"Te necesito de lateral, Luquitas", le dijo un buen día de 1998 el “Bambino” Veira a Lucas Gatti (foto), hijo de Hugo Orlando Gatti, quien había llegado de Argentinos Juniors como volante ofensivo.
"Vas a ser un 3 fantássstico", completó el técnico para motivar a su jugador. El problema fue que al pibe justo le tocó vérselas de cerca con dos “pesos pesados” que enseguida le tomaron el tiempo: Maradona y Caniggia.
Al ver lo que estaba pasando, Veira decidió parar la práctica y hablar con su nuevo lateral izquierdo. "Luquitas, una barrrbaridad... Pero primero encargate de Cani y después de Diego", fue el consejo que le dio para evitar el 2-1. El Bambino dio media vuelta y comenzó a alejarse, pero a los dos pasos giró nuevamente y cerró su charla con Gatti: "Luquitasss, Caniggia es el rubio, eh".
"Vas a ser un 3 fantássstico", completó el técnico para motivar a su jugador. El problema fue que al pibe justo le tocó vérselas de cerca con dos “pesos pesados” que enseguida le tomaron el tiempo: Maradona y Caniggia.
Al ver lo que estaba pasando, Veira decidió parar la práctica y hablar con su nuevo lateral izquierdo. "Luquitas, una barrrbaridad... Pero primero encargate de Cani y después de Diego", fue el consejo que le dio para evitar el 2-1. El Bambino dio media vuelta y comenzó a alejarse, pero a los dos pasos giró nuevamente y cerró su charla con Gatti: "Luquitasss, Caniggia es el rubio, eh".
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