6 de agosto de 2008

Entrevista a Wolfgang Overath


Wolfgang Overath: 62 años de edad, campeón del mundo de fútbol de 1974. Aún tiene esa velocidad en sus acciones, esa prisa apurada, sigue siendo lo que fue: un jugador. Ahora también está solicitado y se le requiere como nunca antes. Overath es el presidente del FC Colonia, un cargo honorífico. "La verdad es que me gusta mucho esta labor", y lo dice como si tuviera que convencer a alguien. "No recibo dinero a cambio. Si me pagaran ya estaría otra vez bajo presión." Y eso reduciría la diversión. Desde su mesa de presidente en su despacho ve directamente los campos de entrenamiento. En realidad el verde del césped debería tener un efecto relajante. La secretaria no está a mano, por lo que él mismo sirve el café. Aún no está sentado del todo cuando ya se lanza: ¿Qué quieres saber?

¿Por qué Alemania dentro de unas semanas será campeón del mundo?

Decir quién será campeón del mundo es increíblemente difícil.

Pero es que esa no es la pregunta: ¿Por qué Alemania será campeón del mundo?

La pregunta debería ser más bien ¿por qué tenemos alguna posibilidad de ser campeones del mundo? Pues porque jugamos en casa, porque en Alemania vamos a vivir una Copa Mundial con emociones fuertes. Yo espero que el público sea el jugador Nº 12, debe serlo para que la ilusión llegue a impregnar el equipo. Brasil, Argentina, Francia, Italia e Inglaterra son los favoritos. Pero nosotros también podemos vencer a Brasil cualquier día de éstos. Nosotros no podemos vencerles tres veces seguidas, pero sí una vez. ¿Y si esa vez fuese la semifinal o la final?

¿Qué es lo que se despierta en uno cuando recuerda la victoria en la Copa Mundial con un 2:1 en la final contra Holanda?

En 1970 fui tercero en la Copa Mundial de México, tras el partido del siglo contra Italia (perdido 3-4 en la prórroga). ¿Y todo lo que tuvimos que sufrir en la final de la Copa Mundial de 1966 con el "gol fantasma de Wembley"? Éstos fueron éxitos grandiosos y fue una gran aportación al fútbol alemán. Pero todo eso no es nada comparado con el título de campeón del mundo, ése es para la eternidad.

Sin embargo, antes de la Copa Mundial las cosas no pintaban tan bonitas para el jugador Overath.

Yo ya tenía 30 años y la temporada no me resultó nada fácil. Y tras la excepcional Eurocopa de 1972 estaba bastante claro que Günter Netzer jugaría en mi posición. A menudo llegué a pensar: Wolfgang, retírate. Pero durante la concentración de preparación en el campamento deportivo de Malente de repente todo volvía a funcionar a la perfección. Y con cada partido ansiaba más y más al gran objetivo de ser campeón del mundo.

¿Y cuando finalmente lo consiguió?

Cuando el árbitro, creo que se llamaba Taylor, dio por terminado el partido me llenó una sensación de felicidad absoluta: Había alcanzado la coronación definitiva. El hecho de que las esposas de los jugadores no pudieran asistir al banquete de celebración de la Copa Mundial en realidad ya ni me interesaba. En ese momento de felicidad indescriptible tomé una decisión totalmente racional: Wolfgang, llegado a esta cima debes retirarte como jugador de la selección nacional. Un campeón del mundo se hace inmortal.

¿A qué se debe el valor especial del título?

La gran diferencia es que, si has sido segundo o tercero, la gente lo olvida rápidamente. ¿Quién sabría decir hoy la alineación de la final de la Copa Mundial de 1966? Pero cuando has ganado una final, entonces eres inmortal. Y del título también vives en el futuro y tienes muchas ventajas, más allá del fútbol.

¿Qué consejo se le podría dar a los jugadores actuales para la Copa Mundial?

Tienen que intentar ir con ganas y con ilusión al torneo, para tener a la gente de su lado. Y tienen que luchar hasta la extenuación. Así gana el fútbol y también gana uno mismo como jugador. No hay meta más alta que la Copa Mundial.

Después del “milagro de Berna” de 1954, ¿Alemania necesita ahora un “milagro de Berlín”?

