quedó campeón de Liga y fue eliminado en cuartos de final de la Copa de Europa, esta vez por el Manchester United.
Los dirigentes del Benfica decidieron volver a llamar a Fernando Riera, pero él también fracasaría. El equipo obtuvo, sin embargo, el título en 1967, pero fue eliminado de la Copa de Ferias por el Lokomotiv Leipzig, así que no terminaría la temporada que había comenzado, la 67-68. Riera sería reemplazado por otro clásico del Benfica, Otto Gloria. Era la época de la vuelta de los clásicos.
Quinta final europea
Gloria supo conducir al equipo a una nueva final de la Copa de Europa, y ya iban cinco. El equipo luso no pudo volver a conquistar una nueva Copa, esta vez frente al Manchester United.
Definitivamente, el Benfica no tenía suerte. Después de enfrentarse, hacía tres años, al ínter en su campo, esta vez sería frente al Manchester United y en el estadio de Wembley, en Londres, que se podía considerar casi su casa. Estadio de por sí maldito para el Benfica, derrotado aquí mismo cinco años antes por el Milán.
El Manchester, que por aquel entonces estaba dirigido futbolísticamente por Bobby Charlton, se iba a imponer por 4-1. Charlton sería autor de dos goles, el primero y el que cerraba el marcador. Igualmente se encontraba en el equipo el irlandés Georges Best, autor de otro tanto.
Nuevo entrenador inglés
Tras la marcha de Otto Gloria a mediados de temporada y la sustitución, sólo hasta final de temporada de José Augusto, se haría cargo del equipo un nuevo técnico extranjero, esta vez sería inglés, Jimmy Hagan. Desde la época de Guttmann, Hagan fue el primer entrenador en ocupar su puesto durante varias temporadas seguidas.
Ganó tres veces consecutivas el campeonato de Liga y los dirigentes no le reprocharon sus modestas actuaciones en competiciones europeas. Aunque llegó hasta las semifinales de la Copa de Europa en 1972, cayendo eliminado ante el Ajax.
A pesar de estar tres años en el banquillo, llegó la hora del cambio para Hagan. Su puesto iba a ser cubierto por un tándem formado por viejos conocidos de la entidad. Así, Cabrritta y Otto Gloria se hacen cargo de la dirección técnica del Benfica. Esto va a suponer una nueva etapa de cambios continuados en el banquillo luso.
Renacimiento del equipo
El renacimiento del equipo coincidió con la llegada del entrenador sueco Sven Goran Eriksson. Era la temporada 81-82. El técnico sueco llegó a Lisboa con la aureola de un gran entrenador europeo y con mentalidad campeona. Acababa de ganar la Copa de la UEFA con el Goteborg.
Eriksson logró obtener una extraordinaria simbiosis con las cualidades de los jugadores portugueses. Benfica ganó ese mismo año el título de Liga y llegó hasta la final de la Copa de la UEFA, contra el Anderlecht. Otra nueva oportunidad que volvió a desaprovechar.
Hacía ya catorce años que el Benfica no disputaba una final europea. El Benfica iba a empatar en el estadio de La Luz a uno, perdiendo en el partido de vuelta por 1 -0.
Muchos entrenadores, sobre todo extranjeros, habían pasado por el Benfica y ninguno había conseguido llegar de nuevo a la final de la Copa de Europa.
Tuvo que ser un técnico de la casa que durante siete años se había formado a la sombra de todos los entrenadores que habían pasado durante este tiempo por el club (Eriksson, Ivic, Mortimore, Csernai...). Su nombre, simplemente Toni.
Toni logró la hazaña de llevar al Benfica a una final de la Copa de Europa, veinte años después de la última final que disputó.
Los penaltis decidieron
Veinte años después de Wembley, se encontraba el Benfica en el Neckarstadion de Stuttgart, para disputar esa final tan añorada durante esos años, y en frente el PSV Eindhoven. Los portugueses para llegar a esa final habían eliminado al Partizan Tirana, a los daneses del Aarhus, al Anderlecht y a los rumanos del Steaua de Bucarest.
La final fue mediocre. Disminuidos por varias ausencias como consecuencia de las lesiones, los portugueses no lograron imponerse a un equipo holandés, que disputaba la final sin haber ganado ningún partido. No se marcó ningún tanto y tuvo que ser a través de los penaltis para conocer el nuevo campeón. Los holandeses ganaron 6-5 en la tanda de penaltis.
El equipo portugués formaba con: Silvinho, Veloso, Dito Mozer, Alvaro, Elzo, Chiquinho, Sheu, Pacheco, Magnussen (Hajri), Rui Aguas (Wando).
Toni, rompiendo la costumbre del equipo luso, de final perdida, entrenador nuevo, continuó en su cargo y logró un nuevo título de Liga en 1989. Pero a la temporada siguiente fue sustituido por otro conocido, Sven Goran Eriksson.
Éxodo de jugadores brasileños
Durante estos últimos años, el Benfica ha tenido su punto de mira hacia el mercado brasileño. Si en otra época, se dirigía a los países africanos, en estos últimos, el equipo ha visto cómo se han incorporado gran número de brasileños. ¿La razón?, sencilla.
