19 de julio de 2008


Pedro Cea fue una legendaria figura del fútbol uruguayo de las mejores épocas. Integrante de la selección ganadora de los Juegos Olímpicos del 24 y 28, y del campeón de la primera Copa del Mundo en 1930 (fue el único que jugó todos los partidos de dichos torneos) y de los Sudamericanos de 1923, 1924 y 1926...
El Vasco, que jugaba como delantero (por izquierda) en Nacional de Montevideo, tuvo como compañero en la selección, entre otros, a Álvaro Gestido, figura en el mediocampo de Peñarol...
En las concentraciones del combinado uruguayo se hicieron grandes amigos. Se divertían, bromeaban y jugaban a las cartas, siempre de compañeros. Solo en algo no coincidían: para Gestido, Peñarol lo era todo, y para Cea, nada mejor que su querido Nacional...
Cuando se jugaba el clásico, ambos se olvidaban de la amistad, el partido era a cara de perro. Eso sí, cuando todo terminaba, siempre se encontraban en un abrazo...
“Mirá, viejito, podemos discutir toda la vida, pero no quiero saber nada con Peñarol. Ni me hables. Es más... te juro que jamás pisaré su sede”, le aseguraba Cea a su amigo...
Lo cierto es que Gestido falleció en 1957 y Peñarol, a manera de homenaje a quien fuera una de sus figuras emblemáticas, ofreció que el velatorio fuese en su sede social. Y así fue...
Esa noche, Cea llegó a la sede de Peñarol muy apesadumbrado, ante la mirada de asombro de los hinchas que conocían su incompatibilidad con todo lo que fuese aurinegro. Dejó de lado un juramento sin sentido para darle el último adiós a su dilecto amigo, aunque fuese en casa de su rival de siempre.
Pedro Cea falleció en 1970...

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