-¿Qué tal? Hoy vino temprano.
-Sí, para ver la tercera. ¿Y ese número cuatro?
- Es un crack. ¡Es el nieto de Sánchez!
-¿Del zurdo Sánchez?
- No, del chueco Sánchez, el que jugó junto a Gimarri.
- Ah, ¿y éste de la peluca verde es el nieto? ¿Usted no se acuerda del padre?
- Sí, lo baleamos cuando erró un penal sobre la hora.
- Un jugador fuerte; la pelota o el hombre.
-Ni me hable. Se tiraba tanto a los pies que fracturó al fotógrafo de “El Gráfico”. Bueno, en 1940 Valussi el de Boca lesionó para siempre a un manisero.
- ¡Qué rápido es el seis, parece Sarcutti!
- Sí, pobre Sarcutti; lo masajeaban con líquido de freno. A Lanús le hizo un gol de palomita y se lo anularon por volar muy alto
- Y sí, cosas del Reglamento. Ese año descendimos por la camarilla del técnico y la barrabrava.
- Usted lo dijo, una camarilla. A Vigorito ni de suplente lo ponían esos tipos.
- ¿Sabe que viene un cabeceador paraguayo que mide dos metros?
- Y, con dos metros cabecea cualquiera, pero los delanteros de antes lo hacían a ras del piso. Los wines corrían por la línea, centro, palomita y gol. Albella, Erico y Mastrufio cabecearon tanto que perdieron la memoria.
- Y hoy falta habilidad y sobra estado físico. ¿Se acuerda cuándo a los europeos le hacíamos seis?
- No me acuerdo. Igual, nuestro jugador es el mejor.
- Por supuesto, con Panamá nunca perdimos y Brasil nos gana de suerte.
- Usted lo ha dicho. ¿Se acuerda cómo pateaba Santini?
- Sí, una vez hizo un gol de doscientos metros y se lo anularon por lejanía.
- Me acuerdo, a Ríver. Pero jugador jugador fue Pedernera. En verano jugaba con ojotas y a la sombra pero le sobraba panorama de cancha.
- Pero con esos compañeros jugaba hasta un burro como Pelé, que jugaba porque era negro y no lo discriminaban…
- A propósito; Banfield trajo un senegalés que de noche no lo agarra nadie.
- ¿Y no se acuerda de Olkenian? Le cobraban exceso de velocidad y una vez se cayó al foso.
- Sí, en cancha de Racing y suerte que no estaba el cocodrilo…
- Nosotros éramos el fantasma de los clubes grandes.
- Sí, jugábamos con una sábana… El técnico que tenemos ahora en Banfield exige otra marca de zapatos para no resbalar en la media puntada, y el analista Cachulo Montalbán dijo “por fallarle el plan estratégico táctico explosivo intercambiable, el Taladro recepcionó nueve derrotas consecutivas neutralizantes de su efímera aspiración campeonativa”. Ese tipo analiza bien, ¿no le parece?
- No. Yo digo que si jugáramos con seis delanteros retráctiles y nueve stoppers medio libres, perderíamos menos.
- Sí, pero serían quince; el técnico anterior quiso jugar con seis enganches, cuatro carrileros y un maquinista, pero la AFA no autorizó el contrato del guarda.
- Ahí tiene, siempre el asunto del contrato. Mardoquio erró ocho penales seguidos y siguió pateando por el contrato: “los penales serán pateados exclusivamente con mocasines Sacachispa”. ¿O quieren que vuelva a patear Páez, como en el sesenta?
- ¿Cómo nos olvidamos de Paéz? Lo miraba en los ojos y el arquero se tiraba al revés. Paéz tomaba carrera, miraba aquí y pateaba allá…
- Sí, era un fenómeno el bizco pero ahora nos dan penal si nuestro jugador ingresa en terapia intensiva.
- El último que erramos ya perdíamos cinco a cero.
