22 de julio de 2008


El holandés Johan Cruyff fue una gran estrella en su etapa de jugador de fútbol y tras su retiro, se convirtió en uno de los técnicos más creativos y también más polémicos de este deporte.
Su etapa como entrenador del Barcelona, de España, resulta la más conocida por el mundo del fútbol.
En sus públicos pensamientos, destacó siempre la relación entre técnico-jugador, con sus deberes y obligaciones por ambas partes.
Al respecto, Cruyff expresa en su libro “Mis futbolistas y yo” lo siguiente: “El fútbol, en el fondo, es facilísimo. Difícil es el jugarlo, pero facilísimo en el concepto básico. Lo que yo pido, en definitiva, es que cada futbolista que salga al campo entregue lo mejor de sí mismo. Jugar bien o jugar mal es otra cosa. Un accidente. Todos hemos tenido tardes negras pero, lo importante, es que al término de un partido, yo pueda mirar a los ojos de un jugador y decirle: ‘No pasa nada. Tranquilo. Has dado todo lo que tenías’. Lo malo es si no me pueden mirar a la cara, si tienen que bajar la vista. En ese momento, para mí, han fracasado. Sea quien fuere”.

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