El reglamento portugués permite la incorporación de estos jugadores, sin que ocupen plaza de extranjeros, ya que se pueden beneficiar de la doble nacionalidad. Así, se han podido ver en el Benfica jugadores brasileños internacionales tales como Mozer, Lima, Elzo, Ricardo y Valdo. Jugadores que daban al equipo un aire puramente brasileño.
A todos estos, habría que añadir a los angoleños o los europeos que han fichado estas últimas temporadas, como Magnusson, Thern, etc.
Con toda esta mezcla de jugadores y bajo la dirección de Eriksson, el Benfica llegaría, de nuevo, a otra final de la Copa de Europa. Esta vez frente al Milán, en el Prater de Viena. Una nueva desilusión para los aficionados, que veían como su equipo llegaba una vez más a disputar la final y no conseguía la Copa. Esta vez perdió 1-0 frente al Milán.
Pero a pesar de todas las desilusiones que el Benfica da a sus aficionados, estos, cada vez se encuentran más identificados con el equipo. Sus cerca de 90.000 socios, son ante todo una familia, una gran familia, cuyos vínculos no se aflojan nunca.
Esta familia vería como a la temporada siguiente (90-91), su equipo volvía a llegar a lo más alto de la competición y era eliminado por el Marsella, en semifinales.
Una nueva victoria para la temporada, pero que no conseguía hacer realidad el sueño de todos los aficionados lusos, que ven como una y otra vez, su equipo pierde los partidos en los momentos claves, la final.
La década del noventa no fue la mejor para el equipo lisboeta pues a nivel deportivo solo obtuvo el Torneo de Primera división en las temporadas 1990/91 y 1993/94 y la Copa de Portugal en las ediciones 1992/93 y 1995/96. Parecería mucho para cualquier institución pero no lo es para unas águilas sedientas de triunfos y que venían de una década del 80 por demás exitosa.
Hacia la temporada 1998/99 preside el club João Vale e Azevedo. En Octubre de 2000, hay elecciones para presidente del club, en donde Vale e Azevedo fue sustituido por Manuel Vilarinho, quien fue presidente de la entidad durante tres años y fue sustituido por Luis Felipe Vieira, en Noviembre de 2003. Días antes, el 25 de Octubre, el Benfica inauguró el nuevo estadio de la Luz, el cual fue elegido para la fase final de la Eurocopa 2004. El festival estuvo marcado por la inauguración del mismo con un partido en el que Benfica ganó 2 a 1 a Nacional de Montevideo.
La actualidad
La historia reciente del Benfica quedó marcada por la trágica muerte de su jugador húngaro Miklos Feher durante un partido en 2004. El título de liga logrado al año siguiente fue el mejor homenaje al querido futbolista y el último conquistado por el equipo lisboeta.
El Benfica es el club de fútbol con mas socios de todo el mundo (Libro Guinness de récords mundiales, 2006). En 2007 contaba con 167.000 socios por lo que queda delante del FC Barcelona (150.000), Bayern de Munich (125.000) y Real Madrid (85.000).
Disputa el Clásico de Lisboa contra el otro club de la ciudad, el Sporting. Además, el Benfica tiene equipos profesionales de baloncesto, balonmano, fútbol sala, voleibol, hockey patines y rugby, deportes en los que también está considerado uno de los mejores clubes de su país. Cuenta, además, con profesionales en las modalidades de Atletismo, Billar, Capoeira, Ciclismo, Gimnasia, Golf, Judo, Natación, Pesca, Tenis de mesa, Tiro con arco y Triatlón.
A lo largo de su historia, el Sport Lisboa e Benfica recibió del Gobierno muchas condecoraciones por su labor deportiva y social, entre ellas: Comandante de la Orden Militar de Cristo, Revista de la Cruz de Benemerência, la Cruz Roja de Benemerência, Medalla oro y Mérito de viajes, Medalla del Mérito Deportivo, Medalla de Oro de la ciudad de Lisboa y la Medalla de la Orden del Infante D. Henrique.
En 2008 la UEFA deniega, en un principio, al FC Oporto en la Liga de Campeones por sobornar a árbitros, por lo que es admitido el Benfica. Unos días más tarde La UEFA rectifica y de nuevo readmite al FC Porto en lugar del Benfica.
Tras la retirada del jugador emblema del club, Rui Costa, ahora director deportivo de la entidad, la temporada 2009 encuentra al club dirigido por el técnico, procedente del Braga, Jorge Jesús y que con figuras de gran experiencia internacional aspiran a desbancar al Oporto del pedestal conquistado en los últimos tiempos.
El vuelo del águila
Una de las grandes curiosidades del club es la tradición que mantiene viva antes de cada encuentro. El águila Vitória sobrevuela el Estadio da Luz antes del pitido inicial y termina posándose en lo alto del escudo del club. Dicen que si el ave da dos vueltas, el Benfica ganará, mientras que si sólo da una, el partido lo ganarán los visitantes.
El Estadio
Torneos internacionales
* Copa de Europa (2): 1960/61 y 1961/62
* Copa Latina: 1949/50
* Copa Ibérica: 1983
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