25 de agosto de 2008

Los apodos en el fútbol (1ª parte)




La cuna del fútbol, Inglaterra, también es lógicamente la cuna de los apodos. Desde la elite hasta las divisiones inferiores, no hay equipo que no reciba su mote. Como no podía ser de otra forma, muchos de ellos se refieren al color de la camiseta. Sobre los terrenos de juego ingleses podemos encontrar todo un arco iris: los Reds (rojos) del Liverpool, los Blues (azules) del Chelsea, los Whites (blancos) del Leeds o los Skyblues (celestes) del Coventry.

Otros, más originales, han adoptado nombres de animales también inspirados en sus colores. Así, los jugadores del Newcastle, con su camiseta blanca y negra, reciben el sobrenombre de Magpies (urracas), mientras que los del Watford, con su uniforme amarillo y negro, son los Hornets (avispones) de la Premiership. Como los nombres de animales abundan en los clubes del Reino Unido, a veces asistimos a enfrentamientos zoológicos de lo más simpáticos. Un partido Leicester-Sheffield Wednesday se convierte siempre en una pelea de zorros (foxes) contra búhos (owls), mientras los gatos negros (Black Cats) de Sunderland les sacan las uñas a los lobos (Wolves) de Wolverhampton. Y, como el fútbol es así, resulta que muy a menudo el pez chico se come al grande.

Otros apodos están estrechamente ligados a la historia de la entidad, especialmente en el caso de clubes británicos nacidos en fábricas o empresas. Los dos ejemplos más claros se encuentran en Londres: el nombre Hammers (martillos) que reciben los del West Ham tiene su origen en los talleres de la empresa de construcción naval Thames Iron Works, donde las planchas de metal se manipulaban con ayuda de martillos; el de los Gunners (cañoneros) del Arsenal proviene de la fábrica de armamento, la Royal Arsenal Woolwich, donde trabajaban los obreros que fundaron el equipo a finales del siglo XIX. Hoy en día, en su emblema figura un cañón, y Thierry Henry enciende la mecha cada vez que marca un gol para el club londinense.

Los hinchas del Everton de la ciudad de Liverpool pueden vanagloriarse de poseer el apelativo más "dulce" del fútbol inglés. Los Toffees (como los caramelos) deben su nombre a la tienda de golosinas que se encuentra cerca del estadio de Goodison Park. Según la leyenda, cuando el equipo jugaba en casa, la propietaria de la tienda, la señorita Noblett, regalaba caramelos a los espectadores, que los disfrutaban una vez instalados en las gradas. Para terminar, debemos apuntar que el sobrenombre inglés más conocido en todo mundo, el de los Red Devils (diablos rojos) del Manchester United, se le ocurrió a Matt Busby después de ver en acción al Salford, un equipo de rugby.

Submarinos, colchones y galaxias

Los clubes españoles son más tradicionales en lo que respecta a sus apodos, que principalmente también vienen dictados por la lógica de los colores. Así se comprende fácilmente de dónde viene el nombre del Betis, los Verdiblancos, o el del Villarreal, el Submarino Amarillo. Sin embargo, para descifrar el apelativo del Atlético de Madrid hay que ser un poco más sutil. Conocidos por todo el mundo como los Colchoneros, los madrileños lucen desde siempre los colores blanco y rojo, asociados tradicionalmente en España a las antiguas fundas de colchón.

Otra originalidad de los clubes ibéricos es que, con frecuencia, reciben denominaciones temporales, relacionadas con un periodo determinado de su historia. Por ejemplo, el FC Barcelona es y será siempre el equipo blaugrana, pero las formaciones alineadas por Johan Cruyff en la década de 1990, o por Frank Rijkaard desde 2003, se han ganado el sobrenombre de Dream Team (equipo de ensueño) por la calidad de sus integrantes y su buen juego.

Del mismo modo, el Real Madrid, ganador de nueve Copas de Europa, siempre ha estado asociado al color blanco (Casa Blanca, Merengues), pero la constelación de estrellas fichada bajo la presidencia de Florentino Pérez (Luis Figo, Zinedine Zidane, Ronaldo, Michael Owen, David Beckham, Roberto Carlos, Raúl o Robinho) hizo que los madridistas fueran conocidos en el mundo del fútbol como los Galácticos. Una anécdota que recuerda a la de otro Real, el Real Zaragoza, que durante la década de 1960 cambió durante diez años su apodo de Blanquillos por el de Magníficos, tras sus éxitos en la Copa del Rey (vencedor en 1964 y 1966, finalista en 1963 y 1965) y en la Copa de Ferias, la antecesora de la Copa de la UEFA (campeón en 1964 y finalista en 1966).