- Y qué quiere con los referís. Una vez la AFA suspendió a Nai Foino por gritar un gol de Atlanta mientras dirigía…
- De ese referí ni me hable; contra Lanús nos dirigió apuntando con una Luger.
- Era otro tiempo. ¿Vio a los rosarinos; en cada gol se acarician las partes?
- La psicóloga de ellos dice que la caricia íntima fortalece el grupo humano.
- Sí, ahora se acarician también si es gol del contrario y el arquero ya formó pareja con el back central, uno rubiecito.
- Está bien, así la familia vuelve al fútbol. ¿Sabe que volvió de Europa el Piolín Filosi?
-¡Qué despelote la mujer de Filosi! La nobleza inglesa la condecoró como “groncha sudaca” y el Piolín exigió entrenar en su casa.
- Hizo bien, para eso hizo guita. Este año cobró trescientos mil millones de euros.
- Vea, la plata no es nada si somos campeones. ¿Y la alegría; quién nos quita la alegría?
- Si señor, la alegría popular es lo más grande que hay. No se imagina la bronca de mi cuñado cuando gana Banfield…
- Hoy reaparece el turco Urdapilleta. Viene con publicidad de un laboratorio colombiano y tendrá un guardaespalda lentesnegro en el área contraria.
- Jugador que juega con custodia, mal negocio.
- Por eso Filosi. ¿Cuánto recaudaron la última vez? Millones de millones. El Filosi hoy no domina bien la pelota porque juega con tacos altos y medias negras de “Fetiche, Calzado Femenino”, pero el jugador tiene su público.
- Sí, y antes los jugadores se divertían más. Chisotti en curda era imparable.
- ¿Y Vigorito? Era un crack y no tomaba ni agua. Casi se muere.
- Es que siempre aparecen jugadores. En el potrero los pibes gambetean solos, sin un miserable sponsor. ¿Por qué se olvidan del potrero, el de mi barrio ni baño tiene?
- Bueno, aquí tampoco hay… Le decía, Vigorito, nieto del otro Vigorito, se mete en el arco con pelota y todo, pero el técnico lo hace jugar de limpiaparabrisas al vacío arrastrando la marca en diagonal al isósceles, y el pibe fracasó por no saber matemática. Pero le digo, hoy en el metegol es un genio.
- Yo no entiendo. Antes un insai era un insai, la línea media era Caparelli, Mouriño y Dángelo o luego Juan, Perico y Andrés calzados con Llavetex, y a otra cosa.
- Y hoy por ahorrar plata entrenan sin pelota. Igual, creo que modificar el desplazamiento inorgánico de los verticales transitorios y jugar sin wines ni jases y con polifuncionales multirreceptores cuánticos, que antes no había, está bien; pero respetando al jugador. Y hoy mi sobrino Vigorito que no tiene un sponsor para su camiseta de metegol…
- Igual, yo vengo a la cancha porque en casa degollaría a mi mujer.
- Tiene razón. ¿Vio a Masci, el arquero de Lanús que salta para abajo? El domingo le hicimos siete pero ante la prensa lo aplaudieron. Recita lindo el loco…
-Otro genio explicador es el técnico de la Selección: “mis jugadores serán los de mejor presencia física”, dijo y exigió que le concentraran a Carlos Gardel. Y pobre el Morocho, habrá sonreído. ¿Qué más quiere?
- Le doy una noticia: a Peña y Arenales le ofrecieron una pichicata al litio sin rastros ni en la picadora de carne. Cualquier falopa es dietética al lado del Potenplux mil: un jeringazo a cada uno, incluído el masajista, y si empatamos un partido será para disimular.
- Dios lo oiga. Bueno, gracias por la noticia y ya me voy.
- ¿Cómo, ya están saliendo y hoy tampoco verá la Primera?
- Ni loco, yo al fútbol lo veo en la tele. Es más emocionante, ¿vio?
(cuento tomado del portal “Euro Banfield” a quien agradecemos)
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