30 de julio de 2008


Nos dimos cuenta de que el público iba a ser hostil desde el primer día en que llegamos a Italia. En la calle se palpaba la antipatía de los italianos. La agresividad se repitió cada vez que jugamos en el norte. Sólo nos pudimos sentir locales en Nápoles.
Como profesional, uno, dentro de la cancha, trata de obviar ese detalle, pero en este caso era algo especial. Había un rechazo muy llamativo, quizá debido a lo de Diego, por el hecho de haber sacado campeón a un equipo del sur, aunque, la verdad, fue mucho más fuerte de lo que preveíamos.


(JUAN SIMÓN, ex mundialista en Italia '90, recordando aquel certamen y el clima antiargentino imperante en la Península)

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