27 de enero de 2009


El apellido Hayes quedó en la historia del fútbol de Rosario Central y también de los comienzos del fútbol nacional.
Harry y Ennis Hayes eran hijos de un inmigrante inglés que se afincó en Rosario para trabajar en el ferrocarril que instalaron empresarios británicos.
Harry se destacó por su buen fútbol, pero además por haber sido el primer futbolista transferido en la Argentina (en 1905 pasó de Argentino de Rosario a Rosario Central).
Por su parte a su hermano Ennis se lo recuerda por su habilidad con la pelota y por su díscola manera de ser, lo que privó que llegara a tener tanto prestigio como Harry.
Testimonios periodísticos de aquéllos tiempos, destacaron que Ennis, en un partido entre Central y Gimnasia, eludió a varios adversarios y antes de hacer el gol, casi sobre la línea, se sentó sobre la pelota por unos segundos. Luego convirtió.
Fue casi una provocación para los adversarios, y que dio pie a una breve trifulca. Una actitud que motivó que su padre, en la precaria tribuna del estadio, le exigiera a los gritos, que se retirara de la cancha: "Hacer el gol sí, pero burlarse del rival, no", adujo el viejo Hayes, amplio conocedor del Fair Play.

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