14 de enero de 2009


El sueño de todo niño que empieza a jugar al fútbol es vestir la camiseta Nº 10 de su equipo. El número es cargado de historia, de mística y llevarla conlleva siempre la responsabilidad. Casi siempre es el crack del equipo que debe cumplir con esta misión. Pero no fue siempre así. Antes de Pelé, el número de las camisetas de fútbol era algo usado meramente para identificar a los jugadores. Solamente que todo eso cambió cuando aquel brasileño de apenas 17 años asombró el mundo en el Mundial de 1958.
Lo más curioso es que la elección de Pelé para vestir la 10 de la seleção ocurrió casualmente.
Antes del Mundial de Suecia, los dirigentes brasileños mandaron la relación de jugadores de la selección convocados para la competición. Sólo que se olvidaron de dar los números de los seleccionados. Para resolver el problema, un dirigente uruguayo que estaba en la sede de la FIFA, casualmente, acabó por escoger los números de los brasileños. El caso es que el uruguayo no conocía los jugadores brasileños. Pues así Brasil se fue a Suecia con la numeración más extravagante de la historia de los Mundiales. El portero Gilmar jugó con el 3, Garrincha, extremo derecha, con el 11, Didi, con el 6.
Y el destino quiso que Pelé se quedase con el 10.

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