En aquel momento, el título aportó mucho a Alemania. De aquellas no éramos lo que somos hoy en día. Incluso deportivamente no teníamos nada que hacer frente a los poderosos húngaros. Y aún así lo conseguimos. Eso generó entre las personas un aumento de la autoestima para la reconstrucción tras la guerra. El fútbol, siempre algo secundario, se convirtió en lo principal.

A parte del dinero, ¿el jugador Overath habría preferido jugar en la actualidad a hacerlo en los años 60 y 70?

El dinero: Ya de aquellas ganaba mucho dinero. Y no quisiera prescindir de ninguno de aquellos días. Pero sí que me habría gustado jugar de aquellas y en la actualidad. Me gustaría seguir siendo joven. Y es que el fútbol ha adquirido tal fuerza, una dimensión impresionante. Basta con ver los muchos estadios increíbles. Sí, sí que me gustaría tener otra vez 20 años. Pero tengo que agradecer a Dios que me haya dado el talento que tengo y que me haya puesto en el lado soleado de la vida: en lo privado, en lo deportivo y en lo económico. Yo nací en el seno de una familia modesta, como el más joven de ocho hermanos. Desde muy pronto consideré el fútbol como una oportunidad para no tener que sufrir tanto como mis padres. Por Dios, si es que he tenido una suerte increíble.

¿Qué piensa una antigua superestrella y actual presidente de un club cuando un joven futbolista con cualidades más bien modestas exige un salario millonario?

Pues sí que es difícil cuando uno proviene de una época con otra relación con el dinero. Voy a dar un ejemplo: El FC Colonia tiene una solvencia excelente. Podríamos obtener en cualquier momento 30 millones de un banco para invertir el dinero en jugadores para que al final tal vez no tengamos un éxito considerable. Pero ese no es mi mundo, sería incapaz de hacer algo así. Aquellos que tengan ese tipo de mentalidad lo tienen difícil.

Atlético y rápido: El fútbol moderno

Si comparamos la época de 1974 con la actual: ¿Hasta qué punto ha cambiado el fútbol?

Ya en 1974 pensábamos que los medios de comunicación lo ponían todo patas arriba. Y eso que comparado con hoy no era nada. El fútbol ocupa una posición de primera. Desde hace dos meses todo gira en torno a la Copa Mundial.

¿Y táctica y técnicamente?

Yo aún viví la época en la que había un medio centro, el escoba. Éste se convirtió en el defensa libre. El libre fue sustituido por la cadena de cuatro. Hoy en día hay una mayor variabilidad en el juego y los esquemas no son tan rígidos como antes. El juego es ahora mucho más rápido y está marcado por la fuerza. Ya no queda tiempo para la técnica. Hoy en día, los que sean algo más lentos ya no tienen posibilidad alguna.

¿Y jugadores como Netzer o Beckenbauer?

Con el nivel de aquellas no podrían jugar hoy ese papel tan dominante. Aún así, con el entrenamiento actual serían igual de sobresalientes gracias a su capacidad futbolística. Pero han cambiado muchas cosas. A los equipos les faltan las grandes figuras como en los años 70: Pelé, Riva, Rivera, Bobby Charlton, Franz Beckenbauer. Cada equipo tenía jugadores destacados. Estos jugadores le sentaron bien al fútbol. Hoy en día, a fin de cuentas, el juego se presenta con fuerza, atletismo y tensión.

Bajo el seleccionador nacional Sepp Herberger la generación del 54 eran amigos. En 1974, Günter Netzer y Wolfgang Overath en la pugna por el puesto de director del equipo fueron más bien enemigos, ¿no?

Pues no. Nosotros supimos diferenciar entre la rivalidad en el campo y la vida privada. Siempre tuvimos una muy buena relación. Y eso sigue así en la actualidad. Pero la filosofía de 1954 sigue siendo posible incluso hoy. Simplemente la realidad es otra. Seré capaz de formar un auténtico equipo si estoy dispuesto a hacer todo por el otro. Si es así, el resultado de lo que se consiga será el mismo que en 1954.

(entrevista del periodista deportivo alemán Wolfgang Golz, previa al Mundial de 2006)

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