A la inversa, el espectáculo ofrecido sobre el césped, o fuera de él, puede acarrear la adjudicación de un apelativo poco deseable. En los años noventa, el Bayern de Munich fue en ocasiones rebautizado como "FC Hollywood", mientras que el juego poco espectacular del Arsenal en la década de los ochenta le valió el triste título de Boring Arsenal (tedioso Arsenal). Pero los dos colosos hicieron olvidar rápidamente estos apodos cargados de ironía.

Sobrenombres elegidos y sobrenombres soportados

A veces, los nombres más originales nacen de las grandes rivalidades. Así, algunos clubes tienen un apelativo reivindicado por su propia afición y otro utilizado por los seguidores de los equipos rivales. Los mejores ejemplos se dan en Argentina donde, según muchos apasionados del fútbol, se disputa el derbi más "caliente" del mundo: River Plate-Boca Juniors. Los incondicionales del River se autodenominan Millonarios, un apodo aparecido en los años treinta cuando el club compró al wing derecho Carlos Desiderio Peucelle en la suma de 10 mil pesos y revolucionó el mercado de pases. Por su parte, los hinchas del Boca se llaman a sí mismos Xeneizes (genoveses) en referencia al origen italiano de los inmigrantes que fundaron el club.

Pero, cuando llega el superclásico de Buenos Aires, los calificativos que se oyen en las tribunas adoptan formas "más calientes". En boca de sus rivales, los Millonarios y los Xeneizes se convierten respectivamente en Gallinas y Bosteros (porque en el lugar donde ahora se levanta cancha de fútbol del club había antiguamente una fábrica de ladrillos, en la que se utilizaba bosta de caballo como materia prima). Ésta es una práctica que caldea los campos de fútbol de todo el país. Por ejemplo, en el derbi de Rosario, entre el Rosario Central y el Newell's Old Boys, los Canallas se enfrentan a los Leprosos

Sin embargo, en Brasil, los apelativos de los clubes son mucho más amables y, a veces, de tan ingenuos, parecen cursis. O Timão (el equipazo) del Corinthians dedica el fino mote de Bambis a los jugadores de su eterno antagonista, el Tricolor del São Paulo; mientras que las hinchadas rivales llaman Papos (bocazas) a los del Juventude, porque, según dicen, hablan mucho pero hacen poco sobre el terreno de juego.

Actualmente, en todas las competiciones internacionales hay que ser políglota. Y es que, si bien algunos nombres no nos dicen nada, a menudo significan simplemente 'equipo' o 'selección' en el idioma del país. Así, al oír a un locutor narrar las jugadas de un partido entre la Nati y la Reprezentace, aunque no lo sepamos, estamos asistiendo a un ¡Suiza-República Checa! Del mismo modo, el combinado alemán es conocido fuera de sus fronteras como la Nationalmannschaft, Irán brilla en Asia bajo el nombre de Equipo melli (melli quiere decir 'nacional' en persa), y El Salvador se hace llamar en Centroamérica la Selecta.

En Portugal y en Brasil se habla la misma lengua, pero el apodo de la selección difiere un poco. Al haber conquistado los sudamericanos cinco veces la Copa Mundial de la FIFA, el nombre de Seleção no le resulta extraño a nadie. En cuanto a los lusos, a su conjunto se le conoce familiarmente como Selecção das quinas (selección de los cinco escudos de armas que aparecen en la bandera), por el número de escudos que hay en la bandera portuguesa. Eso explica también los Tres Leones de Inglaterra, como referencia al blasón de los reyes de Inglaterra, adornado con tres leones de oro.

Volvamos por un instante a Brasil. El país que ostenta el récord de coronas mundiales también posee el de mayor número de apodos distintos. A los futbolistas brasileños se les llama igualmente Pentacampeões (quíntuples campeones), Canarinhos (canarios), Verdeamarelos (verdeamarillos) o Auriverdes, por los colores de su bandera.

La mayoría de los apodos de las selecciones tienen su origen en los colores de sus camisetas. En Latinoamérica es habitual asistir a duelos entre los Amarillos ecuatorianos, los Albirrojos paraguayos, los Albicelestes argentinos, la Roja chilena, la Blanquirroja peruana, la Verde boliviana o El Tricolor, o simplemente Tri, mexicano.

