Fecha: Febrero de 1984
Escenario: Estadio "Defensores del Chaco"
Lugar: Asunción del Paraguay
Rivales: Paraguay - Uruguay
Carácter: Amistoso
Al arquero de Uruguay lo tienen loco a naranjazos. El campo de juego está sembrado de las frutas color oro.
Y como el guardavalla de Uruguay, tanto cuanto para manifestarle indiferencia a los que lo bombardeaban, se puso a comerse las naranjas, los agresores, indignados, querían tirarle hasta los canastos.
Están 0 a 0.
En un pasaje del juego, el árbitro paraguayo, un caballero, en plan de favorecer al local y ya que no podía cobrar penal porque Paraguay no atacaba, decide expulsar a un jugador de Uruguay para equilibrar un poco la cosa. El problema era buscar un buen candidato para chantarle la tarjeta roja. Eligió un delantero que tenía inclinaciones peligrosas frente al arco de los locales: era Amaro Nadal (foto).
Y cuando llegó a la conclusión que estaba bien elegido, lo buscó, lo señaló y lo llamó para mostrarle la colorada; interviene entonces rápidamente un jugador paraguayo, se acerca al arbitro y muy silenciosamente, en guaraní, le sopla "No... a ese no, echá a aquel otro que es el mejor...".
El juez reacciona, cambia de jugador y expulsa sin más ni más a Enzo Francéscoli. Lo echó sin dar explicaciones ante la atónita mirada del "Príncipe" y la incredulidad de sus compañeros.
Poco después, en hilera, Amaro Nadal convirtió tres goles.
Ganó Uruguay 3 a 0.
Desde Ayacucho, Argentina, un humilde homenaje a esa gran protagonista del juego traducido en cuentos, frases y anécdotas.
Sabiamente la definió el viejo maestro Ángel Tulio Zoff, "lo más viejo y a su vez lo más importante del fútbol".
No hay comentarios:
Publicar un comentario