Era el Mundial del 62.
Mi hermana recortaba las fotos de Pelé de los diarios
que venían de un país lejano llamado Santiago.
Un tío comentó que en Chile había nacido la televisión.
En ese tiempo lloraba todas las noches por no saber dividir ni multiplicar.
Era el Mundial del 62.
Un vecino croata tocaba el violín cada vez que su equipo patrio ganaba.
En la mesa se hablaba de fútbol y del costo de la vida.
Yo trataba de ingeniar la manera de alcanzar la caja de galletas sobre la alacena.
En el cine de los domingos veíamos los goles de Eladio Rojas
y las películas de Audie Murphie.
Era el Mundial del 62
amigo del barrio se rompió la frente
a lo Michael Escuti.
llovía yo leía sin tener las historietas
Walt Disney.
ía no entendía la penetración de los medios
comunicación,
canalla imperialista ni las fluctuaciones
la balanza de pago.
Era el Mundial del 62
se supo que Chile salía tercero
comía churrascos fritos.
criticaba el cierre del puerto libre
coloquial del puerto (venido a menos).
escuchaban las canciones de Dean Reed
como quien reza el padrenuestro.
Era el Mundial del 62
más no recuerdo, salvo que me sentí contento
saber que Santiago también era Chile,
que el próximo año también tendría que ir a la escuela.
Nota: Poema tomado textualmente
del blog "Inmaculada decepción"
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