Renato Cesarini era un maestro para manejarse en esas reuniones de Comisión Directiva cuando era técnico de River Plate.
Un día una de esas reuniones se puso brava y uno de los dirigentes empezó a decirle que el equipo cada vez jugaba peor y frases de ese estilo. Renato lo interrumpió y le preguntó: ¿Y usted a qué se dedica?. “Yo tengo una relojería”, respondió el dirigente. “Bueno, dijo Renato, cuando hablemos de relojes me va a interesar su opinión”.
Un día una de esas reuniones se puso brava y uno de los dirigentes empezó a decirle que el equipo cada vez jugaba peor y frases de ese estilo. Renato lo interrumpió y le preguntó: ¿Y usted a qué se dedica?. “Yo tengo una relojería”, respondió el dirigente. “Bueno, dijo Renato, cuando hablemos de relojes me va a interesar su opinión”.
(ROBERTO ALFREDO PERFUMO, en su libro “Hablemos de fútbol”)
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