Con los zapatos pegados al espeso barro
y los 450 gramos de balón convertidos en masa inamovible
una frase histórica me sirvió de excusa:
"No hemos venido a luchar contra los elementos".
¡Y decían que no se aprendían cosas útiles,
que el colegio no servía para nada!
y los 450 gramos de balón convertidos en masa inamovible
una frase histórica me sirvió de excusa:
"No hemos venido a luchar contra los elementos".
¡Y decían que no se aprendían cosas útiles,
que el colegio no servía para nada!
(Mi agradecimiento al Maestro Francisco J. Uriz quien, con toda generosidad, me envió su libro "Un rectángulo de hierba" de donde tomé este poema)
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