11 de diciembre de 2008


Aunque no corriera mucho, a diferencia de Cruyff, y no tuviera demasiada corpulencia física, me gustaba su cerebro, el organizador que era sobre el campo. Era un jugador de cabeza en sentido amplio. Su forma de brillar con Francia y con el Juventus, así como su destreza en la ejecución de las faltas lo convirtieron en el mejor futbolista europeo de los años ochenta.


(PELÉ, opinando sobre Michel Platini, legendario crack galo)

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