31 de julio de 2008


El Real Madrid de Alfredo Di Stéfano ya había ganado tres Copas de Europa consecutivas (1956-1957-1958) cuando en 1959 disputó la final de una nueva edición de la misma ante el Reims, de Francia.
El partido se disputó en Stuttgart, Alemania, y para el equipo "merengue" estaban, además de Di Stéfano, los argentinos Rogelio Domínguez, arquero, y el delantero Héctor Rial, además del técnico "Yiyo" Carniglia.
El cotejo comenzó bien para el Real Madrid, porque el español Mateos lo colocó rápidamente en ventaja. Pero poco después comenzaron las desventuras. Mateos, en jugada individual, ingresó al área rival, donde lo derribaron. Penal.
El encargado de ejecutarlo era Di Stéfano, pero Mateos le pidió poder patearlo: "Alfredo, si hago dos goles en una final tengo el contrato asegurado para el año siguiente", le explicó.
Di Stéfano le dijo que no, porque el partido estaba difícil y el técnico le había dado a él la responsabilidad. Pero ante las súplicas de Mateos, El "Di", finalmente accedió a dejárselo ejecutar, no sin antes advertirle que lo pateara fuerte, porque el arquero del Reims, Colonna "es un gato".
Mateos lo tiró débil, a la derecha de Colonna, quien desvió la pelota al córner. ¡Di Stéfano lo quería matar!
Para colmo el puntero derecho del Real Madrid, el francés Raymond Kopa quedó lesionado en una rodilla. Se quería ir de la cancha (por entonces no se podía hacer cambios) pero Carniglia le tocó la moral, llamándolo "cobarde". Entonces Kopa siguió jugando, como si fuera un poste, pero al menos servía para devolver una pelota o realizar un saque lateral.
En el entretiempo, las discusiones en los vestuarios fueron muchas, pero el Real salió con todo a jugar lo que faltaba, conquistando Di Stéfano el segundo gol del Real Madrid y, de tal modo, una nueva Copa de Europa para la prestigiosa institución española.

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