En 1981, Flamengo poseía un verdadero equipazo y no tuvo dificultades en clasificar a la final de la Copa Libertadores ante el chileno Cobreloa. Pero pocos jugadores de aquel equipo gozan de un prestigio tan duradero como el limitado y esforzado Anselmo, "El Justiciero".
En el partido de ida, jugado en el Maracaná, Flamengo se impuso por 2-1. Y entonces fueron a Calama, en Chile, para el encuentro de vuelta. En un clima sumamente tenso, el juego devino en una verdadera batalla.
Al centrocampista Lico casi le arrancaron una oreja, y Adilio casi perdió un ojo por un profundo corte en el arco superciliar, y la denuncia fue unánime: el zaguero chileno Mario Soto estaba jugando con una piedra en un puño, y llevó a la lona a todos los que le pasaron cerca. Cobreloa ganó por 1-0.
El partido de desempate se efectuó en el estadio Centenario de Montevideo. Sin presión, Flamengo no tuvo problemas para imponerse por 2-0. Sobre el fin del enfrentamiento, Soto noqueó a Zico y puso fuera de combate al atacante Tita. En ese momento, el entrenador de Flamengo, Paulo César Carpeggiani, tomó una decisión radical.
Anselmo era un centrocampista sin brillo, acostumbrado a calentar su lugar en el banco de reservas. Carpeggiani lo llamó y le dio la orden clave: “Anselmo, vaya y rómpale la cara al defensa Mario Soto”.
Obediente, Anselmo firmó el registro, entró al terreno, corrió 60 metros y le aplicó a Soto un nocaut fulminante con un recto de derecha en la mandíbula (foto). Casi sin detener su carrera, Anselmo fue directo a los vestuarios, sin esperar por la tarjeta roja de expulsión.
"Soto era un caballo. Él le pegó mucho a Tita, Zico, Lico y Adílio en los tres partidos y yo entré solamente al campo de juego para darle una trompada por orden del técnico Carpegiani. No me arrepiento, pero no sugiero que nadie me imite" diría años después Anselmo, o José Antonio Cardoso Anselmo Pereira, nacido en Nova Friburgo (Río de Janeiro), un 20 de Marzo de 1959, atacante que defendió al Flamengo desde 1978 a 1982, y que hoy vive en la ciudad de Quarteira (Portugal).
En el partido de ida, jugado en el Maracaná, Flamengo se impuso por 2-1. Y entonces fueron a Calama, en Chile, para el encuentro de vuelta. En un clima sumamente tenso, el juego devino en una verdadera batalla.
Al centrocampista Lico casi le arrancaron una oreja, y Adilio casi perdió un ojo por un profundo corte en el arco superciliar, y la denuncia fue unánime: el zaguero chileno Mario Soto estaba jugando con una piedra en un puño, y llevó a la lona a todos los que le pasaron cerca. Cobreloa ganó por 1-0.
El partido de desempate se efectuó en el estadio Centenario de Montevideo. Sin presión, Flamengo no tuvo problemas para imponerse por 2-0. Sobre el fin del enfrentamiento, Soto noqueó a Zico y puso fuera de combate al atacante Tita. En ese momento, el entrenador de Flamengo, Paulo César Carpeggiani, tomó una decisión radical.
Anselmo era un centrocampista sin brillo, acostumbrado a calentar su lugar en el banco de reservas. Carpeggiani lo llamó y le dio la orden clave: “Anselmo, vaya y rómpale la cara al defensa Mario Soto”.
Obediente, Anselmo firmó el registro, entró al terreno, corrió 60 metros y le aplicó a Soto un nocaut fulminante con un recto de derecha en la mandíbula (foto). Casi sin detener su carrera, Anselmo fue directo a los vestuarios, sin esperar por la tarjeta roja de expulsión.
"Soto era un caballo. Él le pegó mucho a Tita, Zico, Lico y Adílio en los tres partidos y yo entré solamente al campo de juego para darle una trompada por orden del técnico Carpegiani. No me arrepiento, pero no sugiero que nadie me imite" diría años después Anselmo, o José Antonio Cardoso Anselmo Pereira, nacido en Nova Friburgo (Río de Janeiro), un 20 de Marzo de 1959, atacante que defendió al Flamengo desde 1978 a 1982, y que hoy vive en la ciudad de Quarteira (Portugal).
Gran anécdota, yo soy muy amigo de Mario Soto, uno de los mejores defensas de la historia de Chile. Es cierto que a veces se excedía en los golpes, pero fuera de la cancha es una grandísima persona. Como dato, cuento que Soto es el chileno que más finales internacionales ha disputado defendiendo equipos criollos: 4. Tres Copas Libertadores y una Copa América. Lamentablemente no pudo ganar ninguna, pero igual está entre los mejores zagueros. Incluos, fue elegido mejor futbolista chileno en 1975 y 1982. Un astro.
ResponderEliminarSin duda, Soto será recordado en la mejor historia del fútbol chileno. No creo que la historia lo juzgue porque se le haya "salido la cadena" en esa oportunidad.
ResponderEliminarUn abrazo para vos y gracias por la visita.