El azul regio y la naranja mecánica

Pero dos equipos que visten la misma tonalidad no tienen por qué compartir denominación. A España se la conoce como la Furia Roja, los belgas son los Diablos Rojos, y el once venezolano es la Vinotinto, por el color particular de su elástica.

En el arco iris que ofrece el fútbol mundial, el azul es sin duda el más difundido. De la Celeste uruguaya a los Plavi de Serbia, pasando por los Blue Samurais de Japón, es sin duda el moda. Tanto, que en la final de la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006 se enfrentaron los Bleus (azules) con los Azzurri (También azules)… ¡Una final 100% azulada!

El apodo de la selección francesa se explica fácilmente por uno de los colores de su bandera (azul, blanco y rojo), aunque el de Italia -la squadra azzurra (el equipo azul)- es un poco más sutil, ya que en la enseña italiana figuran el verde, el blanco y el rojo. Hasta principios del siglo XX, Italia jugaba con una camiseta blanca. En enero de 1911, frente a Hungría, los transalpinos saltaron al campo con una casaca azul, en honor a los colores de la Casa de Saboya, a la que pertenece la familia real. Aquel día nació la squadra azzurra…

Si reemplazamos "Casa de Saboya" por el nombre de "Van Oranje", asociado a la familia real neerlandesa, tendremos la explicación de las camisetas y del Oranje (naranja) asociado a la selección de Holanda. Pero fue otro rey, esta vez del balón, quien le valió el apodo de Naranja Mecánica, aplicado a Johan Cruyff y a sus compañeros en la Copa Mundial de la FIFA 1974.

De la misma manera, las actuaciones realizadas por la Dinamarca de Michael Laudrup, la Austria de Matthias Sindelar y posteriormente de Hans Krankl o la Croacia de Davor Suker y Zvonimir Boban les valieron respectivamente las denominaciones de Danish Dynamite (dinamita danesa), Wunderteam (equipo fantástico) o Vatreni (el once ardiente).

7 comentarios:

  1. Que interesante...aunque no se, mas que un mote, el llamar a un club por el color de su camiseta me parece una descripción...al menos si se es más original, como con los palanganas sevillistas...

    Saludoa ;-)

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  2. Muy original. El próximo lo puedes hacer sobre los motes que reciben los futbolistas como la gallina Maxi y jugadores ya retirados como el piojo lopez o la brujita veron. A mi me gustan este tipo de cosas originales y en mi blog tengo alguna sección asi diferente del resto. Buen blog. Intercambiamos links? el mío es http://elmundodelfootbal.blogspot.com(yo ya te he linkeado)

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  3. Zurdo de Oro, recién entré en tu sitio y no veo el link que, según dices, ya hiciste. Te agradezco la visita y la invitación al intercambio.

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  4. Magnifico post y muy ilustrativo. Mas que los motes, me ha gustado la explicación de los mismos.

    Un saludo.

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  5. Gracias por la visita Pablo. En realidad trato de recopilar posts que, a mi entender, puedan ser de interés.
    En este caso, las palmas son para la gente de FIFA.com pues son quienes hicieron tan interesante trabajo.
    Un abrazo.

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  6. Interesante artículo, aunque tuviste pase de gol en varios apodos y le erraste. Los del Barça son, ante todo, los culés. Otros motes de la liga española con cierta gracia son los periquitos, los chés, los palanganas (en este caso un mote despectivo usado por los béticos), o los leones.

    Sobre los magníficos del Zaragoza. Hasta donde llegan mis conicimientos futboleros, no era el equipo al que se apodaba así, sino a su delantera: Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. Ellos eran "los cinco magníficos", alusión comparativa con la película "Los siete magníficos" que tuvo gran fama durante los años sesenta: http://es.wikipedia.org/wiki/The_Magnificent_Seven

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  7. Jordi, gracias por la visita! Debo decirte que el artículo fue tomado de FIFA.com y tiene errores, como los que mencionás. No los quise corregir pues siempre trato de reproducir fielmente lo que publico. Lo único que le corregí, pues me parecía una pifia considerable era que, según el artículo, a River le dicen los "Millonarios" a partir de la adquisición de Bernabé Ferreyra cuando en realidad el mote se empezó a usar a partir de la compra de Carlos Peucelle. Te envío un saludo cordial.

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